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SN HISTORICA DE LAS CIENCIAS SOCIALES DESDE EL SIGLO XVII HASTA 1945 Pensar la vida como un problema inmenso, una teauacidn 0 mis bien una familia de ecuaciones parcialmente dependientes, parcialmente inde pendientes, unas de otras... entendiendo que -auaciones son muy complejas y enas de Sorpresas,y que a menudo somos incapa escubir sus “raices” La idea de que podemos reflexionar de forma inteli nite sobre la naturaleza de los seres humanos, sus relaciones entre ellos y con las fuerzas espirituales y las estructuras sociales que han creado, y dentro de Tas cuales viven, es por lo menos tan an historia registr Jos textos religiosos recibidos y también en los t gua como la on Jos temas que se examinan en que llamamos filos6ficos, aparte de la sabidurfa oral transmitida a través de las edades, que a menudo ser escrita, Sin duda, buena rte de esa sabiduria es resultado de una selecci6n inductiva de la plenitud de la experiencia humana en una w otra parte del mundo en periodos larguisimos, an cuando los resultados a menudo se presentan en forma de revelacién 0 deduccién racional de algunas vyerdades inherentes y eternas. * Prefacio a Charles Moraaé, Le bourgroisconquérants, Parts Armand Colin, 1957 (CONSTRUCCION HISTORICA DE LAS CIENCIAS SOCIALE Lo que hoy Iamamos ciencia social es hereder de esa sabiduria, pero es una heredera distante, que a menudo no reconoce ni agradece, porque la cien- c defini6 conscientemente a si mism: como Ia buisqueda de verdades que fueran mis alld a sabiduria recibida o deducida, La ciencia al es una empresa del mundo moderno; sus ices sc encuentran en el intento, plenamente desa: rrollado desde el siglo XVI y que es parte inseparable de la construccién de nuestro mundo moderno, por desarrollar un conocimiento secular sistemitico so- bre la realidad que tenga algin tipo de validacién empirica. Esto fue lo que adopts el nombre de scientia, que significaba simplemente conocimiento, Desde luego también la palabra filosofia, etimolégi camente, significa conocimiento, 0 mas bien amor al conocimiento, La llamada visién clisica de la ciencia, que predo. mina desde hace varios siglos, fue constituida sobre dos premisas. Una era el modelo newtoniano en el ‘cual hay una simetria entre el pasado y el futuro, Era una visi6n casi teol6gica: al igual que Dios, podemos alcanzat certezas, y por lo tanto no necesitamos distingnir entre el pasado yl futuro puesto que todo. coexiste en un presente eterno. La segunda premisa fue el dualismo cartesiario, Ia suposicién de que existe una distincién fundamental entre la naturale. za y los humanos, entre la materia y la mente, entre el mundo fisico y et mundo social/espiritual. Cuan- do Thomas Hooke redacts, en 1663, los estatutos de la Royal Society, inseribié como su objetivo el de ;perfeccionar el conocimiento de las cosas naturales y de todas las artes titiles, manufacwuras, précticas mecinicas, ingenios ¢ invenciones por experimen: to’, agregando Ia frase: “sin ocuparse de teolo metafisica, moral, politica, gramtica, retérica o I6. CCONSTRUOGION HISTORICA DELAS CIENCIAS SOCIALES 5 ggica.”! Esos estatutos encarnaban ya la divisi6n de los modos de conocer, en lo que C. P. Snow después Iamarfa las “dos culturas” La ciencia pasé a ser definida como la biisqueda de las leyes naturales universales que se mantenian tiempo y espacio. Alexandre Koyré, siguien do la transformacién de los conceptos europeos del espacio desde el siglo XV hasta el XVII observa El Universo infinito de la nueva Gosmologia, inginito er Duracién asf como en Extensién, en el que la materia eterna, deacuerdo con leyes eternas y necesarias, se mueve sin fin y sin abjeto en el espacio eterna, heredé todos lox atributos ontolégicos de la divinidad, Pero sélo és0s; todos los dems se los lev6 consige la divinidad con su marcha? Los otros atributos del dios que se habia ido eran, por supuesto, los valores morales de un mundo cris tiano, como amor, humildad y caridad. Koyré no menciona aqui los valores que vinicron a ocupar st lugar, pero sabemos que el dios que se habfa ido no dejé was de sf un vacio moral. Silos cielos se alefaron, » forma casi ilimitada, lo mismo ocurtié con las ambiciones humanas. La palabra operativa pas6 a ser progres —dotada ahora del recién adquitido sent- miento de infinitud, y reforzada por las realizaciones materiales de la tecnologi E] “mundo” del que habla Koyré no es el globo Lerrestre sino el cosmos, en realidad se podria soste- er que en ese mismo periodo la percepcién del espacio terrestre en el mundo occidental estaba pa York, Greenwood Press 1968, p. 4 ico, Siglo XXI, 1979, p. 256 sando por una transformacién en direceién contraria hacia la finitud. Para la mayorfa de la gente slo con los viajes de descubrimiento, que atravesaron el glo- bo, la tierra Ilegé a cerrarse en su forma esférica. Es Sin embargo esa Gitd dela tierra no era, por lo ideal y fa vision de un progreso limtado extafa fuerza de la infnidad del tempo y del espacio, pero diade a cognoscbildady explorabilidad del unde De hecho en general se suponia que pers lograt el en nuestro papel de descubridoresdspuestos a dew de un mundo slesnzable, Hasta el siglo Xx pareceria gue la Gnitud de la esora tervestre habia servi cxplotacién requeridas por el progres, para hacer Al dominio, En el sigio XX, cuando las tntancias raciones, siemp: minio, En suma, nuestra vivienda pasada y presente empez6 a parecerse cada vez menos al hogar y cada vez. mas a una plataforma de lanzamiento, el lugar desde el cual nosotros, como hombres (y también unas pocas mujeres) de ciencia, podfamos lanzarnos al espacio, estableciendo una posicién de dominio sobre una unidad cada vez mas césmica. Progreso y descubrimiento podrian ser las pala bras clave, pero hacen falta otros términos —ciencia, unidad, simplicidad, dominio e incluso “el univer so" para completar el lexieén, La ciencia natural, tal como se entendia en los siglos XVII y XVII, derivaba principalmente del estudio de la mecinica celeste. Al principio los que intentaban establecer la legitimidad y prioridad de la biisqueda cientifica de las leyes de la naturaleza no hacian mayor distinci6n entre cien- ia y filosofia. En 1a medida en que distinguian los dos dominios pensaban en ellos como aliados en la prisqueda de una verdad secular, pero a medida que el trabajo experimental y empirico pasé a ser cada vez ims importante para la visién de laciencia, la filosofia comenzs a aparecer para los cientificos naturales cada vez mis un mero sustituto de la teologia, igual mente culpable de afirmaciones a priori de verdades imposibles de poner a prueba, Para el comienzo del siglo XIX la division del conocimiento en dos campos ya habia perdido el sentimiento de que los dos eran esferas “separadas pero iguales”, adquiriendo en cam: bio un sabor jerarquico, por lo menos a los ojos de los cientificos naturales ~conocimiento cierto (ciencia), distinto de un conocimiento que era imaginado incluso imaginario (Jo que no era ciencia). Finalmen: te, en el inicio del siglo xix el triunfo de la ciencia fue consagrado por Ia lingiistica: el término ciencia, sin adjetivo calificativo, pas6 a ser identificado prineipal nente (y a menudo exclusivamente) con la ciencia 8 CONSTRUGKION HISTORICA DE LAS CIENCIAS SOCIALES ca The ce Snare Ta. esmesiin dete Rlosotta is ia rea eo 6 esto, ticantes a defender su caso ante las saloridaics, pectin mcmpeetie Tonaperddad ds mado acts cere-que le hchn epitelges soe tos eentfcoenaturles habla ganado log derecios Bs menos dato en alemin, onde el érmino Waseuchaft sigue tic, y donde fo que en inglés se Hama “humenitcs"[y en espaiol, humanidades] se lama Grtewisenscofon que waducto her tas. Los filésofos sociales empezaron a hablar de fisica social’, y los pensadores europeos comenza- ron a reconocer Ia existencia de miiltiples tipos de sistemas sociales en el mundo (*zc6mo se puede ser 1sa2") cuya variedad requeria una explicacién. Fuc ten ese contexto como la universidad (que en muchos sentidos habia sido una institucién moribunda desde cl siglo Xv1, como resultado de haber estado dema- siado estrechamente unida a la iglesia antes de fecha) revivi6 a fines del siglo XVIII y comienzos de Ix como principal sede institucional para la creacién de conocimiento, Launiversidad revivid y se transformé. La facultad de teologia perdié importancia y en ocasiones desa- pareci6 completamente o fue sustituida por un merc departamento de estudios religiosos dentro de la facultad de filosofia. La facultad de medicina conser V6 su papel como centro de capacitacién en un campo profesional especifico, ahora enteramente de: finido como conocimiento cientifico aplicado. Fue principalmente dentro de la facultad de filosofia (y fen mucho menor grado en la facultad de derecho) donde se construyeron las modernas estructuras det conocimiento. Era a esa facultad (que en muchas universidades se mantuvo estructuralmente unifica dda, aunque en otras se subdividié) que ingresaban los estudiantes tanto de las artes como de las ciencias naturales, y fue allf que construyeron sus miltiples estructuras disciplinarias auténom: La historia intelectwal del si principalmente por esa disciplinarizacién y profesio: nalizaci6n del conocimiento, es decir, por la creacion de estructuras institucionales permanentes disefiacias tanto para producir nuevo conocimiento como par reproducir a los productores de conocimiento, La creacién de miltiples disciplinas se basaba en la creen- 10 CONSFRUGCION HISTORICA DE LAS CIENCIAS SOCIALES concentracion hil en las mikiples ona separadas de fa realidad, Ia ual habia sido racionalmente dv én racional prometa ser eficaz es decir ntlectuah tenian la eapacidad de solictar apoyo socal y pot prcticos de wtidad inmediata, El ascenso de ls Academia realex en los silos Xv XVII} ereaion de las grandes des por Napoleon, refljaban lacs cabo sles los historadores|anticnaries,estudionon de Gitar alas universidades durante el sige x tin do para sus trabajos erutos. Eos atajron a los versitarias para beneficarse del perfil positive que sts porefan, per el resultado fue que desde enton ces las Universidade pasaron a ser fa sede principal Conocimiento muy diferentes, y para algunos antag En muchos pate, iertamente en Gran Bretaa Revolucion francesa impuso ciertacarifacion de debate. La prsion por la transformacin politica y CONSTRUCCION HISTORICA DELAS CIENCIAS SOCIALES IT social habfa adquirido una urgencia y una legitimidad que yano resultaba ficil contener mediante la simple proclamacién de teorfas sobre un supuesto orden natural de la vida social. En cambio, muchos —sin duda con esperanzas de limitarlo— sostenjan que la solucién consistia més bien en organizar y racionali zar el cambio social que ahora parecfa inevitable en un mundo en el que Ia soberania del “pueblo” iba ripidamente convirtiéndose en Ia norma. Pero para organizar y racionalizar el cambio social primero era necesario estudiarlo y comprender las reglas que lo gobernaban. No sélo habia espacio para lo que he mos llegado a lamar ciencia social, sino que habia tuna profunda necesidad social de ella. Ademas, pare- cia coherente que si se intentaba organizar un nuevo orden social sobre una base estable, cuanto mas cexacta (0 “positiva’) fuese la ciencia tanto mejor seria Jo dems. Esto era lo que tenian presente muchos de los que empezaron a echar las bases de la ciencia social moderna en la primera mitad del siglo XIX, especialmente en Gran Bretafa y en Francia, cuando se volvieron hacia la fisica newtoniana como modelo a seguir Otros, més interesados en volver a tejer Ia unidad social de los estados, que habjan sufrido violentos Lrastornos sociales o estaban amenazados por ellos, se volvieron hacia la elaboracién de relatos hist6ricos nacionales con el objeto de dar un soporte a nuevas © potenciales soberanias, relatos que sin embargo ahora no eran tanto biografias de principes como de “pueblos”, La reformulacién de la “historia” como geschichte —lo que ocurrié, lo que ocurrié en realida debfa darle credenciales impecables. La historia de- jarfa de ser una hagiografia para justificar a los mo- ‘nareas y se convertiria en Ia verdadera historia del pasado explicando el presente y ofreciendo las bases para una elecei6n sabia del futuro. Ese tipo de histo- ria (basada en la investigacién empirica de archivos) se unié a las ciencias social y natural en el rechazo de Ia *especulacién’” y la “deduecién” (pricticas califica: de pura “filosofia”). Pero precisamente porque ese tipo de historia estaba interesada en Ia de los pueblos, cada una empiricamente ¢ laotra, vefa con desconfianza e incluso con hostilidad los intentos de los exponentes de la nueva “ciencia social” de generalizar, es decir, de establecer leyes generales de la sociedad En el curso del siglo XIx las diversas disciplinas se abrieron como un abanico para cubrit toda una de posiciones epistemolégicas. En un extremo se vallaba primero Ia matematica (actividad no empiri ca), y a su lado las ciencias naturales experimentales (a su ver en una especie de orden descendente de determinismo =fisica, quimica, biologia). En el otro extremo estaban las humanidades (0 artes y letras), que empezaban por la filosofia (simétrica de la mate matica como actividad no empirica) y junto a ella el estudio de pricticas artisticas formales (literatura, pintura, escultura, musicologia), y Heyaban a menu: do en su prictica muy cerca de Ia historia, una historia de las artes. Y entre las humanidades y ciencias naturales asf definidas quedaba el estudio. las realidadles sociales con la historia (idiografica) mas cerca de las facultades de artes y letras, y a menudo parte de ellas, y la “ciencia social” (nomotética) mas cerca de las ciencias naturales. A medida que la separacién del conacimiento en dos es tes cada una con un énfasis epistemolé que se endurecia cada ver mis, los estudiantes de las realidades sociales quedaron atrapados en el medio, y profundamente divididos en torno a esos proble ‘mas epistemolégicos, Todo esto, sin embargo, estaba ocurriendo en u contexto en el que la ciencta (newtoniana) habfa riunfado sobre la filosofia (especulativa), y por I :nto habia legado a encarnar el prestigio social en el mundo del conocimiento, Esa divisin entre k iencia y la filosofia habia sido proclamada como un divorcio por Auguste Comte, aunque en realidad representaba principalmente el repudio de la metafi sica atistotélica y no del interés filoséfico en si. Sin embargo, los problemas planteados parecian reales: hay leyes deterministas que gobiernan el mundo’, ‘o hay un lugar y un papel para la invencién y la investigacién (humanas)? Ademés, los problemas in telectuales tenian presuntas implicaciones politicas Politicamente el concepto de leyes deterministas pareca ser mucho més itil para Jos intentos de control tecnocritico de movimientos potencialmen- te anarquistas por el cambio, y politicamente la defensa de lo particular, lo no determinado y lo imaginative parecia ser mas titi, no sélo paralos que se resistian al cambio tecnocratico en nombre de la conservacién de las instituciones y tradiciones exis tentes, sino también para los que luchaban por posi bilidades mas espontineas y radicales de introducir la accién humana en la esfera sociopolitica. En ese debate, que fue continuo pero desequilibrado, el resultado en el mundo del conocimiento fue que la ciencia (Ia fisica) fue colocada en todas partes en un pedestal y en muchos paises fue relegadaa un rincén atin mds pequeio del sistema universitario. Even: Igunos fildsofos redefinic- tualmente, en respuesta ron sus actividades en formas més acordes con la ética cientifica (la filosofia analitica de los positivistas de Viena), Se proclamé que la ciencia era el descubrimiento de la realidad objetiva utilizando un método que nos permitia salir fuera de la mente, mientras se decia que los filésofos no hacian mas que meditar y escribir sobre sus meditaciones. Esa visién de la ciencia y la filosofia fue afirmada con mucha claridad por Comte en la primera mitad del siglo XIX, cuando se propuso establecer las reglas que gobernarian ¢ mundo social. Al revivir el término social” Comte expresaba claramente su interés politico: que. fa salvar a Occidente de la “corrupcién sistematiea’ que habia llegado a ser “entronizada como instr mento indispensable del gobierno” debido ala “anar quia intelectual” manifiesta desde la Revolucién francesa. En su opinién, el partido del orden se basaba en doctrinas superadas (catélica y feudal), mientras que el partido del movimiento tomaba como base tesis puramente negativas y destructivas tomadas del protestantismo, Para Comte la fisica social permitiria la reconciliacién del orden y el pro: Breso al encomendar Ia solucién de las cuestiones sociales a “un pequeiio mimero de inteligencias de lite” con educacién apropiada. De esa forma, la Revolucién francesa “terminarfa” gracias a Ia instala cin de un nuevo poder espiritual, Ast quedaba clara la base tecnocritica y la funcién social de la nueva fisica social En esa nueva estructura de conocimiento los filé- sofos pasarfan a ser, en una formula célebre, los ‘especialistas en generalidades”, Esto significaba que aplicarian la légica de la mecinica celeste (que habia Negado a la perfeccién en la versién de Laplace del prototipo newtoniano) al mundo social. La ciencia positiva se proponia representar la liberaci6n total de la teologia, la metafisica y todos los demas modos de “explicar” la realidad. “Entonces, nuestras investiga iones en todas las ramas del conocimiento, para ser Positivas, deben limitarse al estudio de hechos reales sin tratar de conocer sus causas primeras ni propési John Stuart Mill, contraparte inglesa y correspon sal de Comte, no hablé-de ciencia positiva sino de ero mantuvo igual el modelo de la mecénica celeste: “(La ciencia de la naturaleza huma: nna] esté lejos de alcanzar los estndares de exactitud que hoy se aleanzan en astronomia, pero no hi ade para qe uel pesial beh ianiea atonal estudio de las mareas, 0 como lo era la astronomia cuando sus célculos sélo habfan alcanzado a domin: Jos fenémenos principales, pero no las perturbacio- Pero si bien era claro que la base de las divisiones dentro de las ciencias sociales estaba cristalizando en la primera mitad del siglo xIX, la diversificacién inte Tectual reflejada en Ia estructura disciplinaria de las ciencias sociales s6lo fue formalmente reconocida en las principales universidades, en las formas en que las conocemos hoy, en el periodo comprendido ent 1850 y 1914. Es obvio que en el periodo comprendido entre 1500 y 1850 ya existia una literatura sobre muchos de los asuntos centrales tratados por lo q hoy llamamos ciencia social —el funcionamiento de las instituciones politicas, las politicas macroecon¢ micas de los estados, las reglas que gobiernan las relaciones entre los estados, la descripcién de siste mas sociales no europeos. Todavia leemos 2 Maquia velo y a Bodin, a Petty y a Grotius, a los fisiGeratas franceses y a los maestros de la Iustracién escocesa “ auuste Comte, A dine on the positive spint, Londres, William Reeves, 1908, p- 21 ‘ap. th, par. 2, p 840 16 costRucciON HISTORIGA DELAS CIENCIAS SOCIALES igual que a los autores de la primera mitad del siglo XVI, desde Malthus y Ricardo hasta Guizot y Tocque- ville o Herder y Fichte. Incluso tenemos en ese perio- do estudios tempranos de desviaciones sociales, como el caso de Beccaria, Sin embargo, todo esto atin no era del todo lo que hoy entendemos por ciencia social y todavia ninguno de esos estudiosos consideraba que ‘operaba dentro del marco de lo que més tarde serian consideradas como disciplinas separadas. La creacién de las multiples disciplinas de ciencia social fue parte del intento general del siglo XIX de obtener e impulsar el conocimiento “objetivo” de la “realidad” con base en descubrimientos empiicos (Io contrario de la “especulacién”), Se intentaba “apren. der*la verdad, no inventarla o intuitla. El proceso de institucionalizacién de este tipo de actividad de cono- Gimiento no fue simple ni directo. Ante todo, al Principio, no estaba claro siesa actividad ibaa ser una sola o ceberfa dividirse més bien en varias diseiplinas, como ocurrié después. Tampoco estaba claro cudl cra el mejor camino hacia ese conocimiento, es decit qué tipo de epistemologia seria més fructifera incluso mas legitima. ¥ lo menos claro de todo era si las ciencias sociales podian ser consideradas en algin sentido como una “tercera cultura’, situada “entre la iencia y la literatura” en la formulacin posterior de Wolf Lepenics, En realidad, ninguna de esas pre; tas ha tenido hasta ahora una respuesta definitiva, Todo lo que podemos hacer es observar las decisio. hes pricticas que se tomaron, o las posiciones mayo. ritarias que tendieron a prevalecer Lo primero que debemos observar es dénde se produjo esa institucionalizacién, La actividad en la ciencia social durante el siglo XIX tuvo lugar principal: mente en cinco puntos: Gran Bretaiia, Francia, las Alemanias, las Italias y Estados Unidos. La mayor JONSTRUCCION HISTORICA DELAS CIENCIAS SOCIALES 17 parte delos estudiosos yla mayor parte de ls univer Sidades (aunque por supuesto no todos) etaban en feo de las sivadas en esos cinco, Hasta hoy, f mnayorfa dels obras del siglo 0X que todavia leemos dacota que debemos observa es queen el eurvo del Silo ne propusievon un gran numero y dveros Conjuntos de nombres de “temas” odsciplias”. Sin embargo, para la primera guerra mundial habia una Hpi yantoopsogin Como vorenon rasta Engle anpenr-dol hecho Be que tink ciencia social, Mas adetane explicaremos por qué no Slee ny deste derecho primera de las dscplinas dela clencia socal tol faci x et qe cos Hoi dotes 7 las ota ascplinay de conciaa mciles trabajo La historia desde lego era una préctca muy antigua, como lo es el propto término. Los relatos dl Giri, Fe pain es AGitapneAs Se del propio pucbo, del propio estado eran un act NSTRUCCION HISTORICA DELAS CIENCIAS SOCIALES vidad familiar en el mundo del conocimiento y la hagiografia siempre habia sido estimulada por quie- nes se encontraban en el poder. Lo que distinguia a la nueva “disciplina” de la historia que se desarrollé enel siglo XIX fue cl énfasis riguroso que ponia en la biisqueda wie es eigentlich gewesen ist (“Io que ocurtié en realidad”), en la famosa frase de Ranke. 2A dife rencia de qué? Sobre todo a diferencia del relato de historias imaginadas o exageradas para halagar a los lectores 0 para servir a los propésitos inmediatos de los gobernantes o de cualquier otro grupo poderoso. Es imposible pasar por alto hasta qué punto el lema de Ranke refieja los temas utilizados por las “ciencias” en su lucha con la “filosofia” ~el énfasis en la existencia de un mundo real que es objetivo y cognoscible, el énfasis en la evidencia empirica, el énfasis en la neutralidad del estudioso. Ademés el historiador, a igual que el cientifico natural, no debia hallar sus datos en escritos anteriores (Ia biblioteca, lugar de la lectura) 0 en sus propios procesos de pensamiento (cl estudio, lugar de la reflexién), sino ms bien en un lugar donde se podian reunir, alm cenar, controlar y manipular datos exteriores (el laboratorio/el archivo, lugares de la investigacién). Ese comtin rechazo de Ia filosofia especulativa acercé a la historia y la cieneia como modos de conocimiento “moderna” (es decir no medievales). Pero como los historiaclores también rechazaban la filosofia, en cuanto implicaba busqueda de esquemas les que permitieran explicar datos empiricos, sintieron que Ia buisqueda de “leyes” cientificas del ‘mundo social los levaria de vueltaal error. Esta doble significacién del rechazo de la filosofia por los histo- riadores explica cémo sus obras pudieron no s6lo reflejar el nuevo predominio de la supremacia de ciencia en el pensamiento europeo sino también CONSTRUCCION HISTORICA DELAS CIENCIAS SOCIALES 19 anunciar y proponer vigorosamente una posicién idiogréfica y antitedrica, Es por esto por lo que durante todo el siglo XIX la mayoria de los historia dores insistié en que pertenecian a las facultades de letras y en general trataron de evitar cualquier iden: ificacién con la nueva categoria, las ciencias sociales, que Ientamente se iba poniendo de moda. Si bien es cierto que algunos de los historiadores de comienzos del siglo XIX empezaron, con alguna vision de una historia universal (itimo vineulo con la teologia), la combinacién de sus compromisos idio- grificos con las presiones sociales provenientes de los estados, asf como de la opinién pitblica educada, empujé a los historiadores a escribir principalmente sus propias historias nacionales, con una definicién de naci6n mas o menos circunscrita por un movimien: to hacia atris en el tiempo, del espacio ocupado en el presente por las fronteras estatales existentes 0 en construccidn. En todo caso, el énfasis de los historia dores en el uso de archivos, basado en un profundo conocimiento contextual de Ia cultura, hizo que la investigacién histérica pareciera ser mas valida cuan: do cada quien la realizaba en su propia casa, Asi fue como los historiadlores, que no habjan querido seguir trabajando en Ia justificacién de los reyes, se encon: traron dedicadlos @ la justificacion de las “naciones” y a menudo de sus nuevos soberanos, los “pueblos. No hay duda de que eso era til para los estaclos, aunque s6lo fuera indirectamente, en términos de reforzar su cohesi6n social. No los ayudaba a decidir politicamente con sabidurfa sobre el presente, y cicr tamente no offecfan mucha sabiduria sobre las mo- dalidades del reformismo racional. Entre 1500 y 1800 los diversos estados ya se habian acostumbrado a dirigirse a especialistas, en general empleadios publi cos, para que los ayudaran a crear politica, particu 20 coNsTRvOciON stsTORICA DE LAS CIENCIAS SOCIALES larmente en sus momentos mercantilstas. Esos espe- cialistas ofrecian su conocimiento bajo diversos tit Jos, como jurisprudencia (término antiguo) y ley de las naciones (término nuevo), economia politica (ambién un término nuevo, que casi literalmente significaba macroeconomia en el nivel de las entida. des politicas), estadisticas (otro término nuevo, que inicialmente hacia referencia a datos cuantitativos sobre los estados), y Kameralwissenschaften (ciencias administrativas). La jurisprudencia ya se ensefiaba en las facultades de derecho de las universidades, y las Kameratwissenschaften pasaron a ser tema de cursos en uuniversidades germénicas en el siglo XVIII. Sin embai 0, es sélo en el siglo xix cuando empezamos a encontrar una disciplina llamada economia, a veces en la Facultad de derecho pero a menudo en la facultad (a veces ex facultad) de filosofia. Y debido a las teorias econdmicas liberales prevalecientes en el siglo XIX Ia frase “economia politica” (popular en « siglo xvi) desaparece para la segunda mitad del siglo XIX para ser sustituida por “economia”. Al eliminar el adjetivo “politica’, los economistas podian soste ner que el comportamiento econémico era el reflejo de una psicologia individual universal, y no de inst tuciones socialmente construidas, argumento que a continuacién podfa utilizarse para afirmar la natura lidad de los prineipios de laissez aire Las suposiciones universalizantes de la economia hicieron que su estudio se orientara fuertemente hacia el presente y en consecu mica qued6 relegada a un lugar secundario en los estudios de economia y la subdisciplina de la historia -onémica se desarroll6 en gran parte a partir de los estudios de historia (y en parte se separé de ellos) mas que de los de economia. El inico intento impor. tante en el siglo xix por desarrollar una ciencia social ia la historia econd CONSTRUCCION HISTORICA DE LAS CIENCIASSOCIALES 21 que no era ni nomotética ni idiografica sino més bien una biisqueda de las reglas que rigen temas sociales hist6ricamente especificos fue la construccién en la zona germénica de un campo lamado Staatswissens. chajten. Ese campo cubria (en el lenguaje actual) una mezcla de historia econdmica, jurisprudencia, socio- logia y economia ~insistiendo en Ia especificidad histérica de diferentes “estados” y sin hacer ninguna de las distinciones disciplinarias que estaban en zando a utilizarse en Gran Bretaiia y en Francia. El propio nombre Staatsvissenschaften (*ciencias del es tado”) indlicaba que sus proponentes buscaban ocu- par de alguna manera el mismo espacio intelect que antes habia cubierto la “economia politica” en Gran Bretaiia y en Francia, y por lo tanto la misma fancién de proporcionar conocimiento ttl, por lo ‘menos a largo plazo, para los estados. Esa invencisn disciplinaria florecié particularmente en la segunda mitad del siglo XIX pero por diltimo sucumbi6 ante 10s ataques del exterior y los temores del interior. En Ja primera década del siglo Xx la ciencia social alema: nna empez6 a conformarse con las categorias discipl narias en uso en Gran Bretafia y en Francia, Algunias de las figuras principales mas jovenes de la Staats wissenschaften, como Max Weber, tomaron la iniciati- va de fundar la Sociedad Socioldgica Alemana, Para Ja década de 1920 el término Staatswissensch bifa sido desplazado por Sozialwissenschaften (“ciencias sociales”) ‘Al mismo tiempo que la economia iba convietién- dose en una disciplina establecida en las universida des —orientacla hacia el presente y nomotética— se estaba inventando una disciplina totalmente nueva, con un nombre inventado: sociologia. Para su inven tor, Comte, la sociologia debfa ser la reina de las iencias, una ciencia social integrada y unificada que era “positivista” otro neologismo creado por Com: te. Sin embargo en la prdctica la sociologia como disciplina se desarrollé en la segunda mitad del siglo XIX, principalmente gracias a la institucionalizacién y transformacién dentro de las universidades de Ia obra de asociaciones de reforma social cuyo plan de accién habia tendido prineipalmente a encarar el descontento y el desorden de las muy crecidas pobla- ciones de trabajadores urbanos, Al trasladar su traba joal ambiente niversitario esos reformadores socia- les estaban en gran parte abandonando su papel activo en la presin por legislacién inmediata. No obstante la sociologia siempre ha conservado su preo- cupacién por la gente comtin y por las consecuencias sociales de la modernidad. En parte con el objeto de consumar la ruptura con sus origenes —Ias organiza iones de reforma social, los socidlogos empezaron 2 cultivar el impulso positivista que, combinado con su orientacién hacia el presente, los levé también hacia el campo nomotético, La ciencia politica surgié como disciplina aun mis tarde, no porque st tema, el estado contemporineo y su politica, fuera menos propicio para el andlisis nomotético, sino prineipalmente debido alla resisten: cia de las facultades de derecho a renunciar a su monopolio en ese campo. La resistencia ce las facul tades de derecho ante ese tema podria explicar la importancia atribuida por los cientificos politicos al estudio de Ia filosoffa politica, a veces llamada teorfa politica, por lo menos hasta la llamada revolucin conductista del periodo posterior a 1945, La filosofia politica permitié a la nueva disciplina de la ciencia politica afirmar su posesién de un patrimonio que se remontaba a los griegos, e incluia a autores que siempre habjan tenido un lugar asegurado en los planes de estudio universitarios, CONSTRUCOION HISTORICA DELAS CIENCIASSOCIALES 28 Pero la facultad politica no era suficiente para justificar la creacién de una nueva disciplina, después ‘de todo podia haber seguido ensefindose en los departamentos de filosoffa, como en realidad oc rri6, La ciencia politica como disciplina separada respondia a un objetivo ulterior: el de legitimar a economia como disciplina separada, La economia politica habia sido vechazada como tema con el argu: el mercado operaban y debfan operar seguin légicas distintas. Y ésta logica mento de que el mente requefa, como garni lrgo plo, lex imiento de un estudio cientifico separado del espacio politico. El cuarteto de historia, economia, sociologia y iencia politica, tal como llegaron a ser disciplinas universitarias en el siglo XIX (en realidad hasta 1945), no sélo se practicaba principalmente en los cinco pafses de su origen colectivo, sino que en gran parte se ocupaba de describir Ia realidad social de esos mismos cinco paises. No es que las universidades de 05 cinco paises ignoraran por completo al resto del mundo, sino més bien que segregaban su estudio sobre el resto del mundo en otras disciplinas. La creacién del sistema mundial moderno implic6 elencuentro de Europa con los pucblos del resto del mundo, y en la mayorfa de los casos la conquista de éstos, En términos de las categorias de la experiencia europea, encontraban dos tipos mas bien diferentes de pucblos y de estructuras sociales, Habia pueblos que vivian en grupos relativamente pequetios, que no tenfan archivos ni documentos escritos, que no pare- cian participar en un sistema religioso de gran alcan: ce geografico y que eran militarmente débiles en ‘elaci6n con la tecnologia europea. Para deseribir a esos pueblos se utilizaban términos genéricos: en inglés generalmente se les amaba “tribus"; en otras 24 CONSTRUGCION HISTORICA DE LAS CIENCIAS SOCIALE lenguas podia llamarseles “razas” (aunque este térmi no mis tarde fue abandonado debido a la confusién con el otro uso del término “raza”, con referencia agrupamientos bastante grandes de seres humanos con base en el color de la piel y otros atributos iol6gicos). Fl estudio de esos pueblos pasé a ser el nuevo campo de una disciplina llamada antropolo- gia. Asicomo la sociologia en gran parte habia comen zado como actividad de grandes asociaciones de reformadores sociales fuera de las universidades, tan én la antropologia se habia iniciado en gran parte fuera de la universidad como practica de explorado- es, vigjeros y funcionarios de los servicios coloniales de las potencias europeas; y, al igual que la sociologia, fue posteriormente institucionalizada como disciplina universitaria, aunque esa diseiplina estaba totalmente segregada de las otras ciencias sociales que estudiaban el mundo occidental Algunos de los primeros antropélogos se interesa ron por la historia natural de la humanidad (y sus presuntas etapas de desarrollo), igual que los prime tos historiadores se habian interesado por una histo- ria universal, pero las presiones del mundo exteri impulsaron a los antropélogos a convertirse en etnd: grafos de pueblos particulares, y en general escogie ron sus pueblos entre los que podfan encontrar en las colonias internas 0 externas de su propio pais Esto casi inevitablemente implicaba una metodologia muy concreta, construida en toro al trabajo de ampo (con lo que cumplian el requisito de invest gacién empirica de la ética cientifica) y observacién participante en un area particular (cumpliendo el Fequisito de alcanzar un conocimiento en profund dad de la cultura necesaria para su comprensién, tan dificil de alcanzar en el caso de una cultura tan cextrafia para el cientifico), La observacién participante siempre amenazaba con violar el ideal de Ia neutralidad cientifica, al igual que la tentacién siempre presente para el antropélo- > (asi como para los misioneros) de convertirse en mediador entre el pueblo estudiado y el mundo europeo conquistador, particularmente porque cl antropélogo solfa ser ciudadano de la potencia colo: nizadora del pueblo en estudio (por ejemplo los antropélogos britanicos en Africa Oriental y del Sur los antropélogos franceses en Africa Occidental, los antropélogos norteamericanos en Guam 0 los que estudian alos indios norteamericanos, los antropélo- 0s italianos en Libia). Su vinculacién con las estruc uras de la universidad fue la mds importante de las influencias que obligaron a los antropélogos a man tener la prictica de la etnografia dentro de las prem sas normativas de la ciencia. La buisqueda del estado pristino, “antes del contac to", de las culturas, también indujo a los etndlogos a -reer que estaban estudiando “pueblos sin historia”, en la penetrante formulacién de Eric Wolf. Esto podria haberlos llevado hacia una posicién nomoté tica y orientada hacia el presente, similar a Ia de los economistas, y después de 1945 la antropologia es tructural avanz6 principalmente en esa direccién. Pero inicialmente la prioridad correspondié a las necesidades de justificar el estudio de la diferencia y de defender la legitimidad moral de no ser europeo. Y por lo tanto, siguiendo la misma légica de los primeros historiadores, los antropélogos se resistie ron a la demanda de formular leyes, practicando en su mayorfa una epistemologia idiografica Sin embargo, no era posible clasificar a todos los pueblos no europeos como “tribus". Hacia mucho tiempo que los europeos tenian contacto con otras Mamadas “altas civilizaciones”, como el mundo 26 CONSTRUCCION HISTORICA DELAS CIENCIAS SOCIALE musulman y China. Los europeos consideraban esas zonas como civiliraciones “alas” principalmente por. que tenfan escritura, sistemas religiosos difundidos en grandes areas geogréficas y una organizacién po. Iitica (por lo menos durante largos periodos) er forma de grandes imperios burocraticos. El estudio de esas sociedades por europeos se habia iniciado on religiosos en la Edad Media, Entre los siglos XI11 y XVI esas “civilizaciones” resistieron militarmente Jaconquista europeallo suficiente como para merecer Tespeto, a veces incluso admiracién, aunque segura mente, al mismo tiempo, provocaban perplejidad, Sin embargo, en el siglo xIX, como resultado de nuevos avances tecnolégicos de Europa, esas “civil zaciones” se convirtieron en colonias 0, porlo menos, semicolonias europeas. Los estudios orientales, que habfan nacido dentro de la Iglesia justificados como auxiliares de la evangelizacién, pasaron a ser una préctica mas secular, y eventsalmente hallaron un lugar en las estructuras disciplinarias en evolucién de las universidades. En realidad, la institucionalizacién de los estudios orientales fue precedida por la de los estudios sobre el antiguo mundo mediterrdneo, lo que en inglés se llama “the classics", el estudio de la Antigiedad de la propia Europa. Esto también era el estudio de una civilizacién diferente-de la de la Europa moderna, pero no fue tratada del mismo modo que los estudios orientales, mas bien fue con siderada como la historia de los pueblos definidos como Jos antepasados de la Europa moderna, a dife rencia del estudio, digamos, del Antiguo Egipto o d Mesopotamia, La civilizacién de la Antigiedad se explicaba como la fase temprana de wn tinico proceso hist6rico continuo que culminaba en la civilizacién pecidental” moderna, y por lo tanto era visto como arte de una saga singular: primero, la Antigiedad; CCONSTRUCCION HISTORICA DEAS CIENCIAS SOCTALES deputy, las conqulsas bértaras y ia contnuldad bien consituia el prélogo de In modernidad. En Congclado, que na hablan progresado que no habian pteheetiterdarwetota de crear unis discplion separada dei Blowota(y de ‘lo del tipo que lor Mleofoseconoctan) ares (su huevo agregado la arqueclogi) yla historia que se pod hacer al modo del nveva historia que no era tucha, dada la eeasex de fuenn primuria), Esa en Ia prctics, cera de las disciplinas que estaban a Ese tino “humanistico” de los estudios clasicos preparé el camino para las muchas variodades de adoptaron una préctica muy especial: como se supo- nia que esa historia no progresaba, el foco de interés no era la reconstruccién de las secuencias diacr6ni cas, como en la historia europea, sino la comprensi6n y apreciacién del conjunto de valores y de précticas que habian creado civilizaciones que, a pesar de ser consideradas “altas”, fueron concebidas para set nada més que inméviles. Se sostenia que la mejor ‘manera de alcanzar esa comprensién era por medio de una minuciosa lectura de los textos que encarna- ban su sabiduria, y eso requeria una preparacién lingiistica y filolégica muy similar a la desarrollada tradicionalmente por los monjes en el estudio de los textos cristianos. En este sentido los estudios orien. tales se resistieron totalmente ala modernidad, y por consiguiente, en su mayor parte, no quedaron atra pads en la ética cientifica. Avin mas que los historia: dores, los estudiosos orientalistas no vefan ninguna virtud en la ciencia social, y rehusaban rigurosamente cualquier asociacién con ese campo, prefiriendo con- siderarse parte de las "humanidades”. Sin embargo, lcnaban un espacio importante en las ciencias socia. les, porque por mucho tiempo los estudiosos orien. talistas fueron précticamente los tinicos universita tios dedicados al estudio de realidades sociales relacionadas con China, India o Persia, Desc luego que ademas habia unos pocos cientificos sociales que sc interesaban por comparar eivlizaciones orientales con eivilizaciones occidentales (como Weber, Toyn. bee y, menos sistematicamente, Marx). Pero esos studliosos comparativistas, a diferencia de los orien: talistas, no estaban interesados en las civilizaciones orientales por sf mismas, sino que més bien su prin

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