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oT ie no Ps ee Olegario Gonzile dé Cardedal ~ ey ee a | El pan de nuestra cultura catélica | ae Tite ay rete Ce imperativo —_ biblico: «Santificad a Cristo y dad eve MRT tee MO TCT Pete Yeon oma teect de sus hechos, discerni- miento de su verdad y pro- Fe Cene- Me RIT LeCe CO Correct ce em The SR emerenetee meena Sigs oene PR ec tulo «El camino» explicita el método de este primer volumen. Cristo se dio a conocer haciendo el cami- no de nuestra vida. Los hombres le han ido conociendo mientras pensaban su propio camino a la luz de él; como los discipulos de Ematis, Accién y pensa- miento, amor y eucaristia nos permiten saber quién fue Cristo, reconocerle SINT) MM LLL Se MCE CS eo iTecnr eee ce Olegario Gonzalez de Cardedal, sacerdote, es catedratico de Teologia en la Univ. Pontificia de Salamanca. De sus libros destacamos: Jesiis de Nazaret (1993), Cristologia (2001), La entrafia del cristianismo (2003) y Dios (:2004). La BAC A Biblioteca de Autores Cristianos (BAC) nacié del tronco de La Editorial Catélica y del impulso del catolicismo sucial que propugnaba el luego carde- nal Angel Hertera Oria. Su primer libro, la Sagrada Biblia, aparecid ei 18 de marzo de 1944. Desde entonces, la BAC ha mantenido los trazos de su primera identidad, que la presentan como «el pan de nuestra cultura catélica» por su propd- sito de publicar lo mejor del patrimonio doctrinal y literario de la Iglesia y lo mas granado del pensa- miento cristiano de todas las épocas. De ahi que la BAC se haya reconocido siempre como un servicio hecho a la fe v a la cultura, maxime en su tradicion de expresién castellana. Tal servicio lo realiza la BAC con acendrado sentido eclesial, acentuando la adhesion al magisterio del Papa y la comunion con toda la Iglesia bajo las directrices de los obispos. Y todo ello formando una comunidad moral en la que la Editorial sea puente de comunicacién entre autores y lectores que no solo aprecien el acervo secular de] pensamiento cristiano, sino que lo enriquezcan con las aportacio- nes de cada momento histérico. Para la realizacion de esta tarea en sus diversas secciones, colecciones y formatos, la BAC ha veni- do contando con el especial respaldo de la Univer- sidad Pontificia de Salamanca y con la colaboracién de todas las Ordenes y Congregaciones religiosas, asi como con la asistencia y simpatia de autores y lectores, sacerdotes y seglares, hombres y mujeres que, tanto en Esr afia e Hispanoamérica como en el resto del munca, han sabido convertir a la BAC en un hogar intztectual y cultural abierto a todos. No en yano la obra de la BAC ha sido ya definida como «el mayor esfuerzo editorial realizado por caté 4cos espanoles desde hace siglos». CRISTOLOGIA ENLA BAC Jestis de Nazaret. Apreximazion a la cristologia OLEGARIO GONZALEZ !9E CARDEDAL Maior 9 Cristo, el misterio de Dios. Cristologia y soteriologia, 2 vols. MANUEL M. GONZALEZ GIL Normal 380-381 Cristologia gnéstica. Introduccion a la soteriologia de los siglos I y III, 2 vols. ANTONIO ORBE Normal 384-385 Asi fue Jesus. Vida informativa del Senor JOSE ANTONIO DE SOBRINO Normal 485 Jesus el Sefor ANGELO AMATO Normal 584 Cristologia OLEGARIO GONZALEZ DE CARDEDAL Sapientia Fidei 24 FUNDAMENTOS DE CRISTOLOGIA I OLEGARIO GONZALEZ DE CARDEDAL FUNDAMENTOS DE : CRISTOLOGIA I El camino BIBLIOTECA DE AUTORES CRISTIANOS MADRID © MMV Ai mis amigos los escrituristas Ai mis amigos los filésofos A mis amigos los monjes Ilustracién de cubierta: E/ Saltador (1411-1413), Lluis Borrassa (iglesia de Sant Pere de Terrassa) Disefio: BAC © Olegario Gonzalez de Cardedal © Biblioteca de Autores Cristianos Don Ramén de la Cruz, $7. Madrid 2005 ésito legal: M. 612-2005 ISBN: 84-7914-758-X (Obra completa) ISBN: 84-7914-759-8 (Tomo 1) Impreso en Espafia. Printed in Spain «En cuanto al fundamento, nadie puede poner otro sino el que esta puesto, que es Jesucristo». 1 Cor 3,11 «Toute évolution de pensée a son principe dans une critique des fondements». A, FESTUGIERE, Socrate (Paris 1977) 120. «La foi ne peut étre séparée du chemin de la foi. L’exposé de la foi doit toujours intégrer Paccés 4 la foi [..] La foi de chacun a son histoire et s’inscrit dans une histoire de la foi de touts. Mais aussi la foi a affaire avec Vhistoire, comme elle a affaire avec la raison». B. SesBOUL, Pédagogie du Christ. Elements de théologie fondamentale (Paris 1994) 231. «A mesure que Phumanité grandit, le Christ se léve et la tache perpétuelle de la philosophie et de apologétique c’est de découvrir que lui, il est plus grand, et incomparable». M. BLONDEL, Carta a Victor Delbos (6-5-1889), en ID., Letires philosophiques (Patis 1961) 18. «Vielleicht ist der abendlndischen Metaphysik der Weg in das “Unterwegs” noch verlegt. Das in seinem Wesen noch nicht fest-gestellte Tier ist der jetzige Mensch». M. HEIDEGGER, Untervegs zur Sprache (Stuttgart 1997) 45. ! «Dos de los discfpulos se dirigian a una aldea llamada Ematis. Mientras hablaban y se hacian preguntas, Jestis en Persona se acercé y se puso a caminar con ellos... Y ellos contaban lo que les habia ocurrido cuando iban de camino y como le habian reconocido al partir el pan» 4 Lucas 24,13.15.35 INDICE GENERAL Pags. PROLOGO XX BIBLIOGRAFIA XXXV SIGLAS Y ABREVIATURAS 660 eee eee ee eee eee eee LXI Capiruto I. Principios y presupuestos............. 3 1. El punto de partida. . 3 a) Las palabras .. : 3 4) Fundamentos miltiples . . 4 ¢) Las ideas-madre y los problemas permanentes de la cristologia 6.0.6... 6 qd) Lanecesaria explicitacién de los fundamentos la- tentes .......00. see 8 2. La aristologia como teologia 10 a} Fundamento antropolégico, teologico e histérico, 10 2) Puntos de partida y fuentes de la cristologia. . 15 4 Objeto de la cristologia .. . . : 17 4) Sujeto de la cristologia : 18 4 Condiciones y propiedades de la cristologia .... 22 3. Historia y fe. . : 23 4) Lainvestigacion de Jess y la fe en él como Cristo. 23 b) Ciencias y lenguajes diversos sobre Jesucristo. . 24 4 La doble respuesta de sus contemporaneos a Je- SUS eee eet eee 26 4 Ruptura de la unidad o el «horrible foso» entre particularidad y universalidad...........++45 28 ¢ La integracién de la judeidad de Jess en la mesia- nidad y filiacin de Cristo ...........-22055 30 4. — Relacién entre el conocimiento del hombre, de Cristo y de Dios. Cristo, «simbolo personal» de unién entre Dios y el hombre... 33 4) Elconocimiento de Dios en cuanto causa y en cuanto Dios 0.6... ee eee eee 34 4) Presupuestos relativos a Dios como base de la cristologia... 2.0... e cece eee eee ee eee ee 36 9 El Dios de Jest y el Jestis de Dios desde el AT. 40 XH Indic i, Indice general Indice general Xi Paes _ Page. 3 Blhombre abierto, imagen de Dios, dei-forme... 43 §) Los becbor de Ia historia frente a mito, dogma, codestinados de un Dios y de un hombre ideologia, poder politico .......+6.+ +++ 225 98 5. Las problemas eternas y las problemas tempor pore 5 45 @) Los coprotagonistas de la historia de Jess... .. 100 gis, 0s y Jos problemas temporéneos de la eristo- d) La presencia de Poncio Pilato en el Credo. ... 102 a) Metafisica ¢ historia de la salvacion Levees i ¢ Los hechos y el sentido . betters esse 103 4) Dimensiones de Cristo: hecho, figura, drama, fp Cristo en aquel tiempo - Cristo en nuestra existen- idea, persona... 2.2... eee 53 cia (Cullmann y Jeremias - Bultmann) ......-- 105 9 Relacion entre la persona (cristologia) y la obra g Bl tercer nivel de realidad en Jestis: reelacién ... 107 d (soteriologia) eee ee 54 4) Relacion entre los tres niveles: echos, sentido, 4) Historia y dogma, como problema maximo de revelacién -. 108 4 Le siglo : . 87 2. El reconocimiento de Jestis como Cristo on la Iglesia hasta boy... 11 verdad de Cristo: pluralismo, in a) Los hechos fundantes: minimos ¢ incuestio- 6 Jauroridad ‘formativa 59 nables . 11 ae Sits tons &:pesbilided para la cristologia.... 64 b) Reconocimiento y rememoracin de Jesiis..... 112 Cristo positiva del hecho y de los hechos de 6 @) Recuerdo personal y memoria institucional de 2) Percepeién cubjet 64 JeS05. ee eee cee ee cece ete net ences 113 con Casto et de su persona o encuentr 4) Laeucaristia, forma dela fey matriz dela Iglesia. 114 ) Fandamentacién objetvadora o veicacion dela 2) Tradcin y comunidad como imbitos de sf. 118 0 universalidad de la propia experiencia . . 67 Jests, nunca olvidado y siempre rememorado . . 116 )) Personalizacién en la fe y en Ja oracion . . 70 3. Lugar que Cristo ha tenido en el cristianismo ........-- 118 7 2 , Coherencia existencial o la praxis segiin Cristo. . 79 a) Medida y grandeza en el orden de la humanidad. . . 118 i ssanientosyroiteias de Cfo 80 }) Figuras tipicas de autoridad en el orden dela religién. 120 Elprimertriingulo hermenéutico: Hombre-Dios- 4) Jestis figura en el orden de la revelacion. ... . .. 127 y Hl sepunde fete eee eee eas 81 d) La persona de Jestis como centro del cristia- tees neh oy 4. Lean i apron de Cro. tr 4) Cristo desde et Padre y desde el Espiritu...... 87 : C persona © TEE 4) Cristo desde su prehistoria en el AT, su presencia 3 Princinie de ony ¥ cristomonismos « «* BI en la Iglesia y su futuro pendiente: «El Mesias que b) rincipio de concentracion cristologica . 132 (VIENO eee eee i 88 ¢) Principio de desbordamiento cristolégico. . . - . - 134 8. Objetividad ly donation. De Cristo objeto a Cristo don... 90 4) Principio de trascendimiento cristologico. .. . . . 136 4) De Cristo objeto de escandalo a Cristo sujeto de 2) Lacristologia como tratado propio y la cristologia , AMOL. eee eee eee eee eee 90 operante en el resto de tratados teoldgicos. ... - 136 ?) Lectura de Cristo desde la fenomenologia: Epifa- J no y Donacién : _ 92 Canirle I. La fe en Jests como Mesias (Cristo)- y le la cristologia: pensar y confiar .. . 904 I Hijo” Sefior, ., la ruptura de la sintesis originaria a lo largo de la historia...........------+e0-+ .. 139 CaPtruLo IL El hecho de Jess de Nazaret........ 97. M1. Lexeonfsin atone en ol Nevo Testament Jess de Nazaret 97 1. La confesién erstoligica en el Nuevo Testamento........ 139 97 4) Los dos polos que la sostienen: muerte de Jesus 1. El hecho histérico de Jess de Nazaret.... . 97 infligida por los hombres - resurrecci6n realizada 4) Jesus en el otigen del cristianismo . . XIV Indice general por Dios. Légica de contraste entre lo que los hombres hacen con él y lo que Dios hace... . . 4) Las tres dimensiones del hecho: historia de Jesus, revelacién de Dios, salvacién de los hombres. . . 9 Los tres titulos identificadores de Jests: Cristo, Sefior, Hijo De la polémica pagana a la herejaintraeclesial a) «Adversus indaeos, nationes et mauroy» . . 4) «Adversus haereses» (San Ireneo) oe 9 El principio de sospecha: el Evangelio contra la Iglesia (Lutero) . 4) DeLutero en el siglo xvt a Harnack en el siglo xx. ¢) Los misticos espafioles o la unidad de experiencia cristolégica J) Los Socinianos o la alternativa a la raiz del cristia- nismo (Trinidad, encarnacion, redencién)..... . Laescisiin cartesiana de la realidad y su efecto en la cristologia. 2) La division de la realidad: res extensa-res cogitans .. 4) Las dos tnicas cuestiones: existencia de Dios - in- mortalidad del alma, o desalojo del cristianismo y de la real teologia ........ 22 4) Raices de la modernidad y lugar del ctistianismo en ella La nueva comprensiin de Cristo y la Leben-Jesu-Fots- chung . a) La diastasi hechos-sentido, verificacién-testi- ¢) Fases y formas de construccién del llamado Jesus histoticom -6 eee ee Protagonistas de la Leben-Jesu-Forschung. De fin del) ilo XVIII al fin del sig) XX... 4) Hermann Samuel Reimarus (1694-1768) ...... 4) Gotthold Ephraim Lessing y la Hustracién (1729- 1781). cece cece eee eee 4 Friedrich Daniel Ernst Schleiermacher y el Ro- manticismo (1768-1834) . 4) David Friedrich Strauss (1808-1874): de la histo- fiaal mito... 2... ele ¢) Séren Kierkegaard (1813-1855) frente a Hegel (1770-1831) Pigs. 139 141 144 145 +146 147 149 152 153 155 158 159 160 162 166 166 167 169 174 174 177 198 209 Indice general XV Paige al 1874- . Kahler (1835-1912) a R. Bultmann (1874 A 1396) yK. Dark (1886-1968). La historia de Jess y el kerigma cristologico de la Iglesia. tee g De F. Ch. Baur (1792-1860) a E. Kasemann (1906-1990). La nueva biisqueda de Jesis ..... fy) Ia tercera biisqueda de Jestis (1970-2000) .... horigonte de fin de siglo . y Til legaclo de la modernidad: Feuerbach, Marx, Bloch o Prometeo contra Dios - : b) Nietzsche o Ia instauraci6n de la realidad: Diony- sos contra el Crucificado.....- ct ceeeaes <) La posmodernidad y el pensamiento débil ante Cristo . . @) Politeismo, pluralismo y libertad frente a mono- teismo, unidad y verdad. ....... been eens Lee ¢) Lapretensién salvifica det cristianismo y la reivin- dicacion de las religiones ..... « preteens - Conclusion: Los dilemas 0 trilemas de la cristologia hoy (Dios, el hombre Cristo, eundo) Capiru.o IV. Fundamentacién de la fe en Cristo... . 1. Sentido de la fundamentacion . . : ' a) El lugar de la fundamentacién es el mismo que el de la realizaci6n, vee . 4) Los tres generadores de orden objetivo ..... - ) Las tres condiciones necesarias en la ejercitacion subjetiva . - 7 oe E! acontecimiento originador de la fe: la revlecién seeeeee a) Los hechos del origen en su triple contenido . . - 3 Elacontecimiento de Jesus inteligible desde la his- toria de Israel, desde la Iglesia y como novedad irreductible ... 2.0.5.2 cee eee eer trees @) Los tres protagonistas a los que el NT refiere los hechos ... 206s eee i La exastencia de Cristo (persona, obra, palabra) como revela- Giin de Dios... een eee seeees a) El orden de la religion y el de la revelacion wees 4) Elcristianismo como revelacién: el término y sus problemas : 4) Los problemas fundamentales de la revel lacion. . 4) Términos que describen la revelacion de Dios en Cristo... ee ce teen nes 244 261 286 302 302 304 306 309 310 318 321 321 322 324 326 328 328 XVI CapiruLo V. 4g dD 4) 4) 9 4 g Credibilidad de Cristo revelador . 4) 4 9 4) g Dd g 4) y dD damental? 4) 4) 9 CI) El lugar de la oristologia. oo. oo. eee 4) Indice general Interpretacién teoldgica de la revelacion en la Iglesia... cece cess enc ees La transmision y actualizacién de la revelacién de Dios en Cristo La fe como respuesta del hombre a Cristo revelador de Dias . Revelacién y fe.... EI sujeto de la fe. El acto de la fe . El objeto de la fe. La vida de fe...... Preambulos de la fe, signos de revelaci vos de credibilidad y motivo de la fe... oe Los ojos de la razén (saber cientifico) y los ojos de la fe (adhesion religiosa) Vision objetivista (Creo que») y visién persona- lista («Creo en ti»), Visidn individualista (yo creo) y visi6n comunitaria (creemos desde y con la Igle- sia) La persona de Jesus. La fe en Cristo, matriz de ideas, experiencias y es- peranzas La Iglesia «sacramento d los santosy, Patencia y discrecién de Dios en Cristo La fe razonable y transracional......... os La certeza de la mera razén y la certeza de la ente- ra vida personal. . . Inteligencia de Cristo en la fe El fundamento de la fey el objeto de la fe. Una cristologia fun- Relacién entre cristologia gia dogmatica La luz de la persona, de la obra de arte, de la exi TENA ee eee eee La autoevidencia de la persona de Cristo. La «cristologia en busqueda» (K. Rahner). Lugar de la fe como lugar de la cristologia Pegs. 357 361 369 369 373 - 378 381 382 383 383 385 389 392 394 399 401 403 409 409 409 414 416 418 420 422 Fuentes de la cristologia . . 4) Indice general La Iplesia: lugar del encuentro y lugar de la inter- retaciOn. 6. eee eee eee ee eee Leas eset eee Pagar como condicién de posibilidad, emplaza- miento y forma de vida. .....--- : Las tres formas de cristologia correspondientes a los tres lugares fundamentales: monastica, acadé- mica y politica see La fuente de la fe y los cauces de la fe. Otras fuen- b) Fuentes externas ¢ internas, informativas y moniales .. 0.60.20 cece eee ener eee vise @ La atraccidn del Padre y el impulso del Espiritu, posibilitadores de la fe en Cristo como Hijo y Re- velador absoluto ...... 600s eee eee eens 4) La autoconciencia de Cristo como lugar connatu- ral pata nuestro conocimiento y fuente de la cris- tologia. 6... eee eee crete pereeeseeee cee ¢) Los apéstoles y la Iglesia, mediaciones autoritati- vas hacia la inmediacion con Cristo . . . Método de la cristologia, . re 4) Unidad de fe en Cristo y pluralidad de cristologias en el NT : b) Las dos sistematizaciones de la cristologia, corres- pondientes a los dos milenios: historia salutis - ordo disciplinge eevee eee vce ee ee es vaste: 2) Elplanteamiento moderno: de la revelacién y fe a la raz6n e historia, De la Trinidad a la judeidad d Jess... ee eee eee ee eee . d) Positivismo historico, cristologia trascendent cristologia narrativa........eeeeeeee ceeee ” ¢) Relacion entre cristologia ascendente y cristologia descendente. ........- 0600 c creer ere eeee CapiTULo VI. El tratado de cristologia..........-+- 1 2, 3. 4, El nombre de la cristologia La realidad de la cristologia Formas de cristologia: histérica, filosifica, dogmdtica . Definicién de la cristologia. 4) Reflexién sistematica Hombres creyentes La persona de Jest: Racionalidad histérica y método cientifico . .. . . XVI Page 423 425 428 430 430 432 434 435 438 441 443 450 XVII 6. Capituto VII. rey Indice general ¢) Distintos accesos a Cristo con sus lugares y méto- dos propios J) Situacin histérica . . &) Logos de verdad y evangelio de salvacion . La sistematizacién de la cristologia . a) Propuesta historico-salvifi 4) Propuesta sistematica..... Relacién entre cristologia y soteriologia . La cristologia contempordnea ....... Horizonte y perspectiva Fases y sistematizaciones de la cristologia . Centenario del concilio de Caleedonia y programa de Rabner. La cristologia en el sltimo medio siglo... 0... 1... a) Decenio de fin y de comienzo (1950-1965) . . . 4) Decenio de deconstruccién agresiva (1965- 1980). ¢ Decenios de extensién a nuevos horizontes (1980-2000) Panorama sucinto de la cristologia contempordnea . 4) Las cuatro formulas fundamentales, a la luz del punto de partida y centro de interés.......... 4) Divisién por razon de la realidad que establece las primacias. . . 9 Division por lugar y del sujeto que ‘a GIES eee ee eee eee 4) Division por otros criterios diferenciadores . Grandes convicciones logradas en Jos siltimos decenios...... 4) Reconocimiento de la historia fundante como in- dispensable punto de partida... . 4) Axticulacion de la Escritura con la litargi ¢) Ensanchamiento ecuménico, 4) Determinacién soteriolégica de toda afirmacién ctistologica 0.0... eee eee eee eee eee ¢) Integracién del horizonte antropolégico. . Perspectivas nuevas pendientes de una articulacién sistemitica, a) Cristologia y pneumatologia. 4) Cristologia y feminismo . ¢ Cristologia dramitica. 4) Recuperacién de Hegel y del idealismo para la teologia. 0... eee ee eee ee ¢) La soteriologia entre la solidaridad y la susti- tucién, fp Lasuma de di Pgs 474 477 478 481 481 482 484 493 493 496 500 502 502 503 503 506 506 S11 512 514 515 515 516 517 519 $22 524 525 526 529 530 533 536 Capiruto VIII. inculturacion Pee PIA Indice general g) Launidad personal de Jesus: particularidad judia y universalidad salvifica ..... 0660-0000 even ee 4) Complejidad de la figura de Cristo y complejidad de la respuesta del cristianismo ...........-- i) Integracion de la prehistoria y de la posthistoria de Cristo (Trinidad, AT e Iglesia). . Tentaciones fundamentales de la cristologia . . a) Tentacién positivista: Jestis como «mero hecho». 4) Tentacién funcional: Jess como instrumento o «mero farmaco» g Tentacién subjetivista: Jess como «mi Jesus» . . @) Tentacién conceptual: Jesis como «Idea de Cristo oo. eee eee eee Cristologia en contexto. Pluralismo e Historicidad del hombre - historicidad de Cristo Horizonte europeo y horizonte universal del cristianismo. El Vaticano I _y la tarea de la inculturacion .......... Cristo consumador y crisis de la cultura. Encarnacién integral (personal, social, cultural) . Las nuevas tareas de la cristologt La trascendencia de Cristo. . Los criterios de traduccion y de ‘reoreasién oristo dgicas . Cristologia ¥y filosofia Captruo IX. Cristo en la experiencia cristiana. Histo- ria y misterio.. 00... ccc cece ccc e eee eees 1, La historia de Jestis - historia de salvacion .......-.+ ++ 4) Los tres niveles de la existencia personal de Cris- to: El hombre Jesus, el Mesias resucitado, el Hijo encarnado 4) La verdad de los evangelios como confesién de Cristo. (Exactitud de hechos, sentido de existen- cia, revelacion de Dios). ....... 2.000200 4 Los protagonistas implicados en este destino (Je- sts, Dios, contemporaneos, humanidad entera) . 4) La historia de Jestis (oferta suprema de Dios, res- puesta suprema del hombre, colmo del tiempo) . Hechos y misterios : 4) Elmisterio y los mistetios . . . XIX Pigs. 539 541 549 549 551 555 557 561 561 563 564 569 575 581 582 588 591 591 591 592 593 594 599 599 XX Indice general Indice general . 710 Pegs. Comprensién del ser 4 Compren: én del hombre . m1 4) Dimensién mistérica de los hechos hist 715 di 4. Persona 729 a 602 5. Ragin... 3. El acceso a los hechos y el acceso a los misterios: Las mediacio- 7 . 745 nes instituidas. 610 A YNOMASTICO a) La historiografia mediadora de los hechos 610 {NpICE 0! 4) Laanamnesis mediadora de los misterios de Jesis (la memoria subjetiva del individuo y la memoria objetiva de la Iglesia). : 616 4. Los misterios de Jestis en la conciencia de la Igi -+ 621 a) Forma teérica de los tedlogos, mistérica de los santos, moral de los predicadores............ 621 5) La historia de Jests entre la filologia y la mistica. 623 ¢) Los origenes de una mistica de Jesus . . 624 d) Redescubrimiento de la humanidad de Jests enla Edad Media... 60.0... e eee eee ee cece ee 626 ¢) Frente al Dios absoluto: mi Cristo (Lutero); y frente a la mistica de la esencia divina: la contem- placién de los pasos, hechos y misterios de Jesus en su historia (Santa Teresa de Jestis, San Ignacio de Loyola, misticos franciscanos, imagineria cas- tellana) . 6 eee 629 J) Escuela francesa de espititualida Verbo encarnado........... 636 & La época moderna y el siglo xx . 643 5. Los problemas tedricos del conocimiento religioso de . 645 a) El6tgano apropiado para conocer a Jesus en cuan- to Verbo encarnado y salvador del mundo ..... 647 4) De la absolutizacién de la raz6n a los sentidos re- a 647 4) ElEspirita Santo y los sentidos espirituales.... 648 4) Lateaccién del corazén y del animo frente a la ra- z6n, y de la praxis frente al concepto. . 649 ¢) Del Cristo sensible al Dios sentido . . 651 6. Hacia una teologia de los misterios de la vida de Cristo (Gaur dini, Casel, Rahner, Balthasar, Zubiri) . 654 CapituLo X. La légica de la fe en Cristo: Sintesis con- clusiva . . vee 661 1. Historia 666 2. Revelacién . 681 3. Verdad... 703 a) Comprensién de Dios... 706 PROLOGO Los fundamentos del cristianismo son de doble naturaleza: unos exteriores y previos; otros interiores y resultantes. El surge de una historia con arraigo en Israel iniciada por Cristo y se prolonga en la comunidad surgida de él, que es la Iglesia. Histo- ria, personas, experiencias constituyen el elemento originario, veri- ficable en tiempo y fijable en lugar. De ellas han nacido la fe y la teologia. Estas son realidades derivadas de un ejercicio de la inte- ligencia y de la libertad humanas, al descubrir esos hechos como signos de Dios, que él da de si llamando y enviando a unos hombres, quienes se sienten necesitados a responder a esa llamada y a ser responsables ante quien los llamé y encargé una misién. De ahi surgié la experiencia real de ser persona, aun cuando luego se tardase siglos en elaborar el correspondiente concepto filosdfico. De la llamada de Dios (revelacién) surge la respuesta del hombre (fe), en una correspondencia creadora, ya que la palabra que llama crea la posibilidad y gozo de la res- puesta. Esta explicita, extiende e istorifica la llamada. Tenemos asi el binomio: llamada divina-respuesta humana, por un lado; pregunta humana-respuesta divina, por otro. Los fundamentos son cimientos estdticos y a la vez principios dindmitos. En este sentido, los fundamentos y contenidos de la fe, como consentimiento personal del hombre a Dios revelan- dose en la historia para comunicarle su vida, son también prin- cipios de la teologia. Lo que funda la realidad creida (contenido) constituye el presupuesto o fuente que en un sentido funda la posibilidad y en otro desencadena la necesidad de conocimien- to. Donde se encuentra la realidad creida, se tiene la posibilidad de llegar a la realidad inteligida (teologia). Por ello la pregunta Por la posibilidad de conocer a Cristo y de fundamentar este conocimiento (cristologia) se vuelve en pregunta por el lugar donde le encontramos. ¢Es el pasado, de forma que sdlo nos es Posible indagar guién fue? ¢O es posible un acceso y encuentro, XXIV Prélogo que nos permiten conocer quién es él en ef presente? De entrada, édonde situamos a Cristo: en el ayer de hace dos mil afios ago- tado, 0 vivo en el hoy en medio de nosotros? De ahi nace la diferencia: para unos el tnico lugar posible para conocer a Cris- to es la tierra e historia pasadas, y de ellos es competente exclusi- vo el historiador. Para otros, en cambio, el lugar decisivo que nos permite descubrit la significacién de Cristo y de dénde han nacido no sélo personas e ideas (cristianismo), sino también su realizacion como hecho social, comunidad e institucién (cris- tiandad), potencia generadora de vida personal en cada hombre (cristiania), sin lo cual Cristo setia un numero insignificante entre los millones de hombres de la cultura judia del siglo 1, es la Iglesia. I El principio de sospecha que, puesto en marcha por Reima- rus, llega hasta la mitad del siglo xx, ha producido un cuestiona- miento y una conmoci6n de los fundamentos de la fe en Jesus como Cristo de Dios. La sospecha ha trabajado en actitud des- tructiva en un sentido y reconstructiva en otro. Ha intentado ir més alla del Cristo creido hasta llegar a un Jestis verificado; des- de Ja interpretacién eclesial a la verificacién cientifica, del Jestis de la liturgia y del dogma al Jestis de la Tord y del Reino. La investigacin de la vida de Jestis con sus tres grandes momen- tos (A. Schweitzer, E. Kasemann, J. D. Crossan como simbolos) ha esclarecido algunas perspectivas particulares de contexto his- torico y de la tradicidn eclesial, pero a la hora de otorgarle tlti- mo sentido ha desembocado teiteradamente en el escepticismo. E] Jesus que resulta de esos libros no supera el judaismo de entonces ni la moralidad general de cada época. No hay Jestis sin historia, pero esa historia se ha acteditado y manifestado como reveladora de Dios (dimensién teolégica) y redentora del hombre (dimensién soteriolégica). Sélo por ellas han perdura- do vivos hasta hoy el recuerdo y el seguimiento, el amor y la fe. De ambas deriva la significacién escatologica de Jestis, que se expresa en la confesi6n: «Jesucristo su Hijo Nuestro Sefiom. Aquella historia y esta Iglesia son las dos columnas del templo de la fe. Prélogo xxv Si durante los siglos Xvi y XVIII la alternativa Parecta simple mente «Razon-Fe», en el siglo xx Ja conexidn entre a fe oe tiana y la sociedad moderna aparece con nuevos m: rian resumir en los binomios siguientes: 1. Historia particular de un pueblo y de un hombres por u lado, y, por otro, historia universal de todos los hon! nes ee le todos los tiempos. ¢Se puede hacer de un fragmento de la histo- ria el centro de toda ella? ; 2. Jess de Nazaret, como figura bistoriva concreta, no arrancable a su particularidad judia, y su elevacion a medida absoluta de la humanidad y a revelacion absoluta del Absoluto. 3. Historia y verdad, ¢Por qué caminos llegamos al centro de nuestra existencia y al logro de nuestro destino: por el recuerdo, conocimiento y convivencia con otros hombres, en especial con quienes reclaman ser portadores de la revelacion y salva- cién de Dios, o por la sola reflexién racional y la inmetsin contemplativa en nuestro interior? 4. Relato_y dogma. El cristianismo ha hecho de los evange- lios, como narraciones confesantes del origen, la fuente y nor- ma de su vida, pero los ha interpretado sucesivamente a Ia luz de las nuevas culturas. Entre los textos evangélicos y concilia- res, hay continuidad de fondo o hay una metabasis eis allogénos? 5. Comunidad de tradicion, autoridad e interpretacién, por un lado, y, por otro, ciencia, raz6n, individuo. La busqueda coo- perativa de la verdad, gde qué naturaleza es? ¢Es resultado de la acumulacién cuantitativa de saberes anteriores 0 resultado del ahondamiento de cada sujeto en su propia existencia con la consiguiente responsabilizacién frente a la historia? 6. Mediaciones descendentes 0 mediaciones ascendentes pata el encuentro con Dios. ¢Hay lugares, tiempos y personas, que Dios en su irreductible y transgresora libertad instaura y consti- tuye «dogmaticamente» en la mediaci6n de su voluntad y de sus decisiones salvificas, o por el contrario la historia no va mis alla de lo que son deseos, anhelos ¢ iniciativas de la conciencia humana, por su estructura originaria abierta al absoluto? Jestis, é€s mero fruto de Ja naturaleza y de la cultura o es fruto nuevo del Espiritu Santo, innovacién de realidad respecto a todo lo anterior conocido y dominable (encarnaci6n)? XXVI Prélogo 7. Fey realidad. La fe, ¢desvela nuevas dimensiones y posi- bilidades de Ja naturaleza humana con las que el hombre se enriquece, bien porque se siente afirmado en lo que espera 0 bien por la novedad sorprendente que se le ofrece, 0 por el con- trario se trata de «transmundos» que por ser irreales irrealizan al hombre? (Feuerbach, Marx, Nietzsche). Y, desde esta perspecti- va, ges Jestis un extensor de la verdadera humanidad por ser el hombre abierto o su alienador? 8. Fe y praxis. gCual es la forma verdadera que tiene el hombre de aposentarse en el mundo: la transformacién o la contemplacién, las esperanzas revolucionarias hacia la justicia intramundana o la esperanza como principio que anticipa, acre- dita y deja abierto al hombre ante el Futuro Absoluto? Y si No son contrapuestas sino complementarias, écémo se articu- lan entre si? El evangelio, ¢cémo es buena noticia y praxis de salvacion? 9. Historia y Absolute. La Ulustracién fue superada por la filosofia del siglo x1x cuando ésta toma absolutamente en serio la historia y no sélo Ja naturaleza, el sentir ademas del razonar, Jo posible absoluto adveniente ademas de lo dominable. :Puede el Absoluto tener historia? ¢El Maximo es capaz de lo minimo? ¥ si ejerce esa capacidad, ¢cémo lo hace: en la violencia o en la inocencia, en el poder o en la cruz? 10. Dios y ef hombre. El legado envenenado del siglo x1x fue comprenderlos como antagonistas, no como interlocutores y coadjutores. Esa contraposicién fue ya resultado de una «des- cristianizacién» de Dios, de su reduccién a concepto, idolo, pie- za de un sistema. El cristianismo no parte de una idea fija de Dios para comprender a Cristo, sino a la inversa: parte de la persona y forma de vida, doctrina y destino de Jestis, para com- prender definitivamente a Dios. I En la segunda mitad del siglo xx el rigor metodolégico y la honestidad intelectual de exegetas, historiadores y tedlogos han abierto una fase nueva para la cristologia. La confianza ha suce- dido a la sospecha. La exigencia cientifica llevada al extremo ha Prilego XXVII mostrado que son estériles y esterilizadores: el Posicivismo cuando no va acompafiado por la reflexion metafisica; la cons: tatacion pot la interpretacion; el individuo que reconstruye é pasado por la comunidad de tradicion, de inverpretacién ¥, le vida en la que aquel Jesus es confesado viviente y vivi fea or No es posible la posesion existencial de la verdad fuera de Ja historia y, a la inversa, no es posible una real historia, como ges- ta de ha libertad, si no esta abierta a la trascendencia, interrogan- dola nosotros y respondiéndola si ella nos interroga. Por otro lado hemos aprendido a ensanchar la realidad no sdlo hacia atras en la memoria sino también hacia adelante en la esperan- za, contando con la realidad de lo posible. Con ello aparece como arcaica la comprensién de una historia cerrada sobre si misma, con su radicalizacién extrema en la pretensién del histo- ricismo positivista, que niega la posibilidad de la novedad radi- cal, E. Troeltsch hablaba de la «omnipotencia critica de la analo- gia, a tenor de la cual nada hay en la historia cualitativamente diferente de lo ya visto y ofdo». / La teologia, y especialmente la cristologia, ha compartido el destino de la razon moderna: el paso de la ITlustracién (Kant) al idealismo (Hegel); del positivismo cientificista a la filosofia ae la accion y de la vida (Blondel, Bergson); del neokantismo ala fenomenologia, el existencialismo y sus derivaciones ulteriores (Husserl, Unamuno, Heidegger, Ortega, Zubiri). Ha comparti- do también los avatares de la exégesis, desde el entusiasmo sin limites por las actitudes genéticas y criticas de los métodos his- torico-criticos, donde el origen y la fijacion de las fuentes primi- tivas lo era todo, hasta las fases finales centradas en los andlisis literarios (retdrico, narrativo, semidtico), a la vez que situando los textos en contextos mas amplios (sociolégico, psicolégico, cultural), y descubriendo lo que ha significado la historia de su constitucién en canon por la Iglesia (acercamiento candnico) y de su recepcién por ella (Wirkungsgeschichte). Estas mutaciones en la lectura de los textos han Ilevado consigo una diferente interpretacién de lo leido. Sin embargo, atin no tenemos gra- nada la cosecha, ni cribados los resultados, para elaborar una cristologia desde todos esos intentos, parciales pero licidos y fecundos en muchos sentidos. XXVIII Prélogo Sumados todos esos factores, estamos ante una €poca nue- va. Por otro lado se han puesto en cuestién no pocas premisas de ‘a modernidad filosdfica, como pueden ser el predominio de la razon instrumental y del formalismo vacio de realidad histérica, el apriorismo del sujeto trascendental, la desecacién de la inte- ligencia absolutizada como razén y seccionada de las otras determinaciones igualmente constitutivas de la existencia, el humanismo del mero hombre absolutizado como individuo sin Projimo, sin comunidad y sin responsabilidad. El ejercicio de la critica se ha vuelto también sobre todos esos presupuestos, pre- guntandose si han resultado verdaderos los principios instaura- dos en el siglo x1x por los padres de la sospecha y creadores de la modernidad. Aun no sabemos del todo qué es la posmoder- nidad, pero ya sabemos que no pocas afirmaciones de la era moderna necesitan ser revisadas, y como resultado del examen, negadas, trascendidas o completadas. Todo esto debe ser inte- grado como horizonte de la reflexién para los nuevos esbo- 20s de cristologia. Ya no somos ingenuamente modernos, aun cuando no sepamos del todo cémo debamos ser en el nuevo siglo. j«Nada moderno y muy siglo xx», decia Ortega! Cumpliendo el precepto paulino (1 Cor 14,23-25) de cele- brar, pensar y vivir como cristianos «bajo la mirada del incrédu- lo» J. Levie), la cristologia se ha elaborado en el siglo xx bajo la mirada del judio, del historiador positivista, del hermeneuta, del metafisico puro, del existencialista, del marxista, del fildsofo Practico, del ateo clasico y del agnéstico indiferente. Hemos pensado y escrito como si los tuviéramos a todos ellos posados sobre nuestros hombros, auscultando con Ojos avizores cada palabra transcrita (J. P. Meier, como actitud limite en su obra Un Judio marginal). Ante ellos hemos intentado exponer los hechos objetivos; mostrar su capacidad para ser percibidos como sig- nos de Dios; exponer todas las dimensiones de la realidad (hechos extetiores, potencias y dinamismos interiores del hom- bre con su exigencia de verdad y de bien), que conjugadas con los hechos hacen posible la fe en Cristo, reconociendo a la vez que en ella se conjugan dos misterios: la libertad del hombre y la libertad de Dios. Esto que parecfa una salida o respuesta en falso es la razén suprema, porque sdlo donde el hombre queda Prilogo XXIX ncargado con su libertad, a solas 0 acompafiado, es cargo 9 edadero. ‘También delante de la revelacién suprema 01 de Dios en Cristo. poet E] tedlogo tiene como misién exponer y repone consol dar y aftanzar los fundamentos originantes de la fe, Pere tando- se de la conmocién que éstos Ssufren por razones exte so internas a ella. La fe tiene una historia viva y todo lo vivo cr sce se trasmuta y se regenera; asi llega a plenitud. esa lami nacién, purificacién y consolidaci6n de fundamentos in enta colaborar esta obra recogiendo la cosecha de objeciones y . puestas, de nuevas perspectivas ¢ intuiciones lograi as cn al siglo Xx, para legarlas a Jas nuevas generaciones y que no p sen en vacio de historia. . . De este siglo nos queda como legado definitivo la conexion necesaria entre historia y trascendencia, entre fe y vida, entre razon histérica y experiencia cristiana, entre memoria el Pasa do y construccién del presente, entre Universidad e Ig) esa. I fe en Cristo es comprendida como don de Dios a todos los hombres. A su luz, la Iglesia, afincada en su origen historico (Jesucristo) y arraigada en su apy, 0 principio permanente ¢ e vida (Espiritu Santo), se piensa, organiza y realiza a si mis ma desde las cuatro claves siguientes: celebracién, testimonio, misi6n, servicio. Asi llegamos a la categoria que orienta este pri- mer volumen: «camino». Con ella queremos comprender lo que ha sido la trayectoria de la fe y de la cristologia en los dos alt- mos siglos. La verdad se encuentra en el camino. In via wen Intellecturi in ipso itinere. En el camino de los hombres ha sabi ° Dios quién es él mismo como Dios de los hombres y en el camino del Dios encarnado hemos sabido los hombres quiénes somos como hombtes de Dios. Ese camino comin tiene un nonabre y 4n rostro nico: Jesucristo. / Los evangelistas, San Lucas sobre todo, han comprendido el destino de Jess como «camino», «éxodo» y sasuncion». San Juan completa estas categorias con las de «salida del Padre»- «camino entre los hombresy-«etorno al Padre». El camino de XXX Prilogo Jests tiene varias fases. Es el camino desde la casa y hogar pro- pios (da casa del Padre» [Lc 2,49]) hasta los hombres para com- partir la lejania de los que rompieron con el Padre y se marcha- ron a tierra extrafia (Le 15,13: la regio dissimilitudinis de San Agustin y Der Weg in die Fremde de Barth) (Encarnacién). Es el camino de su casa y patria de Nazaret hasta Jerusalén (Pasion), Es también el camino que Jests hace desde su tiempo y tierra hasta el fin de los tiempos y hasta las ultimas tierras con los hombres, con cada hombre (Presencia en la Iglesia). Este cami- no unico del Primogénito para acompajiar a los muchos herma- nos (Rom 8,29) tiene esos tres tramos fundamentales, y asi une la eternidad de Dios con el fin de la historia en la parusia. «Cristo anduvo no sélo el camino desde el Jordan hacia el Gol- gota, sino que lo anda todavia una y otta vez. Su Historia no se convirtié en historia (percance ocasional agotado en su momento); es decir, fue realmente su historia en su tiempo, pero precisamente para ser como tal historia eterna: la historia de Dios con los hom- bres de todos los tiempos y, por tanto, aconteciendo hoy y aqui como acontecié entonces. El es el Sefior viviente (K. Barth KD IV/1, 345s), El camino implica un saber y un querer iniciales de la meta, un ponerse en marcha, andar, experimentar, encontrarse con los caminantes que vienen en direccién contraria a la vez que acom- pafiar a los que van en la misma, conversar intercambiando vive- res y vivencias, llegar. Los Sinépticos comprenden la revelacién como camino, y el camino a Jerusalén como la marcha hacia la revelacion y acreditacién definitivas. E. Haenchen Ppropone su comentario del entero evangelio de San Marcos bajo este titulo: El camino de Jess (1968). San Lucas ha hecho del «camino hacia Jerusalém» el espacio y la forma de revelacin de Jestis a sus disci- pulos (9,51-18,14), Con ello ha elevado el caminar a categoria fundamental y universal del cristianismo. S6lo caminando se llega a percibir la posibilidad de la fe, a creer en acto y a poseer la fe tanto en sus contenidos como en sus exigencias, descubriéndola como don y tatea. La férmula tedrica de comprensién de la reve- lacién de Jestis es ésta: «Mientras nos hablaba en el camino-nos hablaba mientras caminabamos» (Le 24,32-35). «Camino» es una categoria comun a las teligiones y a las sabidurias, a la cultura clasica y a la biblica. «Hay que plantearse Prélogo XXXI rimer lugar qué es lo que apetecemos; entonces hay que to ea tar con cuidado por dénde avanzar con mas rapidez, y cofenderemos en el camino (éntellecturi in ‘ipso itinere), siempre rue sea el bueno, cuanto se adelanta cada dia y cuanto nos acer gimos a aquello a que nos impulsa un deseo natural» (Séneca, jta beata \,1). Hl coo neriso supone los caminos miltiples que los hom- bres han abierto hacia Dios, para centrarse en el camino que Dios ha abierto a los hombres, que él ha andadlo hasta nosotros y por el que nosotros podemos llegar hasta él. Ese cat doble direccién tiene un nombre: Jesucristo. — Si para comprender a Cristo en Jessis de Nagarel. Aproximacion a la cristologia (1973-2003) apelé a la categoria de «encuentro» “n una perspectiva de teologia sistematica, ahora, en una perspecti- va fundamental, ofrezco la categoria de «camino», que es previa y complementaria de aquélla. Ksta incluye y subraya los clemen- tos de temporalidad e historicidad (ibertad, sucesi6n, relacion, maduracién, espera, amor, accidn, resistencia ante la negati- vidad, empefio, aguante, esperanza). El encuentro con fas exi- gencias previas y el conocimiento resultante acontece en el tra- yecto, y el caminar a su vez profundiza lo que un encuentro inicial suscitd. Por ello nos atrevemos a reclamar una raxin camt- nante, como forma realista de la razon historica y vital. Ella implica el seguimiento, adhesion, adoraci6n e imitacion de Cris- to, misién y servicio en la Iglesia, praxis historica y esperanza escatoldgica. Sin la verdad del encuentro como impulso previo y sin la verdad que el camino nos descubre (Fabre = wviajer y Exfabrang = «experiencia», tienen la misma raiz), tanto las ima- genes de Dios como los conceptos utilizados para comprender a Cristo terminaran careciendo de contenido real y de potencia personal. El caminar con Cristo y caminar como Cristo termi- naran en la adhesion e identificacién con Cristo, que es el Cami- no en persona. En el andar (Camino) encontramos la revelacion de Dios (Verdad) y anticipamos Ja esperanza suprema del hom- bre abierto y ganoso de lo eterno (Vida) (Jn 14,6). San Lucas, en el libro de los Hechos de los Apéstoles, des- cribe también la existencia de la primera Iglesia con el término «camino» (9,2; 19,9.23; 22,4; 24,14.22). Los creyentes son desig- XXXII Prilogo nados con este término porque siguen «el camino del Sefi (18,23), el «camino de Dios» (18,26). Esta misién y forma de vida los llevaran desde Jerusalén, por toda Judea, Galilea y la oixoupévn, hasta los confines de la tierra. La existencia cristiana} individual también es descrita como «camino». El relato de los discipulos de Emais es la radiografia del camino y encuentro de los hombres con Jestis, que se realiza al caminar con él, al comentar los acontecimientos de la vida, al dejar que él nos explique la historia y las Escrituras, ofrecerle hospitalidad y reconocerle en la fraccién del pan (eucaristia), convirtiéndonos luego en mensajeros del Resucitado y Viviente (Lc 24,13-35), En ese camino hacemos preguntas y recibimos respuestas; se nos hacen preguntas para las que no tenemos respuestas y se nos dan respuestas a preguntas que no teniamos. «Nada hay tan increible como una respuesta a una pregunta no formulada» (R. Niebuhr). Ese es el admirable juego de ironia y de seriedad que permea toda la accién de Jestis en el evangelio de San Juan. IV El camino con Jesus es el contexto de su descubrimiento (fe). A él debe seguir el context de su fundamentacton, que reclama un con- junto de saberes positivos, de métodos, de racionalidad histéri- ca y de contemporaneidad tanto eclesial como intelectual (teo- logia). Tras el caminar con Cristo viene luego el pensar a Cristo. A la hora de elegir titulo dudé entre estas dos palabras: fun- damentos © principios. En la historia de la teologia a veces han ido juntas y asi las usa San Ignacio (cf. EJ. Niemann, «Von der pau- linischen Metapher “Fundament” zur neuzeitlichen Fundamen- taltheologien, en: Zeitschrift fiir katholische Theologie 1 (2002) 47-78; San Ignacio, Ejercicios Espirituales 23). La palabra griega dpi) une ambos aspectos. El principio da origen en el doble sentido del término: no sdlo como inicio temporal, sino sobre todo como potencia permanente, que confiere realidad y mantiene existencia. Los fundamentos se convierten en principios a par- tit de los cuales se esclarecen las demés afirmaciones, promesas y esperanzas del cristianismo. El libro intenta ofrecer algo asi como una ligica de la cristologia, para la cual, fundamento y conte- Prilogo XXXII i tables. En él me he propuesto dos objetivos. nido ne eta a todos que Jesucristo en persona es el «Logos a verdad» y el «Evangelio de la salvacion» (Ef 1,13). El otro § ay dar a quienes son ya creyentes a «crecer en. la gracia y en a conocimiento de Nuestro Sefior Jesucriston (2 Pe 3,18; 1,2; Fil 3,7-8); a ptofundizar «en la fe y en el amor que tenemos en él» 2 Tim 1,14), un amor «que excede todo conocimiento», que en él nos llega la plenitud de Dios (f 3,19). ido el Si el primer volumen de esta obra analiza lo que ha sido el esfuerzo de la raz6n moderna para reconocer a Jesis como Cristo, el segundo intenta pensarle a partir de las fuentes nor- mativas, de esa herencia hist6rica y de la conciencia contempo- ranea. Lleva por titulo Fundamentos de Cristologia. Tl El contenido, y estar centrado en torno a: la existencia de Cristo en relaci6n (Historia salutis); \a realidad personal salvifica de Cristo (Persona salutis); la realizacion en nosotros de la obra salvifica de Cristo (Praesentia salutis). Esperamos que el lector pueda tener este segundo volumen en sus manos al afio que viene por estas fechas. Ambos volimenes presuponen y prolongan lo que el autor ha expuesto en la Cristologia que, dentro de la coleccién «Sapientia fide», ha publicado la misma editorial. ; Un libro es fruto del trabajo personal del autor y de la amis- tad, compafiia y colaboracién de quienes han confiado en ély ie han prestado ayuda de multiple naturaleza. En la imposibilidac de nombrarlos a todos, reciba cada uno mi agradecimiento mas sincero y, en lo que tengan de positivo, considere suyas estas paginas. 2 de octubre de 2004 OLEGARIO GONZALEZ DE CARDEDAL AA, BIBLIOGRAFLA Ofrecemos aqui sélo algunas obras generales. Una bibliogra- fia completa puede encontrarse en las obras de J. Gnilka, J. P. Meier, G. Theissen - A. Merz, D. Marguerat y G. Stanton para las cuestiones referidas a la historia de Jesus. Y en R. Latourelle - G. O’Collins, S. Pié i Ninot, J. Verweyen y H. Werbick para las mas explicitamente referi- das a la teologia fundamental. AAWV., Christologien, en RGG* II, 273-322. ADORNO, TH. W., Dialéctica negativa (Madrid 1989). AGUIRRE, R., Aproximacién actual al Jess histérico (Bilbao 1996). — La mesa compartida. Estudios del NT desde las ciencias sociales (Santander 1994). — Ensayo sobre los origenes del cristianismo. De la religion polttica de Jess a la religion doméstica de Pablo (Estella 2001). _ ea , Los milagros de Jesis. Perspectivas metodalégicas plurales (Estella 004). AtETTI, J. N., Jesucristo, zfactor de unidad del NT? (Salamanca 2002). ALFARO, J., Revelacién cristina, fe y teologia (Salamanca 1985). ALTER, R., L’art du récit biblique (Bruselas 1999). 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Pero esta palabra nos remite también a realidades morales y espirituales: los principios, ideas y claves a partir de los cuales se entiende un proyecto o se orienta una empresa; las convicciones personales que nos dirigen y sostienen ante la empresa maxima de ser hombre; los puntos de partida desde los cuales se orienta una accién hacia su meta; las condiciones “permanentes de existencia, de inteligibilidad y de signifi- cacién, los contenidos esenciales de una materia. _ Una presentacién confiada y critica, a la vez, de la cristologia exige la exposicién de los contenidos esenciales y normativos que la constituyen: los hechos y el testimonio de la revelacion fijados en las Sagradas Escrituras, la tradicion conciliar de la Igle- sia, el magisterio conciliar, la reflexidn inherente a la vida de los cnstanos nutriéndose de la celebracién litargica, la elaboracién teol6gica, la experiencia espiritual, la accién misionera, el didlogo con las ciencias y las ideologias. Esa materia siempre es la misma, aes ae la forma en que es percibida, pensada y estructura- propia se distinta en funci6n de la cultura ambiental y de la tacks interna de la Iglesia, de los imperativos de la evangeli- ny de la conciencia histéricamente dominante, del horizon- 4 Fundamentos de Cristologta te dentro del cual se mira y de la forma mentis (Denkform) con lg que se piensa. E] tedlogo tiene que ser consciente de que la mate tia viene clarificada u oscurecida, puesta en confianza o someti a sospecha, desde presupuestos y prejuicios que varian segun | €pocas. Materia y forma, mensaje y medio, son diferenciables pero no separables. Las respuestas de la Iglesia y de la teologia van sien diferentes porque las preguntas nunca son las mismas. | Pero a la vez hay otro orden de realidades teoldgicas que son como la trama y urdimbre, el tejerse de la realidad objetiva y de la conciencia subjetiva, del don de Dios y del acogimiento del hombre, a partir de las cuales tiene lugar la revelacién y se hace posible la fe. Son las que podriamos llamar condiciones permanentes de posibilidad para las afirmaciones teoldgicas y, en nuestro caso, cristolégicas. Desde la Ilustracién, Kant, Hegel y la filosofia moderna ya es tan esencial saber desde donde deci, mos algo como saber lo que decimos, elucidar el fundamentoe interés de lo que enunciamos como lo enunciado, clarificar el sujeto que piensa como la realidad pensada, identificar los pre- supuestos del propio pensamiento como los resultados, con el posible provecho social que pueda llevar consigo para unos y el perjuicio para otros. Esta percepcion aguda de los presupuestos subjelic vos y de los condicionamientos historicos es lo que diferencia un pensarmiento critico de un pensamiento ingenuo. La ciencia se elabora desde el inte- rés, la sospecha y la duda, pero sobre todo desde la confianza y amor a la realidad, desde la pasién por el hombre. Entre el rece; lo por un lado y la candidez por otro, estan la legitima interr gacin critica y la serena atencién a una verdad que pasa por la razOn, pero que, por estar destinada a la persona entera, ésta la puede alcanzar razonablemente por la mera razén cientifica,y pero sobre todo por la inteligencia personal, el amor creativo y} compasivo, la trasmisiGn encantada y decantada, el testimonio vivo, la accién moral, la esperanza confiada. Estos criterios, que valen para toda ciencia, valen también para la cristologia. b) Fundamentos miltiples Los fundamentos de la cristologia son de multiple orden y deben ser esclarecidos ya en la introduccién general a la teolo-| C1. Principios y presupuestos 5 otia del conocimiento teolégico. Por gia Ys sobre £000 art Fundamentos en el orden @. acontecer ae “ ia del ueblo de Israel y de Jess como ambito de la (la ao y la ee la Iglesia como trasmisora de esa revelaci6n ina); on él orden del ser (la existencia de un Dios personal, ave suscita por amor en libertad creaturas a su imagen, capaces le oirle, de responderle y corresponderle mediante la accién en un mundo que esta pensado por Dios como lugar para su encuen- tro con ellas y con el hombre); en e/ orden del conocer (capacidad primigenia del hombre para trascender el mundo material visi- ble, abriéndose a un Absoluto que lo funda y llama, a la vez que para discernir los signos con los que se da a conocer, dejandose extender hacia realidades que estan mas alla de su prevision 0 anhelo explicito); en ef orden del perdurar (la historia de la revela- cién ha de llegar a cada hombre, ser actualizada y personalizada de tal forma que cada uno de nosotros tengamos las mismas oportunidades de gracia que los contemporaneos de Cristo. Lo que significé la misin encarnativa del Hijo para ellos, eso mis- mo significara la misi6n permanente del Espiritu para noso- tros). Por todo ello da cristologia leva implicadas una teologia en senti- do estricto, una antropologia, una metafisica, una teologia de la historia Ly 4na escatologia. No se puede proponer la persona de Cristo, como revelador absoluto del Absoluto, como entrega de su Hijo por el Padre, como forma maxima de relacién entre Dios y su creatura, como consumacién del hombre de la historia, como victoria sobre el mal, sin percatarse de que todos y cada uno de estos enunciados se condicionan reciprocamente. Sélo esclareciendo estos principios y fundamentos podre- ™os responder a la pregunta decisiva de la cristologia: «Cémo puede hacerse presente el Absoluto en una efimera figura de la vida (Lebensgestalt)? A pattir del mundo definitivamente esto parece imposible, pero equién puede decir que desde la pers- pectiva de Dios esta figura es a priori imposible porque encierta en sf una contradiccién?» |, ay HU. von Bavriiasan, Epilog (Binsiedeln-Triet 1978) 73 y Epilago (a la Teoes- tética, Teodramatica, Teolégica) (Madrid 1998) 88, Traducimos siempre Geslall por Figura y no por forma, como ha hecho la versién castellana en muchos casos. 6 Fundamentos de Cristologia ©) Las ideas-madre y los problemas permzanentes de la cristologia En esta introduccién no tratamos todos estos temas, sino que nos limitamos a sugerir cudles son las ideas-madre que en nuestra época hacen pensable la historia de Cristo, creible su mensaje y amable su persona; cuales son las condiciones énticas} y ontoldgicas de posibilidad que sostienen el tratado de cristo logia. El hombre no logra, en una reductio completa in semetipsum} explicitar refleja y criticamente todos los presupuestos de su conocer y de su querer. Pero de algunos es hicida y dolorosa- mente consciente, porque percibe la didstasis o abismo abierto entre la complejidad de la realidad y su potencia cognoscente; en nuestro caso, entre la lejania historica, implicacién eclesial.y determinacién personal de la realidad de Cristo, por un lado y la limitacién basica del hombre, junto con los condiciona- | mientos histéricos de su inteligencia, por otro. El cristianismo comienza presentando el hecho y la figura de Jestis, un judio de aquel tiempo (1); lo identifica con el revelador de Dios y el por- tador de la salvacién del hombre en cuanto Mesias e Hijo de Dios (II); lo muestra presente y operante como Sefior en la vida de la Iglesia, sobre todo en sus momentos cumbre como son la palabra apostolica y la celebracién sacramental, a la vez que en la compleja existencia diaria de la comunidad creyendo, | viviendo, trabajando y testimoniando (III); lo propone como clave para la inteleccién de Ja vida humana y condicién para el logro de su ultimo destino o salvacién personal (IV). El primer problema de la conciencia actual, y por ello el primer quehacer del teGlogo, es mostrar la diferencia y conexi6n, la coherencia y verdad de esas afirmaciones, haciendo posible tedrica e histori- camente que el lector las verifique por s{ mismo, De esa tupida red de cuestiones ya enumeramos en el prélo-t go las principales: 1. La relacion entre fe e historia. { 2. La naturaleza teologica de la cristologia, que no se com-| prende a si misma como una mera reconstruccién de la posible figura histérica de Jesus, sino como una interpretacion, funda- mentaci6n y verificacién de la fe de la Iglesia en él como Cristo. 3. La conexi6n e interaccién existente entre la busqued humana de sentido, la pregunta por Dios y el destino de Cristo, C1. Principios y presupuestos 7 como lugar primordial desde el que debe construirse hoy la cristologia pata que sus respuestas mazcan del encuentro del hombre consigo mismo y hagan posible su encuentro creyente con Cristo. : 4. Los que podemos llamar problemas eternos de la cris- tologia o la posibilidad de que Dios se revele al hombre y sea hombre, uniendo en su persona una humanidad no sdlo sin devaluarla o vaciarla, sino otorgandole su maxima autonomia y la suprema plenitud pensable para ella; problemas por tanto de la divinidad de Cristo, de la encarnacién y de la union hipostatica. 5. Los problemas sentidos con mayor dificultad en nues- tro tiempo, como pueden ser la distancia entre el sencillo relato evangélico y los dogmas de la iglesia formulados en terminolo- gia filos6fica; la continuidad o discontinuidad de la fe actual con la propia conciencia de Cristo; la unidad de la cristologia dentro de los diversos escritos del NT; la homogeneidad entre cristolo- gia biblica y cristologia conciliar; la determinacién autoritati- va de la fe en Cristo y la posibilidad de trasponerla a las nue- vas culturas; las mediaciones de autoridad, de experiencia y de accién en la Iglesia como realizaciones auténticas de esa fe; la coherencia entre la fe en Cristo y la praxis segin Cristo; la trasposicién legitima de la redencién en sentido teoldgico a liberacién en sentido histérico o la acreditacion de cémo con Cristo ha legado el Reino de Dios mientras sigue habiendo tan- to mal en el mundo; Ja conexin entre Ja salvaci6n de Cristo y la salvacién tal como es ofrecida por otras religiones o por las ideologias. 6. Las condiciones subjetivas para llegar a conocer objeti- vamente a Cristo, desde el interés y no solo desde los intereses, desde la limpia verdad y no desde la ideologfa encubridora, des- de la implicacién personal pero no desde un subjetivismo que confunde al hombre, en cuanto necesario sujeto personal y libre de la fe, con el hombre como fuente de los contenidos de esa fe; mostrando cémo el sujeto fundamental del conocimiento de Cristo es la Iglesia en su unidad y catolicidad y dentro de ella lo €s el individuo como miembro. 7. Luego hay que mostrar cémo la realidad de Cristo reba- Sa sobre si misma y hay que extenderla y entenderla en el ambi- 8 Fandamentos de Cristologéa to en el que ha aparecido histdricamente y en el que metafisica. mente es. Cristo se nos ha dado desde el AT y en la Iglesia; es desde el Padre y en el Espiritu. La historia del pueblo de la primera alianza y el misterio trinitario son los dos necesarios enclaves, claves y cry. ces a partir de los que hay que elaborar la cristologia, Finalmente, hay que aludir a los nuevos planteamientos, que nos ayudan a com. pletar el historicismo positivo, la metafisica clasica y el pens¢' miento antropoldgico, bien de cufio trascendental o existencialy Me refiero a una fenomenologia que comprende a Cristo no sdlo como hecho u objeto, sino sobre todo como figura de revelacion y donacién. Asi, aparecen al mismo tiempo en mayor luz tanto su caracter de escandalo por su radicalismo paradéjico y particularidad judia como de patencia teolégica y universalg dad antropoldgica, de gracia y reto para nosotros. La fe y la cris? tologia implican no sdlo a la razon y la légica, sino también a la libertad y al coraz6n. d) La necesaria explicitaciin de los fundamentos latentes Con esta reflexién previa queremos suscitar en el lector la atencién a esos Ppresupuestos, que estan latentes siempre en toda cristologia y de los cuales luego se hablaré més explicita mente en el volumen siguiente al tratar los contenidos. Explici- tarlos al comienzo me ha parecido un deber tedricamente nece: sario e histéricamente exigible. Hay que saber no silo lo que se dic sino desde dinde se dice y con qué fundamento. La teologia tiene nece-, sariamente hoy un cariz fundamentante, por una doble razon. Una, porque que se nos ha quebrado la sistematizacién vigente desde el siglo x11, como consecuencia del redescubrimiento de la Biblia, que debe ser siempre alma de la teologia; de la afirmé cién del hombre considerado protagonista de su historia; de la supremacia de las ciencias positivas y hermenéuticas. La otra| razon del necesario caracter fundamentante de la teologia hoy es su decidida voluntad publica en un sentido y su naturale- za misionera en otro. La teologia no es posible sin dialogar con los hombres, pensar con ellos y desde ellos, recoger su duda J, esperanza, dando cuenta y razén de si misma como un sab razonable y explicitando su contenido como «evangelion», be C1. Principios y presupuestos 9 noticia para todo hombre. Esto no significa que acepte como normativo también para ella el tipo de racionalidad propia de Jas ciencias positivas, o ciencias duras, como si dureza y no deli- cadeza, violencia y no ternura, fueran criterios mas eficaces del saber, cuando la verdad es que aquéllas, aplicadas a realidades personales, resultan totalmente inadecuadas. Por otro lado, la Iglesia y la teologia se viven, de acuerdo al imperativo paulino, abajo la mirada del incrédulo» (1 Cor 14,23) a la vez que se ofre- cen como enviadas y portadoras de un «mensaje de salvaciém (Hch 13,26) de parte de Dios, también para los creyentes de otras religiones o seguidores de otras filosofias. Los fundamentos de un edificio no se descubren desde fue- ta, sino adentrandose en él, y las claves de una vida sdlo se reco- nocen conociéndola en su interioridad y despliegue. Este libro quiere descubrir los fundamentos a la vez que trata los principa- les contenidos que han constituido y constituiran siempre la materia de la cristologia. Acentuamos el aspecto tedrico-cog- noscitivo, pero sdlo a partir de la inmersion en la realidad cristi- caen si misma. E/ método se deriva del objeto y el fundamento se descu- bre a la vex que el contenido. Las razones para creer previas al acto de fe se consuman en el creer mismo, que torna la fe definitiva- mente transparente, lo mismo que el vivir da razén de la vida y la accién descubre el ultimo sentido del sujeto operante. La fe tiene su propia luz y por ello se puede hablar de «dos ojos de la fe»?. La cristologia es una sola: aquella que piensa las realidades cristicas, hace manifiesto su fundamento y muestra su significa- cién. Cristo, como toda persona, no se legitima desde antes y desde fuera de si mismo, sino que él con su ser y su estar da su verdad y la dice. Dios ha preparado al hombre, creandole como imagen suya, para que como hombre pueda expresarle y reco- nocerle en Cristo encarnado y reconocerse a si mismo como 2 Es la linea de pensamiento que, a partit de Ef 1,18 («iluminando los ojos de Wuestto corazém) y del principio agustiniano («cHabet namque fides oculos suos»), imtclO con su articulo de 1910 el P. RoussELor, Las ojos de la fe, 0.c., cuyas repercu- jones analiza la bibliografia alli citada en p.19s. Cf. R. AUBERT, «L’école de Rousse- lop, en Le problime de late defi... 0.¢. (Lovaina-Paris 1950-1964) 452-512. Leibniz Gierra la sintesis de su Teodiea con el titulo: «d.a causa de Dios», hablando de los sles de Ia fer, como anticipo de la claridad de la gloria divina; cf. G. W. LEIBNIZ, la cause de Diew, en Essais de théadicée 144, oc, 452. 10 Fandamentos de Cristologia dando de si en él una humanidad que es de Dios. E/ fundamento y el contenido de la cristologia son inseparables. 2. La cristologia como teologia El cristianismo tiene su inicio histdrico y su principio pert manente de existencia (épy7) en Jestis de Nazaret, reconocido como Mesias (= Cristo), Hijo de Dios y Sefior (Rom 1,1-4; 10,9; 1 Tes 1,9s; 1 Cor 15; Hch 2,36; 10,37s; 2,22-36; 3,1 2-26; 4,8-31). En él Dios se revela a si mismo y a la vez le revela al hombre su ser y su destino. Cristo, al revelar y expresar a Dios| encarnado, consuma el ser de Dios, Ilevando al extremo el don, y consuma el ser del hombre, llevando al limite sus posibilida- | des, esperanzas y capacidad, tanto teceptivas como expresivag ser en Dios y encarnar a Dios. Cristo es el objeto de la cristolo Sp gia en Ja medida en que en él se encuentran y consuman el ser de Dios y el ser del hombre en alianza definitiva 3. a) Fundamento antropoligico, teoligica e histérico La cristologia es una parte de la teologia. En cuanto tal, en. un sentido, esta fundada sobre la capacidad originaria y el anhe- lo permanente que en el hombre es de conocer a Dios; en otro| sentido, en cambio, funda un nuevo saber de Dios a la luz de su manifestacién suprema y definitiva en Cristo. La teologia es palabra de hombres, derivada, fundada y exigida por Ja palabra ff que Dios nos ha dirigido y acreditado con signos, desde fuer por los profetas primero y luego por Cristo, el Hijo; y desde 3 «Una doctrina cristiana sobre Dios no puede tener por contenido “solame! te” a Dios, debe tener por contenido tambien al hombre, porque su objeto es estd Dios, precisamente en la medida en que el hombre en Jesuctisto ha sido constitu do compafiero (Genosse) de la alianza decidida y fundada por Dios» (KD 11/2,564 R. Girard contesta asi a la pregunta de si para él lo Gnico que realmente cuenta esi Cristo: «Esta pregunta es siempre y de entrada anticristiana. Si Cristo es m importante para nosotros, los hombres lo son también, porque el segundo mandarif miento, que es e! amor del prdjimo, es el mismo que el primero, que es el amor de Dios. No esta Vd. intentando encerrarme en el callején sin salida de la hipoctes (le double-bind de la tartuferis)é», F. LAGARDE, «Entretienm, en René Girard ow la ch Hanisation des sciences bumaines (Nueva York 1994) 185-204, cita en 203. C1. Principios y presupuestos iu dentro por el Espiritu Santo *. La teologia es, por tanto, el resul- de la conjuncion de dos A6yor: la mente-palabra de Dios y rade ce palabra de los hombres. Sin. palabra previa de Dios en Ia historia, todo discurso sobre Dios es sdlo metafisica, ya que se refiere al origen, fundamento y fin, reclamados por el ser y ¢ e] hombre para existir, consistir y tener sentido. El hombre al llegar desde animal a humano, se convierte a si mismo en Pre gunta y se pone en cuestiOn, tanto a partir de la experiencia ¢ le su contingencia —podia no haber sido y no es capaz de afir- marse a si mismo absolutamente en el set— como de la percep- cién de su individualidad radical —su destino es unico y su libertad indeducible—. Ser hombre es preguntarse por el fun- damento originatio de la propia realidad (ser) € individualidad (existencia). Esta pregunta por el origen, fundamento de posibi- lidad y destino que confieren sentido a una existencia, que se sabe racional, sensitiva, personal, dialogal, receptiva y expec- tante, se convierte en interrogacion, deseo y esperanza, ante todo del origen sagrado y de la benevolencia amorosa, que nos han puesto en la existencia. E] deseo originario —désir frente a bésoin— no es menos razonable y normativo que la razon °. Luego se despliega en reflexidn y finalmente se hace afirmacion de Dios, como condicién de posibilidad para la existencia del ser, como fundamento del sentido y de la accién. Si el ser es y el hombre existe y, pese a toda la negatividad sufrida, sin embargo, el sentido, la belleza, la esperanza y el amor son prevalentes, * CE. Concttio Vaticano I, Constitucién dogmatica Dei Filins. Cap.l: De Deo rename onanium creatore. Cap. 1: De revelatione. Cap. Ik: De fide. Cap. IV: De fide et ratione @S 3001-3020). 7 5 «Lo infinito no es “objeto” de un conocimiento —lo que lo reducitia a la medida de la mirada que contempla—, sino lo deseable, lo que ¢s abordable por lun pensamiento, que en todo momento piensa mas de lo que piensa. Lo infinito no es, Por ello, un objeto inmenso que sobrepase los horizontes de la mirada. El Deseo mide al infinito, porque es medida en tanto que es imposiblidad misma de medida. La desmesura medida por el Deseo ¢s rostro. Peto por ello volvemos a encontrar también la distincién entre Deseo y necesidad. El Deseo es una aspiracion que lo Deseable anima; nace a partir de su “objeto”, es revelacin. Puesto que la necesi- €s un vacio del alma, parte del sujeto». E. Livinas, Totalidad ¢ infinite... 0.€., 85, 57, 74, 136, 213, 308-310. Cf D. Vasst:, Le eemps du desir, o.cs La VAN HECK, Le desir dans Lexpérience religieuse. L'homme reunifie. Réledure de Saint Bernard (Paris 1990); A. Vercomi, Religion, Soi, incroyance..., 0.¢.; 1D,, «Plaisir, désir, bonheur, en Explora- tions de Vespace théolyique (Lovaina 1990) 305-316; Ip., Cadpa y deseo.., O.C. 12 Fundamentos de Cristologia entonces revelan y remiten a un principio sagrado. Ese princi. pio, fundamento y fin sagrado ha sido primero designado y lue. go invocado como Dios, 0 quiza a la invetsa. Por eso Santo Tomas concluye cada una de sus cinco «vias» con la afirmacién: «¥ esto es lo que todos llaman Dios». La metafisica desde Arig. toteles hasta Zubiri no ha cesado de hablar de él. Alli donde de una o de otra manera se hace metafisica, se habla de Dios; y donde no se habla de Dios, se deja de hacer metafisica. Dios y la metafisica son inseparables compafieros de camino. La teolo- gia es vigia servidora de la metafisica. Ambas se necesitan a vida y muerte. Aqui hablamos de la teologia derivada de la palabra que Dios ha dirigido a los hombres en la historia, para manifestarset les no sdlo como origen y destino de su ser, sino para revelars a si mismo y sus designios con ellos ®, Pasamos de la metafisi ca (palabra y pensar sobre el ser) a la teologia (palabra y pen: sar desde la historia como resultado de libertades y lugar de encuentro entre Dios y el hombre). La historia puede ser vista, bien como un ambito cerrado, inteligible sélo desde las realida- des verificables que existen dentro de ella, o bien como Ambito de una presencia posible, que viene de mis alla de ella misma y en la que se da como novedad absoluta, a la vez que como des- pliegue de posibilidades, anhelos y nostalgia del hombre respec- to de lo totalmente Otro, que antes dormian en su seno, y que # la palabra venida de lejos ha despertado, mostrandoselos como ff lo més real y esencial de si mismo. La historia es vista entonces comm lugar de realizacién del hombre a la vex que como lugar de revelacién y rea hzacién humana de Dios, Dios se hace presente en la historia’ como Dios a través de signos que, dando que pensar, amar y J esperar, abren a otro horizonte de sentido, experiencia y res- j ponsabilidad. En el encuentro y acogimiento de los signos aj hombre puede reconocer a Dios, discernir su accién y acog su palabra; sin embargo, nunca puede apresarlo y reducirlo a objeto de este mundo. Dios, cuanto mas se revela, mas deja sen- i 4 § «Placuisse eius sapientiae et bonitati, alia eaque supernaturali via se ipsum ac aeternae voluntatis sae decreta humano generi revelaren. CoNcitIo Vaticano I, Const. dogm. Dei Filius. Cap. U: De revelatione. Revelationis supernaturalis factur (DS | 3004). CE. DV 1-4, ; C1. Principios y presupuestos 13, tir su misterio, y mayor aparece su trascendencia cuanto mas patente €s su inmanencia 7. / La teologia es la palabra que los hombres proferimos sobre Dios, después de haber acogido, mantenido en el coraz6n y pensado la palabra de Dios (Le 2,19.51) *. Esta nunca es voz sola, sino accion, acontecimiento y signo ligado a personas que la interpretan. Dios ha hablado de muchas formas y por muchos medios a lo largo de Ja historia. Las sabidurias, las reli- giones y las filosofias del mundo son una palabra y sobre Dios, que no hubiera podido surgir si en la entrafia primordial de quienes las cultivaron Dios no hubiera sembrado una necesidad de sentido, un anhelo de verdad y una querencia de santidad, para que la busqueda respondiese a su Propia naturaleza, ala vez que el encuentro con él fuera acogido como gracia. Toda busqueda de Dios por el hombre presupone un encuentro del hombre por Dios °. Por responder a un anhelo, Dias es natural al bom- bre, y por trascender todo anhelo se manifiesta no como necesidad, sino como don, gratuidad, persona. EI pueblo del Israel surge dentro de la historia general de las sabidurias y de las religiones, pero a la vez supone una cesura. Los profetas y Cristo constituyen un nuevo inicio. Cristo como el Hijo viene detras de patriarcas, sabios, profetas, pobres, oran- tes, reyes, que hablaron de Dios, respondiendo y correspon- diendo a las gestas salvadoras de Dios para con el pueblo de Israel. En esa historia surge Cristo, como fruto de un pueblo y como don de Dios para todos los pueblos (Le 2,30-31) 1°. En él Dios habla a los hombres y en su destino se hace solidario de la existencia humana hasta el final. De esa palabra, accién y desti- 7 «Con la visibilidad aumenta el misterio. La visibilidad siempre mas grande €s la perspectiva abierta sobre la invisibilidad siempre creciente y la distancia etme W. Lamwert, F. von Baaders. Philosophie des Gebetes (Innsbruck-Manich 8, § Por eso Maria es el anticipo y modelo del tedlogo, al oir, retener y repensar la Palabra recibida hasta concebirla en su seno y darle figura hist6rica. ° Console-toi, tu ne me chercherais pas, si tu ne m’avais trouvé [...] Tu ne me tcherais pas si tu ne me possédais» (Pen. 553, «Le mystére de Jésus). Esta idea de San Agustin y San Bernardo es transmitida ala conciencia posterior por la I7i- ‘actin de Cristo: Tu enim prior excitasti me ut quaererem to» (III, 21,22). «Aquel dia el vistago del Sefior sera joya y gloria, fruto del pais, honor y ‘Ornamento para los supervivientes de Israe}» (Is 4,2). 14 Fandamentos de Cristologia no de Cristo nace un nuevo saber de Dios en el que Dios no es sdlo el objeto conocido, sino sobre todo el sujeto que se daa gj mismo a conocer, y no como limite y exigencia, sino como otorgamiento de si mismo en amor-perdén '!. Dios se autorre. vela y autoentrega en Cristo, acreditado como su portavoz de: salvacion (Mesias) y como el Hijo, que no sdlo pertenece a su | plan temporal de salvacién, sino a su ser eterno. La revelacién | de Jestis como Hijo implica la revelacién de Dios como Padre, a} la vez que la mostracion de la pertenencia eterna del uno al ser| del otro. Entre Dios y Jesucristo hay vida reciproca y a ella sigue revela- aién reciproca. No hay Dios sin Cristo, y por tanto, no hay ya conocimiento definitivo de Dios sin Cristo. Dios, como presen? | cia y saber universales del hombre, es el presupuesto para el reconocimiento del verdadero ser y misién de Cristo. Este, como palabra definitiva de Dios, que pertenece a su ser y expre- sa su ser, es ya la condicién indispensable para todo saber ulti- mo de Dios. Teologia y cristologia ya son coextensivas, difeten: ciables pero no separables. Sdlo Dios conoce a Dios. La misién del Hijo, que se consuma con la Pascua y, derivando de ella, con la efusion del Espiritu Santo en cada corazon, es el verdadero lugar del conocimiento de Dios (1 Cor 2,10; Rom 5,5) 12, 1 Rom 5,1-11; 8,3.32-35; EE 4,23; Jn 3,14; Heb 1,1-4. 12 «Quoniam impossibile erat sine Deo discere Deum, per Verbum suum de homines scire Deum» (San IRENE, Adu Haer. IV, 5 1: SCh 100, p.426), «Evany ca fides per Deum Filium ad Deum Patrem aditum habet et non potest Deus ni per Deum intelligi». SAN Hit arto, De Trinitate 5,20 (BAC, p.211). «Qui vult ascen dere ad amorem et cognitionem Dei, dimittat regulas humanas et metaphysical] de divinitate cognoscenda et in Christi humilitate se ipsum primum exerceat. Impissima enim temeritas est, ubi Deus ipse humiliavie se, ut fieret cognoscibilis, quod homo aliam sibi viam quaerat proprii ingenii consiliis usus» (WA 57,99). CE. M. Bourne, «Crux sola. La christologie de Luther la lumiéte de la thealogia crt? cis; Irenikon 4 (1977) 476-495; 1 (1978) 62-83. - K. Bart ha llevado al limite esta afirmacién, hasta excluir todo conocimiento de Dios, anterior o exterior a la revelacion, la llamada «teologia natural. Para él sdlo la Palabra de Dios da a conocer a Dios, en sus tres figuras historicas: predic: | cidn, Eseritura, revelacién. Esta palabra crea su propia evidencia y no recibe del | exterior fundamentacién ninguna: «La realidad de la palabra de Dios en todas sus :' tres “figuras” se fundamenta sdlo en si misma. Por consiguiente, su conocimien por medio del hombre sélo puede darse en el reconocimiento y éste solo pucddl tener lugar por si mismo y sélo desde si mismo puede ser inteligiblen. Tesis del Parrafo 6, en KD 1, 1,194 (1932). En fases posteriores flexibilizara y ampliaré st | postura, sobre todo a partir de su texto programatico «la humanidad de Dios (1956). Cl. Principios y presupuestos 15 Dios ha acteditado a Cristo con obras y palabras. Cristo ha ditado a Dios con su mensaje sobre él como el Eterno refle- sandole en su servicio a los mortales como proexistencia hasta la ! erte por todos. Muriendo en favor de todos y resucitandole su Padve para justificacion de todos, Dios y Cristo se han acreditado reciprocamente (Rom 4,25). Los testigos y creyentes en él perdu- ran hasta hoy con la misma frescura y empefio que en los ink cios 3, Hechos de vida, resurrecci6n de la muerte, don del Espi- ritu y surgimiento de la Iglesia son los signos permanentes con que Dios acreditd y sigue acteditando a Cristo como mensaje y como mensajero, como persona y revelador tanto de Dios como de los hombres. La cristologia es la ciencia que recoge y expone la palabra de Dios sobre Cristo, la palabra de Cristo sobre Dios, el testimonio de la Iglesia sobre Dios a partir de Cristo, y sobre Cristo a partir de la revelacién de Dios en el AT junto con la pro- pia experiencia eclesial que le sigue. acret b) Puntos de partida_y fuentes de la cristologia Este es, por tanto, e/ punto de partida permanente de la cristo- logia. Punto de partida para quienes en cada nueva generacion comenzaron a creer en él, y punto de «manida» o permanencia para quienes comenzamos a creer y pensar en él. La teologia tiene su punto de partida, de apoyo y de verificacion existencial: A) En el Hijo (Verbum Dei incarnatum) con sus tres formas encarnativas: la persona historica de Cristo; la letra de la Escri- tura (AT-NT); la vida de la Iglesia con su cima en la celebracion eucaristica. B) En el Espiritu Santo (Spiritus Creator), que consti- tuye el ser trinitario del Hijo, le acompafia en su misién al mun- do y, como consecuencia, nos lo revela como tal Hijo a todos los que estamos destinados a set hijos como él “4. El Hijo y el Dopp considera una caracteristica esencial del hecho Jesis que desde el momento de su aparicién en la historia hasta hoy no ha sido olvidado nunca, por- Suc ha sido rememorado siempre en la celebracion eucaristica como viviente y sal- vador, cf. Ed fundador del critianismo, o:c., 25s. . rath «Neque enim umquam propriis viribus pervenissemus ut Patris favorem ac eeinam Cognosceremus nisi per Jesum Christum Dominum nostrum, qui paterni ed ra tBt NOS speculum est, extra quem nihil nisi irarum et truculentum videmus. neque de Christo quicquam scire possemus nisi per Spiritum Sanctum nobis 16 Fundamentos de Cristologia Espiritu estan en el origen de la revelacién de Dios y en el oti. gen de la teologia de los hombres. E/ Espiritu Santo, dado como lu: interior de la inteligencia, como instinto_y Hamada al corazén, es la co cidn esencial de la teologéa. Fl Espiritu forjé la humanidad de Jestis como nueva creacién en las entrafias de Maria, inspird a los’ autores de las Escrituras Sagradas y santifica los dones eucaris-, ticos, convirtiéndolos en el cuerpo y sangre de Jestis. Ese mis- mo Espiritu es el que convierte los hechos y palabras exteriores| sobre Jests en palabra viva, haciéndonos posible reconocerle y confiarnos a él como a un viviente y vivificador (Le 24,5; Hch' 25,19) 15. Las dos misiones constitutivas de la salvacién (encar: nacién del Hijo-derramamiento del Espiritu) son asi la condi- cién de posibilidad de una real teologia teologal, que es algo mas que una ciencia filolégica, historica o hermenéutica. El, Verbum exterius, como hombre en el tiempo (revelacion), y el Spiritus interior (connaturalizador del sujeto creyente coaptando- lo a la realidad creida) son el origen y fundamento de toda te logia cristiana. Quien no parta de la revelacién y no se funda: mente en la fe hara otras cosas, bellas y fecundas sin duda, pei no hara teologia. Revelacién, Iglesia y fe son los tres pilares de la teolo- gal, sobre los cuales esta y sin los cuales cae. Ese es el punto de partida y ésas son /as fuentes de Ja cristolog la palabra de Dios y de Cristo en el origen, recogida por el testi- monio apostélico, prolongada como texto escrito en la Biblia y como transmision viviente en la Iglesia; la tradicién apostdlica con su interpretacién normativa en los simbolos de fe, en los textos conciliares, en el ejercicio concorde del ministerio epis- copal con su expresién suprema en la cabeza del Colegio epis- copal, el obispo de Roma; la vida total de la Iglesia en la que estan presentes las realidades cristicas, son creidas y celebradagy vividas y predicadas a la vez que pensadas. Toda palabra, tanto de la propia Iglesia como del tedlogo, remite a su presencia | purificadora, iluminadora y santificadora, de forma que ca hombre pueda verificar el testimonio eclesial y las afirmaciones: de la raz6n teoldgica 16 revelatus esse» (LUTERO, Grosser Katechismus, art Il, 65, en Die Bekenntnisschrifien der| Evangelisch-Lutherischen Kirche (Gotinga 1963] 660s; cf. 651s). 5° Cf. B. ScHteBreckx, Jessis, la historia de un riviente, 0.c. 16 La teologia ayuda a pasar del testimonio del otro sobre Dios o sobre Cristo a C1. Principios y presupuestos 7 Junto a esta cristologia interior, que teconoce en Jess tres niveles de realidad: hecho, sentido y revelacién, hay otras aristolo- gas exteriores, que estudian a Cristo sdlo en los dos primeros niveles o también en el tercero, pero entendiéndolo sdlo como revelacién del hombre y de sus posibilidades; como epifania incluso del ser, pero no como revelacién personal de Dios en forma escatoldgica. Desde aqui se entiende la posibilidad de convergencias y colaboraciones entre una cristologia interior teoldgica y otras formas de acceder a Jestis, La cristologia habla por tanto de Cristo tal como él ha sido acreditado por Dios y se ha acteditado a si mismo; tal como Dios ha hablado de él y él ha hablado de si mismo; tal como la Iglesia le ha confesado e inter- pretado bajo la guia apostolica, la accién del Espiritu Santo y la experiencia vivida de los fieles. ©) Objeto de la cristologia E] objeto de la cristologéa es Cristo, interpretado a partir de los signos hechos por Dios en su favor, de su propia palabra, del testimonio normativo de la Iglesia y de la experiencia creyente. La cristologia se comprende a si misma como una palabra sobre Cristo des- de dentro: desde dentro del testimonio de Dios sobre él; desde dentro de su conciencia tal como ella se manifestd en sus palabras, comportamiento y destino total; desde dentro de la experiencia eclesial, que abarca muchos niveles y expresiones, pero que en todos ellos se remite confiada a la autoridad del apéstol, que la guia exteriormente, y a la accién del Espiritu, que la sostiene interiormente, iluminandola y connaturalizandola con la verdad de Jesus. Lo que es interior no se puede conocer desde el exterior: hay que adentrarse mas adentro en la espesura '7. Lo que es per- 'a conviccién propia: «Muchos samaritanos de aquella ciudad creyeron en él por la Palabra de la mujer, que atestiguaba: me ha dicho todo cuanto he hecho. Pero asi ‘Ge Vinieron a él, le rogaron que se quedase con ellos; y permanecié alli dos dias y Muchos mas creyeron al oitle. Decian a Ja mujer: “Ya no creemos por tu palabra, Pues nosotros hemos oido y conocido que éste es verdaderamente el Salvador del mundo”» Jn 4,39-42), cold SeeRONOS, Amado, / y vimonos a ver en tu hermosura / al monte o al oe do, do mana el agua pura; / entremos mas adentro en la espesura». SAN JUAN "14 Cau, Caintico espinitual, canc.36. 18 Fundamentos de Cristologia C1. Principios y presupuestos 19 «El sujeto de una ciencia sélo puede ser aquel que mantiene, con el objeto y Ja actividad considerada, relaciones de presencia y confianza. Cuando afirmamos que el sujeto de esta ciencia es Ja Iglesia, no le imponemos a la dogmitica, en tanto que ciencia, una reducci6n molesta y limitadora. La Iglesia es el lugar, la comunidad a la que le estén confiados el objeto y la actividad propia de la dog- mitica, es decir, la predicacion del evangelio. Al decir de la Iglesia que ella es el sujeto de la dogmatica, entendemos con ello que des- de el momento en que uno se ocupa de la dogmitica, bien sea para aprenderla o bien para ensefiarla, uno se encuentra en el ambito de la Iglesia. Quien quisiera hacer dogmatica, colocindose conscien- temente fuera de la Iglesia, debe hacerse a la idea de que el objeto de la dogmatica le quedara ajeno, y no debe extrafiarse de sentirse perdido desde los primeros pasos, o de hacer figura de destructor. En dogmatica, como en otros lugares, debe haber familiaridad del sujeto de la ciencia con el objeto que él estudia y este conocimien- to intimo tiene aqui por objeto la vida de la Igiesia» '*. sonal no se puede conocer de forma impersonal. Lo que se ha dado en confianza y confidencia no se puede conocer en sospe- cha y difidencia. No es por tanto mejor método para conocer a Cristo la sospecha critica que la confianza ilustrada, el rechazo previo que la dispo-s| nibilidad a dejarse ensenar, ensanchar y formar por Dios mismo. No abre mis los ojos de la inteligencia y del corazén el resentimiento que el consentimiento. Cristo ha permanecido vilido y valioso en la historia porque ha sido «creido». El dia que se deje de creer en él como Mesias, Hijo y Sefior, su personalidad historica y sus ensefianzas perderan la significacién redentora, humaniza- dora y divinizadora con que han sido acogidas y correspondidas hasta hoy. El Nuevo Testamento perdera su interés y el peso de verdad personal con que ha sido leido hasta hoy; la Biblia que- dara como literatura nacional de un pueblo. Ese dia el mundo sera distinto. La cristologia es el relato y la raz6n, que la Iglesia profiere sobre Cristo, ordenados a que en ellos se despliegue el propio Yégos de Cristo en cuanto revelacién de Dios, manifestacién de si mismo y esclarecimiento del propio hombre. Este lenguaje es especifico, ya que, por un lado, presupone la revelacion y la fe, Y, por otro, la permanencia y accesibilidad de las realidades cris- ticas en la Iglesia '°. El método del tedlogo es un método dogmatico y no sélo ni primordialmente histérico. El méto- do dogmiatico parte de la posibilidad y necesidad inherentes al d) — Sujeto de la cristologia EL! sujeto de la cristologia es la Iglesia en cuanto tal, ya que ella ha recibido la realidad de Cristo, como su cabeza, y el don del Espiritu como su alma. Cada tedlogo hace teologia desde den- tro de la Iglesia como miembro del cuerpo, participando de la | vida de la cabeza y de la influencia del Espiritu. La cercania fisi- ca, la familiaridad moral y la connaturalidad personal son las 4 condiciones del conocimiento objetivo, cuando no se trata de tealidades inferiores al hombre, cuantificables y reducibles a objeto, sino iguales o superiores a él. Una cosa son la necesaria| distancia y anilisis critico de los hechos, otra en cambio la imposicién de condiciones a la realidad para ser aceptada y entendida. Kant nos ha hecho perder toda ingenuidad ante un pretendido objetivismo, pero, yendo més alla que él, la fenome- nologia nos ha descubierto las trampas a que puede conducir una actitud dominadora ante la realidad, que le impone condi- ciones para ser acogida y no la deja ser, expresarse y aparecer tal cual ella es. M. Scheler ha analizado los «idolos del conocimien- to interno» y Barth ha formulado la necesidad de que sujeto y objeto pertenezcan a un mismo Ambito de realidad como con- dicién del conocimiento: '® K. Bantu, Esquisse d'une dogmatique (Neuchatel 1968) 6s. La Iglesia no es solo el lugar donde el hombre encuentra la revelacién divina, sino que es también, €n cuanto cuerpo personal, unificado por la capitalidad de Cristo y la accién del Espiritu, el real sujeto de la fe. ala Iglesia es el sujeto englobante en el que se da |a unidad de las teologias neotestamentarias, como también la unidad de los dog- mas a través de la historia», «Fl yo del Credo es la Iglesia». Tesis VI del Documen- to de la CTI, La unidad de la fey el pluralismo teoligico (1972), y comentario de J. Ravine, en CTI, EV pluralismo teolagico (Madrid 1976) 35. Cf. H. Di: Lunac, La St aristiana.... 0. ,,.> «La christologie est le langage que ITiglise déploie au sujet du Christ dans Vaccueil de la révélation que celui-ci fait de lui-méme: il est le Fils du Pere, le Verbe le Dieu en qui les hommes accedent 4 la vie, sont des vivants». «Le langague (ou i) que, de génération en génération, la communauté chrétienne élabore au sujet du Christ, de telle sorte que cette langage humain puisse déployer, dans la mésure 08 il se conforme, la révélation du Christ en personne: Ia révélation fait de Soieméme autant que de nous-mémes en lui, le Christ de Dieu, le Fils du Pére. Il § agit de Pacception spécifiquement chrétienne de la christologie telle quelle est Pee €N personne: la révélation que Christ transmise dans l'Fglise». P. Piri, «Phénomenologie et christologie: Michel Henry»: NRT 121 (1999) 233-239. 20 Fundamentos de Cristologia hombre de abritse a la verdad, de contar con ella y de entregar? se a ella; de la posibilidad de que Dios se manifieste al hombre en la historia; de que haya signos que acrediten esa presencia y manifestacion; de que Cristo sea el signo personal supremo que Dios nos ha dado de si mismo; de que cuando Dios habla, el primer quehacer del hombre es escuchar y su gloria suprema es obedecer; de la Iglesia como comunidad de testimonio, de fe y de vida. El tedlogo no comienza a hablar sobre Cristo como si nadie nunca se hubiera pensado y hablado sobre él, sino que piensa la realidad a la vez que repiensa lo atestiguado, pensado y vivido ya sobre él. jSuprema ingenuidad la de quien cree que él inicia la historia, o puede pensar al margen de toda la anterior! «la relacién con Jesucristo, en la que un hombre aprehende en | Jestis al salvador absoluto y lo convierte en mediador de su inme- | diatez con Dios en si mismo, si se realiza y ve adecuadamente, conticne en sf misma su propia legitimaciOn ante la existencia y la conciencia de verdad del hombre, de manera que ella como abso- luto concreto que debe ser tal, para llegar a ser realmente s{ mis por definicién no puede construirse edificarse desde fuera», El tedlogo no niega validez al método de los fildlogos, feno- mendlogos, antropélogos ¢ historiadores de las religiones. Todo eso precede y acompafia a su propia palabra. El tedlogo pasa del testimonio de autoridad de los hombres al reconocimiento de la verdad de Dios, de los fragmentos al Todo, del anticipo del futuro al Futuro absoluto, que, columbrado primero como promesa, se atrajo a si mismo y nos atrae a nosotros hacia él. La crisis de la verdad, del fundamento y con ello la pérdida del principio dogmatico son Jas causas profundas tanto de la per- plejidad en la exégesis moderna como de la crisis de la cristolo- gia contemporanea!, La libertad y la historia son sagrad: pero sin la verdad y el ser son insuficientes ~, q 20 K. Ranner, Curso, 246. La cursiva es nuestra. 2 J, RarzinceR, «La interpretacién biblica en conflicto», en L. SANCHEZ, NAV. nro-C. GRANADOS, 0.¢., 19-54, «La crisis cristol6gica y la crisis del principio d mitico que vive la Iglesia actual estén relacionados intimamentes, W. KAstl «Renovacidn del principio dogmaticon, en Teologia e Iglesia, 0.c., 31-54, cita en 45] % Cf. W. Kasper, «Libertad evangélica y ligazon dogmatica», en ibid., 55-935 «La tradicién como principio de conocimiento teolégicon, en ibid., 94-134; J. L'| Ruiz ELA PENA, «La verdad, el bien, el ser. Un paseo por la ética de la mano de la | “Veritatis Splendor”»: Sabn 41 (1994) 37-65. C1. Principios y presupuestos 21 En la cristologia la Iglesia verifica su propio origen, verdad y mision, mostrando cémo Cristo es su fundador y su fundamen- to, su forma y su futuro. Verificacién es cercioramiento de la realidad vivida a partir del hecho mismo de vivirla, no saliéndo- se de ella ni negindola, ni instaurando la fe en Cristo desde nosotros mismos, sino dejandola ser, decirse, mostrar su conte- nido y pretension. El hombre no se sale de su humanidad para elaborar una antropologia, ni el metéfisico se sale extramuros del ser para desde ahi pensarlo 23, Desde Schelling se ha hecho clisica la formula: «E] fundamento es imprepensable (Unvorden- Alinch)». El nos piensa y nosotros slo podemos pensar «desde él», no «sobre» él, porque el englobado no tiene capacidad de dominar al englobante, pero si de adivinarlo u oirlo y, en este sentido, de pensarlo. La extratia prepotencia del hombre lo imputsa a gjercer el conocimiento como dominacin, a querer comprender lo otro o al otro situdndonos antes que él, a verlo desde mas arriba que él. Es | gesto prometeico de saltar sobre el origen, negando la verdad como don y hecho previos al hombre y considerandolos como factum © praxis suyos 4, La tentacién, inherente a todo hombre, acen- tuada indirectamente por la ciencia moderna, es pensar lo supe- rior desde lo inferior, el hombre desde las cosas materiales, al Dios divino desde el hombre que de hecho es malo, a Cristo revelador del ser y de las posibilidades de Dios para sus creatu- ras y las posibilidades del hombre como medida limitativa. La verdad, en cambio, es la contraria: se conoce mejor lo inferior desde lo superior que lo funda, a las cosas desde el hombre y al hombre desde Dios, que es su origen, fundamento y destino. A Dios en cuanto Dios divino, y no sdlo en cuanto causa del ser, sdlo lo conoce Dios. Por ello, sélo escuchandole en audiencia, €n aquella audiencia reduplicada y consecuente que es la obe- diencia, podemos conocer a Dios. ® La tentacién primordial, o pecado original, es sobre-ponernos a la realidad, anticiparnos a la existencia, querernos anteriores a Dios, someter a Cristo como Condicién para conocerlo. Esta actitud totalitaria torna al hombre ciego y mudo ante la realidad. Nada se da y nadie se dice a quien se presenta en dominador y ava- Sallador. El Romancero lo dice poéticamente —éYo no digo mi cancién sino a quien ponmigo var-— y filoséficamente E, Brito: «Le visage de Dieu ne se donne que si ‘on refuse de se situer au-de: le la Sources, e1 ristologie de ssus de la Source», en La christologie de Hegel..., 0.c., 546. CE AK. Lowirn, Vicor Grundiaty... 0.6. 22 Fundamentos de Cristologta La cristologia es cercioramiento en un sentido, y en otro es { sacar a luz la verdad real de Cristo, hacerla patente, ponerla cat relacion con otras «verdades» de este mundo, mostrar su cohe. rencia, validez, identidad y definitividad; explorar las posibilidad des que ella contiene para la vida del hombre a la vez que pa la sociedad en sus necesidades histéricas concretas. La cristolo- gia tiene, por consiguiente, que exponer /os hechos histéricos, que estan en el punto de partida y que son accesibles a todos; propaga ner el contenido real de estos hechos en cuanto reveladores de Dios y de la persona misma de Cristo; explorar las posibilidades o | significacion de esa revelacién y persona para la vida del hom- || bre; confrontarla con otras propuestas de verdad y salvacion, hechas por la filosofia, ideologias y religiones. ©) Condiciones y propiedades de la cristologia ¢Qué condiciones tiene que cumplir la cristologia para realiz: su misién de exploracion y cercioramiento, verificacién y legiti-| macidn de Cristo como Mesias, Hijo de Dios y salvador del mundo? Son fundamentalmente tres: racionalidad, eclesialidad, con- temporaneidad. La insercion en la fe, vida y pensamiento totales | de la Iglesia, le permite al tedlogo la connaturalizacién con el objeto real cristico del que tiene que hablar. Sin esta connatura: lidad su palabra seria una conceptualizacién vacia, una teologial: como si, un relato sobre hechos agotados o mera construccién conceptual. La racionalidad le permite al tedlogo mostrar la verdad, la universalidad y la significacion humana de Cristo, | inherentes a su historia particular, a su figura y mensaje enclava- dos en aquella cultura, a la vez que el fundamento metafisico para reconocer la posibilidad de que Dios se diga y dé encarna- do, de que el hombre pueda ser expresion verdadera de Dios || como Dios. La contemporaneidad le hace posible al tedlogo un i pensar y un lenguaje significativos para sus oyentes, a fin de que éstos puedan percibir la verdad de Cristo como su propia salva: cién, y no sdélo como noticia histérica de un pasado remoto y agotado. La verdad como verdad se dice en el nivel del tiempo y ala altura del mundo. Esté absolutamente sustraida al hombre, pero a la vez absolutamente destinada al hombre. Por ello, es} C1, Principios y presupuestos 23 bligado decirla a la altura del tiempo, para que los hombres la perciban como su destino y su salvacion 5, 3. Historia y fe a) La investigacion de Jesis y la fe en él como Cristo La cristologia tiene dos presupuestos como, su fundamento: el hecho de Jestis_y la fe en él como Cristo. La unién de ambas palabras, la que designa el nombre personal y la que designa su misi6n hist6rica, formando un nombre nuevo, es la clave de la cristologia. Jestis es el Mesias esperado (= Cristo) y el Mesias esperado es Jesus. La sintesis operada, al forjar la palabra Jesucristo, seguida inme- diatamente de otros dos titulos identificadores, uno por refe- rencia a Dios (su Hijo) y otro por referencia a los creyentes (nuestro Sefior), constituye el fundamento identificador y sus- tentador de la Iglesia, a la vez que el escdndalo para los judios que no se adhirieron entonces a Jestis, y el enigma para todos los no creyentes posteriores. Por ello, ha habido siempre dos lenguajes diversos, movidos por dos intereses diferentes: el de la investigacién de Jesus y el de la fe en Cristo. La cristologia reclama como esenciales ambos elementos: el hecho de la exis- tencia real de Jestis en su lugar y tiempo, a la vez que su recono- cimiento, tras la resurreccién, como Mesias, Hijo de Dios, y Sefior. Quienes creyeron en él, lo consideraron el supremo don de Dios, al que iban unidos el perdén de los pecados y la espe- 5 Por ello es insuficiente la mera repeticién literal tanto de los textos biblicos y conciliares como de las reflexiones teolégicas de siglos anteriores. Ellas son nece- satio punto de partida y apoyo permanente, pero deben ser «pensadas». Pensar Supone conjugar realidad y espiritu, y tanto una como otro son tiempo. Sélo un ejemplo: la categoria de persona surpié en las controversias patristicas y se expresd con los términos griegos prisdpon, hypdstasis, y a veces también el término physis. El correspondiente latino persona define esa realidad con estas tres propiedades: sus- tancialidad, individualidad, racionalidad. La era moderna afiadira un segundo ele Mento: la conciencia, mas atin, Ia autoconciencia y libertad. Nuestro siglo ha des- cubierto un tercero: al ti y al nosotros en el mundo como constituyente del yo, de forma que alteridad y mundanidad, intersubjetividad y relacionalidad son clemen- tos esenciales de la persona. Ya no podemos interpretar los concilios de Efeso, edonia y II] Constantinopla como si este desarrollo conceptual no hubiera cxistido, CC, Lurisver, «La personne en patristique et dans la philosophie con- temporainen: RTL 4 (1973) 39-45. 24 Fundamentos de Cristologia ranza de una vida eterna. Aquellos que se interesan sdlo por e| llamado Jestis historico creen poder prescindir de todo lo qu se diga de él en cuanto Cristo; por el contrario, quienes creemos en él como Cristo sélo podemos hacerlo partiendo de su reali-! dad en cuanto Jesus, cuya ultimidad personal se encuentra en su condicién mesianica, filial y salvifica. b) Ciencias _y lenguajes diversos sobre Jesucristo . Sobre Jesucristo se puede, por tanto, hablar de muchas for- mas y con muchos lenguajes. Ciencias diversas se ocupan de él: desde la historia nacional judia, la antropologia mediterranea, la historia social, econdmica y politica, hasta la sociolagia del conocimiento y de la literatu: El ha aparecido en una historia abierta, pertenece y esta abiert a todos, lo mismo que todos estan abiertos a él. El surge de unaff} matriz social, racial, cultural, religiosa y econdmica que puede y debe ser reconocida en sus contenidos conctetos por cada un: de las ciencias competentes. Esa matriz de origen le afecté a él y afecta a los textos que nos hablan de él, que por tanto deben ser' enclavados y leidos desde su contexto vital, desvelados en su funcién sociolégica, reconocidos en sus limitaciones expresivas| y referidos a otras experiencias religiosas. Desde comienzos del siglo pasado no cejé el esfuerzo (la historia comparada de las religiones, la historia de las formas, la exégesis socio-historica, la antropologia cultural) por descubrir su estructura literari por discernir su funcién eclesial y por referit tanto los persona: jes como los textos sagrados a su contexto social y econdémico. La fe cristiana, al confesar a Jestis por Cristo, esta afirmando la legitimidad y necesidad de identificar la humanidad de ese Jestis en su medio humano, para mostrar que no se trata de un mito universal ni es resultado del deseo. El Jestis que nacid, cre- cid, actud en ese contexto, condicionado por él y condicionan- dolo, es el que es confesado como Mesfas. La fe surge de él, prende en él y en cuanto tal no es trasferible a otro sujeto, que fuera portador de ideas, ideales 0 promesas semejantes. Todo ese estudio intenta conocer al Jess de quien se dice refirién- dolo a Maria, su madre, y a todo su pueblo, que es fructus ventris tui = «fruto de tus entrafias» (Le 1,42). Es necesario conocer al G1. Principios y presupuestos 25 Cristo segin la carne (Rom 9,55 2 Cor 5,16). De quien no reco- esa carne, dice el propio NT que es un anticristo (docetis- mo) Jn 4,2s; 2,22; 2 Jn 2,7). Ahora bien, la Iglesia nunca ha considerado. suficiente ese saber. Ella surge de la fe en él; y ésta se comprende como fruto conjunto del saber del hombre y de la gracia de Dios. La Iglesia da testimonio ante los pueblos de que Dios, por la resurreccidn, ha constituido a Jesus en Mesias y Sefior; de que creyendo en él los hombres alcanzan el perdén de los pecados y una esperanza que trasciende al tempo, por que engendra ya un vivir nuevo que, por participar del vivir mismo de Dios, llamamos vida eterna. La Iglesia nace de la fe en Cristo y vive para el testimonio a favor de Cristo, como posi- bilidad dada a los hombres en la que descubren su ser y alcan- zan su destino, es decir, la salvacién 6. La formula: «investigacién de Jestis»-«fe en Cristo» nos per- mite adivinar los dos drdenes de cuestiones con las que perma- nentemente se va a encontrar la cristologia. Por un lado, las relativas ala historia de Jesis, hijo de Israel, y, por otto, las relativas a la fe de la Iglesia en él como Cristo de Dios. Las cuestiones relativas a Jesus son fundamentalmente las siguientes: el hecho de su exis- tencia, la figura social de su persona, el contenido de su doctri- na, su relaci6n con Dios, su aportacién especifica a la historia de los hombres, las causas de su muerte, el hecho de la adhe- sién de sus discipulos confesandole resucitado, la exigencia resultante de esa pretensién para la conciencia moral de los hombres, el surgimiento del cristianismo como idea a la vez que de la Iglesia como institucion, su permanencia hasta hoy. Histo- ricamente podriamos sintetizar todo el problema histdrico en estas dos cuestiones: ¢Qué pas6 en los quince dias siguientes a la muerte de Jestis para reconstituir el grupo anterior de seguido- tes, deshecho ante el fracaso de su Maestro, y constituirse en una Iglesia nueva? gQué paso en los quince afios siguientes a la dispersion el dia de Pentecostés para que en ellos queda- Se afirmado sobre Cristo pticticamente todo lo que los conci- 2% Este es el contenido de todos los kerigmas del libro de los Hechos: «Los que gifen en él alcanzan el perdén de los pecados y reciben la promesa del Espiritu Santo» (2,38; 3,19; 5,31-32; 26,15-18). San Juan concentra toda la realidad salvifica €n la categoria de «vida eterna».

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