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En los tltimos afios se ha empezado a pertilar una tendencia importante dentro del trabajo histérico sobre el gobierno de la Unidad Popular y la presidencia de Salvador Allende Gossens. En un estuerzo de ir mas allé de las consecuencias dolorosas de los 1000 dias del gobierno popular, se ha pasado del énfasis en los errores del periodo a la reivindicacién de sus logros. Como lo explica Julio Pinto en la presentacién a uno de los textos claves de esta tendencia, al insistir m4s que nada en los problemas, "Hemos perdido de vista lo que la Unidad Popular tuvo de ‘positividad’ histérica, de estuerzo vivo y entusiast una sociedad més humana, més justa y mejor’. Tal tendencia me parece extremadamente saludable, y me considero parte de ella con mi trabajo anterior sobre la comunidad Mapuche de Nicolés Ailfo.# Las aificultades, t es intelectuales como poltticas, de celebrar los logros de la Unidad Popular, tienen por supuesto una base fuerte y concreta en los eventos trégicos que se dieron a partir del de Septiembre, y también en el gran viraje politico que se ha dado mundialmente desde la caida del régimen soviético y del proyecto socialista. En el contexto poltico del mundo actual, sin embargo, de los debates sobre la globalizacién y los movimientos sociales, la agudizacién de la crisis ambiental y de! hambre y la pobreza a nivel mundial, se hace cada vez mas urgente rescatar histéricamente los proyectos anteriores que tuvieron como meta la justicia social y la redistribucién socioeconémica. La larga, rica y accidentada historia de las luchas humanas por un mundo mejor, por todos y para todos, merece por tanto una nueva mirada, pasado, y también de Al mismo tiempo, debemos resistir la tentacién de idealizer e: contestar las criticas mediante una defensa irreflexiva del momento revolucionario. & to, el gran desatio al que nos enfrentamos es el de ubicar en forma belanceada los logros, pero también las contradicciones estructurales, de trasfondo profundamente histérico, del modelo de igualdad socialista que el Chile de la Unidad Popular compartié con el resto del mundo. Para lograr esto, también tenemos que lograr algo que, poltica e intelectualmente, es muy dificil hacer: llegar mas allé de los argumentos dualistas y binarios que tenden a dominar nuestros espacios de debate. Este ensayo es un intento humilde y parcial de enfrentarse a estos desafios desde un tema conereto y particular: la experiencia Mapuche de la Unidad Popular y de la Reforma Agraria. Lo concrete del tema, habria que admitir desde e! comienzo, es algo engafioso, puesto que la experiencia de la reforma agraria, y en especial su fase radical bajo la presidencia de DefrotaR x Volumen Tnamere 2.2000 fe Dossier Agenciamiento Allende Salvador Allende, es un punto élgido en cualquier discusién sobre la relacién entre el pueblo Mapuche y el Estado chileno durante el siglo XX. En la medida en que “el problema Mapuche" se ha identificado con el problema de la tierra o de la pobreza, el periodo de la Unidad Popular se ve como la culminacién de los esfuerzos por crear una situacién diferente. Una vez que la situacién de! pueblo Mapuche se ve como una lucha histérica por definir la autonomia territorial, sociocultural y politica, el mismo period se ve como prueba de que todo proyecto de transformacién basado predominantemente en las clases sociales y los partides politicos, por lo menos para los pueblos indigenes, esteria destinado a fracaser. Es en relacién a este debate que ha comenzado 8 surgir una nueva literatura que intenta rescetar las contribuciones del gobierno popular, y més amplamente del periodo de la Reforma Agraria, respecto de la resolucién del “problema Mapuche". Para los propésitos de este ensayo, propongo dialogar con tres ejemplos importantes dentro de esta tendencia de hecho muy dlstintos entre st el articulo de Joanna Crow sobre los debates en torno a la etricidas, clase social y necién en el periodo de la Unidad Popular; el oro de Martn Correa, Ratl Molina y Nancy Yaez sobre la Reforma Agraria y las tierras Mapuche: y el Horo de testimonios de participantes en el Movimiento Campesino Revolucionario tituiado A desalambrar: Aunque cada below uno de estos ON ener ene Pe trabajos tiene aay: una meta ili distnta juntos nos dan una vista relativamenteampia sobre los temas en debate cuendo empezamos a repensar la Unidad Popular y su relacién con el pusblo Mapuche. Joanna Crew pone su discusién de los debates sobre etnicidad y clase en la UP dentro de una discusién més amplia del indigenismo y la politica estatal chilena frente al pueblo Mapuche alo largo del siglo XX. Una de sus metas principales es la de desmentir, dentro de un context latincamericano, la supuesta “excepcionalidad” chilena en el tema indigena. Segun su argumento, dicho tema tuvo una importante presencia en la politica chilena del siglo XX, especial mente dentro dela izquierde, Después de un detallado recuento de las posiciones pro-indigenas de los destacados intelectuales comunistas Pablo Neruda y Alejandro Lipschutz, Crow analiza de cerca las organizaciones, leyes, y discursos del periodo de la UP en particular. Concluye: que, a pesar de los Iimites inherentes al proceso, su conflictiva trayectoria y corta duracién, el proceso de reforma agraria y la nueva Ley Indigena del gobierno populer forman el hito mas Positivo en la historia de la relacién entre el Estado y el pueblo Mapuche durante el siglo XX. El enfoque de Crow est fuertemente centrado sobre el Estado y las cupulas intelectuales y polticas. Una buena parte de su articulo esté dedicada a demostrar que Pablo Neruda y Alejandro Lipschutz tenian conciencia del problema Mapuche y apoyaban la lucha Mapuche en contra de la discriminacién. Un momento clave en su argumento es cuando articula las osiciones indigenistas de Lipschutz al programa de la Unidad Popular, sugiriendo que hubo una fuerte influencia de dichas posiciones sobre la nueva Ley Indigena de 1972. No es difiel llegar @ la conclusién que, para Crow, el problema con la politica de izquierda frente al tema Mapuche no fue un problema de fondo, sino que mas bien de coyuntura, Con més tiempo, quizé, la cosa habria mejorado, Si todos los activists manejaran bien las posiciones y politicas principales, los problemas se podrian haber resuelto de mejor manera, Este mismo mensaje lo encontramos también en otras evaluaciones del papel de Defrotah ‘Volumen Tnimere 2 2005 Descolonizando la historia Mapuche de la Unidad | la izquierda frente al tema Mapuche, como en el caso de Carlos Ruiz, quien sefala que la prioridad otorgada al tema campesino por encima del indigena se debié a que la izquierda fen general no manejaba “debidamente las tesis de Mariategui y de Lipschutz", y por tanto “no se desarrollé suficientemente el concepto de que los mapuche constituian un pueblo y no una subcultura” Este enfoque resulta, a nivel mas general, en una exploracién mas a fondo de las ctpulas partidarias y politicas estatales que de los procesos de movilzacién. Aunque Crow dedique algunas paginas a resumir la histo- ria de la lucha por la tierra, en general su interés principal es la evaluacién de las politicas gubernamentales y del razonamiento de las grandes figuras del gobierno. Asi, leemos que Jacques Chonchol mudé su Ministerio de Agricultura a Temuco a comienzos de 1971 por su gran preocupacién por el pueblo Mapuche, no por la preocupacién del gobierno frente @ la multiplicacién de tomas de tierras y de violencia terrateniente. Al otro extremo del espectro en cuanto al papel del Estado se encuentran los testimonios de A desalambrar, Aqui la accién estatal a finales de los afios ‘60 y comienzos de los '70 pasa a un segundo plano frente a la radicalizacién continental, el auge de los movimientos socialistas inspirados en la Revolucién Cubana, y la creatividad Mapuche en el proceso de reinterpretar la lucha por Ia tierra. Los logros a rescatar se encuentran en las luchas. populares en si, y en especial el Movimiento Campesino Revolucionario (MCR). Aunque los testimonios de los distintos activistas, Mapuche y no-Mapuche, del Movimiento Campesino Revolucionario que se encuentran en esta coleccién, tienen cada uno su propia meta y mensaje, en general|a visién que presentan del periodo de la reforma agraria es fuertemente desde la base. Todos estén de acuerdo en que e! impulso fundamental hacia elcambio que se dio enlaépoca vino desde abajo,delas visionesderestitucién y movilizacién elaboradas por una coalicién de activistas de izquierda con las comunidades. También todos esténde acuerdo en que,dentrodelaalianzaentrelos activistasdelMovimiento de Izquierda Revolucionaria y los dirigentes Mapuche, se enfatizaron las estrategias y coaliciones basadas en relaciones de clase. Hay una cierta nostalgia, un deseo de reencontrar la energia popular de la época, energia que, los autores sugieren, habria hecho posible el cambio radical Le autocr'tica mas a fondo viene de José Peralta, nombre politico de Gustavo Mer'n, Secretario Regional del MIR en Cautn y Malleco durante la Unidad Popular. Al tratar de explicar por qué el MCR perdié energias en 1973, Marin llega a la conclusién de que fue un error ver al pueblo Mapuche solamente a través de un lente de clase social. Aunque enfatiza que de todas maneras no se pudo haber evitado el golpe militar, escribe que la debilidad mas importante en “la construccién de un verdadero movimiento social mapuche-chileno revolucionario es que no logramos comprender que los mapuche eran y son mapuche y que no sélo eran una clase social o un grupo de clases sociales, sino que eran y son un pueblo, con una histeria, con una espiritualided, con un lenguaje". Y, subraya, esta relacién entre cultura y puebio sigue siendo un desafio police a nivel mundial en nuestros dias. En su extenso trabajo sobre los Mapuche y la reforma agraria entre 1958 y 1973, Correa, Molina y Yafiez establecen una tercera posicién que combina un anélisis desde la politica estatal con una atencién mas minuciosa sobre la base. DefrobaR 13} Volumen Tnamere 2.2000 fe Dossier Agenciamiento Allende En su andlisis cuantitativo de las expropiaciones a favor de campesinos Mapuche, resaltan la importancia del gobierno popular al demostrar que, de un total de 163 predios -sumando 152.416.88 has. - que fueron expropiados a favor de agricultores Mapuche durante los afios de la reforma agraria en su conjunto, el 84% habria sido expropiado en los tres afios de la Unidad Popular. No sélo a nivel de los nimeros, sino que también de la memoria, los autores logran demostrar que el periodo de reforma agraria fue un hito diferente en la historia de las reivindicaciones Mapuche de! siglo XX. En 2002 en la Universidad de la Frontera, Temuco, durante un seminario organizado como parte del mismo proyecto, los Participantes que habian sido dirigentes de la época confirmaron este punto. Después de detellar su participacién y la de su hermano Moisés en las tomas del Movimiento Campesino Revolucionario, don Félix Huentelat concluyé: “es muy finda historia la Reforma Agraria, y fue justicia Social para los campesinos”. En el mismo seminario don Heriberto Ato de la comunidad de Nicolés Ailio records las luchas para formar el “movimiento campesino mapuche revolucionario” y concluyé: “esa es nuestra historia que nosotros tenemos amarrada a nuestro corazén, y esa historia no puede sacarla nadie de nuestro corazén", Correa, Molina y Yéhez, entonces, logran combiner una consideracién dela base [aan con la poltica gubernamental al poner énfasis en el papel de la moviizecion [iia Mapuche en laradicalizacién de lareforma agraria que se da con la Unidad Popular. De hecho, entre las conclusiones de estos autores se encuentra la idea que el [ama movimiento Mapuche dela época “utlizalamoviizaciénparaincorporarla‘cuestion [——hiaan/sd territorial mapuche'alitinerario poltico del proceso de Reforma Agraria”. Alfnal,sin [iaahantualinen embargo, los autores también rescatan la importancia del Estado en el proceso de > ¥ 3 recuperacién territorial para el pueblo Mepuche, aunque desde una perspective iia distinta. Al comparar los logros de la reforma agraria de la Unidad Popular con son ls pa los intentos de recuperacién de tierras mediante el mecanismo de mercado i -iaVored y la compra de los gobiernos concertacionistas, recomiendan que seria mas NG ae G efectivo hoy en die trasladar de nuevo “ie solucién del denominado ‘contlicto en tierras mapuche’ al Estado, donde el mecanismo de expropiacién sea el que asegure la restitucion de las tierras mapuches usurpadas y la reconstitucién territorial de las comunidades” Si hay un consenso general sobre la idea de que los afos de la reforma agraria, y en particular los mil dias de la UP, habrian sido la culminacién del proceso de restitucién de tierras Mapuche en el siglo XX, ninguno de los tres textos examina el papel politico del pueblo Mapuche como tal en dicha culminacién. A pesar de las posiciones dramdticamente distintas de cada uno, todos dejan en la sombra la historia politica Mapuche en si, y por tanto tienden a exagerar el papel del Estado y de la izquierda. Si queremos llegar mas ala en nuestro proyecto de repenser el legado del gobierno de la Unidad Popular en relacién al pueblo Mapuche, creo que es necesario examinar la época de la reforma agraria fen general y los tres afios de gobierno popular en particular, no sélo como una culminacién de la movilizacién agraria, sine que también como un momento de transicién en las movilizaciones politicas Mapuche en si En otras palabras, ha legado el momento de descolonizar nuestra visién de la historia politica Mapuche frente a la Unidad Popular. Desde la conquista militar del territorio auténomo Mapuche denominada la “Pacificacién de la Araucania’, han coexistide incémodamente, no sélo al interior del Estado mismo, sino que también en las ideologias, los partidos y los movimientos de cambio social, F_Delroba ‘Volumen Tnimere 2 2005 Descolonizando la historia Mapuche de la Unidad | visiones de inclusién y transformacién basadas en una cludadania igualitaria generalizada (lo que podria lamerse de “tala Unica’) y une cierte conciencia de lo distito y particular de lo que legé @ lamarse “el problema Mapuche". Ain entre los dirigentes Mapuche de la primera generacién postreduccional, quienes formaron organizaciones y participaron polticamente con la meta de reconsttuir fa propiedad indigena y mejorar las condiciones de su pueblo, existieron posiciones bien distintas sobre la neceskied de la “integracién” Mapuche @ la sociedad chiena, Aigunos, como Manuel Manguiet, creian fuertemente en le importancia de le perticipacién iu dividual Mapuche en la sociedad chilene, y por tanto apoyeban e polices que ayudaran a minimizar les diferencias entre mapuches 12 chilenes, como podria ser la Ley de Division de las comunidades que * Manqulet present al Congreso y que fue aprobada en 1927. Otros, como Manuel Aburto Panguilet, detendian una visién més colectiva y auténoma de la propiedad y de la cutura Mapuche. Todos, sin embargo, eran hos de reconocidos y respetados lngjes derivado Lana prereduccionales que tenian educacién Urbana y una cierta posicién social que les permitié participar en los debetes polticos de la époce, escribir en los periédicos y participar en los partidos poiticos. CM MCMESGEIM frdoccona bre la police do ovo portco oo Rol foerstr y Sona Honteche. Or dela. mayoria nay seas ersten, steele ohay Menai ate del campesinado Mapuche, luchando por mantener las pocas tierras en las cuales habian sido radicados, y buscando, de alguna manera, sobrevivir en la pobreza de la segunda generacién. Al perfiarse esta otra realidad cade vez con més urgencia a lo largo de la primera mitad del siglo XX, la pregunta que surgié una y otra vez era: :habria aliados confiables con quienes poder enfrenter los problemas combinados de la usurpacién y la pobreza en las comunidades? Lerespueste a esta pregunta, por lo menos hasta los afios '60, no fue ni clara ni facil Los posibles aliacios en la sociedad chilena, quiz més notablemente el Partido Comunista, manejaban contradictoriamente visiones indigenistas de incorporacién iguaiitaria y nociones vagas de autodeterminacién para las “nacionalidades oprimidas” que venian de los expe- rimentos en la joven Unién Soviética. Entre los aos ’20, en que la Internacional Comunista habie manejaco una politica radical de autodeterminacién de todas las “minorias nacionales”, y los afos ‘60, en que la Revolucién Cubana inspiré una nueva ola de reformas agrarias a través de Latinoamérica, los intelectuales de izquierda més informados sobre “el problema indigena’, como por ejemplo el destacado intelectual chileno Alejandro Lipschutz, tendian a identificar a la comunidad agraria indigena como una “manifestacién ancestral” que merecia ser apoyada en todo movimiento cooperativista y de reforma agraria, pero esta visién no DefrotaR 4 Volumen Tnamere 2.2000 fe Dossier Agenciamiento Allende distinguia con cuidado entre diferentes pueblos y culturas indigenas. Pero tampoco desde la dirigencia Mapuche habia una respuesta concreta @ esta combinacién de usurpacién y pobreza que en las comunidades habia estado durante décadas en proceso de siencioso crecimiento. Originalmente causedo por el mismo [iinet proceso de conquista, reduccién y radicacién, este problema so [ian profundizé con las usurpaciones adicionales @ lo largo de la primera [ifaiae mitad dei siglo XX, lo cual llegé a generar una dramatica [imate escasez de tierras en la segunda generacién posreduccional | —MoCaamit que se combiné con la completa bancarrota, a lo largo [cai del mismo periodo, de la estrategialegalde reivindicacién y restitucién. Dicha estrategia, que habia sido perseguida constantemente por los dirigentes locales a través de las cortes, hizo crisis para comienzos de los afos ‘60, al mismo tiempo que la sociedad chilena vivia un proceso mas general de radicalizacién. Pero aunque los dos procesos se dieron a la vez, y tenian relacién entre si, es importante notar que tentan histéricamente distintos ritmos y causas. En muchas de las comunidades posreduccionales, las generaciones que crecieron en la po- breza por falta de tierras se vieron obligadas a migrar en busca de trabajo, dentro o fuera de Ia regién. En ambos casos su experiencia compartida con otros trabajadores Mapuche y no Mapuche, y la oportunidad de participar en sindicatos y otras organizaciones de reivind- cacién popular, crearon la posibiidad de una alianza politica que no pasara por las dirigen- clas urbanas Mapuche. Desde las mismas comunidades se abrié una fuerte ola de accién directa que le daria un cardcter especialmente intenso a las reivindicaciones agrarias de finales de los aos '6o y comienzo de los '7o. En marzo de 2008, den Rosendo Huenuman, roe eo reere aera recordé que, a comienzos de la década de [hc cits 1960, 6! volvié de Lote a la zona de la costa, [i-aehddiaaadimaana cerca de Puerto Saavedra, porque se habia acogido al desahucio volunterio por el problema de la sobreexplotacién minera. Después de haber trabajado en la mina y sacrificado mucho para conseguir su educacién, don Rosendo regresé con la idea de aplicar las formas de unificacién y organizacién que aprendié en ol sindicato. Si en Lota habla comprendido la importancia de la accién directa unificada, de su abuelo en la comunidad de Huefialihuen habla aprendido sobre la resistencia a la usur- pacién de las tierras. Su abuelo, explicé, habia estado “juiciande con unos gringos por la tierra’. Habla sulrido cuatro lanzamientos de parte de los carabineros, en que terminaron ‘corriendo a los viejos". Su abuelo habla muerto sin recuperar las tierras usurpadas. En 1962 se organizé en Kuenalihuen, con apoyo de otras comunidades de la zona, una corrida de cerco en contra del fundo La Suerte, Cuando llegaron los carabineros con la orden de desalojo, recordé don Rosendo, él les mostré el Titulo de Merced. Las mujeres hicieron la re- sistencia més inteligente al hacer un cerco, mientras que é| qued6, en sus palabras, amarra- do por los carabineros. Al caer la noche, sin embargo, se escapé a Temuco a caballo para denunciar este hecho, y al dia siguiente mandé un cable al Senado. Una vez que se difundié la noticia, los dirigentes estudiantiles y ferroviarios organizaron acciones de solidaridad en Temuco. LL Defroba Descolonizando la historia Mapuche de la Unidad | Los recuerdos de don Rosendo Huenumén, dirigente histérico del periodo de la Unidad Popular, modifican la narrativa comin sobre este periodo de reivindicacién Mapuche. En la versién més comtin, habria dos ejes de movilizacién y reivindicacién Mapuche durante los aos sesenta y comienzos de los setenta. Por un lado estaria el eje partidario, en que organizaciones Mapuche creadas en alianza con los partidos pollticos tomaron cada vez més impulso en su afan por avanzar la causa Mapuche frente al Estado. El otro eje es el que podriamos llamar comunitario o de accién direct que aunque vaya adquiriendo caracteristicas cada vez mas auténomas bajo las dirigencias de las mismas comunidades, tiende 2 verse en relacién a, y con ayuda de, los organismos partidarios. La modificacién es suti, pues no se trata de dar vuelta la interpretacién hasta el punto de crear una autonomia completa para la lucha de las comunidades. Los activistas y dirigentes. Mapuche, como con Rosendo, también formaron parte de las organizaciones asociadas @ la izquierda, como la Asociacién Nacional de Indigenas de Chile y la Federacién de Trabajadores Agricolas y Mapuches Luis Emilio Recabarren, Como dejé en claro don Rosendo en nuestra entrevista, la meta principal de la época era la de promover una alianza entre los campesinos pobres Mapuche y no-Mapuche para la recuperacién y redistribucién de la tierra, No sélo Rosendo Huenuman, sino que también Melilén Painemal —ambos reconocidos dirigentes de la época~ serian candidates a diputado por el Partido Comunista y servirian, para finales de los sesenta y comienzos de los setenta, en el Comité Central Le narrativa se modifica en el sentido de que las primeras experiencias con las recuperaciones, las primeras “corridas de cerco”, se formulan desde las comunidades, por esta generacién de jévenes dirigentes que vuelven con experiencia sindical a repensar las luchas de restitucién de sus abuelos. Repensar asi el proceso de reivindicacién y accién directa desde las comunidades [aan " 5 nos lleva @ repensar también la dindmica de la interaccion [Annes entre la lucha Mapuche y la izquierda durante el gobierno popular, mento. Mapuche Esto es especiaimente importante en el caso del Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR]_y el MCR. En el testimonio de Gustavo Mar'n antes citado, sobre el proceso del MCR en Cautin, hay una descripcién del proceso mediante el cual se llegé a penser las corridas de cerco. Partiendo de su llegada al sur en 1969, Marin describe las conversaciones en las co- municiades, mediante las cuales, en un proceso que llama “inductive”, se llegé a la conclusién que habia que correr el cerco. Los viejos de las comunidades, explica, “fueron a buscar los Titulos de Merced al Instituto Indigena de Temuco, se los dieron y volvieron incluso con el mapa, que venia dibujade en papel mantequill”. Esto, en la experiencia de Marin, fue el co- mienzo de un diglogo intergeneracional en las comunidades, lo que también se volvié, para decirlo de alguna manera, en un didlogo intercultural al involucrar las visiones del territorio de las comunidades y de sus nuevos aliados winka. Segtin Marin: Poniamos el plano del ttulo sobre el mapa que mostraba la propiedad de la terra DefrotaR Volumen Tnamere 2.2000 fe Dossier Agenciamiento Allende y se vela clarisimo dénde estaba el cerco antiguo, no habla que ser gedgre: fo para darse cuenta, Ademés los viejos tenian una visién clara del cerco, se les habia quedado grabada, sabien que pasaba por tal riachuelo, por tal manzano, por tal quebrade. Cuando alguien te ha usurpado la terra y tu casa, el lugar donde naciste y te criaste, no se te olvida nunca jamés. Los viejos lo tenian fen la memoria, pero no lo decien, nosotros después de las conversaciones entre mate y mate bamos recescubriendo Ia historia con elos. El recuerdo de Marin es complejo y multidimensional, [a aeueeeas mostrando una interaccién y un intercambio entre saberes que leva a la accién politica en conjunto. Lo mismo apreciamos en los otros testimonios de la misma coleccién, y también en los recuerdos de otros dirigentes Mapuche que fueron miembros fundadores del MCR, como Heriberto Ailio de la comunidad de Nicolés Ailio y Felix Huentelaf de la comunidad de San Ramén (Loncoche} Sin embargo, al narrar elorigen dela estrate- giadelas corridasde cerco enelintercambio entre el MIR y las comunidades Mapuche fildq S Aa en 196971970, Marin |e da una narratva [Pi riircreS histérica muy distinta @ la de Huenumén, sugiriendo un protagonismo politico del MIR que no es ten asi ¢£n qué consiste |e importancia de esta discrepancie? En el programa agrario del Secretariado Regional de Cautin del MIR —el cual encabezé Marin entre 1970 y 1973— se recogen las lecciones aprendidas, segUn la narrativa del mismo Marin, en las comunidades Mapuche durante el ano anterior. Se critica, por ejemplo, la poltica que denominan “el pasérselo juiciando"#—justamente el intento, de parte de los dirigentes locales, de conseguir restitucién, mediante las cortes, estrategia que habia entrado [Ragas kan Macon amc Mee ya en bancarrota para comienzos de los afios ‘60. Pero también se considera necesario hacer, al comienzo del documento, la siguiente clarificacién: Alo largo de estes paginas se mencionaré repetddamente a los mapuches. Es nece- serio esclarecer que en todo momento se les trata, esencialmente, como pequefios propietarios; al margen de consideraciones étnicas o socio-cuturales que, por lo demas, son muy discutibles. Desde este punto de vista, el mapuche es en la regién el grupo mayoritario que es posible distingur dentro del universo compuesto por los pequefios Mas adelante en el mismo documento, se enfatiza que la distincién entre los campesinos Mapuche y chilenos no esta basada en ninguna realidad objetivade explotacién racialo étnica, Al contrario, aunque “la discriminacién racial existe y es extremadamente fuerte, ella no constituye sino un reforzamiento de cardcter subjetivo al proceso de sobre-explotacién de que una parte —y por esta via el conjunto— de los pequefios propietarios es objeto”. De hecho, segin los autores, si los campesinos chilenos han sido expropiados mediante estrategias puramente econémicas, los campesinos Mapuche han sutrido también “la estata, el engafo y el atropello violento que se suman al despojo inicial’. Son estas experiencias “subjetivas” que han hecho neceseria “una particularidad de caracter tactico que el MIR ha debido introducir en la lucha por la tierra: las corridas de cercos’ a ‘Volumen Tnimere 2 2005 Descolonizand la historia Mapuche de la Unidad Popul ———————— Una lectura detenida del Programa Agrario en su conjunto deja en claro que las corridas de cerco se consideran un primer momento en la lucha rural, una etapa de transicién. ‘La practica misma de sus luchas va mostrando a los campesinos las limitaciones que se encierran en las ‘corridas de cercos’, en cuanto a forma de lucha”, escriben los autores. Las metas mas a largo plazo seran la ocupacién de fundos y “la constitucién de ‘comunidades socialistas’ (explotacién colectiva de la tierra recuperada, organizacién y control social de la produccién y la distribucién, etc," Ast se transforma una experiencia de base en un programa politico, y el MIR reproduce el mismo tipo de narrativa frente al pueblo Mapuche que caracteriza, en esta 6poca, alos otros organismos de izquierda. La innovacién y la gestién polticas de la época se ven desde los partidos, puesto que el eje de la lucha es y tiene que ser la clase social, Marin mismo dice en A desalambrar que este fue el error de fondo que llevé a la desmovilizacién en el Ultimo afio del gobierno de la UP. Pero también es importante notar que el proyecto mayor que contiene el programa agrario del MIR en Cautin es lo que podriamos llamar un proyecto “civilzador”: habria que educar a los campesinos Mapuche para que comprendieran sus verdaderos y objetives intereses, que sin duda tenian que ser intereses de clase. Yaquicreo yo, esté elproblemade fondo. Apartir de lareorganizaciénde unmovimientoMapuche identitario en respuesta al intento pinochetista de abolir las comunidades postreduccionales con el Decreto-Ley 2568, la critica al modelo de clase se profundizé entre muchos dirigentes © intelectuales Mapuche. El parte aguas en este sentido fue sin dude el surgimiento de Aukin Wallmapu Ngulam, 0 el Consejo de Todas las Tierras, ni ca organizacién Mapuche que, @ finales de los afios ochenta, rehusé firmar el Pacto de Imperial con el candidato presidencial concertacionista Patricio Aylwin 1 proyecto de “descolonizacién” politica e intelectual del Consejo, sobre el cual han construido muchas organizaciones Mapuche vrei th posteriores, estaba basado en las nociones de autonomiay eotciitesmycrty reivindicacién territorial, pensadas desde una visién histérica Mapuche. [Aare Ya no se trataba de una demanda de participacién poltica, ni de acceso a la tierra o a los recursos, sino que de un proyecto de reorganizacién fundamental del Estado para que pudieran coexistir bajo su alero, y en igualdad de condiciones, distintos pueblos y nacionalidades Es este ultimo punto que, a mi juicio, no debe perderse de vista al repensar el legado de la Unidad Popular. No es solamente un problema de cuan abierta habré sido la izquierda para considerar las demandas y necesidades espectficas del pueblo Mapuche. No se trata, a final de cuentas, de encontrar una forma adecuada de unificar las demandas identitarias y autonémicas Mapuche en un reconstruido proyecto poltico basado en las clases sociales. Los que reivindican, aunque implicitamente, la viabiidad de un reorganizado proyecto de izquierda, tienden a buscar excepciones en Ia historia —alianzas, intelectuales, 0 gobiernos excepcionales— que nos demuestren cémo y por qué el proyecto indigena y el proyecto de izquierda no son contradictorios. Pero la verdad es que estamos frente a un desafio mucho més grande, que es repensar, desde sus mismas raices, el colonialismo interno del Estado-nacién. Re fe Dossier Agenciamiento Allende ee eee ee ed ee ee ee ee ee ee eee ea eee ee Seen Rivera Cusicancsd y Rossana Berrogén. * ; Debates Po ee eee Ee eee ree eens tert So oe a ee ee ae aciones iter ee (dan0 también Sergi ‘ragmentac fa ural nation Ss ee pees See eee Que no tenemos la férmula para dicha descolonizacién, quiza es obvio. Pero una posible contribucién desde la historia podria ser la de repensar el perlodo de la Unidad Popular justo desde tal descolonizacién. Y si hacemos esto, encontramos que el movimiento agrario Mapuche que surgié durante la época de la Reforma Agraria puso algo completemente nuevo sobre lamesa:lanecesicdad de que todas las dirigencias polticas, tueran Mapuche ode izquierda, tomaran en cuenta la historia, el conocimiento y las estrategias pollticas desde las mismas comunidades. Es aquidonde podemos ver unacontinuidad importante entrelacreatividadpolitica Mapuche durante la Unidad Popular, y el movimiento Mapuche de nuestros dias. Las estrategias de accién directa formuladas en estos ahos desde las comunidades han perdurado, aunque de otra forma, en el movimiento Mapuche actual Es interesante notar, en este contexto, que una de las metas de A desalambrar es identiticar al MCR con el movimiento Mapuche contemporaneo, y trazar una linea directa entre las dos luchas por la reivindicacién territorial. "Muchos compafieros y compafieras cometen el error de pensar que el MCR es una fuerza del pasado,” leemos en la presentacién del texto. Al contrario, la lucha contemporénea “es continuicad de otras batelias y representa, sin duda, una sefial de la reproduccién de experiencias, de sabidurias y de creacién politico-cultural, que recuerda las luchas campesinas y mapuches por la liberacién y la justicia La evidencia de esta continuidad se encuentra, al leer los testimonios, en el proceso de accién directa en la recuperacién de tierras y en la visién de un sistema poltico alternative y participative. En el espritu de una descolonizacién profunda de esta historia, sin embargo, ofrezco otra interpretacién de esta continuided. En marzo de 1992, durante los primeros afios de la transicién a la democracia, el flamante Consejo de Todas las Tierras, que era en ese momento la organizacién Mapuche mas radical, convocé un Tribunal Mapuche. Treinta y ocho comunidades presenteron alli documentos de varios tipos, incluyendo judiciales, en apoyo a sus reclamos de restitucién por tierras usurpadas durante el siglo XX. El Tribunal fallé @ favor de las comunidades y en junio de ese mismo afo el Consejo inicié una campafa de recuperacién de tierras en nueve comunas de la regién centro-sur del pais, regién que un siglo y medio atrés, todavia formaba parte del territorio ancestral Mapuche. Esta campafa, basada en tomas de tierras consideradas ilegales, suscité una répida reaccién del nuevo gobierno democratico, y dentro de semanas mas de cien dirigentes Mapuche habian sido encarcelados. Si comparamos el método de legitimizacién de las tomas que usé en Consejo con las GLb4_DefrobaA ‘Volumen T_numere 22008 Descolonizando la historia Mapuche de la Unidad | descripciones presentadas en el testimonio de Gustavo Marin y en el programa agra rio del Secretariado Regional del MIR en Cautin, hay una continuidad sorprendente, También encontramos que, en cuanto 2 su Ubicacién y a la estrategia misma, las tomas de tierras del Consejo mostraron importantes semejanzas con las corridas de cerco y las tomas de los afios anteriores. Varios de los fundos tomados por los activistas del Consejo habian sido también tomados por el MCR durante las luchas de le Reforma Agraria a finales de los aos sesenta y comienzos de los setenta. Pero las continuidades terminan ahi y no incluyen las metas frales del proceso. Para el MIR, hemos visto que las tomas de tierras iniciadas desde los tiulos de merced eran solamente Un primer paso en una evolucién que, segin los activistas de la época, llevaria a la incorporacién de los campesinos Mapuche a un movimiento mas general de todos los pobres del campo. Era, por tanto, un proyecto de educacién clasista. Pare el Consejo, las recuperaciones de tierras segin los tiulos de merced era el comienzo de una reivindicacién territorial y de una lucha por la autonomia segun los principios cuturales y politicos Mapuche. Aun si la estrategia de la toma era un primer paso en ambos casos, en contraste con el MIR —que consideraba a la conciencia étnica y cultural Mapuche como menos avanzada que la conciencia de clase, y, por tanto, sujeta a la “educacién” desde arriba: el Consejo consideré que la conciencia de pueblo Mapuche era la forma mas avanzada y esperaba extenderla a todas las comunidades mediante la lucha por el territorio. la conquista mittar a finales del siglo XIX, los campesinos y las Ss comunidades tuvieron un claro protagonismo politico en su relacién El segundo punto es que la movilizacién popular sin precedentes que se dio durante la Unidad Popular creé el contexte dentro del cual una dirigencia joven Mapuche desde las comunidades pudo —para decirio de alguna manera— salir de las sombras y tomar el protagonismo que le correspondia. En este sentido habria que rescatar el cardcter de parteaguas de la UP en la articulacién de un proyecto reivindicatorio Mapuche, a la vez que descolonizamos su contenido. Fueron las comunidades Mapuche y sus dirigentes, no la izquierda ni el Estado, quienes construyeron algo nuevo en este periodo. Y es quizd esta creatividad desde la base, este protagonismo popular, el legado mas importante que nos ha dejado la UP en la historia Mapuche. DefrotaR Volumen Tnamere 2.2000

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