Los rojos mangles de verdes ramas Cuyos tupidos enredos copian En soolienta visin las aguas. Hacia los bordes del cao hay sombras Y en medio una brillante raya Como un gusano de luz que tiembla Y entre dos negras serpientes pasa. Sobre un barranco resbaladizo Sestea un rudo caimn, las anchas Fauces abiertas Sobre su fro Matiz verdoso, la luz se apaga. Hojas podridas flotan inmviles Sobre la linfa que duerme. Nada Turba el letargo, rompe el silencio Que el temeroso paraje matan. Sbito inunda la misteriosa Paz fatigante, grita lejana. Una riente vocinglera Que el genio adusto del sitio espanta. A poco, surge por un recodo Como en un sueo ligera barca: Seis vigorosos mancebos reman
Y como reman ren y cantan.
El sooliento lugar despierta: Palpita en besos de ondas el agua En cuyo fondo tiemblan los mangles Como una interna visin del alma; Las hojas muertas sobre la linfa Ondulan trmulas de ignotas ansias; Y sobre el cao turbado ascindese Una armoniosa fuga de garzas. El formidable caimn se tira Con alboroto y en las entraas Del hondo cao desaparece, Como el derrumbe de una barranca. Breves instantes el jubiloso Clamor de voces dura: la barca, Llena de risas y de canciones Vase alejando, se alonga, pasa Ya no se escuchan sus ecos. Vuelven A adormecerse las cosas: nada Turba el letargo, rompe el silencio Que el temeroso paraje matan.
Tomado del libro Musa del trpico de Jos Flix Fuenmayor