i°— t9p1&] and ap souue «wooge pp 914 OW an 19 OHPSO20UE $9 “Xx Of ne [| SMOENp 4 sosos«Dy ib osm wea | $0pO1 anb ap oysay aydiurs oa Sn OpIUINA SOxUDY Bug tIS9 2p “ti00g PPP waRED & vue 1-77de que no paso de ser un espejismo confunda del todo a los lec- del nuevo sig En pocas palabras podela dearse que el eboom fue, en primer lugar notable conyuncién de grandes novelas a mediados de la dé: 0 menos importantes, habian sido soslayadas o lefdas en distinto contexto. El boom» la atencién sobre un puftado ial dentro y fuera del cont Wa histonica despertada po le estos ies aspects: N20 toxlo lo que ver idad para renovarse v proponerse sctososretos. Los grandes escmtores del eboorm» hi :mportantes novelas hasta nuestros dis y son today ‘cuales medimos la tascendencia de las novelas wparecido mteresantes y novedosos novelis: ha logrado desplazar del todo a fos que son percibidos come tes maestros del «boorn». Algunos autores de lo que El noomn.€l conta, obita y a pantene. Eorsetosrenovedores cocupan tod sel teraria, lo que eta algo que poces espe rnémeno no fue tan pasajero. La prueba es que las que debemos considerat fas tres figuras ves del aboo momento 0 coincidia con d,sizuen siendo tres figuras de pen {os novelistas hspauoamericanes. Ells son; Gabsrel 6 Fuentes y Mario Vargas Llosa, que ext y que confirma que el fe Cases: rararia del colombian Gabriel (1928) se divide claramentPOE“ sasonenoter Seino eUwicd a A pg fy aU0d jo i ‘og 2] AIBID $B}990U SE] ‘SOMIOND ap OIgH] UN 4 s¥[anoU 921 OP sey upinb “soup wor) w omaud zonbIpyy wistee) un IgE pak “uosougnosap soypnut anh eard Oram pepaKOIOU WSF“ | ¥ eDauaHOd 9$ OU BA Nb BDHgNd tia asmzaatioo B1ed 1012959 un 7 aia SAAT Hw RS