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ricano aficionado a las obras de arte, quien, a su t u r n o , la consideraba como u n objeto de coleccin.
plazados por la inspida sopa del orfelinato. Una noche guard cau-
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historia del nazismo descubri con asombro que no era una hur-
fana de guerra, como Lucio Castro le haba hecho creer, pues haba
tiempo se fue secando como una flor marchita y cuando sus pa-
memorias y biografas.
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nados y que era inteligente, bella y rica. Cuntas veces habra so-
furtiva.
No obtuvo respuesta. Miranda haba comprendido que se refera a su verdadero padre y se sinti aliviada. No se reconoca en
esa mujer abrumada por la vida.
-Es su vivo retrato -insisti Frieda con precaucin, como asustada de que el pjaro echase de pronto a volar.
cido era simple coincidencia y una lpida caa de pronto sobre sus
no: dada la timidez de su carcter, Frieda nunca intentara i m p o una frase afectuosa, habra derramado tal vez algunas lgrimas. Y
eso sera todo. Quizs le habra pedido que le contara u n poco su
noticias suyas y saber si estaba bien. Con esas migajas Miranda
poda aligerar el corazn de Frieda y permitirle envejecer en paz.
Pero no lo hizo; en realidad no vea razones para hacerlo, le dijo a
Peter cuando regres a Massachusetts y Peter quiso saber si le haba contado a Frieda que ella era su hija.
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