CAPITULO 0
EL ABORTO
1. DEFINICION DEL ABORTO.
to” -como hacen muchos médicos— no me gusta nada.
Desde el punto de vista moral 0 canénico la problematica gira en
torno al aborto provocado!. La moralidad del aborto accidental de-
pendera de hasta qué punto el “accidente” haya sido o no fruto de la
imprudencia. Pero se supone que no ha sido directamente intentado.
Aunque los médicos distinguen entre aborto (expulsion y muerte
del feto) y feticidio (homicidio del feto en el seno materno), desde el
punto de vista moral y juridico ambas acciones reciben la denomina-
cién de aborto.
2, EL ABORTO ANTE LA BIBLIA Y LA TRADICION DE LA IGLESIA
La Biblia no habla expresamente del aborto. Pero habla del apre-
cio a la vida. En algunos lugares del A.T. se menciona el periodo de la
vida que precede al nacimiento indicando que es objeto de la atencién
de Dios (cf. Jer.1,5;1s.46,3). De algunas frases se deduce que ya en el
1 Juan Pablo II da la siguiente definicidn de aborto provocado: “Es la eliminacién deliberada
y directa, como quiera que se realice, de un ser humano en la fase inicial de su existencia,
que va de la concepcién al nacimiento” (EV 58b).54 + MORAL DELA VIDA
utero materno hay una vida humana: cf. Le 1,41-44 (la reaccién de
Juan Bautista en el seno de su madre Isabel). Entre las practicas con-
denadas en el N.T. esta la farmakeia (hechicerfa), que es posible se re-
fiera a practicas abortivas (cf. Gal 5,20; Ap 9,21; 21,8).
La tradicién de la Iglesia, sin embargo, es constante en la condena-
cin del aborto desde el primer documento que se nos ha transmitido,
de tal forma que ha podido hablarse con propiedad.de “dos mil afios
de acogida a la vida no-nacida”. Asi la Didajé afirma: “No matarés al
hijo en el seno de sumadre” (5,2). Atendgoras en su En defensa de los
cristianos senala: “Los cristianos afirmamo: las que practican el
aborto cometen homicidio y habran de dara Dios cuenta de | abor~
to” (33). En términos parecidos se expresa la Carta de Bernabé: “No.
mataras.a tu hijo.en elseno de la madre ni, una yez nacido, le quitaras_
la vida” (XIX,5). Estos textos se explican porque la practica del aborto
y la del infanticidio eran muy frecuentes en el mundo greco-romano.
Entre los Santos Padres posteriores podemos citar la condena de todo
aborto que hacen san Jerénimo (cartas 22 y 123) y san Agustin (Contra
Faustum 15,7).
De modo parecido se expresan los concilios de Ic primeros siglos
imponiendo graves penas a los que provocan el aborto: Elvira (afio
306), Ancira (314), II de Braga (572), Trullo (692). El concilio de Elvira
afirma en el canon 63: “Si alguna mujer en ausencia de su marido co-
metiere adulterio, y de sus resultas concibiere, y después de esto ma-
tase a su hijo, no recibir la comunién ni aun al fin de la vida, por
haber duplicado la maldad”. El canon 20 del concilio de Ancira mode-
ra el castigo anterior en los siguientes términos: “Respecto a aquellas
mujeres que fornican y matan sus partos, y de las que ponen medios
para abortar, estaba mandado por los cdnones antiguos que hasta el
fin de su vida estuviesen excluidas de la Iglesia. Mas ahora suaviza-
mos esta disciplina fijando su penitencia en diez afios”.
Entre los Papas que condenaron el aborto estan: Gregorio III
(731-741); Esteban _V (885-895), Sixto V (1588), Inocencio XI.(1679).
Esteban V, por ejemplo, indica lo siguiente escribiendo al obispo de
Maguncia: “A aquellos a quienes se les prueba, o que confiesan que
son culpables del crimen de infanticidio, castiguelos tu moderacién,
porque si es homicida el que por el aborto destruye en el titero lo con-
cebido, écémo podra ser excusado de ser homicida el que matare un
nino de un solo dia?”?
2 Pueden verse los textos de Papas y Concilios en M. Zalba - J. Bozal, El Magisterio eclesidstico
y la medicina, Ed. Razén y Fe, Madrid, 1955.gt
ELABORTO + 5
En cuanto a la doctrina de los tedlogos medievales, aunque conde-
na el aborto, hay que tener en cuenta que, siguiendo a ‘Aristételes,
muchos afirmaban que la infusién del alma humana no se realiza sino
40 dias después de la concepcién para los varones y 80 para las muje-
res, Asi Santo Tomas®. Pero san Alberto Magno y otros defendieron la
“animacion instantanea”. Conviene tener en cuenta que los partida-
rios de la animacién sucesiva o retardada nunca sacaron la conse-
cuencia de que en las primeras semanas el fruto de la concepcién
fuera una simple “cosa” que licitamente se pudiera expulsar o matar
(cf. J.Gafo, 1979, pp. 91-99).
Hay que afirmar, sin embargo, por amor a la verdad histérica, que
la tesis de la animacién retardada (y la consiguiente distincién entre
feto formado y no formado) fue defendida casi undnimemente por el
magisterio y los tedlogos durante muchos siglos. Sélo a partir del siglo
XIX -al superarse ciertos conocimientos cientificos de la antigitedad—
se va imponiendo en la Iglesia catélica la doctrina de la animacién in-
mediata después de la fecundacién (Cf. J.Gafo, op.cit., pp. 91-126).
3. EL MAGISTERIO RECIENTE DE LA IGLESIA
Ante el hecho de que los Estados modernos han ido despenalizan-
do el aborto, los Papas y obispos han reiterado la condena tradicional
de Ja Iglesia. Asi Pio XI en la encfclica Casti.connubii.y Pio. XI, Pablo
n numerosos discursos. Es importante la Declara-
cién de la Congregacion para la doctrina de la fe sobre el tema del
aborto provocado del 18/11/1974.
El Vaticano II dice en la G! c: “La vida desdesu concepcién ha
de ser salvaguardada con el maximo.cuidado; el aborto y el infantici-
dio son.crimenes abominables”. También el n° 27¢ condena el aborto
al hablar de los atentados contra la vida.
Los obispos han hablado en los tltimos afios sobre el asunto en casi
todos los paises. En México, entre otros documentos, es importante la
declaracién del episcopado sobre “Aborto y_despenalizacién” del
3. Se queria encontrar una base biblica para la distineién entre feto formado y no formado en
la traduccién griega de los LXX de fx 21,22-23. Alli se dice que si el feto que muere en una
pelea es formado se exige la pena del talién. Es decir, se supone que es una persona. Pero
hoy esta fuera de dudas que la traduccién de los LXX falsea en este caso el texto hebreo. Sin
embargo, hay que tener en cuenta que esta traduccién tuvo un gran influjo en los primeros
siglos. Cf. J. Gafo (1979), pp. 65-68.56 +) MoRALDELA VIDA
27/9/1983. El argumento principal por el que el Magisterio condena
el aborto es siempre el mismo: lo que hay en el seno materno es una
persona humana que tiene derecho a la vida. Matarlo es cometer un
asesinato directo, matar a una persona. Y esto, excepto el caso de legi-
tima defensa, es una accién inmoral que nunca puede permitirse
(cf. Declaracién de la Congregacién para la doctrina de la fe, n° 11
y 12). Es de resaltar el hecho de que al condenar el aborto la Iglesia no
insiste en una argumeniacién especificamente cristiana, sino que
“basta la razon para exigir el respeto a la vida humana, bas4ndose en
el andlisis de lo que es y debe ser una persona” (idem, n° 8).
En el Cédigo de Derecho Canénico (canon 1398) se condena con la
excomunion latae sententiae, es decir, inmediata, a los que procuran
el aborto, si éste se produce. Hay que tener presentes sin embargo las
circunstancias que eximen de la pena‘.
Juan Pablo II en la enciclica Evangelium vitae (1995) ha condenado
el aborto con las siguientes palabras: “Con la autoridad que Cristo
confirié a Pedro y asus sucesores, en comunién con todos los obispos,
declaro que el aborto directo, es decir, querido como fin 0 como me-
dio, es siempre un desorden moral grave, en cuanto eliminacién deli-
berada de un ser humano inocente” (n° 62c).
4. ~COMO SE PLANTEA ACTUALMENTE EL TEMA DEL ABORTO?
Sobre todo en el mundo occidental secularizado son muchas las
personas que no comprenden la postura de la Iglesia Catélica ante el
aborto, especialmente entre algunos grupos feministas. Estas perso-
nas suelen plantear el aborto como un conflicto entre vida y libertad.
En unas declaraciones periodisticas Susan Sontag -pensadora
norteamericana-— se expresaba del siguiente modo: “Yo creo que la
cuestion principal no gira alrededor de la vida, sino de la libertad. No
voy a decir que no sea triste interrumpir un embarazo no deseado, lo
es; pero en este caso concurren otras consideraciones. Se trata para
las mujeres de que exista la posibilidad de elegir libremente si quieren
ono traer al mundo una nueva vida, y téngase en cuenta que se trata
de una vida que se halla en una fase muy primaria de desarrollo, que
no tiene conciencia”.
4 CEFR. Aznar Gil, “Aborto, excomunién y sacramento de la penitencia”, Salmanticensis, 39
(1992), pp. 245-268.asso - Si
En un peridédico espafiol un articulista hacia la siguiente afirma-
cién: “A mi modo de ver, el problema del aborto supone una defini-
cién entre dos derechos en conflicto: el derecho del embrion 2
continuar su desarrollo en el claustro materno y el derecho de la mu-
jer a su libertad, a su felicidad y a una maternidad libre y voluntaria.
Hay que optar. Yo he optado a favor de la mujer”®.
Creo que aqui esta el meollo.del problema, E] mundo moderno ha
fomentado la existencia de una libertad ilimitada del individuo, de es-
tilo puramente subjetivo. Pero en realidad sélo es auténtica libertad
aquella que esta al servicio de la verdad y de la vida. En nombre de mi
libertad yo no puedo eliminar a cualquier persona que coarte mi auto-
nomia, sobre todo cuando ésta esta al servicio de los antivalores del
consumo y del hedonismo. Por otra parte, el derecho a la libertad me
exige ante todo la bisqueda de la verdad para adherirme aella y orde-
nar toda mi vida seguin las exigencias de la verdad (Cf. Declaracién del
Vaticano II sobre Libertad Religiosa, n° 2).
Un planteamiento menos serio se da cuando se identifica a priori
defensa del aborto y pertenencia a grupos de la izquierda politica. En
este sentido hay tanta contradiccién entre los grupos de izquierda
que defienden el aborto y atacan la pena de muerte, como entre los
grupos de derecha que atacan el aborto y defienden la pena de muer-
te. La defensa de la vida no puede estar supeditada a mis intereses
personales.
5. CUANDO COMIENZA A HABER EN EL SENO MATERNO UNA PERSONA
HUMANA?
Si el argumento principal para condenar el aborto es el de que lo
que hay en el seno materno es una persona humana que tiene dere-
cho ala vida, es muy importante determinar cuando el fruto de la fe-
cundacién se convierte en persona humana. A este respecto los
autores antiguos hablaban del momento de la infusién del alma,
los actuales prefieren hablar de “hominizacién”.
Recordemos antes que los e r Ja poreién
spermatozoides no Ilegan a le
de la trompa més cercana al ovario, en donde se realiza la fecunda-
cidn, antes de las diez horas después del coito*. Esto quiere decir que
5 El Pais (Madrid) (7/1/1983).
6 CEP. Abel, “Biologia, medicina, aborto”, Vida Nueva, n° 1367 (26-2-1983), p. 396.58 + MORAL DELA VIDA
si por razones validas 0 no (y son validas cuando se ha producido una
violacién) el semen masculino es expulsado durante este tiempo me-
diante un lavado vaginal u otro tipo de téenicas, tendremos un caso de
anticoncepcién, pero nunca nada que se parezca a un aborto.
Las cuatro principales opiniones actuales sobre el tema planteado
son las siguientes:
1) EXISTE UNA PERSONA HUMANA DESDE EL MOMENTO DE
LA FECUNDACION.
Estos son los argumentos en que se apoyan los defensores de esta
opinién:
a) El cigoto es una realidad humana’. Aunque de tamafio minimo es
un ser extremadamente complejo en el que estan programados los
rasgos caracteristicos de un individuo perteneciente a la especie hu-
mana. “El cigoto seria comparable a un complejisimo microorganis-
mo electrénico, en el que estuviese programado un ser perteneciente
ala especie humana” (J. Gafo, 1982, p.38). Puede afirmarse que desde
la fecundacién queda inaugurada una nueva vida humana, que no es
la del padre ni la de la madre. Desde este momento tenemos un ser
con un cédigo genético determinado en el que ya estan marcados los
caracteres mas individuantes de cada ser humano.
Esto no sélo es verdad respecto a los caracteres fisicos, sino tam-
bién respecto a las predisposiciones espirituales y caracterioldgicas.
Puede decirse que la singularidad de cada ser humano esta en conti-
nuidad con esta primera realidad que surge de la fecundacién.
b) El cigoto es una realidad auténoma: Desde el principio comienza
a dirigir su propio proceso de desarrollo. La autonomia que el nuevo
ser tiene con respecto a la madre no es en esencia diferente de la que
tiene un adulto con respecto a su medio ambiente. Puede decirse que
el cigoto es “arquitecto” de si mismo en un doble sentido: porque tie-
ne programados los planos de lo que él mismo va a ser y porque sinte-
tiza, desde el principio, las sustancias bioquimicas, sus encimas
especificas, que son diferentes de los de la madre y que van a ir mol-
deando todo su desarrollo posterior (cf. J. Gafo, 1982, p.39).
Adoptamos la terminologia mas comin entre los bidlogos: Cigoto, desde la fecundacién has-
tala terminacién de la implantacién en el titero (los primeros 14 dias); embridn, desde el ini-
cio de la tercera semana hasta el final de la séptima; feto, desde la octava semana hasta el fi-
nal de Ja gestacién.ELABORTO + 39
En este sentido, lo minimo que puede decirse de la afirmacién de
ciertos grupos feministas de que el fruto de la concepcién es un
“apéndice”, una “excrecién” o “una parte del cuerpo de la madre”, de
la cual ésta puede disponer a su antojo, es que no tiene el mas minimo
apoyo cientifico.
Hay que afiadir que esta primera opinién de que existe una perso-
na humana desde el momento de la fecundacién es la que favorecen la
mayoria de los documentos actuales del Magisterio de la Iglesia. Uno
de los textos mas explicitos es el de la declaracién Donum vitae (1987)
de la Congregacion para la Doctrina de la Fe: “El ser humano debe ser
respetado y tratado como persona desde el instante de su concepcién
y; por eso, a partir de ese mismo momento se le deben reconocer los
derechos de la persona, principalmente el derecho inviolable de todo
ser inocente a la vida” (I,1).
2) NO HAY UNA PERSONA HUMANA HASTA EL FINAL DEL
PROCESO DE LA IMPLANTACION O ANIDACION EN EL UTERO
(en el dia 14 después de la fecundacién)’. Las razones en que se basan
los que asi opinan son las siguientes:
a) La gran cantidad de cigotos (mds del 50%) que muere antes de que
termine la anidacién. Con la muerte de este elevado ntimero de évulos
fecundados se consigue la eliminacién de una cantidad importante de
cigotos anémalos, destinados a originar personas “anormales”. Se
trata, pues, de un mecanismo previsto por la naturaleza para “corre-
gir” sus propios errores. Todo esto lleva a preguntarse a algunos mo-
ralistas: 6Es tan absoluta la inviolabilidad de la vida humana antes de
la anidacion, si las leyes naturales acttian con tal prodigalidad que
“eliminan” al menos uno de cada dos 6vulos fecundados?
b) No tenemos certeza de que antes del final de la anidacién nos en-
contremos ante un individuo humano. Esta duda viene provocada por
la existencia de los mellizos o gemelos monocigéticos y por la existen-
cia de quimeras humanas.
1° Los gemelos monocigéticos son el fruto de la divisién de un 6vu-
lo fecundado. Esta segmentacién se produce antes de la anidacién y
no puede producirse después. Pero como una persona humana no
puede existir si no tenemos una individuacién completa, no podemos
hablar, al menos en estos casos, de persona humana con derecho in-
violable a la vida antes de los 14 dias.
8 Cf. Norman M. Ford, Quando comincio io? Ed. Baldini & Castoldi, Milan, 1997.60 + MORAL DELA VIDA
2° Lo anterior se confirma también por la existencia, cientifica-
mente demostrada, de las llamadas “quimeras humanas”. En este
caso tenemos el proceso contrario: dos cigotos se mezclan para for-
mar un solo individuo. Tal fusién se produce siempre antes del térmi-
no de la anidacién.
En todas estas situaciones, que parecen ser mas numerosas de las
que a primera vista se pueden adyertir, si recordamos la definicién
clasica de Boecio de que persona es “una substancia individual de na-
turaleza racional”, est4 claro que no tenemos una persona antes de la
anidacién al no tener un individuo, es decir, algo que es “en si indis-
tinto y distinto de los demas”, algo esencialmente indivisible. Por otra
parte algunos autores le dan mucha importancia a la aparicion de la
llamada “linea primitiva”, precisamente a los 14 dias.
3) NO EXISTE PERSONA HUMANA HASTA QUE NO SE HA
ESTRUCTURADO EL CEREBRO Y HA COMENZADO A FUNCIO-
NAR (40-45 dias después de la fecundacién). Los que asi opinan argu-
mentan que de la misma manera que el criterio fundamental para
diagnosticar la muerte de la persona es la “muerte” de su cerebro
~falta de actividad cerebral y existencia durante un cierto tiempo de
un encefalograma plano-, asi también se puede decir que no hay una
persona hasta que no esté en marcha su cerebro.
Con respecto a esta teorfa podemos senalar que hay una cierta ana-
logia entre el inicio de la vida y su final. Pero la situacién es muy dis-
tinta. En el caso del embrién no nos encontramos con un cadaver
cuyo cerebro empieza a funcionar, sino con un ser ya vivo y que posee
un dinamismo interior y eficaz en evoluci6n, ya antes de iniciar la ac-
tividad cerebral, un dinamismo que va orientado hacia una vida cada
vez mas plena’.
4) EL COMIENZO DE LA PERSONA HUMANA SE DEFINE POR
“CRITERIOS RELACIONALES”. Los defensores de esta teoria, nu-
merosos en el campo no catélico, afirman que no hay persona huma-
na sino mediante la relacién del feto con y para los demas. Distinguen
entre ser humano y ser humanizado. Sélo este ultimo es persona. Des-
de la perspectiva de que la persona se constituye por la relacién yo-ta,
9 Algunos opinan que en virtud de que durante las 10-12 primeras semanas de gestacién el
embrién humano es practicamente idéntico al de otros mamiferos, sélo hasta entonces el
feto puede considerarse como humano, ya que es cuando aparecen los rasgos morfolégicos
genuinos de la especie humana. Cf. J.M.Gareia Mourifio, Otras formas violentas de morir,
Ed. San Pablo, Madrid, 1998, p. 64.a)
ELABORTO. +
afirman que lo que vive en el seno materno sélo sera persona sies
“aceptado” por los padres, “reconocido como humano”, “procreado
intencionalmente”, “destinado a vivir” (no serfa persona un embrion
concebido “in vitro” en el laboratorio y que estuviese destinado sola-
mente a ser objeto de experiencias cientfficas).
Esta forma de pensar Ja considero insostenible. Es verdad que la
persona en cierto sentido se constituye por la relacién con el otro,
pero el yo humano se constituye como tal por su relacién con el “Ta”
de Dios, que lo llama amorosamente a la vida, aunque no sea aceptado
por los padres o por la sociedad. A este respecto recordemos la ense-
fanza de la Congregacién para la Doctrina de la Fe en la Declaracién
sobre el aborto procurado: “El primer derecho de una persona es su
vida... No pertenece a la sociedad, ni a la autoridad publica, sea cual
sea su forma, reconocer este derecho a unos y no reconocerlo a otros...
No es el reconocimiento por parte de otros lo que constituye este de-
recho; es algo anterior; exige ser reconocido y es absolutamente injus-
to rechazarlo” (n° 11).
RESUMIENDO: Los teélogos catélicos se reparten mayoritaria-
mente en la actualidad entre las dos primeras opiniones que hemos
resumido. Personalmente me inclino por la segunda teoria: sdlo hay
persona humana al finalizar el proceso de i tacion del cigot:
el titero. El hecho de que, en algunos casos al menos, podamos estar
ciertos de que antes no tenemos un individuo humano, me parece
que tiene un peso decisivo. Es cierto que la biologfa no podra de-
cir nunca cuando tenemos una persona, pero también es cierto que
puede decirnos cuando no se dan el minimo de condiciones para que
exista.
Creo, sin embargo, que en este caso hay que distinguir entre con-
viccidn teérica y practica pastoral. El hecho de que la biologia no haya
demostrado todavia que la capacidad de dividirse 0 mezclarse con
otro se dé en “todos” los cigotos, hace que no podamos prescindir en
la practica de los serios argumentos que tiene en su favor la primera
teorfa. A esto nos inclina ademas la doctrina del Magisterio de la Igle-
sia. Me parece que en esta cuestién, siguiendo un lenguaje tradicio-
nal, en la praxis hay que inclinarse no por la opini6n que parece més
probable, sino por la mas segura. Por esto, exista o no una persona hu-
mana, “la vida di ner ser salvaguardada
méximo.cuidado” (GS 51c). Como dicen los obispos mexicanos: “Des-
de el punto de vista moral, ciertamente, y aunque haya duda sobre si
el fruto de la concepcién es ya una persona humana, es un pecado62 + MORAL DELA VIDA,
osar asumir el riesgo de un homicidio””. Sobre el particular afirma
Juan Pablo II: “Por lo demas, esta en juego algo tan importante que,
desde el punto de vista de la obligacién moral, bastaria la sola proba-
bilidad de encontrarse ante una persona para justificar la mds rotun-
da prohibicién de cualquier intervencién destinada a eliminar un
embrién humano. Precisamente por esto, mas alla de los debates
cientificos y de las mismas afirmaciones filoséficas en las que el Ma-
gisterio no se ha comprometido expresamente, la Iglesia siempre ha
ensefiado, y sigue ensefiando, que al fruto de la generacién humana,
desde el primer momento de su existencia, se ha de garantizar el res-
peto incondicional que moralmente se le debe al ser humano en su to-
talidad y unidad corporal y espiritual” (EV 60b).
El hecho, sin embargo, de que no tengamos tampoco una certeza
total de que exista desde el momento de la concepcién una persona
humana, podria provocar algtin caso limite en el que un derecho pri-
mario, pero en cierto sentido dudoso, pudiera ceder ante un derecho
primario pero totalmente cierto. Tal seria el caso de la eliminacién del
posible cigoto, antes de los 14 dias, en un caso de violacién en que el
posible embarazo pusiera en serio peligro la vida de la madre. En esta
situacién el derecho totalmente cierto de la vida de la madre prevale-
ceria ante el derecho no totalmente cierto de la vida del cigoto.
Por otra parte, la seriedad de los argumentos aducidos por la que
hemos llamado segunda opinién, creo que debe conducirnos a no acu-
sar demasiado facilmente de incurrir en el delito de aborto y en la con-
siguiente pena de excomunién a las mujeres que utilizan los llamados
métodos interceptivos o antianidatorios, fundamentalmente el DIU o
dispositivo intrauterino y la “pildora del dia siguiente”™ (estrégenos
postovulatorios en el lenguaje cientifico). Es verdad que no son sim-
ples anticonceptivos, pero nadie incurre en la excomunién si el delito
de aborto no se produce con certeza (cf. canones 1321 y 1398).
6. LAS INDICACIONES ABORTIVAS
Se aman asi las razones por las que alguien en un momento deter-
aconsejable, “indicado”, interrumpir el embarazo por
el aborto. Veamos sus aspectos éticos.
10 Documento “Aborto y despenalizacién” del 27/9/1983, n° 5.
11 CEE. Bonnin, “Pildora del dia siguiente”, Reforma (México, D.F.) del 1/2/2004, p. 15a.ELABORTO + 63
a) INDICACION EUGENESICA: Se da cuando se considera indica-
do eliminar en el seno materno la vida de la criatura que se supone ha ,
de ¥enir al mundo con una carga hereditaria grave de taras y enfer-
medades fisicas 0 psiquicas._
Indudablemente la genética va a poder sefialar cada vez con mayor
exactitud cuando un nifio va a nacer mongélico o con otros graves
traumas. Aqui la pregunta fundamental es: écémo se sabe que una
vida humana vaa ser ttilo inutil, feliz o infeliz? Una moral auténtica-
mente humana debe decir no al aborto por razones eugenésicas. Sise
admite el aborto en estos casos, las cdmaras de gas de los campos de
concentracién de Hitler son la consecuencia légica e inevitable, aun-
que ahora puedan cometerse estos crimenes de una forma mas ele-
gante. No podemos claudicar ante el epicurefsmo de la sociedad de
consumo. Por otra parte, la experiencia de muchos hijos deficientes
fisica o psiquicamente nos ensefia que ellos son a menudo unos felices
miembros de sus familias y unos decisivos factores de cohesién fami-
liar y de amor mutuo.
De todos modos, también hay que recordar ante el problema de los
padres con taras genéticas que el derecho a tener hijos puede conver-
tirse en el deber de no tenerlos (paternidad responsable).
éHasta qué punto el Estado puede impedir por medio dela esterili-
zacion el tener hijos a una persona que no puede o no quiere ser res-
ponsable en esta cuestién? En principio, siguiendo al Magisterio de la
Iglesia, hay que decir que no, pero es un problema que me parece re-
quiere ser estudiado mas profundamente. Relacionado con esto esta
la esterilizacién de los enfermos mentales que con tanta frecuencia se
realiza en los hospitales.
b) INDICACION MEDICA: Se da cuando se considera indicado.el.
n grave peligro para la vida de la madre, ya sea
gro sea inmediato (indicacién vital) o se haya de presen-
tar mas tarde (indicacién terapéutica). Gracias alos avances médicos,
cada vez son mas raros los casos en que debe escogerse entre la vida
de la madre o la del nifio.
En la actualidad se habla también de indicacién médica no sélo
cuando hay peligro para la vida de la madre, sino incluso cuando se
supone que el embarazo o el parto afectaran a su salud fisica o mental.
Esta no es una razén para permitir el asesinato que representa el
aborto.
En el caso de los abortos indirectos tradicionalmente aceptados por la
moral catdlica (cancer en el titero de una mujer embarazada, el feto ectd-64 + MORAL DELA VIDA,
pico), éno resulta demasiado artificial el aplicar en estas situaciones
como una férmula matematica el principio del voluntario indirecto?
Quizds sea mejor la solucién que dan los obispos belgas en su docu-
mento del 6/abril/1973: “En los casos en que la vida de la madre o la
del hijo estan verdaderamente en peligro, la Iglesia ha reconocido
siempre la legitimidad de una intervencién, aunque comporte indi-
rectamente la pérdida de una de las dos vidas que se trata de salvar.
En la praxis médica es a veces dificil establecer si este inconveniente
(la muerte de una de las dos vidas) deriva directa 0 indirectamente de
la operacién realizada. Esta tiltima, desde el punto de vista de la mo-
ralidad, puede considerarse como un todo. El principio moral que
debe regirla puede enunciarse asi: Estando en tela de juicio dos vidas,
haciendo todo lo posible para salvar ambas, se intentard salvar una
vida, antes de dejar que se pierdan las dos”.
El Catecismo catélico para adultos de la Conferencia Episcopal ale-
mana lo explica del siguiente modo: “En casos raros, pero que pueden
darse, estan en juego tanto la vida de la madre como la del hijo (indica-
cién vital). Aqui, la situacién resulta tan dramatica que todos los im-
plicados se encuentran ante un grave conflicto personal. Parece que
casi no se puede echar mano de las categorias éticas sobre la intangi-
bilidad de la vida. En general, se considera que es inhumana la exi-
gencia ética de dejar que, en tal caso, la naturaleza siga su curso y
permitir que mueran ambos: la madre y el hijo. Pero en este caso ex-
cepeional extremo, hay que prestar atencién al argumento de aque-
Ilos que consideran éticamente sostenible que, de dos vidas
insalvables de otro modo, es licito salvar al menos una, dado que el ob-
jetivo de la intervencién médica es salvar la vida”.
—|-
12 Cf. M. Zalba, “El aborto terapéutico. ZAborto indirecto?”, Estudios Eclesidsticos, 52 (1977),
pp.9-38. El autor, conocido por sus opiniones conservadoras, termina su articulo afirmando:
“E] aborto terapéutico nos parece que no es aborto directo”. Otros autores prefieren aplicar
en esta situacién el caso de conilicto de valores.
13 Conferencia Episcopal Alemana, Catecismo catélico para adultos. Vol. II: Vivir la fe. Ed.
BAC, Madrid, 1998, pp. 261s. Quizés no sea inatil recordar que este Catecismo tiene el visto
bueno de la Santa Sede. El episcopado del Canada afirma lo siguiente: “Las palabras del
Concilio sobre el aborto condenan evidentemente el atentado directo a la vida del feto y no
aquellas intervenciones que se imponen para salvar la vida de la madre y que, a veces, pro-
vocan la muerte del feto, sin quererlo” Los obispos de Corea del Sur se expresan en el mismo
sentido: cf. G. Caprile, Non uecidere. Il magistero della Chiesa sull ‘aborto, Ed. La Civilta Cat-
tolica, Roma 1973, n° 83 y 112. B. Lépez Azpitarte afirma que, siguiendo lo declarado por la
Evangelium vitae de que el injusto agresor deja de ser inocente “incluso en el caso que no
fuese moralmente responsable por falta de uso de raz6n" (n° 55), “el feto que pusiera en peli-
gro la vida de la madre ya no podria catalogarse como inocente”: “La Evangelium vitae y el
aborto terapéutico”, Stromata 58 (2002), p. 309.ELasorTo + = 65
el una carga personal, econémica o social demasiado grande,
Entra dentro de estos casos la llamada indicaci6n psicoldgica, en los
casos en que el aborto se realiza cuando se ha dado un embarazo no
deseado a consecuencia de una violacién. Tampoco en estos casos la
Iglesia considera licito el aborto. Lo que se pide es el cambio de es-
tructuras morales y sociales que haga imposibles o muy raras estas si-
tuaciones.
Relacionada con la indicacion social esta la practica del aborto por
razones de politica demografica, practica que se conecta con las cam-
pafias antinatalistas promovidas en los paises pobres por las agencias
internacionales neomalthusianas por razones de imperialismo econ6-
mico y politico. Refiriéndose a estas agencias d dice el Documento de
“Ante el fracaso de los sy mecanicos,
se eha pasado ala esterilizacion provocado, paralo.
cual se emplean insidiosas campafias” (n° 575). Cf. también el n° 577 y
el n° 219 del Documento de Santo Domingo.
7. EL ASPECTO LEGAL DEL ABORTO
Conviene insistir en que cuando la Iglesia se opone a una legisla-
cidn en favor del aborto (y esto se da aun en el caso en que simplemen-
te lo despenaliza), no esta tratando de imponer a todo el mundo una
“moral catélica”, sino de mantener aquellas minimas normas de con-
vivencia humana sin las cuales es imposible que una sociedad funcio-
ne de un modo humano. Por esto los obispos mexicanos afirmaban en
Meisel Unapecind ad auonenesisjoonsincinalmaniaagmssdabilar
ie los.caprichos de los prepotentes, es una falsa soci:
iedad destinada a
i descomposicién yalamuerte:.. Afirmamos que el derecho que mas
debe ser protegido, porque de él. dependen todos los dems, es.el de-
recho.a la vida... Si se comienza a eliminar sin ninguna sanci6n una
vida humana que se inicia, por las razones que se aduzcan, nadie po-
dra-detener el crimen en cualquier grado”.
Hay que recordar la distincién entre lo moral y lo legal. La ley no
puede prohibir todo lo malo, sino sélo lo que dafia gravemente al bien
comtn. éPero puede la ley dejar impune un asesinato? Entonces el
respeto a la vida humana, fundamento de la sociedad, se va por
los suelos. En lo concerniente a las conductas que violan los derechos
humanos fundamentales no puede admitirse el principio de la tole-
rancia.66 + MoRALOELAVIDA
éPuede un legislador votar para que entre dos leyes favorables al
aborto se apruebe la ley menos mala? Seria una aplicacién licita del
principio del mal menor el que un legislador votase en favor de una ley
que despenaliza el aborto sdlo en ciertos casos, para impedir que triun-
fe una ley que permite el aborto bajo simple demanda (Cf. EV 73a).
En la practica, para solucionar la cuestidn legal, me parece acerta-
do lo que proponen los obispos belgas: que se penalice el aborto, pero
que el juez tenga en cuenta las circunstancias eximentes 0 atenuantes
(cf. A. Fandifio, n° 244-248)14,
Por lo menos debe defenderse siempre que la ley no obligue, bajo
pena de quedarse sin trabajo, a médicos y enfermeras, a practicar
abortos en contra de la propia conciencia. Pero en el caso de que la
ley obligue injustamente a practicar el aborto hay que hacer objecién
de conciencia: “A veces las opciones que se imponen son dolorosas
y pueden exigir el sacrificio de posiciones profesionales consolidadas
o la renuncia a perspectivas legitimas de avance en la carrera”
(EV 74a).
El argumento que mas se emplea para pedir-la despenalizacién
del aborto es la existencia del gran mal de los abortos.clandestinos, la
mayoria de las veces practicados en condiciones higiénicas pésimas,
causando la muerte de miles de mujeres anualmente. Aunque es real-
mente una plaga que hay que evitar, conviene ir con cuidado con la
manipulacién que se da con las cifras referentes a dichos abortos.
Precisamente porque son “clandestinos” es dificil saber cudntos se
cometen.
Seguin algunos, despenalizar el aborto es la unica i elimi-
nar los abortos clandestinos y, sobre todo, impedir la odiosa discrimi-
naci6n_entremujeres.ricas.ypobres. Las primeras tienen la
posibilidad y el dinero para viajar a paises donde pueden abortar en
buenas condiciones sanitarias, las pobres no.
Pero este argumento juega con el sentimentalismo y no tiene nin-
gun valor racional: iClaro que los ricos tienen mas facilidades para
14 La legislacién sobre el aborto en México es muy variada segtin los diversos estados. El Cédi-
go penal para el Distrito Federal permite el aborto cuando el embarazo es fruto de una viola-
cién (artic. 333) y cuando, de no provocarse el aborto, la mujer embarazada corre peligro de
muerte (artic. 334). Mas recientemente, tras desafortunada controversia, se afiadieron los
casos de peligro de malformaciones (indicacién eugenésica) y de peligro para la salud de la
madre. El nico estado que hace tiempo despenalizé el aborto por razones econémicas es el
de Yucatan. En el 2007 se despenalizé en el D-F. el aborto en las doce primeras semanas del
embarazo.ELABORTO +
hacer el mal! Tienen més facilidades para abortar, lo mismo que tie-
nen mAs facilidades para comprar droga y mas facilidades para con-
tratar un asesino a sueldo. Pero asi como lo anterior no es razén para
que se despenalice el asesinato a fin de dar a todos la igualdad de
oportunidades para la venganza, asi tampoco la igualdad de oportuni-
dades ante el crimen del aborto es razén para que se despenalice.
Lo anterior no quiere decir que la Iglesia sea insensible a la tragica
situaci6n de las mujeres que abortan. Juan Pablo II les dedica un ex-
celente parrafo en la EV, en el que entre otras cosas se afirma: “La
Iglesia sabe cudntos condicionamientos pueden haber influido en
vuestra decisién, y no duda de que en muchos casos se ha tratado de
una decisién dolorosa e incluso dramatica. Probablemente la herida
todavia no ha cicatrizado en vuestro interior. Es verdad que lo sucedi-
do fue y sigue siendo profundamente injusto. Sin embargo, no os de-
jéis vencer por el desdnimo y no abandonéis la esperanza” (n° 99¢c)",
8. EL ASPECTO PASTORAL DEL ABORTO. SU PREVENCION
La sociedad y la Iglesia deben establecer una serie de servicios a
las personas expuestas alaborto, a través de instituciones especificas
y hospitalarias, salas-cunas, guarderias infantiles, centros de orienta-
cién profesional, etc.
Entre estos servicios los mds urgentes son:
a) ORIENTACION: La decision de abortar es c -cuencia el re-
sultado de presiones familiares, sociales, econdémicas, que pesan so-
‘bre Ia mujer y la impulsan a obrar contra su conciencia. La ayuda de
personas expertas, especialmente médicos, enfermeras, asistentes so-
ciales, ofrece muchas veces a la mujer un suplemento de serenidad y
lé suministra el ral necesario para ver con mas claridad y,de-
cidirse, a pesar de las dificultades, a respetar la vida que lleva en su
seno. Desde un punto de vista religioso hay que hacer reflexionar ala
luz de la fe sobre el sentido de la responsabilidad adquirida ante Dios
al engendrar una nueva vida humana.
15 “No raramente la mujer est sometida a presiones tan fuertes que se siente psicolégicamen-
te obligada a ceder al aborto: no hay duda de que en este caso la responsabilidad moral afec-
ta particularmente a quienes directa o indirectamente la han forzado a abortar” (EV 59a).
Un ejemplo de estas presiones puede verse en el excelente libro de la periodista italiana
Oriana Fallaci Carta a un niito que no Uegé a nacer, ed. Noguer, Barcelona, 1976.68 + MORAL DELAVIDA
6) LA ADOPCION: La adopeién beneficia por igual a.la madre, al
hijo, a los padres adoptivos y.ala misma sociedad.
A la madre, que no se siente con fuerzas para criar y educar a su
hijo, le permite cumplir con éste por medio de otras personas la res-
ponsabilidad de la que no puede hacerse cargo por si misma.
jue necesita para crecer como
. Para el nino representa la posibilidad de ser acogido con cari-
“ho y de escapar del injusto rechazo de un ambiente quizés hostil.
Para Jos p: a adopcidn.signi. osibilidad de
realizar espiritualmente.una paternidad tal vez hecha imposible por
la naturaleza y desplegar ampliamente el amor conyugal.
También se beneficia la sociedad al asegurar asi el cuidado de ni-
fos que quizas hubieran sido abandonados. El problema de los “nifios
callejeros” es alarmante en toda América Latina.
De todas formas, las instituciones que promueven la adopcién no de-
ben convertirse en facil refugio de la irresponsabilidad de los padres.
Las leyes no deben poner tantos obstaéculos que hagan imposible la
adopcién, pero deben impedir a toda costa el negocio de la compra-ven-
ta de nifios, que tanto se da en algunos paises de América Latina.
c) ASISTENCIA ECONOMICA: Mientras no se llegue a un cambio
de estructuras que la haga innecesaria, para evitar el aborto social
urge la ayuda econémica para los hogares que se encuentran en situa-
cién de miseria y para las madres solteras rechazadas del trabajo o in-
capacitadas para trabajar. Como en otros casos parecidos, tampoco
en éste la limosna es solucién para paliar la falta de justicia. Pero hay
casos en que la tinica ayuda posible es la asistencial. Por esto, mien-
tras se logran las necesarias reformas sociales, deben desplegarse las
iniciativas para solucionar estos casos de emergencia'®.
Previo a todo lo anterior, para luchar eficazmente contra el aborto,
debe darse una auténtica y efectiva educacién sexual, que no puede
reducirse a una mera informacién fisiologica y que debe ayudarnos a
superar las lacras sociales del erotismo ambiental y del machismo.
Cf. también las opciones de pastoral familiar en el Documento de Pue-
bla n° 590-616.
Las personas y los grupos en favor de la vida haran mas creible y
efectiva su benemérita labor si tienen en cuenta el consejo de Puebla:
16 Cf. el discurso de Juan Pablo II en Polonia el 4/6/1991: Ecclesia, n° 2533 (22-6-1991), p. 965.ELABORTO + 69
“No circunscribir la pastoral para el respeto del derecho basico de la
vida al crimen abominable del aborto, sino extenderla a la defensa de
Ja integridad y la salud en los demas momentos y circunstancias de la
existencia humana” (n° 612).
En este sentido las campafias contra el aborto deben realizarse en
el marco de una defensa integral de la vida humana, lo cual lleva con-
sigo un comprometerse a fondo para eliminar las estructuras de peca-
do que impiden que en nuestra sociedad se desarrolle plenamente la
vida de los mas pobres. Sélo enfocando el problema de esta forma po-
sitiva, unidos por la gracia al “vencedor de la muerte”!’, podremos ha-
cer frente de una forma auténtica a los desafios que nos presenta la
mentalidad anti-vida.
BIBLIOGRAFIA:
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1982.
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tista, Cuadernos “Cristianisme i Justicia”, Barcelona, 1995.
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gueme, Salamanca 1980, pp. 117-143.
8. Eduardo Lépez Azpitarte, Etica y vida, Ed. Paulinas, Madrid,
1990, pp. 125-151.
9. José Luis Martin del Campo (ed.), El aborto: reto y tarea en México.
Ed. Universidad Pontificia de México, México, 1994.
10. Marciano Vidal. Bioética, Ed. Tecnos, Madrid, 1989, pp. 38-61.
17 Cf. Secuencia de la Misa del Domingo de Resurreccién.