Investigacion en la Escuela, n* 3, 1987
La importancia de los
contenidos en Ia ensefianza *
César Coll Salvador
yI Sole I. Gallart **
Dpto. de Psicologia Evolutiva y de la Edvcacién
Universidad de Barcelona
RESUMEN
‘Ee otic defend ln oeprtancia dels contnidor pare I mses, en bie teslina de argent. La prin
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Parola, a ace fence ls mcd de ample cng tan de Cnty de descr ftps de
Sr ap sro dasa sd ifr for gt canoer mpi opi oa oi
‘tides no sypone neceeaiamente egresar a conepeione tradicional
Las cuestiones relacionadas eon la presen-
«ia e importancta de los contenidas en la ense-
fianza eonstituyen un tema erueial en el deba-
te pedagéaico, alrededor del cual se suscita
con Facilidad la polémiea. Desde perspectivas
diversas —sociolégieas, pedagégicas, psicolé-
sticas- se ha angumentado a favor yen contra
de los contenidos especificos como objeto de
ensefianza y como uno de los ejes estructura
dores de la misma. Dichas argumentaciones
son responsables de los avatares que han co-
noeido los eontenidos en la formulacién de
propuestas curriculares, y que oscilan entre su
consideracién como fuente exclusiva del curri-
cculum y como elemento dominante de la con-
creeién de las intenciones edueativas u objeti-
vos de la edueacién, hasta puntos de vista que
proceso de eseanza/aprendizate
niegan su valor 0, como méximo, les conceden
tun papel secundario. La interveneién que si-
gue tiene como propésite defender la impor-
taneia que los contenidos tienen para la ense-
fianza, Para ello nos basaremos en tres lineas
de argumentacién, que expondremos breve-
mente. La primera se refiere al concepto mis-
‘mo de educacion, y a lo que impliea la eduea-
cién escolar. La opeién que ee adopte al
respecto condiciona indefectiblemente la sig-
nifieaeion que se atribuya a los contenidos
especificos, como tendremos oeasién de eom-
probar. Nuestro segundo argumento apela a
la interpretacién que desde los postalados de
la psicologia cognitiva actual se hace del
aprendizaje escolar. Dicha interpretacin, que
eristaliza en la noeién de aprendizaje signifi-
* Bre atiula fe prepara por los autores amo ponensa a presenta en as VJonnadas de Eatin seb sInvestigaeiin
en la Beeial,
“Universidad de Barelona
6! Adolf Florensa 9/0
‘08028 BARCELONA
Investigacion e Escuela, n° 3.1987Funndamentos
cativo, ha contribuide a poner de relieve el
papel eentral, no accesorio, de los contenidos
ena ensefanza. El tereery dltimo argumento
‘que vamos a esgrimnir se refiere ala forma en
‘que se entiende el proceso de construccién del
conocimiento en el transcurso de las situacio-
nes de enseftanza/aprendizaje. Como vere-
‘mos, la consideracion de que dicha construc-
ign se lleva a cabo en un contexto de
relaciones interpersonales que se estruetiaran
alrededor de un objeto de conocimiento tiene
zno pocas implicaciones en la delimitacién dela
{mportaneia que asumen los contenidos espe
cifieos.
La segunda parte de nuestra intervencién
se dedieard a hacer algunas reflexiones sobre
aspeetos que consideramos pattieularmente
relevantes para el tema que nos ocupa. Asi,
hhablaremos de la neeesidad de ampliar el eon-
cepto mismo de contenido, y de dversiticar los
tipos de contenidos susceptibles de ser objeto
de ensefianza, ¢ intentaremos justificar por
‘qué conceder un peso especifico considerable a
Tos contenidos no supone necesariamente re-
‘gresar a concepciones tradieionales, transmi-
sivas y cadueas del proceso de enseftanza/
aprendizaje. Terminaremos con un breve
repaso de algunas implicacfones que una pos-
‘vara como la expuesta tiene para la elabora-
cién del curriculum, para la investigacién psi-
coeducativa y para la formacién del
profesorade.
Eleoncepto de edueacién
A pesar de la frecuencia con que especialis-
tas, profanos se refieren a cuestionesrelacio-
natias con la edueaetén, dicho término no pue-
de considerarse univoeo. Ms allé del acuerdo
Ge principio que podria suscitarse en torno a
tuna definicion que entendiera la educaci6n
como el «proceso que aspira el erecimiento de
Jos seres humanos», subsistirfam los puntos de
ficcién respeeto de la signifieacién que ad-
quiere la palabra cerecimiento». Como hemos
seftalado en otro lugar (Coll, 1987), las eon-
copeiones acerea de la edueacién y do sus
finalidades han osclado tradicionalmente en-
tre dos posturas. La primera estarfa represen-
tada por aquéllos que ereen que la edueacién
debe promover bésicamente los cambios que
dependen de la adquisicién de aprendizajes
ceapecifieos (Bereiter, 1970). En esta perspee-
20
tiva, una persona edueada es aguélla que ha
asimilado, que ha aprendido el conjunto de
conceptos y destrezas que caracterizan un
sistema cultural determinado. Bsta postura ha
estado asoviada con concepeiones del aprendi-
zaje de tipo asociacionista y ambientalista, lo
‘que ha desembocado en propuestas curricula
res que pueden considerarse ejemplos de edu-
ccacién transmisiva o tradicional. Desde la se-
gunda postura se defiende que la edueacién
tiene como objetivo facilitar 0 aeclerar los
procesos de desarrollo de los alamnos (Kohl-
berg, 1968; Del Val, 1988). En esta postura se
considera fitil, o cuando menos secundatio,
‘enseflar contenido de cardcter espectfco. Los
esfuerzos educativos deben dirigirse a desa-
rrollar la eompetencia cognitiva general de los
individuos que aprenden, en una interpreta-
cidn segtin la cual estar educato equivale a
aleanzar {os niveles mas elevados de una se-
cuencia de estadios evolutivos (Kuhn, 1979).
Bs fil reconocer las relaciones que se han
estableeido entre esta forma de entender la
edueaeién yuna coneepeién construetivista
del proceso de aprendizaje, lo que contrituye a
la aparieién de propuestas eurrieulares que
cenfatizan la actividad del alamo, el deseubri-
miento y la eveatividad,
Aunque cada una de las posturas expuestas
tiene parte de razén, a ambas subyace una
‘manera ineorreeta de entender las relaviones
entre aprendizaje y desarrollo, En los dos
casos, aprendizaje y desarrollo se conciben
como procesos casi independientes, siendo el
primero la eonsceuencia de una presin de tipo
externo, y el segundo fundamentalmente de-
bido a una dinamiea de tipo endégeno. Para
las posturas que hemos earacterizado breve-
mente, la tnica relacién que se establece entre
los dos procesos es de tipo jerarquico. En una,
se subordina el desarrollo al aprendizaje, y en
laotra, se subordina el aprendizaje al desarro-
lio, Ademés, como hemos sefalado reciente
mente (Coll, 1987b) se efectia una vincula-
ifn, & nuestro juicio ineorrecta, entre una
concopeién de la edueaein oseolar como fené-
meno socializador con planteamientos asoci
cionistas y ambientalistas del aprendizaje en
un easo, ¥ entre las eoneepeiones,eonstruct-
vistas del aprendizaje y una manera de enten-
der Ia educaeién que ignora su funeién soeiali-
zadora en el otto easo,
Drvetigacin ela Excl 9" 3.1987La importancia de los contenidos en la enschanza
C.Coll yl Sole
La controversia se ha visto afortunadamen-
‘te superada por un nuevo planteamiento que
se inspira en la investigacién antropolégica y
en los trabajos pioneros de Vygotski, Luria y
Leontiey. Cole (19812; 1981) y sus colabora-
dores (Cole y Wakai, 1984; Scribner y Cole,
1978) son los artifices de Ia elaboracién de un
‘marco explicativo que integra los procesos de
desarrollo individual y el aprendizaje de la
experieneia humana culturalmente organiza-
da (los aprendizajes especificos). Este plan-
teamiento euestiona las vineulaciones ante-
riormente mencionadas, y aboga por una
interpretacion de la educacién escolar como
‘enémeno esencialmente social y socializador,
al mismo tiempo que reclama la naturaleza
construetiva y activa de los procesos de apren-
dizaje. En este marco, todos los procesos psi-
col6gieos que configuran el crecimiento de wna
persona (y el todos» incluye tanto los cambios
tradicionalmente eonsiderados evolutivos co-
‘mo los que se atribuyen al aprendizaje) son
conseeuencia de su interaccién con el medio
social culturalmente organizado, El eoncepto
de cultura debe ser entendido agus en sentido
amplio, e integra una multiplicidad de aspee-
tos —lenguaje, ideologia, conceptos, explica-
ciones, valores, tipos de orgenizacién en dis-
tintos’ ambitos.... ete. La cultura es la
experiencia aeummulada porlos grupos sociales
alo largo de su historia, un producto de las
situaciones conflictivas que han encontrado y
de las solueiones que han generado, Desde su
nacimiento los seres humanos estin en con-
tacto con la cultura propia del grupo a que
pertenecen a través de las relaciones que esta-
blecen con los padres y edueadores, verdade-
ros agentes mediadores de la misma, Gracias
‘estas relaciones, el ser humano puede desa-
rrollar su competencia cognitiva, sus proceso
psicol6gieos de tipo superior, en una Secuencia
en la que dichos procesos aparecen primero a
nivel interpersonal para ser después interiori-
zados. En este sentido, el desarrollo humiano
3 tributario de la relacién social, y sure la
‘mediacién de los patrones culturales propios
del grupo social en que tiene lugar. Por ello,