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CLASICOS POLITICO B. CONSTANT Wy. dg telat pid. jue Compcwdee A A | hor necked! | oe | > ESCRITOS POLITICOS ‘TRADUCCION, ESTUDIO PRELIMINAR Y NOTAS DE MARIA LUISA SANCHEZ MEJIA eae HOMOHOMGAMAMALARAPHODTOSFEMOA StormaaeSa TOR amigos de la libertad que, cuando comenzaron fos fu fores revolucionarios. fueron [as primeras victimas. Ese destino les evico ser cestigas de otros furores codavia os horrorosos. La suerce de quienes serin las or ras victimas de la contrarrevolucién, si se produce. me parecerd también digns de envidis: no veraa ess con: tarrevolucién en todo su horror flores, das caminos se abren ante ustedes. Desde hace dos afios, incluso cuando los ministros se han excraviado, los representantes de [a nacién han mar- cchado por /a via constitucional, :Querrdn ustedes aban: donarla? :Querran ustedes adentrarse en las leyes de excepeién? La Convenesén, 4! Directorio, Bonaparte gobernaron por medio de leves de excencion. Dende cesta la Convencion? Donde estd el Directorio? -Dénde esd Bonaparte? 7 ‘Voto por el rechazo de los dos provectos, tanto el de cio BTGE la comision, DE LA LIBERTAD DE LOS ANTIGUOS COMPARADA CON LA DE LOS MODERNOS [Confereneia pronunciada en #l dtenco de Paris. Febrero de 1819) Sefiores: Me propongo someter a su consideracién algunas disunciones, todavia bastance nuevas. entre dos clases Ge Dneriad, cuyas diferencias han pasado inadverndas hasta hoy, 0 al menos han sido muy poco destacadas Una es la libertad que tanto apreciaban los pueblos antiguos: la otra es aquella cuyo distrute es especial mente valioso para las naciones modernas. Sino me Cquivoco, sera interesante considerar esta indagacién bajo un doble aspecto. En primer lugar, la confusién de estas dos clases de libertad ha causado mucfios males entre nosours. en “HW anscurso de algunas erapas wisiemence eélebres de fhuestra revolucion, Francia se ha visio imporeunada Con experimentos indies. cuvos autores, tritados por fu escaso éxito, la obligaban a disfrutar de los bienes {que no deseaba, y le regateaban los que ella queria En segundo lugar, Hamados por nuestra feliz revo" jo s6lo en sus resultados) a disirutar de Tas ventajas| gobierno representativo, resulta util e interesante a (la llamo feliz a pesar de sus excesos porque me /\/ averiguar por qué este po de gobiemo, ei nico que POT TO KU FUT EEOUBUHETOLOVULEL UHL ELE i i i 238 neonstavr forget gt Mitect * puede proporcionarnos hoy ceria libertad y cranquilic fad, fue pricicamensedesconoeido ene las nacones libres de la Anciguedad. Ya sé que se pretende rastear sus huellas en algunos pueblos arises, en i replica e Lacedamonis, por ejemplo, yen nvesiros antepasados los Galos, pero Senta de una equivocacion, a E} gobiemo de Lacedemonia ers una arstocracia monacal, y de ninguna manera un gobierno represen. tauivo. El poder de los reyes estaba limitado, pero To estaba por los éforos y no por hombres investidos de tuna misin semejante ala que las elecciones confieren hoy a los deiensores de nuestra libertades. Es certo que los doros, después de haber sido insuuidos por Jo reyes, fueron nombrados por el pueblo. Pero no eran mas que cinco. Su autoridad ers tanto religions como politia; tomaban parte incluso en la adminis tracién de} gobierno, es decir, en el poder ejecutive, por ello sus prerrogativas, como las de casi todos los -EAGIFTETOT populares de las antiguas epublica, lejos de ser simplemente una havrera cons la tenia, 92 converdiam ellas mismas 2 veces en una tirania inte porte El régimen de los Galos, que se parecia bastante al que querria taernos clerio partido, era teocratico ¥ guerrero a la ver Los sacerdotes distrucaban de un poder sin limites, La clase militar ola noblera, poseia Privilegios sumamence ultrayances ¥opresivos, Fl pu Blo no tenia nt derechos at garantias * En Roma, los iribunos tenian hasta cierto punto uuna misién de representacién. Eran los érganos de aquellos plebevos que Ia oligarquia (que en todos los siglos es fa misma) habia somenido a tan dura esclavi \ i i sscnrT0s rouimcos 259 td, al derrocar a los reves. Sin embargo, el pueblo uerca directamente gran parte de los derechos polit 0s, Se reunia en asamblea para vorar las leyes, para jutgar a los patricios acusados de algo. En Roma no habia. pues, mas que débiles vestigios de un sistema Este sistema es un descubrimiento de los modernos, y, como veran ustedes, la situacion de la especie huma- na en la Antigiiedad no permitia introducir 0 estable- cer una insutueidn de esta naturaleza. Los pueblos antiguos no podian ni sencir su necesidad ni apreciar Sus ventajas, Su organizacién social les levaba a desear ‘una libertad coralmence diferente de la que nos asegura Dedicaré la conterencia de esta tarde @ exa verdad. 4 Khat. bey $a En primer lugar, preguatense ustedes, seftores, lo que hoy dia enciende por libertad un inglés, un fran- és, un habicance de les Estados Unidos de América Es el derecho de cada Uno # Ro estar sometido més ‘que alas leyes, ano poder ser ni arvestado, ni detenido, ni muero, mi malcratado de manera alguna a causade | la voluntad arbieraria de uno © de varios individuos Es el derecho de cada uno 2 expresar su opinién, a escoger su wabajo y a ejercerlo. @ disponer de su pro- pedad, y sbusar incluso de ells: ar ¥ venir sin pedir permisa y sin rendir cuentas de sus motvor 0 de sus pasos. Es ¢] derecho de cada uno a reunirse can otras | Feronas sea para hablar Ge se tneresn sea bare | profesar el culto que él y sus asociados prefieran, sea sumplemente para lenar sus dias y sus horas de la ‘manera mas conforme 3 Sus inchinaciones, a sus capri chos. Es, en fin, el derecho de cada uno a infhuir en la » VUUE Vv ved eduGeesewvovewovveEseD gP 260 sepstant administracion del gobierno, bien por medio del nom bramienso de todos 0 de decerminados funcionarios, dien a cravés de representaciones, de paticiones. de Ge mandas que Ia auiortdad esta mas 9 menos obligads 2 tomar en consideracion. Comosren ahora esta liber conladelosanueuos. "Lint de ln dak fun ‘Agueila consistia en ejercer de forma colecava pero, directa, distintos aspectos del conjunco de Is soberanis, aGeliberar, en la plaza publica, sobee la guerra y Ia paz, en coneluie alianzas con los exiranjeros, en volar las Teves, en pronunciar sentencias, en examinar fas cuentas, las actos, [a gestién de los magistrados, en hhacerles comparecer ante todo el puedlo, acusarles, con Genarles 0 absolverles: pero a la vez que los anaguos Hamaban libersad 3 todo esto, admitian como compa- ble con esta libertad colectiva la compleca sumisién | individuo a la auroridad del conjunto. No se en —Sqienies en tH0s casi Tinguno de los beneficios que, como constitutivos de la libercad de los modernos, aca bamos de ver. Todas las acavidades privadas estaban sometidas a una severa vigilancia; nada se dejaba a le Independencia individual, ni en relacion con las opi rniones, ni con la industna, ni. sobre (odo, con la reli gion, La facultad de elegir culto, que nosotros vemos: pris paride lor antigucs un crmen yun seclego Endo aquelo que nes parece de mayor walidad a in Golantad de lor fadividuos, Eau los esarianos "Terpandso no puso atadit uoa cues bu Ta cedemanio reign casado no podia vista libremente a CO eT mamen eseasTos roLeicos 231 su esposa. En Roma, los censores escrucaban el interior fe as familias. Las leyes regiamentaban [as costum- bres, y como las costumbres afeccan a todo, a0 habia nada que no estuviera sujeto a la ley ‘si, ancre los anciguos, el individuo, soberano cast siempre en los asuntos publicos, era un esclavo en. todas las cuestiones privadas, Como ciudadano decidia la par y la guerra; como parccular se veia limuado, observado, reprimido en todos sus movimientos; como parce del cuerpo colectivo, interrogaba, destituia, con: Senada, despojaba, desterraba, sentenciaba a muerte a sus magistrades 0 superiores; como obedience al cuer~ Do coleesivo, podia a su vex verse privado de su post- Sida, despojado de sus dignidades, proscrito, muerte por la voluntad discrecional del conjunco del que for fraba parce. Enure los modernos, per el contrario, el Individuo, independience en su vida privada, no es soberano mas que en apariencia, incluso en los Estados mas libres. Su soberania es restringida, esté casi siem~ preci suspense: ysisn dagerminados momentos, poco frecuentes, ejerce esta soberania, esté siempre rodeado de precauciones y de crabas, y no hace otra cosa que abdicar en seguida de ells Tengo que detenerme aqui un momento, sefores, para salir al paso de una objecion que se me podria Hay una republica en la Ancigiiedad, en ls que la sujeccion de la existencia individual al cuerpo co- lective no fue tan compliers como acabo de describir. Esa repiiblica es la mas famosa de todas; ya haben adivinado que me refiero a Atenas, Volveré mas carde Sobre este asunto, v, conviniendo en la verdad del he~ cho, explicaré sus causas. Veremos por qué, entre codos Tos Estados de la Antigiedad, Atenas fue el mas pare- \ Oy 8 ido a los estados modernos. En cualquier otra parte, la jutisdiccién social era ilimitada, Los antiguos, como dice Condorcet, no tenian ninguna nocidn de derechos Iindividuales. Los hombres no eran, por asi decir, mas gue maquinas, cuvos resortes y engranajes regulabe dingia la lev. El mismo tipo de sujeccion caracieriz6 los siglos de apogeo de la republica romana: el indivi duo estaba come diluido en la nacion, el c1udadano ea Ia ciudad. Vamos a remontarnos ahora al origen de esta dite rencia esencial entre los antiguos y nosotros. Todas las repiiblicas antiguas estaban encerradas en estrechos limites, La mas poblada, la mas poderosa Ia j+_Jo ms importante de elas no igualaba en extensidn-al | mas pequefio de los modernos etadas. Como conse- cucncia inevitable de su exigua extensidn, estas rept tus blicas tenian un gspiritu belicoso; cada pueblo estaba @gLer ofendiendo continuameNTe a #u8 vecinos, o se sentia oiendido por ellos. De esta forma, empujados unos tomers Dubs par neCeHidad, se combatian o se amen. zaban continuamente. Quienes no quetian ser con- quiscadores, no podian depaner las armas, so pena de |, 92” ser conquistados. Adquirian su seguridad, su indepen- ©! dencia, su existencia toda, al precio de Ia guerra, Era X ésea el interés conscance, la ocupacion casi habitual de los Estados libres de Ia Antigiledad. ademas, todos 3105 Estados tenian esclavos, coma consecuencia igual mente inevitable de esta manera de ser. Las profesiones manusles y, en algunos Esiadas, incluso las proiesio nes indusiriales, se conilaban a manos cargadas de dena : El mundo moderno nos ofrece un espectéculo bien disainto, En nuesiros dias, los mas pequetios exiados tat! sscnrT0s pourmicos 288 son incomparablemente mas vastas de lo que fueron Esparta o Roma durante cinco siglos. La misma divi sion de Europa en diversos Estados es mis aparente que real, gracias al progreso de las luces. Mientras que antes cada pueblo formaba una familia aislada, ene- miga nats de ovtas familias, hoy existe una mass de hombre bajo diferentes nombres y diversas formas de organizacion social, pero homogénea par su naturale aa. Es lo suficientemenie fuerte come para no tener nada que temer de las hordas barbaras,y lo suficiente mente ilustrada como para que la guerra ie suponga una carga. Tiende de manera uniforme hacia la paz Esta diferencia conduce a otra. La guerra es anterior al comercio, ya que la guerra y el comercio no son mas que dos medios diferentes de aleanzarel mista fin 7 ————* de obtener lo que se desea. El comercio no es mas que el reconocimiento de la fuerza del poscedor, por parte del aspirante a la posesion. Es el intento de obtener Por las buenas lo que no se espera va conquistar por la violencia, A un hombre que {uera siempre el mas fuer- te, no se le ocurriria jamse Ia idea del comercio. La experiencia, al demosirarle que la guerra —es decir, el empleo de su fuerza contra la fuerza de otro— le expo: nie a problemas y a fracasos, le lleva a recurs al co- mercio, es decir, a un medio mas suave y ms seguro para hacer que el interés del otro sea consentir en jo (ue conviene al propio interés. La guerra es impulse el comercio es céleulo. ¥ por ello tenia que llegar una epoca en que él comercio susicuvera a la guerra, 12) hemos llegado a esa época, ‘No quiero decir que no hubiera pueblos comercian’ tes entre los annguos. Pero esos pueblos eran en cierto modo una excepcion a la regla general. El espacio de 4 ere ecen anes erarecene aeons geoeggrats ia bebovevusvd > 2 2 2 2 a 2 2 a ° > > > 2 2 2 9 2 obs Pal pa’ fr s 68 constast man Fle alae luna conferencia no me permice enumerar todos los bsticulos que s¢ oponian entonces al progreso del ‘omercio: los conocen ustedes tan bien como yo; men: cionare sélo uno, El desconoamento de la brijula Soligaba a los marines de la Anugdedad a perder de tista las cosias lo menos posible, Atravesar las colum nnas de Hercules. es decir, pasar el estrecho de Gibraltar, se consideraba la mas osada de las empresas. Los feni- ios y los cartagineses, los mas habiles navegantes, no Se atrevieron a hacerlo hasta muy carde, y nadie les innito durante mucho nempo. Ea Atwnas, de la que ea seguida hablaremos, el sncerés mariuimo estaba alrede. dot de un 60 por 100, mienoras que el mterés drdinano fra s6lo del 12 por 100; hasta tal punto iba asociada al peligto la idea de una navegacién lejana Ademis, si pudiera ensretenerme en una disgresion que desgraciadamente seria demasiado larga, les mos SEEN seMlaves, G-7av6S de los pormenores de las cos: tumbres, de los habitos, del modo de traficar de los pueblos comercames de la Anugiiedad, que incluso su comercio estaba impregnado, por asi decir, de! espi- niu de la época, de la acmésfera de guerra y de hosti- lidad que les rodeaba. Enconces, el comercio era un accidente afortuaado: hoy #sei estado habicual, el dni co fin. la tendencia universal, [a aucénuca vida de las naciones. Extas quieren Is wanquilidad, v con la ran: quilidad el bienestar, ¥, como fuente del bienestar, indusirva, La guerra es un medio cada dia mas etica de conseguir esins deseos. Sus posibilidades va no oire. cen nia los individuas ni a las aaciones benelicios que igualen los resultados del trabajo pacifico y de los in tercambios regulares. Encre los antiguos, una guetra afortunada contribuia a la riqueza publica ¢ indivi | ] ssexrT0s roUrTICOS 155 diual, con esclavos,«ributos y reparto de uerras. Entre Jos modernos, una guerra sfortunada cuestainfalible mente més de U e TSrilismo, gracias al commereio, a Ta Fengion. a Jos rogresos inieleccuales ¥ morales de la especie hum fa, yan hay esclavos en Ins naciones 2uropeas. Hom Dees libyes deben ejercer todas [as profesiones. acender todas las necesidades de Is sociedad. STalmente 3 POSTE ADTECAT,seiore, el resultado die ests diferencias, : En prime lugar. a medida que aymenca la excensidn an Se a correiponce + cada Taaiviauo. El mas oscuro republi- Gpaode Roma o Exparca era un poder. Noes lo mismo para el simple ciudadano de Gran Bretafia ode Estados Gardos Su induencia personal es un elemento imper 0 cepuible de Ia voluntad social que imprime su direc ‘con al gabieeno. Tn segundo lugar, Ia abolicién de la esclavisud ha 1 prvade's Is pablaeisa libre del ocio que distruaba Evando los eselavos se encargaban de la mayor parte Gel abajo. Si no hubiera sido por la ooblaaén esclava de atenas los Yeince mil ciudadanos atenienses no bu Hea podido deliberac a ciario en is plata publica Taare lugar, eT comercio, aT contranio que la gue rra, no implica periodos de inacavidad en la vida del hombre, El ejereicio continuo de los derechos poli fos, la discusion Giaria de los asuntos de Estado, las Gisensiones, los concaliaiulos, todo el cortejoy el mo- vimiento de las faceiones, agitaciones necesaris, ruc nna obligada, si me atrevo a emplear esta expresion, en ta vida de tos pueblos libres de la Anuiguedad, que yubleran languidecido sin este recurso, bajo el peso de able ae 286 constant: una inaccién dolorosa, no olreceria mis que incomo- didades y fatigas a las naciones modernas, donde cada individuo, ocupado de sus negocios, de sus empresas, de Lo placeres que obsiene o que espera obtener, ao quiere ser distraido de todo esto mas que moments- neamente y lo menot posible El comercio, en fin, inspira a los hombres un vivo amot por Ta independeneia individual. El comercio ‘Htiende a fus necesidades, satisface sus deseos. sin in- \ervencion de Ie sutondad. Esta intervencion es Siem: pre una molestia y un estorbo. Siempre que el poder colecuvo quiere mezclarse en operaciones particulares, pperjudica a los interesados. Siempre que los gobiernos pretenden hacer nuestros negocios, los hacen peor y de forma més dispendiosa que nosowos. Difje, sefiores, que volveria a hablar de Atenas, cuyo ejemplo podria oponerse a alguna de mis afirmacio- nes, y que, sin embargo, va a confirmarlas codas, nas, come-sa-he-reconacide, era la mis comer ciante de todas las repiiblicas griegas; por ello ovorgaba 2 sus ciudadanos ininitamente mas liberrad gge Roma, Esparts. Si pudiera encrar en detalles histéricos, les sToStraria que él comercio habia hecho desaparecer cenure los atenienses algunas de las diferencias que dis- tinguen a los pueblos antiguos de los modernos. La mentalidad de los comerciances de Atenas era similar @ Ia de los comerciantes de nuestros dias, Jenolonte nos enseia que. durante la guerra del Pelopaneso, sacaban, sus captiales del Anca conunental y los enviaban a las islas del archipiélago. El comercio habia creado entre ellos la carculacién del dinero. En Isécrates encor ‘mos indicios del uso de letras de cambio, Observen ustedes cambin hasta qué punto sus costumbres se sscniT0s pournicos 267 Parecian a las nuestras. En sus relaciones con Jas niu: Jetes —y sigo citando a Jenofonte—, se puede ver que los esposos, satisfechos cuando la paz y una sana amis tad reinan en [a casa, cienen en cuenta la tirania de la rnaturaleza en la esposa demasiado frégil, cierran los ojos ante el irresistible poder de las pasiones, perdonan la primera debilidad y olvidan la segunda, En sus re- laciones con los excranjeros, se puede observar que ‘otorgan derechos de ciudadanfa a quien, véndose 2 vivir entre ellos, establece un ofieio o una industria; en fin, que llama poderosamente la atencidn su excesivo amor por ia independencia individual. En Lacedemo- nia, dice un fildsofo, los ciudadanos corren cuando les | FRO neeertrrncee lama el magisuado; sin embargo,-3-un-aieniense-te————— P= desesperaria que le creyeran dependience de un magis- ado. Sin embargo, existian en Atenas ouas muchas cit- cunstancias que influian en el carécter de las naciones antiguas; habia uha poblacian esclava y el territorio era muy peuefo, y por todo ello ambiéa encont ‘mos alli restos de la libertad propia de los antiguos. El pueblo hace las layes, examina la condueta de los ms: gistrados, obliga a Pericles a rendir cuentas, condena a muerte a los generales que habian dirigido el combate de las Arginusas. Ademas, el individua estaba en te: ‘nas mucho mis sometido a la supremacta del cuerpo Social de lo que lo esta hoy en cualquier estado libre de Europa, como a prueba la exisiencia del ostracismo, arbitrariedad legal alabada por todos los legisladores de la época, que nos parece y debe parecernos una escandalosa iniquidad, La consecuencia de todo lo que acabo de exponer es que nosotros ya no podemos disfrutar de la libertad de ‘Ss e e & ee e- 8 iaepagreeaes 58 Bepssrant tos antiguos. que consistia en L f 5 antiguas, igen ls oartictoacisn activa v_ coleciivo. Nuestra libertad debe vel disfruce apacible de la independencia privadz. Er la Anugiiedad, la parte que cada cual tenia en Ia soberanis itso del valor desu sirago, enconcaba sbrada ompensacin en la gonlenca de sui ;porsancia per Para nosotros. esta compensacion ya no existe. Per dido entre la muleicud, el individuo casi nunca percibe Ia influencia que ejerce. Su voluncad nunca dé sz-el-conjunto-nada-hay que le haga ver su colabora eda. El ejercicio de los derechos politicos tan sdlo nos bfrece una parte de las sarielaccicnes que enconsra enello los anuguos, ¥, al mismo dempo, el progreso mercial de la época, acign de los pueblos enue si, han mulcipli- cado ¥ diversificado hasta el infinico los inedios de felicidad particular. onsecuencia de todo ello es que nosotros debe: 0s sentirnos mas apegados que los antiguos a nuestra dependencia individual: pues los antiguos, cuando sacrificaban esta independencia a los derechos polici- cos, sacrifieaban menos para obtener més; mientras qué nosotros, haciendo el mismo sacrificio, dariamos mis para obcener menos. ‘ebjetivo de los antiguos era el reparto del poder scniros e0urTicos 59 social entre odos los cudadanos de una misma pat Ee a sto que llamaban libertad. El objetivo de los ‘nodernos cy iy seguridad elon aistrues prvados,y Tena ibeiad a Ing garantas concedicas por las ns bij al pactoto que hombres bien stencionados Phiads revolucioa, por a haberse dado cuenca de Loe ferencras, No quiesa Dios que ls inja repro- hts demasiago severe, su tor era excusable. Nose Sueden lect las hermnosas paginas de la AntiUedad nose pueden ‘criones dels grandes Ror ue ao despiera nau de Io que es modero. Los vijoe Neos de una naturaers antenor = [a noese, por Gonsio de sfguna forma, paeces despertase en nos otros con esos recuerdos. Ee del dejar dearer aque fos wempos en que las facultades del hombre se des Irllaan en une direcign creda de anceano, pero deampio curso, fosalecias por sus propias fuera ¥ 5a oe wo seuimiento de enereia y cignidad. Gnade uno se enteza 339 nostalgia es imposible na Gite mar aqutlos cura perida se lamena, Esa ipecsign ere tocavie mids profunda cusndo iviames NSSod. Como tin la Feducein dela especie humana,» ine st pudlgamos olvidar alguna vee que {uimoe teangos y ietimas desu dbsinacién, de suimpotencia Warbu caida El objedvo de nueswosrelormadores fue Tobley generoso,zQuien aoa sentido ence nosotros 270 s.constanr lair su cora de eperanaa ala encada del camino] que parecian abrir? Y desgraciado aquél que no se sienta hoy obligado a reconocer que nuestros primeros goias cometieron algunos errores; esto no supone man- cillar su memoria 0 descalificar las opiniones que los amigos de la Humanidad han profesado una época ttorias de las obras de dos filésofos que no habian reparado en los cambios que suponen dos mil afios en \ias inclinaciones del género humano. Quizé algin dia ‘analice el siscema del mas ilustre de estos lildsofos, Jean Jacques Rousseau, y muesire que al wrasladar ala epoca moderna una exiegsign del poder social, de la soberania colectiva, que pertenecia a otros siglos, este genio sublime quien animaba el més puro amor 3 | libertad, ha proporcionado sin embargo [unestos pre iextos a mas Ge una clase de tirania. Desde Tuego, al p boner ae TaMitiens To que cOMsTdero un imporiante ~erroredesvelaryseré TitCUnspeeto en mi refutacion y respetuoso en mi critica, Evitaré, claro estd, unirme a los detractores de un gran hombre. Cuando ¢) azar quiere que coincida aparentemente con ellos en algun Punta, descontio de mi mismo, y para consolarme de Parecer por un instante de su misnia opinion a prope: sito de una cuestibn concretav parcial, necesiwo =) [ \ Pero esos hombres habian sacado muchas de sus ) ry eliminar lo que pueda haber en'mi de estos su. puestos ausiliares Sin embargo. el interés de la verdad debe prevalecer sobre ouras consideraciones porenciadas por el brill Ge un talento prodigioso v Iz autoridad de un inmenso prestigio. Por ovra parte, no 4s a Rousseau, como se verd, 2 quien se debe atribuir principalmente el error ESCRITOS POLITICOS aoe que voy 2 combatir. Pertenece mis bien a uno de sus Sucesores, menos elacuente, pero no menos austero. ¥ mil veces eas exagerado. Este tluimo.@Tabaie Mablv te quiza el representante del sistema que pretende, de acuerdo con las maximas de la libertad antiga, que los ciudadanos estén camplecamemte sometidos para’ que Ta nacion sea soberana, y que el individuo sea Ssclavo para que el pueblo sea libre £ E] abate Mably, como Rousseau y como muchos otros, confundié siguiendo a los antiguos la libertad, con lz autoridad del cuerpo social, y todos los medios eRe enor paw evender la accién de eta autoridad sobre la parte recaicicramte de la existencia yhumana, cuya independencia lamencaba. En sus obras e expresa continuamence su disgusto porque Ja lev 00. a

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