GIGIA, LA CIUDAD ROMANA DE GIJON
Narciso Santos Yanguas
Universidad de Oviedo
A menudo los historiadores queremos presentar a la consideracién
del puiblico en general (oyentes o lectores) tan claro el desarrollo de
nuestro pasado que lo que hacemos, al exponer el devenir histérico de
un pais o la evolucién experimentada por una ciudad concreta desde los
primeros momentos de su nacimiento, como va a ser nuestro caso en las
paginas siguientes, es afirmar con tanto énfasis y rotundidad lo que se
conoce (en ocasiones muy poco, y casi siempre menos de io que serfa
deseable) que resulta dificil pensar que la realidad de la investigacion
hist6rica es otra muy distinta.
Por ello el punto de partida, y tarea primordial, que nos
proponemos llevar a cabo en las paginas siguientes va a consistir en
continuar interrogdndonos acerca de muchos aspectos que todavia
quedan en el aire a pesar de los esfuerzos que se han hecho en las
Ultimas décadas.
En este sentido se hace preciso recurrir a cualquier tipo de
informaci6n existente al respecto, tanto escrita (literaria o epigrafica)
como arqueolégica, puesto que la escasez de la documentaci6n histérica
sobre los aspectos referidos a la historia del Gijén romano, unido a su
indeterminacién, no nos permite una reconstruccién definitiva y
completa del pasado en ningtin caso.
Por consiguiente hemos de tratar de concretar, ante todo, las
distintas fases evolutivas por las que iria pasando a lo largo de su
215Memorias de Historia Antigua XVII
desarrollo hist6rico el nticleo urbano gijonés desde los momentos
originarios de su primer emplazamiento hasta la fase final de la época
antigua.
Para ello hemos de partir del hecho de que en el desarrollo de lo
que fue Ja historia de la ciudad de Gijén no podemos tomar como punto
de referencia la época romana sin més, puesto que al margen de lo que
supuso la Campa de Torres (antigua polis Noega) en época prerromana
sobre todo’, sin duda el territorio de Cimadevilla estaria ocupado por un
colectivo de personas con anterioridad a la legada y establecimiento de
los romanos en la zona.
Nos encontramos aqui con el primer interrogante: zen el espacio
territorial que rodea el cerro de Santa Catalina, que en sus origenes pudo
haber sido una isla (en cualquier caso una peninsula separada del
continente por un pequefio brazo de mar), no estaria asentado un grupo
de poblacién algunas décadas antes de la llegada de los romanos?
Indudablemente la respuesta no puede ser negativa, aunque por
desgracia las excavaciones arqueoldgicas no se hayan levado en esta
direccién (o cuando menos los resultados no hayan sido nada explicitos
ni halagiiefios al respecto), habiéndose preferido los objetivas més
atractivos y populares del descubrimiento y estudio de una muralla,
cuando menos de época del emperador Aureliano’, y no una prospeccion,
sistemética de lo que encierra el interior de la misma, es decir la parte
habitada desde una época anterior a la presencia romana (y l6gicamente
durante los siglos correspondientes a la historia de las provincias
romanas del Imperio).
Es posible pensar, por tanto, que en el origen de la actual ciudad
de Gijon, que coincide con el barrio de Cimadevilla en nuestros dias,
existiria muy probablemente un emplazamiento de habitat prerromano
(poblado castrefio), quizds no de grandes dimensiones, que se halla en la
base de lo que después se acabaria por convertir en la ciudad romana de
Gigia’.
{De qué indicios histéricos disponemos en la actualidad para
poder llevar a cabo esta afirmacién?. Al margen de lo que se viene
asegurando tradicionalmente, en el sentido de que en el transcurso del
del siglo II de nuestra era se abandona paulatinamente la Campa Torres
y sus habitantes se desplazan en gran niimero al enclave romano de
Gijon, teorfa con la que estamos de acuerdo‘, existen otros motivos que
parecen corroborar la existencia de un poblamiento prerromano:
2161)
2)
3)
Narciso Santos Yanguas
por un lado la situacién estratégica del lugar (isla o casi —
peninsula—), que sin duda no seria desaprovechada por los
indigenas de la regién, puesto que a su excepcional posicién
topogréfica uniria otras muchas caracterfsticas igualmente
sobresalientes: control del territorio que rodeaba el enclave de
habitat (importancia como nticleo de poblacién costero, al estilo
de los galaicos de Barofia 0 Elvifia entre otros); centro de
convergencia de los recursos econémicos agropecuarios
explotados en sus alrededores...;
junto a ello, el hecho de que los romanos no suelen, salvo en
casos de grandes contingentes militares (campamentos de
legiones o tropas auxiliares amplios, como sucederia por
ejemplo con Leén, sede de la legio VII Gemina‘, 0 en el caso de
Rosinos de Vidriales (Zamora), donde estaba acuartelada la
legién X Gemina‘), ubicar pequefios destacamentos militares
mas que en nticleos de poblacién ya existentes’, por lo que
dificilmente ese pequefio cuerpo de soldados de la legion IV
Macedénica que se estableceria en torno al cerro de Santa
Catalina lo iba a hacer sobre un suelo virgen de poblamiento
(sobre este tema volveremos més adelante); y,
por ultimo, la presencia de un grupo de poblacién muy definido (la
gens Cilurnigorum), cuya existencia, aun cuando la nica
inscripcién que actualmente conservamos en territorio gijonés se
fecha a finales del siglo I o comienzos del II d.n.e.*, remonta a
mucho tiempo antes, de la misma manera que sabemos en el caso
de otros grupos de poblacién de esta naturaleza (zoelas, gigurros...).
Podemos preguntarnos, en primer término: zquiénes eran los
cilirnigos?. Hasta hace muy poco tiempo se pensaba que el territorio
correspondiente al concejo de Gijén en la Antigiiedad estaria habitado
por los pésicos* o por los luggones, grupos de poblacién integrados en el
conjunto del populus de los astures (en realidad, aunque los limites no
se hallarian bien marcados, y menos en época prerromana, ocuparian
una demarcacién territorial en Ja linea fronteriza correspondiente al
suelo ocupado por ambas comunidades gentilicias).
En principio esta poblacién de los cilirnigos parece relacionarse
con un grupo de gentes dedicados prioritariamente a las actividades
217Memorias de Historia Antigua XVII
relacionadas con la fundicién de metales, pudiendo identificarse, por
consiguiente, con una poblacién de “caldereros””
Ahora bien, las perspectivas de la investigacién en la actualidad
resultan algo diferentes, pudiendo incidir sobre los siguientes puntos a
manera de interrogantes:
a) gse trata de una agrupacién astur similar a la de los pésicos,
luggones 0 zoelas por ejemplo?; 0
b) ghemos de pensar mas bien que se trataria de un grupo mas
reducido en el ambito de los pésicos, los luggones o los astures
propiamente dichos, que habitarfan la region central del
Principado, preferentemente el territorio correspondiente a su
parte interior?.
Aunque en el campo epigrafico de dicha lapida no hallamos
ninguna referencia a su vinculacién con una civitas" ni con un castro (ni
presencia de C invertida ni denominacién personal tipo limicus, en cuyo
caso podemos constatar el paso de castro a polis-civitas)”, resulta facil
deducir que nos encontramos ante una situacién de esta naturaleza, pese
a que el topénimo Gigia no aparece resefiado en ninguna fuente
documental antigua hasta el registro que nos ofrecen las Tablas del
gedgrafo-historiador Ptolomeo, escritas ya en la segunda mitad del siglo
dane.
Los ciltirnigos serian, por consiguiente, los habitantes del Gijon
prerromano, con sede en la peninsula de Cimadevilla, que sin duda se
mezclarian posteriormente con los individuos provenientes de la Campa
Torres, lo que no traerfa consigo la pérdida de su identidad originaria
(es posible pensar igualmente que tanto unos como otros pudieron
pertenecer a la misma poblacién de los ciltirnigos)".
I
Avanzando en el tiempo sabemos que el momento de inflexién lo
constituye la Megada de los romanos al territorio nordoccidental
hispano, incluido el habitado por los astures"*; este hecho no implicaba,
como se venia diciendo machaconamente desde hace afios, un
arrasamiento del poblamiento, sino tan solo un control y articulacién del
territorio anexionado por parte de pequefias unidades militares
destacadas en los enclaves més significativos y estratégicos de la region,
como era en nuestro caso la peninsula de Cimadevilla.
218Narciso Santos Yanguas
Como indicadores evidentes de esta presencia romana con
posterioridad a los afios de las guerras astur-céntabras (29-19 a.n.e.)
disponemos de varios ejemplos:
1) en primer lugar la famosa inscripcién de la Campa Torres
dedicada al emperador Augusto y fechada en el afio 9-10 d.n.e",
que nada tiene que ver con las no menos famosas Aras
Sestianas"; el contenido de esta dedicatoria de caracter
monumental, una vez reconstruido a causa de la damnatio
memoriae de su dedicante (como consecuencia de haber caido
en desgracia politicamente) seria el siguiente:
IMP(eratori) CAESARI AUGUSTO DIVI F(ilio) Co(n)S(uli)
XIII IMP(eratori) XX PONT(ifici) MAX(imo) PATR(i)
PATRIAE TRIB(unicia) POT(estate) XXXII CN(eus)
CALPURNIUS CN(ei) F(ilius) PISO LEG(atus) PR(o)
PR(aetore) SACRUM.
El texto de dicho campo epigrafico traducido al castellano nos
aporta la siguiente lectura:
“Al emperador César Augusto, hijo del divino (César), 13 veces
cénsul, emperador con 20 salutaciones, pontifice maximo, padre de
la patria, 32 veces investido con la potestad tribunicia, Cneo
Calpurnio Pis6n, hijo de Cneo, legado propretor, consagré (este
monumento)”.
La confirmacién de la existencia de un legado propretor en un
momento tan antiguo de la presencia romana en nuestra region
nos esta indicando que el Estado romano habia implantado ya
los pardmetros propios de su organizacién administrativa en
dicho suelo a través de una serie de medidas tendentes a
controlar y organizar el suelo anexionado, aunque no dispusiese
para dichas tareas de un contingente demasiado amplio ni en
cuanto a soldados ni en cuanto a funcionarios”.
2) Pero es que, por otra parte, contamos con una serie de
indicadores acerca de la presencia de militares en el propio
Gij6n o en su entorno:
219Memorias de Historia Antigua XVII
(a) ante todo el ladrillo en el que parece reflejarse la presencia
de tres letras griegas (A, 5 y » ), que inmediatamente ileva
al historiador a identificar con un destacamento de la legion
IV Macedénica, que, como su nombre indica, serfa de origen
griego y por tanto escribiria en tal lengua";
(b) junto a ello la inscripcién hallada muy cerca de la iglesia de
San Juan de Tremafies, que constituye un ara dedicada a la
Fortuna Balnearis (divinidad protectora a través de las
aguas salutiferas) por parte de Tito Pompeyo Peregriniano".
Del campo epigrafico de dicho monumento se deduce que
se tratarfa de un ciudadano romano por sus tria nomina —
lo que equivalia, salvando las distancias histéricas a
nuestros nombre y dos apellidos—, gijonés de adopcién,
afincado en dicho territorio; muy posiblemente hay que
identificarlo con un licenciado del ejército de ocupacién del
Norte peninsular tras las campafias definitivas de
pacificacién de las poblaciones septentrionales, y a quien se
adjudicarian, de acuerdo con el procedimiento militar
romano, tierras como propietario para su cultivo”; y
(c) el altar dedicado a Jupiter Optimo Maximo (tinico campo
epigrafico de la lapida) y que se conserva en el Museo
Municipal (0 Museo Jovellanos) de la ciudad”: al igual que
en otros ejemplos del territorio de los astures (lapidas de
Leén o la de Serrapio (concejo de Aller), donde los
dedicantes son indigenas), se trataria de dedicatorias
habituales de soldados legionarios, pudiéndose datar
igualmente en el siglo I d.n.e.
zQué se deduce de todos estos documentos?. Ante todo que la
configuracién de Gijon como ciudad romana parece haber tenido mucho
que ver con la presencia estable de un grupo de soldados en dicho
territorio, muchos de los cuales, aunque su origen no fuera astur,
acabarian por radicarse en dicho suelo con la finalidad de dar salida a
sus apetencias personales” y econémicas, en cuyo caso hemos de tener
en cuenta que pasaban a ser propietarios de un lote de tierra de
caracteristicas agricolas, ademas de contar con la posibilidad de
enriquecerse a partir de las sumas de dinero acumuladas en el
transcurso de sus aftos de servicio en el ejército, puesto que recibfan una
suma proveniente de la caja militar®.
220Narciso Santos Yanguas
Indudablemente esta aportacién étnica externa entraria en contacto
con la poblacién ya existente en el enclave de lo que se iba a convertir en
el primitivo centro urbano de Gijén, asi como con los primeros
elementos procedentes ya desde esta época de la Campa Torres, a través
de métodos no violentos, produciéndose la fusién de ambos grupos sin
trauma notable alguno.
Como consecuencia de ello estos antiguos soldados se integrarian
en la vida cotidiana de la ciudad y aportarian sus conocimientos y
adelantos técnicos en el campo agricola..., que serian aceptados de buen
grado por parte de los indigenas, dandose paso de esta manera a una
mezcla enormemente fructifera, no sélo desde el punto de vista
econémico sino también cultural”.
Itt
Pero, cuando adquiere el Gijon antiguo entidad suficiente como
centro de habitat para ser considerado mas o menos como nticleo urbano
de acuerdo con lo que se entiende por ciudad en el Norte peninsular?.
A este respecto no debemos olvidarnos, ante todo, del hecho de
que la ciudad romana no implicaba una aglomeracion urbana de varias
decenas de miles de habitantes, sino que, de acuerdo con las necesidades
de cada zona, niicleos de apenas 1.000 habitantes pudieron funcionar
perfectamente como centros de control administrativo territorial
dirigidos por la administracién romana”.
Tradicionalmente se ha venido admitiendo que este fendmeno
tendria lugar a lo largo del siglo II d.n.e., consolidandose solamente
durante la centuria siguiente; ademas se sitia en la base del mismo el
abandono en masa de la poblacién de la Campa Torres y su
desplazamiento hasta el nticleo embrionario de Cimadevilla.
{Qué nos documentan las fuentes antiguas al respecto?. Contamos
con varios indicadores que contribuyen a solucionar, aunque sea solo
parcialmente, el problema:
1) Desde el punto de vista de los restos materiales algunos objetos
hallados en el solar gijonés prueban que, ya desde el siglo I de
nuestra era, dicho territorio estaria ocupado, a pesar de que no
podamos precisar la amplitud del 4rea habitada en tal perfodo
histérico*.
2) Por su parte la documentacién epigrafica (las mencionadas
221Memorias de Historia Antigua XVII
ldpidas dedicadas a Fortuna Balnearis y a Jupiter) se fechan en
ese mismo siglo, lo que nos esta indicando que, dado que la
aceptacién de la religién seria uno de los tltimos elementos de
la cultura romana en ser admitidos por parte de los astures, el
proceso se hallarfa ya en una fase bastante avanzada
(sincretismo con todas sus consecuencias desde el punto de
vista de los indigenas).
3) Finalmente el testimonio mas explicito se corresponde con las
noticias transmitidas por Claudio Ptolomeo, autor griego de la
segunda mitad del siglo I d.n.e., quien en su Geografia,
identificada con una serie de Tablas geografico-histéricas, en las
que se ubican (con determinacién de grados) las ciudades 0
centros urbanos correspondientes a cada uno de los grupos
humanos integrados por los romanos en el marco de su
organizacién politico-territorial, enumera las correspondientes a
los astures (tanto augustanos como transmontanos).
Entre ellas se mencionan Lucus Asturum, Labernis, Interamnium,
Argenteola, Lanciatum, Maliaca, Gigia, Bergidum Flavium,
Interamnium Flavium y Legio VII Gemina.
De entre todos estos niicleos de poblacién uinicamente Lucus
Asturum (cuyo emplazamiento se hallaria en las proximidades del
actual Lugo de Llanera}” y la propia Gigia habrian adquirido una
importancia significativa con anterioridad a la época en que dicho autor
constata su situacién para ser dignos de incluirse entre los centros
urbanos de los astures transmontanos, a pesar de que el escritor griego
no defina en ningtin momento el status juridico-administrativo de los
mismos ni si habian conseguido en su época el privilegio municipal.
Ademias, y no por casualidad, entre ambos emplazamientos
discurrirfa una via de comunicacién romana hasta el litoral cantabrico,
lo que nos pone en guardia acerca del significado adquirido por el
nticleo de habitat gijonés ya en una etapa relativamente temprana de la
presencia romana en la regién.
Pero vayamos por partes y analicemos detenidamente cada uno de
los puntos en cuestién:
a) en primer término hemos de referirnos a la raiz del topénimo
antiguo que servia para designar a Gijon: se trata de un radical
=Narciso Santos Yanguas
tipicamente astur (Gig-), que encontramos igualmente en la
denominacién de la poblacion de los gigurri (gigurros), a la que
se refieren tanto Plinio el Viejo* como Ptolomeo y que se
registra en algunas inscripciones del otro lado de la cordillera
cantabrica (en concreto en la regién galaica: Forum Gigurrorum
= Barco de Valdeorras-Orense).
Este hecho nos puede llevar a pensar en un desplazamiento de
poblacién desde el territorio originario de dicho pueblo hasta la
costa cantabrica, siendo posible pensar en Ja hipétesis de que un
grupo de tales individuos estaria en la base de la conversién
definitiva del antiguo nucleo de habitat de dicha zona en centro
urbano™,
b) Junto a ello podemos preguntarnos: ;por qué motivo Plinio el
Viejo, primer autor antiguo (latino) que nos ofrece una
panorémica acerca del proceso de urbanizacién y
municipalizacién de la Peninsula Ibérica”, no documenta la
existencia de este centro urbano?.
La respuesta parece obvia: la razén estribaria en que en el
momento que escribe dicho autor (mediados del siglo I d.n.e.) todavia
Gijon no habria adquirido suficiente entidad al estar muy recientes los
Ultimos intentos de levantamiento de las poblaciones astures contra el
poder romano y no haber entrado en funcionamiento los mecanismos
relacionados con la explotacién minera de los recursos auriferos del
occidente de Asturias, hecho que de forma directa o indirecta se iba a
convertir en el motor principal para el surgimiento de centros urbanos
de cierta importancia entre los astures transmontanos”.
Sin embargo, no debemos olvidar que en este marco econémico no
iba a convertirse Gigia en un centro exportador de tales productos
mineros en direccién a la capital del Imperio (como sucederia por
ejemplo en el caso de Flavionavia, enclavada en la desembocadura del
Nalon y que podemos localizar en Santianes de Pravia), sino que su
funcionalidad estribaria en concentrar algunos productos agricolas
procedentes de Jas villas astur-romanas (centros de aprovechamiento
agropecuario que potenciarian la importancia de Gijon en los momentos
finales del siglo I y sobre todo durante la segunda centuria de nuestra
era como nticleo de caracter administrativo que amalgamaria en torno a
si todos estos pequefios emplazamientos de poblacién)*.Memorias de Historia Antigua XVII
En cualquier caso la escuadra romana del Cantdbrico (classis
Cantabrica), independiente o unida a la de la region gala de Aquitania,
seria la encargada de dar salida a todos estos productos tras recalar en
los puertos de la costa (entre los que se encontraria Gijén®, ademas de
contar igualmente con otros puntos de contacto con tierra en el Eo,
Navia, Esva-Canero, Sella...).
Entre los productos recogidos en torno al enclave urbano antiguo
gijonés (podemos observar ya desde esta época tan temprana que Gigia
funcionaria, no como un centro aislado, sino que contaria con un
abundante conjunto de nticleos de cardcter rural, de los que se
abasteceria)*.
Como consecuencia de ello sabemos que Gigia habria adquirido
una gran importancia como centro econémico ya en el siglo II (desde sus
primeras décadas), contando o no con la aportacién humana proveniente
de la Campa Torres tras el abandono paulatino de dicho enclave por
parte de sus habitantes.
Para afirmar esto disponemos de varios hechos en los que
basarnos, fundamentalmente dos:
a) en primer lugar la existencia de una fabrica de salazén de cierta
importancia en la Plaza del Marqués, cuya datacién puede
hacerse remontar a dicha época y que significa una actividad
industrial destacada en la zona como medio de avituallamiento
de la sal necesaria para la poblacién tanto del nticleo urbano
como de los restantes centros de habitat de la regidn, asi como
de conservacién de los alimentos pesqueros (y en menor medida
carnicos)"; y
b) junto a ello, la red de villas ubicadas en el entorno del centro
urbano de época romana, muchas de las cuales arrancan en sus
origenes ya del siglo I d.n.e., a pesar de que sea tinicamente en
el transcurso de la centuria siguiente cuando adquieran auge
definitivo®.
A este respecto podemos afirmar que sin duda uno de los
elementos més caracteristicos del entorno de Gijén en tiempos romanos
lo constituyen tales establecimientos dispersos por el campo, cuyos
objetivos se centraban en la obtencién de productos agropecuarios.
En la zona se detecta una veintena de ejemplares de este tipo de
habitat, habiendo aparecido restos seguros de las mismas en las Murias
de Belofio (fundum Belonii), Tremafes, Deva (la diosa), Jove (en
224Narciso Santos Yanguas
relacién con Jupiter), Serin (villa Serinii), Natahoyo o Atahoyo (villa
Ataulii), Baldorn6n y Veranes (Viranas), y contando junto a ello con una
serie de topénimos exponentes tipicos de asentamientos de enclaves
rurales, como Logrezana (Lucretiana), Monteana (Montiliana), Foyanes
(@ulvianus), Rubin (Rubinius), Verifia (Verinia)”.
La abundante presencia de establecimientos de esta naturaleza se
pone en relacién con una romanizacién efectiva de la regién en que se
hallan ubicados, comportando al mismo tiempo una estabilidad social y
la adaptacién de un modelo econémico basado en el intercambio de los
productos que se obtenjan en el interior de cada una de ellas.
Ademias, esta existencia masiva de centros rurales no se
comprende en un principio (desde finales del siglo I d.n.e.) sin la
presencia de un centro urbano que amalgame en torno a sf los intereses
de todos y cada uno de ellos, a pesar de que en una época mas avanzada
(Bajo Imperio romano-etapa visigoda) pasen a convertirse en muchos
casos en nticleos de poblacién independiente con respecto a aquél®.
Ahora bien, si el significado econdmico como centro de recepcién
de los productos conseguidos en su entorno resulta evidente, se hace
mucho més dificil concretar el status juridico-administrativo de que
dispondria Gigia durante ese siglo y a lo largo de toda su historia
romana.
Al parecer nunca alcanzaria la categoria de municipio o de colonia
(a pesar de la presencia militar en la configuracién definitiva de dicho
enclave como nticleo urbano). A este respecto no tenemos confirmacién
alguna de ello de acuerdo con la documentacién epigrafica de cualquier
tipo que nos pudiese corroborar la presencia de un duumvir o de otro
tipo de magistrado como elemento définitorio de la existencia de un
municipio.
Tampoco la inscripcién de Medugenus (miembro del grupo de los
ciltirnigos)” documenta nada sobre ello: es mas la antroponimia de
dicho personaje refleja mds bien un débil proceso de latinizacién,
aunque, aun en este caso, hemos de tener presente que latinizacién y
romanizacién quizés no vayan tan de la mano como en ocasiones se ha
pretendido®.
Por desgracia tampoco contamos con ninguna edificacién piblica
(0 mejor dicho no sabemos si existian o no hasta la fecha en el Ambito del
casco urbano de Gijén en época romana) en relacién con esas funciones
de centro de un territorio que definen a las civitates romanas en general.
225Memorias de Historia Antigua XVII
En cualquier caso las caracteristicas topogrdficas del lugar (centro
estratégico que disponia de recursos agropecuarios en sus alrededores,
explotados en gran cantidad a través de las villas enclavadas en Ja zona)
nos permiten pensar que sobre dicho suelo la administracién romana
habria establecido los elementos propios de su planificacion y
organizacién territorial, tratando simplemente de articular la explotacién
econémica de la zona sin recurrir a la violencia mediante el
acuartelamiento de grandes contingentes militares".
Este sistema romano de la civitas implicaba la existencia de un
nticleo principal funcionando como centro administrativo, y que ademas
contaba con otras caracteristicas generales y comunes para los enclaves
de poblacién que dependian de él (como las religiosas, centro de
mercado...), que cumpliria ya en toda su extension Gigia desde las
décadas intermedias del siglo II d.n.e.®.
Iv
Avancemos aun més en el tiempo: comunmente se viene
considerando que la importancia del Gijon romano remonta al siglo II
de nuestra era; esta afirmacién se basa casi de manera exclusiva en el
hecho de que los restos de la muralla descubiertos en las excavaciones
de los tiltimos afios se fechan en tal época (mas bien en la segunda mitad
de dicha centuria) y en parte también arrastrando un defecto que
arranca de principios de sigio en el sentido de que las termas de dicho
enclave urbano corresponderian a tiempos bajoimperiales (formando
parte de una villa astur-romana)”.
En nuestros dias estamos totalmente seguros de que las
construcciones termales no son otra cosa que edificaciones de caracter
ptiblico de esa naturaleza propias de una ciudad romana“ y que resultan
anteriores en el tiempo a la construccion del recinto murado
(precisamente éste configura un entrante para acoger los bafios
publicos).
Pero podemos hacernos la siguiente pregunta: gcudl fue la causa
por la que se amurall6 e] nticleo urbano de Gigia en un momento
conereto del siglo IIL, coincidiendo precisamente con la crisis general que
atenazaba al Imperio romano?.
Hemos de partir del hecho de que durante esta época todo el Norte
peninsular se veria envuelto en una serie de revueltas socio-politicas que
226Narciso Santos Yanguas
obedecfan al descontento reinante entre la poblacién del campo, lo que
sin duda incidirfa en una situacién de inestabilidad a la que la
administracién romana se vera obligada a hacer frente*.
En otros lugares de la Peninsula sabemos que esta misma situacién
conduciria a una reduccién del perimetro habitado de cada ciudad con el
objetivo de ofrecer una seguridad mayor a los habitantes de la misma
(aunque no en todos los casos).
Todas estas circunstancias nos llevan a plantearnos el siguiente
interrogante: jcudl fue el espacio urbano de Gijén romano?. Ante todo si
comparamos la situacién de Gigia con lo que sucederia en otros centros
urbanos hispanorromanos podemos pensar que el amurallamiento
conlleva una reducc
n del espacio habitado, por lo que hasta ese
momento el poblamiento de Gijén pudo sobrepasar las medidas que
actualmente se hallan configuradas por la muralla.
Ahora bien, dadas las caracteristicas topograficas especiales de la
zona también es posible que la muralla abarcase prdcticamente todo el
conjunto de edificios correspondientes al nticleo urbano, sobre todo al
no tener que ser completa, como sucederia por ejemplo con los recintos
amurallados de Lucus Augusti (Lugo) o Bracara Augusta (Braga), ya
que en nuestro caso la mitad de su perimetro al menos estaria defendido
de manera natural por los propios acantilados del cerro de Santa
Catalina.
Si tenemos en cuenta, por consiguiente, la parte habitable de dicho
perimetro teérico (calculado en unas 7 Has.), podemos pensar en una
extension del casco urbano de unas 5 hectéreas (exceptuando la zona
mas elevada que no estarfa ocupada por edificios destinados a
poblamiento 0, en todo caso, lo estarfa muy débilmente).
Por lo tanto el espacio habitado del Gijon romano nos da unas
dimensiones respetables si las comparamos con las propias de los
recintos castrefios romanizados del Norte peninsular en general
(alrededor de 1 Ha.) a uno y otro lado de la cordillera cantabrica”.
Sin embargo, si la comparacion la llevamos a otro campo, en
concreto con las ciudades de Lucus Augusti (recinto amurallado de 28
Has.) o Asturica Augusta (perimetro de muralla de unas 26 Has.), hemos
de concluir que el Gijén romano seria una ciudad de dimensiones
reducidas.
Como se esté de acuerdo en que la densidad de poblacién por
hectérea en época romana rondaria los 300 habitantes (0 tal vez algo mas
227Memorias de Historia Antigua XVII
de acuerdo con las circunstancias y condiciones topogrdficas de cada
enclave), es posible pensar que la ciudad romana de Gigia alcanzaria
facilmente una poblacién entre 1.500-2.000 habitantes*.
De cualquier forma no puede resultar extrafio que, en el momento
de plenitud, este enclave urbano contase con un censo demografico que
tardarfa varios siglos en ser superado en cuanto a su ntimero, sobre todo
si lo comparamos con fenédmenos atin mas llamativos, como sucederia,
por ejemplo, con respecto al concejo de Allande en conexién con las
actividades vinculadas a la mineria romana del oro: de acuerdo con lo
que se deduce de la docena al menos de emplazamientos de habitat de
dicho territorio, en los que encontraria acogida la mano de obra de los
yacimientos mineros de la zona, el numero de habitantes pudo rondar
en torno a los 5.000, cuando en la actualidad no sobrepasa los 3.000*.
En este punto nos encontramos con una cuestién sumamente dificil
de resolver hasta que se lleven a cabo las excavaciones pertinentes en el
territorio intramuros de la ciudad (esperemos que los préximos afios
resulten suficientemente fructiferos a este respecto).
Ahora bien, en relacién con la posibilidad de que existieran algu-
nos edificios en el Gijon romano emplazados fuera del recinto amuralla-
do disponemos de restos materiales relacionados con indicadores claros:
— por un lado el aprovechamiento de las salazones en la plaza del
Marqués; y,
—junto a ello, lo que constituirfa la ubicacién del lugar que
funcionaria como el puerto més antiguo de la ciudad romana de
Gigia.
En el primero de los casos conllevaria la existencia de
construcciones destinadas especificamente al desarrollo de la industria
de salaz6n®, cuyo punto de aprovisionamiento se vincularia con el
puerto préximo aprovechando las naves el arenal del istmo que unia la
peninsula de Cimadevilla a tierra firme.
Por consiguiente, de acuerdo con las caracteristicas del oleaje y los
vientos dominantes y teniendo en cuenta las condiciones topograficas
del lugar, el puerto se configuraria, sirviéndose de algunas
construcciones de madera, en Ja parte occidental del mismo, donde en el
siglo XV se construiria el primer puerto de obra de la ciudad gijonesa.
En este sentido es posible afirmar que durante los siglos HI y IV
d.n.e., a pesar de los avatares y la situacién negativa por la que atraviesa
todo el Norte peninsular (y en general el Imperio romano)”, Gijon
228Narciso Santos Yanguas
continuaria siendo el nicleo urbano en torno al cual giraba la vida
econémica, politica y social de un amplio territorio circundante
(practicamente casi el mismo que en la actualidad se engloba en el
concejo).
Por otro lado no debemos olvidar que estos siglos de oscuridad no
supondrian un cambio sustancial en las formas de vida de Jos habitantes
de la ciudad, por lo que tampoco es posible afirmar que se produjese un
descenso demogréfico especialmente acusado en el centro urbano en
cuanto tal ni en las villas de sus alrededores, que seguirian
dependiendo, al menos en parte para su funcionamiento de él.
Por consiguiente, si tenemos que concretar las actividades
econémicas propias de los habitantes de Gijén en época romana hemos
de pensar en un predominio del sector agropecuario sobre el industrial y
el comercial, a pesar de que estos ultimos no serian desdefables, bien es
verdad que viéndose constrefidos a un Ambito familiar 0 doméstico de
produccién salvo en algunos momentos concretos de la historia de la
ciudad.
Vv
A modo de resumen podemos sintetizar lo que acabamos de
exponer (teniendo en cuenta que son muy numerosas las preguntas que
todavia se hallan sin resolver) en los siguientes puntos de acuerdo con
un orden cronolégico:
1) Ante todo es posible pensar en la existencia de un habitat
prerromano, de dimensiones no muy amplias (que funcionaria
como nticleo independiente), sobre el que se superpondria el
aluvién de poblacién procedente de la presencia militar romana
(no solamente elementos militares sino también
acompaiiantes...) y de la Campa Torres en fases sucesivas a
medida que dicho emplazamiento iba abandonaéndose.
2) La Iegada de Roma y su politica permisiva con los indigenas
(incluso en el plano constructivo: mismo modelo de
construccién de edificios) traeria consigo una ampliacién del
espacio habitado, que se veria potenciado tal vez con la
presencia de un reducido contingente militar destinado ya a
controlar el entorno de lo que se iba a convertir en la ciudad
gijonesa poco tiempo después.
229Memorias de Historia Antigua XVII
3) La consolidacién definitiva como tal centro urbano de Gigia hay
que situarla en los momentos finales del siglo I y durante toda
la centuria siguiente (en la primera mitad del siglo II sobre todo,
y de ahi que sea Ptolomeo quien pueda resefiar dicha situacién).
A ello contribuirian, por un lado, la aportacién de personas
provenientes de la Campa Torres y, por otro, el auge que
experimentan los nuevos centros rurales que surgen en el
entorno y que necesariamente han de recurrir a un nticleo que
funcione como enclave politico, econémico-comercial e, incluso,
social y religioso (en relacién con los cultos romanos y e!
sincretismo consiguiente con las divinidades indigenas).
Es entonces cuando el centro de habitat adquiere
definitivamente las caracteristicas propias de una civitas
romana, pasando a convertirse en un nucleo administrativo que
disponia de un entorno territorial amplio, al tiempo que ejercia
su control econémico sobre los terrenos circundantes y se habia
convertido en centro de comercio o mercado (foro en la
terminologia antigua), lugar de enclave de los edificios
administrativos y religiosos...
4) Por su parte el siglo III asistiré al amurailamiento de la ciudad,
buscando posiblemente con ello su transformacién en un lugar
de amparo para los habitantes de la misma ante el empuje que
sobre ella podfan ejercer los descontentos sociales del entorno
rural.
Tal vez, aunque no es seguro, la construccién de los muros
pudo significar una reduccién del espacio habitado, habiendo
conseguido por consiguiente Gigia su maximo apogeo en las
décadas correspondientes a la segunda mitad del siglo Il y a la
primera parte del III.
5) Finalmente en el transcurso de los siglos IV y V de nuestra era,
asf como durante la etapa visigoda, la ciudad romana de Gijén
quedaria constrefida entre sus muros, pudiendo tener lugar
entonces un descenso demografico mas o menos significativo y
acusado de la poblacién, Ilegando en dicha reduccion
posiblemente hasta la mitad o incluso un tercio de sus
habitantes (alrededor de unos 1.600).
Como conclusién podemos afirmar que por desgracia hasta la
actualidad se ha hecho demasiado hincapié en la importancia de la
230Narciso Santos Yanguas
muralla (trazado, puertas de acceso, perfmetro de la misma, material de
construccion-incluso elementos reutilizados, como la propia inscripci6n
de los cilurnigos-...), pero no debemos olvidar un hecho importantisimo:
en la historia de la ciudad hispanorromana el amurallamiento se
corresponde ya en el tiempo con una etapa histérica avanzada (casi
siempre coincidiendo con la crisis del siglo III), que en ningtin caso se
identifica con los momentos de mayor esplendor.
Asi pues se hace preciso Ievar a cabo una excavacién intramuros,
cuyos resultados nos podrian permitir conocer, aunque fuese
someramente, algunos aspectos fundamentales de la historia de la Gigia
romana como:
—las diversas fases de su historia desde sus origenes (antes y
después de la construccién de la muralla, incluido el momento
en que se establece en la peninsula de Cimadevilla el primer
colectivo de habitantes de la misma);
el 4rea habitada en cada uno de los perfodos de la historia de la
ciudad en época antigua (desde la etapa prerromana pasando
por el siglo I y su conversién en nticleo urbano, siguiendo con la
fase de consolidacién como civitas y, finalmente, analizando su
significado durante el Bajo Imperio romano (siglos III y IV) y el
periodo visigodo);
los edificios de caracter ptiblico a los que pudo dar acogida (si
existia, por ejemplo, el foro o plaza publica romana que define a
una ciudad hispanorromana durante estos afios, o bien
construcciones de cardcter religioso, dado que la religién
romana se hallaba imbuida de rasgos politicos en la vida
cotidiana...), lo que nos demostraria la importancia alcanzada
como municipio en el Ambito del Norte peninsular;
los habitos y formas de vida de sus habitantes a través de la
serie de utensilios que emplearian en las actividades
desarrolladas en el interior de sus casas respectivas;
el tipo de construcciones de cardcter doméstico y su
diferenciacién, lo que nos conduciria a poder entender la
estratificacién social que tendrfa lugar en su interior y los
diferentes grupos sociales a los que daba acogida;
el carécter de la industria a la que se dedicaban los habitantes
de la ciudad (por lo general se piensa que se tratatia de
actividades de tipo familiar, lo que no excluye la existencia de
231Memorias de Historia Antigua XVII
talleres 0 fabricas de control municipal, como pudieron serlo las
salinas de la plaza del Marqués...);
— ete,
Todos estos interrogantes que quedan todavia en el aire
posiblemente encontrarian solucién en los préximos afios si las
prospecciones arqueolégicas se orientaran en el sentido adecuado y no
se continua pensando obstinadamente que el primer momento
importante de la historia de la ciudad de Gijon remonta al siglo III,
conectando por tanto la etapa de esplendor de dicho enclave con un
momento en que el resto de las ciudades hispanorromanas se hallan en
decadencia.
Para finalizar quiero que quede una cosa muy clara: nada esta
dicho ni investigado todavia definitivamente sobre la historia del Gijon
romano, por lo que por suerte nos queda mucho camino por recorrer en
la aventura de la reconstruccién del pasado de la ciudad de Gijén.
Ahora bien, eso no excluye que podamos afirmar una realidad
evidente: Gigia seria un nticleo urbano independiente y auténomo en el
sentido de las civitates romanas desde una época relativamente
temprana (finales siglo I-comienzos del II d.n.e.), convirtiéndose sin
duda en el centro mas importante de Asturias durante toda la época
romana y disponiendo de un entorno territorial amplio que giraba en
torno a las villas, cuyo control econémico permitirfa potenciar y
disponer de los elementos propios de la vida urbana.
En este sentido seria més apropiado designar a Gigia como polis
que hacerlo con respecto a Noega (Campa Torres), ya que en el fondo
cumpliria mucho mejor los requisitos de lo que el término griego
implicaba, a saber una ciudad-estado independiente desde el punto de
vista politico, econémico y territorial (algo similar a la civitas romana),
que ademas disponia de un entorno territorial cuya razén de ser se
Vinculaba directamente en todos los aspectos con ella.
232Narciso Santos Yanguas
Notas
(1) También en tiempo romanos, puesto que todavia en las primeras décadas del
siglo III continuaria estando habitada, aunque fuese ya de manera parcial.
2) Que cronolégicamente coincidiria en sus inicios con los momentos de la crisis del
siglo III d.ne. correspondientes a los afios 60.
(3) Hipétesis no descabellada si tenemos en cuenta las excepcionales condiciones
topografico-estratégicas que nos ofrece dicho enclave, lo que sin duda no pasaria
desapercibido a los pobladores més antiguos de la regién, que sin duda remontan
a tiempos prehistéricos.
(4) A pesar de que, segtin todos los indicios, todavia durante las primeras décadas
del siglo III continuarfa estando habitado, aunque fuese de manera parcial, el
recinto poblacional del cabo Torres de acuerdo con lo que manifiestan los restos
materiales hallados durante las campafias de excavacién de la tiltima década en
dicho yacimiento.
(5) Ver, por ejemplo A.GARCIA y BELLIDO, “Nacimiento de la legio VII Gemina”,
Legio VI Gemina, Le6n 1970, pp. 321ss.
(6) _ En cuyo estacionamiento se han descubierto marcas sobre tégula de dicho
contingente militar legionario. Cf. N. SANTOS, El ejército romano y la
romanizacién de los astures, Oviedo 1981, pp.43-46. Ver igualmente A.GARCIA
Y BELLIDO, “El exercitus hispanicus desde Augusto a Vespasiano”, AEA
34(1961)127.
(7) En Asturias tenemos constancia de esta situacién, por ejemplo, en los recintos
castrefios de Coaiia y San Chuis, en ambos casos como centros de recepcién del
oro explotado en los yacimientos mineros circundantes correspondientes a las
cuencas del Navia y Arganza (afluente del Narcea) respectivamente.
(8) C, FERNANDEZ OCHOA y D.PEREZ FERNANDEZ, “Inscripcion romana
hallada en la muralla de Gijon: una nueva “gens” entre los astures
transmontanos”, CuPAUAM 17(1990)255ss.
(9) Sobre estas cuestiones remitimos, entre otros, a F. J. LOMAS SALMONTE, “En
torno a Noega y los pésicos”, Habis 5(1974)131ss.
(10) de ahi que en el 4mbito del poblado de la Campa Torres (antigua polis Noega)
hayan aparecido abundantes hornos de fundicién como elemento mas
caracteristico de los habitantes de dicho enclave.
233Memorias de Historia Antigua XVII
(1)
(12)
13)
14)
(15)
(16)
a7
(18)
(9)
(20)
234
Modelo tipico de la organizacién administrativo-territorial romana. En el caso de
Asturias contamos, por ejemplo, con la civitas de los pésicos, de acuerdo con la
inscripcién descubierta en Arganza (Tineo). Cf. A. GARCIA LINARES y N.
SANTOS, “Nueva lapida romana hallada en Arganza (Tineo-Asturias)”, MHA
10(1989)151ss.
El contenido epigrafico se reconstruye de la siguiente manera: Medugenus Cesar/
onis sibi et f(ilio) Rut/ ilio annorum VX/ ex gente Cilur/ nigorum.
A este conglomerado de gentes se unirian igualmente algunos ex-soldados,
quienes contribuirfan sin duda en buena medida a Ja introduccién y adaptacién
de las formas socio-politicas y econémicas romanas en el contexto territorial
gijonés.
Sobre el desarrollo de estos acontecimientos militares y sus consecuencias
remitimos, entre otros, a N. SANTOS, “La conquista romana del N. O. de la
Peninsula Ibérica”, Latomus 41(1982)5ss.
J. L. MAYA, “Lapida del cabo Torres, hoy en el Tabularium Artis Asturiensis”,
Gijén romano, Ministerio de Cultura-Ayuntamiento de Gijén 1986, pp.41-42.
Consagradas por el legado imperial y gobernador de la Hispania Citerior (en la
gue estaba integrada Asturias) L. Sestio Quirinal, quien al parecer desempefaria
Jas funciones administrativas propias de tal cargo entre los afios 16 y 14 a.ne., a
pesar de que desconozcamos el campo epigrafico de dicha dedicatoria.
No es posible pensar todavia que en ese momento y con respecto a tales
actividades el centro de poblacién de Gijén fuese el mas importante de la zona, ya
que se veria desplazado en dichas tareas por el poblado de la Campa Torres (polis
Noega), a pesar de que los romanos habrian observado ya con detenimiento las
condiciones excepcionales de su emplazamiento, por lo que no mucho tiempo
después comenzarian a explotar los recursos econémicos de sus alrededores.
J. GONZALEZ ECHEGARAY y J. M. SOLANA SAINZ, “La legion IV Macedénica
en Espafia”, HAnt 5(1975)151ss.
Sobre dicha inscripcién remitimos a J. L. MAYA, “Ara de la Fortuna Balnearis
(siglo 1d.C.)”, Gijén romano, p.42.
En este hecho radica, en parte al menos, el origen de un grupo significativo de las villas
romanas de la regién asturiana. Cf. N. SANTOS, “El proceso de conquista y el ejército
romano de ocupacién en el Norte de la Peninsula Ibérica”, J. SANTOS (dir.), Indigenas
y romanos en el Norte de la Peninsula Ibérica, San Sebastian 1993, pp.165ss.Narciso Santos Yanguas
(21)
(22)
(23)
(24)
(25)
(26)
27)
(28)
(29)
(30)
Para mas detalles remitimos a J. MANGAS, “La difusiOn de la religion romana en
Asturias”, Indigenismo y romanizacién en el conventus Asturum, Madrid-
Oviedo 1983, pp.165ss.
No debemos olvidar que el licenciamiento concedia la ciudadania latina y el ius
connubii 0 derecho de matrimonio.
Sobre todas estas cuestiones remitimos a N. SANTOS, “El proceso de conquista y
el ejército romano de ocupacién en el Norte de la Peninsula”, en J. SANTOS (ed.),
Indigenas y romanos en el Norte de la Peninsula Ibérica, San Sebastian 1993,
pp-165ss.
Sobre el alcance del proceso de romanizacién remitimos, entre otros, a
J.M.BLAZQUEZ, “La romanizacién del N. O. de la Peninsula Ibérica”, Coloquio
sobre el bimilenario de Lugo, Lugo 1977, pp.67ss.
Estos y otros muchos problemas en relacién con ellos han sido tratado
ampliamente por F. KOLB en su obra La ciudad en la Antigiiedad, Madrid 1992.
En este sentido se echa en falta un plan sistematico de excavaciones en el enclave
urbano, lo que tal vez nos hubiese permitido aclarar algunos de los puntos en
litigio.
Sobre su importancia como centro conectado con algunos importantes enclaves
del N. O. peninsular remitimos a J. M.GONZALEZ, “Mansiones en el trayecto de
la via romana Lucus Asturum-Lucus Augusti”, Archivum 6(1956)287ss.
N.H. 3.28: “Con estos tiltimos (los céntabros) limitan los 22 pueblos de los astures,
que se hallaban divididos en augustanos y transmontanos, con Asturica
(Astorga), que es una gran ciudad; entre estas poblaciones se encuentran los
gigurros, pésicos, lancienses y zoelas”.
Incluso se podria pensar en un recorrido a la inversa: al igual que sucederia con
los luggones de la zona leonesa los romanos pudieron desplazar, como
consecuencia de su politica de pacificacién y subsiguiente asentamiento de las.
poblaciones en el llano, a estos grupos de gentes hacia zonas que pudieran ser
controladas mejor por parte de los destacamentos militares de ocupacién en el
cuadrante nordoccidental hispano.
H. GALSTERER, Untersuchungen zum romischen Stadtewesen auf der
iberischen Halbinsel, Berlin 1971. Ver igualmente B. GALSTERER-KROLL, “Zu
den spanischen Stadtelisten des Plinius”, AEA 48(1975)120ss.
235Memorias de Historia Antigua XVII
(31)
(32)
(33)
GB4)
(35)
(36)
(37)
(38)
(39)
(40)
236
Como sucederia igualmente en este mismo contexto con Flavionavia, cuyo origen
(0 importancia) remontaria a las tiltimas décadas del siglo I du
, aunque no
seria hasta la centuria siguiente cuando Ilegaria a adquirir un significado
excepcional como centro de evacuacién del oro extraido en la cuenca del Narcea y
que hallaria salida, a través del mar, por la desembocadura del Nalén, donde seria
acogido por la escuadra del Cantabrico. Cf. N. SANTOS, “La evacuacién del oro
de Asturias en direccién a Roma”, II Congreso Peninsular de Historia Antigua,
Coimbra 1990(1994), pp.928-929.
N. SANTOS, La romanizacién de Asturias, Madrid 1992, p. 240.
Tal vez aprovechando las condiciones de la ria del Abofo, o bien las
correspondientes a la propia playa de San Lorenzo o a la ensenada de
Cimadevilla.
Més o menos una extensién de suelo similar a la que hoy en dia corresponde al
concejo gijonés (en este sentido hemos de tener en cuenta que este tipo de
unidades admit
istrativo-territoriales, los concejos, solamente funcionan en la
actualidad, y posiblemente no de manera casual, en las circunscripciones de
Asturias y Galicia).
C.FERNANDEZ OCHOA, Una industria de salazones de época romana en la
Plaza del Marqués, Gijén 1994.
A este respecto, entre la veintena al menos de centros de habitat y
aprovechamiento agropecuario de esta naturaleza que existirian en torno a Gijén,
podemos recordar el caso de las Murias de Belofio en Cenero, excavadas hace ya
casi cuarenta afios: cf. F. JORDA, Las Murias de Belofio (Cenero, Gijé
villa romana en Asturias, Oviedo 1957.
una
N. SANTOS “Introduccién al estudio y significado de las villas romanas en
Asturias”, BIDEA nos 105-106(1982)120ss. Ver igualmente C. BOBES, “La
toponimia romana de Asturias”, Emerita 28(1960)241ss., y 29(1961)1ss.
N. SANTOS, “Las villas romanas en Asturias”, MHA 6(1985)155ss.
A este respecto resulta atractivo el hecho de que el ala Il de los astures desplazada
a las provincias briténicas tenga su lugar de acuartelamiento en Cilurnum,
enclave que en su formacién parece relacionarse con la poblacién de los ciltirnigos
asentada en el centro urbano gijonés
Sobre estos problemas remitimos, entre otros, A. GARCIA y BELLIDO, “La
latinizacién de Espafia”, AEA 40(1967)3ss.Narciso Santos Yanguas
(41)
(42)
(43)
(44)
(45)
(46)
(47)
(48)
(49)
(60)
61)
Comportamiento que podemos considerar normal en el Ambito de las estructuras
politico-administrativas romanas a lo largo del Alto Imperio al menos.
A este respecto no debemos olvidar que Ptolomeo escribiria sus Tablas
geografico-hist6ricas alrededor del aio 160 d.n.e., por lo que todos los enclaves de
poblacién a que él se refiere asignandolos a los diferentes grupos de poblacién
tendrian una entidad suficientes ya desde varias décadas antes (al menos desde
los inicios de dicha centuria).
C. ALVARGONZALEZ, Termas romanas del Campo de Valdés (Gijén), Gijén
1965. Seria tinicamente en época bajoimperial-visigoda cuando el espacio
territorial correspondiente al recinto termal pasaria a convertirse en uno de estos
centros de aprovechamiento agropecuario.
Como elemento que define claramente la importancia y significado de un nicleo
urbano durante la etapa correspondiente al Alto Imperio sobre todo.
M. VIGIL y A.BARBERO, “Algunos problemas sociales del Norte de la Peninsula
a fines del Imperio romano”, PLAV 5(1968)81ss.
Para este tiltimo caso remitimos, entre otros, a P. LEROUX , “Aux origines de
Braga (Bracara Augusta)’, Bracara Augusta 29(1975)155ss.
Estas caracteristicas topogréficas del poblamiento castrefio de tiempos alto-
imperiales las encontramos por ejemplo claramente atestiguadas en el caso del
recinto de habitat de San Chuis (concejo de Allande).
Cifra que, por otro lado, es la que se asigna tradicionalmente como
correspondiente al centro urbano de Gijén en las décadas finales del siglo XVI
Para més detalles remitimos a N. SANTOS, “La mano de obra en las minas
romanas del occidente de Asturias”, MHA 13-14, (1992-1993), 171ss.
Ver al respecto C. FERNANDEZ OCHOA Una industria de salazones de época
romana en la Plaza del Marqués, Gijon 1994.
Sobre estos problemas remitimos, entre otros, a M. VIGIL y A. BARBERO,
“Algunos problemas sociales del Norte de la Peninsula a fines del Imperio
Romano”, PLAV 5, (1968), 81ss., y N. SANTOS, “Movimientos sociales en la
Espafia del Bajo Imperio”, Hispania 40, (1980), 237ss.
PE rs