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GIGIA, LA CIUDAD ROMANA DE GIJON Narciso Santos Yanguas Universidad de Oviedo A menudo los historiadores queremos presentar a la consideracién del puiblico en general (oyentes o lectores) tan claro el desarrollo de nuestro pasado que lo que hacemos, al exponer el devenir histérico de un pais o la evolucién experimentada por una ciudad concreta desde los primeros momentos de su nacimiento, como va a ser nuestro caso en las paginas siguientes, es afirmar con tanto énfasis y rotundidad lo que se conoce (en ocasiones muy poco, y casi siempre menos de io que serfa deseable) que resulta dificil pensar que la realidad de la investigacion hist6rica es otra muy distinta. Por ello el punto de partida, y tarea primordial, que nos proponemos llevar a cabo en las paginas siguientes va a consistir en continuar interrogdndonos acerca de muchos aspectos que todavia quedan en el aire a pesar de los esfuerzos que se han hecho en las Ultimas décadas. En este sentido se hace preciso recurrir a cualquier tipo de informaci6n existente al respecto, tanto escrita (literaria o epigrafica) como arqueolégica, puesto que la escasez de la documentaci6n histérica sobre los aspectos referidos a la historia del Gijén romano, unido a su indeterminacién, no nos permite una reconstruccién definitiva y completa del pasado en ningtin caso. Por consiguiente hemos de tratar de concretar, ante todo, las distintas fases evolutivas por las que iria pasando a lo largo de su 215 Memorias de Historia Antigua XVII desarrollo hist6rico el nticleo urbano gijonés desde los momentos originarios de su primer emplazamiento hasta la fase final de la época antigua. Para ello hemos de partir del hecho de que en el desarrollo de lo que fue Ja historia de la ciudad de Gijén no podemos tomar como punto de referencia la época romana sin més, puesto que al margen de lo que supuso la Campa de Torres (antigua polis Noega) en época prerromana sobre todo’, sin duda el territorio de Cimadevilla estaria ocupado por un colectivo de personas con anterioridad a la legada y establecimiento de los romanos en la zona. Nos encontramos aqui con el primer interrogante: zen el espacio territorial que rodea el cerro de Santa Catalina, que en sus origenes pudo haber sido una isla (en cualquier caso una peninsula separada del continente por un pequefio brazo de mar), no estaria asentado un grupo de poblacién algunas décadas antes de la llegada de los romanos? Indudablemente la respuesta no puede ser negativa, aunque por desgracia las excavaciones arqueoldgicas no se hayan levado en esta direccién (o cuando menos los resultados no hayan sido nada explicitos ni halagiiefios al respecto), habiéndose preferido los objetivas més atractivos y populares del descubrimiento y estudio de una muralla, cuando menos de época del emperador Aureliano’, y no una prospeccion, sistemética de lo que encierra el interior de la misma, es decir la parte habitada desde una época anterior a la presencia romana (y l6gicamente durante los siglos correspondientes a la historia de las provincias romanas del Imperio). Es posible pensar, por tanto, que en el origen de la actual ciudad de Gijon, que coincide con el barrio de Cimadevilla en nuestros dias, existiria muy probablemente un emplazamiento de habitat prerromano (poblado castrefio), quizds no de grandes dimensiones, que se halla en la base de lo que después se acabaria por convertir en la ciudad romana de Gigia’. {De qué indicios histéricos disponemos en la actualidad para poder llevar a cabo esta afirmacién?. Al margen de lo que se viene asegurando tradicionalmente, en el sentido de que en el transcurso del del siglo II de nuestra era se abandona paulatinamente la Campa Torres y sus habitantes se desplazan en gran niimero al enclave romano de Gijon, teorfa con la que estamos de acuerdo‘, existen otros motivos que parecen corroborar la existencia de un poblamiento prerromano: 216 1) 2) 3) Narciso Santos Yanguas por un lado la situacién estratégica del lugar (isla o casi — peninsula—), que sin duda no seria desaprovechada por los indigenas de la regién, puesto que a su excepcional posicién topogréfica uniria otras muchas caracterfsticas igualmente sobresalientes: control del territorio que rodeaba el enclave de habitat (importancia como nticleo de poblacién costero, al estilo de los galaicos de Barofia 0 Elvifia entre otros); centro de convergencia de los recursos econémicos agropecuarios explotados en sus alrededores...; junto a ello, el hecho de que los romanos no suelen, salvo en casos de grandes contingentes militares (campamentos de legiones o tropas auxiliares amplios, como sucederia por ejemplo con Leén, sede de la legio VII Gemina‘, 0 en el caso de Rosinos de Vidriales (Zamora), donde estaba acuartelada la legién X Gemina‘), ubicar pequefios destacamentos militares mas que en nticleos de poblacién ya existentes’, por lo que dificilmente ese pequefio cuerpo de soldados de la legion IV Macedénica que se estableceria en torno al cerro de Santa Catalina lo iba a hacer sobre un suelo virgen de poblamiento (sobre este tema volveremos més adelante); y, por ultimo, la presencia de un grupo de poblacién muy definido (la gens Cilurnigorum), cuya existencia, aun cuando la nica inscripcién que actualmente conservamos en territorio gijonés se fecha a finales del siglo I o comienzos del II d.n.e.*, remonta a mucho tiempo antes, de la misma manera que sabemos en el caso de otros grupos de poblacién de esta naturaleza (zoelas, gigurros...). Podemos preguntarnos, en primer término: zquiénes eran los cilirnigos?. Hasta hace muy poco tiempo se pensaba que el territorio correspondiente al concejo de Gijén en la Antigiiedad estaria habitado por los pésicos* o por los luggones, grupos de poblacién integrados en el conjunto del populus de los astures (en realidad, aunque los limites no se hallarian bien marcados, y menos en época prerromana, ocuparian una demarcacién territorial en Ja linea fronteriza correspondiente al suelo ocupado por ambas comunidades gentilicias). En principio esta poblacién de los cilirnigos parece relacionarse con un grupo de gentes dedicados prioritariamente a las actividades 217 Memorias de Historia Antigua XVII relacionadas con la fundicién de metales, pudiendo identificarse, por consiguiente, con una poblacién de “caldereros”” Ahora bien, las perspectivas de la investigacién en la actualidad resultan algo diferentes, pudiendo incidir sobre los siguientes puntos a manera de interrogantes: a) gse trata de una agrupacién astur similar a la de los pésicos, luggones 0 zoelas por ejemplo?; 0 b) ghemos de pensar mas bien que se trataria de un grupo mas reducido en el ambito de los pésicos, los luggones o los astures propiamente dichos, que habitarfan la region central del Principado, preferentemente el territorio correspondiente a su parte interior?. Aunque en el campo epigrafico de dicha lapida no hallamos ninguna referencia a su vinculacién con una civitas" ni con un castro (ni presencia de C invertida ni denominacién personal tipo limicus, en cuyo caso podemos constatar el paso de castro a polis-civitas)”, resulta facil deducir que nos encontramos ante una situacién de esta naturaleza, pese a que el topénimo Gigia no aparece resefiado en ninguna fuente documental antigua hasta el registro que nos ofrecen las Tablas del gedgrafo-historiador Ptolomeo, escritas ya en la segunda mitad del siglo dane. Los ciltirnigos serian, por consiguiente, los habitantes del Gijon prerromano, con sede en la peninsula de Cimadevilla, que sin duda se mezclarian posteriormente con los individuos provenientes de la Campa Torres, lo que no traerfa consigo la pérdida de su identidad originaria (es posible pensar igualmente que tanto unos como otros pudieron pertenecer a la misma poblacién de los ciltirnigos)". I Avanzando en el tiempo sabemos que el momento de inflexién lo constituye la Megada de los romanos al territorio nordoccidental hispano, incluido el habitado por los astures"*; este hecho no implicaba, como se venia diciendo machaconamente desde hace afios, un arrasamiento del poblamiento, sino tan solo un control y articulacién del territorio anexionado por parte de pequefias unidades militares destacadas en los enclaves més significativos y estratégicos de la region, como era en nuestro caso la peninsula de Cimadevilla. 218 Narciso Santos Yanguas Como indicadores evidentes de esta presencia romana con posterioridad a los afios de las guerras astur-céntabras (29-19 a.n.e.) disponemos de varios ejemplos: 1) en primer lugar la famosa inscripcién de la Campa Torres dedicada al emperador Augusto y fechada en el afio 9-10 d.n.e", que nada tiene que ver con las no menos famosas Aras Sestianas"; el contenido de esta dedicatoria de caracter monumental, una vez reconstruido a causa de la damnatio memoriae de su dedicante (como consecuencia de haber caido en desgracia politicamente) seria el siguiente: IMP(eratori) CAESARI AUGUSTO DIVI F(ilio) Co(n)S(uli) XIII IMP(eratori) XX PONT(ifici) MAX(imo) PATR(i) PATRIAE TRIB(unicia) POT(estate) XXXII CN(eus) CALPURNIUS CN(ei) F(ilius) PISO LEG(atus) PR(o) PR(aetore) SACRUM. El texto de dicho campo epigrafico traducido al castellano nos aporta la siguiente lectura: “Al emperador César Augusto, hijo del divino (César), 13 veces cénsul, emperador con 20 salutaciones, pontifice maximo, padre de la patria, 32 veces investido con la potestad tribunicia, Cneo Calpurnio Pis6n, hijo de Cneo, legado propretor, consagré (este monumento)”. La confirmacién de la existencia de un legado propretor en un momento tan antiguo de la presencia romana en nuestra region nos esta indicando que el Estado romano habia implantado ya los pardmetros propios de su organizacién administrativa en dicho suelo a través de una serie de medidas tendentes a controlar y organizar el suelo anexionado, aunque no dispusiese para dichas tareas de un contingente demasiado amplio ni en cuanto a soldados ni en cuanto a funcionarios”. 2) Pero es que, por otra parte, contamos con una serie de indicadores acerca de la presencia de militares en el propio Gij6n o en su entorno: 219 Memorias de Historia Antigua XVII (a) ante todo el ladrillo en el que parece reflejarse la presencia de tres letras griegas (A, 5 y » ), que inmediatamente ileva al historiador a identificar con un destacamento de la legion IV Macedénica, que, como su nombre indica, serfa de origen griego y por tanto escribiria en tal lengua"; (b) junto a ello la inscripcién hallada muy cerca de la iglesia de San Juan de Tremafies, que constituye un ara dedicada a la Fortuna Balnearis (divinidad protectora a través de las aguas salutiferas) por parte de Tito Pompeyo Peregriniano". Del campo epigrafico de dicho monumento se deduce que se tratarfa de un ciudadano romano por sus tria nomina — lo que equivalia, salvando las distancias histéricas a nuestros nombre y dos apellidos—, gijonés de adopcién, afincado en dicho territorio; muy posiblemente hay que identificarlo con un licenciado del ejército de ocupacién del Norte peninsular tras las campafias definitivas de pacificacién de las poblaciones septentrionales, y a quien se adjudicarian, de acuerdo con el procedimiento militar romano, tierras como propietario para su cultivo”; y (c) el altar dedicado a Jupiter Optimo Maximo (tinico campo epigrafico de la lapida) y que se conserva en el Museo Municipal (0 Museo Jovellanos) de la ciudad”: al igual que en otros ejemplos del territorio de los astures (lapidas de Leén o la de Serrapio (concejo de Aller), donde los dedicantes son indigenas), se trataria de dedicatorias habituales de soldados legionarios, pudiéndose datar igualmente en el siglo I d.n.e. zQué se deduce de todos estos documentos?. Ante todo que la configuracién de Gijon como ciudad romana parece haber tenido mucho que ver con la presencia estable de un grupo de soldados en dicho territorio, muchos de los cuales, aunque su origen no fuera astur, acabarian por radicarse en dicho suelo con la finalidad de dar salida a sus apetencias personales” y econémicas, en cuyo caso hemos de tener en cuenta que pasaban a ser propietarios de un lote de tierra de caracteristicas agricolas, ademas de contar con la posibilidad de enriquecerse a partir de las sumas de dinero acumuladas en el transcurso de sus aftos de servicio en el ejército, puesto que recibfan una suma proveniente de la caja militar®. 220 Narciso Santos Yanguas Indudablemente esta aportacién étnica externa entraria en contacto con la poblacién ya existente en el enclave de lo que se iba a convertir en el primitivo centro urbano de Gijén, asi como con los primeros elementos procedentes ya desde esta época de la Campa Torres, a través de métodos no violentos, produciéndose la fusién de ambos grupos sin trauma notable alguno. Como consecuencia de ello estos antiguos soldados se integrarian en la vida cotidiana de la ciudad y aportarian sus conocimientos y adelantos técnicos en el campo agricola..., que serian aceptados de buen grado por parte de los indigenas, dandose paso de esta manera a una mezcla enormemente fructifera, no sélo desde el punto de vista econémico sino también cultural”. Itt Pero, cuando adquiere el Gijon antiguo entidad suficiente como centro de habitat para ser considerado mas o menos como nticleo urbano de acuerdo con lo que se entiende por ciudad en el Norte peninsular?. A este respecto no debemos olvidarnos, ante todo, del hecho de que la ciudad romana no implicaba una aglomeracion urbana de varias decenas de miles de habitantes, sino que, de acuerdo con las necesidades de cada zona, niicleos de apenas 1.000 habitantes pudieron funcionar perfectamente como centros de control administrativo territorial dirigidos por la administracién romana”. Tradicionalmente se ha venido admitiendo que este fendmeno tendria lugar a lo largo del siglo II d.n.e., consolidandose solamente durante la centuria siguiente; ademas se sitia en la base del mismo el abandono en masa de la poblacién de la Campa Torres y su desplazamiento hasta el nticleo embrionario de Cimadevilla. {Qué nos documentan las fuentes antiguas al respecto?. Contamos con varios indicadores que contribuyen a solucionar, aunque sea solo parcialmente, el problema: 1) Desde el punto de vista de los restos materiales algunos objetos hallados en el solar gijonés prueban que, ya desde el siglo I de nuestra era, dicho territorio estaria ocupado, a pesar de que no podamos precisar la amplitud del 4rea habitada en tal perfodo histérico*. 2) Por su parte la documentacién epigrafica (las mencionadas 221 Memorias de Historia Antigua XVII ldpidas dedicadas a Fortuna Balnearis y a Jupiter) se fechan en ese mismo siglo, lo que nos esta indicando que, dado que la aceptacién de la religién seria uno de los tltimos elementos de la cultura romana en ser admitidos por parte de los astures, el proceso se hallarfa ya en una fase bastante avanzada (sincretismo con todas sus consecuencias desde el punto de vista de los indigenas). 3) Finalmente el testimonio mas explicito se corresponde con las noticias transmitidas por Claudio Ptolomeo, autor griego de la segunda mitad del siglo I d.n.e., quien en su Geografia, identificada con una serie de Tablas geografico-histéricas, en las que se ubican (con determinacién de grados) las ciudades 0 centros urbanos correspondientes a cada uno de los grupos humanos integrados por los romanos en el marco de su organizacién politico-territorial, enumera las correspondientes a los astures (tanto augustanos como transmontanos). Entre ellas se mencionan Lucus Asturum, Labernis, Interamnium, Argenteola, Lanciatum, Maliaca, Gigia, Bergidum Flavium, Interamnium Flavium y Legio VII Gemina. De entre todos estos niicleos de poblacién uinicamente Lucus Asturum (cuyo emplazamiento se hallaria en las proximidades del actual Lugo de Llanera}” y la propia Gigia habrian adquirido una importancia significativa con anterioridad a la época en que dicho autor constata su situacién para ser dignos de incluirse entre los centros urbanos de los astures transmontanos, a pesar de que el escritor griego no defina en ningtin momento el status juridico-administrativo de los mismos ni si habian conseguido en su época el privilegio municipal. Ademias, y no por casualidad, entre ambos emplazamientos discurrirfa una via de comunicacién romana hasta el litoral cantabrico, lo que nos pone en guardia acerca del significado adquirido por el nticleo de habitat gijonés ya en una etapa relativamente temprana de la presencia romana en la regién. Pero vayamos por partes y analicemos detenidamente cada uno de los puntos en cuestién: a) en primer término hemos de referirnos a la raiz del topénimo antiguo que servia para designar a Gijon: se trata de un radical = Narciso Santos Yanguas tipicamente astur (Gig-), que encontramos igualmente en la denominacién de la poblacion de los gigurri (gigurros), a la que se refieren tanto Plinio el Viejo* como Ptolomeo y que se registra en algunas inscripciones del otro lado de la cordillera cantabrica (en concreto en la regién galaica: Forum Gigurrorum = Barco de Valdeorras-Orense). Este hecho nos puede llevar a pensar en un desplazamiento de poblacién desde el territorio originario de dicho pueblo hasta la costa cantabrica, siendo posible pensar en Ja hipétesis de que un grupo de tales individuos estaria en la base de la conversién definitiva del antiguo nucleo de habitat de dicha zona en centro urbano™, b) Junto a ello podemos preguntarnos: ;por qué motivo Plinio el Viejo, primer autor antiguo (latino) que nos ofrece una panorémica acerca del proceso de urbanizacién y municipalizacién de la Peninsula Ibérica”, no documenta la existencia de este centro urbano?. La respuesta parece obvia: la razén estribaria en que en el momento que escribe dicho autor (mediados del siglo I d.n.e.) todavia Gijon no habria adquirido suficiente entidad al estar muy recientes los Ultimos intentos de levantamiento de las poblaciones astures contra el poder romano y no haber entrado en funcionamiento los mecanismos relacionados con la explotacién minera de los recursos auriferos del occidente de Asturias, hecho que de forma directa o indirecta se iba a convertir en el motor principal para el surgimiento de centros urbanos de cierta importancia entre los astures transmontanos”. Sin embargo, no debemos olvidar que en este marco econémico no iba a convertirse Gigia en un centro exportador de tales productos mineros en direccién a la capital del Imperio (como sucederia por ejemplo en el caso de Flavionavia, enclavada en la desembocadura del Nalon y que podemos localizar en Santianes de Pravia), sino que su funcionalidad estribaria en concentrar algunos productos agricolas procedentes de Jas villas astur-romanas (centros de aprovechamiento agropecuario que potenciarian la importancia de Gijon en los momentos finales del siglo I y sobre todo durante la segunda centuria de nuestra era como nticleo de caracter administrativo que amalgamaria en torno a si todos estos pequefios emplazamientos de poblacién)*. Memorias de Historia Antigua XVII En cualquier caso la escuadra romana del Cantdbrico (classis Cantabrica), independiente o unida a la de la region gala de Aquitania, seria la encargada de dar salida a todos estos productos tras recalar en los puertos de la costa (entre los que se encontraria Gijén®, ademas de contar igualmente con otros puntos de contacto con tierra en el Eo, Navia, Esva-Canero, Sella...). Entre los productos recogidos en torno al enclave urbano antiguo gijonés (podemos observar ya desde esta época tan temprana que Gigia funcionaria, no como un centro aislado, sino que contaria con un abundante conjunto de nticleos de cardcter rural, de los que se abasteceria)*. Como consecuencia de ello sabemos que Gigia habria adquirido una gran importancia como centro econémico ya en el siglo II (desde sus primeras décadas), contando o no con la aportacién humana proveniente de la Campa Torres tras el abandono paulatino de dicho enclave por parte de sus habitantes. Para afirmar esto disponemos de varios hechos en los que basarnos, fundamentalmente dos: a) en primer lugar la existencia de una fabrica de salazén de cierta importancia en la Plaza del Marqués, cuya datacién puede hacerse remontar a dicha época y que significa una actividad industrial destacada en la zona como medio de avituallamiento de la sal necesaria para la poblacién tanto del nticleo urbano como de los restantes centros de habitat de la regidn, asi como de conservacién de los alimentos pesqueros (y en menor medida carnicos)"; y b) junto a ello, la red de villas ubicadas en el entorno del centro urbano de época romana, muchas de las cuales arrancan en sus origenes ya del siglo I d.n.e., a pesar de que sea tinicamente en el transcurso de la centuria siguiente cuando adquieran auge definitivo®. A este respecto podemos afirmar que sin duda uno de los elementos més caracteristicos del entorno de Gijén en tiempos romanos lo constituyen tales establecimientos dispersos por el campo, cuyos objetivos se centraban en la obtencién de productos agropecuarios. En la zona se detecta una veintena de ejemplares de este tipo de habitat, habiendo aparecido restos seguros de las mismas en las Murias de Belofio (fundum Belonii), Tremafes, Deva (la diosa), Jove (en 224 Narciso Santos Yanguas relacién con Jupiter), Serin (villa Serinii), Natahoyo o Atahoyo (villa Ataulii), Baldorn6n y Veranes (Viranas), y contando junto a ello con una serie de topénimos exponentes tipicos de asentamientos de enclaves rurales, como Logrezana (Lucretiana), Monteana (Montiliana), Foyanes (@ulvianus), Rubin (Rubinius), Verifia (Verinia)”. La abundante presencia de establecimientos de esta naturaleza se pone en relacién con una romanizacién efectiva de la regién en que se hallan ubicados, comportando al mismo tiempo una estabilidad social y la adaptacién de un modelo econémico basado en el intercambio de los productos que se obtenjan en el interior de cada una de ellas. Ademias, esta existencia masiva de centros rurales no se comprende en un principio (desde finales del siglo I d.n.e.) sin la presencia de un centro urbano que amalgame en torno a sf los intereses de todos y cada uno de ellos, a pesar de que en una época mas avanzada (Bajo Imperio romano-etapa visigoda) pasen a convertirse en muchos casos en nticleos de poblacién independiente con respecto a aquél®. Ahora bien, si el significado econdmico como centro de recepcién de los productos conseguidos en su entorno resulta evidente, se hace mucho més dificil concretar el status juridico-administrativo de que dispondria Gigia durante ese siglo y a lo largo de toda su historia romana. Al parecer nunca alcanzaria la categoria de municipio o de colonia (a pesar de la presencia militar en la configuracién definitiva de dicho enclave como nticleo urbano). A este respecto no tenemos confirmacién alguna de ello de acuerdo con la documentacién epigrafica de cualquier tipo que nos pudiese corroborar la presencia de un duumvir o de otro tipo de magistrado como elemento définitorio de la existencia de un municipio. Tampoco la inscripcién de Medugenus (miembro del grupo de los ciltirnigos)” documenta nada sobre ello: es mas la antroponimia de dicho personaje refleja mds bien un débil proceso de latinizacién, aunque, aun en este caso, hemos de tener presente que latinizacién y romanizacién quizés no vayan tan de la mano como en ocasiones se ha pretendido®. Por desgracia tampoco contamos con ninguna edificacién piblica (0 mejor dicho no sabemos si existian o no hasta la fecha en el Ambito del casco urbano de Gijén en época romana) en relacién con esas funciones de centro de un territorio que definen a las civitates romanas en general. 225 Memorias de Historia Antigua XVII En cualquier caso las caracteristicas topogrdficas del lugar (centro estratégico que disponia de recursos agropecuarios en sus alrededores, explotados en gran cantidad a través de las villas enclavadas en Ja zona) nos permiten pensar que sobre dicho suelo la administracién romana habria establecido los elementos propios de su planificacion y organizacién territorial, tratando simplemente de articular la explotacién econémica de la zona sin recurrir a la violencia mediante el acuartelamiento de grandes contingentes militares". Este sistema romano de la civitas implicaba la existencia de un nticleo principal funcionando como centro administrativo, y que ademas contaba con otras caracteristicas generales y comunes para los enclaves de poblacién que dependian de él (como las religiosas, centro de mercado...), que cumpliria ya en toda su extension Gigia desde las décadas intermedias del siglo II d.n.e.®. Iv Avancemos aun més en el tiempo: comunmente se viene considerando que la importancia del Gijon romano remonta al siglo II de nuestra era; esta afirmacién se basa casi de manera exclusiva en el hecho de que los restos de la muralla descubiertos en las excavaciones de los tiltimos afios se fechan en tal época (mas bien en la segunda mitad de dicha centuria) y en parte también arrastrando un defecto que arranca de principios de sigio en el sentido de que las termas de dicho enclave urbano corresponderian a tiempos bajoimperiales (formando parte de una villa astur-romana)”. En nuestros dias estamos totalmente seguros de que las construcciones termales no son otra cosa que edificaciones de caracter ptiblico de esa naturaleza propias de una ciudad romana“ y que resultan anteriores en el tiempo a la construccion del recinto murado (precisamente éste configura un entrante para acoger los bafios publicos). Pero podemos hacernos la siguiente pregunta: gcudl fue la causa por la que se amurall6 e] nticleo urbano de Gigia en un momento conereto del siglo IIL, coincidiendo precisamente con la crisis general que atenazaba al Imperio romano?. Hemos de partir del hecho de que durante esta época todo el Norte peninsular se veria envuelto en una serie de revueltas socio-politicas que 226 Narciso Santos Yanguas obedecfan al descontento reinante entre la poblacién del campo, lo que sin duda incidirfa en una situacién de inestabilidad a la que la administracién romana se vera obligada a hacer frente*. En otros lugares de la Peninsula sabemos que esta misma situacién conduciria a una reduccién del perimetro habitado de cada ciudad con el objetivo de ofrecer una seguridad mayor a los habitantes de la misma (aunque no en todos los casos). Todas estas circunstancias nos llevan a plantearnos el siguiente interrogante: jcudl fue el espacio urbano de Gijén romano?. Ante todo si comparamos la situacién de Gigia con lo que sucederia en otros centros urbanos hispanorromanos podemos pensar que el amurallamiento conlleva una reducc n del espacio habitado, por lo que hasta ese momento el poblamiento de Gijén pudo sobrepasar las medidas que actualmente se hallan configuradas por la muralla. Ahora bien, dadas las caracteristicas topograficas especiales de la zona también es posible que la muralla abarcase prdcticamente todo el conjunto de edificios correspondientes al nticleo urbano, sobre todo al no tener que ser completa, como sucederia por ejemplo con los recintos amurallados de Lucus Augusti (Lugo) o Bracara Augusta (Braga), ya que en nuestro caso la mitad de su perimetro al menos estaria defendido de manera natural por los propios acantilados del cerro de Santa Catalina. Si tenemos en cuenta, por consiguiente, la parte habitable de dicho perimetro teérico (calculado en unas 7 Has.), podemos pensar en una extension del casco urbano de unas 5 hectéreas (exceptuando la zona mas elevada que no estarfa ocupada por edificios destinados a poblamiento 0, en todo caso, lo estarfa muy débilmente). Por lo tanto el espacio habitado del Gijon romano nos da unas dimensiones respetables si las comparamos con las propias de los recintos castrefios romanizados del Norte peninsular en general (alrededor de 1 Ha.) a uno y otro lado de la cordillera cantabrica”. Sin embargo, si la comparacion la llevamos a otro campo, en concreto con las ciudades de Lucus Augusti (recinto amurallado de 28 Has.) o Asturica Augusta (perimetro de muralla de unas 26 Has.), hemos de concluir que el Gijén romano seria una ciudad de dimensiones reducidas. Como se esté de acuerdo en que la densidad de poblacién por hectérea en época romana rondaria los 300 habitantes (0 tal vez algo mas 227 Memorias de Historia Antigua XVII de acuerdo con las circunstancias y condiciones topogrdficas de cada enclave), es posible pensar que la ciudad romana de Gigia alcanzaria facilmente una poblacién entre 1.500-2.000 habitantes*. De cualquier forma no puede resultar extrafio que, en el momento de plenitud, este enclave urbano contase con un censo demografico que tardarfa varios siglos en ser superado en cuanto a su ntimero, sobre todo si lo comparamos con fenédmenos atin mas llamativos, como sucederia, por ejemplo, con respecto al concejo de Allande en conexién con las actividades vinculadas a la mineria romana del oro: de acuerdo con lo que se deduce de la docena al menos de emplazamientos de habitat de dicho territorio, en los que encontraria acogida la mano de obra de los yacimientos mineros de la zona, el numero de habitantes pudo rondar en torno a los 5.000, cuando en la actualidad no sobrepasa los 3.000*. En este punto nos encontramos con una cuestién sumamente dificil de resolver hasta que se lleven a cabo las excavaciones pertinentes en el territorio intramuros de la ciudad (esperemos que los préximos afios resulten suficientemente fructiferos a este respecto). Ahora bien, en relacién con la posibilidad de que existieran algu- nos edificios en el Gijon romano emplazados fuera del recinto amuralla- do disponemos de restos materiales relacionados con indicadores claros: — por un lado el aprovechamiento de las salazones en la plaza del Marqués; y, —junto a ello, lo que constituirfa la ubicacién del lugar que funcionaria como el puerto més antiguo de la ciudad romana de Gigia. En el primero de los casos conllevaria la existencia de construcciones destinadas especificamente al desarrollo de la industria de salaz6n®, cuyo punto de aprovisionamiento se vincularia con el puerto préximo aprovechando las naves el arenal del istmo que unia la peninsula de Cimadevilla a tierra firme. Por consiguiente, de acuerdo con las caracteristicas del oleaje y los vientos dominantes y teniendo en cuenta las condiciones topograficas del lugar, el puerto se configuraria, sirviéndose de algunas construcciones de madera, en Ja parte occidental del mismo, donde en el siglo XV se construiria el primer puerto de obra de la ciudad gijonesa. En este sentido es posible afirmar que durante los siglos HI y IV d.n.e., a pesar de los avatares y la situacién negativa por la que atraviesa todo el Norte peninsular (y en general el Imperio romano)”, Gijon 228 Narciso Santos Yanguas continuaria siendo el nicleo urbano en torno al cual giraba la vida econémica, politica y social de un amplio territorio circundante (practicamente casi el mismo que en la actualidad se engloba en el concejo). Por otro lado no debemos olvidar que estos siglos de oscuridad no supondrian un cambio sustancial en las formas de vida de Jos habitantes de la ciudad, por lo que tampoco es posible afirmar que se produjese un descenso demogréfico especialmente acusado en el centro urbano en cuanto tal ni en las villas de sus alrededores, que seguirian dependiendo, al menos en parte para su funcionamiento de él. Por consiguiente, si tenemos que concretar las actividades econémicas propias de los habitantes de Gijén en época romana hemos de pensar en un predominio del sector agropecuario sobre el industrial y el comercial, a pesar de que estos ultimos no serian desdefables, bien es verdad que viéndose constrefidos a un Ambito familiar 0 doméstico de produccién salvo en algunos momentos concretos de la historia de la ciudad. Vv A modo de resumen podemos sintetizar lo que acabamos de exponer (teniendo en cuenta que son muy numerosas las preguntas que todavia se hallan sin resolver) en los siguientes puntos de acuerdo con un orden cronolégico: 1) Ante todo es posible pensar en la existencia de un habitat prerromano, de dimensiones no muy amplias (que funcionaria como nticleo independiente), sobre el que se superpondria el aluvién de poblacién procedente de la presencia militar romana (no solamente elementos militares sino también acompaiiantes...) y de la Campa Torres en fases sucesivas a medida que dicho emplazamiento iba abandonaéndose. 2) La Iegada de Roma y su politica permisiva con los indigenas (incluso en el plano constructivo: mismo modelo de construccién de edificios) traeria consigo una ampliacién del espacio habitado, que se veria potenciado tal vez con la presencia de un reducido contingente militar destinado ya a controlar el entorno de lo que se iba a convertir en la ciudad gijonesa poco tiempo después. 229 Memorias de Historia Antigua XVII 3) La consolidacién definitiva como tal centro urbano de Gigia hay que situarla en los momentos finales del siglo I y durante toda la centuria siguiente (en la primera mitad del siglo II sobre todo, y de ahi que sea Ptolomeo quien pueda resefiar dicha situacién). A ello contribuirian, por un lado, la aportacién de personas provenientes de la Campa Torres y, por otro, el auge que experimentan los nuevos centros rurales que surgen en el entorno y que necesariamente han de recurrir a un nticleo que funcione como enclave politico, econémico-comercial e, incluso, social y religioso (en relacién con los cultos romanos y e! sincretismo consiguiente con las divinidades indigenas). Es entonces cuando el centro de habitat adquiere definitivamente las caracteristicas propias de una civitas romana, pasando a convertirse en un nucleo administrativo que disponia de un entorno territorial amplio, al tiempo que ejercia su control econémico sobre los terrenos circundantes y se habia convertido en centro de comercio o mercado (foro en la terminologia antigua), lugar de enclave de los edificios administrativos y religiosos... 4) Por su parte el siglo III asistiré al amurailamiento de la ciudad, buscando posiblemente con ello su transformacién en un lugar de amparo para los habitantes de la misma ante el empuje que sobre ella podfan ejercer los descontentos sociales del entorno rural. Tal vez, aunque no es seguro, la construccién de los muros pudo significar una reduccién del espacio habitado, habiendo conseguido por consiguiente Gigia su maximo apogeo en las décadas correspondientes a la segunda mitad del siglo Il y a la primera parte del III. 5) Finalmente en el transcurso de los siglos IV y V de nuestra era, asf como durante la etapa visigoda, la ciudad romana de Gijén quedaria constrefida entre sus muros, pudiendo tener lugar entonces un descenso demografico mas o menos significativo y acusado de la poblacién, Ilegando en dicha reduccion posiblemente hasta la mitad o incluso un tercio de sus habitantes (alrededor de unos 1.600). Como conclusién podemos afirmar que por desgracia hasta la actualidad se ha hecho demasiado hincapié en la importancia de la 230 Narciso Santos Yanguas muralla (trazado, puertas de acceso, perfmetro de la misma, material de construccion-incluso elementos reutilizados, como la propia inscripci6n de los cilurnigos-...), pero no debemos olvidar un hecho importantisimo: en la historia de la ciudad hispanorromana el amurallamiento se corresponde ya en el tiempo con una etapa histérica avanzada (casi siempre coincidiendo con la crisis del siglo III), que en ningtin caso se identifica con los momentos de mayor esplendor. Asi pues se hace preciso Ievar a cabo una excavacién intramuros, cuyos resultados nos podrian permitir conocer, aunque fuese someramente, algunos aspectos fundamentales de la historia de la Gigia romana como: —las diversas fases de su historia desde sus origenes (antes y después de la construccién de la muralla, incluido el momento en que se establece en la peninsula de Cimadevilla el primer colectivo de habitantes de la misma); el 4rea habitada en cada uno de los perfodos de la historia de la ciudad en época antigua (desde la etapa prerromana pasando por el siglo I y su conversién en nticleo urbano, siguiendo con la fase de consolidacién como civitas y, finalmente, analizando su significado durante el Bajo Imperio romano (siglos III y IV) y el periodo visigodo); los edificios de caracter ptiblico a los que pudo dar acogida (si existia, por ejemplo, el foro o plaza publica romana que define a una ciudad hispanorromana durante estos afios, o bien construcciones de cardcter religioso, dado que la religién romana se hallaba imbuida de rasgos politicos en la vida cotidiana...), lo que nos demostraria la importancia alcanzada como municipio en el Ambito del Norte peninsular; los habitos y formas de vida de sus habitantes a través de la serie de utensilios que emplearian en las actividades desarrolladas en el interior de sus casas respectivas; el tipo de construcciones de cardcter doméstico y su diferenciacién, lo que nos conduciria a poder entender la estratificacién social que tendrfa lugar en su interior y los diferentes grupos sociales a los que daba acogida; el carécter de la industria a la que se dedicaban los habitantes de la ciudad (por lo general se piensa que se tratatia de actividades de tipo familiar, lo que no excluye la existencia de 231 Memorias de Historia Antigua XVII talleres 0 fabricas de control municipal, como pudieron serlo las salinas de la plaza del Marqués...); — ete, Todos estos interrogantes que quedan todavia en el aire posiblemente encontrarian solucién en los préximos afios si las prospecciones arqueolégicas se orientaran en el sentido adecuado y no se continua pensando obstinadamente que el primer momento importante de la historia de la ciudad de Gijon remonta al siglo III, conectando por tanto la etapa de esplendor de dicho enclave con un momento en que el resto de las ciudades hispanorromanas se hallan en decadencia. Para finalizar quiero que quede una cosa muy clara: nada esta dicho ni investigado todavia definitivamente sobre la historia del Gijon romano, por lo que por suerte nos queda mucho camino por recorrer en la aventura de la reconstruccién del pasado de la ciudad de Gijén. Ahora bien, eso no excluye que podamos afirmar una realidad evidente: Gigia seria un nticleo urbano independiente y auténomo en el sentido de las civitates romanas desde una época relativamente temprana (finales siglo I-comienzos del II d.n.e.), convirtiéndose sin duda en el centro mas importante de Asturias durante toda la época romana y disponiendo de un entorno territorial amplio que giraba en torno a las villas, cuyo control econémico permitirfa potenciar y disponer de los elementos propios de la vida urbana. En este sentido seria més apropiado designar a Gigia como polis que hacerlo con respecto a Noega (Campa Torres), ya que en el fondo cumpliria mucho mejor los requisitos de lo que el término griego implicaba, a saber una ciudad-estado independiente desde el punto de vista politico, econémico y territorial (algo similar a la civitas romana), que ademas disponia de un entorno territorial cuya razén de ser se Vinculaba directamente en todos los aspectos con ella. 232 Narciso Santos Yanguas Notas (1) También en tiempo romanos, puesto que todavia en las primeras décadas del siglo III continuaria estando habitada, aunque fuese ya de manera parcial. 2) Que cronolégicamente coincidiria en sus inicios con los momentos de la crisis del siglo III d.ne. correspondientes a los afios 60. (3) Hipétesis no descabellada si tenemos en cuenta las excepcionales condiciones topografico-estratégicas que nos ofrece dicho enclave, lo que sin duda no pasaria desapercibido a los pobladores més antiguos de la regién, que sin duda remontan a tiempos prehistéricos. (4) A pesar de que, segtin todos los indicios, todavia durante las primeras décadas del siglo III continuarfa estando habitado, aunque fuese de manera parcial, el recinto poblacional del cabo Torres de acuerdo con lo que manifiestan los restos materiales hallados durante las campafias de excavacién de la tiltima década en dicho yacimiento. (5) Ver, por ejemplo A.GARCIA y BELLIDO, “Nacimiento de la legio VII Gemina”, Legio VI Gemina, Le6n 1970, pp. 321ss. (6) _ En cuyo estacionamiento se han descubierto marcas sobre tégula de dicho contingente militar legionario. Cf. N. SANTOS, El ejército romano y la romanizacién de los astures, Oviedo 1981, pp.43-46. Ver igualmente A.GARCIA Y BELLIDO, “El exercitus hispanicus desde Augusto a Vespasiano”, AEA 34(1961)127. (7) En Asturias tenemos constancia de esta situacién, por ejemplo, en los recintos castrefios de Coaiia y San Chuis, en ambos casos como centros de recepcién del oro explotado en los yacimientos mineros circundantes correspondientes a las cuencas del Navia y Arganza (afluente del Narcea) respectivamente. (8) C, FERNANDEZ OCHOA y D.PEREZ FERNANDEZ, “Inscripcion romana hallada en la muralla de Gijon: una nueva “gens” entre los astures transmontanos”, CuPAUAM 17(1990)255ss. (9) Sobre estas cuestiones remitimos, entre otros, a F. J. LOMAS SALMONTE, “En torno a Noega y los pésicos”, Habis 5(1974)131ss. (10) de ahi que en el 4mbito del poblado de la Campa Torres (antigua polis Noega) hayan aparecido abundantes hornos de fundicién como elemento mas caracteristico de los habitantes de dicho enclave. 233 Memorias de Historia Antigua XVII (1) (12) 13) 14) (15) (16) a7 (18) (9) (20) 234 Modelo tipico de la organizacién administrativo-territorial romana. En el caso de Asturias contamos, por ejemplo, con la civitas de los pésicos, de acuerdo con la inscripcién descubierta en Arganza (Tineo). Cf. A. GARCIA LINARES y N. SANTOS, “Nueva lapida romana hallada en Arganza (Tineo-Asturias)”, MHA 10(1989)151ss. El contenido epigrafico se reconstruye de la siguiente manera: Medugenus Cesar/ onis sibi et f(ilio) Rut/ ilio annorum VX/ ex gente Cilur/ nigorum. A este conglomerado de gentes se unirian igualmente algunos ex-soldados, quienes contribuirfan sin duda en buena medida a Ja introduccién y adaptacién de las formas socio-politicas y econémicas romanas en el contexto territorial gijonés. Sobre el desarrollo de estos acontecimientos militares y sus consecuencias remitimos, entre otros, a N. SANTOS, “La conquista romana del N. O. de la Peninsula Ibérica”, Latomus 41(1982)5ss. J. L. MAYA, “Lapida del cabo Torres, hoy en el Tabularium Artis Asturiensis”, Gijén romano, Ministerio de Cultura-Ayuntamiento de Gijén 1986, pp.41-42. Consagradas por el legado imperial y gobernador de la Hispania Citerior (en la gue estaba integrada Asturias) L. Sestio Quirinal, quien al parecer desempefaria Jas funciones administrativas propias de tal cargo entre los afios 16 y 14 a.ne., a pesar de que desconozcamos el campo epigrafico de dicha dedicatoria. No es posible pensar todavia que en ese momento y con respecto a tales actividades el centro de poblacién de Gijén fuese el mas importante de la zona, ya que se veria desplazado en dichas tareas por el poblado de la Campa Torres (polis Noega), a pesar de que los romanos habrian observado ya con detenimiento las condiciones excepcionales de su emplazamiento, por lo que no mucho tiempo después comenzarian a explotar los recursos econémicos de sus alrededores. J. GONZALEZ ECHEGARAY y J. M. SOLANA SAINZ, “La legion IV Macedénica en Espafia”, HAnt 5(1975)151ss. Sobre dicha inscripcién remitimos a J. L. MAYA, “Ara de la Fortuna Balnearis (siglo 1d.C.)”, Gijén romano, p.42. En este hecho radica, en parte al menos, el origen de un grupo significativo de las villas romanas de la regién asturiana. Cf. N. SANTOS, “El proceso de conquista y el ejército romano de ocupacién en el Norte de la Peninsula Ibérica”, J. SANTOS (dir.), Indigenas y romanos en el Norte de la Peninsula Ibérica, San Sebastian 1993, pp.165ss. Narciso Santos Yanguas (21) (22) (23) (24) (25) (26) 27) (28) (29) (30) Para mas detalles remitimos a J. MANGAS, “La difusiOn de la religion romana en Asturias”, Indigenismo y romanizacién en el conventus Asturum, Madrid- Oviedo 1983, pp.165ss. No debemos olvidar que el licenciamiento concedia la ciudadania latina y el ius connubii 0 derecho de matrimonio. Sobre todas estas cuestiones remitimos a N. SANTOS, “El proceso de conquista y el ejército romano de ocupacién en el Norte de la Peninsula”, en J. SANTOS (ed.), Indigenas y romanos en el Norte de la Peninsula Ibérica, San Sebastian 1993, pp-165ss. Sobre el alcance del proceso de romanizacién remitimos, entre otros, a J.M.BLAZQUEZ, “La romanizacién del N. O. de la Peninsula Ibérica”, Coloquio sobre el bimilenario de Lugo, Lugo 1977, pp.67ss. Estos y otros muchos problemas en relacién con ellos han sido tratado ampliamente por F. KOLB en su obra La ciudad en la Antigiiedad, Madrid 1992. En este sentido se echa en falta un plan sistematico de excavaciones en el enclave urbano, lo que tal vez nos hubiese permitido aclarar algunos de los puntos en litigio. Sobre su importancia como centro conectado con algunos importantes enclaves del N. O. peninsular remitimos a J. M.GONZALEZ, “Mansiones en el trayecto de la via romana Lucus Asturum-Lucus Augusti”, Archivum 6(1956)287ss. N.H. 3.28: “Con estos tiltimos (los céntabros) limitan los 22 pueblos de los astures, que se hallaban divididos en augustanos y transmontanos, con Asturica (Astorga), que es una gran ciudad; entre estas poblaciones se encuentran los gigurros, pésicos, lancienses y zoelas”. Incluso se podria pensar en un recorrido a la inversa: al igual que sucederia con los luggones de la zona leonesa los romanos pudieron desplazar, como consecuencia de su politica de pacificacién y subsiguiente asentamiento de las. poblaciones en el llano, a estos grupos de gentes hacia zonas que pudieran ser controladas mejor por parte de los destacamentos militares de ocupacién en el cuadrante nordoccidental hispano. H. GALSTERER, Untersuchungen zum romischen Stadtewesen auf der iberischen Halbinsel, Berlin 1971. Ver igualmente B. GALSTERER-KROLL, “Zu den spanischen Stadtelisten des Plinius”, AEA 48(1975)120ss. 235 Memorias de Historia Antigua XVII (31) (32) (33) GB4) (35) (36) (37) (38) (39) (40) 236 Como sucederia igualmente en este mismo contexto con Flavionavia, cuyo origen (0 importancia) remontaria a las tiltimas décadas del siglo I du , aunque no seria hasta la centuria siguiente cuando Ilegaria a adquirir un significado excepcional como centro de evacuacién del oro extraido en la cuenca del Narcea y que hallaria salida, a través del mar, por la desembocadura del Nalén, donde seria acogido por la escuadra del Cantabrico. Cf. N. SANTOS, “La evacuacién del oro de Asturias en direccién a Roma”, II Congreso Peninsular de Historia Antigua, Coimbra 1990(1994), pp.928-929. N. SANTOS, La romanizacién de Asturias, Madrid 1992, p. 240. Tal vez aprovechando las condiciones de la ria del Abofo, o bien las correspondientes a la propia playa de San Lorenzo o a la ensenada de Cimadevilla. Més o menos una extensién de suelo similar a la que hoy en dia corresponde al concejo gijonés (en este sentido hemos de tener en cuenta que este tipo de unidades admit istrativo-territoriales, los concejos, solamente funcionan en la actualidad, y posiblemente no de manera casual, en las circunscripciones de Asturias y Galicia). C.FERNANDEZ OCHOA, Una industria de salazones de época romana en la Plaza del Marqués, Gijén 1994. A este respecto, entre la veintena al menos de centros de habitat y aprovechamiento agropecuario de esta naturaleza que existirian en torno a Gijén, podemos recordar el caso de las Murias de Belofio en Cenero, excavadas hace ya casi cuarenta afios: cf. F. JORDA, Las Murias de Belofio (Cenero, Gijé villa romana en Asturias, Oviedo 1957. una N. SANTOS “Introduccién al estudio y significado de las villas romanas en Asturias”, BIDEA nos 105-106(1982)120ss. Ver igualmente C. BOBES, “La toponimia romana de Asturias”, Emerita 28(1960)241ss., y 29(1961)1ss. N. SANTOS, “Las villas romanas en Asturias”, MHA 6(1985)155ss. A este respecto resulta atractivo el hecho de que el ala Il de los astures desplazada a las provincias briténicas tenga su lugar de acuartelamiento en Cilurnum, enclave que en su formacién parece relacionarse con la poblacién de los ciltirnigos asentada en el centro urbano gijonés Sobre estos problemas remitimos, entre otros, A. GARCIA y BELLIDO, “La latinizacién de Espafia”, AEA 40(1967)3ss. Narciso Santos Yanguas (41) (42) (43) (44) (45) (46) (47) (48) (49) (60) 61) Comportamiento que podemos considerar normal en el Ambito de las estructuras politico-administrativas romanas a lo largo del Alto Imperio al menos. A este respecto no debemos olvidar que Ptolomeo escribiria sus Tablas geografico-hist6ricas alrededor del aio 160 d.n.e., por lo que todos los enclaves de poblacién a que él se refiere asignandolos a los diferentes grupos de poblacién tendrian una entidad suficientes ya desde varias décadas antes (al menos desde los inicios de dicha centuria). C. ALVARGONZALEZ, Termas romanas del Campo de Valdés (Gijén), Gijén 1965. Seria tinicamente en época bajoimperial-visigoda cuando el espacio territorial correspondiente al recinto termal pasaria a convertirse en uno de estos centros de aprovechamiento agropecuario. Como elemento que define claramente la importancia y significado de un nicleo urbano durante la etapa correspondiente al Alto Imperio sobre todo. M. VIGIL y A.BARBERO, “Algunos problemas sociales del Norte de la Peninsula a fines del Imperio romano”, PLAV 5(1968)81ss. Para este tiltimo caso remitimos, entre otros, a P. LEROUX , “Aux origines de Braga (Bracara Augusta)’, Bracara Augusta 29(1975)155ss. Estas caracteristicas topogréficas del poblamiento castrefio de tiempos alto- imperiales las encontramos por ejemplo claramente atestiguadas en el caso del recinto de habitat de San Chuis (concejo de Allande). Cifra que, por otro lado, es la que se asigna tradicionalmente como correspondiente al centro urbano de Gijén en las décadas finales del siglo XVI Para més detalles remitimos a N. SANTOS, “La mano de obra en las minas romanas del occidente de Asturias”, MHA 13-14, (1992-1993), 171ss. Ver al respecto C. FERNANDEZ OCHOA Una industria de salazones de época romana en la Plaza del Marqués, Gijon 1994. Sobre estos problemas remitimos, entre otros, a M. VIGIL y A. BARBERO, “Algunos problemas sociales del Norte de la Peninsula a fines del Imperio Romano”, PLAV 5, (1968), 81ss., y N. SANTOS, “Movimientos sociales en la Espafia del Bajo Imperio”, Hispania 40, (1980), 237ss. PE rs

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