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,os Soldados . ja Conquista: _ Herencias Culturales Guillermo Turner EDICIONES EL TUCAN DE VIRGINIA INSTITUTO NACIONAL DE ANTROPOLOGIA E HISTORIA E dad de formas y riqueza de conteridos la Historia verdadera de la conquista de la Nueva Espana Bernal Dfaz de! Castillo debié terminar de es- ria verdadera de la conquista de la Nueva Es- 1568 y 1575, cuando envié un manuscrito de su corte de Espafia. Actualmente se conocen tres ma- e éste con ciertas diferencias entre sf.' La obra del cronista abarca 54 afios de historia, que van de 1514 historia no seria publicada sino hasta 1632. no mencionar las maneras en que el propio au- Te a su obra, asf como a las historias de la Con- escritas por otros autores. Es cierto que Diaz del aplica el término “cor6nica’”, cuando menos en una > Para referirse a su propia historia,* mientras que en “Los manuscritos: rastros de la escritura de la Historia a”, en Alfonso Mendiola Mejia, Bernal Diaz del Castillo: @ romanesca y verdad historiogrdfica, México, Universidad Ticana, 1991, pp. 103-112. ? Bernal Diaz del Castillo, Historia verdadera de la conquista de oer Espaiia, t. 1, introduccion y notas de Joaquin Ramirez Re » México, Pornia, (1942) 1977, p. 79. Esta edicién, en dos tomos, se basa fundamentalmente en el manuscrito Guatemala y es la que cito normalmente. Asimisrm0, he revisado, y en su caso co- t€jado, la edici6n critica de esta obra, a cargo de Carmelo Séenz de ‘ata Marfa, editada por la uvam, ¢l Instituto “Gonzalo Fernandez 19 Los soLpapos bE La Conquista al menos dos ocasiones la usa para referirse a la obra de otro autor” Por otra parte, muchas veces utiliza el término “re- lacién”. Hay que aclarar que este término abarcaba tanto la informaci6n escrita como la de tipo oral. El autor lo emplea cuando menos en diez ocasiones para referirse a su propio texto’ y unas cuantas veces mas para aludir a lo escrito 0 a la informacién oral de otra persona.* Emplea, ademas, el tér- mino “historia”, cuando menos en una ocasi6n, refiriéndose a su propia obra® y lo usa un mayor ntimero de veces para mencionar los escritos de otros autores,” Sin embargo, sobresale por su frecuencia el uso del tér- mino “coronista(s)” para referirse en su relato a aquellos au- tores que escriben sobre “cosas pasadas”.§ La denominacién de Oviedo” del Consejo Superior de Investigaciones Cientificas de Madrid y la Universidad Rafael Landivar de la Nueva Guatemala de la Asuncién de Guatemala, que contiene dos textos: uno basado en el manuscrito Remén y el otro en el Guatemala. Cuando cito esta edicién hago la especificacién correspondiente. * Ibid., t. I, pp. 376 (en el manuscrito como un agregado), nota 85 y 377. * Ibid., t. L, pp. 37, 78, 85, 139, 462 y t. II, pp. 350, 368, 374 (en el manuscrito como un agregado), nota 85, 375 (en el manuscrito como un agregado), nota 85 y 377, * Ibid. t.1, pp. 85, 89, 151, 462 y t. II, pp. 374 (en el manuscrito como un agregado), nota 85, 375 (como un agregado), nota 85, 376, 377 y 378. ° Ibid.,t. II, p. 368. T Tbid., t. 1, pp. 37, 85, 141, 199, 212, 291, 332 y 462 yt. II, pp. 367, 368 y 378. 8 Tbid., t. 1, pp- 37, 40, 71, 73, 78, 104, 124, 128, 134, 139, 141, 20 VERSIDAD DE FORMAS Y RIQUEZA DE CONTENIDOS a(s)” desplaza por mucho cualquier empleo de ex- alternativas (como la de “historiégrafo” o “histo- Jas cuales no aparecen en su texto. Martin Alonso nta el uso de “crénica” desde el siglo xm y “cronis- onista” desde el xv.” Hoy podemos pensar que el “coronista(s)” estaba muy extendido en el siglo xvi, os en el Ambito social y cultural de Bernal Diaz del lo. otro lado, hay que recordar que al inicio de su obra, | prélogo o preémbulo, o si se prefiere, en su “anti- ’,'° Diaz del Castillo critica a los “coronistas” que mn sus historias “con razones y retérica muy subida”,!' ndo que él no se atreve a escribir de tal manera, ene lo hace con “la ayuda de Dios”,'? siendo un buen testigo haber estado presente en las guerras, y escribiendo “muy ente, sin torcer a una parte ni a otra”.'* No obstante distanciamiento de las practicas de tal tipo de cronis- | por parte de Bernal Diaz del Castillo, o mas bien, a raiz » 146, 161, 164, 176, 177, 180, 199,212, 291,299,317, 332,409, 0,411, 462 y 468 yt. II, pp. 368, 374 (en el manuscrito como un gado), nota 85, 375 (en el manuscrito como un agregado),nota 376 (en el manuscrito como un agregado), nota 85 y an Véase Martin Alonso, Enciclopedia del Idioma, Madrid, Aguilar, 7. ~ B. Diaz del Castillo, op. cit., t. 1, p 37. "Idem. 21 — Los SOLDADOS DE LA CONQUISTA de ello, existe en el texto, de manera implicita, una cierta comparaci6n del propio autor con dichos escritores, En este sentido podemos pensar que el conquistador, en el momento de escribir su texto, se vio 0 se consideré a si mismo, aun- que con sus propias caracteristicas, limitaciones y virtudes, come un “coronista”, identificado evidentemente con el gé- nero de los “verdaderos”. Ahora bien, tanto Ramén Iglesia como Carmelo Séenz de Santa Maria, destacados estudiosos de la obra de Bernal Diaz del Castillo, se han referido, con base en razones diver- sas, a la posible escritura por parte del cronista de un texto anterior a su Historia verdadera de la conquista de la Nueva Espajia. Iglesia ha destacado el hecho de que el propio autor sefial6 en 1563, en una probanza de servicios de Pedro de Alvarado, que el soldado cronista tenfa ya escrito un “me- morial de las guerras”.'* Dicho estudioso Iega a hacer una caracterizacién de la obra del conquistador, determinando que ésta “es una desmesurada relacién de méritos y servi- cios, un memorial de las batallas en que se ha hallado”.' Por su parte, Sdenz de Santa Maria afirma que cuando Dfaz del Castillo se refiere a sus “memorias” se puede suponer que se trata de unos “apuntes tomados a rafz de los hechos”,'* pro- 4 Ramon Iglesia, El hombre Colén y otros ensayos, México, FCE, (1944) 1986, p. 143. 'S Ibid., pp. 155 y 160. Véase también Carmelo Séenz de Santa Maria, Historia de una historia, Madrid, csic, 1984, p. 25. '® ©. Saenz de Santa Maria, op. cit, p. 121. 22 DIVERSIDAD DE FORMAS Y RIQUEZA DE CONTENIDOS T ente como emulacién a Julio César, de quien, segun estudioso, el conquistador espafiol escribi6 que “de no- : pT escribia por propias manos, sus heroicos hechos”." EN TORNO A LAS FORMAS DEL TEXTO necesario considerar Jas formas del texto de Bernal Diaz Castillo, pues mas alla de que éstas pueden eruea a ex- plicarlo, dichos rasgos se relacionan con ciertas posi aues y practicas de la cultura de la época y, en particular, ee los Ie doe cronistas. En este sentido, hoy podemos ao con ciertos fundamentos, algo mas en torno a sus escritos, pre- yios a la redaccién de la Historia verdadera. Parto deta pre- sencia de ciertos textos breves que no concuerdan ee con el resto del texto de su crénica, la cual se caracteriza: por su fluidez y estilo narrativo. Estos textos aparecen incluidos en la propia historia del autor, escritos de oe Tnanera muy sencilla, a manera de listados, con enumeraciones de diversas cosas y omisiones de los verbos principales.'* Sea cual fuera i i6 manuscrito Remén. (C. oa a ae ew a la versién del manuscri- i io Cé ibiera por las to Guatemala no se menciona el que Julio César escril fetes. (B. Diaz del Castillo, op. cit., t. Il, pp. 376, nota 85 y 378.) 18 Jack Goody, reconocido antropdlogo que ha parma aa guas de diversos grupos étnicos y autor de warias.0 ras, 2 ace que una férmula que aparece en un escrito, no siempre re res eS ta un residuo oral, puesto que aquélla, en ciertos casos, pu ae on producto de una elaboracién literaria 0 una extension, 23 Los SOLDADOS DE LA CONQUISTA el origen y funcién espectfficos de esos fragmentos excep- cionales en su cr6nica, éstos pueden ser reconocidos preci- samente por sus formas e identificados como indicios de po- sibles restos de textos primitivos, es decir, escritos por Dfaz del Castillo antes que la Historia verdadera. Como se sabe, existen diversos manuscritos, con dife- rencias entre si, de la historia del conquistador, J oaquin Ra- mirez Cabafias estima muy probable que el soldado cronista haya enviado a Espafia el texto que hoy conocemos como el manuscrito Alegria,!? mientras continuaba escribiendo y ampliando su texto, el cual después se conoceria como ma- nuscrito Guatemala. El manuscrito llamado Remén fue el primero en publicarse (1632) gracias a la iniciativa de la or- den de los mercedarios. No es fortuito, y en cambio sf muy significative, el que la primera versién de la obra de Diaz del Castillo, la cual envia y llega a Espaiia —probablemente el manuscrito Alegria, si- guiendo a Ramirez Cabafias—, concluya con el capitulo cexm, rasgos bajo la presién de un sistema de escritura. Mas alld de la formalizacién y estandarizaciones propias de ciertas expresiones orales, como el verso y la oratoria, Goody sostiene que la escritura permite la creacién de formulaciones muy particulares, como la lista y la tabla. Son prototipicas las listas, por ejemplo, que apa- recen ya en la escritura de las tabletas sumerias de la cultura de Mesopotamia: inventarios administrativos de recursos (fincas, ani- males, tierras, muebles, etc.), listas de compras y listas lexicales (aparentemente para el estudio y la préctica). (Jack Goody, La do- mesticacién del pensamiento salvaje, Madrid, Akal, 1985, pp. 95, 98, 130, 131 y 178). '° B. Diaz del Castillo, op. cit... II, p. 384, nota 88. 24 DAD DE FORMAS Y RIQUEZA DE CONTENIDOS fl “De otras platicas y relaciones que aqui van decla- scan agradables de ofr”. En este capitulo final de la Sin de la obra, su autor, aprovechando los comen- preguntas de dos lectores (licenciados) de ou texto, nde con consideraciones sobre su acto de We y a propia persona. En este ultimo capitulo de la ume us aparece, ademas, otro dato muy relevante: oe ‘Diaz del Castillo habla de ciertas “probanzas gue él personalmente en 1540 al Real Consejo de Indias,” a manera de conclusion final, un texto muy particular, ‘en el manuscrito Guatemala intitula “Memoria de las ba- y reencuentros en que me he hallado” ”’ Dicha adenda al del capitulo ccxi es un recurso tinico, no cp Iesae eae rel autor en el resto de su obra, un texto Desa =n iente al resto de ella y el tinico que presenta un subtitu- interior de un capitulo. Este apartado que cierra el capitulo ccxt, asf oe el res- de dicho capitulo y el capitulo anterior, es decir, el oe Smo el aiio 1550, estando la corte en Valladolid, se jun- Ibid., pp. 374-384. ie én, el encio- 2 Ibid., pp. 379-384. En el manuscrito Remén, el anexo m - nado Frcs aparece como la parte final de la obra, aunque se ha ‘omitido el subtitulo de este apartado. (B. Diaz del Castillo, op. cit, ed. critica de Carmelo Séenz de Santa Maria, p. 661.) Esta omis- i6n, atribuible a la edicién por parte de los mercedarios, tiene eH Por lo visto, la intencién de tratar de integrar mejor dicho texto al ‘resto de la obra, confiriéndole a ésta una “mayor unidad”. | 25 Los SOLDADOS DE LA CONQUISTA taron en el Real Consejo de Indias ciertos prelados y ca- balleros que vinieron de la Nueva Espafia y del Perti por procuradores, y otros hidalgos que se hallaron presentes para dar orden que se hiciese el repartimiento perpetuo. Y lo que en la junta se hizo y platicé es lo que diré”® con- forman el final del texto de [a obra original. Este final sittia en el capitulo ccxi el punto culminante de la argumentacién de su escrito, esto es, la discusién sobre el tema del reparti- miento perpetuo a los conquistadores. Con el tiltimo capi- tulo (ccxm), especialmente con el texto que inserta al final, Diaz del Castillo pone de manifiesto el asunto personal con el que inicialmente quiso dar término a su obra y el tono que quiso imprimirle en su conjunto. Este texto adicional (“Memoria de las batallas y reen- cuentros en que me he hallado”) esta formado, a su vez, por diversos fragmentos: cuatro diferentes en cuanto a los temas abordados y a la forma en que est4n escritos. El pri- mero de ellos aborda las batallas en que particip6 perso- nalmente Bernal Diaz del Castillo y los lugares en que acontecieron,” tema que otorga sentido al subtitulo que da el autor a todo el texto afiadido al final del capitulo ccxn. Este primer fragmento es muy simple y est4 formado por un listado, esto es, por una serie de frases, la mayoria muy cor- tas, donde no aparecen los verbos principales (en este caso estar o hallarse). Asi, por ejemplo, anota aqui el autor “En % Ibid., pp. 370-374. 4 Thid., pp. 379-380. 26 DAD DE FORMAS Y RIQUEZA DE CONTENIDOS SRST ta de Catoche, cuando vine con Francisco Boraee rdoba, primer descubridor, en una batalla”” es ‘En al, cuando lo de Juan de Grijalva, en lo mismo oton’° o bien, “Otra, cuando fuimos a Tezcuco, y al encuentro los mexicanos y de Tezcuco, con el ” 27 etcétera. a0 anteriormente mencionado le sigue otro nplejo que lo complementa. Este no presenta carac- de una simple lista, sino que es ya un fragmento tamente argumentativo, con una expresién narrativa, acostumbra emplear el autor en la mayor parte de a, En este segundo texto aborda, a manera de rela- tema de su contribuci6n posterior para traer la paz a os ierras y provincias. Asi, anota por ejemplo pera elto a la Nueva Espafia de lo de Honduras € Hibueras, se le nombra, volvi a ayudar a traer la paz las provin- de los cipotecas y minges, y otras tierras, ...”.8 En el tercer fragmento de esta secci6n afiadida se abor- el tema de espafioles muertos en cada batalla y el lugar provincia? Dicho texto esta conformado nueyamente por istado de frases, generalmente breves. Aqui se Beton muchas de las sencillas frases enunciativas del primer lis- 5 ibid. p. 379. 6 Idem. Ibid., p. 380. ; 8 Ibid., pp. 381-382. Este segundo texto abarca las pp. 380-381. _ ® Ibid., pp. 381-383. 27 Los SOLDADOS DE LA CONQUISTA tado mencionado arriba, con lo que, de alguna manera, se pueden apreciar ciertas fases del proceso de la escritura de la historia del conquistador. Asi, por ejemplo, escribe “En la punta de Catoche y en lo de Champoton, cuando vine con Francisco Hernandez, primer descubridor, en dos batallas nos mataron cincuenta y ocho soldados, que son mas de la mitad de los que veniamos”” o bien, “Otra, cuando fuimos a Tezcuco y nos salieron al encuentro los mexicanos y los de Tezcuco, con el mismo Cortés, nos mataron un soldado”.*! En este tercer fragmento del texto agregado, también enun- ciativo, aunque no tanto como el primero de esta seccién, sélo en un caso se llega a omitir el verbo principal (matar o morir): “En otra [batalla], cuando lo de Juan de Grijalva, en lo mismo de Champoton, diez soldados, y el capitén salié bien herido y quebrados dos dientes”.** Con el cuarto y ultimo fragmento se concluye la adenda y se termina el capitulo. Su autor aborda el tema de las bata- Ilas y lugares en que no pudo estar presente, menciona a los espafoles muertos en ellas y, al final, argumenta sobre la ma- nera de enterarse siempre de lo sucedido. En este fragmento, Diaz del Castillo intercala nuevamente una exposicién narra- tiva convencional. De esta manera, sefiala, por ejemplo: “y no cuento lo de Panuco, porque no me hallé en ellas [bata- Ilas]; mas fama muy cierta es que mataron de los de Garay y 3 Ibid., p. 381. 3 Ibid., p. 382. » Ibid., p. 381. IQ p DE FORMAS Y RIQUEZA DE CONTENIDOS nte venidos de Castilla mds de trescientos “Qlvidado se me habia de esoribir de otros se- ‘goldados y tres mujeres de Castilla que mataron en un pueblo que se dice Tustepeque, y que- pueblo creyendo que les habian oa dar i a aint de los de Narvaez y estaban dolienics ; bien, es razonable pensar que la totalidad del tex- final del capitulo ccxil (“Memoria de las ba- ompleta 0 parcialmente, pudo POrsDae pate de escritos previos que Diaz del Castillo nae ae su historia y que entregara al Consejo oe EE precisamente, del “memorial de las guerras’, segin probanza de méritos en que participd y que ha desta- mon Iglesia. : Ja historia de Bernal Diaz del Castillo se encuentall ae textos mds sin un desarrollado caracter narrativo caracteristicas muy peculiares. Uno es el de la Bea “todos los caballos y yeguas que pasaron [a . Su ]”, que aparece al finalizar el capitulo ae maak (Cémo el capitan Hernando Cortés se embarc6é con woos ‘oldados para ir por la banda del sur a la Habana, y sso 9 navio por la banda del norte y lo que mas acaecio : te texto consiste en un breve y sencillo listado de ee die- ciséis corceles que Ilevaron los conquistadores. En este se 383, Este cuarto texto abarea las pp. 383-384. 34 Idem. — -* Ibid.,t.1, pp. 92-93. j 29 Los soLpApos DE LA CONQUISTA omite siempre el verbo principal (pasar) y s6lo en contadas ocasiones aparece algtin verbo secundario que otorga alguna informaci6n adicional sobre estos animales 0, bien, sobre las virtudes de sus jinetes, El texto es el siguiente: ’ Quiero aqui poner por memoria todos los caba- Ios y yeguas que pasaron: Capitan Cortés, un caballo castafio zaino, que lue- go se le murié en San Juan de Ulta, Pedro de Alvarado y Hernan Lépez de Avila, una yegua alazana, muy buena, de Juego y de carrera, y después que llegamos a la Nueva Espaiia el Pedro de Alvarado le compré la mitad de la yegua © se la tom6 por fuerza. Alonso Hernéndez Puerto Carrero, una yegua ru- cia de buena carrera, que le compré Cortés por las la- zadas de oro. Juan Vazquez de Leon, otra yegua rucia muy po- derosa, que Ilamabamos la Rabona, muy revuelta y de buena carrera. Cristébal de Olid, un caballo castaio oscuro, har- to bueno. Francisco de Montejo y Alonso de Avila, un caba- Ilo alazan tostado; no fue [bueno] para cosa de guerra, Francisco de Morla, un caballo castafio oscuro, gran corredor y revuelto. Juan de Escalante, un caballo castafio claro, tre- salbo; no fue bueno. 30 lo Dominguez, un muy extremado jinete, Ilo castafio oscuro muy bueno y gran corredor. Gonzalez de Trujillo, un buen caballo cas- erfecto castafio, que corria muy bien. én, vecino del Bayamo, un caballo overo, la- de las manos y era bien revuelto. vecino de la Trinidad, un caballo overo, al- morcillo; no salié bueno para cosa ninguna. s, el muy buen jinete, un caballo muy bueno, or castafio algo claro y buen corredor. Ortiz, el Muisico, y un Bartolomé Garcia, que so- tener minas de oro, un muy buen caballo oscuro, decian el Arriero. Este fué uno de los buenos ca- que pasamos en la armada. Juan Sedefio, vecino de la Habana, una yegua cas- tafia, y esta yegua parié en el navio. Este Juan Sede- pasé [por] el mas rico soldado que hubo en toda Ja armada, porque trajo navio suyo, y la yegua, y un negro, y cazabe y tocino porque en aquella sazén no se podia hallar caballos ni negros si no era a peso de oro; y a esta causa no pasaron mas caballos, porque no los habfa ni de qué comprarlos. n capitulo posterior (xxvut) titulado “Cémo Conte = 6 los navios y sefialé capitanes para ir en ellos, y asimis- Los soLpapos bE La CONQUISTA mo se dio la instruccién de lo que habjan de hacer a los Pilo. tos, y las sefiales de los faroles de noche y otras cosas que nog avino” 3” aparece otro breve texto en forma de listado, donde al principio se menciona una sola vez el verbo principal (lle. var), sobre los once capitanes de las naves Ilevadas a tierra firme por Hernan Cortés. De hecho, el capitulo inicia svibj- tamente con este listado y termina con una muy breve narra. cién complementaria en que el autor contin: ia su relato sobre lo sucedido en Punta de Catoche. El texto es el Siguiente: Cortés Hevaba la capitana, Pedro de Alvarado Y sus hermanos, un buen na- vio, que se decia San Sebastian, Alonso de Hernandez Puerto Carrero, otro. Francisco de Montejo, otro buen navio. Cristébal de Olid, otro, Diego de Ordaz, otro. Juan Velazquez de Le6n, otro. Juan de Escalante, otro. Francisco de Morla, otro. Otro, Escobar, “el Paje”. Y el mas chico, como bergantin, Ginés Nortes. Y en cada navio su piloto, y por piloto mayor Antén de Alaminos, y las instrucciones por donde se habian de regir, y lo que habjan de hacer, y de noche las sefias de los faroles.* *” Thid., pp. 100-101. 8 Idem, 32 Meycas Yy RIQUEZA DE CONTENIDOS sobre las batallas en que particip6 Diaz estructura es un listado que aparece en el capitulo ccxil, podemos pensar que lo men- ente sobre los corceles de los consis xxi) y este tiltimo, en torno a los capitanes lo xxviil), son todos textos que mantienen similares entre si, a la vez que notorias git: sién frente a la desarrollada forma narrativa ‘obra, y que probablemente fueron escritos por de la redaccién de su Historia verdadera de la la Nueva Espana. Todos ellos pudieron ser par- } | memorial de las guerras previo a la escritura de su Pi a; no obstante, sdlo hallandose estos documen- contar con la evidencia y la certeza ebanlute de previa y de su aprovechamiento en la redaccién historia. De momento, habra que conformarse con dad, sustentada en los indicios mencionados. tro lado, el manuscrito Guatemala, que continud o Bernal Diaz después del envio de su primera a Espafia, contiene dos capitulos més que los que en en los manuscritos Remén y Alegria, el cx y el intitulados “Por qué causa en esta Nueva Espajfia se | muchos indios e indias por esclavos, y la relacién e ellos doy” y “De los gobernadores que ha habi- la Nueva Espafia hasta el afio de quinientos te ”. Pero ;c6mo entender estos capitulos posteriores >“ ibid., t-11, pp. 384-390 y 390-404, respectivamente. 33 Los soLpapos DE LA CONQUISTA a la primera versién del autor? EI capitulo ccxm puede ; Mm. terpretarse claramente como una respuesta muy particular 2 acusaciones y criticas que escuch6 Bernal Dfaz de] Ca tillo a varios religiosos €n contra de los conquistadores a como lo enuncia e] capitulo, éstas eran, en su mayoria incall munaciones por haber herrado 4 muchos indios e indias la Nueva Espaiia ¥ Convertirlos en esclavos. Podemos ol 8 oe we = obligado y urgente capitulo adicional con SIVO y justificativo, en descargo del autor y de muchos de los conquistadores para una versié i zada y a la vez mas extensa. . mativo de los gobernadores de la Nueva Espafia hasta el afio fae Ey pa a capitulo andlogo al que escribiera ee ‘omara, como uno de sus capitulos fi- » Para concluir su conocida Conquista de México (Se- eunda Pate de la Historia General de las Indias), intitulado pi vuteyes de Méjico” 0 “De los virreyes de México” 4! mite ee con el afio en que Diaz del Castillo esta pa- p19 su relacién, como é] mismo sefiala en el oe CCX, antes de enviarla a Espa ii @, Diaz del Castillo, op. ett. > 366) ee ea FORMAS Y RIQUEZA DE CONTENIDOS de la segunda versi6n de la historia de podria interpretarse como una mera am- acién informativa de su texto inicial, pero apartado con un caracter de alguna manera su obra, ya como una emulacién velada al de Gémara o como un recurso para que ésta lustre de historia sélida y respetable, si no es Hay que mencionar que el autor pretendfa se- ,su relacién con el mismo tipo de informacién al final del capitulo ccxrv promete uno nuevo spos y arzobispos que habia habido en la Nueva ‘| cual nunca Ileg6 a formar parte de su historia. bien, no todos los textos inmersos en otros textos, er diferente y, compuestos por enumeracio- ntos, pueden ser indicios de un escrito previo. de ellos pueden encerrar también vestigios de ex- mas cercanas a una cultura oral capturadas en un ito, Este parece ser el caso de otros dos textos que en en la Historia verdadera, pues mas que ser enu- ones, presentan evidentes elementos repetitivos."’ El (prélogo y cronologia de Jorge Gurrfa Lacroix), Caracas, a Ayacucho, 1979. }. Diaz del Castillo, op. cit., t. I, p. 404. Theodor Lewandowski, en su diccionario de lingtfstica, defi- > “redundancia” como la “Repetividad del habla, presentacién da o miltiple, explicita o implicita del mismo contenido/ [...] que puede servir a la explicacidn, comprensién y ase- i6n de la transmisién de mensajes’. (Theodor Lewandowski 35 Los SOLDADOS DE LA CONQUISTA primero de ellos es breve y aparece en el capitulo cLxxiv, intitulado “Cémo Hernando Cortés salié de México para ir camino de las Hibueras en busca de Cristébal de Olid y de Francisco de las Casas y de los demas capitanes y soldados que envid; y de los caballeros y qué capitanes sacé de Méxi- co para ir en su compafiia, y del aparato y servicio que levé hasta Hegar a la villa de Guazacualco, y de otras cosas que pasaron”.** En lugar de ser un listado, es decir, una enumera- cién de elementos que omite el verbo principal, se enumeran los nombres de las personas que Cortés Ilevé consigo 0 que envid a las Hibueras, asf como de ciertas cosas también en- viadas (vajillas), pero ahora acompaiiadas de frecuentes re- peticiones del verbo principal (traer). Estas enumeraciones con expresiones reiterativas parecen estar relacionadas con actos deliberados del recuerdo o la memoria, las cuales lo- gran integrarse con facilidad al resto de la narracién. Vea- Diccionario de Lingiiistica, Madrid, Catedra, 1986). Por su parte, Paul Zumthor, eminente medievalista y autor de diversas obras so- bre literatura y poética de dicha época, le llama “formulismo” a la repeticién de elementos en las enunciaciones. Considera que estas repeticiones permiten que el mensaje llegue a los receptores, a pe- sar del ruido de las circunstancias en que aquel se emite. Para este estudioso, los formulismos pertenecen al orden de la voz, esto es, a la tradici6n oral. (Paul Zumthor, La letra y la voz de la “literatura” medieval, Madrid, Catedra, 1989, pp. 236 y 237.) Jack Goody por su lado, reconoce que para establecer la presencia de residuos ora- les en un texto escrito, se requiere considerar no sélo Ja existencia de ciertas férmulas, sino un cuidadoso escrutinio del texto. (J. Goo- dy, op. cit., p. 178.) 4 B. Diaz del Castillo, op. cit., t. II, p. 189. 36 DIVERSIDAD DE FORMAS Y RIQUEZA DE CONTENIDOS gunos fragmentos de este primer texto que aluden a jones realizadas por Hernan Cortés: trajo consigo al mayor sefior de México, que se de- cefa Guatemuz, [...] que fué el que nos dié guerra cuando ganamos a México, [...] y aun de la provin- cia de Michoacan trajo otros caciques, y a dofia Ma- rina, [...] y trajo en su compaiifa muchos caballeros y capitanes, vecinos de México, [...] y trajo un cléri- go y dos frailes franciscanos, flamencos, [...] y trajo por mayordomo a un Carranza, y por maestresalas a Juan de Jaso [...] y trajo grandes vajillas de oro y de plata, y quien tenfa cargo de la plata, un Tello de Medina.* gundo texto mencionado, en el que el soldado cronista el mismo modelo, es decir, una enumeracién de ele- s y la repeticién del verbo principal (pasar), predo- temente en la tercer persona del singular, aunque en iones también del plural, es particularmente extenso (32 afos). Abarca casi todo el capitulo ccv (“De los valero- capitanes y fuertes y esforzados soldados que pasamos le la isla de Cuba con el venturoso y animoso don Her- pp. 189-190. Hay que mencionar que al final de este texto a otro, atin m4s breve, con el mismo tema y enumeracién mentos, pero escrito en forma diferente: se recurre ahora a la nula del listado, ya antes mencionada, omitiéndose allf el ver- Principal (traer). Véase también p. 190. 37 Los SOLDADOS DE LA CONQUISTA nando Cortés, que después de ganado México fue marqués del Valle y tuvo otros dictados”),“° excepto por tres breves fragmentos: uno con una digresién del autor, otro donde no ocurre la repeticidn mencionada y un tercero con la con- clusién del capitulo.’ El contenido del resto de este amplio texto, acorde con el titulo, es un registro de los capitanes y soldados que pasaron desde Cuba a la Nueva Espafia con Hernan Cortés, incluyendo algunas caracteristicas particula- res de los soldados que recuerda el autor, sefialando a los que han muerto y la forma de su muerte. A continuacién, y a manera de muestra, tomo sdlo los fragmentos iniciales de cada parrafo, los cuales siguen el patrén sefialado, si bien la f6rmula en cuestién se contintia repitiendo en las expresio- nes subsiguientes, las cuales no reproduzco: YY pasé don Pedro de Alavarado, que después de ganado México fue comendador de Santiago y ade- * Thid., pp. 333-351. La digresién aparece en los parrafos 3 y 4 (con un refrendo a los reconocimientos que hizo el emperador a ciertos soldados y una critica a Cortés por no hablar de la importante labor de sus solda- dos). La excepcidn sefialada se encuentra en el pdrrafo 29 (que, como contenido, comprende también una excepcién, reconocida por el autor, esto es, la inclusién de un soldado que no lleg6 con Cortés, sino con Francisco de Garay). Finalmente, la conclusién del autor aparece en el 32° y tiltimo parrafo del capitulo (en la que el autor habla de su persona, de su padre y, corrigiendo las omi- siones de Cortés, de la participacién de los demds capitanes y sol- dados en la Conquista). En estos tres pdrrafos, como he sefialado, no aparecen las repeticiones o redundancias en cuestién. Véase B. Diaz del Castillo, op. cit., t. II, pp. 333, 334, 350 y 351. 38 ERSIDAD DE FORMAS ¥ RIQUEZA DE CONTENIDOS tado y gobernador de Guatemala; murié en lo de 48 eS un Gonzalo de Sandoval, que fué capitén , ‘muy prominente y alguacil mayor en lo de México, vy fue gobernador cierto tiempo en la Nueva Le en compaiifa del tesorero Alonso de Estrada [...]. Y volviendo a nuestra materia, pasé otro buen capitan y bien animoso que se decfa Juan Velazquez de Le6n; murié en las puentes. [...]° ; 'Y también pasé un Alonso de Avila; fue capitan I y el primer contador que hubo en la Nueva Espafia, persona mu} esforzada [...]." a Pasé F ieriies de Lugo, capitan que fue de entradas, hombre bien esforzado; fue hijo bastardo de un caballero que se decfa Alvarado de Lugo, el i 52 ns . Juan Jaramillo, capitan que fue de un bergantin cuando estébamos sobre México; fue per- sona prominente; murié de su muerte. Ee Pasé un Sim6n de Cuenca; fue mayordomo ge Cortés; murié en lo de Xicalango en poder de in- dios, [...].* Diaz del Castillo, op. cit.,t. II, p. 333. del Castillo, op. cit., t. II, p. 334. Diaz del Castillo, op. cit., t. II, p. 334. Bl autor reconoce su digresiGn anterior a este parrafo. Véase B. Los SOLDADOS DE LA CONQUISTA Y pas6 un muy esforzado soldado que se decia Cristébal de Olea, natural de tierra de Medina del Campo, [...] 55 Y también pasé con nosotros un esforzado sol- dado que tenfa una mano menos, que se la habfan cortado en Castilla por justicia; murié en poder de indios, [...J5° Pas6 un Martin Lépez; fue muy buen soldado; €ste fue el maestro de hacer los trece bergantines, que fue harta su ayuda para ganar a México, y de soldado sirvis muy bien a Su Majestad; vive en México. [...].°7 Y paso un fulano Mor6n, gran mtisico, vecino de Colima o Zacatula; murié de su muerte. Ee Y pasaron dos hermanos que se decfan Carmo- nas, naturales de Jerez; murieron de sus muertes, Y pasaron otros dos hermanos que se decfan los Var- gas, naturales de Sevilla; el uno murié en poder de indios y el otro de su muerte. [...].2 Y pasé un Pedro Escudero y un Juan Cermefio y otro su hermano de este Cermefio; que también se decia Cermefio, buenos soldados: a Pedro Escude- ro y a Juan Cermefio mandé don Fernando Cortés % Ibid., p. 337. 56 Idem. 57 Ibid., p. 338. °8 Jbid., p. 339. * Ibid., p. 340. 40 VERSIDAD DE FORMAS Y RIQUEZA DE CONTENIDOS ar porque se alzaban en un navio para ir a la de Cuba a dar sees a Diego Velézquez, go- Y pasé un ae Rangel, que fue persona pro- ‘minente y estaba muy tullido de bubas; no fue en la guerra para que de é1 se hiciese memoria, y de dolo- ‘res murio. [...]. Y pas6 un fraile de Nuestra sefiora de las Merce- des, que se decia fray Bartolomé de Olmedo, y era tedlogo y gran cantor; murié de su muerte. [ioe ets Y pasé6 un Pedro Hernandez, secretario que fue de Cortés, natural de Sevilla; murié en poder de in- dios. [...]:° Y pas6 otro soldado que se decfa Cardenas; era hombre de la mar, piloto, natural de Triana; éste fue el que dijo que no habia visto tierra adonde hubiese dos reyes como en la Nueva Espaiia, [...].* Y pasaron tres soldados que tenfan por sobre- nombre fulanos de Avila: el uno, que se decia Gaspar de Avila, fue yerno de Artigosa el escribano; murié de su muerte; el otro Avila se allegaba con el capitan Andrés de Tapia; murié en poder de indios; y el otro Avila no me acuerdo ad6nde fue a ser vecino. [...].° 41 Los SOLDADOS DE La CONQUISTA Y pas6 otro buen soldado que se decfa Martin Iz- quierdo, natural de Castromocho; fue vecino en la villa de San Miguel, sujeta a Guatemala; murié de su muerte. [...]. Y pas6 otro soldado que se decia Morales, ya hombre anciano, que renqueaba de una pierna; de- ¢fa que fue soldado del comendador Solis; fue alcal- de ordinario en la Villa Rica y hacia recta justicia. een Y pasé otro buen soldado que se decia Alonso de Talavera, que se allegaba en casa del capitan Sando- val, y murid en poder de indios. [...]. Y pas6é un buen soldado que se decfa Sindos de Portillo, natural de Portillo, y tenfa muy buenos indios y estaba rico, y dejé sus indios y vendié sus bienes y los repartié a pobres, y se metié a fraile francisco, y fue de santa vida; de Y pasé otro buen soldado que se decfa Alonso Bellido, y murié en poder de indios. al Y pasaron ciertos pilotos que se decfan Antén de Alaminos y un su hijo que tenfa el mismo nombre que su padre; eran naturales de Palos; [...].7! ° Idem. 51 Ihid., p. 345, ® Idem. © Idem. ” Ibid., p. 346. 1) Ibid. p. 347. Después de este registro, el texto con la enume- 42 AD DE FORMAS Y RIQUEZA DE CONTENIDOS ‘pas otro soldado que se decfa Cristébal de era carpintero, y murid en poder de indios. y pasé un buen soldado que se decia Jerénimo Aguilar; este Aguilar pongo en esta cuenta por- fue el que hallamos en la punta de Catoche, que en poder de indios, y fue nuestra lengua; mu- de bubas. [...].” -Y pasé un Porras, muy bermejo y gran cantor; i6 en poder de indios. [...].” Y volviendo a nuestro primer cuento, también un Andrés de Mol, levantisco; murié en poder indios. [...].”° icidn establecida entre las expresiones de este tex- ‘tos de remembranza y oralidad no sdlo se desprende contenido y de su forma particular (constante repeticién de soldados con repeticiones o redundancia se interruampe ente para dar lugar a una enumeraci6n de cinco nombres vos con una forma de listado, es decir, omitiendo el ver- rin ‘ipal (pasar), asi como la palabra piloto. Véase los casos de tos y soldados: Camacho de Triana, Juan Alvarez, el Man- un Sopuesta del Condado, un Cardenas y un Gonzalo de idem). Después de este muy corto texto, se retoma nue- é la forma del texto predominante del inicio, esto es, con la in o redundancia del verbo mencionado (idem). Ibid., p. 349, * Ibid., p. 350. 43 Los SOLDADOS DE LA CONQUISTA del verbo principal: pasar), también se puede percibir en el recurso mnemotécnico adicional usado por el autor en algu- nas de sus expresiones para recordar: agrupando, escribiendo incrementando los nombres de soldados y otras personas que pasaron con Cortés a la Nueva Espafia. Para ello, el autor aprovecha ciertas caracteristitas de algunos de ellos que evo- can a otros mas. Este recurso, como es de esperarse, no es del todo sistemdatico, puesto que bajo cada una de esas nociones o conceptos no se ordena y retine la totalidad de los soldados 0 personas de su tipo, repitiéndose a veces el mismo concepto en diversas partes del texto. No obstante, por este medio Diaz del Castillo consigue recordar a muchos de los soldados y de- més individuos que llegaron a la Nueva Espaiia y anotar sus nombres, aglutinados en pequefios grupos, junto con la infor- maci6n que él recuerda de cada uno de ellos.” i Expongo a continuaci6n grupos conformados por tres o més sol- dados. Sin embargo, en el texto también aparecen agrupaciones més Pequefias, con sélo dos soldados: sobre una pequefia agrupacién de espafoles con carencias y defectos fisicos, el primero con “una mano menos” y e] que sigue, “que derrenqueaba’’. (B. Diaz del Cas- tillo, op. cit., t. I, p. 337.) En toro ala contigiiidad de los soldados con el sobrenombre de “el Corcovado”, véase ibid., p. 339. Sobre soldados vecinos de Guatemala, véase ibid., p. 340. A propésito de la continuidad de los tres soldados castigados, dos ahorcados y uno al que Cortés mand6 “que le cortasen los dedos de los pies”, véase ibid., p. 341. Sobre dos soldados que estaban enfermos de bubas, véase idem. Con respecto a dos soldados que pelearon en Italia, véase idem. A propésito de dos religiosos, véase ibid., p. 342. En torno a dos ballesteros, véase ibid., p. 347. Sobre dos pilotos —como parte del texto con repeticiones—, véase idem. A propési- to de dos soldados con el sobrenombre Tarifa, ver ibid., p- 348. En 44 “PIVERSIDAD DE FORMAS Y RIQUEZA DE CONTENIDOS .{, Bernal Diaz del Castillo registra en un mismo parra- an grupo de soldados asentados en Colima o Zacatula, nombres no recuerda o desconoce la mayoria de las y a quienes designa como “fulano”. Después de men- a “fulano Morén, gran mtisico, vecino de Colima o a”, caso arriba citado, anota Pas6 un fulano de Varela, buen soldado, vecino que fue de Colima o Zacatula; murié de su muerte. Y pas6 un fulano de Valladolid, vecino de Colima o Zacatula; murié en poder de indios. Y pasé un fu- Jano de Villa, fuerte persona que valfa, que casé con una deuda de la mujer que primero tuvo don Her- nando Cortés, y era vecino de Zacatula o de Colima; murié de su muerte.” nta también un grupo de soldados unidos por lazos nguineos (hermanos, principalmente; padre e hijo y rinos): Y pasaron dos hermanos que se decian los Jiménez, naturales que fueron de Linguijuela, de Extrema- dura; el uno murié en poder de indios y el viejo de su muerte. Y pasaron dos hermanos que se decian ‘cuanto a unos soldades muisicos, el primero “cantor” y el siguiente, . lafiedor de viola y amostraba a danzar”, véase ibid., p. 349. Sobre Tos nombres de “‘soldados hombres de la mar”, véase ibid., p. 350. “B. Diaz del Castillo, op. cit., t. II, pp. 339 y 340. 45 Los SOLDADOS DE LA CONQUISTA los Florianes; murieron en poder de indios. Y pasé un Francisco Gonzélez de Najera y un su hijo que se dice Pero Gonzalez de Najera, y dos sobrinos de Francisco Gonzé4lez, que se decfan los Ramirez; Francisco Gonzalez murid en los pefioles que estan en lo de la provincia de Guatemala, y los dos sobri- nos en las puentes de México. [...] Y pasaron dos hermanos que se decfan Carmo- nas, naturales de Jerez; murieron de sus muertes. Y pasaron otros dos hermanos que se decfan los Var- gas, naturales de Sevilla; el uno murié en poder de indios y el otro de su muerte.” E] autor trae a la memoria a un grupo de portugueses: Y pasé un buen soldado y bien suelto pedn que se decfa Magallanes, portugués; murid en poder de in- dios. Y pas6 otro portugués, platero; murié en poder de indios. Y pasé otro portugués, ya hombre ancia- no, que se deca Alonso Martin de Alpedrino; mu- rié de su muerte. Y pas6 otro portugués que se decfa Juan Alvarez Rubazo; murié de su muerte. Y pasé otro muy esforzado portugués que se decfa Gonzalo Sanchez; murié de su muerte. Y pasaron otros dos portugueses, vecinos de la Puebla, que se decian los Villanuevas, altos de cuerpo; no sé qué se hicieron y dénde murieron.”? *8 Tbid., p. 340. 9 Ibid., p. 344. 46 ERSIDAD DE FORMAS Y RIQUEZA DE CONTENIDOS ido -Y pasaron tres soldados que tenfan por sobrenom- bre todos tres Espinosas: el uno era vizcaino y mu- ri6 en poder de indios, y el otro se decfa Espinosa de la Bendicion, porque siempre trafa por platica, y era muy buena aquella platica, “con la buena ben- dicién”, y murid de su muerte, y el otro Espinosa era natural de Espinosa de los Monteros; murié en poder de indios.” y [pas6] otro buen soldado que se decia Francisco de Medina, natural de Medina del Campo, se metié. _ a fraile francisco y fue buen religioso; y otro buen soldado que se decia Quintero, natural de Moguer, y tenia buenos indios y estaba rico, y lo did por Dios y se metid a fraile francisco, y fue buen religioso; y Otro soldado que se decia Alonso de Aguilar, ctiya fué la venta que ahora se llama de Aguilar, que esta entre la Veracruz y la Puebla, y estaba rico y tenia buen repartimiento de indios, todo lo vendié y lo dié 6n de varios soldados por su mismo sobrenom- istador se acuerda de un grupo de soldados que se on en religiosos y posteriormente menciona a cada ellos. Tras nombrar a Sindos de Portillo, arriba cita- 47 Los SOLDADOS DE LA CONQUISTA por Dios, y se metié a fraile dominico y fue muy buen religioso; [...]*' etc. Varios genoveses aparecen igualmente reunidos en el texto: » Y pasé otro soldado que se decia Lucas, genovés, y era piloto; murié en poder de indios. Y pasé otro soldado que se decfa Juan, genovés, murié en poder de indios. Y también pas6 otro genoyés, vecino que fué de Oaxaca, marido de una portuguesa vieja; mu- rid de su muerte.*? Agrupados varios soldados por su apellido Escobar, el autor expresa: Y pas6 otro buen soldado que se decia Alonso Es- cobar, el Paje, de quien se tuvo mucha cuenta de su persona; murié en poder de indios. Y pasé otro soldado que se decia el bachiller Escobar; era boti- cario y curaba de cirujano; murié de su muerte. Y pas6 otro soldado que se decfa también Escobar, y fué bien esforzado; mas fué tal y tan bullicioso y de malas maneras, que murié ahorcado porque forz6 a una mujer y por revoltoso.™ 5! Thid., pp. 345 y 346. © Tbid., p. 347. *3 Ibid., p. 348. 48 IDAD DE FORMAS Y RIQUEZA DE CONTENIDOS cronista no olvida a un grupo de espaiioles rambién pas6 un Pedro de Palma, primer marido tuvo Elvira Lopez, la Larga; murié ahorcado, amente él y otro soldado de los de Cortés que se scia Trebejo, natural de Fuentes Ginaldo, los cua- mand6 ahorcar Gil Gonzalez de Avila 0 Francis- de las Casas, y juntamente con ellos ahorcaron a clérigo de misa, por revolvedores y amotinado- de ejércitos cuando se venfan a la Nueva Espafia le Naco.# E CONTENIDOS DEL TEXTO cuanto a su contenido, la historia de Bernal Diaz del Cas- ‘no sé limita a una memoria militar con algunas obser- s sobre los indios y sus costumbres; se trata de una s amplia que ademas de abordar el tema de la Con- Jogra recoger un sinnimero de elementos de Ia cultu- los conquistadores en dicho periodo. Su obra abarca, otros, temas como sentimientos, creencias mdgicas, curativos, juicios sobre indios y espafioles, y re- ntaciones en general que reflejan la visién del mundo soldados espafioles. Estos temas, tocados por su au- 49 LoS SOLDADOS DE La CONQUISTA tor ciertamente de una manera tangencial, son, sin embargo, universos potenciales que merecen una mirada propia. A. OBRAS ESCRITAS: HISTORIAS DE LA ANTIGUEDAD, DE LA CONQUISTA DE INDIAS Y DE FICCION » Sobre las obras escritas que Bernal Diaz del Castillo pudo conocer, tenemos noticias de algunos autores, temas de li- bros o libros propiamente dichos de los cuales sabfa de su existencia, estaba enterado de alguna informacién, leyé u oy6 leer. Se refiere a ellos en su propia historia y podemos clasificarlos en los siguientes tipos: los que tratan de historia antigua, los relacionados directamente con el tema de la con- quista de Nueva Espafia y los de ficcién. En el primer grupo encontramos una historia sobre la destruccién de Jerusalén,* los Comentarios de las guerras de las Galias 0 los Comen- tarios de la guerra civil de Julio César. En el segundo grupo se encuentra la Historia general de las Indias de Francisco Lépez de Gémara (1552); de Paulo Jovio (Paolo Giovio) los Elogios o vidas breves de los caballeros antiguos y moder- nos, ilustres en valor de guerra, que estan al vive pintados en el Museo de Paulo Jovio (1568 en castellano, traduccién de la edicién de 1546 en latin); El Pontifical 0 Historia Pon- tifical y catélica del doctor Gonzalo de Illescas (1565); la * Segtin Alfonso Mendiola, esta obra debié ser Las guerras judai- cas de Flavio Josepho. (A. Mendiola, op. cit., p. 136.) 50

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