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rase una vez una viuda que viva con su hijo, Aladino. Un da, un misterioso
extranjero ofreci al muchacho una moneda de plata a cambio de un pequeo
favor y como eran muy pobres acept.
-Qu tengo que hacer? -pregunt.
-Sgueme - respondi el misterioso extranjero.
El extranjero y Aladino se alejaron de la aldea en direccin al bosque, donde
este ltimo iba con frecuencia a jugar. Poco tiempo despus se detuvieron
delante de una estrecha entrada que conduca a una cueva que Aladino nunca
antes haba visto.
- No recuerdo haber visto esta cueva! -exclam el joven- Siempre ha estado
ah?
El extranjero sin responder a su pregunta, le dijo:
-Quiero que entres por esta abertura y me traigas mi vieja lmpara de aceite.
Lo hara yo mismo si la entrada no fuera demasiado estrecha para m.
-De acuerdo- dijo Aladino-, ir a buscarla.
-Algo ms- agrego el extranjero-.
No toques nada ms, me has entendido? Quiero nicamente que me traigas
mi lmpara de aceite.
El tono de voz con que el extranjero le dijo esto ltimo, alarm a Aladino. Por
muros del palacio del brujo. Atraves silenciosamente las habitaciones hasta
encontrar a Halima. Al verla la estrech entre sus brazos mientras ella trataba
de explicarle todo lo que le haba sucedido.
-Shhh! No digas una palabra hasta que encontremos una forma de escapar
-susurr Aladino. Juntos trazaron un plan. Halima deba encontrar la manera de
envenenar al brujo. El genio del anillo les proporciono el veneno.
Esa noche, Halima sirvi la cena y sirvi el veneno en una copa de vino que le
ofreci al brujo.
Sin quitarle los ojos de encima, espero a que se tomara hasta la ltima gota.
Casi inmediatamente este se desplomo inerte.
Aladino entr presuroso a la habitacin, tom la lmpara que se encontraba en
el bolsillo del brujo y la froto con fuerza.
-Cmo me alegro de verte, mi buen Amo! -dijo sonriendo-.
Podemos regresar ahora?
-Al instante!- respondi Aladino y el palacio se elev por el aire y floto
suavemente hasta el reino del Sultn.
El Sultn y la madre de Aladino estaban felices de ver de nuevo a sus hijos.
Una gran fiesta fue organizada a la cual fueron invitados todos los sbditos del
reino para festejar el regreso de la joven pareja.
Aladino y Halima vivieron felices y sus sonrisas an se pueden ver cada vez que
alguien brilla una vieja lmpara de aceite.
FIN