Brillante y fraterno NAIPE caluroso, delicado arte, te deslizas en mis manos como el agua corre en mis sentidos En las NOCHES, y con festejos nos acompaas gritos y delirios, risas y llanto exiges por quien gane en tus trucos mgicos. CALIDEZ de amistad y reto nos embriagas, como si un tumulto acongojara nuestra alma, existencia clida de juego das. Con o sin FAMILIA creas un aire tuerto, no ves tiempo o lugar, y como deidad de triunfo exclamas alabarte en mi mesa.
LA FIESTA DEL HUACO
Por LLAULLI, Tapia Adrin Alfredo El Huaco saltaba, tomando un ritmo mstico, como si intentara espantar algo mal, algo diablico. Con unos cuernos empuados en sus manos, de algn pobre venado, se dispone a sacarle el cuco a alguna hermosa guambra latacunguea. Dibujando la silueta de la mujer, la toca con los cuernos de cabeza a pies chocando con sus reas prominentes, espantando al ser que intenta poseer el espritu de la desdichada. - Ilinizas!, Cotopaxi!, Chimborazo!, Carihuairzo!... Gritaban, l y sus compaeros, manteniendo, o intentando mantener sus articulaciones extasiadas por las Puntas que haban tomado en todo el trayecto de su lucha contra los malos espritus de las mujeres que haban sido acechadas por el Cuco. - Ilinizas!, Chimborazo!, Tungurahua!... Al mismo ritmo y son, seguan gritando los Chamanes, llamados as por nuestro antepasados, para invocar los poderes de los dioses gigantes que gobiernan nuestras tierras para que expulsen al maldito ser atormenta a la torturada. - Cotopaxi!, Tungurahua!, Ilinizas!, Chimborazo!... Volvan a gritar los Huacos ebrios, consumidos en una orga de misticismo y excitacin. - Shfff! Una gran bocanada de trago y babas salan del hocico de uno de los chamanes borrachos que animaban la secta para espantar al maligno, hacia la silueta de la hermosa chica. Extasiada y embriagada por el desenfreno de la escena, la muchacha es inconsciente del acto asquiento para su cuerpo pero refrescante para su alma.