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Arseni Tarkovski

Traduccin de Javier Sicilia y Georges Voet

Primeras citas
El breve instante en que estamos juntos
lo celebramos como una epifana,
solos en la tierra. Y t, ms intrpida
y ms ligera que un ala de pjaro,
volabas los peldaos como un vrtigo desde lo alto,
arrastrndome a travs de las lilas a tu imperio,
all lejos, ms all del espejo.
Cuando llego la noche y se me otorg la gracia
se abri por fin la puerta del altar
donde, resplandeciente en la sombra,
tu desnudez se inclinaba lentamente.
Y al despertar dije: Bendita seas por siempre
y comprend la audacia de mi bendicin, pues dormas
y las lilas sobre la mesa buscaban
Rozarte para teir tus prpados
con un dedo de azul, color del universo.
Sombreado de azul estaba quieto tu prpado,
tu frente serena, tu mano tibia.
En el cristal palpitaban los ros,
brillaban los mares, se ocultaban las cimas
y en tu palma, sobre un trono,
sostenas esa esfera de cristal,
oh, justo cielo! Y me pertenecas!
Despertaste Un instante despus
transfigurabas el vocabulario de todos los das.
Vibrantes las palabras desbordaban
plenas de vida, y la palabra t
nos revel un sentido de luz.
Hasta los simples objetos familiares
palangana, jarra todo se transfigur
cuando entre nosotros, erguida como un dique,
acechaba el agua dura y estratificada.

Nos dejbamos llevar sin saber adnde.


frente a nosotros, cual espejismos
milagrosamente edificados, las ciudades se apartaban.
A nuestros pies se tenda la mejorana,
el pjaro segua nuestras lejanas caminatas
y los peces remontaban la corriente,
se abran para nosotros los celestes espacios
Cuando el destino, con una navaja en la mano,
Segua nuestras huellas como un demente.

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