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4 EFrtlic : » 1g formaldél cine con él sentido del cine, poral renainbcado diracteehe soviético, son considerados como decloracionoselévicosak lasted ca de la realizacién cinematogréfica. Le forma dei vine see soca 928 y 1945 que musstron puntosclave del d del tori mia de Eisensein yen partetar su one del medio del cine sonora. Entre las ensayos va lnckyer chen teflexiones sobre el teatro Kabuki, “Mélodos de ens en ‘aproximacién di ica. la forma del cine”, “ta euarta dimensiéi Icine"y ‘Dickens Grifithy sleine hoy", Tackll bién se incluye una declaracién sobrecina sonoradeEisencvoin Pa dovkiny Alexandrov; “Notos del laborctorio de un director" es durente la filmecién de Ivén al Terribla, y todos los diagrames A fotogratias de lo edicién original é 4 sergei eisenstein Sergei Eisenstein nacié en Riga en 1898. En 1925 conquisté ta fad ma con su pelicula. muda El acorozado Potiomkin..Creador o lod 26 altos de La huelga —uno de las expresiones cinemotogrsticc® més importantes de la historia del cine—, fue soldado voluntari del Ejército Rojo en 1917, entusiasta f 1920, colaborader y critico de Meyerhold, profesor y tedrico def juto de Cine de Mosc. Aunque sélo as completes antes de su muerte, en 1948, esté considera como uno de los més influyentes cineosias y teéricos del cine det nuestro Hetmpo. ~~ la forma del cine Joao >» siglo veintiuno editores, s.a. de c.v. en os as 08. £GAGN COTONGHN Ha MD. OF uno de espafia editores, s.2. Lalo original he fore © 1949 harcoure brace javarovieh, ine ©1977 jay leydla a cos reservados conforme a kx cofprinced INDICE neTRoDUCCION ‘TEATRO AL CINE INESPERADO MBTODOS DE MONTAZE UN CURSO DE TRATAMIENTO EL LENGUAIE LA FORMA [NUEVOS PROBLEMAS Lx ESTRUCTURA DEL FUME LA REALIZACION DICKENS, GRIFFITH Y EL CINE EN LA ACTUALIDAD APENDICES: A. Declaraciés . B. Notas del laboratorio de un director 180 = TA REALIZACON que este altimo desarrollo del arte como un todo ofrece a aque los que meditan en las leyes generales de la creacién artisticg —y a aguellos que se esfuerzan teéricamente por captarel feng. meno del arte generalmente como un fendmeno social con suy métodos originales ¢ inimitables de reflejar el mundo y la reali, dad. Para este propésito, nuestro cine es una mina inagotable para definir las Jeyes generaies y condiciones del arte com de las reflexiones més caracteristicas de la actividad espi del hombre. Al tener a nuestra disposicién una etapa tan perfecta del de. sarrollo de las artes, fundidas en una —ea ja cinematografia— ya podemos hacer infinitas deducciones en cuanto al sistema gla. bral y método del arte, exhaustivas para todas las artes, y no obs tante peculiares e individuales para ceda una de ellas. Porque aqui —es decir, en el cine— por primera vez hemos logrado un arte genuinamence sintética —un arte de una sintesis orgdnica en su esencia misma, y no un “concierto” de artes coe. xistentes, contiguas, “entrelazadas”, sino realmente indepen dientes. Por ultimo, hemos tenido en nuestras manos un medio de aprendizaje de las leyes fundamentales del arte —leyes que has- ta ahora sélo habiamos podido abordar pieza por pieza, un po: quito de la experiencia de la pinture aquf, un poguito de la Practica teatral alla, otro poco de ia teoria musical. Asi, el méto- do del cine, cuando se le comprenda plenamence, nos permitird revelar una comprension del método del arte en geners Ciertamente tenemos algo de que estar orgullosos en el vigé simo aniversario de nuestro cine. Dentro de nuesixo pais: Y mis alld de sus Fronteras, Dentro del arte cinematografico mismo —y nds alla de sus fronteras, a través de todo el sistema del arte. Si, tenemos algo de que estar orgullosos, y por lo cual trabajar. 11939) DICKENS, GRIFFITH Y BL CINE EN LA ACTUALIDAD La gente heblabe hubiera habide mas como st antes de Whistler no hubiers hal tura impresionista; en tanto que yo, estaba en: contrando que el camino més seguro paca producir un efecto de osada innovacion y origi nalidad era revivic la antigua atraccion por los discursos largos y retoricas; apegarseestrecha- mentea los métodas de Moliére; ievantar en pe 0 a los personajes de las pézines de Charles ickens “La olla lo empez6. Asi abre Dickens su El grillo det hogar. “La olla lo empez6...” Nada podria estar mas lejos de las peliculas! Trenes, vaque- ros, persecuciones.... zy El grilio del hogar? "La olla lo empe- 6" Aunque, por extrafio que parezca, también las peliculas estaban hirviendo de aqui, de Dickens, de Innovelaviteriana, brotan las primerae tomes dela esttia i} alsa oortesmerican, ligeda pata siempre al nombre de David Wark Griffith. ‘Aunque a primera vista esto no parezca sorprendente, resul- teria incompatible con nuestros conceptos tradicionales de nematografia, en particular con aquellos asociados en nuestra mente con el cine norteamericano, Pero, de hecho, esta relacién es orginica, y la linea "genética" de descendientes es bastante ‘Antes que nada veamot la tierra en donde el cine tal vez 00 naciera, pero ciertamente era el terreno en donde creceria has ta dimensiones inimaginadas y sin precedentes. Sebemos de dénde vino el cine por primera ver como " onorge Besnard Shaw, Sack co dethuctlah (cefecloh, Londres, 192% ust) 182 DICKERS, GRIFFITH EL CINE ACTUay ro mundial. Conacemos el [azo inseparable entre el cine y el de. sarrollo incustrial de Norteamérica. Sabemos cémo la produccién, ecatura reflejan el aliento capitalista y la construe. Estados Unidos de América. ¥ también sabemos que smo socuentra su reflejo mas agudo y expresivo en el norteamericano. — Pero cqué identidad posible existe entre este Moloch de la dustria moderna, con su tempo embriagante de ciudades y me tos, su rugido de competencia, su huracén de transacciaries en la Bolsa, por un lado, y.. las novelas apacibles, patriaccales de! Londres victoriano de Dickens, por el otra? Comencemnos con este “lemipo exnbriagante”, este “huracan”™ ¥ este “mugido”. Son los términos que utilizan para desccibie a Estados Unidos las personas que sdlo conocen el pais a través de libros —libros limitados en cantidad, y no seleccionados de. masiado cuidadosamen (Quienes visitan la ciudad de Nueva York se recobran pronto de su asombro ate este mar de luces (que realmente es inmen. 10 de la Bolse (algo semejante, en realidad, no yy en ninguna parte}, y todo este rugido (suficiente casi para ensordecerlo a uno) En cuunto a la velocidad det trafico, uno no puede verse apa rigante contre. ide en el hecho de que los potentes automéviles son tantos y van tan apretujadas, que no pheden moverse mas ripi do de calle a calle que los caracotes, deteniéndose en cada cruce no s6lo para qué pasen los peaiones, sino para que circule el ler- tisimo trafico que viene de las calles transversales. Amedida que se avanza tentisimamente entre un apretado pa- quete helado de otros humanos que condueen auttoméviles igual mente potentes ¢ imperceptiblemente méviles, se tiene tiempo suficiente para meditar acerca de la dualidad que hay tras el ros 110 dindmico de Norteamérica, y de la profunda interdependent cia de esta dualidad en todes y tode lo norteamericano. Y micntras el motor de 90 caballas de fuerza lo va tironeando de manzang a manzana por las calles ermpinadisimas, los ojos reco rren las suaves suparficies de les rascacielos. Varias ideas e tran entonces con indolencia a la mente: "gPar qué no parece altos?" "ZY por qué, con toda su altura, resultan eélidos, domés ticos. como de pueblo chico? Sdbitamente se da uno cuenta del “truco” que le hacen los ras cacielos a uno: aunque tienen muchos pisos, cada piso es bas DICKENS, CRIFFITH ¥ EL CtNE ACTUAL 13 tente bajo. De inmediato el elevado rascactelos produce la impresion de estar construido con una serie de edificios de pue. blo chico, colocados uno sobre el otro. Basta con ir wn poco mas alld de Los limites de la ciudad o, en algunas ciudades, mas alla del centro, para ver los inismos edificies apilados, no por doce- nas a cincuentenas © centenares, uno sobre otro, sino en hileras interminables de tiendas y casitas de campo de uno o dos pisos alo largo de las avenidss principales o de calles laterales rredio rarales. 4 En este punt (entre fas "trasnpas de velocidad") se puede vo lar tan rapido coma se quiera: aqui las calles estén casi desier- tas, el trafico es Eluido —exactamenté lo opuesto a la congestion metropolitana que uno acaba de dejar—, ni huella de esa enfe- brecida actividad sofocada en las prensas de piedra de ta ciudad, ‘A menudo se topa uo con regimicntos de rascacielos que se han desplazaco hasta el campo, torciendo sus densas redes de sen torno 2 ellos; pero, simulténeamente, el pequefio pueblo agricola pareciera haberse desbordado por todas partes en las ciudades salvo en sus centres; aqui y alla da uno la vuelta a una esquina con raseacielos, y es sélo para toparse con alguna casa de arquitectura colonial, aparentemente arrancada de alguna sa: bana distante de Luisiana o Alabama para traerla al corazéa mis- mo de la ciudad fisanciera Pero se produjo esta oleada provinciana que dej6 una casita de campo aqui, una igiesia alla (royendo una esquina de ese mo- numental Babilonia moderna que es Radio City}, o bien un ce~ snentetio abandonado inesperadamente en e] centro mismo del Cistrito financiero, o la rope tendida del disteito italiano que re- volotes a la vuelta de la esquina de Wall Street —este buen pro- vincialismo s¢ ha voleado en los apartamentos, apinaadose en torn z las chimeneas, provistes de blandas mecedoras y carpe- titas de encaje que cavuelven las maravillas de la técnica mo- derma: refrigeradores, lavadoras, radios, Y en los editoriales de los periédicos populares, en sos del sermén radial y en la publicidad transorita hay una ac- titud firmemeate acrincherada que por lo gentral es definida como “muy estilo oriente" —setitud que se puede encontrar ba jo cualquier chaleco o bombin en donde uno habitualmente es- perarta encontrar un corazén o un cerebro, Uno s¢:sorprende principalmente por la abundancia de elementos patriarcales de ‘pueblo pequefio en la vida y costumbres norieamericanas, en su moral yfilosofia, ea el horizonte ideotdgico y las reglas de com- portamienta de su cultura. 184 DICKENS, GRIFFITH Y EL CINE ACTUAL Para cntender a Griffith hay que visualizar una Norteamé cahecha de algo mas que la vision de los automéviles de alta ve locidad, de los trenes aerodinamicos, as veloces cintas de los teleimpresores, las inexorables éorreas de transmisién. Uno se ve obligado a entender este otro lado de Norteamérica también Norteamérica, la tradicional, la patriarcal. la provinciana. Y en tonces el asombro ante el'lazo entre Griffith y Dickens sera con siderablemente menor. Los hilos de estas dos Norteaméricas estén entretejidos en estilo y la personalidad de Griffith. al igual que en sus sec: s de montaje paralelas mas fentasticas. [me Jo que resulta mds curioso es que pareciera que Dickens ha guindo ambas lineas del estilo de Griffith, reflejando ambas caras de Noiieamieériva: la-Norteamérica del pueblo pequetio y Ua Norteamérica superdinémica, Lo anterior puede detectarse de inmediato en el Griffith “in timo” de la vida norteamerieana contemporénea o pasada, don de Griffith es profundo, en esos filmes sobre las cuales me dijo, que “fueron hechos para mi mistno e iavariablemente cechaza. dos por los exhibidores" Peto si nos sorprendemos un poco cuando vemos quit la cons teuccién del Griffith "o pi tempestuosos, de la accion embriagante, de persecuciones agotadoras, ha sido guiado por el mismo Dickens. Veamos lo que Ge cierto tiene esto (: Examinaremas primero al Griffith “intimo”, y al Dickens ‘ntimo' La olla lo erperd. En cuanto reconocemos esta olfa como un primer plano tipi 9, exclamamos: "Por qué no lo habiames notado antes? Pero claro, éste es e/ Griffith mas puro. Cuan a menudo hemos visto un primer plano semejante al inicio de un episodio, una secuen: cia o toda una pelicula suya.” (A propésito, no deberfamos de pasar por alto el hécho deque una de las primeras peliculas de Griffith se basaba on El grfllo dei hogar)? Es cierto que esta olla es un primer plano tipies de Griffith, Un primer piano, nos damos cuenta ahora, saturaco de una “at mpésfera” pica de Dickens, con la que Griffith, con igual macs. puede envolver ol severo rostro de la vida en Way down East * escrenala 27 Jer ersereau, DICKENS, GRIFFITH ¥ EL CINE ACTUAL 185 el rostro moral helado de sus personajes. que empujen a la cul | pable Anna(Lilian Gish) la superticie cesbatadize del hielo res ‘quebrajado. | cAcaso no es la misma atmésfera implacable de Frio que la que gee Dicken, por ejemplo, en Dombey «hijo? Ca imagon del Se. ap Domnbey & revela mediante el frioy ia beatecia. ¥ la huella del /éwll | frio esté en todos y todo —per todas partes. Ya “atmésfera” ado siempre y por todas parces—- es uno de los medios mas expte-” A> sivos pare revelar el mmunda interior y el talante stico de los pro pios personajes En Griffith reconocemos este diode particular de Dickens; 9) iniimitables personajes secundarios que paresen haber pa. th Seg dcecarmente dete yaa Ie Paral No lopee ecordar eee quiet habla Gon quiéa en una de las escenas callejeras dela his toria movlerna de infoferancia, pero jamas voy a olvidar ta mas. cara éel penton con su nariz saliente entre los anteojos y su b desordenaga, carinanclo con las manos asicas por detras, camo siestuviera esposado, Cuando pasa iatezrumpe el momento més patético de la eonversacibn entre sl mschacho ya muchacha su frienees, De la pareja no puedo recordar nada, pero este peatén, que en la toma se ve cruzar s6lo moments ance mi ahora iy hace veiate afios que Be cuando ev Cuando eas Ggutes wolvdobespaszen bey ber entradoen las peliculas ce Griftith directamente de ln c un actor secundaria desarrollado por Griffith hasta el es to} el peatin que tal voz jomas vaya ¢ ser filmado nucvamente y #5e maestro de matematicas que es inv {de un hors ia— quien terrpiné Ia carrera filmiea asf comenzeda con su incomparable actuacién como "Kat" en Site novedad en ef frente te figuras impacts de eos simp abi easy muy en la tradicion dickensiana, asi como esas figuras ligers, mente unidimensionales y nobles de doneellas frégiles y dolics tes, y los chismorreos rurales y los diversos personajes Soa particularmente convincentes en Dickens cuando los usa bre- vemente, en episodies gicgavce? (Peckesniff es que aqui, como los mejores personajes estan mejor fectos mienteas ng asia que se Bumble esd hun eereto pr isawbee es noble siempre y saan do eo esté haciendo nada; peve cuando espin a Uciah Heep es muy paca eon 186 DICKENS, GRIFFITH Y EL CINE ACTUAL vincent... De igual manera. mientras que Peckanff es lo mejor de a historia la historia es lo peor en Peckesnitt.. Libres de esta limitactén y con la misma credibilidad, los perso najes de Griffith crecen de figuras episédicas 2 esas imagenes das y fascinantes de la gente de carne y hueso, en las que su obra es tan rica. En lugar de discutir esto en detalle, volvamos al hecho més obvio: el crecimiento del segundo aspecto del oficio creative de { Oxiffith, mago del empo y del montaje; un aspecto para el cual ‘trozos” paralelos para su primera versiGn de Enoch Arden (After many years, 1908), esta es la discusion que tuvo lugar, tal y co- mo lo registra Linda Arvidson Griffith en sus memorias de los dias de la Biograph: Cusnda el Sr. Griffith sugirié una escena que mosteaba a Annie Lee espe. Tando el regreso de su marido, que iris seguida por una eecens de Enoch esterrado 3 una isla desierca, ces de contar una historia ada” ‘Y bien’, dijo al Se. Griffith, "zna escribe asi Dickens?” 'Si, pero Dickens; eso os escribir aovelae; es diferene.” "No tanto, éstas son historias fotogealindas: aa es tan diferente Pero, para hablar con toda franqueza, el asombro ante este te ma y lo aparentemente inesperaco de tiles afirmaciones se de- ben tnicamente a nuestra ignorencia de Dickens Todos to lefmos en nuestra infancia; nes lo bebimos de golpe sin dames mucha cuenta de que resultaba irresistible no solo por Is manera en que captaba en detalle la infancia de sus hé ino también por su habilidad espontanea e infantil para (pita de Dickens como del cine norteame: fy delicadamente actia sobre los rasgos infantiles del piblico. Nos preocupaba aim menosla.técnica d= composicion de Dickens” Bafa Rosocros era inexistente —pero cautivados por los efectos de su técnica, Seguiamos Febrilmente & sus personajes de una pagina a la siguiente, observando cémo desaparecian de la vista en ef momento mas critizo, para reapa ne 2p, 107 Whe tine moves were young, Nusva York EP, Butan and Coes lact ofthe grea meen, Nuews York The Reacere “DWw.Gr pany, 1525, p. 6 (sdultos, rara vez releimos sus novelas: ¥ al cot DICKENS, GRIFFITH ¥ BL CINE ACTUAL 187 recer entre los lazos separados de la trama secundaria paralela. | 7 Como niiios, no prestabamos atencién a esta mecénica. Como nos en pe- licaleros sunca tuvimos tiempo de mirac ms allé de las porta- das de estas novelas para descubrir qué fue, exactamente, lo que nos cautivé de ellas y con qué medios estos vokimmenes incret blemente gruesos atraparon nuestra atencién de manera tan irre Por lo visto Griffithdte més perceptiva, Ferd gates dé révelar qué pudo haber captado la tensa mira da del cineasta norteamericano en las paginas de Dickens, me gustaria lamar la atencién a lo que el propio David Wark Grif fith representaba para nosotros, los jévenes cineastas soviéticos de los afios veinte Para decirlo con sencillez y sin eqiuivocaciones: una tevelacién, Procirese recordar nuestros primeros dias, aquellos prime: 05 afios de la revolucién socialista de octubre, El Fuego de Al calor del hogar de nuestros productores filmicos locales, se ha- bia apagado: Los encantos de Nava’ de sus producciones perdic- ron su poder sobre nosotros y, murmurando a través de sus Judoletev y Runich, Palonski y ‘Maximov partieron hacia el olvido; Vera Jolodnaia a la tumba; Mozhujin y Lisenko a la expatriacion. El joven cine soviético. recogia la experiencia de la realidad revolucionaria, de los primeros experiments (Vertov), de las pei- eras empresas sisternaticas (Kuleshow), en preparacién para esa explosion sin precedentes que se produjo en ia segunda mitad de los afios veinte, cuando se convertirfa en un arte original, in- dependiente y maduro que répidamente obtendria el reconoci- miento mundial En esos primeros dfs una mezcla de la més amplia variedad de filmes se estaba proyectendo en nuestras pantallas. De este curioso revoltijo de viejos filmes rusos y otras nuevos que trata ban de mantener las "teadiciones" y filmes nuevos que no hu bieran podido lamarse saviéticas, asi como filmes extranjeros que habian sido importados promiscuamente, 9 sacados de pol: vyosos anaqueles, comenzaron a surgir dos corrientes principales, Por un lado estaba el cine de nuestra vecina, la Alemania de Ja posguerra, El misticismo, la decadencia, la lénguida fantasia 5 tas encantcs de Hav (de Sologub) y A calor del hoger, dos fllmes russ p voluciona ve Olvidat hoger. Lae sorebees Que siguen son de as eateelae femenines y marculinas de esta dpocs. (2) 188 DICKENS, GRIFEITH Y EL CINE ACTUaL que siguieron en la alborada de fa revolucidn fallida de 1923. La pantalla estaba pronta para reflejar este estado de anim, Nos. feratu, eine Symphonie des Grauens, Die Strasse, Schatten, Dr. Mabuse, der Spieter.® que nos llegaban a través de nuestras pan. tallas, alcancaron tal grado de terror, que nos mostraron una no. che interminable-prefiada de sombras y crimenes siniestros, El caos de Jas exposiciones miiltiples, de las disolvencias so- brefluidas, de las pantallas fragmentadas fue més caracteristisa de los tiltimos aiios veinte (como Looping the loop 0 Gehetranisse ciner Seete}7 pero ya filmes alemanes anteriores contenian mas de un signo de esta tendencia. En la sobreutilizacion de estos re- cutsos s¢ reflejaba asimismo Ia confusién y e! caos de Ja Alema- nia de la posguerra. Todas estas tendencias de estado de Anima y de método fue. ron anticipadas por El gabinete del Dr. Caligari (1920), una de los primeros y mids Famosos de estos filmes, este barbara car. naval de la destruccién de la saludable infancie bumana de nuestro arte, esta tumba comin para los origenes del cine nor- mal, esta combinacién de histeria callada, lienzos abigarrados, pisos embadurnados, caras pintadas, y los gestos y actos afecta. los, inciertos de quimeras monstruosas. E] expresionismo apenas dejé huella en nuestro cine. Este hir “ nético y pintado “San Sebastian del Cine” era demasiado ajeno al cuerpo y espiritu robustos y jévenes de laclase en surgimiento Es interesante anotar que durante esos afios las insuficiencias enel campo de la técnica filmica desempefaron un papel positi vo. Ayudaron a evitar un paso en falso.a aquellos cuyo entusiasma los habria empujado en una direccién dudosa. Ni la de nuestros estudios, ni nuestro equipo de iluminacién, ai los materiales disponibles para maquillaje, vestuario o escenario, nos permitié apilar en la pantalla semejante fantasmagorta, Peco fue principalmente otra cosa lo que nos contuve: nuestro espiri tu nos empujabs hacia la vida entre la gente, dentro de la rea- lidad que surgia de un pais.en regeneracién. El expresionismo pas6 a integrar Ja historia formativa de nuestro cine como un levoso, de repulsion. las como The gray shadow, The house of hate, The 922), deaida poe FW. wena De Siraee (1633, Grune; Schatten 1923, drigida por Arthue Robinsons Or Mabuse, des § ip por Fie Lane Looping the loop {1928 (u929) dlegids par GW. Pade aida por Arthur Robinson, Geheimise siner See DICKENS, GRIFFITH Y Et CINE ACTUAL 139 mark of Zorro® aparecié otro Factor filmico importante. Habia en estas peliculas un mundo estremecedor e incomprensible, pero que no resultaba ni repulsive aj ajeno. Por el contrario, era cau tivador, atractivo en su manera de captar Ia atencidn de los j6- venes y futuros cineastas, exactamente de la misma manera que los ingenieros jévenes y del futuro de la época se veian atraidos por las mucstras de técnicas de ingenicria que nos eran desco- nocidas y que nos Ilegaban de la misma tierra distante y desco nocida del otro lado del océano, Lo que nos arrebataba no era sélo estos filmes, sino sus po- idades. Igual que las posibilidades de un tractor hac tido de clase, de esta maravil La figura mas apasionante en este trasfondo era Griffith, ya que Fue en sus trabajos en donde el cine se hizo sentir como algo suds que un entretenimiento o pasatiempo. Los nuevos y br una profunda em con la risa y las lagrimas, y todo esto Jo hacia con una hal extraordinaria para preservar el fulgor de una fiesta te dindmica, capturada en The gray shadow, en The mart yen The house of hate. Que el cine podia sec incomparablemen: te més grandioso, 7 ésta seria la tarea basica del florecients cine ith, y en sus pel onfirmacién de esto, Nuestra encendida curiosidad de aquellos afios por la cons. teuccién y el método, habilmente discernié en dénde yacian los factores atectivos mas poderosos en estas grandes pel tcamecicanas. Se trataba de un campo hasta ¢se momento des- conocido, que Ilevaba un nombre que nos resultaba Farniliar, co en el ambito del arte, sino en el de la ingenieria y de los apara. tos eléctricos, y que por primera vez tocaba el arte en su Fase ms avanzada: la cinematografia. Este campo, este métado, es principio de construccién y elaboracién era el martaje.\ V El montaje cuyos fundamentos hablan sidé asentadow por La ulas nor. oe es 190 DICKENS, GRIFFETH Y EL CING ACTUAL cultura filmica norteamericana, pero cuya utilizacién plena, com. pleta, consciente y su reconocitniento mundial fueron establec: dos por nuescras pe El montaje, cuyo surgimiento estara iempre al nombre de Griffith. El montaje, que de- Papel shds vital en el erabajo erearivo de Griffith y sus isiunfos mas gloriosos, Griffith legé al montaje mediante el método de accion para lela. ¥ esencialmente, fue aqui en donde Hlegé a un punto muer- to. Pero no nos adelantemos, Examinemos la cuestién de cdmo Je ego el montaje a accién paralela fue conducido jpor Dickens! ‘A este TeSpetio el propio Criifith Hizo declarac' A.B. Walkley, en The Times de Londres, el durante una visita del director a Londres smo, es un pionaco mis que un inventor. Es decir, he Cine, baja la quia de ideas que ha sus mejores ideas las ha obtenicn de tieainente cuala) joa lepde gravedad de In taid de tuna maazara; pero una pera a is hubievan servide igualmence. La len consisie simplemeat= ea una "ruptuca” en In naccativa, un desplacs Kenieato de [s historia de un grupo de personajes aatza. La gate que excribe lipo cle novelas argasy ceplatas de personajes alextile de inguno deelas sino en Dickens luencia predomninante de Dic: fa autaridad en un recurso qua, en et fonda, el que sea citade como es comin 9 toda Ia fiecién, ' Aua con un conosimiento superficial del trabajo del gran nave sta inglés, se puede uno dar cuenta de que Dickens puede haber dado, y de hecho le dio, mucha mas or a la cinemato- | grafia que la que Is leva al montaje de la accion paralela tii camente SLCKENS, GRIFFITH ¥ EL CINE ACTUAL it La semejanza de Dickens con las caracteristicas del cine en nétodo, estilo y particularmente en punto de vista y exposicin, es realmente asombrosa. Y podria ser que en la naturaleza de estas caracteristicas precisamente, en su comunidad tanto para Dickens como para el cine, reside parte del secreto de ese éxito masivo que ambos, dejando de lado los temas y tramas, ganaron y siguen ganando para ese tipo especifico de exposicién y es. Qué eral sus lectores? Hay u el cine en la actualidad con la misma capa s lector a vivir con las mismas pasiones. Apel 2 los mismos elementos buenos y sentimentales a los qué apela ol cine (cuando menos superficialmente); se estremecian novels de Dickens para sus contempardneos; respuesta! tenfan con ellos ia misma } Uy de lo aburriclo, de lo prosaico y lo cotidiano, lo extraordinari lo singular, lo fantastico. ¥ visten a esta existencia comin y pro- saica con su vision especial. Huminado par esta huz y reflejado del terreno de le Fiveién la vida, to comin y corriente adquit y ls gente aburrida agradecie al autor que les diera los semblantes de figuras potencialmente romanticas nte esto explica el apego alas novelas dz Dickens dad) mporinecs de Dickens professban al autor de Pick Ese cariio vive y res idea adecuada de | pos en que todavia vivia Dick: fen que aun ahora encuensee dsl 'y prelisea en cambio. La emocién te wolfa que suscitan estas reminiscen alas de una generacian mas joven, ue indicio del entusiasme 192 DICKENS, GRIFFITH ¥ EL CINE ACTUAL, entrega mensual com sus portadas azules (alge sin lidad) a los hogares ingleses, En e2a ép0es, me contd ia gente caminaba un buen t¥echa para ira encontrar scents gre sine cab ora. mpc te ban por tener lo que Bor tenia que decirles... Imposible que esperaran pa "iontemonts heats que el carero, que avaneabs pevademeate tn sa velo bello llegera con le sliiin de caioscandentcs problemas. Cuando leg Shasta eee er ae 2 ee ra ce ng reae res fnicas, y mAs all, doade las cacianes de haba ingesa iar. Ghares Diekens ers amas rimer momento en que pmedinnt a impress lo jade nasovere to een aimpren Soneieron, hasta el Las giras que hizo Dickens como lector de sus obras di¢ron una prueba final del afecto que el pablico le tenia tanto en su pais como en el extranjero. Hacia las nueve de la mafana, cuando se ponian ala venta los boletos para su sesidn de lectura, se hacian dos colas de compradores, cada una de un kilémetro mas 0 menos, boletos etaban vendidos antes del 26 celevaban unos 40 ‘esing volaban por as calle yplazes sh leno diciembre a divecsos grupos de geote, meateas que personas #3 Essotresian ste y diez dblares por cabs puesto tala ola con pets nas que eataban mia adelante ' efen Zweig, Taree maser: Bales, Dickens, Dostoessky, traducldo por Ede ciar Fal, Nusra York, The Viking ress, 1990, 9p. 51-53, "De un persdics de cocresponsal de Nueva York, Et propio Dizkens presencio un subprod ralsente cit, hablo muy en seri) fads persona de un eolchén de pola una bolsia de carne y pan, das cobertores y una Doselln de whisky. Com ting inmentafogs'a ena DICKENS, GRIFFITH Y EL CINE ACTUAL 193 gAcaso no es esta atmésfera similar a la de la gira de Chaplin por Europa, oa la visita triunfal a Mosed de “Doug” y “Mary 02 la entusiasmada expectativa en tomno al estreno de Grand Ho: telen Nueva York, cuando un servicio aéreo atendio a los com. pradores de boletos ce la costa oc: El inmenso éxito popular de las novelas de Dickens en su propia dpoca sdlo puede ser igualado por ese vertiginoso éxito que dis Frutan en la actualidad una que otra pelicula sénsacional Tal veze! secreto resida en la creacién de una plasticidad ex: sraordinaria (tanto en Dickens como en el cine), En las novelas / de Dickens la observacidn es inigualable como lo es tambié su calidad éptica. Sus personajes estan redondeados con medios ¢ tan plasticos y tan levemente exagerados como to esti los roes de ja pantalla de la actualidad. Los héroes de la pant quedan grabados en los seatidos del espectador con vasgos cla- ramente wisibles; los villanos son recordados por ciertas expre. siones Faciales, y todos estén saturados por ese radiante resplandor, Taro, vagariente artificial que proyecta sobre ellos la pan! Y es asi, justamente, como Dickens crea sus personajes, esa galeria plasticamente impecable, captada con una agudeza des- piadada de Pickwicks, Dambeys, Fagins, Tackletons y otros. Precisamente porque a sus bidgrafos nunca se les ocurrié re. lacionar a Dickens con el cine, nos proporcionaron una eviden- cia objetiva singular que enlaza de manera directa la capacidad de observacién de Dickens con nuestro medic. (Yohnl Forster habla de los recuerdos de sufrimiento en la infencia de Dick: observe, como no podia dejar de hacerlo, la fantistica memoria dete- lada de fste. No se percate como debiera de a forma en que su visibn fisica supecaguda constituy un elemeato basico en su método a Porque [a agudeza de esa visiin fisica y el recuerdo precise de cada detalle de Io iban junto. una aprehensién anormalmente completa de Ia cosa vista totalidad de sus conexiones naturales con el don de Ia vists —y no #6 alas cosas simples de ts vida cotidiana simple aparece como una “exagera. ner sus sslehones en el sitio canquittadoyafoneacteasiendo as ras de mea, “Cae (aa dehy 5 de onera de [8B ctndss en John Forster, The life of Chaves Dickens, Lon tds, Chaperan and Hell, 1892, DICKENS, GRIFETTH ¥ HL CINE ACTUAL dad es que Dickens ve siempre de 1a, al me pequena, todo to que hay que vers m parte, ya veces una part Zweig prosigue: Ateaviesa fa acblins que rodea tas olas. En David Copperfield, esa autobiografla disfrazada nos ufcece los recuertlos que tiene un nino de dos ans de Su mada, con la bella cabellara completamente armors ra ia coma un navio sabre 2 aot de se jerdos que ton co. Y por lot 0, perpetuamente, ets Is crza de sedales, por insignificant® ‘una cancha cle 4488 en un vestido, un gesta torpe prouucido por como autor, be invents una especie para la realidad, que consistia en una serie de signoa paque fos en lugar de largas descripclones, una esencia de obsevacisn de de los innummerables seontecimientos de la vida. Ti ja le menor ex ‘precisa. Nada nvariaolemente Dic " 5s personales de sus personajes. K fsa facultad optica extraordinarie cn élaleanso a genilidad. .)Su ps: eDlopla tmpexaba cou fo wsible lograba is interiorzacon de su persanale rmeciante i observacin del exterior ae mi fs dallcadas y fings del {Bpecio externa, cieramen zailos por una fagina. asofes ingleses, Dickens no parte de eat, Blediance los e2sg05, hablaba en un courmuil; el esfuerza yublando tan débslmente hac potesis y supasi 19s: Creskleno tenia vos, pera jenvia de estar bios, y 2 8us TA. Jackton, Charles Dicker ral Publishers, 1938, pp 2502 he progress of Radical, lueva York, 297388, DICKENS, GRIFFITH Y EL CINE ACTUAL 195 vonas gruesas mucho mis gruesas. Incluso al leer esta descripcin, else 1 de cerroc que las nios tuvieron cusnda se acerct el fiero fantareé senos hace manifieste también. Las mands de Usiah Heep estén himedas 4 frias; desde al inicio sentimos desprecio por esta crietura, como sf fuera frente, Cosas pequenas? (Exteenas? Si, pe tina vibora lo que tuvierampoe ro iewariablemente son coses que se tecluyen en ol alma,!? Fas imagenes visuals de Dicken con insparables de sus images es auditivas, El filésofo y eritico inglés George Henry Lewes") jento de azoro, que ‘escribi6, aunque con ust senti config una vez que todo fe que decian sus personajes hsbia sido aida claramente por é Podemos ver con toda claridad que sus descripciones nos ofte- cennno sélo una total exactitud de deraite, sino también un total bosquejo exacto de comportamiento y actos de sus personajes. 'Y esto 28 tancierto respecto de los mas minimos detalles de com- portamiento —los gestos incluso como de las caracteristicas basicas mas generales de la imagen. Noes esta descripcign del comportamiento de} sefior Dombey una directiva completa de rector-actor? Ya habia puesto la mano en el cordén para teansioitira Richards su llama. do habitual, cuando su vista eayd sobre el escritorto que perteneciera a su ddifuista esposa y que, entre otras cosas, habia sido levado de un gabinete 42 su recimera. No era Ia primera vez qua su vista se potaba ahi. La lave vvabs en el bolsillo: Is trajo 2 su mesa y entonees lo abrié —habiende antes cermido la puerta de la habitacién— con una mana bien acosturmbreda Aqui la dltima frase atrapa la atencién: hay una cierta torpeza en esta dasceipciéa, No obstante, esta “frase insetada’ habienda antes cerrado la puerta de la habitacién, "encajada” como si hut era sido recordada por el autor en medio de una frase poste: rior en lugar de ser colocada en donde aparentemente debiera haber estado en el arden consecutivo dela descripcién, es decir, antes de las palabras fa trajo a su mesa, se encuentra exactamente en este punto por razones enteramente no fortuitas. ‘montaje"" deliberado del desplazamiento del nuidad temporal de Ia descripcién hay una exposicisn bri mente eaptada de la jechoria pasajera de la acci6n, deslizada iminar y el acto de leer una carta ajena, le S. Zweig, op it George Henry Cowes, “Dickens In 1 1 de febrero ce 187, p. 168 "2 Gao en J Fortier, op. oi, p. 368 ln", The Foriight Review, Tye jiscady Peecaealyariliay DICKENS, GRIFFITH ¥ EL CINE ACTUAL lleresca que el sefior Dombey sabe imprimir a todo comportamiento o acto suyo. (/ Este arreglo {montaje) mismo del fraseo ie da una direccién (exacts al “actuante”, de manera que al definir la apertura del in. decorosa y confiada, debe ‘‘actuar” el cerrar la de un matiz de conducta en- izar” es en donde habria de a ta apertura de la carta; pero en este punto de la “actuacién” Dickens matiza de manera mds precisa, no sélo mediante un arreglo significativo de las palabras, mediante una descripcién exacta de las caract cabeza en una mano, y la feyd toda. La lectura en sf se lleva a cabo con un matiz de absohite decoro fio y caballeresco: La leyé lenta y atentamente, poniendo un escrapulo particular en cada atl ba, Aparte de que su gran sosiego no pare eato de ir a a atriesgarse a que pudierao ser reunids y devcifrador;y en lugar de ‘comp de costumbre, al pequefio Paul, se sent6 solo tod Is tarde en sa habitasisn. 196 vado a cabo con esa absoluta “correccién" de la dignidad caba. inal de la novela, ya que in de Ja accién, Dickens, si 6 este pasaje:y Forster, en st pasaje para mostrar con qué a de piedad Dickens a veces "cortaba” textos que le habfan ie de piedad destaca una vez Esta escena no aparece en la versi con el objeto de aumentar guiendo in de gran aliento)) No me parece tn error detenerme en esté ejemplo, ya que s6- Io se necesita alterar dos o tres nombres de personajes, y sust: tuir el de Dickens con el del objeto de mi ensayo, para atribuir DICKENS, GRIFFITH Y BL. CINE ACTUAL, 197 teralmente toda lo anotado hasta aqui_a Griffith, De esa mirada acerada y observadora, que recuerdo de mi en- cuentro con él, ala captura en passant de detalles clave o de signos.indicaciones de eardctes, Griffith lotienetadaenjamis. © ma medida que con la aguceza dickenssiana y la claridad, Die. _*\ “Reiss, Bor su parte, tenia ans "tualided Spilea” cinemadtica, una ~ “*composietén dé Guadra™ yun primer plano” asTcoma la alte dos —pierden conviccién y encanto. Adquieren un aire de max quinacién 0 de truco de carias. Lameataria mucho perder la conviccién respecto a la afinidad entre Dickens y Griffith per- mitiondo que esta abundancia de.raagas comunes se convictiera en.un-juege-de parecido anecdético de signos. Tanto més cuanto que esta investigacion sobre Dickens va mas alld de ios limites de! interés en el oficio cinematografico indivi dual de Griffith para ampliarse en una preocupacién por el ofi- cio del cine en general. Por eso es que profundizé mas y mas en las indicaciones filmicas de Dickens, reveléndolas e través de Griffith, para ls utilizacion de futuros exponentes filmicos. Por ~ Jo tanto se me debe excusar el que, al hojear a Dickens, haya en. | contrado en él incluso una “disolvencia”, Paro'de que otra ma- nera podria définirse este pasajevet Thicio del ultimo capitulo de Historia de dos ciudades berbias de monarcas absolutos, en carmuajes de nobles feudates, en galas de deslumbeadoras Jezabeles, en Sinagogas que han dejado de ser la Casa de mi Padre para c ‘en cavernas de ladrones, en iiseras cho- 2as de millones de famélicas campesinos! ® Cudntas sorpresas “cinematicas” deben estar ocultas en las pa ginas de Dickens! No obstante, estructura basica de montaje,cu- yos rycimentos én el trabajo de Dickens Iueron ~| en el trabajo de Griffith como elementos de composicion filmi. ga Levantando una pane det retorque tabre estas riqueces, estas WGhat ikens i de dos cusages, México, Combre. 1961, 9p. 45366, 198 DICKENS, GRIFFITH Y EL CINE ACTUAL expericncias hasta ahora no utilizadas, veamos Abrémoslo en el capitulo xs, y leamos el comienzo: Capitulo xx! la Ja mafiana a los dos madrugadores, Negros nube- mamenco amennzand torment, el viento toplaba resplandores anunciaban por oriente la proximidad del dia, pero lejos de tender a cisminuiz la jubre de la escena, contribu \ensidad luminies bastante para det gar a der vida y luz los himedas io completo, 2, Para cuando Sikes y Ol ‘empezaba a levantarse el ban apagados; slgunas carcos redaban perezosamente en direceida a Loncires; de ver en euando pasaba, ssiando sebre los baches del camino, una diligen cla cubierta de fango, cuyo mayoral disparaba una lluvia de imprecaciones «o> bre el carrera que, por no naberle cadido a tiempo la derecha, seria cause de que llegase a su destino con un cuarto de minuto de retraso, Estaban ya abiertas las tabernas, en cuya interior lucian tos mecheros de gas ovo a poco se ban abriendo las demas ndagsy gradualmente ‘compactas muchedumbres conduciendo viveres y peovisiones de f los suburbios oriertales de Ia ciudad. 3. Cuando #) bandido y Oliv ruido y el movimianto ensorde DICKENS, GRIFFITH Y EL CINE ACTUAL 4 Bea dia de mercado, El suelo desaparec que se hundian Tos pies hasta campesinos, pregoneros, rouchachos, y vagabundos de toda clare Semecclaben ea revuelta masa 5, Los silbides de los carreros, Jos ladridos de las perros. Jos bramidos y mugidos de tos bueyes, Ja balidos de las ovejae, idos y grutidas de los eerdos, 5 gritos de los cocheras, 3s juramentos, blasfemias y vocerio que se alzaba por todas partes, el repicar de las eampanes yelestruenda que Jae aprecones y ene: y tevolvla semejante horrible desconcierto de mercado yet eropel de hombres y mujeres astrosos, escus 1 primeros y tin peinar Ins seguedas, que se arce jedad, eran més que bastantes para sturdir y desconcertar a cuslquiers, Cuan a menudlo nos hemos encontrado con esta estructura, jus tamente, en el trabajo de Griffith, Esta ecumulacion austere y este tempo en aumento, este juego gradual de Tuz, de Tes retul los habitanies habla dad tomrtenco alas faenas transicién calculada de los elementos puramente visuales a so entre! di etapa dé Tazen aumento, de manera que el rumor pueda crecer hasta elestruendo, tran: r ay ¢ 200 DICKENS, GRIFFITH ¥ EL CINE ACTUAL te auditiva, concreta y obje ranseripe)én fragmentada) sant ¢ intercalandolas sura.a su empleo; y, mo, estos detalles may tpicos: los cuerpos fétidos de! ganado, de los que se el vapor en ascenso y se mezcia con la nube de ja neblina matu- tina, o el primer plano de las piernas, sumergidas casi hasta el tobillo en basura y lods, todo ello produce la mas plena sensa- ida cinematografica dei panorama de un mereado. ‘Aunque nos sorprendan estos ejemplos de Dickens, no debe- ‘mos olvidar otra circunstancia relacionada con su trabajo ¢rea. tivo en general. Hay que pensar que esto se desarrolia en Ja “acogedora' glaterra vieja, pero sin olvidar que las obras de Dickens, con: deradas no sélo en el contexto de Ia literatura inglesa sino de la literatura mundial de la época, Fueron producidas como tra- bajos de un artista citadino. Fue el primero en incorporar fébri- cas, maquinas y tranvias en la literatura, Pero la indicacién de este “urbanismo” en Dickens se puede encontrar no sélo en su material teméatico, sino también en ese tempo vertiginoso de impresiones cambiantes con el que Dickens bosqueja la cluded en le Forma dé un cuadro (montaje) dindmi- co; este montaje de sus ritmos tratismite la sensacion de Tes li- niles de Ta velocidad de esa época (1638), ila sensacion de ona diligencia veloz! —— iva ahora (la seccin 5 de nuestra (on tales escenas, escogidas en pas. do —coma el.cochero que se apre. Cuando paraban a todo correr por los objetos slempre cambientes, era cu- rioso observar en gué extrafa procesiéa cofetmos, staddes par ios mucros,gementer rontonnde y agrupede indo a lad, perecia rev or cAcaso no es un anticipo de una “sinfonia de una gran ciudad"? Pero aquf hay otro aspecto exactamente opuesto de una Sie Charles Dickens, Nicholas Nickleby, cap, XXXL ‘rsferencia al filme de Ruttmana Freund, Beri Die Sinfonie dar Grovsadt DICKENS, GRIFFITH Y BL CINE ACTUAL. 201 | dad que dejé atras en achenta afios [a pelicula hollywoodense { gas todas muy parecidas entre sl, habitadas por gente lan y entraban alas mismas horas, con sa hacer el mismo trabaje, y para quic pasado y el préxim. ¢Se trata del Coketown de Dickens de 1853, 0 de The Crowd, de King Vidor, de 1928? los antes menctonados hemos encontrado pri an de montaje de Crit intercaladas una en otra. amos al grupo dé escenas en las que transcu- conocido de cémo el sefior Brownlow, para mos: Werio pese a su reputacién de carteristz, lo manda Estas escenas se desarrollan absolutamente a le 7 | to en su Tikea Interna emocional como en su singular Tetteve es- cultural yen el delineamiento de sus personajes; en la pleni poco comtin de los rasgos draméticos taato como los humor! cos; tambiga, por tiltimo, en el montale tipicamente grit del entrelazamianto p individuales-Prestemos particular atencién a est liarida, tan inesperada —se pensarfa— en Dickens como carac- | teristica de Griffith | ima pecu: Capitulo x17 NUEVOS DETALLES SOBRE LA ESTANCIA DE OLIVERIO EN CASA DEL SEROR [BROWNLOW ¥ VATICINIO HECHO POR CIEATO SENOR GRIMWIG ACERCA DEL RESULTADO DE UMA COMISION ENCARGADA AL MUCHACHO, Nadie curmplicd el encargo mas escrupulesamente que él =iSi, senor! Yo lo haré —tercis Tre volando, 8 charles Dickers, Herd times Libro | ap. * charles Dickens, Olivera T 202 DICKENS, GRIFFITH Y GL CINE ACTUAL ‘A punto estaba el buen caballero de contestar que n ra. la ealle bajo ai extravagante amigo le hizo variar de resolucién, Deciaid, pues, confiee cc 81G0 al muchacho, manere de demostrat con hechos qué les sospechas ce Grimwig eran infundadas y aviesas (Oliverio se prepars paca cusnplir con e) No tardaré ni diex minutos, sefier ~contests 01 {la sefora Bedwio, enfermers del sear Brownlow. ta direcsion, y to despechs.} —pligs seflora siguiendo @ Oliverio por qua, pero hubiera deseado que no sallera de El muchacho, que legebe a la esquina, volvié le cabeas y sonrid a la se- fora Bedwin antes de doblarla, Esta devolvi la toncisa y, estrando le pace ta, subié a su habieacion = Vamos a ver —dijo Brownlow, sacanda ef reo] del bolsillo y poniéndo. lo sobre ta mesa Estart de vuelta dentzo de veinte minutos alo seme jo habré anochocido entonces. —ePero espera usted que vuslva? —peegunts Gri ~éLo duda usted? replica Brownlow, saniendo. El espiritu de conteadicsién respiraba con fuerza en aquel momento en el echo de Crimwing, perv ain le dio mayores alientos In soative de sovtien za de su amigo. \Lo dudo, si —respondi6, desesrgando otzo pufetazo sobre la mese— wig No séto lo dudo: firma que no volverd, El muchacho Heva un traje nesve algunos libros de valor y un billee de cinco libras ea el bolsila. De ean ing én devechura a encontrar a sus antiguos amigos, les ladrones,y tados se burg lacdn de Pronunciadas estas palabras, acerc6 su silla ta sguardaron silencio, jas sus mizsdes en le esfera del re ed, (Si ese muchacho vuelve a aparecer por esta Gata, me tomo 2, y los dos amigos ‘ie teniaa delante A esto sigue una breve “interrupeién” en forma de digresign: 9 sera hacer constar, a ttule de lave la impor tancia que el hombre suele conceder & sus juicis y el orgullo con aut vs ‘enfirmadas por las hechos conclusiones temerarins y haste odlosas due se petmite aventurar, que el seSor Crimwig, no obstance su buen sorsaén, que bueno lo tenia de veras ye pesar sincere que le proporeionaria ver engata, doy estafoco a su amigo, ea aquel memento deseabe con toda au sins que Oliverio Twist na volviere Y vuelve muevamente @ los dos ancianos cabaileros: fo. Apenas se distinguian yo ins agujes del celo| pero los 28 continuaban inmé ojos elavador en la esters, DICKENS, GRIFFITH ¥ Bt, cine ACTUAL 203 Elcrepitscula muestra.que sélo ha transcurrido un poco de-tiem- ba. pero.el primer plano del reloj, mostrado ya dos veces entre ambos caballeros, indica que ya pasé.un buen rato. Pero justo en ese momento, como en el juego de “zvendra?, ¢no vended?” waluerando;no sélo a los dos caballeros, sino también al ama. e lector, los peores temores y presentimientos vagos de la en. fermera se ven justificados por el corte a una nueva escena — El ncadémico fvan Meshcha ninov presenta la cuestién dz manera mas detallada: la y estdn le rales. Las antece detectade en fos Las palabras-ocaciones Fragmentadas en sus partes componentes 1nues na unidad ences las palubras originales y sus eombinacionss en el com lejos Se adquiere asivna diversidad ue posibilidades fn expresivas com! sleién eran proyectados hi tada en sus elementos principales, es de ccon sus feyes de sintasis. 27 Anteriormente afirmames Ia particularidad de nuestra actitud hacia el montaje. No obstante, la diferencia entre nuestro con cepto de montaje y el de los norteamericanos se vuelve més age da y inds clara si observamos esa diferencia ea principio de la coinprensiéa de otra innovacién que introdujo Griffith en la ci: nematografiey, de la misma manera, rec las manos una comprensién por entero diferente Nos referimos al primer plano 0, como decimos generalmen: la “gran escala”, es decie, grande Los norteam: icen: cerca o “*primer plano”.>* Estamos hablando del aspecto cualitazivo del fendmeno. do can su significado (asi como hablamos de un gran tater decir, uno que sobresale por su significado de la linen general eral courte in Russian grammar, MogeiLeningrado, 1935, ls lenguajes modems gue preseranau cacicter Toei os Yukagirs ys Gilyaks Pare lengusjas,veare la abes cel profesor Meshehatn, Leningrad, 340 sn The New York DICKENS, GRIFFITH Y £1. CINE ACTUAL 2109 o de las mayasculas en imprenta, para destacar lo que es pa: /ticularmente esexcial 0 signiticativa). Entre los norteamericanos el trmino esté asceiade al punto de vista Entre ncsotres, al valor de to gue se ve Veremos la profunda diferencia que hay en el principio, lue go que hayamos entendido el sistema que, tanto én el métado co- mo en su aplicacién, utiliza Ia "gran escala” en nuestro cine, en Gierta forma distinta deta utilizacion del "printer plana” en el cine horteameriéano. En esta comparacién, lo primero qué aparece de Inmediato como una relacién clara con la funcién principal del priraer pla. no en ausstra cine es no s6lo y no tanto mostrar 0 presentar, co- ma significar, dar signéficads, designar. A nuestra manera, muy pronto aos dimos cuenta de la natu- raleza misma del "primer plano" cuando éste apenas habia sido pereibido por los cineastas nartamericanos en su tinica capaci: dad, como un medio para mostrar. El primer factor que nos atrajo en el método del primer pla no fue el descubrimiento de este rasgo particularmente #30: bbroso: crear wna nueva calidad del todo desde una yuxtapasicion, die tas partes separadas. En donde el primer plano aislado en la tradicién de la olla de Dickens era frecuentemente un determinante o un detalle “cla ve" en al trabajo de Griffith: en donde la altecnancia de prime: ros planos de caras era tina anticipacién det dialogo sincronizado futuro {aqui seria apropiado mencionar que Griffith, en su cine sonoro, no remozé un Solo método de los que estaban en uso}, josotros avanzamos la idea de una fusién nueva cualitativa pric ipalmente, que fluta del proceso de yrextapos Por ejemplo, en mis primeras declaraciones habladas y escri- tas en los aios veinte defini el cine como primordialmente un “arte de yuxtaposicion” ‘Si hay que creerle a Gilbert Seldes, el propio Griffith Ilegé ver “que mediante el ensamblaje de la cabalgata de los salvado- res yel terror de las victimas en una escena, estaba multiplican- do enormemente el efecto emacional; el todo era infinitamente mayor que la suma de sus partes”? pero para nosotros esto también era insuficiente, Considerdbamos que esta acumulacién cwantitativa, aun en 2 Gitbee Selden, The movies come jrom Americ, Reva York, Sebner's, 1937 po. 73-24 220 DICKENS, GRIFFITH Y EL CINE ACTUAL tales situaciones “multiplicantes", no ere suficiente: en las yux taposiciones buscamos y encontrarnos mAs que eso; econ un salto cualitativo. El salto demostro ir mas alla de los limites de las pasibitida des del escenario; un salto en el campo det montaje de la ima gen, del montaje de la comprensidn, del eyantaje como un medic Sobre:todo para revelar la concencién ideoldgica Y a propésite, en otro libro de Seldes aparece su extensa condena de las peliculas norteamericanas de los afios veint que piereien su espontaneidad con pretensiones de “artif ‘eatcalidad” Estd escrita en la forma de “Una carta abierta a los magnates del cine", Comienza con un jugoso saludo: "Gents ignorante e nfeliz”,y en su conclusién contiene lineas tan sorprendentes co- mo las siguientes: yy entonces | nuovo eine llegard sin st ayuda, Porque cusnde ustedes y jeidad se derrumben el campo quedara libre pa va otros... Esteré al final alcance de lat artistas. Con verdaderos actares, en ugar de actorcillos y actrcillas, con ideas Frescas encre las que [a icea de hacer mucha dinero estar ausente}esi0s artistes ledevolveran ala pane lanorteamericana y dejar que [a méquina opere camo wn parsonaje en la obra —de la misma manera que la tieees en el Ostte, o 2! maiz, debe Hesemperar su parte, Las grancioses concepciones de Frank Norris no es ‘dn fuera del aleance cle Ia eérmara, Hey pintores desearos de trabajar en

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