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LOS 10 ERRORES MÁS COMUNES AL HACER UNA DIETA

Si tus intentos por bajar de peso fracasan con frecuencia, es probable que se deba a
algunas fallas en tu alimentación más que a tu fuerza de voluntad. Existen muchas creencias
erróneas alrededor de las dietas de reducción de peso, estos son los 10 errores más comunes que
se cometen:

1. Restringir demasiado las calorías.


Para bajar de peso debes limitar la cantidad de calorías que consumes por día y esto
implica comer menos cantidad de lo que normalmente comes, pero ¡nunca debes dejar de
comer! Si lo haces, además de pasar hambre, sólo lograrás que tu metabolismo disminuya
y te será más difícil perder peso.

Cuando consumes menos calorías de las que tu cuerpo necesita para vivir, se
desencadenan mecanismos de protección para “ahorrar” energía, es decir, tu
metabolismo se vuelve “lento” para no gastar de más. Si comes muy poco y haces mucho
ejercicio, pero no logras adelgazar, es muy probable que necesites aumentar tu consumo
de calorías en el día para darle “permiso” a tu organismo de acelerar tu metabolismo y
gastar energía.

Otro problema al hacer dietas con bajo contenido de calorías es que tu cuerpo usará tejido
muscular y no el exceso de grasa, como fuente de energía. También perderás líquidos y no
grasa. No es lo mismo bajar de peso perdiendo músculo o agua que tejido graso. Además,
en estudios científicos se ha visto que cuando se deja de hacer una dieta muy baja en
calorías, las posibilidades de rebote son mayores que cuando se lleva un plan de
alimentación equilibrado y correcto según tu actividad física y estado de salud actual.

La única manera de deshacerte de la grasa en tu cuerpo es por medio de un plan de


alimentación correcto y practicar ejercicio.

2. Ayunar o dejar de hacer una comida.


Algunas personas dejan de cenar mientras que otras no desayunan porque creen que así
bajarán de peso. Al omitir comidas el metabolismo se vuelve lento, entonces es muy
conveniente comer más veces durante el día. Los nutriólogos recomendamos hacer cinco
comidas al día (desayuno, comida, cena más dos refrigerios) para mantener el
metabolismo activo. Es decir, no sólo hay que reducir las calorías que se consumen
durante el día, sino alimentarse de manera ordenada.

LNCA Verónica Plascencia


Además, tomar un refrigerio o colación a media mañana y a media tarde te permitirá
llegar a la comida y a la cena con menos apetito. Algunos ejemplos de colaciones nutritivas
y bajas en calorías son:
 1 taza de jícama, pepino, zanahoria o jitomate.
 1 vaso de palomitas de maíz.
 1 pieza de fruta (procura que ésta sea del tamaño de tu puño de la mano).
 1 taza de yogur natural o un yogur natural bebible.

3. Tomar poca agua.


Cuando tus células utilizan las reservas de grasa de tu cuerpo como fuente de energía, se
generan sustancias tóxicas (llamadas cetonas; esto lo puedes percibir por un sabor
desagradable en tu boca). Es necesario tomar suficiente agua simple (al menos 2 litros al
día) para que esas toxinas se eliminen a través de la orina y el sudor.

También es requisito que disminuyas la ingesta de sal y otros alimentos con alto
contenido de sodio (refrescos con gas, productos enlatados, embutidos, salsa de soya,
chile piquín en polvo, etc.) para no retener líquidos.

4. No hacer ejercicio.
La forma más saludable y efectiva de perder peso es con una combinación de dieta y
ejercicio. El ejercicio constante te ayudará a mantener tu masa muscular y a tonificar tu
cuerpo mientras bajas de peso. La práctica aeróbica es lo más recomendable: nadar,
caminar, hacer bicicleta, bailar, aeróbics, etc. Realiza la actividad física que más te agrade
al menos 3 veces por semana por mínimo 30 minutos y en días salteados (Ejemplo: lunes,
miércoles, viernes, domingo).

5. Comer poca variedad de alimentos.


Si restringes la variedad de alimentos, tu dieta se volverá monótona y aburrida y te será
difícil seguirla por más de un mes. Lo mejor es hacer cambios que te permitan bajar de
peso comiendo de todos los grupos de alimentos para que puedas continuar con la dieta
por más tiempo y logres alcanzar tus metas.

6. Eliminar todos tus gustos.


Comer es un placer y no sólo una necesidad del cuerpo para obtener energía. Cumplir
algún antojo de repente no afectará tu pérdida de peso siempre y cuando lo hagas de
forma ordenada y en una cantidad moderada.

LNCA Verónica Plascencia


Por ejemplo: si eres amante de los chocolates y mueres por comerlos, más vale que te
quites las ganas llevándote a la boca uno pequeño y disfrutándolo. Si no lo haces, lo más
probable es que trates de eliminar el antojo comiendo otras cosas “nutritivas” como un
yogur, luego una manzana, después unas Galletas Marías y al final terminarás comiéndote
el chocolate porque era lo que realmente querías.

Darte un gusto de vez en cuando te permitirá estar satisfecho con tu plan de alimentación
y podrás mantenerlo por más tiempo.

7. “Castigarte” o dejar de comer el resto del día después de haber


caído en la “tentación”.
Llevas semanas siguiendo al pie de la letra tu plan para bajar de peso, pero por algún
motivo “caes en la tentación” y comes ese postre que tanto te gusta. Las consecuencias de
este acto resultarán contraproducentes porque te “castigarás” dejando de comer el resto
del día y, al tener hambre, te pondrás de mal humor. Lo mejor es tomarlo con calma y
hacer la siguiente comida como la tenías planeada, para que tu metabolismo siga activo, y
retomar la dieta al otro día.

8. Tener expectativas irreales.


En pocos meses no es posible perder los kilos que has ganado en años. De igual forma, no
puedes pretender alcanzar el “peso ideal” si jamás lo has tenido.

Antes de empezar una dieta debes tener claros tus objetivos. No es lo mismo desear
perder peso para que te quede el vestido que te gusta para la fiesta del próximo mes, que
querer alcanzar un peso ideal para mantenerlo a largo plazo, con la finalidad de verte y
sentirte bien desde el punto de vista saludable.

9. No controlar lo que comes.


Un error bastante común es creer que estás consumiendo pocas calorías porque prefieres
productos “light”. Sin embargo, “light” no significa que no tenga calorías y si abusas de
ellos, estarás comiendo calorías de más.

Otro equívoco muy frecuente es no poner atención a lo que bebes. Los jugos, el agua
endulzada, el café y el té que consumes durante el día también se contabilizan en tu
ingesta de calorías. Lo mismo pasa con el tipo de aderezo que usas en las ensaladas, la
miel y la granola que agregas a la fruta, los dulces que comiste entre comidas, etc.

LNCA Verónica Plascencia


Si no bajas de peso a pesar de que comes poco, sería buena idea que anotaras todo lo que
ingieres durante tres o cuatro días; posteriormente, al revisarlo, encontrarás varias cosas
que no estabas contabilizando, o descubres que consumes productos “light” en exceso o
que estás cometiendo alguno de estos errores.

10.Hacer dietas recomendadas por amigas.

La dieta que le funcionó a tu vecina o a tu mejor amiga no necesariamente te funcionará a


ti; recuerda que cada persona es diferente. ¡Ojo!, algunas de las “dietas de moda” pueden
ser peligrosas para tu salud.

Conclusión

Si quieres bajar de peso, lo más recomendable es que acudas con un nutriólogo para que
te diseñe un plan de alimentación saludable de acuerdo a tus necesidades, tu edad, tu
estatura, tu condición médica, tu nivel de actividad física, tu estilo de vida, e incluso, tus
gustos culinarios.

Una vez alcanzado el objetivo de llegar al peso deseado de forma paulatina, lo más
importante es mantenerlo, esto sólo se puede lograr teniendo la decisión firme de
cambiar los hábitos en el estilo de vida de manera permanente (dejar de fumar, hacer
ejercicio, beber con moderación, etc.) y comer de manera saludable.

LNCA Verónica Plascencia

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