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ed Coda MC)
Los comerciantes del Mediterraneo
M. S. Ruipérez, Luis Gil, F Diaz Esteban y A. Balil
Pathe
sa
115 ptas
ae(ED M
VTUPOR LENO CAMBS
Be ACEO INE
Te lo digo en confianza, haz lo que yo... y verds
qué cambio, Desde que tengo mi Peugeot 309 me
siento otro. Mi familia esté deseando que llegue
el fin de semana para salir a divertimos, y yo,
encantado. Disfruto conduciéndolo, Es cémodo y seguro, potente cuan-
do lo preciso y con un equipamiento completisimo: desde cerraduras
‘centralizadas con mando a distancia hasta aire acondicionado. En fin,
me conoces de antes, y ya ves qué diferencia: como de la noche al dia,
Y 10, si quieres, lo tienes igual de facil. Pero no quiero convencerte, el
Peugeot 309 lo hard. Prusbalo, mr==rwrerayey ME Yof=)
verds qué combio, ES OTRA ee Es
PEUGEOT. FUERZA DINAMICA Por wescbaorreleve del
'se0 Bil
Indice
ANTIGUOS COMERCIANTES DEL
MEDITERRANEO
La gloria de Micenas
Matti. Ruipérez 4
Caiedrdico de Grego
Unwersidad Complutense de Made
La expansion griega
Luis Gil 4
Caiecrdico de Fiviogie Griega
Unversidad Complutense do Madrid
Ugarit y fenicios
Femando Daz Esteban 19
Catedrico de Filelogla Hebraica
Unwersidad Central de Barcelona
Roma impone su ley
‘Alberto Ball 25
Catedratico ce Araveologia
Universidad de Valadoid.
Bibliografie 32
Textos ev'L Meciteréneo como via de interelacién cutural y comercial tenia ya actividad, al menos costera
‘en eV mind a. C. Los pueblos del nore de Sina y Mesopotamia se comunicaban con los del no-
rogste mediteréneo. Las ceramicas del Tigns y el Eufrates, los productos exéticos de los pueblos del
Nilo, alcanzaban Asia Menor e, incluso, los paises del sur mediterraneo o las islas. El intercanibio se acer
tud en el it milenio para alcanzar cotas notables en el ii, al socaire de los avances marineros. Limitaciones
de espacio nos one a prescindir de las actividades mediteraneas de pueblos como el egipcio o el
hitita, notables y présperos. aunque no distinguidos precisamente por sus afanes marineros, para cen-
tramos en los navegantes del ily ( milenio a. C.: Micenas, Ugarit, Grecia, Fenicia y Roma, sedes de las
culturas més florecientes y del mas activo comercio, que hicieran de! Mediterraneo el coraz6n del mundo
antiguo.
La gloria de Micenas
La regién de! Egeo en el 1! milenio a. C.
Martin S. Ruipérez
Catedrético de Griego. Universidad Complutense de Madrid
signo marcadamente militar, con imponentes forte
LoS censiozraties propescs dela arquenogia
lezas. Por haber sido Micenas el centro excavaco
della linguistica de ics ult mos decenios per-
miten hoy un conocimento del acontecer humiano
fen esta zona del mundo antiguo cuya riquezay pre-
cisién puede sorprender a los no especialistas. En
sfecto, campafias de excavaciones han sido lleva-
das a cabo sisteméticamente por equipos cent
cos de diversas naciones, no en busca de piezas
de museo —cuyo hallazgo, no oostante, sigue sien-
do una agradable sorpresa— sino con vistas a la
obtencién de estratigrafias y sinoronismos para una
reconstruccién de la realidad histonca a pati de
los restos materiales del pasado, cuidadosamente
estudiados. For otra parte, el desciframiento de es-
crituras y la interpretacion de textos hallados en d-
versas partes han significado —a pesar de las la-
unes subsistentes— que, en buena medida, lo
ue sucedié en la cuenca del Egeo en tomo al
41400-1200 a. C. haya dejado de ser mera prehisto-
ria para convertirse —al menos parcialmente— en
nistoria cocumentada, :
Resumames las fases principales de la época
que consideramos:
Hacia 1900. C. (comierzo dal perfodo del Bron-
ce Medio) llega a la Peninsula helenica la primera
“y probablemente Unica migracién de indoau-
ropeos, gentes procedentes de la cuenca del Da-
rnubio, pentlima stapa en su marcha hacia el sur
desde les llanures de Europa central y orental,
Traen el carro de guerra de dos ruedas y el caballo
como anmal de tro. Hablen una lengua emparen-
tada con el latin, el celta, las lenguas germanicas,
las eslavas, al indio, etc., que se documentarén
después, Las tiers del Ege0 no estaban, por su-
puesto, desierts: baste recordar la civiizacion mi-
fnoica de Creta, conocida desde corienzos ce
‘uestro siglo, gracias a las excevaciones de Evans.
De la fusion de los inmigrantes con las poblacio-
nes anietiores surgieron ia lengua y el pueblo grie-
gos. Casi por los mismos afios, otro grupo indoeu-
Topeo penetra en Asia Menor y funda el Imperio hit
ta
‘A parti: de 1600 conoce Grecia una cultura de
41.05 CoMERCHANTES DEL MEDITERRANEO
en prime’ lugar (lo fue ya desce 1674 por Schiie-
mana) y por la importencia que ha resultado tener,
todo el pariodo reciente de la Edad del Bronce en
Grecia (1600-1100) se conoce con el nombre de
micénico. Los mivénicos —que eren giiegos, se-
gun hoy sabemos con certeza— fueron un pueblo
Bmprenedory aventura (como también 1 serien
mucho despues y en otro marco geogréfico ios V-
kingos). Se han excavado de manera mas 0 me-
‘NOS completa imponentes palacios y ciudadelas €
muchos puntos de Grecia asi, ademas de Mice-
nas (que en Homero es recordada como la capital
de Agamendn, rey de reyes), Trinto, Tebas, Polo,
Orcémero. En la propia Alenas, la Acrépolis, dor
de luego so alzari i Partenén y su conjunto mo-
numental, fue una ciudadela micénica
Hacia 1450 los griegos micénicos conquictan a
Greta de os palacis (Cnoso, Millia, esto, Haghia,
Tridoha, ec.), as0ada por la tremenda erupoion del
volcan submarino de la isla de Tera (Santor), cu-
yas caracteristicas han podido preasar con acm
‘able detalle arquedlogos gedlogos en estrecha
Colaboracion. Un rey micénico se sienta en el trono
de Cnoso. Cieta fue s6lo un hito e1 la expansién
de los gregos hacia el Mediterraneo oriental, de la
que traieremos més adolante.
Para desgracia de sus moradores y fortuna nues-
tra, varios de estos palacios fueron violentamente
destiuidas; el fuego two el benéfico efecto de co-
cer las tabillas dé bairo de los archivos de la ad-
ministraccén, que asi pudieron resist enterradas en
la humedad el suelo durante mas de tres mi anos
hasta ser descubiertas por nuestros arquediogos.
Los documertos de Cnoso, en ia isla de Creta, son
de hacia 1380 a.C. El imoortantisimo archivo de
Plo, asi como los menos abundanies de Tebas y
Micenas, datan de algo artes de 1200 a. C. No se
trata de lextos literaics, ni relciosos, ni diplomat
cos, sino de simples asientos de la contabilidad pa-
laciega, que pone’ en nuestras manos valiosos da-
tos para la hstora social y economica. Estan e3-Vaso ls segarons de Hag Taga ego aC
/Museo de Heracleicn, ariba, equierda). ET pescador.
fresco de a isle de Tera (Museo Nacional de Atenas,
arriba, derecha). Damas de la corte de Chosos
‘Museo de Heraciein, abajo)critos en un slabari, el lamado por Evens minoi-
¢o lineal B, y desde que en 1952 fueron descifra-
das por Michael Ventris, sabemos que estan en len-
gua griega, de un tipo mucho més arcaico, natu
falmente, que el de Homero y el de Platén, Dantro
del campo de los estudios clasicos, la micenciogia
se ocupa del estudio de estos textos griegos de fos
siglos XW y xia. C,
fodo este munco se derrumba hacia 1200 (des-
truccién de los palacios); la vida languidece. Hacia
1100 comienza a conocerse la metalurgia det
hierro. Sigue la llamada «Era oscurar (Dark Ages)
ue terminaré hacia 800-760 con el alborear de le
recia arcaica
Las bases econémicas
Los minucicsos estudios realizados recientemen:
fe sobre nicleos de poblacén y necrépalis permi-
{en altmer que la densidad de poblacion, antes de
1200, alcanzaba cotas que no se vor a encon
‘rar Pasta mediadas del siguiente mienio, La base
de su economia etan la agriculture y la ganaderia,
que, dadas las pobres condiciones naturales del
pais, s6lo en ciertas zonas eran posibles con algu-
na intensidad. Asi, en la regién de Pilo, los docu:
mentos de la itendenca del palacio muestran una
agricultura cuidadosamente.supenisada desde
arrioa. La impresion que se obtiene ce los archivos
micénicos es que las actividades econémicas es.
taban fuettemente estalalizadas. En Cnoso, la pro-
ducci6n Ge lana y todas las fases de la industria tex
ti estaban rigurosamente controladas desde pala-
cio. Lo mismo se puede decir de la ‘abricacién de
aceites perfumados. Los excedentes ce aceite,
vino, lino, lana y pieles se destinaban en principio
al intercambio con otras regones de la propia Gre-
Cia, pero, daca la homogeneidad de todo el pais,
ese intercambio regional erainsuficiente y el comer:
cio exterior fue una necesidad. El espinitu aventure-
10 de los griegos micénicos suplié la pobreza con
que la naturaleza habia dotado al pais y les lanzo
@ un activo Comercio exterior. A diferencia de otras
grandes izacines de a Aniguadad (Egipo,
abilonia, Hitias), que cimentaron su prospetidad
sobre sus prcpios recursos naturales, los griegos
micénicos fundaron la suya sobre el comercio. La
Grecia micénica no fue —como tampoco la clés-
‘ca— una economia cerraca y la exportacién de
productos naturales y dorivados fue acompatiada
por la de otras manufacturas, como cerdmica, e in-
Gluso de aticulos fabricados con materias piimas
importades (asf la metalurga del cobre). Los cua-
trocientos forjadores de bronce que aperecen re-
‘isttados en os archivos ce Pio constituyen una
mano de obra exoesiva si sus producciones esta-
ban destinadas al consumo interior del reino. pot
Io que hay que pensar en la exzortacion.
Hay que realizar un gran estuorzo do imaginacién
para represertarse lo que podra ser el comercio
en aquellos tiempos. Los datos de que dispone-
mos son fundamentalmente resios erqueologcos,
princpalmente ceramica, aunque sea reducila & .
{7105 COMEROANTES De. MEDTERRANEO
cascotes; los objetos de metal han sido fundidos y
aprovechados de nuevo las mas de las veces, en
tanto que los tejidos se han desintegrado por el
paso del tiempo. Y de aceite, vino y especias sélo
se rastrean indicios,
Comercio premonetario
‘Ante el hallazgo, en determinado yacimiento de
fuera de Greca, de piezas o fragmentos de cer-
niga micénica 0, viceversa, cuando se encuentran
articuos crientales en una tumba micénica, es dif
«il decidir si los objetos en cuestén han sido leva-
{dos por un intercambio comercial o son parte del
botin capturado en una incursion o en el abordaje
ce unos piratas. Otro problema que se plantea es
€lde saber si a aparicion de objetos micénicos im-
plica una simple relacion comercial 0 una ocupa-
{6m elactva dl ugar, enol que no puede descr.
tare que surgesen pronto ales para la fabcay
Gién in sity. Oporando con el modeio colonialist
el siglo xxy primera mitad del x, algunos arqued-
logos han postulado una auténtica colonizacién (asi
Evans vela colonos cretenses dondequiera que en-
Contraba objetos rinoicos). Sin embargo, es nece-
sario matizar las conclusiones y para elo'suele ser
ecisiva la cantidad de los hallazgos y el estudio
e os tipos estiisticos y de otras circunsiancias.
‘Aunque la moneda ro fue inventada hasta mu-
chos siglos mas tarde (hacia 700 a.C.), tampoco
parece que hayamos de pensar para la éo0ca mi-
CEnica en un comercio de simple trueque: tal pro-
Cedimriento impone una enorme limitacién, pues ex
ge la coincidencia de dos personas interesadas
Cada una en el producto que ofrece la otra, Un de-
sarrolo como el alcanzado por e! comercio micéni-
0 imita @ suponer ung cierta intervencion del po-
er potico, en el sentido de que un funcionario ha-
a la redistribucién de los géneros que previamen-
te se han ntercambiado globalmente, hipdtesis que
ct en armonia con la supervision esiatal do la oco.
‘romia que atestiguan los archivos de los palacios.
En éstos la documentacién no offece indicios de la
existercia de una dase de mercaderes profesiona-
les y, por otra parte, los mercados no parecen ha-
ber surgido hasta bien entrado el primer milenio
Incuso en una economia premonetaria resulta di-
fl maginar in comercio ifenso sina facion de
nos valores relativos. En sociedades primitivas el
precio de un abjeto se fja en cabezas de ganado.
Que asi sucecia tambien en la antigua Grecia, 10
muesiran los poernas homéiicos, en los que se ja
en buayes el precio de una armadura. En este pun-
to, hemos de menconer la existencia en el mundo
mmicénico de lingotes de bronce hallados en cver-
sos yacimientes, Su forma, splasiada, es rectangu-
lar con lados céncavos y vétices prclongados ha-
cia fuera como para formar asideros; las cimensio-
‘os varian entre 22 x 34 ems. para los més peque-
fos y 72 x 42cms, para los mayores; el peso os-
Gla también mucho, pero una gran’ mayoria se
‘agrupa en tomo a 0s 28 kgs., que es sercilamen-
te el correspondiente ai talento.Restos del conjunto de la Acrépol
Po otra parte al enjuiciar esta variadad de pesos
y medidas, no hay que olvidar que en el mundo ar
iguo —yen el moderno— coexistieron diversos sis-
femes métricos. Algunos estudinsos han pensado
que ‘ales lingotes eran —valga la expresion— una
jorma de moneda premonetaria (algunos preser
fan marcas). su forma sera la representacion de
una piel de buey, la uridad primitiva de equivalen-
cia destinada a faciltar los intercambios comercia
les. Otros autores prefieren consideraros como
simples bloques de bronce, sin funcién monetara,
cuya forma estaba pensada Gnicamente para SU
mejor manejo y trensporte.
Medios de transporte
Que el transporte de las mercancias se realize
ba ptincipalmente por mar, es algo evidente en un
pais de costas recortadas @ islas numerosas y cer
canas. Pero la propia adrrinistracién fuertemente
centralizada de los reinos micénicos contaba con
Una fed de camings interiores que hacian mas fact
el trénsito de las caravanas y 10s desplazamientos
de electnos militares. Poco ha quedado de este
sistema, pero restos visibles de calzadas y de de-
sagiies (asi en las proximicades de Micenas y en
er
la regién en tomo a Pilo) permiten con recuencia
reconstrur su trazado. Estos caminos reales inte
totes eran protegidos por puestos de viglanca (un
fortin sobre e! monte Elias, que domina Micenas,
rece haber tenido esta ‘uncion) y es probable
que su uilizacién impicase el pago de un peaje
Para el comercio exterior no habia una red compa
rable, pero es seguro que las caravanas que ane
portaban el ambar desde Jutlandia hasta el Adrié
tico sogulan rutas bien definidas a través de Euto
pa
Las dificultaces del transporte terestre imponfan
severas limitaciones al comercio, de manera que
s6\0 aticulos de poco peso y mucho valor eran
susceptibies de ser llevados tierra adentro. Esta
consideracién es evidente y ofece un oportuna
cortectivo para la impresién de que —a juzgar por
los hallazgos de ceramica— los micénicos se lim:
faron a comerciar en ol itoral sin ponotrar on ol in
terior de los paises a los que aribaron,
Por el contrario, los barcos permiian un tans-
Porte voluminoso ¥ barato, que absorbia la parte
Mas importante det cometcio micenico, Precisa
mente, en los tltimos aos se han realizado des
cubrimientos que ponen en nuestras manos infor:
macién precisa sobre la merina del segundo mile
rio. Se trata en primer lugar del hallazgo, en el fon
LOS COMERCIANTES DEL MEDTERFUNEOITo del Mediterraneo, en 1959-1960, de los restos
Ge, arco gus nautrago, poco antes de
1200a.C,, frente al cabo Gelidonia (sureste de
Asia Menor), y del que solo se ha conservado una
parte del casco gracias a que qued6 empottado
fn und greta, mientras que el resto del barco, asi
‘como su cargamento menos pesado, ha desapa-
recido arrastrado por las corrientes marinas, que
‘en osto punto son especialmente violentas y cam-
bian de dreccién en un mismo dia. Transportaba
unos 500 kg. de lingotes de bronce, herramientas,
‘esteria, cerémica para uso doméstco y algunos
‘objetos preciosos; se han recuperad incluso res-
tos de la comda de la tripulacion, que era —na-
turalmente— pescado. No sabemos sil barco era
‘riego, sitio 0 chipriota, pero en todo caso se di-
ngia de Oriente a Occidente
En 1972, las excavacones de la isla de Tera, en
1 poblado minoico encontrado bajo la lava de la
imponente erupcién que tuvo lugar poco antes de
400. C., han sacado a la iuz un fresco muitico-
lor en el que eparecen las més importantes repre-
sentaciones figuralivas de barcos (acho en total,
‘cuatro de ellos completos) del segundo milenio en
‘el Ege0. Se trata, por supuesto, de barcos mino}-
008, pero no es ariesgado generalzar e magnar-
se los mioénicos de hacia 1400-1200 muy seme-
jantes, con quila aplanada {lo que permifa aribar
2 puattos de pace calado y vararios on playas), ole
vvada pr0a, espoldn en popa (no como arma de ata~
ue, sino como paianca para moverios en tierra fi-
un gran remo en la popa a modo de timon, re-
eros dispuestos en fla, Cabina para pasajeros y
una Unica vela Con barcos as Jos regs micén-
(0s llevaron a cabo su expansion por el Meciterra-
neo central y oriental
La navegaciin antigua, con frégiles emivarcacio-
ros y sin otra guia que la observacién do’ sol y as
estrelas, tara vez se aventuraba por alta mar. Se-
{quia més bien rutes costeres, aprovechando vien-
{os favorables, recurriendo a veces a la fuerza hu-
mana de los remeros, pero tambien dejando el bar-
co a a deriva. En efecto, un reciente estudio de las
Corrientes marinas superfciaes en el Meciterraneo
ta permitdo trazar el mapa de la ruta natural que,
en ambos sentides, va desde la isa de Rodas,
abraza Creta, sigue la costa oeste del Peloponeso,
se diige al narte, con Corcia (Cort) como impor-
tante puetto de escala, hasia el canal de Otranto,
que atraviesa para luego boidear el peril de la bota
de ia Peninsula Itdica hasta Siciia, No es ninguna
casualidad que la difusion de elementos micénicos
hacia Occidente que atribuimos a activicades co-
mercales se realizase preesamente a lo largo de
esa ruta
Las exportaciones
Como hemes sefialado mas arriba, los hallazgos
de ceramica micérica consttuyen la principal iuen-
te de informacion para detectar la presencia de
gregos en el mundo mediteréneo, como rerca-
feres —bien en puerto ajeno, bien en su propia fac-
1/108 COMERCIANTES DEL MEDTERFANEO
toria comercial— 0 como colons. La calidad de
u bao, la técnica de coccién a temperaluras su-
petiores, la belleza de sus formas y él buen gusto
de su decoracin fueron las razonies del éxiio sin
recedentes de esta produccién en todas las z0-
nas de ia cuenca mediterréniea, de manera senie-
jante a como ccurtiia mas tarde, en los salos y
V, con|a cerémica atica. Los vases, anforas y jarro-
‘nas con asa en forma de estribo eran exportados
no 860 como piezas de cerémica, sino también
‘como envases de vino, de aceite de oliva y de Sleos
perfumados, cuya fabricacién, controlada por el Es-
ado, se alestigua expresamente en los documen-
tos del palacio de Pilo
La industria texti en la Greta micénica —minucio-
samente registrada en las tabillas de Cnoso— su-
ministtaba abundarte produccian, sin duda pava la
exportacién, continuando una prestigiosa tradicion.
4 tiempos minoicos a juzgar porlos tributos de te-
{as con los que figuran representados los. keftiy
(cretenses minoicos) en, las tumbas egipcias, Es
presumible que los micénicos llevasen madera a
Egipto que, por la naturaleza desértica del oais, era
etictario en este material de construccién.
En otros casos los micénicos sarvian de interme-
datios: asi se admte que la difusion de las cuen-
tas de pasia virea para collares, que se fabriceban
en Egpto hacia 1400 a. C. y que se han encontra-
do en las islas Lipari, en la Peninsula Ibérica, en el
sur de Francia, en Brelafa, en Inglaterra y en Eu-
central, debi6 ser obra de los mercaderes mi-
CBnicos, al menos en parte. La importancia de la in-
dusiria del bronce en Pilo, segin se documenta ha-
ca 1200, hace pensar en una actvidad transfoma-
dora de materas primas —cobre y estano— que
los griegos micénicos habjan de importar precisa-
mente para la fabricacicn de utensilios y armas de
ado tpo, parcialmente exportados.
Las importaciones
A cambio de su productos, las naves micénicas
retornaban con cargamentos de cobre de la isla de
Chipre, cuyo nombre (Kypros) valid ‘ambien para
designar ese metal. El estario, que entra aproxima-
ddamente en un 10 por 100 en la aleacién del tron-
antiguo, habla de ir a buscario a Etruia, en la
Poninsula Italica, a la Peninsula Ibérica e ncluso a
las islas Buténicas, donde se han encontrado algu-
‘os objetos que, sin ser propiamente micénicos,re-
‘uerdan por su forma 0 por su decoracién produc-
tos del Egeo (asi espadas, puntas de flecha, cuen-
tas de pasta vitrea).
Cuando todavia el bronce era escaso (antes de
1300 a. C.) los griegos fabricaban excelentes oun-
tas de flecha y hojas de cuchillo de obsidiana, vi-
tio nagro de origen voicénico que se fractura con
artistas muy vivas, del cual se aprovisionaban pri-
‘mero en las islas Lipari y, rrds tarde, cuando oou-
pan Creta hacia 1450, en la isla de Melos (moder-
a Mio)
Parece que Micenas two en Egipto su principal
proveedor de ofo, que procedia de las minas deHITITAS,
EXPANSION MICENICA
1450-1200 a.C.
Territorios micénicos _ ||| Zonas de contactos
Expansién micénica por el Mediterréneo (mapa). Fresco de Tiinio (zquierda) mostands la influencia del estio crete:
9 cldsico que ilisra o! releve en estuco restaurado del rey sacerdote de Crosos (derecha)Nubia, Es curioso que el nombre griego de oro,
khysés (ya atestiguado en los documentos micé
nicos), sea un préstamo semitico, cuya introduc-
ion slo puede ribuirse al comercio, El mari
‘que luego tallaban primorosamente los artesanos
micenicos para ofnamentacon de cotres y mobilia-
Mo, venia de Siria, donde desde 1600 esta atest-
‘quada la existencia de elefantes, llevados por los
egipcios De Oriente también se traian algunashier-
bas eromaticas y especias
Dellas orillas del Baitico liegaba una materia pro.
ciosa como @ Amoar, resina fésil muy apreciada
para cuentas de collares por su color y su brilo, y
or su poder como amuleto, gracias a sus miste-
sas propiecades eléctricas. Atravesando Euro-
pa, les caravanas transportaban el ambat hasta el
‘Adtiatico, de donde los mercaderes micénicos lo
llevaban a Grecia, No es casual que la mayor con-
‘centracion de ambar se dé en las tumbas de la cos-
ta oste dol Poloponeso, entre 1600 y 1400, fecha
2 partir de la cual parece haber decaido la moda
de estas jpyas.
Es posible cue de sus incursiones los micénicos
regresasen con esolavos, cuyo status no aperece
claro en los archives oficiales de los palacos. Unos
siglos antes, entre 1600 y 1500, la calidad de la or-
febreria micénica hallada en las tumbas ce los pri-
eros reyes de Micenas, ha hecho pensar en arte-
sanos traidos de la Creta minoica, acaso como pri-
sioneros.
La expansién micénica
on las prevenciones metodologicas pertinentes
sobre la dicutad de distinauir una penetracion co:
mercial de un establecimiento de colonos y de una
Conquista, se puede trazar con razonabe: segur-
dad la geogratia del mundo micénico.
Tras la ocupacién do Crota hacia 1450, los grio-
os continuaron su expansion hacia Oriente. En la
Costa de Asia Menor, Mileto fue con toda seguri:
dad una cabeza de puente griega proxima al Im-
perio hitta, protegida por grandes obras de font
cacién. Poco mas al este se extendia desde el si-
{10x el teino de los Anhiyawa_ de los textos hit-
fas, que hoy es claro que se identfican coma Ak-
rain, «aquecs», es decir, criegos moénicos, pro-
bablemente asentados on la isla de Rodas, escala
obligada en la ruta de Oriente. En el siglo xi, tras
varios sigs ce contacios comerciales previos en
busca de cobre, los giiegos se establecieron en
CChipre, donde permanecen nasta nuestros dies.
Un poco mas ala, a costa de Sina y Palestina
ofrece evidencia abundante de la llegade de grie-
(0s. Ugart —a actual Ras-Shamra—. en tertiorio
Ge semites cananeos, fue probablemente entre
4800 y 1200 e' prime? gran puerto internacional de
la historia, en el que convivian gentes de varias len-
uas y cuturas. Las relaciones con Creta venian de
antiguo cuanco los micénicos fundan, en el si
Go XN, una importante colenia comercial, con el
Barrio de