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sistemas Econdmecos / - (24 ve GD T.H. ASTON y C.H.E. PHILPIN, eds. EL DEBATE BRENNER Estructura de clasés agraria y desarrollo econémico en la Europa preindustrial Traduccién castellana de ISABEL MOLL y PAULINO IRADIEL EDITORIAL CAITICA Grupo editorial Grijalbo ‘BARCELONA Ramses d wo PeROO te, A tenis sence ates fecanisro ne wp OF ee Robert Brenner 1. ESTRUCTURA DE CLASES AGRARIA Y DESARROLLO ECONOMICO EN LA EUROPA PREINDUSTRIAL * Las interpretaciones generales de los procesos de cambio econé- mico de larga duracién en Europa durante el petfodo comprendido entre el fin de Ia Edad Media y el inicio de la Edad Moderna, han continuado elaborindose casi exclusivamente en té:minos de-lo que libremente podtfan denominarse fuerzas cconémicas «objetivas», pat ticularmente las teferidas a las fluctuaciones demogréficas y al creci- miento del cometcio y de los metcados. Algunos modelos se han construido centréndose en este tipo de fuerzas. Pero cualquiera que sea la naturaleza exacta del modelo, y que el impolso para el eambio proceda de la urbanizacién, del crecimiento del comercid 0 de un [desarrollo demogréfico aviSnomo, normalmente_pata_propotciona: | clementos tedricos bisicos, se parte de un mecanismo de mercado de \ oferta y de demands. Asi, Ia respuesta de Ia economia agraria a las ~ presiones econdmicas, cualesquiera que sean sus origenes, cla, por sen. tado que, considerada su aparicién mAs o menos automitica, se debe * EL original de este artfeulo se present6 a Ia convencién anual de la Aimerican Historical Association, en diciembre de 1974. Una primera versién del mismo se discutié en el Seminario de Ciencias Sociales del Tnstitite for Advanced Study, Princeton, en abril de 1974. Deseo exptesar mi-apeadeci miento a Franklin Mendels, T, K. Rabb, Eleanor Seatle y Lawtence Stone por el tiempo y el esfuerzo que dedicaron a comentat descle una perspectiva cxitiea este trabajo, Tengo una deuda especial con Joel Singer por la gran ayuda que me ha proporcionado, tanto pot ew informacién coino por su andl sis, en el intento de cntender el desutrollo © desattollos alemanes Uerverne a ap RU Cen 5 Begs DSA, wpe a dle stare 4 Cuou owen coven ont ye I Rd pe Se de ofp Say here re en ein, ' 22 EL DEBATE BRENNER ESTRUCTURA DE CLASES AGRARIA 23 enfocar en una diteccién econémicamente determinada por las «leyes . de la oferta y la demanda». pivoses dd) En la construccién de estos modelos econémicos, el tema de la ed estructura de clases suele tratarse de formas diversas. Es habitual el 7 Imalfestar que, en prieplo, e hase abereciin de. e-crriourt social o estructura de clases en virtud de un procedimiento analitico aes mis conveniente.! Pero el hecho es que la efectividad de In explica- fromeot cién, es decir, de 1a aplicacién del modelo a procesos hist6rico-eco- ; némicos concretos, acostumbra a tratar de forma marginal la estruc- 2 tura de clases, 0 incluso se la supone. A veces, s¢ introduce su trata- enenie? miento en la medida que permite englobar curlgufer aspecto histérico< tyne que el modelo, no puede cubrit. Mas a menudo, sin embargo, cons- la ‘ciente o inconscientemente, la estructura de clases se integea en el ‘nodelo, definida esencialmente por fuerzas econémicas objetivas en tomo a las que el modelo se ha claborado. En otras formulaciones nds consistentes Ja estructura de clases tanto implicita como explici aj tamente no se acepta, entendiéndose el desarrollo econémico a largo » | plazo en términos de transformaciones de las relaciones de «intercam {pit | bie igual insttcionlizadas,relacones que se establecen entre in | viduos gue comercian con factoresn diferentes y relativamente esca- 0” |s0s bajo condiciones de mercado fuctuantes? : El propésito de este trabajo-consiste en argumentar que este’ tipo de intentos por constvuir modelos econémicos estin necesariamente condensds al fracaso desde sus comienos, ya que es Ja estructura de las felaciones de clase, del poder de clase, Jo que determina el modo y-el grado en que los cambios concretos que se operan desdé una perspectiva demogréfica o comercial afectan a la disiribucién de la renta y al desarrollo econémico a largo plazo, y no Jo contrario. La {xestructura.de clases, tal como pretendo utilizar “el trmino de aga adelante, presenta dos aspectos analfticamente diferenciables, pero he. histéricamenté’unificados? EF primero de ellos consiste en las rela Se cag, ie cast 1. Véase, pot ejemplo, infra, p. 27. M. M. Post Congrés International des’ Sciences Historiques, Pa 1950-1931), I, Rapports 2. Pata un intento reciente de splicireste tipo de interpretacidn del ‘cambio sgcioeeanémico en los perfodes medieval y moderno, véase D. C. Not 5 YR. B. Thomas, The Rise of the Western World, Cambridge, 1973. 3. Estas definiciones provienen, desde luego, de la obra de Karl Marx, especialmente del «Prefacion a Ie Comribucin a ta erltica de la economia “eMoyen Ages en X* "1950, 2 vols. (Pail, ciones de los productores directos tanto entre s{ como con la tierra y sus medios de produccién, es decir, lo que se denomina «proceso {de trabajo» 0 «fuerzas sociales de produccién». El segundo reside cen las de por si confictivas relaciones de propiedad; “garantizadas directa 0 indizectamiente por Ja fuerza; estas relaciones se definen | porque se extrae de los productores directos una parte del producto | que no se les paga, siendo los extractores la clase de no productores | | 6 improductiva; este tipo de relacién se califica como «relacién de | (propiedad a «relacién de extraccién del excedenter. Es en funcién (de la propiedad y/o a la relaci6n de extraccién del excedente como se \ definen Ins clases hegeménicas en ung sociedad:- por una parte, la(s) clase(s) de los productores directos y, por otra, la(s) clase(s) de los aque extracn el excedente o clase dirigente.* Mi argumentacién se fun- damenta en esta conceptualizacién y pretende defender que las dife-\ rentes estructuras de clase y més concretamente las arelaciones de | propiedad» o de «extraccién del excedenten, una vez establecidas, tienden a imponer posibilidades y mites estrictos, verdaderos mo- | delos de larga duracién del desarrollo econémico de una sociedad. Por | otra parte, pretendo argumentar que las estructuras de clase tienen | tuna gran propensi6n a la elasticidad a causa del impacto de las fuer- zas econéijicas, puesto que por regla general no estin determinadas, "ni tampoco suften alteracién alguna, por cambios en los comporta- | mientos cemogréficos y/o comerciales. Por consiguiente, puede dedu-' \citse que los cambios econémicos de larga duracién, y mas especi ‘mente el crecimiento econémico, no pueden analizarse convenien- temente en funcién del surgimiento de cualquier constelacién definidal de afactcres relativamente escasos», a menos que las relaciones de| clase hayan sido (previamente especificadas; claro esté, que los hechos? ‘opuestos pueden conducit al impacto de condiciones econémicas aps- ‘pallies, Wadd, 1970, ed, castellzna; eGénesis de Ja renta capitalista del fueloy y aRelaciones de distibuci6n-y felacones de produccién» en el tomo TIT Ge Et Capital, caps. XLVIL y LI, ed. castellana, México, 1966; y Ia «Introduc- idnw alos Grundrisse, ed, castellana, Barcelona, 197 "4. "Esto no supone necesariamente que las clases existan 0 hayan existido cen todas las sociedades, Lat clases, desde mi punto de vista, puede decirse Que existen s6lo cuando se da una eextricciGn de excedentes o relacién de propiedad cn el sentido especifico que agul se quiere decir, esto es, en el Gltimo andlisis como formas no consensuales y garantizadas, tanto directa como indirectamente, por Ja fuerza, | del feudalismo al capitalism 24 EL DEBATE BRENNER Fentemente similares. En resumen, para comprender en su conjunto el desarrollo econémico a largo plazo, el ctecimiento y/o el atraso ' del perfodo que vamos a estudiar, creemos necesatio analizar el pro- ceso relativamente auténomo que origina estructuras de clase con retas, en especial las relaciones de propiedad o de extraccién del excedente, y de forma més precisa los conflictos de clase que se otigi- ‘nan (0 no) en el seno de dichas estructuras. Precisamente lo que hay gue investigar cémo el problema clave del desarrollo econémico a Jargo plazo que se dio en Europa desde el perfodo bajomedieval hasta principios de la Edad Moderna, es el resultado de tales conflictos de chase: Ia _reafitmacién de las telaciones de propiedad tradicionales i , con el consiguiente surgimiento de una nueva estruc- ture social, Yo que de forma mids amplia se conoce como Ja transiciéa|| Planteadas en términos-tar generales, las proposiciones precede tes resultan un tanto vaga Mi interés se dirige a darles consistencia, relaciondndolas con la critica a aquellas cuestiones que han supuesto cexplicaciones bésicas para Ia histotiograffa econémica del perfodo que nos ocupa, donde parece que el determinismo econémico de los mo- delos previamente elaborados tiene una abrumadora posicién domi- nante. Por ello, mi atencién se centraré en dos interpretaciones muy smplias y diferentes del cambio econémico a largo plazo que tuvo Jugar en Europa desde fines de la Edad Media y principios de la Bdad ‘Moderna, una de las cuales Ia califico como «modelo demogrdficon, y le otra como «modelo metcantil>. Desde un punto de vista histo iogréfico, Ia primera surge como una critica a la segunda, pero lo gue quiero resaltar es que ambas estén sometidas a problemas and. logos. I. Ex Mopeto pEmocririco El origen de Ja preponderancia del denominado factor demogté- fico en la historiografia econdmica europea, incluso durante Ia época de la industrilizacin, ya fue planteado en 1958 por H. J. Habakleuk en su bien conocido articulo «The Economic History of Modern Britain». Como dice este autor: ESTRUCTURA DE CLASES AGRARIA 25 Para aquellos que necesitan Ia referencia de un modelo domi ante et evdente que lor clementon del mismo se encuenten ahl para poder der una verién heroin ¥ simplifcadn de In historia inglesa antes del siglo xix, evando fos movimiento de los precio 1 Targo pao, Ia distribuciin de los ingress, la invetsién, los tio reales y fos‘movimientos migratorios estén dominados por los Cambios en el crecimiento de la poblaci, Al simenta In poble: Ci6n, somentan los precios y los beneficios agriclas y descienden 1 los Ingress reales para elconjunto de la poblacin, ademas de dase ( coniionesdcstevorabhs de ntercembie pars a nd, on vs \ slacfones que dependen de los cambios en Ine insttuciones sociales. estas son las caacteriteas que permiten describ los silos x01, AULY comienzos del X01, axl como el petfodo qc va de 1750 4 1815, En cuanto « los perfodos intermedi, les enrctristens més importantes son una poblacién eslable 0 en dedive con un bajo nivel de, benefits agueols, aunque con ingresoe mis clevados eh conjunta’ Mucho antes del articulo de Habakkuk, .M. M. Postan ya habia presentado los perfiles fundamentales de lo que serfa Ia interpreta. cidn habitual del cambio socioeconémico a largo plazo en el perfodo | medieval; su tratamiento demogréfco ha sido recientemente reela- borado y compilado en el capitulo que sobre «Medieval Agrarian Society in its Prime: England» ha realizado para la Cambridge Eco- nomic History of Europe Aproximadamente el mismo tipo de argu- mentacién es el que aplica Peter Bowden en su reciente Agrarian History of England and Wales? Sin embargo, esta interpretacién demografica no es exclusiva de Ia historia ccondmica inglesa, donde es comminmente aceptada, ya que se ha aplicado de forma rigurosa en cel que tal vez sea el trabajo mas influyente de la historia econdmica francesa del periodo preindustrial: fa monografia clisica de Emma- nuel Le Roy Ladutie Les paysans de Languedoc* Con tan eminentes 3. H. J. Habakkuk, eThe Economic History of Moder Britain, en Journal of Economic History, XVIIT (1958), pp. 487488, 6, -M, M. Postan, «Medieval Agrarian’ Society in its Prime: Englands, en The Cambridge Economic History of Europe, 1, Cambridge, 1966%, 7. B. J. Bowden, «Agricultural Prices, Farm Profits, and Rents»y en J. Thitsk (ed,), The Agrarian History of England and Wales. IV: 1500-1640, Cambridge, 1967. 8. E. Le Roy Ladutie, Ler payrans de Longuedoc, SEV! 2 vols i, Parls, 1966, 26 EL DEBATE. BRENNER representantes, cuya categorfa no se pone en duda, resulta apenas sorprendente que lo que podsfa calificarse como malthusianismo secu- lar haya alcanzado algo asi como niveles de ortodoxia. Su dindmica cfclica ha reemplazado el unilinear edespegue mercantil» como Ia cla- ve del cambio econémico y social a largo plazo en la sociedad pre- industrial i : i No puede ponerse en duda que el modelo malthusiano en sf mis- mo posee una ciérta Igica. Si uno toma como «suposiciones», en primer lugar, la incapacidad econémica para mejorar la productividad agricola y, en segundo lugar, la propensién natural de la poblacién a aumentar con una oferta de tierra limitada, es evidente que se «puede deducir y establecer una teorfa de Ja distribucién de la renta. Con beneficios decrecientes en la agricultura debido -al descenso de Ja fertilidad del suelo y a la creciente ocupacién de tietras marginales, resulta Igico inferir que Ia demanda supere a la oferta; unos térmi- nos de intercambio de esta naturaleza son perjudiciales para la indus- tria y beneficiosos para la agricultura, al originar un descenso de los salarios, una elevacién de los precios de los: alimentos y, lo que resul- ta més importante para una sociedad fundamentada en la relacién dominante sefiores/campesinos, una importante alza de las rentas. Por otra parte, el modelo posee un mecanismy fijo de autocorreccién que determina de manera automética un cambio de direccién y en consecuencia una nueva dindmica a largo plazo. La creciente subdivi- sidn o sobrepoblacién de las tenencias y el agotamiento correlative de los recursos naturales, supone una superpoblacién, que genera correctores malthusianos, especialmente hambre y escaséz, lo que a su vez produce un descenso demogréfico y consecuentemente un comportamiento opuesto por lo que se refiere a Ja disttibucién de los ingresos a partir de Ja primera fase del perfodo. Como. demuestra Habakkuk, este modelo en dos fases ha sido recientemente aplicado a todo el periodo que abarca desde 1050 a 1800. Parece como si la exencia de la «economia tradicional» haya sido aislada gracias a esta larga motion biséculaire (movimiento de doble fase): Como sucinta- ‘mente afirma Le Roy Ladurie, «Malthus Ilegé demasiado tarde». De hecho, para este historiador francés el modelo resulta tan includible que incluso permite intentar analoglas bioldgicas © psicolégicas. La historia del Languedoc rural a lo largo de més de ‘ientos afios ESTRUCTURA DE CLASES AGRARIA 2 podria contemplarse, como dice Le Roy, como «la inmensa respira- ccién de una estructura social»? 4) Demografia, distribucién de la renta y crecimiento econdmico EI malthusianismo secular, en términos de sus premisas concretas y del pequeio niémero de variables que a elas se vircula, semeja casi infalible. Lo que en realidad debe cuestionarse es su selevan para la explicacién del cambio histérico actual. Es decir, las supos ciones y constantes del modelo, sea su verdadera dindmica, ¢ilun nan u oscurccen las condiciones y los procesos cruciales que subyacen ‘en los diversos modelos de cambio econémico secular en In época que nos ocupa? Postan, en su ya clésico articulo publicado en 1950, que inicid su modelo demogréfico para el desarrollo econémico de Ja ‘uropa medieval, aseguta que a él tan sélo le interesa «la base eco- némica» de la, sociedad medieval, definida por «los asentamientos de Ja poblacién, las técnicas de produccién y las tendencias generales de Ia actividad econdmica; es decir, todos aquellos hecho: ‘cos que pueden tratarse sin tener que 10a cémo funcionaban las instituciones legales o sociales, o las relaciones ‘entre las clsesn..° Postan argument que lo que «hizo posible y nece- jo tratar conjuntamente este grupo de temas», dejando de Jado las jones de clase, es que «son temas de reciente introduccign en la discusién sobre la naturaleza de las tendencias generales de Ja act dad econémrica 0, utilizando un término més actual, en el “movimie to de larga duracidn” del ingreso socialy.!! Pero la cuestién que exige un planteamiento inmediato, precisamey.te cuando se intentan estudiar Jos amovimientos a largo plazo del ingreso social», es decir, las ten- dencias sezilares de Ia distribucién de Jn renta y del crecimiento econdmico, consiste en plantearse si es totalmente admisible abstraer- fos del «funcionamiento de las instituciones sociales y legales». ¢Es que los problemas del desarrollo de lo que Postan denomina «base econdmica> pueden entenderse fuera de lis «telaciones de clase»? 9, Ibid, alotoductions, en especial p. 8; también eConclusidnn, en espe: cial pp. 652654, 10, Posten, «Moyen Agen, p. 225. AL bid 28. EL DEBATE BRENNER Por lo que se refiere a Jas tendencias seculares de Ia distribucién de Ia renta, considero que el modelo malthusiano choca con proble- mas especialmente dificiles en relacién con el siempre ambiguo y polémico carécter de la distribucién de la tietta. Por una parte, 1a misma disteibucién de la propiedad de Ia tierra entte seiiores y cam- Pesinos supuso un elemento conflictivo constante.a lo largo del perio | do ya que uno se plantea si la clase campesina podia, por su parte, establecer rentas fijas y transmisibles, es decir derechos de libre tenencia de Ia tierra. De ser ello posible, hubieta tenido lugar una J transformacién muy significativa de Jo que suponia la renta, ponién- dose en peligro Ia existencia de los sefiores como clase dominante. Por otra parte, donde los seniores tenian el dominio pleno de la tierra, epodian establecer un poder extraeconémico sobre la persona de sus arrendatarios, controlando el matrimonio y de forma particular las transferencias de tierra y Ie movilided del campesinado? Si oso fuera asi, se darfa Ia posibilidad de exigir a los campesinos el pago de dere- cchos arbitrarios o ‘extraeconémicos, los cuales inian més allé de las Ieyes consuetudinaties vigentes © sobrepasarian lo que podia dictar In escasez de factores. Cualquier explicacién del proceso de dist bucidn del ingreso en la época bajomedieval y moderna debe, en consecuencia, posibilitar una interpretacidn no tan sélo del cambio en la distribucién del producto inmediato de’ a tietra, sino sobre cucstiones més importantes en relacién con Ia disttibucién de la propiedad entee el sefior y el campesino, ast como la aplicabili- dad directa de In fuerza sobre la renta como relacién de produccién Algunos istoriadores de I economia han ptetendido tratar eate pro} blema negando o ignorando su existencia, en patticular describiend: 1h economia en tétmino de relaciones contractuales entre los detenta dlores del dominio stil con escasos recursos (destreza militar y arma. | | mento, tiem, fuerea de trabajo sgicoa, etc.) Ottosintentan en- 12," North y Thomas dicen que «la servidumbre en Europa occidental ers, Sobre todo, un atreglo contractual en el que Tos servicios de trabajo se inter. ccambiaban 'por una metcancia.puiblice: proteccién y justiciaw (D.C. North y R. P, Thomas, «The Rise and Fall of the Manorial System: A Theotetical Modelo, Journal of Economic History, XXXT (1971), p. 778, North y ‘Thomas pueden establecer este argumento ya que presuponen: a) que el siervo estaba {otalmente econémica como lo hace Le Roy Ladurie, éri“afun- | eign de un estancamiento de la técnica, de na carencia de capital, de una falta de espiritu de empresa ¢ innovaciény, es dar por sentado Io que se intenta probar." Es como pretender explicar el ctecimiento econémico como un simple resultado de Ja introduc- cién de un nuevo tipo de organizaciéa de Ja produccién, de mu- chas técnicas y nuevos niveles de inversién, Desde luego que estos factores no explican el desatrollo econémico, sino que tan sélo des- ctiben lo que es el desatrollo econémico. El estancamiento continuado dela mayorfa de Ins economias tradicionales europeas eit la época que ‘estamos estudiando no puede explicarse en su totalidad sin dar cuenta del crecimiento econémico real experimentado por las pocas ccono- mias que efectivamente se desarroliaron. Desde una perspectiva més general, el atraso econémico no puede comprenderse del todo sin'una 13. Postan, «Medieval Agratian Society in its Prime: Englands, pp. 548 570; M. M, Postan, Village Livestock in the Thittcenth Centutys, Eon. Hist Rei, 2* ser, XV (1962-1963); J. Z. Tow, English Paral Sdcit3, 1200-1330, Londses, 1969, 14, ‘Le Roy Ladutie, op. cit, p. 634. A veces Le Roy Ladutie parece ‘querer enfocar el desarrollo econéinico como el resultado directo de unos pro- ‘esos aparentemente auténomos de innovaciones téenicas. En este sentido dice ‘que «fue la debilidad teenoldgica de la sociedad ... su falta de habilidad para aumentar la productividad, su incapacidad permanente y definitiva en clevat Ja produecién Ja que creé'Ja barrera que, al final del pertodo, pars el creci- miento (qnasébiseculaire) de Ia poblacién y de la pequein propiedad campe- . 639, Véase también la note 37. ESTRUCTURA DE CLASES AGRARIA a teorfa adecuada del desarrollo econémico. Al describir el ciclo de dos tapas de la economia agraria, iniciado en algunas economfas europeas a fines de la Edad Media y principios de Ia Edad Moderna a partir del declive de la productivided ageatia, los tebricos malthusisnos han establecido un importante modelo dé desarrollo y estabilidad ‘econé- ‘mica de larga duracién, Pero este cielo de doble fase no es univer sal, incluso para aquellas sociedades tradicionalmente definidas como desarrolladas;” y ademés, exige una interpretacién y un andlisis més minuciosos. Considero que el ciclo malthusiano de estancamicnto secular, igual que otras formas de attaso econdmico, sélo puede entenderse en su copjunto como el producto. de estructuras estable cidas de relaciones de clase (particularmente relaciones de extraccién del excedente), igual que el desarrollo econémico slo puede enten- derse de forma total como el resultado del surgimiento de nuevas relaciones de clase més favorables a la nueva organizacién de la pro- duccida, a Jas innovaciones técnicas y al incremento de las inversiones productivas. Y estas nuevas relaciones de clase hay que entenderlas como el resultado de un proceso anterior, y en cierto morlo auténomo, de conflictos de clase. b) Ei modelo demogréfico comparado Espero que le fuerza de estas objeciones quede més clara cuando se analicen casos hist6ricos concretos. Considero que mi método exiti- co es sumamente obvio y a la vez simple. Consiste en observar si Se dio un predominio de tendencias demogtéficas similares en toda Euro- pa durante un perfodo de seiscientos o setecientos afios, entre los siglos x11 y xv1u, y mostrar que Jos resultados distintos de estas ten- dencias proceden de la naturaleza de la estructura agtatia y en pat: ticalar de Jos modelos de distribucién del ingreso y del desarrollo econémico con Jos que hay que asociarla, En este sentido, comien2o, mi explicacién exponiendo los problemas que considero plantean los modelos de determinismo demogrifico de Postan (para los siglos xut al xv) y de Le Roy Ladurie (para los siglos xvr al xvit) que se com- plementan perfectamente entte sf De acuerdo con Postan, el crecimiento demogréico caracteriza @ 15. CEC. Geertz, Agricultural Invatution, Beskeley, 1963. ) 32 EL DEBATE BRENNER Jos siglos xm y x111, y genera una ocupacién de tiettas marginales y Ia consiguiente reduccién de la fertilidad del suelo: es decir, se produce un aumento de Ja demanda frente a una oferta algo rfgida tanto de tierras como de alimentos, lo que supone un akza de precios y rentas. Sin embargo, y de ello Postan es consciente, en este petfodo fnos enfrentamos con una forma de renta bastante singular, Hay ppocos arrendamientos y contratos ditectos, y en vez de ello nos encon- tramos con una estructura tedricamente fija, pero realmente fluctuan- te, de derechos y obligaciones consuetudinatios que definen Ia tenen- cia de la tierra y que consisten, en primer lugar, en pagos regulares (supuestamente fijos) que el campesino tiene que hacer al sefior para poder continuar poseyendo Ie tierra. Pero con frecuencia sucede que estos detechos suponen, ademés, unas condiciones adicionales: como ¢s el que el sefior tenga la potestad de imponer exacciones extraotdi- natias (tallas y tases), o de controlar Ja utilizacién, transmisién y hherencia de Ja tietta, o la misma libre disposicién de Ia persona del campesino, en particular su libertad de movimientos. El planteamien™ to de Postan consiste en que estas viltimas condiciones, que en con- junto definen Ja situacién legal del campesino —su libertad 0 su sujecién— en la medida que son importantes pata las tendencias eco- némicas a largo plazo, petiniten —de forma mis 0 menos directa— sex asimiladas por su modelo demogréfico de oferta y demands. Por |. tanto Ja cuestién central para Postan es que, dado el desarrollo de la poblacién, el siglo xur es un perfodo donde la posicién del sefior vis-a-vis con los campesinos mejora, no tan sdlo en aquellas pocas zonas donde surgié lo que podria calificarse como formas de erren- damiento moderno, sino también en el denominado sector consuctu- dinario o tradicional. Asi pues, la lucha por la ticrra obliga a los cam-, pesinos a aceptar una seria degradacién de su situacién tanto personaly como en selacién con Ja tierra para poder mantener sus tenencias, 1, que a su vez acentia Ja detetiorada situacién econdmica general @ 1a! cual estén sujetos tinicamiente por las fuerzas de oferta y demanda! [Por tarito, pata conservat su tierra los campesinos tienen que some- terse, primero, al incremento atbitrario de las exacciones (tasas, /tallas), que se recaudan ademas de Ia percepcién de la renta tradi- | ional; y segundo, al inctemento de los servicios personales de trabajo Jen Ja tierra del sefior. Este inctemento de los pagos esté origi- nado por el poder del sefior en controlar al campesinado y deter- minar su condicién legal. En otras palabras, para Postan las rela- ESTRUCTURA DE CLASES AGRARIA 33 clones extraecondmicas entre el sefior y el campesino —especialmente aquelles pagos asociados con el reforzamiento de la sujecién del cam. pesinado— hay que entenderlas en los mismos tér tiva escasez de factoresn, argumento tinicamente aplicable a medidas contractuales regidas por las leyes del mercado y que en realidad no suponen més que el mismo resultado en tétiminos de distribucién de fenta entze sefior y campesino, Pot ejemplo, como dice Postan, «la fluctuacién de las prestaciones de trabajo petsonal no requieren’ mds explicacién que la que proporciona Ja accién recfproca entre Ia oferta y ba demande demanda de prestaciones serviles y oferta de trabajo servile’ i Durante los siglos x1v y xv se produjo un descenso de Ia poblie cisn como resultado de Ja caida de la productividad, del hambre y de la peste. En tiltima instancia, las catéstzofes demograficas origina: ron una dréstica inversién de la proporcién hombre/tierra, Postan argumenta sélidamente que este cambio demografico produjo una situacién opuesta a la que se habia dado en el siglo xni. Una dismi. rnucién del niimero de los campesinos supuso un descenso no sélo del nivel de Ja renta, sino también’ de 1a capacidad del sefior para Jimitar Ia movilidad del campesinado. La competencia que surgié entre los sefiores para obtener los servicios de los escasos campesinos que quedaban implica que uno esté de acuerdo con la ley de la oferta y la demanda, no tan s6lo por fo que se refiete a una caida de las rentas en general y de las prestaciones de trabajo en particular, sino también en Jo referente al abandono por parte de los seffores de sus derechos de conttol sobre el campesinado. Una catéstrofe demogré- fica determina la caida de In setvidumbre.” Le Roy Ladurie empieza cl anélisis del ciclo en el punto donde lo habe dejado Postan, esto es, a finales del siglo xv. En este mo. mento, la servidumbre ya no existe ni en Inglaterta ni en Ja mayor 16, WM. M, Pos, . 39, Para una explicaciGn més precisa, véase infra pp. 62 st ESTRUCTURA DE CLASES AGRARIA 45 consiste en no incluir el desarrollo de la estructura de clases y sus ‘efectos, como elemento bisico de sus anilisis. De ahi que sus modelos ciclicos de cariz malthusiano tropiezan, como ya se ha visto, con él mismo tipo de dificultades a la hora de realizar una historia compa- rativa que las que ellos mismos han criticado, esto es, el comercio como base del desarrollo econémico. En particular su método les im- pide plantearse lo que desde mi punto de vista son probablemente los dos problemas fundementales para levar a cabo un andlisis del desarrollo econémico a largo plazo centrado en la Europa de Ia época bajomedieval a fines de la Ecad Moderna, o dicho de otro modo, «la transicién del feudalismo al capitalismon: 1) la decadencia versus a persistencia de la servidumbre y sus efectos; y 2) el sutgimiento yy subsiguiente estabilizaci6n de una pequefia propiedad campesina versus 1a consolidacién de las relaciones sefior/gran.arrendatario. En té:minos histéricos ello implica, como minimo: primero, un andlisis comparativo de Ja intensificacién-de Ja servidumbre en Europa orien- tal en relacién con el proceso de decadencia en Europa occidental; yy segundo, un andlisis comparative de la ascensién del capitalismo agrario y el incremento de Ia productividad en Ja agricultura en Ingla- tetra, relaciondndolo con su caida en Francia, Expuesta de forma tan elemental mi argumentacién, la discusidn consistiré en que el paso de tina frente a las tasas sobre la herencia de las tiereas tenidas ten enfteusis, todavia no se sabe. Kerridge parece que no ha encontrado ningin caso referente a este tema con fecha anterior « 1586: Kersidge, Agrarian Pro blem in the Sixteenth Century and After, pp. 38:39. Véase también Tawney, “Agrarian Problems in the Sixteenth Century, pp. 296, nota 3, y 307; Stone, Crisis of the Avistocracy, pp. 306310. ESTRUCTURA DE CLASES AGRARTA 6 Las exigencias de los sefiores para conseguir el derecho de aumen- tar las cargas no fue, al principio por Jo menos, una cuestién de abrir y-certat los ojos, ni tampoco se aceptaron sin protesta, A Jo largo del siglo xv hay constancia de que los campesinos rechazaron con fre- cuencia el pago: de estas cargas, yal parccer lo consiguieton, Este tipo de resistencia continus durante el siglo xvi cuando el aumento de la tasa trabajo/tierra hubiera podido ebligar al campesino a acep- tar unas condiciones deterioradas y a pagar una renta més elevada.” Como iltimo recurso los campesinos optaron por llevar a cabo revuel- tas con el fin de reforzar sus demandas. Como es bien sabido, la pri- mera mitad del siglo xv fue en Inglaterra un perfodo de grandes con- flictos agratios que amenazaron la totalided del orden social, El tema principal de los conflictos més serios —especialmente el levanta- miento del norte a mediados de la década de 1530 y Ia rebelién de Kett en 1549— consistié en asegurar la tenencia y més concreta- mente la cuestin de las cargas arbitratias.® Como ha planteado un historiador, si las revueltas campesinas del siglo xvr hubieran tenido un resultado favorable pata los campe- sings, podrian haber «xecortado las alas al capitalismon.” Pero no lo tuvieron. En realidad, a finales del siglo xvur, los sefiores ingleses controlaban una proporcién abrumadora de la tierra cultivable —tal vez un 70-75 por 100—" y las relaciones de clase capitalista se este- TI. Christopher Dyer, «A Redistribution of Incomes in Fifteenth Century England?», Past and Present, n? 39 (abril, 1968); Raltis, Tenure and Mobility, pp. 198-199. Sobre principios del siglo xvr, véase B. J. Harris, «Landlords and Tenants in England in the Later Middle Ages», Past and Present, n? 43 (mayo, 1969), pp, 146150. : - 78. ‘Tawney, Agrarian Problem in the Sixteenth Century, p. 30T; S. T. Bindoff, Kese's Rebellion, 1549 (Hist. Assoc. pamphlet, Londres, 1949; otra ed., Londres, 1968), pp. 7. 79. Bindotf, Kett's Rebellion, 1549, p. 9. 80. G. E, Mingay en English Landed Society in the Eighteenth Century, Londres, 1963, p. 24, ofrece el siguiente dato: un 80.85 por 100 de la propor: cidn de tierra estab controlada por las clases sefioriales (esto es, por los «gt des nobles» y Ia gentry) en 1790 (una proporcién adicional y vn tanto incierta Ja conttolaban «hombres libres de mejor suerte», una categoria que probable- mente abarcaba un mimero signficativo de labradores capitalists). Continéa diciendo que los datos sobre 1a proporcién de tierra en propiedad probable- mente no suftieron ningtn cambio significative en los cien afios anteriores a 1790, aunque ciettamente se produjo un ajuste favorable a los grandes nobles ‘expenses de los otros dos grupos (es decir, la gentry y los propietarios libres».

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