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CAPITULO 6 Geo-arqueologia IV: formacién de un yacimiento Los sedimentos arqueotigicos El registro sedimentario de un yacimiento arqueoligico suministra una infor- macién medioambiental y estratigrafica fundamental. En cambio, se subvalora su importancia para interpretar los patrones de asentamiento y las actividades subsistenciales. ¥ ello es asi porque los sedimentos arqueoldgicos incluyen siem- pre una mezela de componentes fisicos, biogénicos y culturales: 1. Los components fisiogénicos reflejan los procesos fisicos fundamentales de un yacimiento, con o sin intervencién humana o animal, y son el resultado de la erosién, el transporte y la deposiciégn normales del entorno general de un sitio o de medicambientes microdeposicionales concretos dentro del sitio. Pue~ den citarse como ejemplos de componentes fisiogénicos el polvo edlico, el imo yy la arena depositados por el agua, los movimientos y corrimientos de pendien- tes y los desconchados y corrimientos de las cuevas. 2. Los componentes biogénicos son esencialmente el resultado de la activi- ‘dad de los animales residentes o visitantes de un sitio; por ejemplo, el ganaco, los animales domésticas, los roedores, 10s gusanos, los caracoles y los insectos en el timulo ocupacional de una aldea; o las avispas, lechuzas, murciéiagos, puercoespines, hienas, félidos y osos de una cueva. Los habitantes de Ja cueva introducen una serie de materiales externos, y los moradores de! poblado pue- den introducir materiales o mezclar y transformar los sedimentos orginico- minerales, La actividad biogénica en las cuevas es muy importante durante las rupturas en su ocupacién 0 después det abandono del sitio. En los poblados, el input biogénico se reduce tras el abandono, pero los distintos organismos subsuperficiales coadyuvan a la descomposici6n de los desechos de superficie, favoreciendo asi la formacién de suelo bioquimico. 3. Los componentes antropogénicos incluyen a): diversos materiales minc- rales 0 biol6gicos incorporados deliberada o incidentalmente al yacimiento, 9}: residuos y rasgos producidos por la alteracién de las aportaciones o de Ia acti- vvidad humanas, y ¢): sedimentos minerales producidos por la aeeleracién, como resultado de [a intervencién humana, de los procesos geomérficos normales (For ejemplo, Ia patina del techo de la cueva producida por las hogueras encendicas por los moradores), 0 las interferencias en el sistema geomorfolégico normal (por ejemplo, la inestabilidad del suelo que se refleja en la erosién de las pen- 4 Formacién de wn yacimiento 8 dientes y en los depésitos aluviales alrededor y aguas bajo de un poblado). El principio bisico de Ia arqueosedimentologia es que los seres humanos y los animales son agentes geomorfolégicos causales de una gama espeeifica de sedimentos arqueologicas que requieren una atencién y una interpretacion es pecificas. Las distintas génesis de Ios sedimentos arqueotégicos aconsejan su Subdivisin en tres categorias: formas primaris, formas secundarias y formas ter 1, Los materiales primarios han sido introducidos en el yacimiento por los, agentes humanos, bien en su forma original, bien como productos elabora Se incluyen aqui fos artefacios y ornamentos, los materiales de construccién, los alimentos y los combustibles y, a menor escala, el polvo y la suciedad intro- ducidlos a través de los pies, Ia ropa y otros objetos de fos moradotes. Los ani- rales también introducen materiales (por ejemplo, los huesos de las presas arras- tradas hasta la eueva por los grandes carnivoros, 0 las bayas y huesos introducidos por algunos roedores, como los puercoespines). 2. Los materiales secundarios son producidos por la alteracién in situ 0 por la descomposicién bioguimica. En un yacimiento de ocupacién paleolitica esos materiales secundarios podrian ineluir conchas y fragmentos de hues0s rotos Y trabajados; restos de fibras, carbén vegetal y materia organica carbonizad; ‘enizas minerales; heces humanas y fosfatos orginicos depositados con la or na; restos de construccién —improntas de viga, fosos y pavimentos—; lascas ¥ arlefactos Iticos manufacturados, objetos ornamentales y rituales —collares de concha, ocre para ef maquillaje del cuerpo, arte parietal y movil. Los restos de un poblado neolitico incluirian probablemente una serie de elementos adi- cionales; por ejemplo, restos de cerimica, una mayor variedad y eantidad de subproductos alimenticios y excrementos de animales; restos estrueturales —pie- dra tallada o en estado bruto, ladrillos cocidos, ladrilos de barro, adobe, ma- ddera y fibras. Los enterramientos humanos intencionales y los enterramientos animales accidentales también entran en esta categoria. Los animales contribu~ yet activamente a le transformeién de estos materiales, no sélo en los corrales del poblado neolitico, sino también en las cuevas paleoitcas: “pelotillas"* de lechuza con huesos intactos de roedor, guano de murcilago rico en nitratos, heces de hiena con abundante caleio y fosfatos, excremementos de os0 con ni- trato, fosfato, calcio y potasio en abundancia, Otra forma de aportacién ani- ‘ial susceptible de contribuir a la formacién de suelo postdeposicional en un lugar de asentamiento es la que resulta de Ta mezciao la ingestin de materiales subsuperficiales por parte de los roedores subterraneos, los gusamos y 0:70s oF- ganismos del suelo. 3. Los materiales terciarios incluyen los residuos de materiales primarios y secundacios eliminados y depositados por los agentes fisicos y humanos en forma de montones de basura secundaria, de rellenos estructurales y de lechos depo- sitados por las aguas. La mayor parte del material presente en el interior y alre- dedor de un sitio ocupado durante mucho tiempo se halla fuera del contesto original. En un poblado en expansién demogrfica, los deseclos primarios pro- 76 Fundamentos ximos a la zona habitada tendin que ser nivelados o trasladados artificialmente ylas casas derruidas tendriin que ser parcialmente descombradas antes de pro ‘ceder a la reconstruccién, Los tmulos de ocupacién estan constituidos priaci- palmente por escombros y cascotes secundarios que han sido trensportados © ‘empujados ala periferia del sitio 0 utilizados como relleno de los nuevos fun damentos, en la construccidn de terrazas artificiales 0 para rellenar los huecos de las mutallas. Este detrito es el equivalente mecénico de la “‘informacién pa- rasita”” en arqueologia. Las lIuvias, junto con los desplazamientos por grave- dad en la periferia del yacimiento, contibuyen a la posterior reestructuracién de esos escombros (ver Capitulo 7). Incluso algunas cuevas paleoliticas presen- tan bandas o conos de escombros terciarios fuera de las bocas de entrada, que reflejan unos esfuerzos de limpieza doméstica muy anteriores a la excavacién aarqueolégica, En algunas situaciones concretas de campo resulta dificil ditin- uit los arqueosedimentos secundarios de los tereiarios, pero la diferencia es importante tanto para el excavador como para el geo-arquedlogo. Evidentemente, el componente cultural varia radicalmente entre un eampa- ‘mento paleolitico estacional y un timulo de ocupacién prolongada. Dos ejem- plos hipoteticos, el de una cueva paleolitica y el de un timulo de ocupacién neolftico, pueden servir para destacar sus respectivos componentes y procesos de fomacién, Un prototipo del Pleistoceno: los-sedimentos de cueva EI método geo-arqueol6gico convencional de anélisis de cuevas consiste desde hhace mucho tiempo en considerar los sedimentos como tesiduos fisicos, no ccmo residuos culturales. Estudios autorizados, como los de Farrand (1975a, 19756), Laville etal. (1976, 1980) y Le Tensorer (1977), siguen subestimando el ro: de Jos agentes antropogénicos y biogénicos. Un primer paso tendente a correzir este desequilibrio ha sido dado por Butzer (19786, 198Ic) y por Goldberg (19732). La exposicin hecha a continuacién estd basada en mis experiencias con sed mentos procedentes de una serie de cuevas espafolas y sudafricanas; los reul- tados de algunos de estos estudios se allan todavia en fase de preparaci6n para su publicacin. 1Los dliversos componentes culturales de los sedimentos de cueva pueden en meratse de la forma siguien 1. Detritos litcos. Los ocupantes paleoliticos levaron a sus cuevas eantiia- des ingentes de roca primaria en forma de loses, cantos rodados y de fraguen- tos naturales 0 arificales, a veces procedentes de Ia base de algiin acantilado préximo, otras veces de algtin lecho de grava aluvial @ unos centenares de me- tros de distancia, y ain otras, de canteras especiales a muchos kilometros de distancia, Dentro de la cueva estas rocas eran convertidas en artefactos, Iascas ¥ finas esquirlas o burles, 0 servian de yunques y martlls, En algunos niveles de cueva, Ia piedra artefactual constituye la totalidad de los sedimentos de ma- lia superior a los 2 mm y una buena —sino la mayor— parte de los de malia Formacién de un yacimiento n comprendida entre 200 y 2000 micrones. Para més informacién sobre la miero- laminaci6n véase el trabajo de Fladmark (1982). Por ejemplo, en la cueva de caliza de Fl Pendo, en Cantabria, todo el cuarzo y la cuarcita y casi la totalidad del ocre, los cristales de feldespato y las laminas de mica son elementos intro- ducidos, aunque los cristales de plagioclasa (feldespato) y los de mica de gra- nulomeiria comprendida entre 50 y 100 micrones proceden de la descomposi- ‘cin de las lajas de diabasa (Butzer, 1980c). En la cueva de Nelson Bay, en Aftica del Sur, la mayoria de los artefactos estaban hechos de la misma cuarcita que los cascotes desprendidos del techo, planteando serios problemas de identifica- cidn entre las hojas manufacturadas y las producidas por la accién del hiclo (Butzer, 1973b). Aunque esos componentes artefactuales deben ser analizados estadisticamente para delucidar los datos medioambientales de fondo, por lo general, las estadisticas publicadas sobre componentes de arena y arenisea de los sedimentos de las cuevas han obviado estos posibles problemas. Es més, los estratos de las cuevas del final del Pleistoceno y del Holoceno tienden presentar un aumento de cascotes de piedra (a veces en forma de hogares u otras ‘structuras) deliberadamente introducidos 0 desplazados del exterior 0 del in- terior de la cueva. Esos manuportes también deben diferenciarse de los frag- menios de origen y emplazamiento fisicos, Por ultimo, es probable que las ho- ‘aueras encendidas en las cuevas favorecieran el desprendimiento de lajas del echo bajo el efecto de 1a alternancia de calor y frio. Probable o segura, la in- tervenci6n de este agente no siempre puede correlacionarse positivamente a partir de la frecuencia de fragmentos caidos del techo y el espesor o la abundancia de horizontes de hogares. 2, Suelo mineral, Con el mal tiempo, y en ciertos medioambientes hnimedos, por ejemplo, cerea de la costa, suelo y arena penetran fécilmente en cuevas y concheros a través de los pies humanos, la piel y el pelaje de los animales caza- dos o de los mamiferos cavernicolas, y a través de los moluscos introducidos en la cueva en calidad de alimento, Incluso cuando existe una buena cobertura vegetal alrededor de Ia entrada de la cueva, los pequefios grupos humanos que usaron la misma cueva durante milenios pudieron introducir en ella cantidades importantes de “suelo” inorginico. Los componentes minerales son también introducidos con Ia materia fecal, ¢ incluso a través de las avispas y los pajaros anidadores. Aunque resulte dificil o imposible de cuantificar, este componente antropogénico y animal del suelo no sélo es real, sino que probablemente tam- bién es importante. 3. Materia vegetal. Las fibras y los alimentos vegetales fueron inevitablemente introducidos en forma de alimentos primarios, como productos alimenticios secundarios (en el sistema digestivo de humanos y animales), y como combus- tible y materia prima para el vestido, el lecho y la construccisn. Con el tiempo, las heces, el carbén y la ceniza de la lefia aporiaron coloides organicos, ami nodcidos, celulosa, resinas, fosfatos, nitratos, potasa y manganeso a los sedi- mentos de Ia cueva. 4. Productos animales. También se introdujeron proteinas animales, huesos 78 Fundamentos y-conchas en gran cantidad, que se incorporaron a los residuos anteriores: hue- 50s, conchas, astas, plumas, tejidos y heces, algunos de ellos mas o menos tacios (fragmentos de huesos, mécar), otros como productos de descomp cidn (Fosfato de los huesos, compuestos de calcio, nitrdgeno 0 potasio, acidos orgénicos, carbonatos y silicatos coloidales. Hay que mencionar igualmente los huesos de pequefios animales en las pelotillas de Jechuza, detritos de hueso de los coprolitos de hiena, huesos roidos de las madrigueras de puercoespin, y los eee ee élidos. Los ocupantes prehistéricas de las cuevas aportaron directa 0 indirectamente cantidades sustanciales de piedra, suelo mineral y coloides orgénicos 0 ion2s. En el curso de ocupaciones periédicas y prolongadas fueron afiadiendo gren- des cantidades de arena y arenisca, sin olvidar la fraccién arcillosa y fangcsa del sedimento, propiciando asi el desarrollo de un componente hiimico-arclfcso especial formado por una mezcla de compuestos minerales solubles (calcio, fos- fato, potasio, nitrégeno, azufte, magnesio), écidos (incluida la orina humana y la orina animal), y carbono orgénico. La evolucién quimica de esos productos orgénicos es compleja y depende del subsuelo medioambiental. Por ejemplo, el hnueso se disuelve en soluciones Acidas débiles de origen orgénico (Acido tirico, guano de murciélago, écido car- bénico de origen vegetal), y las soluciones fosfiticas resultantes se combinan con el calcio (a pH>7) para formar compuestos casi insolubles, algunos de Jos cuales pueden llegar a sustituir la calcita de las calizas y travertinos ads centes (Goldberg y Nathan, 1975). Siel pH es inferior a 5 6 6, los iones fosFéri- 05, potisicos, sédicas o calcicos pueden combinarse con compuestos de hie- ro y aluminio y ser absorbidos por las laminillas de las estructuras coloidales 2 los minerales de las arcillas (Cook y Heizer, 1965). Seguin qué forma adop- ten, los compuestas de fésforo pueden ser dificles de cuantificar con precisiin © incluso indefectiblemente, sea 2 partir del cilculo del P libre o del célculo de P total (Proudfoot, 1976). LLos céleulos de carbono organico, fésforo, potasio y pH, a partir del contex- to del color de los sedimentos, de los huesos, de los restos de artefactos y de los hogates, ofrecen una documnentacién incompleta de la ocupacién humana ‘en [os estratos de la cueva, Pero las curvas de C, P y K, incluso reforzadas por difractogramia de rayos X, micrografia de laminas delgadas 0 microscopia elec- trénica de barrido s6lo pueden aportar informacidn apraximada o indirecta sobre los compuestos orgénicos de los sedimentos de la cueva. De hecho, las medi- clones geoquimicas de los iones y cationes clave ni siquiera permiten diferen- lar los residuos de productos carnicos de los residuos de vegetales. Los traba- jos experimentales de la Smithsonian Institution y de la Universidad de Tibingen Ssugieren la posibilidad de identificar, por cromatografia de gases de los ami- nodcidos, los residuos de sangre, hueso, grasa, etc. Otros métodos més sofisti- cados de quimica orgénica y de andlisis de oligoelementos permiten identificar os componentes diagndsticos de determinados tipos de alimentos. Pero, lamen- Formacién de un yacimiento 9 tablemente, todavia tardaremos bastante tiempo en disponer de resultados so- bre los compuestos organicos derivados; de ah que la identificacién microscd- pica de las estructuras vegetales preservadas o de los fragmentos de huesos siga siendo fundamental, Un problema adicional en la determinacién de la intensidad y naturaleza de a ocupacién humana o animal es el rot de la oxidacién y/o de ia movilizacién contempordneas 0 postdeposicionales. Por ejemplo, un horizonte de suelo con abundante polvo de carbén vegetal y alto contenido de carbono puede identifi- carse con probabilidad con un hogar. Pero su evidencia manifiesta se debe a fuegos de baja temperatura con oxidacién incompleta; los fuegos de alta tem: peratura producen capas delgadas rojizas 0 blanquecinas y, por tanto, menos detectables, aun cuando indican fuegos mayores o més prolonigados y, por de- duccién, una actividad més intense. Ya se ha mencionado la fijacién de P en presencia de Ca (por ejemplo, en la colofanita) y la adsorcién de P, K, Na y Ca en la estructura de los minerales de las arcillas en suelos ligeramente dcidos. El fsforo puede haberse desplaza- do (quizé lixiviado) hacia la base de ta columna de sedimentos de la cueva, lo que explica que en los estratos paleoliticos de la Cueva Morin las concentracio- nes maximas de fésforo se sitiien aproximadamente un metro por debajo de los principales horizontes de ocupacidn (Figura 6-1) (Butzer, 1981b). En la ma- yoria de secuencias cle cueva el potasio disminuye de forma regular con la pro- Tundidad, en consonancia con su inestabilidad en medioambientes ligeramente alcalinos. En Ie Cueva Morin algunos de los pozos excavados en el Aziliense 0 final del Paleolitico carecen précticamente de cualquier artefacto, y 1os valo- res de P aparccen muy bajos, en contraste con las concentraciones de C y K procedentes probablemente de las cenizas de los hogares. Tras 75.000 aftos de oxidacién y liniviacién y de alteraciones producidas por las heladas, las con- centraciones de Fésforo presentan un maximo moderado atribuible, en ausen- cia de artefactos y huesos conservados, a exerementos de osos de las caverns. Estos puntos sirven para explicar porqué los compuestos organicos no suminis- tran un indice indiscutible del modelo de actividad, particularmente en Ios con- textos mas antiguos. Pero hay que ser cautos incluso con estratos mucho mas recientes sometidos a la influencia de los microambientes del sueto. Los agregados biogénicos y antropowénicos de distintas clases plantean pro- bblemas especiales, sobre todo para los andlisis de textura: 1. Coprolitos (excrementos fésiles). B] material fecal de una cueva, en condi- ciones normales, se descompone, pero puede concentrase en ciertos estratos Las heces secas contienen proporciones variables de plasma soluble y residuo ‘mineral, és itimo, de eranulometria variable, Los agreeados primarios de las ccapas ricas en coprolitos de hiena son resistentes debido a los altos contenidos de material mineral estructurada (Fosfato de calcio) y alas inclusiones de frag- ‘mentos de hueso, mientras que los exerementos de oso de las cavernas son ¢x~ cepcionalmente ricos en solubles y en agregados inimico-arcillosos contenien- Go residuos milimézricos de hueso. 7 & Sg & E 5 a 8 3 E g é \ MUSTERIENSE, Figur 64, Pech aqucoedincnario dea Cues Mori, Canaria, Espa. Las widades sd _manarn etn dain por mero rere orden ecedene, as ees arQeageos 0 ‘timers romnos en orn dewendeste. apa de Buse (982), Formacién de un yacimlento 8 2. Conizas Ifgneas. La combustién de varios tipos de fibra libera ftotitos de ‘palo (esqueletos mictoscépicos de slice, ver Capitulo 10) y cristales microses- picos de calcta, que forman una nueva clase de minerales, Estos intervienen de manera apreciable en la formacién de agregados pulverulentos blancos 0 amarillentos de granulometria arenosa fina, caracteristicos de las intercalacio- nes lenticulares claras entremezeladas con lentes oscuras en los sedimentos de numerosas cuevas. Ampliadas 30 veces, esas particulas de ceniza presentan una estructura granular porosa y heterogénea, Solo ciertas variedades son atacadas, por los dcidos, pero todas son solubles en dlealis fuertes, como el hidréxido de sodio empleado para disolver compuestos siliceos y orgéinicos. 3. Arzilla cocida, Las fogatas de cueva, que alcanzan normalmente tempe- raturas de 600°C 0 més tienen un efecto teductor en los sedimentos adyacen- tes, que adquieren un color gris o amarillento; un efecto oxidante algo mis le- jos del contacto del fuego, que oxida los sedimentos transformindolos en agregados rojo oscuro o marrén rojizo, mientra que los sedimentos més aleja- dos, que s6lo alcanzan temperaturas moderadas y una combustién incomple- ta, producen agregacos orgénicos marrén oscuro. Los agregados resultantes pre- seatan estructuras laminadas amorfas, con granulometrias que oscilan entre 100 y 500 micrones, y forman interdigitaciones lenticulares que ofrecen varias gradaciones entre particulas de ceniza, de arcilla cocida amarilla o roja y agre- gados carbondceas oscuros. Por su aspecto, esos agregados se confunden con los granos de arena, las particulas de limo y los minerales de las arcillas. Sia ello le aftadimos el frac- cionamiento litico similar al de la arena y las areaiscas a que pueden verse so- ‘metidos, ola aptitud de recombinacin geoquimica de los iones orgénicos para formar mokéculas himico-arcillosas, comprenderemos eémo los factores cul: turales pueden desvirtuar considerablemente (y, a veces, completamente) cl es- pectro textural de los analisis mecanicos de laboratorio. La conclusién es que los sedimentos arqueolégicos de las cuevas deben ser cuidadosamente pre- tratados si se quiere obtener unia informaciéa itil. Goldberg (1979a) propone 1un andlisis micromorfoldgico con objeto de identficar directamente las part culas y agregados antropogénicos y biogénicos. Un método altern: teen aplicar las técnicas usuales de separacién granulomeétrica y examinar lue- 4g0 al microscopio las particulas de limo y de arena de mds de 37 micras (Ja malla de tamiz mas pequefia de que se dispone). Los productos de fraceiona- miento podrén separarse, los agregados biogénicos podrn ser disueltos en so- lucién alealina, y la muestra asi previamente tratada podré ser examinada por segunda vez a efecto de obtener un espectro textural ““depurado” del material de mis de 37 micras. La diferencia cuantitativa, junto con Ia determinacién geoquimica del fsforo, potasio y materia orgénica libres y combinados, ind card hasta qué punto las estadisticas iniciales sobre limos y arcillas, o los di fractogramas de rayos X de los minerales de las arcillas son aprovechables. Esta discusién analitica pretende llamar la atencién sobre algunos de los pro- bblemas de procedimiento planteados por la sedimentologia de cucvas y sugerir 82 Fundamentos algunas formas de separar los inputs fisicos de los no fisicos para obtener in- formacién sobre ambos. La conclusién es que es necesario elaborar un nuevo sistema sedimentario para cada cueva, Veamos un ejemplo conereto de lo que precede. Un ejemplo de geo-arqueologin de cuevs ia Cueva Morin La Cueva Morin es una cueva caliza situada a 11 km al suroeste de Santander, cerea de la costa cantabrica, en el norte de Espatia (Butzer, 1981). En la cueva, el grueso del sedimento (Figura 6-1) se formé a partir de detritos de suelo y de roca de la cobertura acarreados por el agua hasta la entrada de la cueva, donde el goteo del agua de la fachada los habria desplazado lentamente kacia el interior de la cueva. Esos sedimentos externos incluyen arcilla (procedente de horizontes de suelo), limos (en parte, pov transporiado por el viento y Ices) arena cuérciea (en parte procedente de acumulaciones de aluviones antiguos) mas raramente, cantos rodados, granos de arena o concreciones de hero (una aportacion de la superficie de erosin encima de la cueva), En el interior dela cueva se forms otro tipo de relleno a partir de costas y esquirlas despren- didas del techo bajo el efecto de las heladas; las estalacmitas y los travertinos son muy rar0s, Por timo, las frecuentes ocupaciones de la cueva por grupos del Musteriense y del Paleolitico superior durante los 75.000 aos anterores 4 10,000 B.P. fueron responsables de a) la introduecion de materiales minerales yorgiiicos desde el exterior de la cueva, b) Ia alteracin de la estratigrafia pree- xistente y la mezcla de sedimentos antiguos y sedimentos contemporineos, y «) la modificacién geoquimiea como resultado de la descomposicidn de restos biolégicos. Los periotos de ocupacién intensiva fécilmente duplicarfan el indice de se mentacién “espontinea”” en la medida en que incorporaron un componente de arenisca o de arena gruesa, ausente en el residuo caledreo, que se afiadié al limo areno-arilloso procedente de la disolucion de ls ealizas, que aumenté 1a fraccién hiimico-arillosa coloidal con la aportacién de compuestos minera- Jes solubles, y que en general elewé el contenido en componente orgénice. La ‘materia orgénica consttuye un 5-25 por ciento de la mayoria de niveles de ocu- pacién; los compuestos fosfatados un I-2 por ciento, y los restos artefactuales y-el hueso un 2-50 por. cient. La ocupacién intensiva afecté a los indices de acumulacién de sedimentos. {Los fosos exeavados por los ocupantes azilienses (nivel arqueolégico 1) consti- tuyen otro ejemplo de esta alteraciOn, mientras que diversos contactos entr: los niveles V, Vi y Vit sugieren semejantes actividades excavadoras por parte de los ocupantes sravetenses y aurifiacienses. Varia estructuras de principios del Aucinaciense ofrecen otro ejemplo, Mis acusados fueron los efectos de ocupaciones repetias que mezelaron com- Ponentes culturales nuevos con sedimentos minerales més antiguos que habian ‘estado acumuléndose lentamente durante siglos y milenios. En otros casos, una Formacién de un yacimiento 83 fase renovada de ocupacién llegé a alterar unos 10 em de restos de ocupacién anteriores (probablemente bajo el efecto de las pisadas humanas, cuando el agua de lluvia se estancaba en el interior de la cueva). Asi se llezaron a refundir pro- porciones importantes del sedimento cultural anterior en una masa bastante ins joven. Ejemplo de ello son los artefactos evolucionados a partir de arte- factos aurifacienses descubiertos en la parte inferior del nivel gravetiense V. Las implicaciones de una ocupacién esporédica nero repetida son considera. bles, no sdio por lo que se refiere a la interpretacién paleoambiental de la co- tumna de sedimento sino también para la valoracidn de los contextos arqueolé- sicos primarios. 1. Los periocos sin ocupacién estardin mal representados, sobre todo en épo- cas de escasa erosién externa del suelo, y el registra temporal queda distorsio- nado o incompleto. 2. Los petiodos de repetida ocupacién intensiva terminardn por “enmasca- rar” las huellas medioambientales y por provocar, en algunos casos, uma ex ‘geracién aparente del espesor y 1a complejidad de los sedimentos. Las capas estardn formadas principalmente por componentes culturales y detalles ficti- cios de sedimentacién que quiz4 no sean mas que ‘ruido pardsito” de fondo. 3. La alteracién puede formar en las partes inferiores de los estratos indivi- uales conjuntos artefactuales mezclados y, habida cuenta de la incidencia de las pisadas modernas sobre el barro, las asaciaciones se consideraran primarias sélo si se preservan en pequefios lentes tridimensionales intactos. El examen de los estratos arqueotdgicos de la Cueva Morin indica que los contactos tienden a ser més acusados en la parte frontal de la cueva, donde Ja ocupacién fue mas intensa, En cambio, los contactos son mas imprecisos yy con frecuencia sumamente irregulares hacia la parte posterior de la cueva. De hecho, los contactos sugieren que las unidades sedimentarias superiores de la cueva son tanto la consecuiencia de las ocupaciones como de los procesos medioambientales. Los datos sedimentolégicos, que a veces presentan el mis- mmo grado de variabilidad en una misma unidad y entre distintas unidades, to demuestran, Es mis, muchos de los niveles arqueoldgicos contienen pocas aso- ciaciones primarias —por ejemplo, fosos y hogares— mientras que las acumu- laciones culturales amorfas, con escasa 0 nula diferenciacién lenticular, abundan. Este ejemplo no sélo pone en guardia en contra de la opinidn generalizada de que las cuevas son ideales para la preservacidn de asociaciones primarias, sino que demuestra que las secuencias arqueoléeicas de las cuevas representan tun tipo especial de sistema arqueosedimentario que requiere ser estudiado y excavado con las técnicas y los métodos geo-arquealégicos aproy Un prototipo del Holoceno: los monticulos de habitacién o poblados (umutares Durante estos iiltimos aftos los especialistas en geomorfologia aplicada han con- tribuido activamente a configurar lo que se ha llamado geomorfologia urbana, ‘pero gran parte de esta tarea se ha orientado a estudiar los efectos de la cons- 84 Fundamentos truccién de earreteras y de la urbanizacién de zonas residenciales o a los pro- blemas relacionados con la estabilidad ce los cimientos de las construcciones Gray, 1972; Coates, 1976; Leveson, 1981). No existe un corpus sistematico de datos, ni siquiera una lista de procedimientos para abordar la sedimentacien cultural en ciudades. Los principios arqueoldgicos bésicos pueden extraerse de Ja obra de Lloyd (1963) y de Adams (1975). Legget (1973: Capitulos 5-7) ha re- cogido algo de informacion sobre el desarrollo hist6rico de los fundamentos urbanos. Las consideraciones esenciales sobre la geoquimica pueden encontrarse enlos trabajos de Cook y Helzer (1965), Davidson (1973), Hassan y Lubel (1975), y Sjoberg (1982). Davidson (1973), Gunnerson (1973), Folk (1975) y Mefntosh (977) han expuesto ejemplos sedimentarios. EI resumen que damos a conti nuacién se basa en mi estudio de algunos sitios urbanos de Etiopfa, Espatia y Feito y presenta tun modelo que no es necesariamente de aplicacion universe. Como en el caso de fas cuevas, los provesso y las configuraciones de seci- mentacién varian de un monticulo de habitacién a otro, y muchas veees, de un nivel a otro. Sin embargo los sitios ubicados en medioambientes éridos y semidridos parecen tener definitivamente algunas pautas modales comunes. problema puede abordarse en dios pasos: primero, un estudio de los tipos de sedimentacién especificos; segundo, un anzlisis del ciclo general de sedimen- tacién, [Los sedimentos antropogénicos especficas de los principales yacimientas de asentamiento, timulos de ocupacién y anclogos pueden caracterizarse de la s- auiente manera: 1. Los desechos organoculturales adoptan, por lo general, la forma de un sedimento de grano fino, casi siempre arcilloso y altamente orgénico, con rek- tivamente pocos escombros, excepto Ios fragmenios de cerdmica. La estructura suele ser laminada o aplastada dispuesta en paquetes lenticulares delgados de color y composicién variables (Figura 6-2D). Esta categoria incluye los hoga- res, cenizas, fragmentos cerdmicos, productos y desperdicios alimenticio, - crementos animales, otros restos orgnicos, restos de transformaciones inoreé- nicas, ete, generalmente ricos en fosfato y con un pH més bajo que la media El problema de la identificaci6n del origen exacto de los residuos orgénicos es similar a los problemas que presentan los sedimentos de una cueva del Paleoi- tivo, Para esos residuos Hassan (1978) describe unos méodos de anlisis mi- croargueolégico general, mas que especifico. 2. Los cascotes de derrumbe forman masas cadticas y heterogéneas de frag- mentos de ladillos de adobe, de ladillos cocidos, de adobe, madera, fibras y fragmentos de cerimica secundarios. Los grandes huecos intersiciales s6lo ‘son parcialmente colmatados con residuos finos,particularmente cuando el ado- be y los ladrillos de adobe se reblandecen, se desintegran y se compactan, 0 cuando sedimentos de granulometria mas fina 0 carbonatos solubles, yeso 0 sales s6dicas se infitran por gravedad hasta los interstcios. Los verdaderos cas- cotes de derrumbe estan a veces intercalados con (o, mas frecuentemente, recu- biertos por) lechos estratficados de cascotes y fragmentos finos groseramente Formacién de un yacimienso 85 suporory algunos exccores arsnacanae on la bas eee BECO 5% oso arunbre de ba O enna A SO ote $y Cae ae esecnos Soren eee] cc pavnatie de tbls ‘cascoeseoecades so ait Tesiwante ra Conpaciade lve rolene ge cesoles sania Fire 62. Talo de habits hipttcotusuando dives fais de sedimenc: im eco (Ay etc ge derumbey critosormados pore spe (Dasa de dtrurbe allen ‘elt (C),¥ desecbospimaros, cies por cscotes de drranbe y reen aril (D), mezclados, que pueden presentar inclinaciones de hasta 25° depositados por gravedad o selectivamente en medio acuoso (Figura 6-2 BC). En general, las concentraciones de fosfatos son reducidas, mientras que los pH y los conteni- dos en carbonatos de calcio son altos, aunque variables. EI hundimiento de las pparedes, como resultado del abandono y la alteracién atmostérica ha sido des- tacado por McIntosh (1977), Carter y Pagliero (1966), ¥ Gullini (1969). 3, Los sedimentos son resultado de la erosidn por las aguas superficiales ea- nalizadas por las pequefias depresiones del suelo o por las zanjas y los cafios del drenaje original y forman capas lenticulares que se adaptan a las irregutari- dads de la topografia —mds espesas en las hondonadas, bolsas y otras depre- 86 Fundamentos siones. Los sedimentos basales suelen incluir una mezcla de granulometrias, porque los materiales de desecho en estado bruto s6lo experimenta una clasifi- cacién minima cuando las aguas circulantes se desplazan velozmente durante ortos intervatos de tempo antes de penetrar répidamente en los huecos inters- ticiales. Con el tiempo los cauces se perfeccionan y pueclen acomodar un cau- dal superior sobre distancias mas largas. Es entonces cuando pueden formarse rellenos laminados o clasificados que denotan la deposicién de capas sucesivas e limos arcillosos entre las capas de arena y grava fina. Los lechos suelen ser discontinuos y de 2 2 20 em de espesor y raramente entrecruzados, con estruc~ ‘uras de pequefio tamafo y de inclinacién moderada (maximo 30 cm y 20°, es- pectivamente), Por itimo se forman regueros de erosién bien definidos, pero a medida que la circulacién de las aguas superficiales y el impacto directo de Ja lluvia van erosionando las superficies salientes y eliminando los matericles ‘mds blandos, las pendientes empiezan a estabilizarse y el aporte de sedimentos dismninuye (Figura 6-2B). La composicién bioquimica de esos sedimentos es al- tamente variable, pero una circulaci6n persistente puede acentuar la extraccion de elementos solubies, con la consiguiente disminucin del pH y del contenido en carbonatos del sedimento. Para una mayor informacién sobre la erosidn de trimulos, véase el trabajo de Kirkby y Kirkby (1976). 4. Las alteraciones biogénicas y geoquimicas se producen a medida que las superficies se estabilizan y remite el efecto erosivo de la lInvia. En medios max Iimedos, Ia vegetacién empieza a consolidar la superficie, mientras que las ra: yy la microfauna vuelven a elevar la ventilacién y Ia permeabilidad de los sei mentos. La puttefaccién de la madera y la fibra en la textura del sedimento rea nuevos huecos, que se llenan con nuevos sedimentos 0 se estabilizan con la precipitacién de las sustancias disueltas. Un inicio de suelo puede formarse cerca de la superficie a medida que mejoran la estructura y el contenido orgd- nico. Junto con la vegetacién y con los productos de descomposicién més 0 ‘menos avanzada, este suelo continta favoreciendo la estabilizaciOn de las pen- dientes ¢ inhibe el impacto de la Iluvia y de la circulacién de las aguas supetfi-

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