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CLAUS OFFE PARTIDOS POLITICOS Y NUEVOS MOVIMIENTOS : SOCIALES EDITORIAL SISTEMA Til Democracia de competencia entre partidos y el Estado de Bienestar keynesiano, Factores de estabilidad y de desorganizacién * glo XIX, por un que hay un im: 56 Partidos poltticas y nyevos movimientos sociales (asada en ol sufragio universal, igual para todos). A esta con vergencia entre los andlss se llega, evidentemente, desde pun- tos de vista opuestos: los autores clsicos iberslescretan que la libertad ea el logro de mayor valor del desarolio social, que me~ recia ser protegido, en cualquier circunstancia, de los resgos igualtaios de las saciedades de masasy de la pica de una de rmocracia de masas que, a su entender, conducitfan necesa mente ala titania y ala wlegistacion de clase» a cargo de los des- heredados y de la mayoria sin educacion '. Mara, por ota par fe, analizaba ln Consttuciba democriica francesa de 1848 como tuna forma politica que habria de exarcerbar las contradiciones soriales, al desproveer de garantias polticas a los detentores de! poder socal y conferir poder politico a las clases subordinadas: en consecuencia,razonaba. is condiciones democritieas podian facltar la victoria dela clase proetaria evestionanda los funde- smentas de la sociedad burguesa 2. La experiencia que st ests obteniendo de las sociedades ca Pitaistas en el siglo XX, aroja mucha evidencia contra esta Dotess del siglo XIX acerca de |g incompatbiidad ene la de. Imocracia de masas (definida como sufragio universal. igual para todos, més forma de gobierno pariamentaria o presidential) y la libertad burguesa (detinids como produccién basada en la pro- Piedad privada y fuerza de trabajo slibren). Se conocealacoexis- tengia de ambas como democracia liberal. Cito es que la apa icin de regimenes fascisias en algunos paises del nucleo capi talista es sel de que eontinia habiendo tensiones y contad cones entre ls dos modelos de organizacion econdmica yd o fanizacion potica,siendo posible que explosionen tales tens. es bajo el impacto de ls crisis econdmicas. Pero no menos cet- to ¢s que Ins pafsescapitalistas més avanzados han sido Estados demoersticos liberales durante la mayor pate del siglo XX y que soy son democracas todos ls grandes Estados burguesesavan zadose’. La evidencia que resulta de esta experiencia nuestra 5, en cierto mado, prablemétca al mostrase opuesta a as con clusiones que hicieron sayas los autores clssicos, tanto del ibe ralismo, como del marxismo. Habiendo elles pronasticeda lain cOmpatibilidad, enemos nosotros que expica’ la coexistencia de ambos principios parciles de la organizacion social. Tenemos ue conocer, para ser més exactos, a) qué dsposiciones y meca- Democracia de competencia entre partidos a simon stones pueden considerate responsable dela pene eames ac bu demostat er nate te 3 forma ms sg iy 0 ules son Unies, aa eae aapouones, Eon limites, alleen habe necro de medicine defini 8 Sonar me panne gue, © ih asses aa ne or domoertn: ten es repens: Se Ua hen ay caps, De ss ncn me Sk ve sin Paisndsncmentamet, cups oe gre del pce de com epicor nes gad" near comonenes sutras de 0 Ica de masas»y de la weconomia de mercado, pasando luego ey ood ala aS ns os xt 8 anlar ge otal compabied, on oestona. Se sa as candants (8) el sigsente sad doble entrada! eres em ‘Forma de partxipaci demosrai wo sa de msses =} Forma. de sireccian economice (Eis Eee Se Bese o » Neynesian) vet wm te ere eae Ihave ser compatible a la democracia con el capitaismo ni de €u8- 8 Partidas politicos y nuevos movimientos sociales les podrian ser los limites de tal compatibilidad, puesto que se centiende simplemente que la democracia ese} esquemna de do- minacién més eficaz y seguro de la clase capitalsta. Como hace Constar escuetamente un reciente comentador *: «La clave cen- tral de la posiciéa de Lenin es ia afirmacién de que la forma or- ganizativa del Estado con democracia parlamentaria es en simi ‘ma esencialmente hostl a los intereses de la clase trabajadora.» Por muy plausible y convinceate que pueds ser esta concepsion ‘en referencia com ia préctica constitucional en Rusia entre 1905 y 1917, su generalizacion extrapolindola hasta el presente ten: ‘sfa, entre otras consecuencias politias ain peores. el efecto de distorsionar y oscurecer grnseramente 1a misma problematica que tratamos de diseutr © ‘Algunos idediogos de la teoria elitista de la democracia han hablado de fa distorsin reciproca. Airman (0. mejor dich. afr aban en los afos cincuente y 4 principios de los sesenta) que fen el sistema politico de los Estados Unidos habla quedado f= nalmente eliminads la tension entre los principias que gobiernan la sociedad capitalista de mercado y las formas politivas demo- criticas. De acuerdo con tal doctrina, en el marco de la socie- ddad burguesa habie quedado reemplazada la lucha de clases por lo que Lipset denomina sla lucha de clases democratican. lo que significaria que todas los esquemas sociales, incluyendo el mado de produccidn y la dstribucion de los recursos econdmicos, de: ppenderian de los resultados de la politica demacratica de masas Puede resumirse lz lgica que subyace a este analisis en un ra- ‘onamienip como el siguiente: «Side hecho la gente quisiera que {as cosas cambiasen, elegirian simplemente a otra gente en las instituciones. El que no lo hagan prueba, en consecuencia, que Ja gente esta satisfecha con el orden sociv-politicoexistente.» Te- ‘nemos aqui, pues, algo asi como el inverso de la doctrina leni- rista: la democracia no ests ligada al capitalismo, sina el capita- lismo a la democracia, Ambas perspectivas niegan la enistencia de grandes tensiones o de incompatibilidades entre la democra- cia de masas y la economia de mercado. Por consiguiente, tanto a la concepcidn leninista, como a la pluralista-elitsta de la demgeraci se les escapa e! punto que aqui ‘nos interesa. Mientras que una postula dogméticamente la de- endencia total en que estan las formas y procedimientes demo- Democracia de competencia entre partidos an cratioos bajo la dominacién de clase, la otra postula, no menos doginsticamente, Ia independencia del poder politico de clase y constituide democraticamente. La cuestion, sin embargo, mis modesta y que, al tiempo, abre una mayor perspectiva de cono- Cimientos de importancia tanto intelectual como practica, es la siguiente: ;qué instituciones y mecanismos fegulan la extensién ‘2 partir dela que dejan de ser ambos compatibles en una soci ddad dada? y cevéles son los limites de tal incompatibilidad po- {encial, limites que constrenirian el campo de vatiabilidad poten- cial?, del poder de clase y de {a autondad politica constituida democraticamente. Mercanuilizacion de la politica y politizacion de ta economia privada ‘Yoy @ mantener, en lo que sigue, que Ja compatibilidad inin- {errumpida entre el eapitalismo y la democracia, que era tan in- coneebibie tantp para e!liberalismo clasico como para el mar ‘mo clisio (incluyendo a Kautsky y 2 la Segunda Internacional), ha surgido historicamente debido a la aparicioa y al desarrollo gradual de dos principios mediadores: de a) los partidos polit fs de masas y la competencia entre partides y de b) el Estado de Bienestar keynesiano (EBK). Con otras palabras, 'o que es ‘compatible con la economia capitalista de mercado es una ver- Sin especifica de democtacia, de igualdad politica y de partici: pacion de masas, ¥, en correspondencia, Jo que es capaz de coexistir con la demaeracia es un tipo especifico de capitalismo. TLo que aqui nos interesan son estos rasgos espectfios dle las es tructuras politicas y economicas, Is manera en que se explica su sajjusten mutuo desde las funciones que cada una de ellasrealiza y ademas las demandas y jensiones a que esté sometido este ‘ajusten ‘Cada una de estas dos componentes estructurales del «capi talismo democrético» ha cobrado, en gran medida, hist6ricamen- te forma en Europa, durante o poco después de las dos Guerras Mundiales; la demdcrasia por medio de la competencia entre partidos tras ia Primera Guerra Mundial y el Estado de, Bienes tar keynesiano tras la Segunda Guerra Mundial. Ambos princi. pios constituyen férmulas de «ipezcla» de la logiea de autoridad o Partidas politicos y nuevos movimientos saciales ya K6gica de mercado, de «voze (voice) y séxito» (exit) en la ter- tminologia de Hirschman. Esto es del todo evidente en el caso del Estado de Bienestar keynesiano. del que a menuda se usa ‘como sinénimo el {érmino de «economia mixtay. Pero 9o es me- ros vilido para la esfera politica de la sociedad capitalista, que bien podria deseribirse como «politica de mezclan, y cuya dind- ‘mica se designa @ menudo, y hasta cierto punto con propiedad, ‘como eoampetencia oligopolistca» entre élites politicas o sempre sarios» politicos que producen «bienes» plblicos ° La logica de la sdemocracia capitalista ¢s de intetrelacion mutua: se introduce au- {oridad en fa economia por medio de la adminustracién, transfers ¥y regulaciones de la demanda global, de manera que pierde més Y¥ mas su cardcter esponiéneo y autorregulador; y se introduce en 1 Estado la contingencia del mercado, condicionande asi cualquier rosin de autoridad absoluta o de bien absoluto. En la realiad social no se ven apenas reflejadas ni la concepesén del mercado de ‘Smith, ni la concepci6n de la politica de Rousseau. Parece, pues, {que una de las formas de conseguir la compatibilidad consiste en Ja mezela de parte de la Wogica de una esfera en la otra, ¢s deci. la nocion de «competencia» en la politica, y la idea de «asignacin ‘utortgria de valores» en la economia, Pasemas a analizar ahora uno por no los dos enlaces © me- ceanismmos de mediacion enire el Estado y a sociedad civil. Si- uicndo la problematice arriba desarrollada, plantearemos dos ccuestiones en cada caso: primero de qué manera y en virtud de qué caracterisicas estructurales contribuyen los partidos palit: 08 y el Estado de Bienestar keynesiano a la compaubilidad en- tte el capitalisma y la politica democrtica de masas. Segundo, ‘qué cambios y tendencias observables tienen lugar, dentro del ‘marco institucional, tanto en la «economia mixtar como en la «politica mixtar, que ponen en peligro la viabilidad de la coexis- tencie entre capitalismo y democracia, 2. ESTABILIZACION POR MEDIO. DE LA DEMOCRACIA DE COMPETENCIA, ENTRE PARTIDOS En la primera década de este siglo existia el miedo extendido ‘entre la burguesia alemana de que en cuanto se inirodujese ol Democracia de competencia entre partidos a sufragio universal igual para todos junto con el régimen de go- biemo parlamentari, el poder de clase de ia clase obrera habria de ilevar, debido a Ia fuerza numérica de esa clase, direetamen- fe a una transformacisn revolucionaria del Estado, El mismo andlisis infundi6, naturalmente, las esperanzas e inspirg las es- trategias de los dirigentes de la Segunda Internacional. Max We- ber s6lo sentta un desprecio sareastico tanto hacia esas ansieda- ides neurdticas, como hacia esas esperanzas ingenuss. Junto con Rosa Luxemburg y Robert Michels, que hicieron un andlisis se ‘ejante con sus propios acentos especificos. fue Max Weber uno de los primeros teoricos sociales que comprendis (y celebe6) el lnecho de que la transformacion de la politica de clases en poli tica de competencia entre partidos na sélo supone un cambio de forma, sino tambien un cambio decisive del contenido. En 1917 comslaté que weatre nosotros, organizaciones como los sindica- tos, pero también como el partido socialdemscrata, constituyen lun contrapeso muy importante frente al poder tipicamente real € irracional dei populacho en Js calle en los palses puramente ple- biscitarios» . Esperaba que el partido politico buroeratizado con el lider politico carismaiico y demagogico a la cabeza constitui- ria un bastion seguro de contencién de lo que denominaba «la rabia ciega de las masas», 0 «tendencias insurreccionales sn- icalistagn El andlisis de Rosa Luxemburg de la dindmica de las organi: zaciones polticas de masas se diferencia s6lo en su valoracign in versa de la perspectiva. pero no en su contenido analitica. Ex 1906 se dio cuenta de la tendencia que se daba en las organiza cones de la clase obrera (es decir. en los sindicatos y en el par- tido) a seguir estrategias especializadas seguin una division tacita de trabajo, y de la tendencia de ia direccion de las organizacio- es @ dominar mas que a servir alas masas eon que cventan, La Tendencia del equipo burocratica de las organizaciones consiste segin Luxemburg, en «un fuerte impulso por hacerse indepen: dicntes», «especializar sus métodas de lucha y su actividad pro- fesionale, «supervalorar la organizacion que se transforma en un fin en sf misma y en el bien supremo, specesitar descanson, y en euna pérdide de vision general de [a situacién en su conjun- to», mientras que, al mismo tiempo, «se esté degradando la masa de los camaradas pasando a ser una masa incapae dle hacerse un juicioe °. Robert Michels integra y absorbe biografica, potitica e intelectuaimente tanto las ideas de Luxemburg, como de Weber ai formula en 1911 su famosa wlay de hierro de la oligarquian, ‘en la que la observacidn de tendencias empiricas de ias organi- Zzaciones se transforma en la proslamacion de una necesidad his- ‘rica inexorable *, Probablemente no sea excesiva la afirmacién de que se ha for- ‘mado la teorfa de Ia organizacion politica en el siglo XX sobre la base de la experiencia y de la interpretacién teduica de estos tres autores. que. fo que no carece de interés, legaron a asumir al final de sus vidas posiciones politicas extremadamente divergentes: Luxemburg mun en 1920 como una socialista democraticay re- voiucionara, victima de la policia; Weber, en 1919, un afo an- tes, com un wliberal desesperado>, y Michels, en 1935, como ad mirador ardieate y defensor ideolbgico de Mussolini y del fascis- ‘mo italiano, Pese a la enorme diversidad de sus ancepeiones y posiciones paliticas, hay en sus andlisis un fuerte elemento co- ‘iin, que cabe resumir de la siguiente forma; en cuanto s¢ oF ‘ganiza la participacion politica de Jas masas por media de una or- ganizaciGn burocrétics a gran escala (es decir, por medio del tipo de orgatuzacion gue presupone y requiete ei modelo de compe- tencia electoral entre partidos y de negociacion calectiva institue cionalizada), la misma dinémica de esta forms organizativa fre fd, pervierte y obstruye el interés de clase y la politiea de clase de forma que conduce al oportunismo (segiin Luxerabutg), ala oligarquia (segin Michels), 0 a la sumision ircemediable plebis- citatia de las masas a los impulsos irracionales del Ider carismae tico y a su uso demaggico de la emaquina» burocritica del par Lido (Weber). En el fondo de estos andlisis existe la constatacion comin de ue, en cuanto se expresa Ia voluntad popular a través de los ia trumentos del partido competitive que trata de acceder al go- bierno, Lo que se expresa deja de ser la voluntad popula, trans- forméndose en un artefacto que cobra la forma y desarrolla una dinimica de acuerdo con los imperativos de la competencia politica Esta dindmica produce tres efectos principales. El primero es la pérdida del radicalismo en la ideologia del partido: con el fin de tener éxito en las elecciones y tratando de acceder a la res- ponsabilidad del gobierno, tiene que orientar el partido su pos- {ura programética de acuetdo con los requerimientos del merca- do polttign ". Esto significa dos cosas: en primer lugar, maxi- malizar los votos atrayendo al mayor nimero posible de votan- tes, minimizando en consecuencia los elementos programticos ‘que pudieran crear antagonismos en el electorado. En segundo lugar, estar preparado para entrar en coaliciones con otros par- tidos, reduciendo el alcance de fos planteamientos politicos fun- damentales 9 reivindicaciones que puedan ser negociables con los potenciales participantes ea la eoalicién. El resultado comin, de estos dos enfoques es fa disolucién de cualquier concepcidn © proptsito politico coherente dando paso a uns estructura tem poral, a un orden de cosas «gradualisia», dando prioridad a lo ave puede ponerse en practica en cualquier momento y con lox Fecurs0s con que ya se euenta. posponiendo y descartando rei vindicaciones y proyectos no realists a corto plezo y pragmit ‘camente irtealizabies. Fl partido competitivo plenamente de- sarrollado se ve, ademés. forzado por los imperativos de la com: petencia a equiparse con una estructura organizativa extremade- ‘mente buzocratizada y centralizada. El objetivo de tal organiza- ‘ion es estar permaneniemente presente en el mercado politico, igual que una empresa de negacios cuyo éxito en parte depende del tamaho y de la presencia permanente de su marketing y de su organizacion de ventas. La organizacion burocratiea del pa. tido politico moderno reaiza las tareas de a) recogida de 08 materisles y humanos (cuotas de tniembros, otras subvencio- ‘nes y donativos, miembros, candidatos), b) reparto de propagan- da ¢ informacin sobre la posicién del partido ante un gran au: ‘mero de gistintos temas politicos y ) tratamiento de los eonflc- 195 internos, Normalmente todas estas actividades las ejecuta un ‘equipo profesional de funcionatios del partido que generan un interés corporativo por el crecimiento Ia estabilidad del apara to al que deben la posicén y la carrera. Esta forma de burocra- tizacion interna, que se da igualmente en partidos de Ia derecha que de la izquierda, tiene dos rasgos importantes: primero, el ue la composiciin social dela direccisn det partido, de sus fun- cionarios, de sus miembios del parlamento y del gobierno (en términos de procedencia de clase, educacin formal, sexo, ocw- pacién, edad, etc.) difere eada vez més, tanto de ia composi ce sion social dela poblacén en general, como en particular det on so prio. sound, gue del profesional vase ron el pare sen a dominacn poli or Si poten estos del pare que caren aa ven por au price y experience profes, de e= 1 ae gee aammsracon publica, da ene Te es de munis, de eros de presen, ek He eee eto mporante de ee exquema bursts. pete de oreaiacon poles et sesactvctn de Ts Prete de ane Cuanio ay se aecus le organiain Pte asco del enorme enero del meta poi Pa eae ono que sabe dese como urs capa aR auslmente permancas, menos espacio ques para de eerste a poltce el paso por med de process serene demos de cnt det de a Ope Lr ere competiv tone que ent dar HHO ee Teumnidadycomense ert para Roce PAS en oe lo arate par ls voaner cn roneevenia, 80 ae aus dion nee accnelismo 0 £0 fos rua entre opiniones esate, Sno He #615 sit ice colo, por omen. esconddo a dal pal en uy extern continu por mot TARAS parto por dori por nosmala ef produc 1 et aes a cormparacon 2 ee spect en a pre ee ae sadonocaldendrate Ta eo dl ana Fae eeche que taremgy co gues smlandaes 16 ease ds) La important mi) desl dl meio sie so as edenc con resent cuando Ie rau seas es ae opinion pun, que eneargsn hey rane aes ere atconnes de x pas sueren posiaonamien Tamer on en cone conla volta manifesta de mie Gey ab putigs a qutencs fs peson pra que ada 1s ae acdc acca police tre es woe fn lay prima letsiones» Far eae que Kirthcimer be lamado el maser push rameters os a eet heteroqenednd ee wecaP tara ave quienes fe apoyan. Se debe eta tron ra ee de gu ef parti pio moderoo se sta en Tritiesar severe el productos on el senda de que trata de interesar a una multitud con reivindicaciones y preocu- paciones diferentes. Esto se patentiza mucho en el caso de pa tidos socialdemécratas y comunistas que han intentado a menu- fo gon éxito ampliar sus base mas all de la clase obrere alra iyendo elementos de las clases medias viejas y nuevas, miembros Ge la inteligencia y votantes con fuertes vinculos religiosos. Son ‘muy evidentes las ventajas de esta estrategia, pero no lo son me- nos sus efectos al disolver un sentido de identidad colestiva que, fen las primeras fases tanto de Jos partidos socialistas, como ca- tolicos, se fundamensabs en un Ambito cultural de valores y ac- titudes compartidos. Es ficil de ver cme y por qué contribuyen a la compatibi ‘dad del capitalismo y la democracia los tres efectos de Ia forma, organizativa del partido politico competitivo que acabo de expo- net —pérdida de radicalidad ideoldgica, desactivacion de los ‘miembros y erosin de la identidad colectva. Cada uno de esos, tres resultados es un factor de contencién y limitacién det alean- ‘ce de los objetivos y de las luchas politcas, siendo asf una ga- rantia virtual de que la estructura del poder politico no ha de des- viarse tanto dela estructura del poder socioecondmico como para igae lleguen a ser incontpatibles entre sf ambas dstribusiones de poder. «El sistema de partidos ha sido el medio de reconciliar el uiragio universal igual para todas, cop el mantenimiento de una snciedad de desigualdades», ha constatado MePherson . La di ‘pémica inherente al partido como forma organizativa que se de- sarrolla bajo y para la competencia politica, genera tales restric ciones ¢ impone al praceso politico las «no-decisiones» que jun- tas hacen la democracia segura para el capitalismo. Tales «no- sdecisionese afectan tanto al conterudo de la politica (por ejem. plo, que tipo de tersas, reivindicaciones y problemas se dan paso larden del dla de asuntos a tratar), como a los medias con que resolver los conflictas politics. Las restricciones impuestas # lox posibles contenidas de ta politica son tanto mas efectivas, cuan {to menos explicitas, es desir, cuanto menos se basen en meca, nismos formales de exclusi6n (como limitaciones al derecho de voto, prohibiciones autoritaries de ciertos temas o personas), y ds se planteen como resultados y subproductos de las formas. Drganizativas de la alusién politica universal. Esta conclusion se've, naturalmente, muy confirmads por el hecho de que hasta 6 Partidos poltticos y nuevos movimienios sociales ahora de ningin sistema de competencia entre partidas ha resui tado nunca una distbuciéa del poder politico como para alterar Ja idgica del capital y el esquema de poder socioecanémico que genera Para evitar malentendidos quisiera dejar bien claro que lo que trato de hacer aqui no es una critica normative de Ia forma Drganizativa del partido politico que sugiriese una forma alter rnativa de organizaciOn politica. Més que especular sobre la de- seabilidad comparable de modelos de no-partido 0 de partidos rng competitivas anarquistas,sindicalistas, de democracia de con- fej0s 0 lesinistas analicemos ahora la viabilidad futura de esta forma de oreanizacién en si misma —su potencial para construit yy actuar de mediador, su tipa de autopidad politica que no in- Terfiere con los presupuestos institucionales de la economia ca: pitalista, La cuestion es, en otras palabras, s el lazo institucio- nal que ha permitido coexistr al capitalismo y la democracia po- litca en los pafses eapitalistas més avanzados durante la mayor parte de los Ukimos sesenta aos, es previsible que continde per Imitiéndolo en el futuro. {Qué solidez y viabilidad tirien las for- ‘mas organizativas que hacen que la «ley de hjerto» ejerza su peso sobre el proceso politico? ‘Una manera de contsiac a esta custonnegativamente seria esperar la apaniion de partidos palioseapaces de boli las feauteonesyobsculos anes mencionadon, dando as campo pore desafaral poder de clse por medio del poder consitido poltcamente, Pose a las docringscurocomunisas 9 a extate- fuss planjeadas en fos pases Istinoameicanos & medias fon steta pss al gbiero sogiaina/eomunixafecentemen te clei en Francia, no creo que haya muchos indicadores de Un detnrtollode ese tipo La otra posi consti en ura desimegrocion del paride police como la forma dominate de tn represetacion democrdc elas mass ys ssitcion 3 Gua por ours formas que poriblemente sean menos indcadas gue la competenia ent prtidor para war sconsevuentemen- ter el poder del Esato, Come d fo que aga se ata es dela fest ein demos de compte paris ch Ter ocherta, pot valet fa pena el explora un poco mis esta tiltima posibilidad, ® " me Democracia de competencia entre partidos Caysas del dective del sistema de partido coma forma dominant de partcipacién de masas Hoy es posible afiemar que la forma de participacién politica de las masss canalizada 9 través del sistema de partido (es decir, ide acuerdo con ios principios de representacign territorial, com petencia entre partidos y representaci6n parlamentaria) ha ago- ado mucha de su eficacia para teconciliar et capitalismo con Ia politica de masas, Parece esto deberse a que la forma politica Gel partido esta siendo cada vez més dejada de lado y desplaza- dda por otras précticas y procedimientos de participacion y repre- sentacion politica, Es, sin embargo, muy cuestionable que estas nuevas practicas adicionales, que se pueden observer funcionan: ‘da.en un buen nmero de paises capitalistas, muestren el mismo ppotencial de reconciliacién de la legitimacién politica con los im- Perativos de acumalacién de capital que ha consttuido, al me fos durante un cierto periodo, ef logro del sistema de compe- tencia entre partidos. Tres factores, de nueva ~~haciendo ref reneia muy esquemética a los fendmenos de jas nuevos movi Intentos sociales. el corporativismo y Ia cepresin—tienden a de- Jar de lado, resteingi y subvertir el sistema de partidos y su préc- tica politica junto con su potencial de reconciliacién. El primet factor se refiere, en muchos paises capitalists, a Jos nuevos movimientos socies surgidos durante Jos afos seten- tay que, por sin nimero de razones, son muy difiiles de absor- tet en la practica de la politica de competencia entre partidos, stan incluidos aqui los movimentos éticos y regionalistas. va~ sos movimientos ciudadanos, ecologist, feministas, por lz paz de la juventud. En gran medida, tienen todos ellos dos carac- Teristieas eomunes: en primer lugar, no basan sus proyectos y rei vindieaciones en una posicidn colectiva contractual respecto tienes o a mercados de trabajo, como ha sido el caso. por ejemi- plo, de los tradicionales partidas y movimientos de clase. El de~ frominador comuin de su accién y organizacion es, en lugar de ‘lo, un cierto sentido de identidad colectiva (a menudo aven- tuada por concepciones atribuidss y «naturalists» de «uno mis- mow colective en terminas de edad, género, «nacién» o shuma: tied»). En estrecha conexién con ello, se da, en segundo lu- tar, otF8 caracteristica: los movimientos no exigen representa: 68 Partidos politicos y nuevos mavimientas sociales cin (por medio de la que podria mejorarse o protegerse su po- sicion em cl mercado), sino autonomic. La Iogiea que les subya- ce consiste, resumniendo, en Ia defensa de un «territorio» Fisica ‘lo moral, cuya integridad es esencialmente no negociable para Tos actvistas de tales mavimientos. Se considera muchas veces in necesaria en funcion de su defensa Ia representaciin politica y la politica parlamentaria (puesto que lo que se exige del Estado, como muesiran los temas del aborto o de la energia nuclear, no es que «haga algo», sino que «se quede fuera»), 0 incluso peli: 1052, ya que existe la sospecha de que e| Estado trate de des: movilizar y de desozgarizar el movimiento. En la medida en que tales movimientos atraen Ja atencion y las energias poliicas de la poblacign se debilitarin las funciones y la giedibilidad no sélo de algunos partidos politicos, sino del sistema tradicional de com: petencia entre partidos en su conjunto, sit da el espacio dentro del cual se pueda posiblemente procesar ta les temas y reivindicaciones. Estos «nuevos movimientos sosia- les» no estan interesadas por lo que se crea o realiza por medio de Ia politica y del poder estata. sino par lo que debiera defen- dense frente al Estado y ponerse fuera de su aleance, y por las sonsideraciones que riget la orientacidn de la politica publica. Los tres casos mas sefilados de tales movimientos. el movimien to por la paz, el movimiento de defensa del medio ambicate y Yatlos movimientos centrados en los derechos humanos (como. por ejemplo. de mujeres, de presos, de minarias, de inquilinos) ‘evidencian una concepcign «negativa» de la politica, tratando de proteger de la intervencién dei Estado (o sancionada por el Es- tado) una estere de vida. Lo que marca el pensemiento y 1a ac- tuvidad de tales movimientos no es una utopia + acuerdos sociales deseables por conseguir, sino una utopia con- servadora de lo fundamental no-negociable que no puede sact ficarse ni arriesgarse en nombre del «progreso». El segundo factor, anaizado por muchos abservadores en una serie de Estados capitalistas, consiste en un proceso de despar- Jamentizacion de la politica plblica, que est teniendo lugar, con Ja consiguiente sustitucion de formas terrtoriales de representa. cin por formas funcionales. Esto queda evidenciado plenamen- te en acuerdos «corporativose que combinan la funcién de re- Dresentacion de intereses de actores colectivos con la puesta en Democracia de competencia entre partidos o Practica de una politica de cara a sus respectivos votantes poten: ales". La superioridad funcional de tales acuerdos corporat. vos en comparacién tanto con formas de representacion parla ‘mentatias competitivas y con métodos burocréticos de puesta en Dréctica, reside en el earsctes informal, disereto y no-pablico de Sus procedimientos y en el cardcter «volumtatio» del apoyo que, por lo que se afirma, son capaces de movilizar. Aunque na nos interesen aquf las dindmicas ni los limites de las formas corpo: rativas de gestién publica politica, principalmente en el campo de la politica econémica y social, parece claro que ha habido una fendencia hacia acuerdos de este tipo, principalmente en paises con fuertes partidos socialdemocratas (como, en el caso de Eu- ropa, Suecia, el Reino Unido, Austria y Alemania Federal) que ha funcionado a expensas del parlamento y del sistema de com. petencia entre partidos. Una serie de politologos markistas y no ‘marxistas han afirmado incluso que «Ja representacién parlamen- taria sobre Ia base det lugar de residencia ya no refleja adecua damente los problemas de gestién econdmica en un sistema ca. Pitalista a escala mundial». y que «un sistema de representacidn funcional es més adecuado para asegurar las condiciones de acumulaciéne EL tercer factor, una alternativa constente a Ja competencia libre entre partidos, es la represin politica y la transformacién {gradual de Ja democracia en una cierta forma de autoritarisina En un sentido analiticp. to que quiere aqui decir represion es ex- clusign de representacién, Los ciudadanos ven denegados su de- rechos y ibertades civieas, como el derecho de organizarse, ma nifestarse y de expresar cierta opiniones de palabra 0 por escri- 10, Se es niega accesp a puesios en el sector pablico y similares, La expansién de los apsratos policiacos y la préctica de control Y vigilancia virtualmente ininterrampidas de las actividades de las ciudadanos, que observames en muchos paises, son indica ores de que ef aparato del Estado se apoya cada vez més en me- dics de represiOn preventiva y correctiva. Més importancia tie- ne, sin embargo, para esta discusion de los limites de la demo- ctacia de competencia entre partidos, otro aspecto de ia exclu: sign de representacion. Se tata de la limitacidn, tanto de facto, como formal, de competencias dentro del sistema del partido, sea haciendo mas igida la diseiplia interna y las sanciones apli 70 Partdas polticos y nyevos movimientos sociales cadas alos disdentes, sea en las carapafas electorales en igs que ‘a menudo brillan por su ausencia alternativas fundamentales res- ecto a la orientacion y el contenido programético de la politi pablica, sea, finalmente, en el plano del parlamento y del g0- biemno parlamentano, donde cada vez mas a menudo desapare- ‘Ia identidad de los distintos partides (que s6lo nominalmente ecompitens) detrés de lo que se ha llegado alguna ver a llamar «la gran coalici6n de los conscientes» inspjrada por una vaga ss0- lidafidad entre todas las fuerzas democraticas+, Recordando la ‘metéfora econémica antes empleada, cabe bien deseribir tales fe IRémen0s y desarrollos como la «monopolizacisns de suministros politicos y el cierre del acceso al mercado De ser correcta mi afirmacion de que se da realmente el pro eso de sustitucién del papel y de las funciones politicas del sis. tema de competencia entre partidos, como indica la aparicion de ‘huevos movimientos sqcales, la creciente depenidencia de acuer- dos corporativos, y la surolimitacion de la competitividad de los sistemas de partido, lo que puede mostrar en numerosos ejem plos de Estados capitalistas avanzados (y no tan avanzados), y de ser, ademas, correcta mi afirmacién de que la forma orgent 2ativa del partido politico competitivo jyega un papel crucial ha iendo compatible la demoeracia de masas con el eaptalismo, en- tonces es plausible que el decve del sistema de partidos de paso | que surjan précticas menos encorsetadas y reguladas de part sipacion y confito politico, de las que podria resultar el poten sial son el que desafiareficazmente y superar los supuestos ins. titucionales de Ia forma capitalista de orgenizacién social y econémica, ‘Hasta shora sdlo he prestado atensién a los limites de tas ‘funciones de reconciiacisn» de las formas organizativas de la sdemocracia de masas consistentes en ia debilitacion y la su cion graduales del papel dominante de los partidos politicos como intermediarios entre el pueblo y el pader del Estado. El ‘cuadro queda, sin embargo, incompleto y desequilibrado mien- {ras nos concentremos exclusivamente en los casos en que la po. litica de protesta de los movimientos sociales, o las negociacio. ‘ues corporativas entre poxlerosos actores estratégicas se desvian del scanalv de partcipacion politica consistente en la competi- ‘ign entre partidos, elecciones y representacién parlamentacia Democracia de competencia entre partidos n (on lo que se reduce su legiimidad y credbildsd) o en que me Canismos «represivos» de exclusion reducen por completo la sig: nificacin de tal cat La orra alternatva, ala que antes se ha aludido, no consiste fn un praseso se sustitucion y pérdids de importanca de la for- ma organizativa de partis politicos, sino ea el éxito de una es- lwategia de eautotrascendencia» del partido moviendose de a de- ‘moctacia «poiticay a la weson6micay. Todos os modelos y es- lwategias de democratizacién econémica (comenzando a media dos de los afios veinte en Austria y Alemania y siguiendo con los proyectos actuals succos de los fonds de asalatiados y del Plan de Meidner !) paren de ta idea de que podria encauzarse is tensén entte el principio democrstico de igual partipacion dl las masas y el principio econémico de pod desigual y priva- dda de adopcion de decisiones,insituyenda. por metio del éxito electoral y la legislcion desde el parlamento. organismos demo criticas a nivel de empresas, secores dela industria, ciudades, ere. El supuesto central inspradoy de tales estratepias es el de aque ela demncrasia haria explotar ei capitalismo (y) que el Es: {ado democratiso, al poder hacerse que represente al pueblo, for- 7arfa alos empresriog a actuar de acuerdo con principios opues. {os a s4 propia supervivencia.. La clase obzera, como portevoz se la gran mayoriano-capitalita,ampondria Ta primacia de la po. lia en la economia, al igual que en Ia politica en si mismax ™, ‘Aun cuando esta via alterntiva de dar trmino a la compa. tibiidad entre democraciay capitalsmo forma parte de los 0b- jetivos programatios de casi todos los partidos socaldemocra- tas, socialistas(y, cada vez mis, de los comunistas) de Europa (e incluso, de slgunas fuerzas en América del Norte) en ningun Jado se ha legado a poner en prictica hasta el punto donde el cardcier privado de las decisions referentes al volumen, tipo, ‘momento yloalzacign de las inversones sc haya de hecho rans. formado en un objeto de control demoeratica. A. principios de los ochenta, parece que la Inquierda Europea se encuentia div. ‘ida ante las altecnativas estratégias para intentar In superacicn elas imitaciones dela democracia politica y de su dinémica o- ganizativaaligarquica,o bien dando apoyo a e504 nuevos mo Vimients sociales» y respaldando su politica de autonomiay pro- testa o bien mantenicndo ef modelo més antiguo de democrat R Partidos politicos nuevos movimientos sociales zaci6n econémica. Ambas tendencias, sin embargo, cventan con razones suficientes como para que se pueda esperar un debilita- ‘miento de las caracteristicas organizativas y politicas que hasta ‘ahora han hecha que la participarion democratica de las masas ‘ea segura para el capitalismo. Sin embargo, la medida en que ts probable que quede desplazada la democracia de partidos en ‘competencia por movimientos sciales y politicos y acuerdos cor- ‘porativos, o complementada por la wdemocracia econémican de> penderé seguramente de la estaba, crecimiente y prosper dad que sea capaz de lograr la economia. Centremos, pues. aho- ra la atencisn en la cuestisn de la organizacion de la produccion y de la distribucin y en los cambios que han tenio lugar desde {que se publicd en 1965 el libro elésico de Andrew Shonfield, Mo- ddern Capitalism" 3, EL ESTADO DE BIENESTAR KEYNESIANO. Y SU DESAPARICION En relacign con el segundo fundamento donde, de acuerdo ‘900 mi afirmacion inicial, se apoya la coexistencia entre capi lismo y democracia, es decir. con el Estado de Bienestar keyne: siano (EBK), raiar€ de usar, de forma ain mas generalizada y lesquemética, un razonamiento andlogo al que acabo de exponer. El conjunto de instituciones y actuaciones estataies a que se re- fiere este goncepia, se viene desarrallando en el capitalism oc: cidontal desde la Segunda Guerra Mundial. Hasta el cambio de- cisivo de la situacign que se inicié a partir de mediados de los setenta y que vino marcada por la politica de precios de la OPEP, el final de la distensign y Ia legada al poder de Thatcher en el Reino Unido y de Reagan en los EE. UU. (por mencionar sélo algunos de los indicadores de tal cambio), el EBK se habia adop- tado come concepeién basica del Estado y de Is actuacidn esta- tal en casi todos los paises occidentales, independientemente de} partido que estaba en el gobierno, y s6lo con modificaciones y diferencias de ritmo de pace monta. La mayor parte de los ob- servadotes estén de acuerdo en que su efecto ha sidoa) una pros- peridad econsmica sin precedntes y extendida que favorece a todas las economia capitalistas avanzadas, y 6) la transforma- Democracia de compelencia entre Parnces cidn de! esquema de conflicto industrial y de clases de mode que cada ver se alejan m4s del radicalismo politico ¢ incluso revohi- ‘Gonario yendo hacia conflictos de clase mids economicistas, cen: frados ef fa dstribucién y mas y mds institucionalizados. Subya- ce a este desarrollo (que constituye wn cambio enorme en com- pparacién con la dindmica del sistema mundial capitalsta en los [thos velnte y treinta) wn compromiso o «acuerdo» entre clases instituido polticamente, que Bowles describe camo signe: (£1 acuerdo) ba representado por parte de Ia fuerza deta: jo aceptacion dela Topica de benetias y de mercado como el ‘ranspio conductor dels colocacon de recursos, infereambi0 i Tmaconal,innovacones teenolégicas, desarrollo de productos y fdepacion indus, a cambio de I seguridad de que quedarén frotegidos un nivel minimo de vida, los derechos de fos sinica Pre bs derechos Hberal-democraicas, evtado el paro masivo, 1 e gue las ganancias se mantendrén en términos reales, aprox Eiacamentee1 nea cou la proguctvidad del trabajo, todo por [eai de le interyenain det Estado, de ser necesaria Es fil ver emo y por qué ia existencia de este pacto global hia contrbuido @ la compatibilidad de capitalism y democracia Primero, al acepar Ips terminos del acuerdo, las organizaciones dela clase obrer (sindicatosy partidos politicos) reducen suse ‘indicacionesy proyectos a un progranta que difize sobremane ya de todo euanio han manterido la Tercera y la Segunds Inter- hacional. Tras la devastacidn fsica, moral y orgenizativa que fej0 tras sila Segunda Guerca Mundial, y tras el descrédito que tl deserraio en la Union Soviética supuso para el comunismo, fn es del todo incomprensible este cambio de perspectva, Ade Inés, el acuerdo mismo funcion6 sorprendentemente bien, ref ‘and as una confianza profundamente despoiitizada en To que ‘on siigente de la Socildemocracia Alerana denomin6 arrogan Temente mucho despues el «Modelo Aleméns (Model! Deutsch land)" a esimulacion mutua del erecimiento econémico y las relaciones pacias entre las clases. Lo que pass a cuestionarse tn fos conflicts de clase ya no era el modo de producsiGn, sino el yolumen a distribuir, no el contro, sino el crecimiento; este tipo de conflicto era ademnds especialmente adcevado para ser ‘umido en el plano polio por medio de la competencis entre "4 Partidos politicos y nuevos movimientas sociales patos lo tpl eueiones dex eof oto sno ous Hfones de naturalezs deste o menos ode ands pont 9 ma inves, Por eacna de ete po linia de ont, habe on convenso en Wo qu respeta le prioridaes fundamentals, 4 tn ue es deseble «lx valoes Geta economl plc: ere ticntoecontmico'ysegunad social {ytamiaén rita). Eta thane sobre el eetoentoaeguidad interlata ent deh ‘So una base teri pn eon scondmica de Keynes, Ea sy tplicasin a objetivo pricico de hacer poli esnomica, en feta que cada dase debe vsomire papel de la ora. La les én «aprender el Keynehanismo 6s Gu a economia cepa thes un fuego de sua de posay. El ugar, por tanto mos Sexo en un fcgs de oa cere. coon rgpio inex, Quire exo dacs que cae dt debe pest atnctn 1 low intereser de Ina cs el rendimento del ober que solamente un sel sutictement lio de bencficos C iverin va a aseguar el emplen fray ia subide de sale tion, To salaion pston de Estado soil. puesto que ara teardn I demanda let yuna clase obra sana, ben frm doy ben abide TE Exjade de Blevestr se define co una serie de dsps- cies Jnales que dan derecho aos cudadanos perso pres talons de J tepurided soil obligatoria ya cota on ser sou estates organ (nc campo de aad y de lo eo Sacin, por ejemplo), en yn amp ated de tuscan ds- fides como de needy comingeni. Loe meine a tans deter qu nteriene, pues, Esa de Hleestar son fetls bu races ydipoiciones gles, pags en metic puesta cn terio 2 In experiencia praesionl de profeotes, assts, Imedins y ssenes sociales, Sus oigenes Heals extn muy tnivemescados y son hetrogenos: desde fuentes socials hasta catdlcos conservation, Su cuit, restate de fon, pwomiss decison, polos y econémionintecastas, es figo que el Extado ds Biesestarcomparte con la opie el play teamiento keynesiao de ole emda, En abs enos Wo hay una rexpiesta rida) fl a la cuesin dela una cer, G3 decir, de quién gata) gulen pede. Aungoe a funclon pe tata del Estado ds Bienes se el cbr ios ego nce shames que extn expuetos los rabajadoresaaaiaosy sus Democracia de competencia entre partidos 1 familias en la sociedad capitalisa, sin embargo, se prosiucen cies- tos efectos indirectos que sirven también a la clase capitalista Esto se evidencia en cuanto nos ponemos a pensar lo que pro. bablemente ocurrria en una sociedad capitalista en ausencia de los dispositivas del Estado de Bienestar. Estaremos probable ‘mente de acuerdo en gue la respuesta a tal cuestion hipotéticn ¢ la siguiente: primera, abrfa un nivel mucho més alto de con: ficto en la industria y wna fuerte tendencia en el proletariado Por evitar voiverse trabajadores asalariados, Puede, por tanto, afirmarse que el Estado de Bienestar debilita parcialmente Jos ‘motivos y razones de conflicto social y contribuye 3 hacer més aceptable Ia situacién del trabajo asalariado al eliminar parte de los riesgos que resultan de imponer la forma de mercancia a la fuerza de trabajo ™. Segundo, resultaria este conilicto mucho ‘mas costoso esonémicamente al interrumpir el proceso de pro- Ef bale mts comple de a scat» tes ands ns recientes sobre 4a sosporatvon es el texto de PC. Schatesy G. Lehmbruch (eis), Trends Tomgrd Corporat Innrmedtaion Lous: Sage. 18 18° Jesop, The rslaton ofthe state a porta Bettas. R. Sea Sed), The Sarin Wester Europe, Landes Cron el pags 293,198 * tin ntrne dead sobre las steals debates en Succ scetea de eto planes se eneents en Mimmesrand¥ ous. Beyond Weller Copia? Lanes: Heinemann. especialmente pig. 25310, al "D. Abraham, Economie Democracy aa Labor Atlermaie athe «Grow Saggy in he Weimar Republic, Manas te, Poceton, Tags, ee EX Shnfiel. Modern Capa: The Changing Blane of Pubs snd Ps bate Power LapatesOnoré Univery Fess 168 © S' Bowles, The Keyesan Welle Stat an the Post Reynesion Poca Connent of tne Wovkng Class, manic aeate: Ps, page 12y 8 18h "Exe clog by pasado entc tanto ser un caepts tec ent polis, comparat.comparese A. Matkows eu). The Plitcl Econom of Wes ior ‘many Mode! Dewscand, Nueva Yoru Praeger 1982 > Para una formaacon detalads desig atonumeno. véaseG, Lenard 36. Offe. Station ued Sonali pottnch oaphogeste Erhlarsnaan ‘hit fur Fantionen urd novationpresese Sr Socalpois. ce © 4 For ‘er. Kiuinann ed. Cuademmocarsordiann (Sander) 19 ce) Katee ZuschritatSestologe and Sosapevchoiope, pop, ISS), HPT "Vese N-Lubmcan. Pednsche Taeoren on Wokfertan. Nach 8s 5, Husingion,

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