aquel que mi alma le ha liberado; no olvides que aquel sonido es un rito, un leve suspiro de tormento que al viento parece un lamento; Cuando tus ojos vean una gota del roco caer entre las hojas de la yerba fresca, recuerda: El lamento que escondi la lluvia al desahogar el cielo; el cielo oscuro, cuando almacenaste tu diluvio, ese producto de mi llamado; Si entre el abismo profundo mi llamado se ha ahogado nunca la lgrima debe caer de tu prpado... Basta una lgrima de tus ojos bellos para sacar el corazn de mi pecho. El alma del poeta es delicada Arpa que cuando vibra el sentimiento, En sus cuerdas sensibles-, se estremece, Y produce sus cantos y sus versos. -Silva, Jos Asuncin