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cioso-administrativos o civiles, salvo en los supuestos expresa- mente previstos en la NLPT u otra ley de carécter particular. Todo Io anteriormente afirmado queda demostrado al advertir que el articulo II bajo comentario sefiala que si bien las controversias derivadas de una prest estan excluidas del conocimiento del jue: pre que se demande vinculando asi una como la competencia por razén de la materia con un principio del Derecho Laboral como el de primacia de la realidad, en virtud del cual, el juez esta obligado a hacer prevalecer ta realidad sobre Ia aperiencia y considerar el acto de encubrimiento como invélido", tanto ppara los casos de encubrimiento de la relacién laboral como una relaci6n civil, como para todo otro tipo de encubrimiento que pudiera surgir. Finalmente, debe seftalarse que el articulo II del Titulo Preti- minar busca dejar claramente establecida la competencia de los jueces laborales y la aplicacién del proceso laboral a todas las controversias de naturaleza laboral. Quizé una excepcién a la segunda regla (nos referimos a la de la aplicacion del proceso laboral) esté constituida por aquellos casos en los que las contro- versias laborales deban tramitarse en la via del proceso conten- cioso-administrativo, dada la naturaleza de la relaci6n laboral ‘en esos casos, Sin embargo, a pesar de esa singularidad en la naturaleza de la controversia laboral, la competencia del juez laboral se mantiene. de caracter civil Articulo Ill. Fundamentos del proceso laboral En todo proceso laboral los jueces deben evitar que la desigualdad entre las partes afecte el desarrollo 0 Neves Munca Lima, 2009, p. 3 jer, Introduecién al Derecho de tménjo, PUCP-Fondo Eaitorial, “Trt PReLIMINAR Ant. ill Itado del proceso, para cuyo efecto procuran alcanzar igualdad real de las partes, privilegian el fondo sobre la forma, interpretan los requisitos y presupuestos procesales en sentido favorable a la continuidad del proceso, observan el debido proces clonal y el principio de razonabilidad, En particular, acentlan estos deberes frente a la madre gestante, el menor de edad y la persona con discapacidad. Los jueces laborales tienen un rol protagénico en el desarrollo e impulso del proceso. Impiden y sancionan ta Inconducta contraria a los deberes de veracidad, probidad, lealtad y buena fe de las partes, sus repre- sentantes, sus abogados y terceros. El proceso laboral es gratuito para el prestador de servicios, en todas las instancias, cuando el monto total, de las pretensiones reclamadas no supere las setenta (70) Unidades de Referencia Procesal (URP).. Enel articulo IIf del Titulo P: primer lugar, la consagracion del principio de tutela jurisdiccional efectiva y debido proceso, principios-derechos de la potestad juris diccional reconocidios en el articulo 139, inciso 3, de la Constitucién Politica del Peri, que si suponen principios procesales enten- didos como conceptos que definen la esencia de lo que es un proceso y deben ser aplicados como mandatos de optimizacién ena ponderacion de derechos fundamentales y situaciones juri- dicas por el juez laboral. ‘Como veremos, la consagracién de estos principios, aunados al principio de razonabilidad, permite afirmar una vez més que el pro- ‘ceso laboral instaurado en la NLPT ha sido concebido bajo el influjo cipios de tutela jurisdiccional efectiva y debido proceso resulta 45 ‘you'd “Ip ‘do ren{ “Za1¥5 AOBNOW ye 0g “womay “tot “d "800% "49 ‘do ‘oreayy oMagiy SoHFFD ‘YHBANO A x osjridu ap ordiouad ja 4 osaooud jap yoroypnt ugrooaurp ap oxdrouaud jo auaquOD TI] ojnaAAe [ap opersed opunitas [a ‘pout fens: aq, “epHuaAonu0D wuDIeU eT BP UpTNIOsaT eANDa;D BI ‘sa oYse “osaDOId Tap SUT vpua’ipea 2 22 iso Jexoqey zan{ [2 anb ev] rod uozex ‘ooyqnd vapso ap vos ou ‘seaneradu opuars ‘soqesaooxd seuniou sey anb opuonua 2s pena Jo 10d ‘popioysyya A uotonoua ap odeonud tap “uatquiey vugisardxa ‘uinsss0.d wnioanf opeutuiouap ordyout apuasduios anb sopeysunu “ opi3uas ua sayvsao0ud sossandnsaad A $0) suusof v| 24908 opuof fa xerSaystad uagap sajexoqey sa2an{ soy anb vuluge onb euzzou vl ap owErX@ Jp ua opuardsap as ong ‘oagaaye A onmpadxa oszoo1d un seu8ndosd uagap sajexogey saan! so} ‘owig2 euLI0y ¥] aDayqeiso as Se[eND so] sod “oywaRMpaoord jp sordiounad upiqure; eunuzayap TIT o[nspae Jo “pepyTquozes & osazoid oprqap “eayoaya [euoporpsrin{ jain} ep sajes -a0id soidiounid so] ap ojuaurajdwioo ousoo ‘opel on0 10g “gi@is9 ap ugpezyeax epider £ zeayo syur eun ap oid ua “enajeur oyparep Jop seatszy ‘sayeradso sauo}eny[s seat vied jeuororpsunf e[ayny ep sopezodns sojapous so] ap pire spur st suodun» as ‘fend vl zod ‘popraroafs op ordinurzd-ewnxou 2 (1 ‘X ‘opepueurap jap owio> ayuepueuiap jap ope} “esuajap ap sayeuaisepuny soyparap so] e ‘ajawepadso ‘fulesogox as» anb ‘popunfes ap sordpuuid-seutiou se] (F szaqes seapoafe pouopsaipsun! vjoyny v] ap soidoad sowauzja sop azyu2 yMbe Jo opuessng ajuouTapoUBULied sepeonde A sepriard 326 ap Uey s9pesaooid sauojamysut sey anb ows ‘oanesoTeA ray WENT OT, ‘v99 d ‘g00g ‘ojne soqung SON) 950) s08so1g oO oA erry eng ua ‘aosanasd o¥enl beg ‘sreungnt. sop © uaBouaway wa sopmisg ‘op vannadsiad eu ee as “ced ‘6R6r, aoipsunt maint vw cxpaiap 1g “SNSaf ZAMBE BEANO «y ‘pupeyy ‘sera, cjuotueuozer unSunr wis woRgUCINE eULIOJ ap asreo1de UDqep OU LAIN ¥I U9 sepmuajuoo se/Zar se] anb eatiop as off 2q “ysTeuoDnysuo> wuraIsIS [2 ua sopesBesu09 sosxseq sAI0]eA so] 9p uoisezTear ap ofna;yaa un 19s ap uo!DISod Bf ‘zon ns opuonunse ‘opeysg [ap souo:sbap se] ap uolDezneDOUIap ap ‘oon9 oqaUMSUT UMD Ua eDALOD 29 ‘sae Joqjosal ap spwape ‘“osavoid [a anb ajnwaed ‘BstpeuLo; £ wsreB9q SHUTEIBUT UDISIA wuM UOD wperde ‘soque eonyUop o sisa8pxe E] B uNLIsodeguoD ua UpPerEpuod ef ap ‘eiSojopoyaur wun ofeq sopeayde A sopeztfeue Jas uaqep sappsaooid ‘SOINIBSUT SOT [END JP UD seq UOD ‘PHpHIGUUOZEA ap ordouLd Te UPIquTE) Puau dovy IeURETaIY OTL [AP II] OOH Jo :uaIg wOyY ‘opeatd osnput 2 oanensrmupe owopu ~spavoid ap odp ono sainbpeno v voyde as syuiape anb orad “osavoid ja ua oge> v pera [euoHOy ide odiouisd ‘osavoad opigap ye ‘aquaurerro19 ‘apnye as «souususu suyusiv8» se] ¥ vDuarajar asieoey [e ‘ugjodaou0> |e} oleg ‘qgssoquarurejsunuord sns ap pep! uid ‘exouaques perp zon wun ‘oxaniay A ‘[o1s] alqeuozer ozeid ‘un uD uornjos sauUa}go A esuayap v| a[qisod eas anb ‘eyIa ua Zoa wun :opunas ‘eronanf ee OsaDde fo UD “OrTUN sowuaurour sax ua s0}2939 sns vBaydsap» anb & sepuez uo osasord un ap s9aey v “feuopoipstin{ oui un sod epmpuaye vas ugisuayard vysa ‘eno ap ofe wpuajazd opuena anb e /,eppsnf eley, a] as anb e euosiad epow v ez -uere8 as pend [2 10d ofo{duioo opruanio> ap ordjoupd-oysaiap JP ood vayo9fe pouctoipsunt ojayn; ve sourapuayuy “auepunpar Agr. HL en el desarrollo e impulso del proceso. Impiden y sancionan ta inconducta contraria alos deberes de veracidad, probidad, lealiad y buerua fe de las partes, sus representantes, sus abogados y terceros, Ambos principios propugnan que la labor del juez no sea meramente la de un espectador y visor de legalidad, sino que, por el contrario, participe activamente en el proceso que, en tanto actividad estatal, no repercute sélo en las partes intervinientes sino en toda la sociedad. Estos principios pueden ser vistos desde el punto de vista econémico, como efectos de constatar que el proceso implica no sélo costos privados sino también sociales, que legitiman una actuaci6n activa del juez en pro de hacer que tales costos sean invertidos de forma eficiente y, por ejemplo, la duracién de un proceso en concreto no se dilate e impida que otros sujetos de Derecho puedan acceder al Srgano jurisdiccional Estos dirigidos al juzgador se ven en relacion directa con los principios de veracidad y buena fe también contemplados en el artfculo Ill, orientados fundamentalmente a las partes y terceros intervinientes en el proceso, con lo que pro- pugnan que éstos realicen sus actuaciones con respeto mutuo hacia la autoridad judicial y cada una de las partes y eviten entorpecer el desarrollo det proceso con maniobras temerarias y ilatorias que impidan la expedicién de una correcta decisién ‘que resuelva y ponga fin al litigio. Enese sentido, este principio se ve desarrollado en la NLPT al otorgar expresamente poderes al juez laboral para imponer medidas correctivas a las partes o terceros que incurran en conductas indebidas o entorpecimiento de las actuaciones proce- sales; siendo que dichas inconductas, también, pueden ocasionar la configuracién de presunciones adversas a las alegaciones formuladas por las partes. Por tltimo, el articulo Ill contempla, de forma racional, también el principio de soi iin del proceso, al enunciar que 4] proceso Inboral es gratuito para el prestador de servicios, en todas Jas instancins, cuando el monto total de las pretensiones reclamadas 48 ‘Tuto pReuMINaR Agr. IIL no supere las setenta (70) Unidades de Referencia Procesal (URP), principio que propugna que las desigualdades materiales entre las partes esto es, ias condiciones socioeconémicas y cultu- rales basicamente- no condicionen el desarrollo y resultado del proceso. ‘Ahora bien: cabe resaltar que, en desarrollo de tal principio, la ley procesal anterior establecié la gratuidad del proceso para todo tipo de trabajadores demandantes, en aras de garantizar su acceso a la justicia, pero bajo el paradigma de una diferenciacin de clase entre los trabajadores y los empleadores. A diferencia de ello, el principio de socializacién del proceso en la NPLT se expresa, por un lado, al propugnar una tutela especial a la madre gestante, al menor de edad y a los discapacitados. Pero en lo que respecta a la gratuidad del pro- ceso para el trabajador demandante, el principio de sociali- zaci6n se optimiza al afiadir a la gratuidad del proceso elementos de litigio estratégico®. En ese sentido, Ia NLPT s6lo contempla la gratuidad del proceso laboral -traducida como la exoneracién de costas y Costos en caso el trabajador sea vencido en juicio- si la cuantia de la pretensién fuese menor de 70 URP; siendo que incluso en dicho supuesto se quiebra la gratuidad si se evidenciara teme- ridad y mala fe. ‘Asi, se rompe la visi6n clisica de la gratuidad de la justicia, entendida en términos absolutos, y que, como se ha advertido contempordneamente, produce resultados ineficientes desde el punto de vista social, en tanto puede incentivar «a tramitar judicialmente casos cuyos costos superan sus beneficios 3 Recomercdamos, al respecto, Posen, Richard A, El anilisis ecnmivo del Derecho, 2 ea, Fondo de Cultura Beonémica, México, 2007; Coorer, Robert y ULEN, ‘Tromas, Derecho y economia, 2* ed., Fondo de Cultura Econémica, México, 2008. 4a os “00g “ew “2a1A eRSNL oP10suOD ‘MUSTP msn men ap wENG Uy “¢diIOD) ‘ua epuoroyge ‘amber uen{ ‘OONVAIA SVEN 9g ous ‘[euopMASHOD [PUNgULL JAP PIJNbe OJOS ou f “JeUOIDeU oypaiag jp aiuany owo> efsuapnadsuinl vl ap vouapuarsed el ‘suiape ‘e>0u00a1 as fosa O]9s ou x “Zant [9 10d wpeoride z9s ap sojue xesed agap vusiou epoy anb 2 sod peprfeuoronysuc> ap opm ye opoy ajue wpyauros s9s ap vy vIs9 sand “Aay BI UO 198 aseq wos opraoey anb auay anb ap ug!odasuo> eyjanbe uo> aduror as ‘eraueur Bisa aq “sauo[stap sns rejuauIepuny aqap zan{ [a anb [a wa [euoronyAsuoD opeysg jap Soidord sauany ap eurDysis [9 avaqeise TeUTUMTELY O[ULT, [BP AT OMAIE [5 “eoyanday ej ap eppsnr ap ewiaidns 31109 ef ap A jeuojomnsuo9 jeungui jap saqueinourn saquaparaid So} owo9 se ‘sajeuo}omNysuoD soadaoaid A soidiouzd so] unas ‘sonn2aj09 sojuanio9 so} opuatnput ‘eaypyanf ewuou epo3 ut 2] Asouewiny sousavap ap sajeuk ‘tug [ap eanwjog ugraMNsuOD ej uapedun) ‘pepiligesuodsas ofeq ‘sajeioge| saat je1oge| epansnf 2] ap Soy>1;U09 so] ap up}onjose | ua seuUoU ide A upieresdarut “Al oinayuy “ugpeyouco eo ,«upIrerpaur v] 1s apand ould “UOIIAJOS ap saIUa!Dya spur Seya seo zeosng vexed ofnumpsa un vIMyNsUOD 4 soseD0xd $059 o> aquvjape smBas yprelasuosvsap anb oxpay ‘aIqus0ALy zpouayuas eun wo> sau23g0 apand as anb 0} uepreradns somsy anb ua soses viuqey ’s0}s00 So] sopoy werezsleusaqut saized se 1s» anb ‘LIN ©] op anied e “aiqisod avey as Joe ‘ewsajquqord SRT ERT | ORIG] HAVID / CFD] TORT Ara

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