do, el nivel de las connotaciones 0 resonancias ideol6.
gicas, Pero el analista, hasta ahora, se encontraba en
su oficio y no podia escapar de él mas que por vis.
lumbres intuitivos, pues més alld de cada enunciado
era posible chusmear» rancios olores miticos. De ahi
Jos inventarios impresionistas en el més alto grado,
Por ejemplo esta frase, extraida al azar de los Ecrits:
«Les écrits emportent au vent les traités en blanc d'une
cavalerie folle» (Los escritos arrebatan al viento los
tratados en blanco de una caballeria loca),” nos sugie.
re connotaciones de poesia métrica, hasta ritmica
(vent/blanc), burla de sf mismo (esettos en gene-
ral/Berts de Lacan), acumulacién impetuosa (trata-
dos en blanco, caballeria loca), arbitrariedad supre-
1ma del lenguaje (tratados en blanco), esteticismo més
alld del escepticismo, etcétera.
Para allanar tales dificultades, para evitar descripcio-
nes fantasiosas, intentaremos descubrir las instancias
en los «lugares» privilegiados donde normalmente
ellas se inscriben: los calificativos y los superlatives,
Jos comienzos y las conclusiones,
Esta segunda parte, el discurso sobre Lacan, ;consti-
tuird entonces un proceso al autor? QuizA sucumba-
mos la tentacién, si bien haremos todo lo posible por
evitar tal presuncién, Nuestro estudio tendré como
tinica aspiracién reconocida ensayar métodos de ané-
lsis sobre el lenguaje lacaniano, ya que este lenguaje
se ha expuesto a la comunicacién piblica. ;Cuinto
mis grande que la reducida, o mejor dicho traducida,
quedard, al cabo de estos ensayos, de estos procedi-
Iientos, la parte de irreductibilided del lenguaje exa-
minado?
7 Pig. 27
R
1. Discurso de Lacan
1, Blespejo
| Marienbad! Los cinéfilos se sentirén tentados de ati
buir a Jacques Lacan el don de la premonicibn, o el
de la adivinacién a Resmais, El hecho es que fue en
Marienbad, el 31 de julio de 1936, donde, en opor-
tunidad del XIV Congreso Internacional de Psicoand-
lis el doctor Lacan hizo una sorprendente entrada en
la escena del movimiento psicoanalitco pronuncian-
do su conferencia «Bl estadio del espeos,? y el otro
hecho es que Alain Resnais, en su enigmético film
Lennée dernitre & Marienbad (1961), juega ins
tenterente con el motivo del espejo de infinitas ima.
nes,
{Gl etaio del epjon. Exe decbrinieto primor-
dial sera también el tema de una segunda comunica-
cidn de Lacan hecha el 17 de julio de 1949 al XVE
Congreso Internacional de Peicoandlsis reunido en
Turich: «Bl estadio del espejo como formador de la
1 Bn cuanto a datos biogrficos, puntualicemos simplemente
gue Jacques Lacan nacié el 13 de abril de 1901 en Pai,
ue curs estudios de medicina y mis tarde de psiguiatia, y
que en 1982 present su tesis de doctorado: La psyehose pa-
ranoiague dans les rapports avec la personaalté, en la que
saminaba unos treinta cass. La comunicaién de sus invee
lgeciones Hega a clculos cada ver més vastos: clinica de la
Facultad en el hospital Sainte-Anne, Seminario de la sexta sec-
Gin de la Ecole Pratique des Hautes Etudes y, en 1966, pu-
Wicacin de los Brits. Rompe es 1952 eon ja Asocacién Ine
‘emacional de Psicoandliss (fundada por Sigmund Freud en
1912) para funder, en 1953, la Henle Freudienne de Pars
BRfuncién del yo (je)»? Imaginemos a un nfio de seis
meses de edad 2 quien se pone frente a su imagen,
Desde el primer momento le concede privilegiada im.
portancia, ensaya en direcién a ella una serie de ges
tos, se entrega a una mimica «jubilante>.
Toda esta actividad puede prolongarse
hasta Ia edad de dieciocho meses.
Tres etapas se delinean:
1, Bn un principio el nfo reaciona como sila ima.
gen presentada por un espejo fuese una realidad o a)
menos la imagen de otro. :
2, Mas tarde, el nifio cesaré de tratar a esa imagen
como un objeto real, ya no intentard apoderarse de
aquel otro que se esconderia detris del epejo. Hasta
ahora, las reacciones del bebe no difieren de las del
mono, salvo por una mayor... lenitud
3, Mas he aqué que en una tercera etapa el fio llega
a reconocer en est otro su propia imagen. Trétase de
un proceso de identificacién, de una conquista pro-
gresiva de la identidad del sujeto.
Esta identificcién primaria del nif con su imagen
¢s algo as como el origen de todas ls demds ident
ficaciones. Es una identificaciin edualn, es decir re
dducida a dos términos (el cuerpo del nifo y su ima-
gen), yes inmediata, carcista dirla Freud. Lacy,
ateniéndose lo més posible ala eimologa del términy,
la califca de imaginaria: imaginaria porque el nifo
se identifica con un doble de si mismo, con una ima-
2 Reoue Frangaite de Peychanalyse, vol. 4, octubre-diciembre
de 1949, pig. 449 y sigs. [Bl estadio del espejo como formador
de ta funcién del yo tal como se nos revela en Ia experienda
pliccanaltny, en J. Laan, Lectura ecructuraista de Fred
‘México: Siglo Veintiuno, 1971. (N. det E:)]
4
{gen que no es él mismo, pero que le permite recono-
cerse. ¥al hacerlo, ha lenado un vaclo, una cabertu-
va» entre los dos términos de la relacén: el cuerpo y
su imagen,
Simulténeamente se pone al nif frente asus pares en
edad. El ls agrede 0 los imita, intentando dominar-
los. Juega a que los decapita, los descuartiza 0 despan-
ruta, ya falta de pequefos sees humanos, se ejercta
con mufecos. Pega y dice que le han pegado, ve caer
a otro y llora, Ahora bien, esta relacién agresiva es
homéloga a la del cuerpo frente a la imagen del es-
pejo. Es «duals, se caracteriza por la indistincién, Ja
confusién entre si mismo y el otro. En definitiva, es
alienante, porque el sujeto nifio no tiene ninguna
distancia frente a su doble (imagen del espejo 0 ni-
fio-otro), y confunde su cuerpo y el de su semnejantes
¢ste ito es tratado como un dbl.
Esta relacin con el espejo® y esta relacién agesiva
frente a otros nifos tienen rasgos en comin con la re-
laci6n primera frente ala madre. El nif, al prince
pio, no desea solamente ser acariciado, amamantado,
cuidado por la madre. Desca ser su todo 0 més exac.
tamente su complemento; desea ocupar el lugar de lo
que a su madre le fata: el falo. Se vuelve, por asi de-
Gil, deseo del deseo de su madre, También aqui hay
relaci6n dual inmediata, indistincién, identificacin
rarcisita, alienacién, Otros tantos rasgos del orden
imaginatio.
Heenos aqui, pues, frente a un primer drama de la
axistencia, de la constitucién del «yom (je). Por una
parte, el esiadio del espejo constituye el advenimien-
tp de una unidad, de una subjetvidad cenestésica,
Permitiendo una primera experiencia de localizaci6n
del cuerpo. Y por otra, determina una alienacién, una
4B términos lacanianos: relacién especular,
rt}sujecién del nifo a su imagen, a sus semejantes, al
deseo de su madre. Lo imaginario noes todavia lo sim.
beélico, Pronto veremos la singular importancia que
adquiere esta distincin en el discurso de Lacan
Este andlsis del estadio del espejo arroja nueva luz
sobre el dificil problema de la psicosis infantile. La-
can introduce aqui el tema del cuerpo propio. El nifio
no distingue realmente su cuerpo del mundo circun-
dante, Pero entre los diecstis y los dieciocho meses
—tercera etapa del estadio del espejo— al identifica.
se con una imagen que no es, termina por reconocer-
se, por captar la forma global (la guestalt) de su
‘cuerpo propio, en el estado de una imagen exterior
de su cuerpo. De este modo el sujeto se anticipa a
su propia maduracin.
Empero, en esta fase de Ia construccin del sujcto, en
este reconocimiento imaginario del cuerpo propio,
puede producirse una ruptura, Veros asf nifis psi’
ticos angustiados ante la vista de su imagen, tratando
de huir, 0 de lo contrario completamente anonada-
dos, ptrficados. No pueden soporta la mirada de las.
dems personas en elespejo. Esa impotencia para re
conocer su propio cuerpo, ese echano de la imagen,
constituyen tuna fijcién en el estadio anterior a la fa-
se del espejo, una regresién al estadio del cuerpo frag-
mentado. «Este cuerpo fragmentado (....) ¢ muestra
regularmente en los suefes, cuando la nocién del and
lisisalcanca un cierto nivel de la desintegracién agre-
siva del individuo, Se presenta entonces en forma de
miembros desunids, de esos érganos fijados en exor-
copia que se alfan y se arman para las persecuciones
intestinas que inmortali6 para siempre en la pintura
dl visionario Jerénimo Bosch en el ascenso al cenit
imaginario del hombre moderno>.*
4 J. Lacan, Bets, 1966, pig. 97.
16
Franquear victoriosamente la tercera etapa del esta-
dio del espejo, es decir, integrar su imagen a su
cuerpo propio, es pues decisivo para la constitucién
del sujeto. Empero, todo parece entonces evanescen-
te, marginal. La cosa solo se manifesta en un «inter-
cambio de miradas»: ¢E nif se vuelve hacia aquel
que de alguna manera lo asste, aunque no haga otra
casa que asistr a su juegoa.* Y sobre todo nadie po-
dria decir absolutamente nada acerca de lo imagina-
rio, si este no estuviese referido a la cadena simbélica,
Conviene explicar el sentido de este segundo térmni-
no, que Lacan distingue claramente del primero, lo
imaginario.
ara comprender el acceso al orden simbélico es pre-
cso retomar con Lacan el tema freudiano del Edipo,
es decir de la relacién con las diferenciaciones sexua-
les. Estadio del espejo con la relacin de indistincién
del nifo respecto de la madre era el primer tiempo de
Ja relacién edipica: El nitio se identificaba con el
deseo de la madre, con cl falo. Mas he aqui que en un
segundo tiempo interviene el padre, como aguafies-
tas, para privar al nifio de esa identificaciOn, y a la
made del falo: al nifio se le prohibe compartir el le-
cho de la madre y a la madre, la recuperacién del ni-
fio, Este segundo tiempo del Ecdipo es, por lo tanto,
encuentro de la Ley del padre
El tercer tiempo ser la identificacién con el padre.
gui es precisamente donde se opera el ingreso en el
orden simbélico, el orden del lenguaje. En efecto. el
papel principal del Padre no es el de la relacion vivida
ni el de la procreacin, sino el de palabra que signifi-
calla Ley, «Bs en ol nombre del padre donde recono-
ceremos el fundamento de la funcin simbélice que,
desc los confines de los tiempos simbilicos, identifica
5 Ibid. pag, 70.
7su persona con Ia figura de la leyo.* Es preciso en pri-
mer término que la madre reconoaca al padre como
autor de la Ley, mediante lo cual el niio pod reea-
nocer el Nombre-del-Padre, Si la madre reniega de
la funcién pater, y si el ni rechaza la Ley, lo ima-
ginario persist, es decir la sujecién del nifo a la ma-
dre, Sila made y el ni aceptan la Ley paterna, el
nif se identifica con el padre como con quien es po-
seedlor del fal El padre, por ai decirl, vuelve a colo-
car en su lugar el falo: como objeto deseado por la
madre, como objeto distinto del nif, Esta restaura-
ci6n es una castracién simbdlica: el padre castra al
nifodiferencidndolo del falo y separdndolo de la ma-
dre, BI nifio debe aceptar que esa castracién le sea
significada, Mediante esa aceptacién —exaidentifica-
cin om Le Ley, cm el padre— el nifo entra en la
constlacién, en I triada familiar, y encuentra en ella
su justa posicién, Supera la relacién «dualy con la
madre, deviene sujto distinto de los otros dos, se ha
Tiberado, ha adquitido subjetividad. El nifio penetra
entonces en el mundo del lenguaje, de la cultura, de
Ia civilizacifn,
El lector puede ahora denotar su sorpresa: ¢Se nos
remite entonces del lenguaje al falo y del falo al len-
suaje? Ocurre que hemos llegado precisamente a uno
de los puntos originales y fundamentales del andlisis
lecaniano, Bl efalo» no se reduce al sexo biol6gico,
para el cual Lacan reserva el término «pene». El flo
sn significante, un significante metaférico, es meté-
fora patema.
Toda metifora, segin Lacan, es una csustitucion sig.
nificante>, una sustitucién de sigificantes, Para com-
prender tal definicién tomemos un ejemplo coriente:
el califcativo ledn para aludir a un hombre valent
6 Ted, pig. 28
18
Restablezcamos ahora el mecanismo de la sustitucién.
Si enunciamos chombre valientes, obtenemos la re-
acim:
5 (Signifcante) Enunciado vocal: chombre valiente»
5 (significado) "Signifcado de hombre valiente
La metifora leén introduce un significante nuevos
§. Este segundo signficante hace que el primero, S,
y su significado s pasen por debajo de la barra de
significacién; lebn significa el antiguo signicante, el
enunciado vocal ¢hombre valiente> y al mismo tiem-
pocl significado: hombre valiente, Para ser més pre-
isos, significa impliitamente el antiguo significante
(el enunciado vocal «hombre valiente») aunque ck-
pulséndolo (nos vemos forzados a restablecerlo men-
talmente) y, por asf decirlo, hace descender al signi-
ficado mis profundamente (para redescubrilo se re-
quiere un segundo ejrcicio mental).
Volvamos al psicoandliss: El nfio que desea el con-
tacto permanente con la madre, la identificacién con
Ja madre, tondré Ia experiencia de sus ausencas. La
made est4 ausente porque esté con el padre, porque
interviene la Ley del padre, porque el padre detenta
el falo. De ahi, crisis de la identificacién con la mae
dre crisis de lo imaginario, El desenlace de esta ersis
en el nfo ser la aptitud para nombrar la causa de
las ausencias de la madre, para nombrar al padre y al
nombrarlointegrar su Ley. El Nombre-del-Padre jue-
gael papel de una metdfora: es el nuevo significante
que ha expulsado al signifcante anterior, que ha
causado la Ausencia de la madre y-que, por asi de-
cirlo, hace descender hasta una profundidad mayor
(lo hace descender hasta el inconsciente, para ser
mis precios) el significado del falo,
19Podemes ahora tomar con alguna libertad’ el esquema
propuesto por Lacan (en una reinterpretaciéa de un
caso estudiado anteriormente por Freud: el caso de)
presidente Schreber),
S (significante metafrico) 5 (sgnificante primero)
S (significante primero) s-(sigifieado)
Simplificando S, signficante primero, la operacin
ja subsstir a 8, significante metaférco, y al signifi
cado 5, este tltimo confinado en el inconsciente (1)
Todo esto puede transcribirse mediante la formula:
sf )
et ea (-}
Ce
que traducida a términos psicoanaliticns da:
Nombre del Deseo de
padre (S°) lamadre Nombre /Incoosci
pean ae eneeeeeee arg] (renee
Deseo de Significado Padre
lamadre para
(S) el sujeto
En el estadio del expejo y en la tercera ctapa de este
tificacién con la imagen, con la madre)
08, desea ser el Fal desea por lo tanto
ser-el objeto del deseo de a madre, Esta tercera etapa
del extadio del espejo es asimismo el primer tiempo del
1 Libertad que el propio Lacan autoriza, a jumgar por su toro
burlén en el «Prélogo> a Jacques Lacan, de A. Rfflet-Lemaie,
Broseas: Dessart, 1970, pigs. 16-17. (Lacon, Barcelona
Bchasa, 1971). Cf. la fErmula exacta en crits, pig. 537.
0
Edipo. Interviene el padre con sus prohibiciones (se-
undo tiempo del Edipo) : El padre impide ta fusién
delnifio y la madre; priva a uno y otra del falo, castra
al niio de su deseo. El nio ingresa entonces normal-
mente en el tercer tiempo del Edipo: renuncia a ser
la totalidad del deseo de la madre, renuncia a ser om-
ripotente; acepta la Ley paterna que lo castra y lo
Jimita y termina por nombrar al Padres al nombrar ab
Padre nombra al objeto desu deseo, el falo, pero nom-
bra metaféricamente a ese objeto confinado en’el in-
consciente. El Nombre-del-Padre es un sustituto me-
taf6rico, un simbolo. Por lo tanto, al término del Edi-
"po elnifio tiene acceso al orden simbélico, En términos
freudianos, la identificacién con la Ley del padre
seria secundaria, mientras que la identificacién con
Jn imagen, con la madre, seria primaria,
Podemos pues reconstituir y esquematizar el trayecto
desde el Espejo hasta el Edipo:
1 etapa: La imagen real de otros la
‘madre-otro
Estadio
7 2 etapa: La imagen no 6 mis que
i imagen; le madre el
Espejo ada
1 tiempo: (3 etapa: [dentificecién con su po-
Basco is imagea, ientificacién
de on la madre (edentifca
Baipo cién primataa)
2 tempo: Prohbicién del padre, castraciin
(se sempo: Acceso al Nombredel adie y al or
den simbélico (cidentfcacién seeun-
darian}