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LA ENCOMIENDA DE INDIOS EN EL PERU

( SIGLO¡ XVr'xvul ): IJNA REVISION SINTETICA

Teodoro HamPe Marttncz '


laencomiendade indios constituyó
Durante los inicios delacolonización espalola' y
en el Penl una institución de relevancia
fundamentat para la configuración de la economfa
e ibéricos' La
la sociedad, pues signific;;;;;t marco de integración de los.ar¡tóctonos
repartimientos indlgenas en la historia del vineynato ha
importancia socio-pofitrca deios
libro de José de la Puente Brunke (*)' que
sido estudida ,nagnincr*ente-en el feciente
peruanas y de los problemas en el curso de
ofrece una vision p.norarni.a de las encomiendas hasta su
en la iase más temprana de la conquista
su larga evoluciOn, ¿esOe su
O*-Ñ "rrrOf*¡.t9"O
riglo XVI[. t a obra presta atención a los aspectos instituciornles
ocaso definitivo y se fija
y pollticos ¿e la cuestiones de orden demográfico y monetario
materia-r*i.in"
la rayectoria del
Ento en las consecuen.i"^ ú
sistema sobre el mundo indfgena como en
y criollos)'
grupo soci¡ de los encomenderos (mayormentepeninsulares
punto de apoyo las tradicionales
De la Puente Brunke ha uiilizado como
Saldamando( [1&79-
observaciones rristOrico-jtiicas *Ur"t""n.o*i"ndadóEnriqueTones
y lvfanuel Belaunde Guinassi (1945)' iunto con
901 1967), Silvio A. zi"^ti<tlgZ5l) 1973)
sociológica como
más recientes investigacion.t ttott"t desde unaperspectiva-etnográficao Marla
Aréstegui'
las de James Lockh"ti, no*f¿ Escobedo Iti"ntitt"'
Efraín Trelles
Assadourian, entre o6os' El nuevo libro se
Rostworowski ¿e oie" ó'aoseco y Carlos Sempat cuadros
y una serie de
ocupa sustanciAr"nte ¿u t" magnitu¿ ¿emogáhca de los repartimientos
y
apreciar la trayectoria de breve apogeo
sumamente ilustrativos, en tÁcoater se áeja que el
en el Perrl' Puede afirmarse
prolongada declinación iue siguieron tas.e¡cgmienOas
.. -, ñ;-,f¡"regulación de los tributos como en la disribución de los
punto de madurez
l5?0, en el perlodo de gobierno del Vtney
grupos indlgenas, s. Acan"O ¿utanteios arios de
Toledo'
(y abrupto de estra instinrción,
cómo se expüca el declive tan marcado relativamente
¿
que habla sido uno de los instrumentos básicos ón
h fundación del Estado colonial?' La
puente Brunke pone de relieve lacatas8ófica merma demogfáfica de
contribución de Oe f¿
por el gobierno meropoliuno,. que tendió a recortaf
los indios, al lado ¿. ra poiiii.n aplicada y
crecientes porciones de la ren¡¿ ributaria
los privilegioa ¿, for rí.o.tnJ*t, y
asumir finalmente to¿os los repartimie-ntos indlgenas. Las cifras
¿e "pt*ott¿¡
"i;;*J"
¡trgumentaciones del libro quecomentamos
reposanen unalargay meticulosainvestigación

en los fondos oer ¿rchivo'creneral de lndias,de seviltq a manera de complemento se ha


eqparloles y lenürnos, como el A¡chivo
utilizado ta oocumentacion de otros repositorios
la Nación' de Lima'
ñrtOr¡.o n .ional, de Madrid, y el Archivo General de
(funddo en bibliognffa diversa)
hesentamos a continuación un cuadro sintético
especidmente en el vineynaio
sob,relaevolución de tas encomiendas de indiosenAmérica,y
del Penú.

*DoclorcnHistorigProfesordelDepartarnerrtodeHumanid¡desdel¡Ponticifi¿UnivenidadC¡tólic¡delPerrl.
lr) Eucomienü v * !i p"rt, "rn ao sociJy pollüco de un¡ imün¡ción coloni¡l' sevillr:
"n*-"oJ".,
iiptrtación Plovincial de Swilla" 199.2' 536p' Nusvr SrñrEsrs 67
1. Su intmducción en Hispanoamérica colonial.
lns orlgenes de la encomienda indiana pueden ubicarse en la penfnsula lbérica
durante la Reconquista, cuando el'tepartimiento" significaba una parcela que se enrega a
los cristianos y les servfa de sustento conforma se iban recuperando nuevos tenitorios del
dominio musulmán. Se trataba de un señorfo, concedido por tiempo limitado, que otorgaba
derochos de propiedad sob,re la tierr¿ La larga guerra de Reconquisa demosrró a loa esparioles,
pues, la importancia de establecer población en las comarcas recién adquiridas. Y de este
modo fue como la Corona, ratando de persuadir a los conquistadores para afincanse en las
colonias americanas, ransfirió la institución de la encomienda al nuevo continente.
En la práctic4 el sistema de repartimiento empezó a funcionar en lndias antes de
que contara con aprobrción oficid. En 1499, presionado por una revuelta de colonos que
encabezara el alcalde mayor Roldán, Cristóbal Colón se vio obligado a repartir un gnrpo de
Eescientosabulgenesenhe los vecinos de la islaEspañola Pocosaños más tardeel gobemadu
Nicolás de Ovando, reconociendo la utilidad de dicho régimen, solicitó a la monarqufa que
diese su aprobación al sistema que ya se habla puesto en marcha-
Mediante un desprcho suscrito en Medina del Campo el20 de diciembre de 1503,
Isabel la Católica decretó el establecimiento formal de la encomienda en América y en
virn¡d de esta disposición, unos cuantos dfas después la misma soberana facultó a Ovando
para hacer repartos de indios. Desde el punto de vista jurldico, la encomienda se justificaba
porel hecho de ser los nativos considerados personas "rústicas", menores de edad, necesiadas
de tutela y protección, y se pensaba que la tarea protectora debla correr a cargo de los
encomenderos. Además, importa señalar que desde un comienzo la encomienda indiana
mostró un carácter peculiar, distinto de los viejos repartimientos de la España medieval: no
se tratabade una distribución de tierras, sino de hombres, de fuerza de rabajo.
Debido a su comprobado beneficio paralos colonizadores, la institución se expandió
rápidamente durante aquellos años iniciales. Gracias al rabajo que rendlan los indígenas,
podfun prosperar las tienas de labranza, estancias ganaderas, minas y aposentos de españoles.
[¿ encomienda se llevó a Puero Rico y Jamaica en 1510, y res años más tarde fue innoducida
en Cuba y en la región del Darién. Sin embargo, es precisamente por este tiempo que ocunió
la pavorosa extinción de los abodgenes antillanos, fenómeno que sabemos fue causado por
la aparición de enfermedades alll desconocidas (con las consiguientes epidemias), por la
dislocación de la estructura productiva nadicional y, en g¡an medida por la explotación de
los nativos en haciendas y yacimientos mineros.
Respecto a los términos adecuados para denominu tlainstitución en esa época
temprana, tal vezconvengan mejorusarlapalabrarepartimiento (éntendido como asignación
experimental y poco sistemática de mano de obra), pues la encomienda se idenüfica más
bien con la etapa posterior, en que el régimen adquiere plena organización jurldica Una de
las caracterfsticas esenciales de los repartimientos antillanos es que se efectuban con gupos
indlgenas pequeños. Asl, el 14 de agosto de 1509 el gobemador Diego Colón fue ar¡torizado
¡ror real cédula para disribuir no más que esta^s cantidades de indios: 100 para oficiales

Nugvn Sr¡rrssls 68
reales y alcaldes, 80 para caballeros, 60pxaescuderos y 30 para labradores; todo ello por
itazos no mayores de tres años. Posteriormente, en febrero de 1512, oúa disposición regia
aumentó a Íescientos el números de aborígenes que podlan ser encomendados a españoles.
En general, las notas principales del repartimiento durante el perfodollamado
"antillano" son éstas:
a) consistía en la obligación que tenfun los indios de ofrecer su mano de obra
en favor del encomendero;
b) Tenía por finalidad fomentar el cultivo agflcola, la crianza de ganado, la
explotación de minas y otras empresas;
c) Se reparlan grupos pequeños de trabajadores;
d) I-os repartimientos se otorgaban por tiempo limitado.

No pasó mucho, empero, antes de que las primeras manifestaciones humanitarias,


en defensa de los indlgenas, dejarán sentirse en tienas del NuevoMundo. Conforme sostiene
l¿wis tlanke, la primera lucha por la justicias en la conquist¿ de América se origina en los
dos sermones que el dominico fray Antonio de Montesinos pronunció en Santo Dorningo en
diciembre de 1511, en los cuales atacó duramente el comportamiento de los hombres
peninsulares. l¿s denuncias formuladas por Montesinos hicieron que la corona convocase
a unajunta de eminentes letrados y teólogos, reunida en Burgos. Tras ardorosas deliberaciones
se llegó entonces al acuerdo de que los indios eran hombres libres, que había necesidad de
converti¡los al cristianiimo y, asimismo, que podían ser obligados a üabajar, siempre y cuando
recibiesen acambio unaremuneración justa. El tabajo indlgena, puntualizó lajuntade Burgos,
sólo debería emplearse en labores cómodas y de provecho para la república.
De conformidad con lo acordado en dicha reunión, se promulgaron las Leyes de
Burgos (2i7 de diciembre de 1512) y luego, unas decla¡aciones complementarias. Si bien
mantuvieron el régimen de encomienda -ya firmemente anaigado en la organización social
hispanoamericana- , lasnormas de 1 5 1 2 trataron de imponer algunas medidas de protección a
favor de los nativos. Entre otros preceptos, quedó establecido que serían tributa¡ios todos los
varones y mujeres mayores de 14 años de edad (salvo las preñadas y los caciques); que estos
nibutarios bnindarlan servicio personal a los encomenderos durante nueve meses al año; que
ningún vecino podría tener más de 150 encomendados; que la mano de obra de sus indios no
podrfu ser aprovechada por los encomenderos en negocios privados.
Desdeloscomienzos delreinadode Carlos VenEspaña, yen vistadeque la situación
enlascolonias antillams no habla variado sustancialmente, aumentó lapresión de losreligiosos
en procura de la sob'revivencia de la población indlgena. lales predicadores exigfun la abolición
del sistema de repafimientos, alegando que atentaba conra el bien de la República indiana
y que iba contra toda nzóny prudencia contra todos los principios de teología y filosofla
moral. En el ma¡co de esta campaña tuvo lugar el envfo, en 1516, de una misión integrada
por res frailes jerónimos,los cuales viajaron al Nuevo Mundo con el objetivo de desmontar
los repartimientos y organizar a los nativos en comunidades libres. Este plan, sin embargo,
no alcanzó éxito.

Nusvr SINrss¡s 69
Asllascosas,el12deJuliode1520seexpidióenValladolidunacédulaordenando
que en adelante- vacalen deberían ser
que los indios de encomenderos ausentes y loJ
de sus caciques. En similar sentido, otra cédula,
concentrados en pueblos, bajo la autoridad
repartimientos, amparándose en la
f.echada el26 de Junio de 1523, prohibió conceder
como seres libres'
clnvicciOn de que Dios había creado a los abolgenes
México las ventajas del régimende
No obst¿nte ello, al producirse la conqriista de
divulgadasentreloscolonizadores' que los
encomiendas se encontraban yatan extensamente
su jefe efectuar una distribución de los nativos
soldados de Hernán cortes áemand¿ron a
de sus subordinados, cortés estableció la
aztecas. De esta forma, outigaao por el clamor
institución en dicho tenitori|. Como novedad,
introdujo el ributo en especies -al lado del
a sus indios.
,.*i.i" p"rr"nal_ y obligó a los encomederos a doctrinar e instruir
gobemantes meropolitanos
Ante laevidente"imposibiüdadde derogarel sistema,los
aunque fijando ciertas prevenciones para
optaron por.confirmade t .ono"i.iento oficial,
protegeralosnafirales.El2?deNoviembrede|526sepromulgóenGranadaunasordenanzas
la condición
que, entfe oüo, ,ronror, la conveniencia dó hacer encomiendas, con
"*pr.saban la distribución de indlgenas y de qu9 se excluyera de los
de que un religioso t*rt"í*. "n fueron recogidas posteriormente en diversos
tributos al servicio personal. Dichas ordenanzas
colonizadoras, como la Capitulación de Toledo'
documentos rel^aion"¿* .on expediciones
;;; di" respaldo a la empresa perulerade Francisco Pizarro'
Según afirma sitvio Zavata, el más
profundo conocedor de esta institución, si bien
al principio hubo dificultad en conjugar
laencomienda -régimen compulsivo de trabajo- con
la libertad teórica V r"g¡*."t ;oóada a los indígenas, tal co¡troversia pudo resolverse
Ramlrez de Fuenleal, presidente de laAudiencia
gracias al criterio ,ur,"rio¿o po, don S-ebatián
una cesión de tributos reales en favor de unos
mexicana. Entendiendo el repartimiento como fotzado de
particulares(Io, Fuenleal aclaró el problema jurídi9o del trabajo
a la
"n.o*"n¿ós),
los indios, ya que siendo ellos vasallos del rey tenían la obligación de entregar un tributo
Corona.

2. Organización jurídica de la enconienda

LaformatlpicadelaencomiendadelsigloXVlouedj.gonfiguradaatravésdeun
la sucesió¡
documento fundamental, la real provisión
de 26 dr *"yo de 1536 que establece

pordosvidasy,n*¿"r,".,,asacióndelosEibuos.ns"doco*entofuecomunicadode
manera especial
pir"tto Á.¿iarite una cédula datada en Valladolid el 7 de diciembre de
"
1537, con la firma dd;;;d";. En
lo pertinente al régimen sugg¡orio de las encomiendas,
a beneficio de los hijos o viudas de
los dueños
señala cómo de¡e¡a áiáse h ransmisión
de repartimientos.
Casas, célebre,,apóstol de los indios,,,
Ciertamente que fray Bartolomé de las
régimen de encomienda en América' Denro
constituyó uno de los *¿, ,.n".", opositores
al
uno de los
temporal d: este continente,
tle su doctrin" r"rpoü'" t" g"u"*r.io" espirituaiy
asl como las guerras de conquista y la
posmlados esenciales indicaba que las encomiendas, indios'
condenables' El dominico alegaba que los
csclavitud indlgena, erur injustas, tiránicas,

Ntluv¡r litr¡rlsts 70
que la propagación dc l:l lc v e I
eomo seres libres que eran, mereclan un gobierno libre;
gobierno justo ,r-ln.otnpatibles con los repafimientos; y que las encomicndas, crr r'rltiril:¡

ínstancia, invalidaban el juito dominio del rey de Castilla sobre las Indias porquc burlaharr lrt

condición del sometimiento espontáneo de los nativos'


Tal oposición al funcionamiento de repartos de mano de obrapermaneció
conslal)lc
los abofgenes. Sin duda, entre sus logros ntás
en la polémici lucha de Las Casas a favor de
notables debemos contar a la promulgación de las lryes Nuevas, que -como es sabido-

tfataron de abolir el sistema que aqul enfocamos. Además, hizo sentir su airada protcsla
Cuando hacia mediados de siglo se habló de vender los
repartimientos a perpetuidad; en esa
ocasión manifestó el fraile que la corona no podla enajenar hombres libres y rentas fiscalcs,
porque t¿nrc unos como oÚas eran inalienables eimperdibles. Ya al final de su
vida' en su
(1564), reiteró la opinión de que las
iesolución de las Doce dudas sobre asuntos del Peni
y llegó a decir que los encomenderos
rentas de encomiendas eran ilegales, injustas, aun
y bienes obtenidos de los
estaban obligados a restituir todos los tributos, chacras demás
indios.
las
Desde Mayo de 1542 hasta Febrero del año siguiente fueron suspendidas
una visita, con el objeto de
funciones del Consejo de Indias para permitir que se efectuara
tribunal' Durante dicho lapso
examinar cómo hablan ejercido sus cargos los miembros de ese
nuevas ordenanzas para el
se organizó en Valladoíid una junta, que debla discutir sobre
junta, por autoridades de la Cancillerfa
lotiáo de las colonias americanas. La Indiascompuest¿ y Ordenes, acordó finalmente una serie de
iallisoletana y de los Consejos de Castilla,
cuafenta ordenanzas, las cuales fueron promulgadas por carlos v el 20 de noviembre de
que tan fuerte y extendidapolémica generaron
I542.Tratásede las famosas Leyes Nuevas'
en el mundo hispanoameri.-o. ¿,1 .l"do de otras varias medidas
importantes' crearon el
Virreynato ¿el peni y la Audiencia de Lima(cap. 10) y prohibieron de modg absoluto la
esclavitud indígena, que no debería tolerarse "por ninguna causl-d9 euln-1 ni oEa alguna,
por rescate, ni de otra manera'' (cap. 21).
aunque sea so tltulo de rebetión, ni
En cuanto a nuestfo tema, las Leyes Nuevas contenlan varias diSposiciones
disminuir las rentas de encomiendas que fuesen
fascendentales. Para ,p"rn,se mandaba
excesivas (cap.28).
"
poner en la corona
Debido a los malEatos hechos a los abofgenes. se ordenaba
virreyes, gobernadores,oficiales dejusticia y haci-
todos los repartimientos pertenecientes a
hospitales y cofradlas, ',aun{ue los indios no
enda prelados, casas de moneda conventos,
les hayan sido encomendadospor taz6n de los oficios y aunque
los tales oficiales o
que quieren dejar los oficios o gobernaciones y quedarse con los inüos"
gobernadores digan
(cap.26).
a los encomederos
Asimismo, el capltulo 29 disponfu privar de sus repartimientos
"Y lo del Penl, allende de lo susodicho
que hubieran üdo mat üzltamiento a los nativos. en
informen de los excesos hechos en
-prosigue el referido capltulo, el visorrey y audiencia se
y Almagro enviar relación de ello, y a las
las cosas sucedidas enre los gobernadorós Pirrno
en aquellas revoluciones' les quiten
personas principales que notablemente hallaren culpadas

NUEVA S|NrEs¡s 7l
. Más aún, como si todo lo
luego los indios que tuvierón y los pongan en nuestfa real corona"
el golpe mortal a la encomienda
anteriores no fuera suficient", tt .^pttuio 30 pretendla asestar
de suerte que "muriendo
indiana: Prohibla terminantemente otorgar nuevos repafimientos,
nuestra real corona '...
la persona que tuviere los dichos indios, sean puestos en
en Valladolid una
Pocos meses más tarde, el 4 de juni'o de 1543' se expidieron
ordenaba a los
cláusulas adicionales a las Leyes Nuevas. Este texto suplementario
tributarios y, una vez más, recordaba
encomenderos residir en laprovinóia donde habitasen sus
repartimienf'os en todas las
la necesiüd de emprendei una visita general y tasación de los
estipulaba que debían tasarse los
colonias. Sobre el problema de la contribución indígena
.,tributos y servicios pof manera que sean menos que lo que sollan pagar en tiempo de los
caciques y senores que tos tenlan antes de venir a nuestra
obediencia".
^ legún cabe suponer, la promulgación de las l,eyes Nuevas trajo como consecuencia
indianos' Las primeras reclamaciones
un encendido movimiento deprótestaen los dominios
y poco después surgió la
provinieron de sacerdotes yencomenderos avecindados en México,
del primer virrey peruano y
iumultuosa rebelión de Gonzalo Pizarto, que acabó con la vida
que con más fuerza se
desafió abiertamente la soberanía del monarca. Los argumentos
que no podría haber estabilidad
esgrimieron para contradecir las ordenanzas de 1542 señalaban
eran necesarios para la conservación
en las colonias sin hombres ricos; que los encomenderos
ibéricos; que los nativos perderlan
de la tierra, pues ellos sustent¿ban y protegían a los demás
por ser pobres, abusarían de los indios'
la religión que habían aprendido; quó nt cónegidores,
etc.
el alcance de las
Ante tales críticas, la metrópoli accedió a modificar parcialmente
la ley que vedaba concedef
Leyes Nuevas . El 20 de octubre de 1545 una real cédula revocó
papeles dados a Gasca antes de
noóuo, repartimientos, y el 16 de febrero de 1546, entre los
su partida al Perú, el emperador suscribió una
provisión que derogaba el capítulo 29 de las
guerras entre pizarristas y almagristas.
discutidas ordenanzas, r"f"ranta a los culpados en las
la esclavitud indígena y
Con todo, se mantuviefon vigentes los dispositivos que abolían
civiles y religiosas' Asl' la
dejaban sin encomiendas a loJ altos funcionarios e irlstituciones
un compromiso entfe
determinación de conservar el sistema con ciertas reformas significó
clérigos, apaciguó a lds
las tendencias humanitaria, señorial y monarquista: tranquiiizóa
los

colonos y mantuvo sabiamente la preeminencia del rey'


40 de aquella centuria
De acuerdo con el planteamiento de Zavala, a partir de los años
jurldica, vale decir, la pretensión de organizar a lá
se observa la denominadaintegración
podemos apuntaf
encomiendadento deperfiles legalesbien definidos. Desde estapenpectiva,
con relaclÓn a lol
algunas medidasinteiesantes que se fijaron en los años siguientes
repartimientos:
de indlgenafl
l!4g,se excluye del uibuto al trabajo obligatorio (servicio personal)
1 5 5 I , se manda privar de sus indios
a los encomenderos que no pongan suficientcf

religiosos para adocrinar a los fibutarios;


deberát
1560, se establece quelas hijas que sucedan en laposeción de encomiendas
las cargas propias de tOd6
casarse en el plazo de un año, a fin de que el marido sirva
encomendero;

Nu[vr Stl¡rssts 72
1575, se fija que las encomiendas no podrán ser heredadas por las viudas si no h¿ur
csüado casa.s durante por lo menos medio año con el encomendero.
Posterionnente, la tendencia a la organización jurídica continuó perfeccionando el
Éistema, hasta dejarlo deñnitivamente delineado a través de la recopilación de Leyes Indias,
de 1680. En este cuerpo se estableció que los repartimientos eran bienes indivisibles, que no
podlan ser objeto de renunciación, venla, permuta o donación a favor de persona alguna.
Respecto a las obligaciones del encomendero, se distingue básicamente éstas: contribuir con
affnmas a la defensa de la tierra siguiendo la bandera del rey, propender al bien espiritual y
tcmporal de sus indios, residir en la provincia correspondiente a su encomienda, entregar al
fisco unaparte de sus ingresos. Además, se mandó que las rentas tributarias no podían exceder
de 2,000 pesos anuales; que en la concesión de repartimientos habían de ser preferidos los
descendientes de descubridores y primeros pobladores, llamados "beneméritos", etc.

3. Decadencia de la institución (siglos XVII y XVm)


Laencomienda de indios, que había ejercido un rol preponderante en elordenamiento
primitivo de las sociedades hispanoamericanas, con el transcurso de las décadas perdió
paulatinamente su antigua importancia. En este proceso de decadencia intervinieron, por una
parte, la despoblación y la desintegración de la estructura indfgena tradicional, en lo que hay
que tener en cuenta que el sistema de repartimientos dependía en gran medida de la
organización productiva prehispánica. De otro lado, también produjo efecto negativo la
creciente intervención del aparato estatal, que se úadujo en una serie dereformas que alteraron
el funcionamiento de la institución. Como resuitado, el número de encomenderos tendió a
disminui¡, tanto en cantidad absoluta como en proporción relativa al conjunto de pobladores
hispanos del nuevo continente.
Para tener una idea del número y distribución de los encomenderos en el Pení hacia
fines del siglo XVI, es pefinente fijarnos en gobierno del virrey Toledo. En sus Relacionef,
GgSgáfiqaf de India$,Jiménez de la Espada incluye un documento -aparentemente no muy
exacto- que presenta cifras globales de los peninsulares avecindados en ciudades de este pals
alrededor de 1572. De acuerdo con dicho texto, había entonces 563 encomenderos sobre un
conjunto de 8.840 ibéricos (proporción de 6.37Vo), y las ciudades con mayor cantidad de
dueños de repartimientos eran el Cuzco, con 80, Quito con 50, Huanuco, Piura, Trujillo y
Arequipa, con 35. Aparte, se conocen también otras cifras, que ofreren un resumen de la
visita general que mando hacer Toledo. Según esta fuente, por 1575 habla en el virreynato
695 encomiendas (número que no ha de coincidir con el total de encomenderos, ya que
algunos individuos poseían más de un repartimiento), y las ciudades que reunlan en su
jurisdicción mayor cantidad de encomiendas eran el Cuzco con 125, Lima con 57,
Chachapoyas con 56, I-aPazy Tarnoracon 41, Huánuco con37, Cuenca con 36 y Trujillo
con 34.
Entrada a la decimosétima centuria, durante la administración del marqués de
Montesclaros (1607-15) se aprecia que el régimen de encomienda ha experimentado
modificaciones sustanciales. Vacantes nuchos repaÍimientos ftas haberse agotado las dos

Nwv¡ Sn¡rrs¡s 73
pensio191 elqe diferen"ttn"trytpo'
vidas que prescribla la regla sucesoria, se distribuyeron
carta diriguida al rey el 30 de Marzo
l

no siempre vinculados cin fareafi¿ad perulera.Ásí, en

de1609,Montesclarosdenunciaqueenelpalspercibíanrentasporuntotalsuperiora46.000
han servido en el "; ent¡e los beneficiarias habfa
Ducados varias " p"rconrt qu" nikirtan, ni
el conde de Lemos y el conde de
nobles como el Ouque de bea, et conde de Altamira,
De todas formas, constaque Montesclaros
Monteney, junto conparientes de antiguos virreyes.
", hijos y nietos de primeros colonizadores
otorgó muchas ,n o*i"n¿r,
"1.u"ñ"rq1t¡e5
", Alónsó Palomino o el licenciado Polo de
tales como Nicolás de Ribera " el viejo Juan
Ondegardo.
En1630,entiomposdelvineycondedeChinchón,seelaboróunaminusiosarelación
- , la cual a merecido,ul prolljo estudios de
de los encomenO"-, oll.f"udata¡ios del Penl
este virreino un total de 34'000 españoles'de
Fred Bronner. Por la fecha indicada residlan en
los qne sólo 365 .* porrrdor", de repartimientos ( proporción de 1,07 7o),y ln ciudades
73, Lima,
que contaban .on ,o"voin,nr*.s de feudatarios eranQuito, con 81, Cuzro, con
que pafa dicha época las encomiendas
con 3g, Trujillo , con lit y l-avaz,con 33. Es cierto
de ingresos, por la disminución de los
hablan declinado considórablemente como fuente
más cuantiosa se asignaban comúnmente a
tributos; aún más, tos grupos indlganas de rent¿
pero, sin embargo, comprobamos que los titulosde
individuos residentes;ñp.;**la
slmbolo de status, un elemento de alto
encomienda segulan .onttitoy"nao un envidiable
prestigio social.
de la relación de encomenderos
conforme puede enterderse a través de la relación
prioridad en el reparto de indios eran los funciona¡ios
de 1630, los que gozaban entonces de
de instaurado el sistema' la encomienda'
de la burocracia colonial. un siglo después
habla podido mantener su p-restigio merced a la
empequeñeci<la, debiliáda empotrecida-
integración Ae U niel aristocracia de. "üeneméritos" con la nueva clase de
ta instinrción, se habfa conservado empero
burócrataspeninrurrpr. óit inuida la relevancia de
grupo social, gfacias a dominanto
que el sector
r" pr"pona"t cia de los encomenderos como
minerla manufactura' comercio¡
supo desarrollar nuevos medios de ingresos: agricultura
cargos adminisraúvos.
Corona accedió
U* n., qo" .ipoderfo del sistema se hubo reducido notablemente,Nolasólo se oüorgaron
a inroducir algon6 urr'rtion , en el funcionamiento de lia encomienda'
la nobleza hispana, sino qe-talbién se admitió la llamada
pensiones vitalicias a miembros de
de los repartimientos' De esto
disimulación, alargando el número de vidas en la sucesión
de 1629 aüorizó la quinta vida pml
modo, una rea prouisiOn iechada en lvfad¡id el 5 de abril
las encomiendas de Nueva España y la tercera vida
pra las del Penú; a cambio de est¡
monto equivalente a tres rentas anualeg'
concesión, lor rn o*rnJ".t ¿.Uirn prg¿¡ al fisco un

Ysesabequellegaronadarseributosindfgenasparadisfrrrteperpetuo.
en su fase decadente es'l*
Junto con lo anterior, otra caracterlstici del régimen
las fentas de los repartimiento¡'
imposición de gravámenes cada vez mayores sob're
Especialmente durafite el reinado de los úttimos Austrias
y los primeros Borbones' debido I
fuefon sometidas a serios recortol
las crecientes necesidades del tesoro priblico, las rentas

Nr¡xvr St¡¡rssts ?4
cste fenómeno comenzo yaen 1610, cuando se dispuso laobligatoriedad de entregar la tercera
parte de los benefecios tribu¡arios a las arcas estatales. Luego, en 1687, se forzó a los
cncomenderos a ceder durante cuatro años la mit¿d de sus rentas, con el propósito de costear
una flota que defendiera los puertos del ma¡ del Sur frente al ataque de piratas. Diez años
más tarde se introdujo un gravamen similar. aplicado igualmente a gastos de defensa
La apremiante debilidad financiera del Imperio hispánico, a la vez que
laconsideración de que las encomiendas significaban mercedes graciosamente cedidas por
voluntad del soberano, llevaron después a abolir el sistema" A tal efecto, el 23 de Noviembre
de 1718 se ordenó que, conforme fueran vacando, todos los repartimientos deberfan
incorporarse a laCorona quedando excluidas deesta disposición sólo las encomiendas cedidas
a perpetuidad. Un par de años luego, el 12 de
julio de 1720 fue expedida una ley que confirmaba
lo sañalado en el despacho anterior, pero ampliaba la excepción a los repafimientos con
tributo en servicios Personales.
Como consecuencia de las varias exenciones que se admitieron, las encomiendas
prolongaron su vida en el Nuevo Mundo a lo largo de casi todo el siglo XVIII, aún cuando en
medio de inseguridad y amenazaconstante de desaparición. Subsistieron especialmente en
aquellas zonas donde habla civilizaciones aborígenes pocos desarolladas, en que no abundan
lgs productos agrlcolas o manufacturados, como Venezuela, Praguay, Tucumán y Chile.

4. Significacién de la encomienda para el sistema colo¡ial


Aunque puesta en práctica por iniciativa de los colonos indianos, la encomienda
recibió pronto el reconocimiento oficial y los lineamientos jurídicos emanados de la Corona.
l¿ institución una vez legalmente establecida, fue organizada con el propósito de soluciona¡
un conjunto de problemas complejos, diflciles exigencias que se planteaban en América en
los ámbitos económico, social, polltico, religioso. Se buscaba que la encomienda sirviese
para aprovechar la mano de obra indígena, para recompensar los servicios de los conquista-
dores pata fomentar el adoct¡inamiento de los nativos y para satisfacemecesidades fiscales.
Sin embargo, tan ambicioso objetivo no pudo realizarse cabalmente porque, enEe otros
motivos, los encomenderos -hombres por lo común impreparados para esas tareas-
demostraron no hallarse a la altura de la delicada misión que se les habla confinado.
Por ora parte hemos de considera¡ la encomienda desde el puno de vista económico,
era un régimen eminentemente conservador. En el modelo tlpico de repafimiento, la
explotación de mano de obra y la adminiración del tributo se desarrollaban a través de las
esctructuras preexistentes: no se alteró en lo fundamental la organización de poder denfo de
la sociedad indfgena- Por ello puede decirse que la encomienda representaba, en última
instancia el señorfo de un español sobre determinados curacas, y éstos eran quienes ejercfan
la autoridad efectiva sobre la masa de tributarios.
l¿ función económica primordial de la encomienda consistfa en beneficiar a los
peninsulares de la producción aborfgen, transfiriendo la riqueza india a manos españolas
mediante procedimientos más ordenados que el mero botfu o el pillaje. Durante las primeras
décadas, del tiempo colonial, los repartimientos significaron el insEumento básico para

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mejor dicho, estaban forzados
usufructuar la abunadante mano de obra que los nativos ofreclan
a ofrecer--gratuitamente. Y merced pudieron prosperal las diferentes inversiones
aillo
incipientemente capitalista'
tlcvadas a cabo por los colonos, dotados de un espíritu empresarial
un significado
En lo tocante a repercusiones sociales, esta situación tuvo, asimismo,
importante. Sirvió para r-t.n.. bajo control a la población recién sojuzgada, permitiendo
de la
qui *r.jr.i.ta dóminio sobre los indios en terreno ideológico (espiritual) a través
Tord yLazn, el sistema
preaicaáe los doctrineros. Además según afirman estudiosos como
deencomienda abria represen[ado el primer paso pala concretar en el Perú una estructura
social de carárcler feudal, con vínculo de dependencia señorial-serviles'
Lo cierto es que durante la fase de conquista y guelras civiles del siglo
XVI la
que permitia a los colonizadores
poseción de un repartimiento fue virtualmente el único rnedio
y nivel de vida elevado. Se ha dicho, conraz6n, que este
acceder al podeipolítico a un
y poderosos señores' que
régimen creo en nuestfo puit " un" clase social de acaudalados
so"stenia una clientela de ioldados y dependientes
" (Manuel Vicente Villaran)'La nq¡leza
generaüpor los tributos indígenas (empresas agragadas) posibilitó pleno desarrollo al ideal
perú: ios encomenderos peruleros podlan gozu de casi las mismas
áe vida siRorial en el
en la metrópoli. En general, a lo largo de aquellos
modalidades que los señores feudales
organizó su existencia en torno a esta institución la que
lustros tempranos la sociedad indiana
luego decayó en tanto que fuente de riqueza más no como instrumento de hguración social
dentro de la colectividad hispana.

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