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My Life Would Suck Without YOU

Straw
-¿Y qué puedo hacer por ti esta vez?- me pregunto cuando me acerqué a él, levantando
su estúpida ceja.
-¡Dejarme en paz de una buena vez!- casi le grite y sentí que parte del agobio salió de mi
cuerpo. Quise escupirle para comprobar si lo demás salía así de fácil, pero volvió a
hablar.
-TU déjame en paz a mi- me dijo súper serio.- No puedo creer que una persona tan…
-¿Tan qué?- lo apremie al ver que se detuvo.
-Nada.
Miro hacia otro lado. Vi bien su perfil y la misma sensación de siempre se sublevó dentro
de mí. Quise abrazarlo y apretarlo tanto que el tuviera que alejarme solo para respirar;
quise tocar su cara, sentir su piel y trazar un camino guiándome con sus lunares; quise
tomar uno de sus risos y enredarlo en mi dedo índice, como siempre lo había hecho;
quise que sus ojos me miraran sin que al hacerlo destilaran esa extraña clase de
repugnancia y odio juntas. Y cuando mire sus labios, quise besarlo. Quise hacer tantas
cosas…
Pero ya no tenía caso.
El, mientras tanto seguía mirando los autos pasar, con esa mirada cansada que cada vez
se volvía más frecuente, lo cual, a pesar de todo, me preocupaba sobremanera. El era un
chico lleno de vida y energías, pero poco a poco comenzó a cambiar…
Suspire. Iba a dar media vuelta y volvió a mirarme.
Fue como un golpe.
-Yo…- suspiro- Prometo no volver a “molestarte”, si tu prometes hacer lo mismo… por
favor.
Otro golpe. ¿Estaba admitiendo que me había fastidiado hasta el cansancio? Al menos
era algo.
-Pero yo no me la vivo molestándote.
-No…
-Muy bien., era todo lo que quería escuchar de ti, Nicholas.
Me di la media vuelta antes de que me dijera algo más y camine con la frente no tan en
alto. ¿Era eso realmente lo que quería? Había estado esperando este momento, pero no
me llegaba la gloria esperada. Debí haberlo hecho mal.
Pero cuando volví a recordar lo que paso, sentí cólera y dolor; mas dolor que cólera.
¿Cuántas veces se puede lastimar a una persona? ¿Se remojaran con ello? ¿Por qué…?
Entre en mi casa y me fui directo a la cama. No quería verle a nadie la cara, ya suficientes
había visto en el día. Tan solo me dormí y no supe de mi hasta el siguiente día, cuando la
alarma sonó y fue hora de ir a la escuela.
Y ahí estaba el, de nuevo y tan hermoso, arrogante, orgulloso y estúpido, como siempre.
A su lado estaban todos sus amigos, también mis amigos. Los salude, claro, con una
obvia excepción y continúe mi camino.
-¡Hey!- me llamo alguien del grupo.- ¿Te sientas con nosotros en la comida?- continuo mi
amigo Mike.
-Seguro, Mike, nos vemos mas tarde.
Seguí caminando y escuche un ruido de pasos detrás de mí, un compás aterradoramente
familiar. Tan solo con escucharlo la piel se me erizaba y me provocaba caminar como una
tonta. Así de mal estaba por el… aun.
Entre al salón, ocupe mi lugar habitual y a propósito baje la vista para evitar ver su figura
cuando pasara a mi lado. Se sentó tras de mí como siempre y su presencia me atrajo más
que nada.
La clase comenzó y yo no podía poner atención. La maestra hablaba y hablaba pero me
resultaba totalmente imposible prestarle la más mínima atención. El ruido de su lápiz

Straw
chocando constantemente contra la banca y nuestra conversación de la tarde anterior me
tenían por las nubes. Me preguntaba porque me había pedido que lo dejara en paz YO, si
el era el que me molestaba a mí, además de la forma en que se transformo su mirada al
pronunciar esas palabras…
¡RING!
El timbre sonó y sacudí la cabeza. Salí rápido del salón rapidísimo.
¿Estaba huyendo? Me sentía mal, muy mal, y tenía un presentimiento. Algo estaba a
punto de suceder.
El día transcurrió con total normalidad. La comida fue tan normal incluso, que casi rosaba
lo aburrido. Pero con todo lo que había dentro de mí, nada podía ser tan aburrido. Así
que mientras yo comía y al mismo tiempo hablaba con mis amigas de cualquier tipo de
tonterías, había algo que me molestaba un poco… me sentía rara… Como acto reflejo
mire a mi alrededor, y del otro lado de la mesa me encontré con la mirada de otro de mis
amigos. El bien parecido Jared. Me miraba tan fijamente que cuando nuestras miradas se
fijaron se llevo un susto, puesto que lo pille. Sus mejillas se tornaron rojas y me mostro
una sonrisa adorable. La devolví lo mejor que pude y volví con mis amigas.
Pero de pronto un golpe sordo sobre la mesa llamo la atención de todos haciendo que
inevitablemente fijáramos la vista en el responsable: Nicholas. Su puño estaba cerrado
con tanta fuerza que los músculos de su brazo de marcaban muchísimo, y de su cara ni
hablar. Miraba a Jared con ojos asesinos y el otro, sin deberla ni tenerla levanto los
brazos y pregunto simplemente “que pasa”. Nick se levanto de la mesa y salió hecho una
furia de la cafetería.
Después de eso no lo vi, pero me moría de ganas. Alguien me dijo que se había puesto
celoso por cómo me miraba Jared, pero eso me parecía imposible… el no me quería…
Caminar cada vez se hacia un poco más molesto entre estos pasillos, así que opte por un
camino alterno hacia una de las otras salidas. Doble en la siguiente esquina hacia la
derecha y continúe caminando, hasta que los pasillos comenzaron a vaciarse a mi
alrededor. Camine más despacio y comencé a escuchar ruidos raros… que provenían de
uno de los pasillos de cruce. Así que cuando doble en esa esquina el pasillo completo
desapareció de mi vista para solo dejar la espalda triangular de Nick y sus brazos al los
lados de una chica… Era la misma chica de siempre, y claro, Nicholas seguía siendo el de
siempre también. El libro que cargaba sobre mis manos cayo estúpidamente al suelo y el
eco del golpe llego fuerte al par de chicos.
Yo, con la cara lívida y los ojos empañándoseme cada tanto me agaché por el libro. Me
levante (todo lo más rápido posible, claro) y antes de regresar por donde vine alcance a
ver sus caras. La de ella, tan feliz como de costumbre cada vez que le dejaba ver que me
hería; y la de él, con los ojos abiertos como platos y la boca entre abierta.
Corrí y los escuche llamándome. Regrese por los pasillos esta vez casi vacios y sin
detenerme por nada corrí hasta no ver nada de la escuela. No sabía si me seguía y en
realidad no me importaba. En realidad en ese momento lo único que me importaba era
poder llegar bien y lo más rápido posible a mi casa, para una vez ahí ponerme a llorar
como una niñita.
En cuanto pise el suelo de mi habitación me tire en la cama y me hice un ovillo.
El siempre hacia lo mismo y así seguiría. Aunque no estábamos ya juntos me seguía
hiriendo, y era exactamente lo que él buscaba. Por un momento imagine que lo que vi
solo fue la reacción de sus malditos celos, pero el no me quería, solo buscaba verme
peor.
Vinieron a mi mente todas las veces que aun si ser novios lo encontraba coqueteando con
las chicas… No daba tanta importancia, yo sabía (o creía) que teníamos algo, pero no
era nada oficial. Para cuando me pidió en serio ser su novia, creí que cambiaría su
actitud, pero todo continuo igual. Le di unas cuantas, o más bien, muchísimas

Straw
oportunidades de pedirme perdón; todo lo pasaba por alto, y llegue a convertirme en una
tonta al dejarme pisotear. El prometió fervientemente cambiar, y yo le creí en la misma
medida. Pero lo único que conseguí fue verlo besando a otra chica. Reclamar era
estúpido, pero ahí estaba de pronto yo, frente a ellos gritando su nombre. ¿Por qué lo
había hecho?
Lo vi en su cara, quiso inventar una excusa, pero algo en mi que se lo impidió.
Simplemente dejo correr las cosas y bajo la vista. No era necesario nada mas, sin
embargo admitió que lo había hecho… por mero gusto.

Desperté por que sonaba el timbre de la casa, alternando con golpes a la puerta de la
entrada. Aun no había nadie en casa, así que supuse tendría que abrir yo. ¿Pero y si
simplemente fingía que no había nadie…?
Me levante sin ganas de la cama y sin revisar mi aspecto salí de mi habitación y bajea
abrir. Prendí las luces de la sala pues ya estaba oscuro y abrí la puerta.
-Necesitohablarcontigo- me soltó Nick de sopetón. No me dio tiempo al menos de pensar
cuando el ya estaba dentro y cerrando la puerta, yo solo me quede parada ahí, como una
tonta.
-Que… ¿qué haces tú aquí?-pregunte sin creerlo aun.
-Necesito que me escuches, por favor.
-Nick, yo no estoy segura…
-Primero déjame hablar.- me miro como pidiendo permiso y creo que vio que se lo
concedí… de alguna manera. Tomo mi mano y me llevo al sillón más cercano. El se hincó
frente a mí.
-Se porque saliste corriendo.
-Y yo no sé por qué haces todo esto.
Se hizo un pequeño silencio y después, tomando algo de aire, siguió.
-Tú me quieres.- ¡¿Tan obvio es?!
-…
-No es necesario que contestes, pues yo… simplemente lo sé… y me eh dado cuenta de
que…
-Nick, para.
-Sé que soy un imbécil porque nunca te di tu lugar. Eres la primera chica con la que me
involucro de verdad, así que esto fue rarísimo para mi desde el principio, pues me hacías
sentir cosas que las demás no…
-Y por eso buscabas otras, ¿no?-lo interrumpí.
-No, eso lo hice simplemente por las apariencias… Cuando me di cuenta de que estaba
cambiando, de que estabas cambiándome- agrego-, yo hacía eso por miedo, pues temía
por lo que estaba sintiendo.
Hizo una pausa y tomo mis manos.
-Siempre fue diferente la manera en que me mirabas, como hablabas conmigo y eso me
gusto. Para mi eres muy especial y con eso me haces sentirme especial a mí. Y no quiero
que eso termine.
Creí que estaba soñando. Seguramente seguía dormida y esto no era más que un simple
invento de mi cabeza. Tomo mis manos y esa sensación se esfumo, pues, nada podía ser
más real que su contacto. Las descargas no podían ser obra de mi imaginación pues… mi
imaginación no era muy buena.
-El día que paso lo de… -hice un gesto de negación- Ese día, no te di ninguna excusa a
pesar que saber que con cualquier cosa tu me creerías. Ya no quería eso para ti. Fui muy
tonto al dejarme engatusar por ella. Siempre me había insistido, y yo la había evitado,
pero ese día yo simplemente no me negué. Te dije lo que te dije porque ya no te quería

Straw
con una basura como yo. Y por mucho que me doliera, sabía que estaba haciendo lo
mejor… o al menos eso trataba.
No sabía que pensar, pero algo dentro de mi me decía que el no decía más que la verdad.
-¿Por qué me seguiste hace rato?- pregunte con los ojos muy abiertos, y con mis manos
entre las suyas, aun.
-Porque, aunque yo no soy nada para ti, tu significas todo para mí- dio un cariñoso
apretón a mis manos-. No quería que te fueras así llorando. Te veías muy mal y yo me
sentí como el peor hombre. YO te hice llorar.
-Yo no lloraba por ti- me defendí inútilmente.
-¿Acaso llorabas porque tu libro cayó al piso?-rio por lo bajo y después, completamente
serio me miro profundamente a los ojos, como si viera mi alma a través de ellos.
-Solo voy a hacerte una pregunta… Voy a respetar totalmente tu respuesta. Solo dime…-
se acerco aun mas a mi- ¿Puedes darme otra oportunidad?
No lo soporte. Comencé a llorar y el quiso consolarme, pero algo me lo impedía. Me aleje
un poco, y el, tomándolo a mal se levanto.
-¿Sabes por qué razón te pedí que me dejaras en paz?
Yo no conteste, pues yo seguía llorando en el sillón.
-Te lo dije pues cada momento del día te tenía en mi cabeza. Solo te molestaba para
lograr que de alguna manera me miraras o me dirigieras la palabra. Te lo dije porque
sabía que tu ya no me querrías mas en tu vida y quería que me dijeras todas esas cosas
acerca de que te dejara sola… para convencerme que ya no querías nada de mí. Fue una
mala decisión haber venido.
Se dio la vuelta y camino hacia la puerta. Sabía que iba a irse y ya no iba a haber otra
oportunidad para nosotros una vez que el saliera por esa puerta. Así que me levante.
-Nick.
El se detuvo en seco y se volvió a mirarme, sin poder evitar que la esperanza se reflejara
en sus ojos.
-Nick, ni siquiera me dejaste hablar. ¿Cómo esperabas que te dijera que aun te quiero
conmigo si te das la media vuelta y te vas como si nada?- sonreí un poco para infundirle
confianza y hacerlo conmigo misma.
El me miro de pies a cabeza. Me imagine el aspecto que debería de tener. Horrendo. Pero
el compuso una sonrisa aun mas grande que la mía y corrió a abrasarme.
Me sentía completamente en el cielo, y tan feliz que no podía dejar de sonreír. Lo abrace
como pude yo también y lo apreté como antes no pude. Acaricio tiernamente mi cabello y
lo beso para después separarse de mí y mirarme con una mirada llena de esperanza.
-en este momento seria capaza de prometerte todo, y créeme que lo cumpliría. Pero
quiero que con el tiempo tú te des cuenta de quién soy realmente, y sepas que de verdad
te quiero, simplemente por como hablas, tu forma de andar, por tu sonrisa… por cómo
eres conmigo. Te lo repito, no hay nadie que haga que me sienta tan especial, nadie
como tú. JAMAS- recalco la palabra.
Tomo mis mejillas y acerco sus labios a los míos, un poco mojados. Los cubrió con los
suyos y después los acaricio.
-Te quiero- le dije mientras envolvía su cintura con mis brazos y recargaba mi cabeza en
su cuello.
-Siempre lo eh sabido.

Straw
Straw

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