En sequias e inviernos permanentes Naufrag la avicultura Orgullosos los ros se desbordaron Muerte encontraron los seres de la tierra El verano fue atroz en otros lares Necios incendios destruyeron nuestras siembras Odres de miel, la selva no produjo
Desbastador y cruel fue su presencia
En penuria nos tiene desde entonces Las oraciones que ofrecemos no responden
Nuestro porvenir se siente amenazado
Inquieta esta la mente desde entonces eros de desgracia son los hombres Oraremos para que el nio se adormezca