Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
NOMBRE________________________CURSO______________ FECHA_________
11) Diez das haban pasado desde que tuvo lugar aquella penosa
conferencia. No sintindome capaz de cumplir con los deseos de mi
padre sobre la nueva especie de trato. (Mara, J. Isaacs)
Narrador___________________________________________________
12) La luna, que a acababa de elevarse, llena y grande, bajo un cielo
profundo, sobre los montes, iluminaba las faldas de las montaas.
(Mara, Jorge Isaacs)
Narrador_______________________________________________
1. Luego se haban metido poco a poco las dos y se iban riendo, conforme el agua les suba
por las piernas y el vientre y la cintura. Se detenan, mirndose, y las risas les crecan y se
les contagiaban como un cosquilleo nervioso. Se salpicaron y se agarraron dando gritos,
hasta que ambas estuvieron del todo mojadas, jadeantes de risa.
Snchez Ferlosio, El Jarama
A.
B.
C.
A.
B.
C.
3. A los seis aos ya haba captado por completo su entorno mediante el olfato. No haba
ningn objeto en casa de madame Gaillard, ningn lugar en el extremo norte de la rue
Charonne, ninguna persona, ninguna piedra, ningn rbol, arbusto o empalizada, ningn
rincn, por pequeo que fuese, que no conociera, reconociera y retuviera en su memoria
olfativamente, con su identidad respectiva. Haba reunido y tena a su disposicin diez mil,
cien mil aromas especficos, todos con tanta claridad, que no slo se acordaba de ellos
cuando volva a olerlos, sino que los ola realmente cuando los recordaba; y an ms, con
su sola fantasa era capaz de combinarlos entre s, creando nuevos olores que no existan
en el mundo real.
Sskind, P. El perfume
A.
B.
C.
4. Hace muchos aos tuve un amigo que se llamaba Jim, y desde entonces nunca he vuelto a
ver a un norteamericano ms triste. Desesperados he visto muchos. Tristes como Jim,
ninguno. Una vez se march a Per, en un viaje que deba durar ms de seis meses, pero
al cabo de poco tiempo volv a verlo.
Roberto Bolao, Jim
A.
B.
C.
5. Fue entonces cuando se torci el tobillo [...] Cay en mala posicin: el empeine del pie
izquierdo carg con todo el peso del cuerpo. Al pronto sinti un dolor agudsimo; pens que
se haba roto el pie. Con alguna dificultad, sentado en el csped, se quit la zapatilla y el
calcetn, comprob que el tobillo no estaba hinchado. El dolor amain en seguida, y Mario
se dijo que con suerte el percance no revestira mayor importancia. Se puso el calcetn y la
zapatilla; se incorpor; camin con cuidado: una punzada le desgarraba el tobillo.
Javier Cercas, El inquilino
A.
B.
C.