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La ltima curda

Sali del cumpleaos con mucho alcohol en las venas. Manej desprolijamente en
una ruta humedecida por la tormenta.
En el control caminero lo pararon, le ordenaron que se baje, y lo metieron en un
cuarto mugriento que utilizaban como calabozo. Angustiado, llor hasta dormirse.
De pronto, abri los ojos y se alegr al ver que estaba en su dormitorio con el sol
en el rostro:
Ha sido una pesadilla, tom mucho en la fiesta. Sin embargo, no poda recordar
nada de la noche anterior.
Mir el reloj y se dio cuenta de que llegara tarde al trabajo. Se levant de un salto,
vistindose con lo primero que encontr. Se pein con las manos frente al espejo
de la cmoda. Recogi una bolsa con galletas de la cocina, tom el maletn, pero
cuando quiso salir de su casa no pudo abrir la puerta, estaba trabada. Prob con
otras llaves, sin resultado. Intent desarmar la cerradura, la pateo varias veces, la
puerta segua firme impidiendo su salida. Desesperado, intent romperla con un
hacha, no pudo. En un ataque de locura, tom carrera y la golpe con su cabeza.
Repiti la operacin varias veces, hasta que esto lo sac del sueo en el que se
hallaba. Otra vez estaba en el calabozo, "Porqu se repite sta otra pesadilla?", se
pregunt confundido. Entonces dedujo que estaba pasando de un sueo a otro, pero
que continuaba dormido. Decidi repetir el procedimiento con el que haba podido
salir del otro sueo, quizs as poda despertar del todo: tom carrera y golpe su
cabeza contra las paredes una y otra vez. El spero revoque se fue tiendo de rojo.
El camisario orden al sargento ayudante que libere al detenido:
Dejalo que se vaya, ya se le debe haber pasado la curda. Pero antes pedile unos
pesos.
Cuando el polica abri la puerta, se encontr con el piso cubierto de sangre y
medio cerebro colgando del picaporte.

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