___ recopilacion:)
josé amer rodriguez}Colegas cubanos:
Mi estancia en Cuba ha sido muy grata. Léstima
haber contado con tan pocos diag para verlo y ofrlo todo. Llegué el
primero de febrero a La Habana, sin imaginar que un delicioso clima
tropical iba a recibirme, en contraste con el que me despidié en Eu-
ropa. De regreso a mi pais, el viernes siguiente, comprendi que en
mucho contribuye al calor habanero la gentil hospitalidad de los
cubanos,
En casi una emana traté de reunir la mayor cantidad de impresiones
que, pude, para Ilevarme una vision amplia de Cuba y sus mtisicos,
pero ustedes saben mejor que yo hasta dénde la sintesis es imposible
durante solo seis dias.
La primera sorpresa me esperaba el lunes tres en el Instituto Supe-
rior de Arte, donde ofreci una Clase Magistral a los estudiantes de
saxofén de ese centro. Alli encontré tres elementos fundamentales
para la formacién de buenos misicos: talento, disciplina y profesio-
nalismo, factores comunes tanto en los alumnos que escuché como en
su profesor, nuestro querido y siempre recordado amigo Miguel Vi-
Hafruela, exdiscipulo de mi clase en Paris. Pero sobre esto volveré
a referirme mas adelante
Ahora desearia aprovechar esta amable oportunidad que me ofrece la
revista Clave, para hablarles del auge del saxofén en los tiltimos afios
y de algunos aspectos relacionados con e] desarrollo de los jévenes
instrumentistas.
Voy a tratar de ser concreto y no hablar demasiado, pero confieso
que los franceses somos buenos conversadores, sobre todo si nos re-
ferimos a algo que pertenece a la galeria de nuestros grandes amores,
en mi caso, el saxofén.
Pienso que el auge de este instrumento en la musica culta a través
de los tiltimos cuarenta afios, a pesar de la fuerza aleanzada por el
jazz, se debe esencialmente a la existencia de una figura como Marcel
Mule, mi maestro.
Fue una revelacién sonora lo que lograba con su instrumento, a tal
punto que los compositores franceses comenzaron a escribir para el
saxofon con mayor interés y pujanza, legando a crear una gran pro-
duccién de obras, Pero no todos opinan igual, asi que nos encontra-
Yemos con quienes nunca escribieron ni escribirin alguna obra para
saxofén, porque no les gusta su sonoridad. Podria citar nombres cé-
lebres como el del recién septuagenario Henri Dutilleux 0 a Oliver
Messiaen. Un dia le hice el sefialamiento al respecto a este tiltimo,
y virtualmente muy sorprendido consigo me dijo: «Ah, si, es verdad,
Jamas he escrito para el arpa ni el saxoféne, pero nada’ més. .
En otro paises también ce ha escrito bastante, por ejemplo en Esta-
dos Unidos y Japén. Igualmente, compositorés como el belga Jean
Absil_y mis compatriotas Florent Schmitt, Arthur Honneger, Da-
rius Milhaud, Jacques Ibert, Debussy, Ravel
Pienso que muchos compositores célebres no han escrito para el 6axo-
fon porque Jo conocieron como un instrumento popular, para el jazz,
y de este modo lo subestimaron.
“29EI hecho de que el sonido producido por los primeros saxofones —desde
su creacién en 1840 hasta principios del presente siglo- no era muy
bello, debido a su construccién primitiva, pudo haber sido uno de
los factores negativos para que los compositores de la época no es-
cribieran obras. Hoy dia se conservan algunos instrumentos de Adol-
fo Sax y pueden verse las boquillas que se usaron entonces, Viéndo-
los ¢ incluso tocdndolos con la técnica actual, se aprecia que el 50-
nido no tenia la calidad requerida, por eso comprendo que los com-
positores no lo amaran. Una curiosidad histérica: al aparecer el ins-
trumento Héctor Berlioz se mostré muy entusiasmado con él...»
Pero nunca lo incluyé en sus obras orquestales, no me explico por.
qué. Antes, entre 1950 y 1970, yo iba mucho a la radio a tocar como
invitado de la Orquesta Nacional, con la Orquesta. Filarménica
Para estrenar algunas obras contemporaneas, pero desde entonces
hasta la fecha cada vez voy menos, hay menos estrenos, primeras au-
diciones, no sé porqué; opin que existe un real desamor en los com-
Positores franceses de los iiltimos ajios. Incluso, los saxofonistas han
hecho el esfuerzo por adaptar las posibilidades del instrumento al
lenguaje estético contemporaneo, en cuanto a los medios técnicos que
se emplean, pues en su esencia el sonido no ha evolucionado tanto,
simplemente se han introducido otros medios de expresién como
los dobles sonidos, los multisonidos, log registros sobreagudos, los
arménicos, los ruidos con las Ilaves, la aspiracién del aire sin’ pro-
ducir sonido..., pero, en el plano personal, pienso que las nuevas
tendencias de los compositores se alejan de la miisica cada vez mas
solo para producir efectos. No quisiera ser un mal profeta sobre
esto, me parece que no van a llegar muy lejos, no tienen mucho
futuro. Claro esta que en todas las épocas se han realizado experi-
mentos, investigaciones; atin no se puede predecir qué es lo valioso de
las nuevas tendencias, lo que pasara a la Historia y permanecera
vigente, Realmente estamos en la busqueda de un ‘nuevo Stravinsky,
un Ravel o un Debussy, los tres grandes timoneles de la mtisica con.
tempordnea desde finales del siglo pasado hasta el actual.
Me gustaria contarles sobre el proceso de formacién de un saxofonis-
ta clasico en mi pais, Existe una politica musical implantada desde
hace cerca de treinta afios por Marcel Landovsky, a la sazén director
de Misica en Francia, que aporté grandes beneficios al desarrollo
de este arte en nuestra patria en todas las lineas, y no tinicamente
del saxofon, puesto que extendid la creacién de escuelas nacionales
de musica anexas al Conservatorio Nacional en lag grandes ciudades
de Francia y no solo en Paris; de igual forma creé una serie de dis-
ciplinag a impartir en esas escuelas, entre las que se incluyé el
saxofon que antes de esta iniciativa se impartia por un profesor de
clarinete o de fagot. Se decidié que las escuelas nacionales incluyeran
entre las disciplinas de su plan de estudios la especialidad de Saxo-
fon, como parte de Ios requisitos para ser instituciones adjuntas al
Conservatorio. Tal propésito Ievé a la necesidad de conseguir pro-
fesores a través de concursos por oposicién, Los ganadores de las
plazas estaban facultados para ser profesores de todos los conserva-
torios nacionales del pais y recibian un diploma o carta de ensefianza
que los representaba, Todo el que aspirara a dichas plazas, fuera 0
no graduado de nivel superior, debia someterse a las pruebas, Ello
ayudé a que también las escuelas municipales de musica contaran
con profesores especializados en Saxofén. Todos los que se presen-
taron fueron alumnos de Marcel Mule y habian ganado primeros
Premios en el Conservatorio de Paris. Después de ocupar sus puestos,
realizaron un magnifico trabajo, pienso que, fundamentalmente, por
haber sido formados por Mule. Al poco tiempo se comprobé que al
existir en esas escuelas un profesor especializado en Saxofén, que lo
habia estudiado seriamente, enseguida acudian alumnos a matricu-arse; pero si era un profesor de Clarinete el que lo impartia, no
ccurria lo mismo, porque ese profesor inclinaba su interés hacia los
clarinetistas. Puedo citar un ejemplo ocurrido en la villa de Nancy,
al este de Francia, donde el profesor de Clarinete era el mismo para
ensefiar el Saxofén y ocurrié lo acostumbrado. Este habia obtenido
el primer premio de clarinete en el Conservatorio de Paris, y pos-
teriormente gané el primero de saxof6n, cuando era alumno-de Mar-