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Imagen e Informativos

Yo sólo veo el telediario” suele decir el telespectador que intenta


disculparse de pertenecer a ese porcentaje de españoles que ven la
televisión todos los días. En efecto: ver televisión es algo que no
tiene demasiado prestigio. Ha calado entre la ciudadanía el hedor
de la telebasura. Sin embargo hay un mundo, el de los bustos
parlantes que nos acompañan durante la comida, la cena o las
sobremesas que mantiene intacto su prestigio e incluso que lo
acrecienta cada día. Sin embargo, ¿está justificado ese prestigio?
Es lo que Ignacio Ramonet analiza en este ensayo en el que
disecciona no sólo la situación de la información televisiva sino la
influencia que ésta produce en el resto de la prensa escrita.

LA TIRANÍA DE LA COMUNICACIÓN,
Ignacio Ramonet, Debate, Madrid, 1998
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La información es hoy, sobre todo, mercancía de empresas de entretenimiento antes


que luz y riqueza democrática.

Hay una superabundancia de información pero la sobreinformación no siempre es


buena información:
 Lady Di: choque medíático total, globalización emocional.
 Guerra del Golfo: espectáculo informativo de la imagen
 Lewinsky: periodismo de revelación que no de investigación (sacar documentos
más que explicarlos)
La superabundancia puede ir en contra de la libertad cuando llega a un cierto nivel de
saturación.

Mimetismo mediático
Fiebre de los media de cubrir una acontecimiento simplemente porque otros media le
conceden mucha importancia. Bola de nieve, autoestimulación, espiral vertiginosa. La
televisión produce un impacto tan fuerte en el ánimo del público que los demás media
se sienten obligados a acompañar ese impacto. Poniéndose al frente de los demás la
televisión impone a los demás sus perversiones: su fascinación por la imagen, sólo lo
visible es susceptible de convertirse en información, lo no visible no existe. Su
sentimentalismo que se dirige a la emoción y no ala razón.

Hiper-emoción
Por influencia de la TV (espectáculo del acontecimiento) los media serios se han ido
contagiando de lo petético: si la emoción que usted siente es verdadera, la información
es verdadera.

Antes y ahora
Y es que han cambiado las cosas. Antes informar era proporcinar no sólo la
descripción precisa y verificada de un hecho, sino también aportar un conjunto de
parámetros contextuales que permitieran comprender su significado.
Ahora informar es hacer asistir, si es posible en directo, al acontecimiento. La imagen
o su descripción es suficiente para comprender. Basta ver para comprender
El análisis aburre, la sensación divierte.
La actualidad hoy es aquello que es visualizable. La importancia de un
acontecimiento es proporcional a las imágenes que de él se derivan. Los hechos que
carecen de imágenes son condenados al silencio o la indiferencia. No son
seleccionados.

El tiempo hoy es la instantaneidad, el tiempo real, el directo. La prensa escrita ha


aceptado que se dirige al telespectadores y no a ciudadanos.

La veracidad: es veraz lo que la TV, fundamentalmente, dice y otros medios


retoman, repiten y, por tanto, confirman.

Así muchos ciudadanos, confortablemente sentados ante el televisor, creen que están
mejor informados que nunca. Error, porque:

a) el periodismo televisivo no está hecho para informar sino para entretener.


b) La veintena de "noticias" breves y fragmentadas sobreinfoman y
desinforman.
c) Querer informarse sin esfuerzo es una ilusión acorde con el mito
publicitario. Informarse cuesta y es el precio para participar
democráticamente.

La prensa escrita imita a la TV:


 1ª página maquetada como una pantalla
 reducción de la extensión de los artículos
 aumento de información gráfica
 personalización de los periodistas
 prioridad al sensacionalismo
 olvido de las noticias que pierden actualidad
 obsesión con la forma frente al fondo
 simplificación del discurso en medio de un mundo cada vez más complejo
 semanales gráficos

Prensa, radio, televisión se mezclan. Se asemejan. Se interconexionan. Se citan.


Forman un totum revolutum mediático

La prensa antes era el poder que tenía como misión cívica juzgar y calibrar el
funcionamiento de los otros tres. Hoy no es así. Los tres poderes tradicionales han
sido sustituidos por
1. Poder económico
2. Poder mediático
3. Poder político

Hoy la censura no es cortar, suprimir, prohibir, sino algo mucho más complejo y sutil:
se apoya en la superabundancia de información que acaba siendo opaca y oculta lo
que falta: la guerra del Golfo es televisada y así no nos enteramos de la guerra del
Golfo.

Ya no hay más cultura que la de masas. No hay más información que la de masas y la
comunicación se dirige a las masas.
La información es hoy superabundante, rápida, una mercancía sujeta a la ley de la
oferta y la demanda. Mientras que antes era escasa, lenta, sometida a reglas cívicas o
éticas

Lo que da valor hoy a una información no es la verdad, sino la cantidad de personas


susceptibles de interesarse por ella.

Los periodistas son simples canales para la comunicación publicitaria de una


industria, una institución política, económica, cultural o social (¿el mensajero?)

El telediario
El telediario no está hecho para informar sino para distraer. Está estructurado como
una ficción de Hollywood. Comienza de una cierta forma, termina en un happy end. No
se puede poner el final al principio.

Evolución: 1943, EEUU: diario hablado, encuadre fijo


Diario + imágenes: mapas, diagramas, fotos, fragmentos
filmados de película.
1951: red de repetidores hertzianos: imágenes en directo.
1957: invención del vídeo: imágenes grabadas
Dos serias limitaciones: no puede rebasar los 30' para retener al espectador.
Tiene que forzar al espectador a verlo completo.
El teleperiodista tiene que ser breve pero interesante, entendible, didáctico, atractivo,
fácil.

30' de telediario equivaldría a una sóla página de un diario serio.

La persona que se dice: me voy a informar seriamente viendo el telediario, se miente a


si misma, porque no quiere reconocer que se deja llevar por su propia pereza.
Informarse es un trabajo. Nadie te lo da todo hecho.

Las imágenes son un problema


El aspecto visible de los acontecimientos no explica su esencia. Los hechos realmente
serios no son representables en imágenes.

Siempre estarán primero los incendios, disturbios, violencias, catástrofes, guerras,... lo


dramático.

La presencia de las cámaras provoca a menudo el acontecimiento (el


pseudoacontecimiento de Sartori): durante la crisis de Irán 1979-80 en el secuestro
de rehenes en la Embajada, una multitud de curiosos adquirió la costumbre de
congregarse ante la embajada en un clima de feria: tenderetes de comida, puestos de
té, voceadores de periódicos, en un ambiente casi festivo, relajado, tranquilo. Bastaba
la aparición de una cámara de TV para que la multitud, como hubieran hecho los
extras de una superproducción, alzaban los puños y comenzaba a gritar
"representando" el célebre fanatismo musulmán. La complicidad entre la gente y los
periodistas era tal que la periodista Elaine Sciolino de Newsweek comentaba: "la
multitud está actualmente tan sofisticada que agita sus puños en silencio mientras el
operador regula sus objetivos. Sólo empieza a soltar alaridos cuando entra en escena,
con sus micrófonos, el operador de sonido".

La necesidad de imagen provoca el todo vale: abusos como elaboración de falsedades


recurriendo a los archivos (el cormorán bretón presentado como víctima del petróleo
del Golfo); la reconstrucción de escenas con ayuda de actores; la llamada a los
videoaficionados...

En Alemania condenaron a 4 años de cárcel a Michael Born que falsificó total o


parcialmente 32 reportajes (KKK alemán, tráfico de cocaína, neonazis, niños
explotados, etc... que luego vendió a diferentes cadenas de TV y se calcula que fueron
vistos por 4.000.000 de telespectadores.

O auténticas puestas en escena como la que cuenta Umberto Eco cuando para la
retrasmisión de la boda del príncipe Carlos se cuidó hasta el color de las boñigas de
los caballos a los que se les dio una dieta que produjera el color adecuado para la
televisión.

El problema de las fuentes de la imagen


Hay 4 grandes agencias que proporcionan la mayor parte de las imágenes de y a todo
el mundo: Visnews (inglesa, la más potente, dependiente de Reuter), WTN
(angloamericana), CBS y CNN.

Las cadenas públicas europeas agrupadas en la Unión Europea de Radiodifusión


dependen de EVN (Electric Vídeo News): cada mañana en Bruselas, tiene lugar una
bolsa de imágenes... la lista de acontecimientos filmados se manda por telex y cada
cadena elige del menú: se las envían y la cadena las monta.

El presentador
Único, la estrella de ese show business, el rostro de las noticias. Muchas veces la
gente elige un telediario por su presentador que es quien le da credibilidad.

Y el teleprompter subraya el poder de la mirada y la palabra.

La imagen del sur... siempre orientada en dos direcciones opuestas e igualmente


falsas y deformadoras: la de las noticias (como un infierno) y la de la publicidad
(como un paraíso). Siempre como objeto, nunca como sujeto porque no produce su
propia información sino que depende por completo del norte.

El colonialismo
4 de cada 5 mensajes audiovisuales emitidos en el mundo provienen de EEUU. Esta
proporción se mantiene desde 1980 hasta hoy.

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