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FANFICS: la nueva expresión literaria del mundo cibernético (por

Florencia Gaudio)

El avance constante de la tecnología es un rasgo característico de los tiempos actuales. Su


influencia se extiende a muchos ámbitos, pero en especial se hace palpable en el mundo de la
informática. Internet se ha convertido en la protagonista de la revolución en el mundo de las
comunicaciones y la trasmisión de datos. Su influencia tiene importantes repercusiones en la
sociedad y en la vida cotidiana de sus usuarios.
Además de acercar distintas culturas, expandir las fronteras y acortar las distancias, la Red
modifica la manera de comunicarse y de adquirir, interpretar y reorganizar la información. A
través de páginas web y blogs, las personas, otrora agentes pasivos, se convierten en reporteros,
periodistas, fotógrafos y comentaristas de su vida diaria, de los sucesos de su país y de aquellos
hechos que marcan a todo un planeta. Generadores de opinión, noticias e información, los
usuarios pasan a ser protagonistas de su propio universo, un universo virtual. Y es allí también
donde se generan los espacios en que muchas personas tienen la posibilidad de expresarse de otra
manera, dicho en otros términos, expresarse a través del arte.
No se necesitan demasiados elementos para convertirse en un escritor leído en el mundo de la
World Wide Web (Red Global Mundial), porque todas las herramientas tecnológicas están al
servicio de estos noveles autores. Es en este ámbito donde se desarrollan aquellos textos
conocidos como “fanfics”, que cada día aumentan su número en Internet y suman nuevos adeptos
a sus filas.
¿Qué es un fanfic? Fanfic es la abreviatura de fanfiction, una palabra de origen ingles que
significa, literalmente, “ficción de fanáticos”. Es un término que se puede encontrar escrito de
diversas maneras, entre ellas fan fiction o, simplemente, fic, como suelen llamarlos sus lectores.
Se definen como textos de ficción creados, tal como lo dice su nombre, por fanáticos de series
televisivas, películas, historietas, video juegos y libros, basándose en estas obras originales. Es
decir que un fanfic es una reconstrucción, de carácter amateur, de una historia ya creada por
alguien, a la que un fanático le aporta nuevas ideas.
Los autores, así como los millones de lectores de este fenómeno, encuentran en estos textos una
manera de expresarse, extrayendo elementos de sus obras favoritas para detallarlos, ampliarlos o
modificarlos. Erigiéndose en nuevos creadores, series y películas cambian de final en sus manos,
los personajes se envuelven en nuevas historias, se enamoran de diferentes personajes e, incluso,
se mezclan en historias ajenas. Los fanfics abren un espacio de creación donde las fronteras son
infinitas y en el que la imaginación de los espectadores o lectores establece nuevas maneras de
pensar, de observar, de interpretar.
Si bien esta manifestación aficionada ha comenzado a crecer y a expandirse en los últimos años,
sus orígenes son anteriores al advenimiento de la Internet tal y como se la conoce en la
actualidad. Los fanfictions surgieron por primera vez en fanzines (unión de las palabras
anglosajonas ‘fanatic’ y ‘magazine’, que en castellano se traduce como “revista de fanáticos”),
publicaciones de bajo costo realizas por seguidores de la ciencia ficción en la década del sesenta.
Estas pequeñas revistas no se comercializaban y tenían poca difusión. Eran editadas de manera
independiente con una temática específica que solo alcanzaba a un público limitado, por lo que su
duración no solía ser extensa. Hoy en día los fanzines son considerados los precursores de los
actuales blogs digitales.
Es en estas revistas donde surgen los primeros escritos creados por seguidores de una importante
serie norteamericana de ciencia ficción, llamada Star Trek, y a los que se conoció como
fanfiction. Estos textos van a tener su apogeo con el crecimiento de la Internet a nivel mundial,
que permite que cualquiera que posea una computadora y una conexión a la Red pueda escribirlos
o leerlos y, además, obtener de manera sencilla y rápida lo que se denomina “feedback”, esto es
la respuesta o crítica que los lectores proceden a dejar en la parte inferior de la página al terminar
la lectura.
En el universo virtual, los cibernautas, nombre que se les da a aquellas personas que navegan por
el ciberespacio, se mueven por determinadas páginas web dedicadas especialmente a la
publicación de fanfics, que cuentan con importantes colecciones de distintos tipos y temáticas.
También abundan los sitios específicos donde los fics están limitados por tema. Por ejemplo,
pueden ser solo de series televisivas, como Los Expedientes Secretos X; Xena, la princesa
guerrera; y Buffy, la cazavampiros, algunas de las más populares; de un libro en particular (un
ejemplo actual lo constituyen las sagas de Harry Potter y Crepúsculo); o ahondar en el mundo
del manga y el anime (revistas de historietas y series de dibujos animados, respectivamente, de
procedencia japonesa).
En el ámbito de este fenómeno cibernético existe una terminología específica, que sus usuarios
conocen a la perfección y que manejan, en general, en todos los portales donde se ofrecen este
tipo de textos.
Si bien la gran mayoría de los fanfictions pertenecen al género literario, el uso de este término en
el espacio descripto se utiliza con una finalidad diferente. En muchas ocasiones, el “género” se
refiere a la fuente en la que se inspira el texto. En otros casos se puede encontrar relacionado con
la temática general, y la clasificación es la misma utilizada en literatura o cinematografía
(comedia, acción, romance, aventuras, terror, policial), aunque se agregan algunos términos
nuevos, como por ejemplo “angst” (que en español se traduce como “angustia”), referido a
aquellos textos en que los protagonistas sufren tanto física como emocionalmente.
Si bien este movimiento literario se ha extendido a todo el mundo, y en la actualidad los textos
pueden ser encontrados en diferentes lenguas, el inglés sigue siendo el idioma más utilizado a la
hora de escribirlos. A esto se debe el hecho de que, aún en sitios en español, se utilicen palabras y
abreviaturas anglosajonas. De esta manera, los usuarios pueden encontrar otro ordenamiento
clave, según el tipo de historia que se narre. Así aparecen los “crossover” (también conocidos
como “X-over”), que permiten mezclar las temáticas y los personajes de obras disímiles; el
“alternative universe” (“universo alternativo”, más conocido por la abreviatura AU), en la que
los personajes se insertan en realidades que no les son propias, como por ejemplo un astronauta
que de pronto se convierte en un oficinista; y, entre otros, el popular “slash”.
La temática slash es una de las que más adeptos tiene, y se refiere a todo lo que involucra
contenido homosexual. Recibe este nombre del signo /, barra que en ingles divide a los nombres
de los personajes que forman parte de la relación. Muchas veces, el atractivo principal de estas
historias radica en que los personajes de las obras originales no muestran tendencias sexuales
hacia su mismo sexo, pero muchos fanáticos creen ver posibles indicios o un subtexto en las
conexiones que establecen con los demás.
En general se designa como slash tanto a parejas gays como lésbicas, pero en el caso de que las
protagonistas de la historia sean dos mujeres, estos fanfictions son ubicados bajo la clasificación
“femslash”.
Estas últimas clasificaciones también fueron popularizadas como “yaoi” y “yuri”, términos
derivados del manga y del anime, que luego se extendieron al resto de las narraciones, aunque no
se tratara de textos de origen oriental. Del japonés también derivan los vocablos “lime” y “lemon”
(lima y limón). Este último en la jerga japonesa significa “sexy”, y se utiliza en este ámbito para
designar a los fanfics con contenido sexual, mientras que el primero aborda el mismo tema, pero
no de forma explícita.
Al igual que en el cine, los fanfics se clasifican de acuerdo al público al que van dirigidos, sin
embargo se ordenan de una forma particular, otorgando letras según la edad específica: K y K+
(que equivalen al “apto para todo público”), T (para mayores de trece años), y M y MA (solo para
personas mayores de dieciséis y dieciocho años, por contener escenas de sexo y violencia).
Los mismos dueños de los sitios y escritores de fanfics son los que se encargan de que se respeten
las clasificaciones y de que se cumplan las reglas necesarias para poder ser publicados y leídos.
Estos numerosos grupos suelen lanzar challenges (“desafíos”), con pautas estrictas para su
confección. Además, desde las páginas, los expertos en el asunto explican a los recién llegados la
mejor manera de abordar una historia, dan consejos para escribir y aleccionan sobre el mundo
particular del fanfic. Muchas personas ofrecen sus servicios para leer y supervisar los textos antes
de ser publicados. A estos individuos se los conoce como “lectores beta”, y pueden ser
considerados como “editores” aficionados.
Estos precursores tienen en claro que el mundo del fanfiction se mueve en una zona gris legal,
debido a que los personajes, hechos e historias generales se encuentran bajo derecho de autor.
Los críticos de este tipo de textos apuntan de forma directa contra la violación de las leyes de
copyright, debido a que quien posee la propiedad intelectual de una obra tiene derecho a controlar
e, incluso, prohibir las obras derivadas de su propia creación.
Para evitar inconvenientes, notas aclaratorias que son colocadas por los escritores amateurs al
comenzar cada ficción advierten que la idea original no les pertenece. Aún así, mientras muchos
escritores y guionistas profesionales alientan la escritura de fanfics basados en su propia
producción, otros tantos autores persiguen a estos sitios de Internet y se muestran disconformes
con el uso de sus personajes e historias, si bien queda claro, desde las mismas reglas que imponen
sus seguidores, que estos textos son siempre divulgados sin ánimo de lucro.
Aunque hay algunos trabajos publicados sobre el tema, como por ejemplo el libro Textual
Peachers, escrito por Henry Jenkins en 1992, estas manifestaciones populares y cibernéticas de
“transficcionalidad” todavía no han sido abordadas por ámbitos académicos. De todas maneras, el
fenómeno aumenta día a día y se extiende a todos los rincones del mundo.
Florencia Gaudio

FUENTES

◊ BORDA, Libertad (2005) “Desarrollo de la fan fiction en español: Xena, la princesa guerrera, o Betty,
la fea”. En edición electrónica de 3ras Jornadas de Jóvenes Investigadores del Instituto de
Investigaciones en Ciencias Sociales Gino Germani, Buenos Aires, 29 y 30 de septiembre.

◊ [en línea]
http://es.wikipedia.org/wiki/Fanfic

◊ [en línea]
http://www.enamazonia.com.ar/opinion/Fanfics/fanfics.html

◊ [en línea]
http://www.ralst.com/Definitions.html

◊ [en línea]
http://www.ociotakus.com/fanfics-el-ocio-que-te-convierte-en-autor/

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