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Definir metas

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Una particularidad del ser humano es su capacidad de generar ideas, estas


‘burbujas’del subconsciente que nos traen tantas veces las soluciones
inesperadas a problemas del ‘qué ?’ y ‘cómo ?’ sin ni aún darnos cuenta. Y
como llevamos nuestro subconsciente permanentemente con nosotros, no hay
lugar ni hora a salvo en la producción de ideas.

Ideas entonces, son muchas veces una etapa previa a un (o varios) objetivo(s)
cuya realización nos importaría.

Una situación común, para dar un ejemplo, sería cuando empezamos a pensar
en nuestras vacaciones. Ahí comenzamos a manejar un flujo de posibilidades,
de ideas, quizás todavía en forma muy dispersa y puntual, ‘sin mucho cuerpo’.

Podría ir a la playa como todos los anos. O quizás mejor al monte del
Río… Es ideal para la pesca. Me dijeron también que la sierra de Río
Grande do Sur es muy hermosa. Podría ser. Pero me faltan por conocer
todavía tantas partes del Uruguay. Cómo sería una gira por el país?

A medida que se vayan acercando las vacaciones una u otra idea empieza a
estar más presente contigo, ocupando un espacio propio en tu pensamiento,
hasta concretizarse en una sola alternativa: tu objetivo. Ahí está ahora tu
motivación, tu anhelo de realización, que te va a a alimentar con la energía
necesaria para emprender las primeras actividades hacia el logro de tu
objetivo.

Suponte que te quedaste al final con la alternativa de hacer una gira por el
Uruguay durante tus vacaciones de verano. Ahora, qué regiones vas a
priorizar ?, vas a acampar o a alojarte en hoteles ?, tendrás suficiente
tiempo para ver todos los lugares que quieres visitar ?, podrás reunir el
dinero necesario hasta la fecha del inicio de tus vaciones ?

Objetivos, como ya se dijo antes, cristalizan la motivación pero no son lo


suficientemente claros como para actua eficazmente. Quedan por aclarar una
serie de interroganes que te deben guiar en tus actividades de realización.
Hay que formular una meta que no es nada diferente que un objetivo, pero con
un contenido más específico, cuantificado y, por lo tanto, verificable, así como
definido en su plazo de realización.

Una definición completa de una meta debe abarcar los siguientes criterios :
Medible. Una meta debe ser verificable, es decir, es necesario definir algún
indicador que senale si la meta fue lograda o nó. Si no lo determino, nunca voy
a saber dónde estoy realmente parado, si involucré los recursos suficientes y el
método correcto para realizarla. La no-definición se practica a menudo por
temor al fracaso y a la frustración pero no es nada más que un autoengano,
puesto que internamente sabemos igual si logramos o no lo deseado.

Alcanzable. Una meta debe ser factible, es decir, encontrarse realmente


dentro de lo objetivamente posible. Es un criterio que debe plantearse desde
el inicio debido a que decide sobre la continuación o la revisión de la meta. Es
decir, no hay que buscar un indicador, si es imposible curzar el Atlántico
nadando.

Realista. Una meta debe orientarse en las condiciones y circunstancias


dadas, tanto personales como materiales. Una meta puede ser muy bien
alcanzable sin que yo tenga necesariamente los medios, capacidades o modos
disponibles para lograrlo.

Específico. Una meta debe ser lo más concreta en cuanto a su contenido


para no dejar demasiados márgenes de interpretación. Una meta está clara y
específica cuando también terceros estarían en condiciones de buscar su
realización sin grandes explicaciones adicionales.

Acotado. Una meta debe ser definida en el tiempo, o sea, tener determinado
hasta cuándo voy a tener que haberla logrado. Este criterio es parecido a lo
‘medible’ ya que nos dimensiona la meta y la hace verificable. Según el plazo
que doy a la realización, tendrá que planificar mis actividades y mis recursos.
El criterio marca en cierta manera la importancia que le damos al logro de la
meta.

Por supuesto, aún la aplicación de estos cinco criterios (MAREA) no garantizan


automáticamente la realización de la meta. En la marcha pueden cambiar
condiciones, integrarse informaciones nuevas o te das simplemente cuenta que
el plazo calculado o el indicador elegido no eran lo más adecuado. El
seguimiento de la realización y puntuales revisiones de lo definido pueden
surgir y son dentro del manejo de una meta elementos naturalmente
incorporados.

El uso de la MAREA ahorra tiempo en aaciones mal pensadas, ahorra también


el uso de recursos, y por ultimo disminuye considerablemente el riesgo.

Aplícala.

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