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1.

- El presente juicio se inició por la demanda intentada por el abogado Leopoldo Palacios
solicitando la nulidad del contrato de compra-venta celebrado entre los herederos de Pedro
Ramón Díaz y el Centro Médico La Candelaria de Cúa, C.A., mediante el cual aquélla dio en
venta a éste un lote de terreno de su propiedad, el cual contrato quedó inscrito por ante la Oficina
Subalterna de Registro de los Municipios Urdaneta y Cristóbal Rojas del Estado Miranda el día
11 de Abril de 2003, bajo el No. 23, folios 189 al 197, Protocolo 1, Tomo 3, inmueble éste que
está debidamente deslindado en las Actas Procesales. La acción se fundamentó con en el artículo
1.483 del Código Civil, que consagra el principio de la anulabilidad de la venta de la cosa ajena.
En efecto, el actor se dice propietario del 20% del referido inmueble, cuyos derechos de
propiedad le fueron cedidos por los sucesores de Pedro Ramón Díaz, para cancelarle el monto
de sus honorarios profesionales causados con motivo del juicio de reivindicación de dicho lote de
terreno que éstos le había confiado, el cual, para el 21 de Mayo de 1982, estaba en posesión de
Samoglou Samoglou Charalembo y Alexandro Panayotidis, por compra que hicieran a Joao
Carlos De Freitas Silva y a Félix Ubaldo Rondón, casados, respectivamente, con Rosana
Ramona y Celis Dolores Díaz Piñango, ambas integrantes de la Sucesión mencionada, juicio
que fue resuelto favorablemente para los actores por sentencia del Juzgado Primero Accidental
Tercero de Primera Instancia en lo Civil y Mercantil de la Circunscripción Judicial del Distrito
Federal y Estado Miranda de fecha 13 de febrero de 1990, la cual, una vez declarada
definitivamente firme y mandada a ejecutar por Auto del 18 de junio de 1990, se protocolizó por
ante la Oficina Subalterna de Registro Público mencionada el 2 de Mayo de 1991, bajo el No. 40,
Protocolo Primero, Tomo II.
Los derechos de propiedad que reclama el actor lo fundamenta en los artículos 6 y 7 del
Documento Constitutivo de la C.A. Sucesores de Pedro Ramón Díaz, que constituyó
conjuntamente con los herederos de éste el 15 de Abril de 1996, a saber: María Cristina
Piñango, viuda del causante, y titular de la Cédula de Identidad No. 2.583.529; Pedro Antonio
Díaz Quendo, titular de la Cédula de Identidad No. 48.750; Petra María Díaz Quendo, titular
de la Cédula de Identidad No.3.983.221; Carlina Díaz Quendo, titular de la Cédula de Identidad
No. 2.967.634; Elia Díaz Piñango de León, titular de la Cédula de Identidad No.2.121.033;
Rosa Díaz Piñango, titular de la Cédula de Identidad No.3.234.388; Carmen Díaz Piñango de
Ríos, titular de la Cédula de Identidad No. 3.234.386; Josefina Díaz Piñango de Abreu, titular
de la Cédula de Identidad No. 1.292.917; Jorge Alberto Díaz Piñango, titular de la Cédula de
Identidad No. 3.802.182; Celis Dolores Díaz Piñango, titular de la Cédula de Identidad
No.2.586.818; y, los Sucesores de Bartolomé Díaz Piñango, s saber: su viuda, Florencia
Antonia Bonilla de Díaz; titular de la Cédula de Identidad No. 3.632.806; Pedro José Díaz
Bonilla, titular de la Cédula de Identidad No. 3.799.540; Carlos Díaz Bonilla, titular de la
Cédula de Identidad No. 3.633.044; María C. Díaz Bonilla; Pedro Ramón Díaz Bonilla, titular
de la Cédula de Identidad No. 5.401.374; Leli Josefina Díaz Bonilla; Martín Díaz Bonilla,
titular de la Cédula de Identidad No. 5.403.178; Ursula Josefina Díaz Bonilla; y, Lito Díaz
Bonilla, titular de la Cédula de Identidad No. 6.410.560, documento éste que quedó autenticado
por ante la Notaría Pública Décima Novena de Caracas el 8 de Mayo de 1996, bajo el No. 36,
Tomo 35 de los Libros de Autenticaciones, por lo que respecta a las firmas de María Cristina
Piñango, viuda de Diaz; Pedro Antonio Díaz Quendo; Elia Díaz Piñango de León; Josefina
Díaz de Abreu; Celis Dolores Díaz Piñango; Pedro José Díaz Quendo; Ursula Josefina Díaz
Bonilla; Lito Díaz Bonilla y Leopoldo Palacios. Los demás socios de la Compañía firmaron, en
la misma fecha, el referido contrato de sociedad en documento privado. La co-heredera Francy
Díaz Piñango, no lo firmó.
2.- El 6 de Mayo de 2004, el abogado Miguel Martínez Saturno, en su carácter de apoderado
del actor, mediante Diligencia, consignó escrito de reforma de la demanda referida supra,
admitida el día 10 de Mayo de 2004, oportunidad en la cual se ordenó el emplazamiento de los
sucesores de Pedro Ramón Díaz, en la persona de la co-heredera-apoderada Francy Senaida
Díaz Piñango y el Centro Médico La Candelaria de Cúa, C.A., en la cabeza de su Presidente,
José Concepción Martínez Ortega, ambos identificados en autos.
3.- El 18 de Mayo de 2004, se expidieron las correspondientes Boletas de citación.
4.- El 17 de Agosto de 2004, el abogado Miguel Martínez Saturno, en su carácter de autos y
mediante Diligencia consignada al efecto, solicitó que se citaran a los demandados mediante
Carteles, en razón de que para esa fecha habían resultado infructuosas las gestiones del Alguacil
para su citación personal.
5.- El 19 de Agosto de 2004, el Tribunal proveyó al efecto y en tal sentido, ordenó librar el
respectivo Cartel.
6.- El 20 de Agosto de 2004, el abogado Miguel Martínez Saturno, en su carácter de autos,
recibió el referido Cartel de citación.
7.- En esa misma fecha, el Alguacil del Tribunal deja constancia de haber fijado el Cartel referido
en la Cartelera del Tribunal.
8.- El 29 de Septiembre de 2004, el abogado Miguel Martínez Saturno, mediante Diligencia,
consigna los periódicos que contienen la citación ordenada por este Tribunal.
9.- El 5 de Octubre de 2004, la abogada Yajaira J. León G., mediante Diligencia, consigna el
Poder que le fuera otorgado por el Centro Médico La Candelaria de Cúa, C.A., el cual fue
agregado a los autos.
10.- El 7 de Octubre de 2004, el abogado Wuilmer J. León, mediante Diligencia, consignó el
poder que le otorgó Francy S. Díaz P., el cual fue agregado a los autos.
11.- El 18 de Octubre de 2004, el Secretario del Tribunal, mediante Diligencia, consignó en el
expediente el Cartel de Notificación, sin practicar.
12.- El 12 de Noviembre de 2004 y mediante Escrito presentado al efecto, el abogado Wuilmer
J. León G., en representación de la co-demandada Francy Senaida Díaz Piñango, opuso las
cuestiones previas siguientes: la del ordinal 4° del artículo 346 del Código de Procedimiento
Civil, por no haberse llenado en el libelo los extremos señalados en el ordinal 2° del artículo 340
ejusdem; la del ordinal 6°, por no haberse llenado los requisitos indicados en el articulo 340 del
mismo Código, en concordancia con el ordinal 8 del artículo 19 y 25, 212, 215, 219 y 221 del
Código de Comercio. También opuso la contenida en el referido ordinal 6°, por no haberse
cumplido en el libelo lo establecido en el ordinal 4° del artículo 340 del Código de Procedimiento
Civil; y, por último, la contemplada en el ordinal 8°, referida a la existencia de una cuestión
prejudicial que debe resolverse en un proceso distinto, en razón de que el actor intentó el 6 de
Febrero de 2002, una demanda mero-declarativa contra Elia Díaz de León, integrante de la
Sucesión demandada, la cual cursó por ante el Juzgado Segundo de Primera Instancia en lo Civil,
Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del Estado Miranda, con sede en los
Teques, bajo el No. 12.183.
13.- El mismo día, la abogada Yajaira J. León G., en representación del co-demandado Centro
Médico La Candelaria de Cúa, C.A., presentó escrito oponiendo las siguientes cuestiones
previas: las del ordinal 6° del artículo 346 del Código de Procedimiento Civil, por no haberse
cumplido en la demanda los requisitos indicados en los ordinales 2° y 3° del artículo 340
ejusdem; la prevista en el mismo ordinal 6°, por no haberse llenado los extremos del ordinal 6°
del artículo 349, en concordancia con el ordinal 8° del artículo 19 del Código de Comercio y el
25, 212, 215, 219 y 221 ejusdem.
14.- El día 25 de Noviembre de 2004, el abogado Miguel Martínez Saturno, en su carácter de
autos, mediante Diligencia, consignó sendos Escritos contestando las cuestiones previas opuestas.
15.- El día 1° de Diciembre de 2004, el abogado Wuilmer León, en su carácter de autos,
consignó escrito de promoción de pruebas, de acuerdo con el artículo 352 del Código de
Procedimiento Civil, en cuyo Aparte Primero consignó el documento, debidamente autenticado,
mediante el cual Francy Senaida Díaz Piñango renunció al poder general y de disposición que
le habían conferido sus co-herederos.
16.- El 26 de Enero de 2005, el Tribunal ordenó abrir una Segunda Pieza del presente expediente,
en razón de que ésta ya constaba de 239 folios útiles.
17.- En la misma fecha se abrió la Segunda Pieza de este expediente.
18.- Ese mismo día el Tribunal dictó sentencia sobre las cuestiones previas opuestas por los
demandados. Al efecto, declaró Sin lugar las opuestas por el representante de la Sucesión co-
demandada, previstas en los ordinales 4°, 5° y 6° del artículo 346 del Código de Procedimiento
Civil; y, con lugar, la del ordinal 8°; Sin Lugar, las opuestas por el Centro Médico La
Candelaria de Cúa, C.A. referidas en los ordinales 5° y 6° del artículo 346 del Código de
Procedimiento Civil. En razón de haberse dictado dicha sentencia fuera de lapso procesal
respectivo, se ordenó notificar a las partes.
19.- El día siguiente y en razón de no haberse notificado de la sentencia a los interesados, se
ordenó expedir las Boletas respectivas, lo cual se cumplió en la misma fecha.
20.- El 8 de Marzo de 2005, el Abogado Miguel Martínez Saturno se dio por notificado.
21.- El día 29 siguiente, el Alguacil del Tribunal consignó la respectiva Boleta de Notificación a
la Sucesión de Pedro Ramón Díaz.
22.- En esa misma fecha, el Alguacil del Tribunal consignó la Boleta de Notificación al co-
demandado Centro Médico La Candelaria de Cúa, C.A.
23.- El día siguiente, la abogada Yajaira León G., en su carácter de representante del Centro
Médico La Candelaria de Cúa, apeló de la sentencia referida supra.
24.- En la misma fecha, el abogado Wuilmer León, en su carácter de autos, apeló también de
dicha sentencia.
25.- A los folios 23 y 24 de la Segunda Pieza corre un escrito a mano consignado por el abogado
Wuilmer J. León G. en cuyo Aparte 3 solicita aclaratoria de la sentencia interlocutoria proferida
por este Tribunal en la fecha indicada supra, en razón de que “la ciudadana Francy Senaida
Díaz Piñango”, renunció “al poder que le confiere el carácter de representante” de la Sucesión
demandada.
26.- El 1° de Abril de 2005, el abogado Miguel Martínez Saturno, apeló, igualmente, de la
sentencia interlocutoria, señalada supra, sólo por lo que respecta a la declaratoria con lugar de la
cuestión previa prevista en el ordinal 8° del articulo 346 del Código de Procedimiento Civil, ya
que “en este caso se trata de una acción mero-declarativa que no colide ni invalida el presente
juicio principal por nulidad de venta. No es una cuestión prejudicial que deba resolverse previo a
este juicio”.
27.- El día 5 siguiente y mediante Diligencia consignada al efecto, la representante judicial del
Centro Médico La Candelaria de Cúa, C.A., ratificó su apelación anterior y consignó, también,
en 6 folios útiles, el escrito que contiene su contestación al fondo de la demanda. En tal
oportunidad, y como punto previo, desconoció las copias simples que rielan a los folios 39 al 52
que contienen el contrato de sociedad entre el actor y los herederos del causante; en el Aparte
Primero de su escrito negó, rechazó y contradijo y las pretensiones del actor; en el Segundo,
afirma que “no está claro qué demanda, a quién demanda, y la causa de la demanda, y cual es
efecto (sic) o que solicita o requiere de la demanda”; en el Tercero, negó, rechazó y contradijo la
demanda interpuesta, ya que si bien su representado suscribió el documento de compra-venta
efectuada con la Sucesión de Pedro Ramón Díaz, “verificó mediante la declaración sucesoral y
la Certificación de Gravamen, quien o quienes eran realmente los propietarios y quien tenia
libertad de disponer de dicho lote de terreno, para suscribir dicho contrato. Del mismo modo
considera inexistente la constitución de la compañía Sucesores de Pedro Ramón Díaz y en tal
sentido, desconoce en su contenido y firma el documento de su constitución, ya que “en ningún
momento la Funcionario Público, manifiesta que dicho documento fue debidamente autenticado”.
También afirma que la mencionada compañía no cumplió con los requisitos previstos en los
artículos 19, 25 y 219 del Código de Comercio. En el Aparte Cuarto afirma que el actor “pretende
demandar la nulidad de la venta o esta demandar si el pago de una comisión del 20% sobre la
venta de un inmueble o finalmente el reconocimiento de un supuesto derecho que no tiene, lo que
conlleva una gran confusión y queda un estado de indefensión para mi representada”; y, en el
Aparte Sexto, rechaza y contradice la acción propuesta ya que con ella “solo (el actor) pretende
causarle daño a los miembros de la Sucesión Pedro Díaz, y atenta contra el derecho que procede
mi representada de poseer y disfrutar el bien que legalmente compró, …”
28.- El mismo día, el abogado Wuilmer J. León G., en su carácter de apoderado judicial de
Francy S. Díaz P., también ratifica su apelación y la solicitud de la aclaratoria de la sentencia
interlocutoria recaída en el presente procedimiento; y, además, consigna en 11 folios Escrito que
contiene su contestación al fondo de la demanda, en cuyo Aparte 7, señala: “hago del
conocimiento de esta ciudadana Juez que en el procedimiento de la acción mero-declarativa
intentada con (sic) la ciudadana Elia Díaz, ya identificada, cuando al ciudadano Leopoldo
Palacios le fue solicitada fianza necesaria para poder dictar las medidas solicitadas, nunca
la dió y desde entonces dicho juicio quedó abandonado,…” (Resaltados del Tribunal) con lo
cual se habría operado la perención de instancia, prevista en el articulo 267 del Código de
Procedimiento Civil. En el Escrito de contestación al fondo, y como punto previo, igual que lo
hace la representante del co-demandado, desconoce las copias que rielan a los folios 39 al 52 de
la constitución de la compañía mencionada supra. En el Aparte Primero rechaza y contradice las
pretensiones del actor, ya que su demanda “es ambigua y temeraria, solo que pretende de
cualquier modo que se le reconozca derecho que no posee”; en el Aparte Segundo, también
rechaza y contradice la acción propuesta, ya que “no está claro qué demanda, a quién demanda,
causa de la demanda y solicitud o requerimiento de la demanda”; además que se le atribuye a su
mandante “ una representación que no posee como es representante legal o supuesta apoderada de
la Sucesión de Pedro Díaz, (…)”; en el Aparte Tercero, igualmente rechaza, la acción propuesta,
ya que el actor “no presenta documentación alguna donde se evidencia la supuesta titularidad de
propiedad que el pretende tener y reclamar, ya que trata de basar sus alegatos en un documento
inconcluso, que realmente ilegalmente nunca fue otorgado por sus firmantes, y mucho menos se
constituyó sociedad mercantil alguna, de donde se pueda hablar de socio o accionista y en
consecuencia que se pueda decir que existe un aporte traslado de propiedad a la compañía
fantasma de un terreno propiedad de la Sucesión (cuestión ésta que nunca se ha materializado)”.
Además, afirma que desconoce en su contenido y firma el contrato de sociedad mediante el cual
se constituyó la compañía se Sucesores Pedro Ramón Díaz. También, igual como lo afirma el
co-demandado, tal compañía no existe por cuanto no se cumplieron los extremos de los 19, 25 y
219 del Código de Comercio.
Por último, señala que “En un caso que la ciudadana Juez considere lo el (sic) supuesto
documento Constitución de Compañía existente (sic) traigo a colación lo estipulado en dicho
documento en el Parágrafo Tercero el cual textualmente dice: ‘Parágrafo Tercero. Los socios
convienen el hacer el traspaso a la compañía del terreno mencionado, dentro de los seis meses
siguientes al registro de presente documento”. En el Aparte Cuarto, rechaza y contradice la
acción intentada, “ya que la misma tiene el ánimo de aterrorizar a mi demandada, …”ya que la
misma no llena los extremos del ordinal 4° del artículo 340 del Código de Procedimiento Civil;
en el Aparte Quinto, rechaza, niega y contradice la acción propuesta ya que “(…) desde el día 6
de febrero de 2002 (el actor) tiene también incoado contra una de las herederas de la Sucesión
ciudadana Elia Díaz de León, titular de la Cédula de Identidad No. V-2.121.033, una acción
mero declarativa por ante el Juzgado Segundo de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y del
Tránsito de la Circunscripción Judicial del Estado Miranda sede Los Teques, signado con el
Expediente No. 12.183,…”, a lo cual se refiere, también en el Aparte Séptimo, en cual señala
“(…) desde entonces dicho juicio quedó abandonado” (Resaltando por el Tribunal). Por
último, en el Aparte Sexto rechaza y contradice dicha acción, ya que al actor “no se le adeude
(sic) dinero alguno por concepto por pago de comisión por venta de terreno propiedad de la
Sucesión, honorarios profesionales o por cualquier otro concepto, ya que en su debido momento
le fueron cancelados los honorarios profesionales por su gestión. Acción ésta si es la pretendida
por el ciudadano Leopoldo Palacios, está prescrita”.
29.- El día 6, inmediato, el Tribunal oyó a un solo efecto las apelaciones formuladas por los
representantes de las partes contra la interlocutoria que resolvió las cuestiones previas opuestas
por los demandados.
30.- El 15 de abril de 2005, el Tribunal rectificó el error en que incurrió al no mencionar las
copias certificadas que debían acompañarse a las apelaciones.
31.- El día 20 siguiente, el propio actor, en escrito presentado al efecto, se refirió a las
apelaciones formuladas contra la sentencia interlocutoria referida supra, en el cual, entre otros
razonamientos, señala que las cuestiones previas a que se refieren los ordinales 2°, 3° 4°, 5°, 6°,
7° y 8° del articulo 346, no tienen apelación, a tenor del artículo 357 del mismo Código, razón
por la cual solicita se le declaren improcedentes.
32.- Ese mismo día, el mismo actor Leopoldo Palacios, solicitó que el Tribunal fijara la garantía
que debe prestar a los fines de que se decrete la medida de prohibición de enajenar y gravar
solicitada en la presente demanda.
33.- El mismo día 20, el actor confirió poder especial a las abogadas Gloria Zambrano Vera,
Jonny Álvarez y Ninoska González, dejando subsistente el conferido a los abogados que lo han
venido representando en el presente juicio.
34.- El día siguiente, los abogados Wuilmer J. León G. y Yajaira León, en sus respectivos en
su caracteres de autos, consignaron sendos Escritos de promoción de pruebas.
35.- El día 27 de abril, siguiente, en actor consignó escrito de promoción de pruebas.
36.- El mismo 27, el Tribunal revocó por contrario imperio su auto de fecha 6, mediante el cual
había oído las apelaciones interpuestas contra su sentencia interlocutoria.
37.- Ese mismo día, la abogada Yajaira J. León, en su carácter de autos, solicita del Tribunal
que se pronuncie sobre su solicitud de aclaratoria, de fecha 30 de marzo anterior. También apeló
del auto de esta misma fecha.
38.- El día 2 de Mayo, siguiente, el abogado Wuilmer J. León G., en su carácter de autos,
consignó en 2 folios útiles un Escrito de Promoción de Pruebas.
39.- El 4 de mayo, el Tribunal negó la apelación formulada por la abogada Yajaira S. León
contra el auto de este Tribunal de fecha 27 de abril, en razón de que el mismo es de mera
sustanciación y en consecuencia, no susceptible de apelación.
40.- El mismo día el Tribunal ordenó agregar a los autos los Escritos de Promoción de Pruebas
presentados por las partes.
41.- El día 10 de Mayo, el Tribunal aclara su decisión sobre las cuestiones previas propuestas por
los demandados. En cuanto al poder otorgado a Francy Senaida Díaz Piñango por sus co-
herederos, y su renuncia a éste, señaló: “La parte demandada ciudadana Francy Senaida Díaz
Piñango, posteriormente alega haber renunciado al poder que le fuera otorgado por los herederos
de Pedro Ramón Díaz, según documento autenticado en fecha 26 de mayo del 2004, por ante la
Notaría Pública Décima Cuarta del Municipio Libertador del Distrito Capital, observándose en
los autos que dicha renuncia fue presentada, en fecha posterior a la admisión de la presente
demanda”.
42.- El 13 de mayo de 2005, el Tribunal se pronunció sobre la admisión de las pruebas
promovidas por las partes. En cuanto a las del Centro Médico La Candelaria de Cúa, consideró
“que el Escrito de pruebas presentado no constituye un escrito de pruebas, en razón por lo cual
(sic) no se puede pronunciarse (sic) sobre la admisión”; de las promovidas por Francy Senaida
Díaz Piñango, resolvió: en cuanto a la renuncia de ésta al poder que la acreditaba como
representante de sus co-herederos, el Tribunal la niega, “por impertinente, por cuanto la prueba
solicitada no es idónea para demostrar tales hechos”; en lo referente al documento de
“constitución de la compañía Sucesión Pedro Ramón Díaz, donde se desprende evidencia que
no firmaron la totalidad de los herederos, este Tribunal expone: “Por cuanto el promovente no
indicó el objeto para el cual promueve las pruebas, de conformidad con la sentencia de fecha 11
de Julio de 2003 (TSJ Sala Constitucional, Puerto Sucre, S.A), en amparo en la cual ratifica el
criterio de la Sala Civil y que el promovente debe indicar el objeto o hechos que pretende probar
a los fines de garantizar el debido proceso y el derecho a la defensa contemplados en los artículos
49 y 29 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, este Tribunal niega dicha
prueba con fundamente en lo antes expuesto”; por lo que se refiere al particular “Relacionado con
el documento de constitución de la compañía por cuanto se observa que las pruebas en los
mismos contenidos no son manifiestamente ilegales ni impertinentes las admite en cuanto ha
lugar en derecho, salvo su apreciación o no en la definitiva”. En cuanto a las pruebas contenidas
en los apartes “Sexto y Quinto que debió ser Séptimo: este Tribunal expone: Por cuanto el
promovente no indicó en ninguno de los capítulos el objeto para el cual promueve las pruebas, de
conformidad con la sentencia de fecha 11 de julio de 2003 …(omissis)… este Tribunal niega la
prueba con fundamento a lo expuesto”; “aparte 7 (que debió ser 8”) referidas a las declaraciones
sucesorales allí señaladas, el Tribunal “las admite en cuanto ha lugar en derecho, salvo su
apreciación o no en la definitiva, (…)”. En cuanto al particular 10, referidas al documento de
venta, “donde se desprende quienes eran los únicos herederos, por cuanto se observa que las
pruebas en los mismos contenidos no son manifiestamente ilegales ni impertinentes las admite
cuanto ha lugar en derecho, salvo su apreciación en la definitiva”. En lo referente a la promoción
de las pruebas presentadas por el Leopoldo Palacios, “como invocación al mérito favorable de los
autos: se observa que las pruebas en las mismas contenidas no son manifiestamente ilegales ni
impertinentes se admite por cuanto ha lugar en derecho, salvo su apreciación o no en la
definitiva, aun cuando no señala el objeto por el cual ha sido promovida la prueba, (…)”. En
cuanto a las testimoniales, por no haberse indicado el objeto de su promoción, el Tribunal las
niega. También niega la promoción de pruebas propuesta en los particulares 4°, 5°, 6°, 7°, 8°, 9°
y 10° por las razones señaladas por la Sala de Casación Civil. También negó las otras
testimoniales promovidas por no haberse indicado su objeto, también de conformidad con la
sentencia del Tribunal Supremo de Justicia, tantas veces citado. Por lo que respecta a las pruebas
documentales promovidas por Francy Senaida Díaz Piñango, contenidas en los anexos 1, 2, 3,
4, 5, 6, 7, y 8, el Tribunal las niega por impertinentes.
43.- El 17 de Mayo de 2005, la abogada Yajaira León en representación de la co-demandada
Francy Senaida Díaz Piñango, apeló del Auto del 10 de Mayo, anterior; y, también apeló del
Auto de fecha 13 de Mayo anterior, referido a la renuncia que su representada había hecho del
poder que le habían otorgado sus co-herederos.
44.- El 23 de Mayo de 2005, el abogado Miguel Martínez Saturno, en su carácter de autos,
solicitó el avocamiento del nuevo Juez, y la vez apeló del auto de admisión de pruebas de fecha
13 de Mayo, anterior.
45.- El 24 de mayo de 2005, el Juez especial designado, se avocó al conocimiento de la presente
causa.
46.- El día 26, siguiente, el Tribunal oyó, a un solo efecto, la apelación interpuesta por la
representante de Francy Díaz Piñango. También oyó, a un solo efecto, la apelación formulada
por Miguel Martínez Saturno.
47.- El mismo día, el Tribunal declaró inadmisible la apelación propuesta por la representante de
Francy Díaz Piñango contra el Auto de este Tribunal de fecha 26 de Enero de 2005.
48.- El 20 de Junio de 2005, la Dra. Aizkel Orsi, tomó nuevamente posesión del cargo de Juez
de este Tribunal y se avocó al conocimiento de esta causa.
49.- El 7 de Julio de 2007, la abogada de Francy Díaz Piñango, en atención a lo dispuesto en el
auto del 26 de Mayo próximo pasado, señaló las copias certificadas que deben remitirse al
Tribunal Superior y se ordenó, el día 11, expedir por Secretaria las dichas copias certificadas.
50.- El día 19 de Julio de 2005, el abogado Miguel Martínez Díaz Saturno, en su carácter de
Autos, solicitó cómputo del lapso transcurrido para la evacuación de pruebas, lo cual fue negado
el día 27 siguiente.
51.- El 27 de Julio de 2005, el Tribunal ordenó la corrección de la foliatura de este expediente a
partir del folio 62.
52.- El 19 de Septiembre de 2005, el Dr. Miguel Martínez Saturno, en su carácter de Autos,
consignó el respectivo Escrito de Informes.
53.- El 20 de septiembre de 2005, la abogada de los demandados solicita que se envíen los oficios
señalados en el Auto de admisión de pruebas, lo cual fue acordado el día 22.
54.- El 13 de octubre de 2005, el Tribunal acuerda que se libre un nuevo oficio al Registro
Subalterno de los Municipios Rafael Urdaneta y Cristóbal Rojas del estado Miranda, en razón del
error cometido en el anterior.
55.- El 25 de octubre de 2005, el Tribunal ordena agregar a los Autos el oficio recibido del
Registrador citado supra.
56.- El 1° de Noviembre de 2005, el Tribunal ordena abrir una Tercera Pieza, por cuanto ésta, la
Segunda, ya consta de 216 folios útiles, lo cual se cumplió en la misma fecha.
57.- El 1° de Noviembre de 2005, el Tribunal ordena agregar a los Autos el oficio No. 248-05 de
fecha 20 de octubre de 2005, enviado por el Registro Subalterno, referido supra.
58.- El 23 de Enero de 2006, la abogada Yajaira León, en su carácter de Autos, solicita copia
certificada de los folios 180, 181 de la Segunda Pieza y el folio 2, 3, 4, 5, y 6 de la Tercera Píeza,
lo cual fue acordado el día 26, siguiente.
59.- El 3 de febrero de 2006, el Tribunal, a fin de dar cumplimiento a lo acordado en su Auto del
26 de Enero de 2006, ordena que los fotostatos respectivos se agreguen al expediente.
60.- El 23 de Marzo de 2006, la abogada Yajaira León solicita copia certificada de varios
documentos que cursan en autos, “con el fin de promoverlas como pruebas en otro juicio”, lo cual
se le acuerda el día 28, siguiente, y se cumple el 10 de abril.
61.- El 3 de Abril de 2006, la abogada Yajaira León consigna copias fotostáticas para que sean
certificadas.
62.- El 12 de Junio de 2006, la abogada Yajaira León solicita que, previa certificación en Autos,
se le devuelva el original del poder que le otorgó el Centro Médico La Candelaria de Cúa,
C.A. El 14 de Junio de 2006, el Tribunal provee de conformidad con lo solicitado y el 23-1-2007,
diarizado bajo el N° 28, se deja constancia de haber cumplido lo ordenado.
63.- El 16 de Junio de 2006, la abogada Yajaira León, en vista del Escrito del 14 de Junio de
2006, consigna las copias requeridas; y el Tribunal ordena el cumplimiento de su Auto de fecha
14 de Junio anterior.
64.- El 26 de Febrero de 2007, el abogado Miguel Martínez Saturno, en su carácter de Autos,
solicita del Tribunal que fije fecha para dictar sentencia.
65.- El 9 de Abril de 2007 el Tribunal, en uso del principio establecido en el artículo 14 del
Código de Procedimiento Civil, en concordancia con el 257 ejusdem, excita o llama a las partes
a la conciliación y fija el quinto día de Despacho siguiente, después de haberse practicado su
notificación, a las 11:00 de la mañana, para que tenga lugar el respectivo acto y se ordena librar
las Boletas, lo cual se cumplió en la misma fecha.
66.- El 10 de Junio de 2008, la abogada Yajaira León, mediante Diligencia, declara que renuncia
al poder que le había otorgado el Centro Médico La Candelaria de Cúa, C.A., para que lo
representara en este juicio.
67.- El 7 de Enero de 2009, la Abogada Yajaira León, mediante Diligencia, consigna el
documento, debidamente autenticado, mediante el cual ella y su hermano Wuilmer José León
González renuncian al poder, referido supra.
68.- El 20 de Enero de 2009, el abogado Miguel Martínez Saturno, en su carácter de Autos,
solicita la comparecencia de las partes para buscar un arreglo amistoso en el presente juicio.
69.- El 27 de Enero de 2009, el Tribunal, en uso de las atribuciones conferidas en el artículo 14
del Código de Procedimiento Civil, en concordancia con lo establecido con el 257 ejusdem, fija
el quinto día de Despacho, una vez notificada las partes, a las 11:00 de la mañana, para que tenga
lugar el acto conciliatorio y se ordena librar las Boletas respectivas, lo cual se cumplió en la
misma fecha.
70.- El 16 de Julio de 2009, el abogado Miguel Martínez Saturno, en su carácter de Autos,
solicita del nuevo Juez, que se avoque al conocimiento de la presente causa.
71.- El 27 de Julio de 2009, la Juez Provisoria se avoca al conocimiento de esta causa y ordena
notificarlo a las partes, a los fines procesales correspondientes. En la misma fecha, se dio
cumplimiento a lo ordenado.
72.- El 4 de Agoto de 2009, el Alguacil consignó copia de la Boleta de Notificación a la Sucesión
de Pedro Ramón Díaz, la cual corre en Autos.
73.- El 4 de Agosto de 2009, el Alguacil del Tribunal consignó copia de la Boleta de Notificación
al Centro Médico La Candelaria de Cúa, C.A.
74.- El 17 de Septiembre de 2009, el abogado Miguel Martínez, mediante Diligencia, solicitó
del Tribunal que convocara a las partes a fin de lograr un arreglo amistoso.
75.- El 24 de Septiembre de 2009, el Tribunal dijo Vistos y declaró la causa en etapa para dictar
sentencia.
76.- El 1° de Octubre de 2009, el Tribunal fijó el tercer día de Despacho después de notificadas
las partes para que a las 11:00 de la mañana tenga lugar el Acto reconciliatorio. Del mismo modo
y una vez transcurrido el lapso de trece días de Despacho siguientes al presente Auto, dicha causa
se reanudara en el estado en que se encuentra. También se ordenó notificar a las partes, para lo
cual se libraron las respectivas Boletas.
77.- El día 16 de octubre de 2009, el Alguacil consignó copia de la Boleta de Notificación a la
Sucesión de Pedro Ramón Díaz.
78.- El día 21 de Octubre de 2009, el Alguacil consignó la Boleta de Notificación al Centro
Médico la Candelaria de Cúa, C.A.
79.- El día 27 de octubre de 2009, el Tribunal declara desierto el Acto conciliatorio fijado para
dicha fecha, en razón de que las partes no concurrieron al mismo.

De la Parte Motiva
Sección Primera
De las cuestiones previas opuestas
1.- Las cuestiones previas, previstas en el artículo 346 del Código de Procedimiento Civil, tienen
por objeto deslastrar de errores, vicios u omisiones que pueda adolecer el libelo de la demanda, a
fin de evitar reposición de la causa o su nulidad, según la gravedad de la falta denunciada.
2.- En el caso sub judice, la parte demandada opuso las consagradas en los ordinales 4°, 5°, 6° y
8°, resueltas mediante sentencia interlocutoria de fecha 27 de Enero de 2005, así: las
correspondientes a los ordinales 4°, 5° y 6° fueron declaradas Sin Lugar y la del ordinal 8°, Con
Lugar.
3.- De acuerdo con el artículo 355 ejusdem, una vez declarada Con Lugar, la contemplada en el
ordinal 8°, deberá continuarse el proceso hasta llegar al estado de dictar Sentencia, oportunidad
en la cual se suspenderá su curso hasta que el plazo o la condición pendientes se cumpla o se
resuelva la cuestión prejudicial que deba influir en su decisión.
4.- Antes de considerar su paralización o entrar a decidir el fondo de esta causa, el juzgador de
esta Instancia ha considerado prudente establecer las diferencias que existen entre la naturaleza y
consecuencias de la acción mero-declarativa con las de condena y constitutiva. Mediante la
primera, sólo se persigue una declaración de certeza por parte del Juez, ante quien el actor
plantea sus dudas sobre la pertinencia del asunto que le preocupa, referido a unos de estos tres
objetos, a saber: la existencia o inexistencia de un derecho o de una relación jurídica, a tenor del
artículo 16 del Código de Procedimiento Civil; o, de una situación jurídica y de su sentido y
alcance, de acuerdo con la jurisprudencia de la Sala de Casación Civil del Tribunal Supremo de
Justicia. De allí que, siendo como es, la Sentencia que recaiga sobre el punto solicitado, por su
naturaleza, una declaración de certeza –a pesar de tramitarse por la vía del juicio ordinario-, no es
susceptible de ejecución en los términos del Capítulo I, Título IV del Libro II del Código de
Procedimiento Civil, a diferencia de las dictadas en las otras acciones.
5.- Por ello, ante la imposibilidad de ejecutar la Sentencia mero-declarativa, este Juzgador,
penetrado de graves dudas de si lo sentenciado a través de esta acción podría considerarse como
una cuestión pasada en autoridad de cosa juzgada, y oponerse a alguien interesado sobre el
mismo asunto o materia sobre el cual versó la acción mero-declarativa, se permite hacer una
reflexión al respeto. En efecto, el hecho de que a un demandante le fuera negado el
reconocimiento de un derecho, de una relación jurídica o de una situación jurídica, mediante una
sentencia mero-declarativa, no le impide, procesalmente hablando, en concepto de quien aquí
sentencia, intentar la correspondiente demanda a través de una de las otras acciones señaladas.
Ciertamente lo decidido en la acción mero declarativa sólo tiene una presunción iuris tantum y
como tal, susceptible de ser contradicha y desechada con las pruebas que puedan aportarse en la
tramitación de la respectiva acción de condena o constitutiva, según el caso.
6.- El representante judicial de la co-demandada Francy Senaida Díaz Piñango, en su Escrito
del 12 de Arbil de 2004, que corre a los folios 169 y siguientes, de la Primera Pieza de este
Expediente, fundamenta su oposición de la cuestión previa del ordinal 8°, de la forma siguiente:
“En el presente caso se evidencia tanto en el libelo de la demanda que el actor en su afán de
lograr por algún medio o mejor dicho por cualquier medio, derechos sobre el terreno que era
propiedad de la Sucesión de Pedro Ramón Díaz, hoy de la Sociedad Mercantil Centro Médico
La Candelaria de Cúa, C.A.; desde el 6 de febrero de 2002, tiene incoada contra una de las
herederas de la Sucesión ciudadana Elia Díaz de León, titular de la Cédula de Identidad No. V-
2.121.033, una Acción Mero-Declarativa por ante el Juzgado Segundo de Primera Instancia en lo
Civil, Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción Judicial, sede Los Teques, signado con el
Expediente No. 12.183, con el propósito según su propio Petitorio de lo siguiente: Capítulo III.
Del Petitorio. 7.- Ante tal situación, y la negativa de la demandada y de su hermana Josefina
Díaz de Abreu en garantizarme con sus derechos sobre dicho terreno, la obligación contraída he
decidido demandar como en efecto lo hago, por la vía de la Acción Mero-Declarativa prevista en
el artículo 16 del Código de Procedimiento Civil, a la señora Elia Díaz de León de oficios del
hogar, venezolana, casada, (…) a fin de que convenga o así lo declare el Tribunal a su digno
cargo en lo siguiente: Segundo: Que la demandada convino en cancelarme por concepto de
honorarios profesionales, la cantidad equivalente al 20% del precio por el cual se vendiera dicho
lote de terreno. Tercero: Que hasta la fecha éste no se ha vendido y sigue siendo propiedad de la
mencionada Sucesión. Año 2000. Cuarto: Que como consecuencia de tal Contrato de Honorarios
celebrado entre las partes del inmueble descrito”.
7.- El actor, en su Escrito de contestación a las cuestiones previas referida supra, consignado por
Diligencia del 25 de noviembre de 2004 (folios 208 y ss), expuso: “Dicha Acción (Mero-
Declarativa), como lo prevé su propia naturaleza, se limita a obtener del Tribunal de la Causa una
simple declaración o mero reconocimiento sobre un determinado derecho, de una relación
jurídica o de una situación jurídica”, tal como lo prevé el articulo 16 del Código de
Procedimiento Civil y la Jurisprudencia de la Sala de Casación Civil del Tribunal Supremo de
Justicia; mientras que con la presente demanda, intentada con fundamento en el artículo 1.483 del
Código Civil, se pretende que aquél (el Tribunal) declare la nulidad de la venta, en razón de que
es propietario de una quinta parte del inmueble vendido y que, por lo tanto, no habiendo él
consentido vender sus derechos sobre dicho terreno, tal venta es nula de toda nulidad y así debe
declararlo el Tribunal de la Causa”.
8.- Por último, y en Escrito que contiene su contestación al fondo de la demanda, consignado
mediante Diligencia del 5 de Abril de 2005, el abogado Wuilmer J. León G., en su carácter de
apoderado judicial de Francy S. Díaz P., en cuyo nombre y representación opuso la cuestiones
previas referida supra (folios 33 y ss de la Segunda Pieza), expuso: “Séptimo: (…) hago del
conocimiento de esta Ciudadana Juez que en el procedimiento de la acción Mero-Declarativa,
intentada por la ciudadana Elia Díaz, ya identificada, cuando al ciudadano Leopoldo Palacios le
fue solicitada fianza necesaria para poder dictar las medidas solicitadas, nunca la dio y desde
entonces dicho juicio quedó abandonado (resaltado por el Tribunal), y posteriormente pretende
con esta nueva acción contra la Sucesión, que igualmente reconozca un derecho del cual carece”.
9.- A este juzgador, que debe conocer sobre el fondo de la acción propuesta, le asaltan graves
dudas sobre la idónea interpretación, sentido y alcance del artículo 355 del Código de
Procedimiento Civil, en cuanto a la suspensión del proceso hasta que el plazo o la condición
pendientes se cumplan o se resuelva. En efecto, el propio abogado Wuilmer J. León G. a
nombre de su representada, Francy Senaida Díaz Piñango, que opuso la cuestión previa prevista
en el ordinal 8° del artículo 346 ejusdem, al contestar el fondo de la demanda afirma que “dicho
juicio quedó abandonado”, lo que hace presumir a este Tribunal, en atención a la propia
confesión del interesado, a la cual se le atribuye plena prueba, de conformidad con el artículo
1.401 del Código Civil, que tal acción debe estar perimida, en los términos del artículo 267 del
Código procesal.
10.- En atención a las consideraciones precedentes, este Tribunal estima que la acción mero-
declarativa intentada por el actor contra Elia Díaz de León, por ante el Juzgado de Primera
Instancia en lo Civil, Mercantil y del Tránsito, con sede en Los Teques, que sirvió de fundamento
a la co-demandada Francy Díaz Piñango para oponer la cuestión previa del ordinal 8 del artículo
346 del Código de Procedimiento Civil, acogida por este mismo Tribunal, no es causa suficiente,
desde el punto de vista procesal, para suspender el curso del presente juicio en los términos del
artículo 355 ejusdem. Así se decide.

Sección Segunda
De la trabazón de la litis
11.- El actor, Leopoldo Palacios, ha demandado por ante este Tribunal, en atención a lo
dispuesto en el artículo 1.483 del Código Civil, la nulidad de la venta que hizo la Sucesión de
Pedro Ramón Díaz al Centro Médico La Candelaría de Cúa, C.A., identificados en Autos, de
un lote de terreno ubicado en la calle José María Carreño de la Población de Cúa, Municipio
Urdaneta del Estado Miranda y comprendido dentro de los siguientes linderos: Norte, con
terrenos que fueron de la Sucesión Jaén, ahora propiedad de la Sucesión Lope Díaz Milano; Sur,
con terrenos donde estuvo edificada una casa que fue de Magdalena Laya; Este, con terrenos
donde estuvo una casa de Trinidad Morantes de Delgado, ahora Calle El Matadero, y terreno y
casa que es o fue de Gonzalo Hernández Piñero; y, Oeste, que es su frente, con calle José María
Carreño, antes La Cruz Verde, cuyo contrato de compra-venta está inscrito por ante la Oficina
Subalterna de Registro de los Municipios Urdaneta y Cristóbal Rojas de dicho estado el 11 de
Abril de 2003, bajo el No. 33, folios 189 al 197, Protocolo I, Tomo 3. También, se dice en el
libelo, numeral 24, que: “para el supuesto –que niego-, si el Tribunal a su digno cargo considere
que el caso planteado no configura la venta de la cosa ajena, solicito que declare, de manera
expresa, la obligación que la Sucesión de “Pedro Ramón Díaz” tiene conmigo de cancelarme el
20% del precio por el cual dio en venta dicho inmueble, que asciende a cincuenta millones de
bolívares (Bs. 50.000.000,00), más la indexación a que hubiere lugar y los intereses legales
correspondientes, calculados desde el día en que se produjo la venta hasta la fecha en que se haga
efectiva su cancelación”.
12.- Señala el actor que tal deuda deviene de sus honorarios profesionales convenidos con Elia
Díaz de León y Josefina de Abreu, quienes, a nombre de la Sucesión de Pedro Ramón Díaz,
solicitaron sus servicios profesionales para demandar la reivindicación de dicho lote de terreno,
propiedad de ésta, que los señores Samoglou Samoglou Charalembo y Alexandro Panayotidis,
detentaban para el momento de intentarse dicha acción. La respectiva demanda fue admitida el 3
de julio de 1982, por el Juzgado Primero Accidental Tercero de Primera Instancia en lo Civil y
Mercantil de la Circunscripción Judicial del Distrito Federal y Estado Miranda, y mediante de
sentencia en fecha 13 de febrero de 1990, se ordenó su restitución a dicha Sucesión. Esta
sentencia, una vez ejecutoriada, se registró por ante la Oficina respectiva el 2 de Mayo de 1991,
bajo el No. 40, Protocolo 1, Tomo 2.
13.- Señala el actor, además, que por cuanto la familia Díaz Piñango no disponía de otro bien
para cancelarle sus honorarios y en razón de la cantidad de herederos del causante, convino con
ellos en constituir una Compañía Anónima que denominaron “Sucesores de Pedro Ramón
Díaz”, con el objeto de desarrollar y comercializar el referido inmueble; y, también, para facilitar
la firma del documento respectivo en la oportunidad de que éste se vendiese. El documento
constitutivo de esta compañía se autenticó por ante la Notaría Pública Décimo Novena de
Caracas el 8 de Mayo de 1996, bajo el No. 36, Tomo 35 de los Libros respectivos, por lo que
respecta a María Cristina Piñango, viuda de Díaz; Elia Díaz de León; Josefina Díaz de
Abreu; Celis Dolores Díaz Piñango; Pedro José Díaz; Ursula Josefina Díaz Bonilla y Lito
Díaz Bonilla. Los otros otorgantes, a excepción de Francy Senaida Díaz Piñango, quien no
quiso firmar, a saber: Pedro Antonio Díaz Quendo, Petra María Díaz Quendo, Carlina Díaz
Piñango de Ríos, José Alberto Díaz Piñango, Florencia Antonia Bonilla, Pedro Ramón Díaz
Bonilla, Leli Josefina Díaz Bonilla y Martín Díaz Bonilla, lo hicieron en documento privado.
Todos ellos representaban 77.334 acciones de las 80.000 que le correspondían. Opuso a estos
últimos el documento en cuestión, que acompañó a su libelo en copia certificada, marcado con la
letra “D”.
14.- Del mismo modo, Leopoldo Palacios afirma que el capital de la empresa se determinó el
diez millones de bolívares (Bs 10.000.000,oo), representado en cien mil (100.000) acciones
nominativas de cien bolívares (Bs 100,00) cada una, como se estableció en el artículo 5 de el
Documento Constitutivo.
15.- En el artículo 6 de dicho documento se enumeran a cada uno de los socios y el capital y las
acciones que suscribieron y pagaron, entre otros, el actor Leopoldo Palacios. En el artículo 7, se
dice lo siguiente: “Artículo 7.- La socia María Cristina Piñango, viuda de Díaz, paga las
acciones suscritas, así: 40.000, con su aporte del 40% que tiene de los derechos de propiedad
sobre el terreno que más adelante se deslinda, por concepto de gananciales en la sociedad
conyugal que mantuvo con el causante Pedro Ramón Díaz; 2.666, en su carácter de heredera del
causante y las restantes 5.232 acciones, en su carácter de única y universal heredera de sus hijos
pre-muertos Martín Antonio y Pedro Jesús Díaz Piñango (todo lo cual suma 47.898 acciones);
Pedro Antonio Díaz Quendo, pagó las acciones suscritas, de la manera siguiente: 2.666, con su
aporte de la cuota parte que le corresponde en el terreno propiedad de la Sucesión del causante
Pedro Ramón Díaz, en su condición de heredero legitimario de éste y las 888 restantes, en su
carácter de heredero de su hermano pre-muerto Narciso Antonio Quendo; (para un total de
3.554 acciones); …(omissis)…y, Dr. Leopoldo pagó las veinte mil (20.000) acciones suscritas,
con su aporte a la compañía del 20% que le corresponde sobre el terreno que más adelante se
deslinda, proveniente del monto de los honorarios pactados con la Sucesión de Pedro Ramón
Díaz para atender el juicio de reivindicación del terreno objeto del capital social de la compañía”.
En el Parágrafo Primero de este artículo 7, se ubica y deslinda el terreno mencionado, que es el
mismo al cual se refiere el contrato de compra-venta, cuya nulidad ha sido demandada.
16.- Esta demanda fue admitida el 10 de Mayo de 2004, y en la misma fecha se ordenó la citación
de Francy Senaida Díaz Piñango, en su carácter de representante de la Sucesión de Pedro
Ramón Díaz, y de José Concepción Martínez Ortega, en su condición de representante legal
del Centro Médico La Candelaria de Cúa, C.A.
17.- El 12 de Noviembre de 2004, los abogados Wuilmer J. León G., en su carácter de
apoderado judicial del Francy Senaida Díaz Piñango y Yajaira J. León G., como apoderada
judicial del Centro Médico La Candelaria de Cúa, C.A., consignaron sendos Escritos
oponiendo las cuestiones previas contenidas en los ordinales 4°, 5°, 6° y 8° del Código de
Procedimiento Civil, las tres primeras fueron declaradas Sin Lugar y la del ordinal 8°, Con
Lugar, mediante Sentencia interlocutoria de este Tribunal del día 26 de Enero de 2005. Esta
última, fue declarada improcedente por el Juzgador de esta causa de acuerdo con las
consideraciones que dejó estampadas sobre el sentido y alcance del artículo 355 del Código de
Procedimiento Civil.
18.- El día 5 de Abril de 2005, mediante Diligencia, la abogada Yajaira J. León G., en su
carácter de apoderada judicial del co-demandado Centro Medico La Candelaria de Cúa, C.A.,
consignó el correspondiente Escrito de contestación al fondo de la demanda, en el cual y como
punto previo, expuso que desconocía las copias simples que rielan del folio 39 al 52, que
contienen el contrato de constitución de la compañía Sucesores de Pedro Ramón Díaz; en su
Aparte Primero, negó, rechazó y contradijo las pretensiones del actor, “ya que la misma es
ambigua y temeraria, (…)”; en el Segundo, afirma que de acuerdo con los términos del libelo de
la demanda “ (…) no está claro qué demanda, a quién demanda, y la causa de la demanda y cual
es efecto (sic) o que solicita o requiere en la demanda”; en el Aparte Tercero, niega, rechaza y
contradice que el actor “ tenga o haya tenido derecho de propiedad sobre el inmueble hoy
propiedad de mi representada, (…omissis)… (lo cual fundamenta) en la certificación de
gravamen expedida por la Oficina Subalterna de Registro de los Municipios Urdaneta y Cristóbal
Rojas del Estado Miranda”… (omissis)… (ya que) el documento que riela a los folios 56 al 70
del presente Expediente, que muy formalmente en este acto desconozco tanto en su contenido
como en su firma, no cumple ni cumplió con los requisitos extrínsecos de un documento de
constitución de compañía, y mucho menos con un documento debidamente otorgado ante la
Notario Público, como textualmente lo dice la nota de la Notario (:) “Solo por lo que respecta a
las firmas de María Cristina Piñango, Pedro Antonio Díaz Quendo, Elia Díaz de León,
Josefina Díaz Abreu, Celis Dolores Díaz Piñango, Pedro José Díaz, Ursula Josefina Díaz
Bonilla, Lito Díaz Bonilla y Leopoldo Palacios…”. “Como puede observarse –continúa la
abogada León- en ningún momento la funcionaria público, manifiesta que dicho documento fue
debidamente autenticado”. Y concluye afirmando que para que se tenga como existente a la
Compañía, debió regirse por las normas del Código de Comercio y a tal efecto cita y transcribe
los artículos 19, 25 y 219 de dicho cuerpo jurídico. En el Aparte Cuarto niega, rechaza y
contradice la acción intentada por Leopoldo Palacios, ya “que no ha sido clara la pretensión del
demandante,…”. Y en el último y Sexto Aparte, rechaza y contradice la acción propuesta, por
cuanto con ella “el actor solo pretende causarle daños a los miembros de la Sucesión Pedro
Ramón Díaz, y atenta contra el derecho que posee mi representada de poseer y disfrutar el bien
que legalmente compró, …”.
19.- El mismo día 5 de Abril de 2005, el abogado Wuilmer León G., a nombre de la co-
demandada Francy S Díaz P., consignó su Escrito de contestación al fondo de la demanda, en
cuyo Punto Previo desconoce las copias simples de constitución de la compañía “Sucesores de
Pedro Ramón Díaz”; en el Aparte Primero, rechaza y contradice las pretensiones del actor y al
igual que lo hizo la representante del Centro Médico La Candelaria de Cúa, C.A., señala “que
la misma es ambigua y temeraria”; en el Segundo, también rechazó y contradijo dicha acción
porque, según su criterio, del libelo no se desprende qué se demanda, a quién se demanda, la
causa de la demanda y el requerimiento de la demanda; en el Tercero, rechaza la acción
propuesta porque, de acuerdo a lo establecido en el ordinal 6° del artículo 340 del Código de
Procedimiento Civil, el actor “no presenta documentación alguna donde se evidencie la supuesta
titularidad de propiedad que el pretende tener y reclamar, ya que trata de basar sus alegatos en un
documento inconcluso, que realmente y legalmente nunca fue otorgado por sus firmantes, …
(omissis)… que muy formalmente en este acto desconozco tanto en su contenido como en su
firma, no cumple ni cumplió como un documento de constitución de compañía,” y transcribe,
como lo hizo la representante del otro co-demandado, parte de la nota que en tal sentido puso la
Notario Público. Insiste, igualmente que en el contrato de sociedad referido supra, no se cumplió
con los extremos de los artículos 19, 25 y 219 del Código de Comercio, razón por la cual tal
compañía carece de legalidad; en el Cuarto, afirma que la intención del actor “solo tiene el
ánimos (sic) de aterrorizar a mi demandada, …(omissis)… (ya que en el libelo) no se da
cumplimiento con lo estipulado en el ordinal 4° del artículo 340 ejusdem (CPC)”; en el Aparte
Quinto, rechaza, niega y contradice la acción intentada, (ya que) desde el día 06 de febrero de
2002, tiene también incoado, para una de las herederas de la Sucesión ciudadana Elía Díaz de
León, titular de la Cédula de Identidad N° V-2.121.033, una Acción Mero Declarativa por ante
el Juzgado Segundo Civil, Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del Estado
Miranda, …”; en el Sexto, rechazó y contradijo la demanda, ya “que el ciudadano Leopoldo
Palacios se le adeude dinero alguno por concepto de pago de comisión por la venta del terreno
propiedad de la Sucesión, honorarios profesionales o por cualquier otro concepto, ya que en su
debido momento le fueron cancelados los honorarios profesionales por su gestión”; y, por último
en el Aparte Séptimo, rechaza, niega y contradice la acción propuesta, ya que con ello “el
referido ciudadano Leopoldo Palacios, solo pretende causarle daños a los miembros de la
Sucesión de Pedro Díaz como a terceras personas (sic)…”. Y concluye este aparte, en los
siguientes términos: “Hago del conocimiento de esta ciudadana Juez que en el procedimiento de
la acción mero-declarativa intentada con (sic) la ciudadana Elia Díaz, ya identificada, cuando al
ciudadano Leopoldo Palacios le fue solicitada fianza necesaria para poder dictar las medidas
solicitadas, nunca la dio y desde entonces dicho juicio quedó abandonado, (…)”. (Resaltado
por el Tribunal).
20.- En síntesis, la litis quedó trabada en la manera siguiente: el actor, Leopoldo Palacios,
demanda, de acuerdo con el artículo 1.483 del Código Civil, (que prescribe que la venta de la
cosa ajena es anulable), la nulidad de la venta que los causahabientes de Pedro Ramón Díaz
hicieron al Centro Médico La Candelaria de Cúa, C.A., mediante documento inscrito por ante
la Oficina Subalterna de Registro de los Municipios Urdaneta y Cristóbal Rojas del Estado
Miranda el 11 de Abril de 2003 bajo el N° 23, folios 189 al 197, Protocolo Primero, Tomo 3°, de
un lote de terreno ubicado en la Calle José María Carreño de la población de Cúa, Municipio
Urdaneta del mencionado estado, y comprendido dentro de los siguientes linderos: Norte, con
terrenos que fueron de la sucesión Jaén, ahora propiedad de la sucesión Lope Díaz milano; Sur,
con terrenos donde estuvo edificada una casa que fue de Magdalena Laya; Este, con terrenos
donde estuvo una casa de Trinidad Morantes de Delgado, ahora Calle El Matadero, y terreno o
casa que es o fue de Gonzalo Hernández Piñero; y, Oeste, que es su frente, con calle José María
Carreño, antes La Cruz Verde. El actor agrega en su Petitorio (Aparte 24 del libelo) que para el
supuesto de que este Tribunal considere que el caso planteado no configura la venta de la cosa
ajena, solicita que se declare, de manera expresa, “la obligación que la Sucesión de Pedro
Ramón Díaz tiene conmigo, de cancelarme el 20% del precio por el cual dio en venta dicho
inmueble, que asciende a cincuenta millones de bolívares (Bs. 50.000,00), más la indexación a
que hubiere lugar y los intereses legales correspondientes, calculados desde el día en que se
produjo la venta hasta la fecha en que se haga efectiva su cancelación”.
21.- El actor fundamenta su pretensión en el acuerdo convenido con Elia Díaz de León y
Josefina Díaz de Abreu, integrante de la Sucesión de Pedro Ramón Díaz, quienes, a nombre de
ésta solicitaron sus servicios profesionales para que la representara en la demanda de
reivindicación del terreno referido supra, que para el 21 de Mayo de 1982 estaba en posesión de
Samoglou Samoglou Charalembo y Alexandro Panayotidis, quienes lo habían adquirido de
Félix Ubaldo Rondón y de Joao Carlos De Freitas Silva, casados, en el mismo orden, con
Celis Dolores Díaz de Rondón y Rosa Ramona Díaz de Da Freitas, ambas hijas del causante,
y por supuesto, integrantes de su Sucesión, reivindicación que fue declarada con lugar mediante
Sentencia del Juzgado Primero Accidental Tercero de Primera Instancia en lo Civil y Mercantil
de la Circunscripción Judicial del Distrito Federal y Estado Miranda de fecha 13 de Febrero de
1990, la cual, una vez ejecutoriada, se protocolizó por ante la Oficina Subalterna de Registro,
señalada supra, el día 2 de Mayo de 1991, bajo el N° 40, Protocolo I, Tomo 2.
22.- En atención a dicho acuerdo –se señala en el libelo- y ante la imposibilidad que tenía la
Sucesión mencionada de cancelarle (al actor) por otros medios los honorarios convenidos, le
cedió el 20% de los derechos de propiedad sobre el lote de terreno deslindado, cuya
materialización se hizo mediante la constitución, como se constituyó, de la C.A. “Sucesores de
Pedro Ramón Díaz”, cuyo respectivo contrato de sociedad fue autenticado por ante la Notaría
Pública Décima Novena de Caracas el 8 de mayo de 1996, bajo el N° 36, Tomo 35 de los Libros
respectivos, por lo que respecta a María Cristina Piñango viuda de Díaz, propietaria de 47.998
acciones; Elia Díaz de León, propietaria de 2.666 acciones; Josefina Díaz de Abreu, propietaria
de 2.666 acciones; Celis Dolores Díaz Piñango, propietaria de 2.666 acciones; Pedro José Díaz,
propietario de 296 acciones; Ursula Josefina Díaz Bonilla, propietaria de 296 acciones; Lito
Díaz Bonilla, propietaria de 296 acciones y Leopoldo Palacios, propietario de 20.000 acciones;
todas las cuales suman 76.884 acciones. Los otros otorgantes, a excepción de Francy Senaida
Díaz Piñango que no quiso firmar, lo hicieron mediante documento privado, quienes, para el 15
de Abril de 1996, fecha de constitución de la compañía, representaban 23.116 acciones; esto es,
que sumadas las acciones suscritas y pagadas, dan un gran total de 97.334 acciones.
23.- A su vez, los demandados rechazan las pretensiones del actor en razón de que consideran
como inexistente y sin validez alguna el contrato de sociedad celebrado entre los herederos del
causante Pedro Ramón Díaz y el abogado Leopoldo Palacios, que sería el documento
fundamental en el cual constaría los derechos de propiedad que pretende aquél sobre el lote de
terreno que fue reivindicado por dicha Sucesión de sus anteriores detentadores Samoglou
Samoglou Charalengo y Alexandro Panayotidis, y ahora dado en venta al Centro Médico La
Candelaria de Cúa, C.A.
24.- El síntesis, el problema que debe resolver el juzgador se resume en la determinación de la
validez o no del contrato de sociedad mediante el cual se constituyó la compañía de “Sucesores
de Pedro Ramón Díaz” y en tal sentido, determinar si de su contenido se desprende que la
Sucesión del causante reconoció la deuda que tenía con el abogado, ahora actor, Leopoldo
Palacios, y, si además se le hizo la cesión de los derechos de propiedad sobre el lote de terreno
citado supra y, si tal reconocimiento y cesión de derechos constituyen titulo suficiente para
declarar que se dio en venta una propiedad ajena, todo ello con arreglo del artículo 1.483 del
Código de Procedimiento Civil. Así se declara.
De las Pruebas
25.- En la respectiva oportunidad procesal la abogada Yajaira J. León G., a nombre del Centro
Médico La Candelaria de Cúa, C.A., consignó el 21 de Abril de 2005 el Escrito que contiene
las pruebas que promueve para sostener sus apreciaciones. En la misma fecha, el abogado
Wuilmer J. León G., en nombre de la co-demandada Francy S. Díaz Piñango consignó el suyo.
26.- El 27 Abril de 2005, Leopoldo Palacios promovió, entre otras, e hizo valer “el contenido de
las Actas Procesales y de manera muy especial, los documentos fundamentales acompañados al
libelo en copias certificadas, el primero, marcado con la letra “B”, mediante el cual los sucesores
del causante vendieron al Centro Medico La Candelaria de Cúa, C.A. el terreno objeto del
presente litigio, …(omissis)…; y, el segundo, distinguido con la letra “E”, que es el documento
constitutivo de la Compañía “Sucesores de Pedro Ramón Díaz”, autenticado por ante la Notaria
Publica Décima Novena de Caracas el 8 de Mayo de 1996, bajo el No. 36, Tomo 35 de los Libros
respectivos.
27.- El día 13 de mayo de 2005, mediante Auto dictado al efecto, el “Tribunal considera que el
Escrito de Pruebas presentado (por el Centro Médico La Candelaria de Cúa, C.A.) no
constituye un Escrito de pruebas en razón por lo cual (sic) no se puede pronunciarse (sic) sobre la
admisión”. En cuanto a las pruebas promovidas por Francy Senaida Díaz Piñango admitió la
relacionada con el documento de la constitución de la compañía, por cuanto se observa que las
pruebas en los mismos contenidos no son manifiestamente ilegales ni impertinentes, “cuanto ha
lugar en derecho, salvo su apreciación o no en la definitiva”. También admitió las referidas a los
“particulares Séptimo (que debió ser Octavo y Noveno). Informes: Reprodujo certificación de
gravamen expedida por la Oficina de Registro Subalterno de los Municipios Rafael Urdaneta y
Cristóbal Rojas del Estado Miranda, que riela a los folios 177 al 189; las declaraciones
sucesorales Nos. 8915 y 8912 de fecha 13 de Febrero de 2002; (la cual de que solicito) se oficie a
la Planilla (sic) Subalterna de Registro Público de los Municipios Urdaneta y Cristóbal Rojas del
Estado Miranda, a fin de que se expida copia certificada de las declaraciones sucesorales, por
cuanto se observa que las pruebas en los mismos contenidos no son manifiestamente ilegales ni
impertinentes, las admite cuanto ha lugar en derecho, salvo su apreciación o no en la definitiva”.
También admitió el “documento de venta en copia certificada que cursa a los folios del 15 al 26,
donde se desprende que eran los únicos herederos, por cuanto se observa que las pruebas en los
mismos contenidos no son manifiestamente ilegales ni impertinentes las admite cuanto ha lugar
en derecho, salvo su apreciación o no en la definitiva”.
28.- En cuanto a las pruebas promovidas por el actor Leopoldo Palacios, el Tribunal señala: “En
cuanto a lo expuesto en el Particular Primero como invocación al mérito favorable de los autos,
se observa que las pruebas en las mismas contenidas no son manifiestamente ilegales ni
impertinentes se admite cuanto ha lugar en derecho, salvo su apreciación o no en la definitiva”.
Las demás pruebas no fueron admitidas.
El Tribunal para decidir, observa:
El contrato de sociedad mediante el cual se creó la empresa C.A. Sucesores de Pedro
Ramón Díaz, fue autenticado por ante la Notaría Pública Décima Novena de Caracas el 8 de
Mayo de 1996, bajo el N° 36, Tomo 35 de los Libros de Autenticaciones llevados por dicha
Notaría, sólo por lo que respecta a las firmas de María Cristina Piñango, viuda de Díaz; Pedro
Antonio Díaz Quendo; Elia Díaz de León; Josefina Díaz de Abreu; Celis Dolores Díaz
Piñango; Pedro José Díaz; Ursula Josefina Díaz Bonilla; Lito Díaz Bonilla y Leopoldo
Palacios, quienes suscribieron y pagaron setenta y seis mil ochocientos sesenta y cuatro (76.864)
acciones, que equivalen, a su vez, al 76,88 % del capital social de la empresa, determinado, de
acuerdo con el artículo 5 del Documento Constitutivo, en diez millones de bolívares (Bs.
10.000.000,00), dividido en cien mil (100.000) acciones nominativas de cien bolívares (Bs.
100,00) cada una. Sus demás otorgantes, a saber: Petra María Díaz Quendo, Carolina Díaz
Quendo, Rosa Díaz Piñango, Carmen Díaz Piñango de Ríos, José Alberto Díaz Piñango,
Florencia Antonia Bonilla de Díaz, Pedro José Díaz, Carlos Díaz Bonilla, María C Díaz
Bonilla y Martín Díaz Bonilla, lo hicieron en documento privado, y quienes, a su vez, pagaron
con sus respectivos aportes, de sus derechos de propiedad sobre el lote de terreno deslindado,
igual que los otros accionistas, las veintitrés mil ciento dieciséis (23.116), acciones que habían
suscrito, que corresponde al 23,11% del total del capital social de la empresa. Sumadas el número
de acciones suscritas por quienes firmaron el documento público con los que firmaron el
documento privado, da un total de noventa y siete mil trescientos treinta y cuatro (97.334)
acciones de las cien mil (100.000) emitidas para configurar dicho capital. Las restantes dos mil
seiscientos sesenta y seis (2.666) acciones que faltarían para completar el número total de éstas,
equivalentes a (2,66%), son las que hubiese suscrito y pagado Francy Senaida Díaz Piñango,
quien se negó a participar en la compañía.
En el encabezamiento del Documento Constitutivo de la compañía Sucesores de Pedro
Ramón Díaz, sus otorgantes señalan: “(…) declaramos: que hemos convenido en constituir,
como en efecto constituimos en este acto y mediante este documento, una sociedad mercantil, en
forma de compañía anónima, que se regirá por las cláusulas que lo integran, redactadas con
suficiente amplitud para que sirvan, además, de estatutos sociales, y por las disposiciones
pertinentes del Código de Comercio”.
En su artículo segundo, se dice: “Articulo 2. El objeto principal de la compañía será el
desarrollo y comercialización de un terreno propiedad de los socios, ubicado en la Calle “José
María Carreño”, de la población de Cúa, Municipio Urdaneta del Estado Miranda”.

En el artículo 6° se enumeran y señalan los socios o accionistas de la compañía y el


número de acciones que cada uno ha suscrito y pagado. En el artículo 7 se precisa que cada uno
de los socios paga las acciones suscritas con sus respectivos aportes de los derechos de propiedad
que tienen sobre el terreno que se deslinda en el Parágrafo Primero de este mismo artículo y en el
caso particular del actor, se dice: (…), “ y (el) doctor Leopoldo Palacios, pagó las veinte mil
(20.000) acciones suscritas, con su aporte a la compañía del 20% que le corresponde sobre
el terreno que más adelante se deslinda, proveniente del monto de los honorarios pactados
con la sucesión de Pedro Ramón Díaz para atender el juicio de reivindicación del terreno
objeto del capital social de la compañía”. (Resaltado por el Tribunal). En el Parágrafo Tercero
de este mismo articulo 7, se señala: “Parágrafo Tercero. Los socios convienen en hacer el
traspaso a la compañía del terreno mencionado, dentro de los seis meses siguientes al registro del
presente documento”. En el articulo 21 se apunta que la compañía será administrada por tres
Directores Gerentes; en el 23, se consagra que estos directivos, para entrar en el ejercicio de sus
funciones, “Depositarán, cada uno, diez acciones en la caja social de la compañía, a los fines
establecidos en el articulo 244 ejusdem” (Código de Comercio). Por ultimo, en el artículo 31, se
designan como Directores-Gerentes para el período 1996 al 2002, a Josefina Díaz de Abreu,
Elia Díaz de León y Dr. Leopoldo Palacios.

Del articulado del Documento Constitutivo, precedentemente transcrito, se desprende


claramente la voluntad de los integrantes de la Sucesión de Pedro Ramón Díaz de reconocer,
como le reconocen, la deuda que por honorarios profesionales tienen el actor Leopoldo Palacios;
y, además, su cancelación mediante la cesión que le hacen del 20% de los derechos de propiedad
sobre el lote de terreno deslindado, los cuales derechos pasan a ser propiedad de éste desde el
momento mismo de otorgarse el mencionado documento. Así se decide.

Por lo demás, el Tribunal considera necesario señalar, además, que el mencionado lote de
terreno es una propiedad pro-indivisa, que integra un solo todo, ya que, dada su propia naturaleza
jurídica, no puede determinarse dentro de su cuerpo dónde están ubicados los respectivos
derechos de propiedad de cada uno de los integrantes de la Sucesión, así como tampoco, se puede
señalar el 20% cedido al actor. De allí que la Sucesión en cuestión no podía venderlo, como lo
hizo, sin afectar los derechos de propiedad que sobre el mismo tiene Leopoldo Palacios Así se
decide.

Por otra parte, el Código Civil precisa el concepto de sociedad, en los siguientes términos:
“Artículo 1.649. El contrato de sociedad es aquel por el cual dos o más personas convienen en
contribuir, cada una con la propiedad o el uso de las cosas o con su propia industria, a la
realización de un fin económico común”. A su vez, el artículo 1.651 ejusdem, establece las
diferencias formales entre las sociedades civiles y las mercantiles, referidas a la personalidad
jurídica: las civiles, la adquieren a partir del momento en que se registra el respectivo contrato; y,
las mercantiles, a partir del momento en que se suscribe el contrato, excepto por lo que respecta a
sus efectos ante terceros. Tal norma tiene el siguiente texto: “Artículo 1.651. Las sociedades
civiles adquieren personalidad jurídica y tienen efecto contra terceros desde que se protocoliza el
respectivo contrato en la Oficina Subalterna del Registro Público de su domicilio. Si las
sociedades revisten una de las formas establecidas por las sociedades mercantiles, adquieren
personalidad jurídica y tendrán efectos contra terceros, cumpliendo las formalidades exigidas por
el Código de Comercio”. Por razonamiento a contrario, debe entenderse que aun sin cumplir las
formalidades exigidas por el Código de Comercio, la personalidad jurídica de las sociedades
mercantiles se adquiere desde el momento mismo en que los asociados firman el respectivo
contrato, cuyos términos pueden oponerse válidamente entre ellos, en atención a lo dispuesto en
el artículo 1.133 ejusdem. Así se declara.

Por su parte, el legislador mercantil preciso la forma en que pueden constituirse las
sociedades regidas por el Código de Comercio. En tal sentido, consagró: “Artículo 247. La
compañía puede formarse mediante escritura pública o privada, otorgada por todos los
suscritores, en que se compruebe el cumplimiento de los requisitos legales y se nombren los
administradores y las personas encargadas de desempeñar las funciones de comisarios hasta la
primera asamblea general”.

En el caso que nos ocupa, consta de las actas procesales que un grupo de accionistas, que
representan setenta y seis mil ochocientos ochenta y cuatro (76.884) acciones de las cien mil
(100.000) que integran el capital social de la empresa Sucesores de Pedro Ramón Díaz), esto es,
el 76,88% de dicho capital, otorgaron el correspondiente contrato de sociedad mediante
documento autenticado por ante una Notaría Pública de Caracas; y, el otro grupo, que
suscribieron veintitrés mil ciento dieciséis (23.116) acciones, equivalente al 23,11% del capital
social de dicha empresa, lo hicieron mediante documento privado. De acuerdo con el transcrito
artículo 247 del Código de Comercio, los socios o accionistas de una sociedad mercantil pueden
constituirla mediante un documento público o privado, y en ambos casos la misma adquiere su
personalidad jurídica desde ese mismo momento y los términos de su documento constitutivo son
de obligatorio cumplimiento para sus otorgantes, todo ello con arreglo en los artículos 1.133 y
1.159 del Código Civil, en cuanto que es un contrato destinado a constituir un vinculo jurídico
entre las partes y además, es la Ley de los co-contratantes; y de conformidad con el articulo 1.160
ejusdem, debe ejecutarse de buena fe y obligan a cumplir lo expresado en él, con todas las
consecuencias que se derivan del los mismo contratos, según la equidad, el uso o la ley.

A tenor de los artículos 1.357, 1.359 y 1.360 del Código Civil, en el mismo orden, se
consagra la naturaleza jurídica del instrumento público o auténtico otorgado por ante un Notario,
que es a quien se refiere la expresión “otro funcionario o empleado público que tenga facultad
para darle fé pública, en el lugar donde el instrumento se haya autorizado”; tal documento
público hace plena fe entre las partes y con respecto de terceros mientras no sea declarado falso;
y, por último, el mismo hace plena fe tanto entre las partes como respecto de terceros, “de la
verdad de las declaraciones formuladas por los otorgantes acerca de la realización del hecho
jurídico a que el instrumento se contrae, salvo que los casos y con los medios permitidos por la
ley se demuestre la simulación”.
En el caso concreto y en atención a lo dispuesto en el artículo 1.359 ejusdem, el
documento notariado mantiene su plena validez mientras no sea declarado falso, lo cual sólo
puede hacerse, de acuerdo con el articulo 438 del Código de Procedimiento Civil, a través del
juicio de tacha de falsedad, cuestión que no hicieron los demandados en la respectiva oportunidad
procesal. De allí que este Tribunal le concede plena validez al documento autenticado por ante la
Notaría Pública Décima Novena de Caracas, otorgado el 8 de Mayo de 1.996 y anotado bajo el
N° 36, Tomo 35 de los Libros de Autenticaciones llevados por dicha Notaria y firmado por
María Cristina Piñango, viuda de Díaz; Pedro Antonio Díaz Quendo; Elia Díaz de León;
Josefina Díaz de Abreu; Celis Dolores Díaz Piñango; Pedro José Díaz; Ursula Josefina Díaz
Bonilla; Lito Díaz Bonilla y Leopoldo Palacios, quienes representan el 76,88% del capital
social suscrito y pagado de la C.A. Sucesores de Pedro Ramón Díaz. Así se declara.

Por lo que respecta al documento privado suscrito por los otros accionistas, señalados
supra, el Tribunal, hace las siguientes consideraciones: el artículo 1.364 del Código Civil
establece que aquél contra quien se produce o a quien se le exige el reconocimiento de un
instrumento privado está obligado a reconocerlo o negarlo formalmente, caso contrario se tendrá
como reconocido. Dicha norma también prevé que los herederos o causahabientes pueden
limitarse a declarar que no reconocen la firma de su causante. A su vez, el articulo 404 del
Código de Procedimiento Civil precisa que la parte contra quien se produzca en juicio un
instrumento privado como emanado de algún causante suyo, deberá manifestar formalmente si lo
reconoce o lo niega y el 445 siguiente, consagra que negada la firma o declarado por los
herederos o causahabientes no conocerla, toca a la parte que produjo el instrumento probar su
autenticidad.

En el escrito que contiene la contestación al fondo de la demanda, el representante judicial


de Francy Senaida Díaz Piñango, expuso: “En el caso que nos ocupa, el documento que riela a
los folios 56 al 70, del presente expediente, que muy formalmente en este acto desconozco tanto
en su contenido como en su firma no cumple ni cumplió con un documento de constitución de
compañía,…”. A su vez, la representante judicial del Centro Médico La Candelaria de Cúa
C.A., en su contestación al fondo de la demanda, señaló: “Por otra parte en el caso que nos
ocupa, el documento que riela a los folios 56 al 70, del presente expediente, que muy
formalmente en este acto desconozco tanto en su contenido como en su firma, no cumple ni
cumplió con los requisitos extrínsecos de un documento de constitución de compañía,…”

El Tribunal para decidir sobre el alcance, sentido y consecuencias del desconocimiento


que hacen las partes del documento privado otorgado por los accionistas de la compañía
Sucesores de Pedro Ramón Díaz, debe precisar, en primer término, que el co-demandado
Centro Médico La Candelaria de Cúa no está calificado para reconocer o negar dicho
documento, puesto que no es heredero o causahabiente del causante. Así se declara.

Por lo que respecta al desconocimiento que dicho documento hace la co-demandada


Francy Senaida Díaz Piñango de no reconocer dicho instrumento, a tenor del artículo 444 del
Código de Procedimiento Civil, es necesario adminicular su interpretación con el artículo 445
ejusdem, que lo desarrolla y precisa, en el sentido de que tal desconocimiento o negación debe
estar referido a la negación de la firma o a lo declarado por los herederos o causahabientes de no
conocerla, cuestión que no se dio en el presente caso. En consecuencia, este Tribunal declara
como reconocido el documento privado mediante el cual los co-herederos señalados supra,
convinieron, como los otros socios que lo hicieron mediante documento auténtico, constituir la
compañía Sucesores de Pedro Ramón Díaz. Así se declara.

DECISIÓN
Por todo cuanto queda dicho, este Tribunal Tercero de Primera Instancia en lo Civil,
Mercantil y Tránsito de la Circunscripción Judicial del Estado Miranda, con sede en Ocumare del
Tuy, administrando justicia, en nombre de la República y por autoridad de la Ley y de
conformidad con los artículos 12 y 243 del Código de Procedimiento Civil, declara:

Primero. Con lugar la demanda de nulidad del contrato de compra-venta celebrado entre los
causahabientes de Pedro Ramón Díaz y el Centro Médico La Candelaria de Cúa C.A.,
debidamente identificados en autos, mediante el cual dicha sucesión dió en venta al referido
Centro Médico, por documento inscrito por ante la Oficina Subalterna de Registro de los
Municipios Urdaneta y Cristóbal Rojas del Estado de Miranda, el día 11 de Abril de 2.003, bajo
el N° 23, folios 89 al 197, Protocolo Primero, Tomo III, un lote de terreno ubicado en la Calle
José María Carreño de la población de Cúa, Municipio Urdaneta, del Estado Miranda, y
comprendido dentro de los siguientes linderos: Norte, con terrenos que fueron de la sucesión
Jaén, ahora propiedad de la sucesión de Lope Díaz Milano; Sur, con terrenos donde estuvo
edificada una casa que fue de Magdalena Laya; Este, con terrenos donde estuvo una casa de
Trinidad Morante de Delgado, ahora Calle el Matadero, y terreno o casa que eso fue casa de
Gonzalo Hernández Piñero; y, Oeste, que es su frente, con Calle José María Carreño, antes La
Cruz Verde, todo ello de conformidad con el artículo 1.483 del Código Civil.

Segundo. Se declara con lugar la pretensión de Leopoldo Palacios de que se le tenga como
propietario del 20% del terreno deslindado.

Tercero. Se condena en costa a la parte demandada por haber sido vencida totalmente, todo ello
de conformidad con el artículo 274 del Código de Procedimiento Civil.

Cuarto: Se ordena oficiar lo conducente a la Oficina Subalterna de Registro de los Municipios


Urdaneta y Cristóbal Rojas del Estado Miranda y acompañarle, a fin de que estampe la nota
marginal correspondiente, copia certificada de la presente sentencia debidamente certificada, una
vez que ésta quede definitivamente firme.

Déjese copia certificada de esta sentencia, conforme a lo dispuesto en el artículo 248 del
Código de Procedimiento Civil.

Dada, firmada y sellada en la Sala de Despacho de este Tribunal, a los , días del mes de
Enero de 2.010. 199° y 150°
La Juez El Secretario

En la misma fecha se publicó y registró la anterior sentencia, siendo la previo al anuncio


de Ley.

El Secretario

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