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NEUROPSICOLOGÍA DE LA ATENCIÓN

Algunos autores han defendido que la atención está relacionada con los fenómenos conscientes con
los que comparte los mismos mecanismos neurofisiológicos. En el EEG de los estados de alerta
atencional se observa alta frecuencia, ondas desincronizadas de baja amplitud y apariciones
ocasionales de ondas alfa sincronizadas.
Las estructuras nerviosas que controlan los niveles de vigilia son los mismos que participan en la
atención. Los lugares que regulan los distintos estados de conciencia y los procesos atencionales
son la formación reticular, el tálamo, los ganglios basales y el hipotálamo.
− formación reticular → La activación se realiza mediante impulsos desde vías colaterales
específicas con la excitación correspondiente de varios de los órganos de los sentidos, o a
través de estímulos originados en zonas corticales especialmente asociativos. La
información se selecciona a través de mecanismos especiales de facilitación que transmiten
los estímulos relevantes a la vez que bloquean otros irrelevantes
− Tálamo → dirige adecuadamente el estímulo perceptivo adecuado hacia los canales
sensoriales apropiados, a través de un feedback prefrontal-talámico que inhibe la actividad
eléctrica en aquellos canales no atendidos.
− Ganglios basales → implicados en los primeros estadios de la atención. Un daño en esta área
tiene mayores complicaciones que en la amígdala o el hipocampo, por lo que sus funciones
pueden ser primitivas y básicas
− Sistema talámico no específico → mecanismo de valoración y discriminación que modifica
o regula el flujo de información que llega a la corteza cerebral a través de vías específicas.
Moldea y cambia el foco de atención de uno a otro tipo de modalidad estimular. En él se
integran también la información que llega de vías específicas y no específicas; esta
interacción entre sistemas aferentes específicos y no específicos será la base del control
selectivo de las comunicaciones sensoriales que van desde dentro o fuera del organismo
hasta el cerebro.

Mirsky propone que la atención puede subdividirse en funciones separadas, como:

1. Focalización → desarrollada por la corteza superior temporal e inferior parietal, así como
por el cuerpo estriado, caudado, putamen y globus pallidus
2. Ejecución → regiones inferoparietales y el cuerpo estriado
3. Sostenimiento → responsabilidad de las estructuras rostrales del cerebro medio (tectum,
formación reticular mesopontina, línea media y núcleo reticular talámico)
4. Codificación → realizado por el hipocampo; parece ser una función mnésica fundamental
necesaria para algunos aspecos de la atención
5. Cambio → el cambio atencional de un aspecto del ambiente hacia otro se debe al córtex
prefrontal.

Un daño o disfunción en una de estas regiones cerebrales puede llevar a déficits específicos o de
alguna función concreta de la atención.

León-Carrión y cols objetan que las funciones de codificación y cambio no pueden ser identificadas
como componentes de la atención estrictamente, ya que no son mecanismos atencionales, sino
procesos cognitivos implicados en una situación atencional sostenida.

Parece que el hemisferio derecho está sesgado hacia procesamiento global y el izquierdo para
procesamiento local: pacientes con lesiones cerebrales derechas pueden copiar letras pequeñas
aunque pierden la forma total (aspectos globales), mientras que los que tienen lesiones izquierdas
copian bien la forma pero mal la constitución de la letra pequeña (aspectos locales).
Posner y Petersen diferencian entre sistema de atención posterior, formado por zonas de la corteza
parietal, áreas talámicas y núcleos reticulares, cuya función es dirigir la atención hacia un lugar en
el espacio, y el sistema de atención anterior, formado por áreas de la corteza prefrontal media y
encargado de detectar sucesos y hechos (incluyendo el procesamiento semántico) y atender el
significado y las palabras en tareas de selección semántica.

Nakagawa estudió el papel de estas redes atencionales en asimetría hemisférica durante decisiones
léxicas. Los resultados fueron que cuando los objetivos se presentaban directamente al hemisferio
izquierdo se mostraba una facilitación temprana y una inhibición de desarrollo tardío; sin embargo,
al presentarse en el hemisferio derecho, se daba una facilitación de desarrollo tardío de fuertes y
débiles asociaciones y poca inhibición. La inhibición en el hemisferio izquierdo se debería a su
interacción con la red de atención anterior.

Clohessy, Posner y otros estudiaron la inhibición de retorno, que es una tendencia a orientarse hacia
un lugar visual previamente atendido. Se estudia observando la aparición de una reducción en la
probabilidad de un movimiento ocular hacia el lugar inhibido o a través de un aumento en la
latencia de la respuesta como indicativo de que un blanco ha sido realizado en el lugar atendido
previamente. Estos autores muestran que esto se desarrolla rápidamente entre los tres y seis meses.

Rafal, Henik y Smith defienden que la vía retinotectal contribuye al reflejo de orientación visual en
sujetos normales. Encontraron que tanto el costo como el beneficio de la orientación de la atención
es mayor cuando la atención es evocada por señales en el hemicampo temporal, lo que muestra que
la vía retinotectal juega un importante papel en el control de la conducta guiada visualmente.

Existe una especialización hemisférica derecha para el mantenimiento del estado de alerta, un
deterioro en la atención voluntaria sostenida para detección de señales monótonas en pacientes con
daño en el lóbulo frontal derecho pero no en el izquierdo y que el derecho ejecuta mejor las tareas
de vigilancia.

Por otro lado, en las regiones corticales prefrontales media derecha se observan tasas metabólicas
más altas, mientras que en la corteza anterior cingulada y parietal posterior superior estas tasas eran
más bajas cuando los sujetos realizaban tareas de discriminación auditiva. Los pacientes que
procesan información no importante tienen una actividad menor en la región prefrontal media y en
el hipocampo con una posible mayor actividad en las zonas orbitofrontal y temporal.

Según Hernández Peón, existe una regulación corticofugal del flujo sensorial situada en los estadios
más bajos de las vías sensoriales; así, las vias corticofugales pueden actuar tanto intensificando
como bloqueando la atención. El bloqueo de estímulos irrelevantes se realiza en respuestas a
señales de diferentes modalidades y dentro de cada modalidad.

Cuando se centra la atención en un estímulo se aumenta la conducción de los impulsos a través de


las vías aferentes hasta la corteza. La distracción muestra los resultados opuestos, disminuyendo la
amplitud de los potenciales evocados, reduciendo la zona de distribución de respuestas y el número
de componentes de respuestas.

Hernández-Peón define dos tipos de arousal:


− sensorial o vigilia de necesidad → activación a estímulos de diferentes modalidades o
atención involuntaria. Se localiza en la formación reticular y se despierta por necesidades
primitivas(hambre, sexo..)
− corticofugal o vigilia de elección → activació a estímulos significativamente condicionados
o atención y vigilia voluntarios. Se localiza en la corteza, con mecanismos
corticorreticulares, y son importantes las proyecciones originadas en los lóbulos frontales.
Se despierta a través de estimulación significativa debida al aprendizaje

Harter, Miller, Price y otros investigan dos aspectos de la atención visoespacial utilizando medidas
de potenciales evocados: atención espacial dirigida a un determinado punto en el espacio y la
modulación de los procesos de entrada sensorial después de que la atención ha sido dirigida.
Encontraron que la dirección de la atención del campo visual izquierdo al derecho estaba asociada a
diferencias hemisféricas en bajos potenciales antes de la presentación. Los potenciales más precoces
fueron mayores en el área parietal, reflejando procesos de atención per se. El potencial más tardío
fue mayor en la región occipitoparietal y reflajaba la modulación de excitabilidad cortical en las
regiones que reciben estimulación de los campos visuales relevantes e irrelevantes.

Ellemberg y Sperry hicieron un trabajo sobre lateralización de la atención, comparando sujetos


comisurotomizados y normales. Encontraron que la comisura cerebral fuerza a los dos hemisferios a
trabajar juntos y mantener la unidad atencional en el cerebro intacto. La práctica en las tareas
aumentaba la capacidad para el procesamiento simultáneo en los sujetos normales, como resultado
del automatismo de ejecución que disminuye las necesidades de supervisión atencional más que una
división de la unidad de focalización normal en el sistema de atención intacto.

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