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Las miradas del siglo: Alfred Hitchcock, 100 años de suspenso

Por

Carlos Avalos Rosado

"El cine es el registro de la mirada de alguien: es una mirada que sustituye a la nuestra. El film, es
una serie de imágenes, es decir, de hechos que se nos dan definitivamente mirados. Es la búsqueda
de la esencia a través de la apariencia"

- José De la Colina, escritor y critico cinematográfico mexicano, de origen español, en su libro


"Miradas al Cine", editado por la Secretaría de Educación Pública bajo la colección SepSetentas,
en 1972

A unos meses de que el siglo XX llegue a su fin, el mundo ha sido invadido por una fiebre de
inútiles y absurdas calificaciones que intentan otorgar un lugar determinado a las personas más
destacadas en distintas áreas de la actividad humana. El cine, lamentablemente, tampoco ha sido
la excepción.

Así, la película más taquillera del siglo es el Titanic, los actores más populares - para los
estadounidenses - son Humprey Bogart y Katherin Hepburn, y el mejor director - Dios no lo quiera
- Steven Spielberg. Sin embargo, aunque todo es tolerable, en el caso de otorgar un galardón al
mejor director, evidentemente que el primer lugar estaría desierto - y Spielberg no estaría,
probablemente, ni en los primeros 100 - pues, aunque para muchos la figura de Ingmar Bergman
representa una de las miradas que más han penetrado y descrito el alma humana ¿cómo dejar
fuera la exposición del subconsciente que describe Luis Buñuel? ¿O la agudeza de Woody Allen?
¿O la maestría de Stanley Kubrick? ¿cómo desechar el romanticismo aventurero de Werner
Herzog? ¿Al cine como ciencia de Eisenstein? ¿y la sabiduría de Akira Kurosawa? ¿O la sencillez y
contundencia de Satyajit Ray?, por citar sólo unos pocos, poquísimos casos.

Y es que la historia del cine está conformada por muchas miradas, todas ellas agudas, todas ellas
penetrantes, todas ellas válidas. Por ello, lo que valdría la pena dentro de esta fiebre de fin de
siglo, sería, en lugar de otorgarles posiciones como si fueran caballos de carreras o la lista de los
intrascendentes éxitos pop, sería hacer una revisión de lo que tales cineastas hicieron, y más
concretamente de lo que nos dejaron ver, a través de sus ojos, porque como dice el critico José de
la Colina, la pantalla de cine - y hasta la de TV - no es sino el registro de la mirada de alguien.

Por lo anterior, y por estarse celebrando en todo el mundo el centenario de su nacimiento, es


oportuno revisar, aunque sea de manera breve, y a través de su película Psicosis - re filmada
recientemente por Gus Van Sant - algunas de las imágenes, muchas de ellas perturbadoras, que

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registró uno de los directores más famosos y reconocidos - extraño caso - tanto por la critica,
como por el público en general: Alfred Hitchcock.

Psicosis (Psycho - Estados Unidos, 1960)

En Phoenix, una mujer llamada Marion Crane decide robar el dinero de un cliente de la compañía
de bienes raíces donde trabaja, para poder casarse con su novio Sam. En su huida por la carretera,
Marion se hospeda en un solitario motel, administrado por el joven Norman Bates y su madre,
que vive en una lúgubre casa de estilo victoriano.

Basada en una novela de Robert Bloch, considera vulgar y mediocre por los críticos literarios, que
habla sobre el caso de un joven psicópata obsesionado por su madre, Psiosis se rodó apenas en 6
semanas con un equipo de televisión, y es considerada una de las mejores películas de Hitchcock.

Dueña de una actuación soberbia de Antonhy Perkins, y de una banda sonora que se ha vuelto
clásica por su capacidad de elevar al espectador a un grado máximo de suspenso, sobre todo en la
pieza compuesta exclusivamente por instrumentos de cuerda, a cargo de Bernard Herrman,
Psicosis es reconocida también por la terrorífica secuencia de la ducha, de 45 segundos de
duración, y compuesta de 78 planos, que se dice fue diseñada orginalmente por Saul Blass, y que
Hitchcock tardó 7 días en filmar. Otra de las secuencias de antología es la del asesinato en la
escalera, en donde se utilizó una toma desde arriba.

La cinta representó para Hitch un cambio de los escenarios fastuosos y la estructura clásica de su
realización, a escenarios más sombríos y a personajes más comunes. Sobre el aspecto de la
estructura habría que decir que Hitch revolucionó al cine norteamericano, desapareciendo a
mitad de la película a Marion, la protagonista, vía el asesinato, y empujando al público a que
pusiera sus simpatías en el pobre Norman, el homicida acosado por su madre.

El filme, que costó a penas 800 mil dólares, influyó en todos los que participaron en él. Por
ejemplo, Janet Leigh, que interpretó a la bella Marion aseguró alguna vez, durante una entrevista
para la televisión que durante mucho tiempo recibió cartas en las que la amenazaban con hacer
realidad la secuencia del asesinato en la ducha, y Anthony Perkin nunca pudo apartarse del
personaje de Norman Bates, el cual volvió a interpretar en dos ocasiones.

Destrozada en un principio por una parte de la crítica norteamericana, Psicosis también


representó una sacudida para la sociedad de dicho país que en su sector más conservador pidió
que se prohibiera la exhibición de la cinta. Incluso se le acusó de incitar el cuarto homicidio que
perpetró un hombre contra una mujer en una ducha. Ante la calumnia Hitchcock respondió con
suspicacia: "¿Y se puede saber qué vio antes de matar a las anteriores?"(Tomado del libro Alfred
Hitchcock, de Guillermo del Toro, No. 7 de la Colección Grandes Cineastas de la editorial
Universidad de Guadalajara, página 423).

No obstante, los críticos estadunidenses empezaron a valorar la película al poco tiempo a causa,
seguramente, de que obtuvo un enorme éxito en taquilla, recaudando 16 millones de dólares, tan
sólo en los Estados Unidos.

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Sobre la famosa secuencia de la ducha, habría que resaltar un aspecto que, de suyo, define en
parte la concepción del director inglés sobre el arte cinemtográfico: El terrible asesinato nunca se
nos presenta de manera completa, tan sólo por fragmentos, breves, sobre todo en las escenas del
cuchillo que penetra el cuerpo de la protagonista. Son un montón de imágenes que sin un órden
no tendrían interés.

Con ello, de alguna forma, Hitchcock plantea que, a final de cuentas, el cine no es más que el
orden de escenas fragmentadas, que se unen - ayudadas por la música, la actuación, los
decorados - con el propósito de crear una sensación en el espectador. En este sentido, el cine no
es un reflejo de la misma, sino un fragmento arbitrario.

Sir Alfred, alguna vez explicó la forma como dirigió este film: "Usé cine puro para conmover al
público. Todo lo hice con intención visual, dirigida, por todos los caminos posibles, al público. Por
eso, el asesinato en el cuarto de baño es tan violento. En Psicosis me importaban poco el tema y
los personajes; me interesaba remover al público a través de todos los elementos del filme: la
fotografía, la planificación, la banda sonora, etc. Porque lo que intriga al público no es un mensaje
ni una interpretación, ni una novela muy apreciada, sino la existencia de una película pura".
(Palabras tomadas del número 2 de la revista Grandes ciclos TV, editada por Multiediciones S.L.,
Madrid, España).

Alfred Hitchcock nació en Londres, Inglaterra en 1899 y murió en Bel-Air, E.U en 1980. Su primer
cinta fué El jardín de la alegría donde ya mostraba su gusto por el suspenso y por la utilización
de un tipo de mujer característica: rubias, elegantes, delgadas y hermosas, como Ingrid
Bergman, Vera Miles, Joan Fontaine, Janet Leigh, Doris Day y Grace Kelly.

Las características más importantes del cine de Hitchcock, al margen de su gusto por lo macabro
y de sus apariciones momentáneas en la pantalla, son el cuidado minucioso del montaje -
pegado de las imágenes filmadas- al que el propio Hitchcock se refiere de la siguiente forma:
"Un film está hecho de miles de imágenes que hay que orquestar rítmicamente". En este
proceso, su esposa Alma Reville fue indispensable en muchas de sus cintas.

De la misma manera son de resaltar la búsqueda de personajes que se identifiquen con el


espectador, casi siempre inocentes acusados injustamente de algún crimen, pues Hitch, como
se le recuerda con cariño, decía que "el cine es un montón de butacas que hay que llenar".

Sobre todo, en el cine de Hitchcock subyace, en el fondo, una posición filosófica o social. De
esta forma, mediante una interpretación por demás arbitraria, podría decirse que Los Pájaros es
un alegato ecológico, o la metáfora de la madre desesperada por la inminente pérdida de un
hijo ante la aparición de otra mujer, más joven, llena de promesas sexuales. O como en el caso
de La Soga, que puede ser considerada una condena a a quienes se asumen como
superhombres, basándose en interpretaciones erróneas y estúpidas de los postulados de
Nietzsche.

En lo formal, en el cine de Hitch destacan también la utilización casi matemática de la tensión en


la estructura de sus filmes, el sentido del humor y la minuciosidad en la escritura del guión. Al
respecto, el director inglés siempre comentó que sus películas estaban terminadas antes del

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rodaje, parte ésta última que le resultaba fastidiosa, por la intervención de diferentes intereses
y vanidades, como las de los actores, sobre los cuales dijo en una entrevista, que muchas veces
debían ser tratados como ganado.

Otra parte escencial de su cine, es el predominio de la imagen sobre los diálogos. Un ejemplo
soberbio -aunque en el cine de Hitch hay muchos- es la cinta Los 39 escalones, donde con una
simple mirada , queda al descubierto un fugitivo inocente ante la heroína de la película. "No
creo en los diálogos. Tengo una fé ciega en el arte cinemtográfico", explicó Hitch una vez..

Entre sus cintas más memorables se encuentran, además de las ya mencionadas, Rebeca (1940),
La sombra de una duda (1943), La soga (1948), Extraños en un tren (1951), La ventana indiscreta
(1954), El hombre que sabía demasiado (1955), De entre los muertos (Vértigo) (1958 y Los
pájaros (1963).

Muchas de estas cintas son programadas con regularidad en en el canal Once TV del Instituto
Politécnico Nacional, y en los canales de cable Film & Arts - 9 - , TNT - 15 - y USA -26 - que
incluso tiene preparado todo un homenaje, proyectando todos los días 13 de cada mes, algunas
de sus cintas más reconocidas. Dicho homenaje inició el pasado 13 de agosto con la proyección,
precisamente, de Psicosis.

Produjó también dos series de televisión: Alfred Hitchcock presenta y La hora de Alfred
Hitchcock y nunca obtuvo un Oscar como mejor director. En 1979 sugirió, como epitafio para su
lápida, que se escribiera "¿Ven ustedes qué sucede si no se es un buen muchacho?". Murió un
año después, en 1980.

http://marcocar.blogspot.com

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