Вы находитесь на странице: 1из 2

Consintiendo tu silencio II

 
Me da la impresión de que no sé querer
como si mi alma y cuerpo no supieran amar
Me suena que lo dices y debe ser verdad
pues reacciono en silencio, lloro en soledad
Me da la impresión de que soy como la llama
de un fuego sin luz, mirada desde lejos
Mas no concibes que mi calor sí embriaga
a la gente cercana a mí corazón
Sabes bien que donde hubo fuego
hay cenizas y en ellas vive el calor
A veces siento como mi silencio te hiere
Reconozco te he acostumbrado al canto libre
Requieres de una caricia que hoy extraviada
descansa quizás en brazos de otro ser
Este gorrión cansado de vivir, ya no canta
apenas posa sus ojos en el umbral de la ventana
Supongo que es debido a la pereza
o tal vez al encuentro inusitado de su destino
Estúpida práctica de tener que optar por caminos
estrechos, sinuosos, corridos, desconocidos
en los que uno se sabe perdido y debe seguir
Me da la impresión de que no sé querer
y es que habiendo entregado todo lo mío
noto que al irme, no tan sólo he partido
he dejado que mi alma vuele sin ganas de volver
Admito, inquirí para dejarte marcas que te sirvan
que en mis uñas conservo residuos de tu piel de amor
En mi boca mantengo el fuego abrasador
de tu lengua y por ende de tus deseos
Sí, sé que me dirás otra vez, como de costumbre,
que no he dicho nada como para que te consuele
como tampoco he entregado de mí los bienes
ni deben haber sido tantos los momentos gratos
como ahora aspiro de las palabras que fueron dichas
Menos aún la inequívoca expresión de mi cuerpo
o las huellas que en ti él con afecto imprimió
Detalles que te faciliten el saber de que sí, un día
cuando caminando de tu mano, te decía
entre otras cosas y no me refiero a todas
tan sólo algunas de ellas, pues de las demás me olvidé
que cuando te amé, sí, mi amor, ¡Yo te quería!
Samuel Akinin Levy
 

Вам также может понравиться