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Aprender de pueblos
en marcha y en alianza
Mitton Sumantes

Historia
de los
orígenes
de Israel

Aprender He pueblos
en marcha y en alianza
INTRODUCCIÓN

Una Historia de Israel, sobre todo de sus orígenes, es una ta-


rea compleja porque siempre va a suponer, investigar en el texto y
más allá del texto. De alguna manera es una reconstrucción a par-
tir de fuentes bíblicas y extrabíblicas parciales, por tanto no abso-
luta. Es una aproximación histórica siempre provisoria y abierta a
nuevas investigaciones.

La importancia de abordar el tema "Los Orígenes de Israel" pa-


ra los cristianos es indirecta y directa. Indirecta en cuanto hablar
de Israel no es hablar solo de la historia de un pueblo, es tratar
dentro de ella la experiencia de Yavé Dios que atravieza y modela
todo el Antiguo Testamento. Directa porque la persona de Jesu-
cristo, se encarnó judío, se enraizó en lo más hondo de la tradición
de su pueblo y su proyecto del Reino solo se entiende plenamente
a partir del Antiguo Testamento.

HISTORIA Di; LOS ORÍGENES DE ISRAEL Una advertencia, no debemos olvidar que en nuestra búsque-
da del pasado israelita tenemos muchos compañeros de camino:
Ls propiedad del Ccnlro Bíblico Verbo Divino, Padre Damián N30-71 y Obispo samaritanos, judíos y musulmanes. El interés por la historia del
Día/, de la Madrid (Barrio Las Casas Altas), Telf. (02) 256.63.18, antiguo Israel no es de exclusividad cristiana.
Fax: (02) 256.61.50, E-mail: ventas@verbodivino-ecu.org, Apdo.: 17-03-252,
Quito-Ecuador.http://www. verbodivino-ecu.org La hipótesis que nos expone Milton Schwantes, es que el Israel
primitivo tuvo su nacimiento dentro de Canaán, a finales del siglo
Primera Edición XIII aC, como fruto de un encuentro paulatino entre diversos gru-
pos socio-económicos y étnicos, por lo menos cuatro: los hapiru,
© Centro Bíblico Verbo Divino, Quito (Ecuador), 2003. el grupo seminómada abrahámico, el grupo exódico de influencia
© Milton Schwantes mosaica y el grupo sinaítico. Estos cuatro grupos serían los fun-
dantes del pueblo de Israel.
Dibujos: Archivo
Además, este encuentro o alianza fue posible porque se vivía
ISBN-9978-979-35-2 u n a coyuntura de decadencia del imperio egipcio y de las ciuda-
des-estado cananeas, que hizo posible el surgimiento de otros pro-
Impreso por Gráficas Iberia tagonistas en el escenario histórico.

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Esta obra se desarrolla en seis capítulos:
CAPITULO 1
En el primero se ubica la geografía de Canaán-Israel, fenóme-
no clave que posibilitó el surgimiento en ese lugar y en esas con-
diciones del pueblo de Israel.

En el capítulo segundo se trata la situación histórica que vivió


Canaán durante el nuevo imperio egipcio a finales del siglo XIII aC.
Y la hipótesis del surgimiento de Israel.
O Lugar efe
En los capítulos siguientes se abordan el estudio de los cuatro
grupos fundantes del pueblo de Israel. Así: Los hapiru (capítulo III),
tos Aemntecimiwitos
que fue gente desplazada de las ciudades-estado de Canaán y se
dedicó preferentemente a labores mercenarias. El grupo abrahami-
co (capítulo IV), que eran seminómadas pero que poco a poco fue-
ron haciendo alianza con otros grupos y se sedentarizaron. El gru-
po mosaico o exódico (capítulo V), que aportó la experiencia del
éxodo ¡la liberación de Egipto! Y por último el grupo sinaítico (capí-
tulo VI), que en este encuentro de grupos aportó la experiencia del 1.1. LA TIERRA DE ISRAEL
Dios Yavé.
(Canaán, Palestina)
Esperamos que este texto aporte elementos para la discusión
de los Orígenes de Israel y que posibilite pasar de una interpreta- a. El nombre del lugar
ción "clásica", casi fundamentalista, a una interpretación más his-
tórica y posible del nacimiento del pueblo de Israel.
L a historia de Israel se desenvuelve en una tierra específi-
ca; tiene las huellas de su localización geográfica.
Una observación, las notas al pie de página han sido suprimi-
das para que la lectura fluya, aunque en algunos casos hayan fra- No es fácil fijar la ubicación de la tierra en estudio. Eso se
ses entre comillas. Si se desea una investigación mayor se puede debe en parte, al hecho de que la historia, que ahí se desenvol-
acudir a los libros básicos sugeridos en la bibliografía. vió, solo en raras oportunidades llegó a abarcar toda la población
y en parte a la complejidad de la propia historia del área.

Centro Bíblico Textos de Egipto, de Ugarit y de otros pueblos, atribuyen a


Verbo Divino la región el nombre de Tierra de Canaán. También en textos bí-
blicos se encuentra esta designación (Gen 12,5; 42,5; Núrn
35,10, etc). Parece que originalmente este nombre se refiere a la
región del litoral del mar Mediterráneo. En todo caso esta desig-
nación es pre-israelita.

En el Antiguo Testamento algunas veces la expresión 'Tierra.


de Israel", equivale a la expresión 'Tierra de Canaán" (1 S a m

4 5
13,19; Ez 40,2-47,18; 1 Cro 22,2; 2 Cro 2,16). En muchos otros ríos"). Y a toda esta área se le
pasajes, tierra de Israel significa el territorio del estado de Israel llama la Creciente Fértil.
(reino del norte, cf 2 Sam 5,2; 6,23). En la literatura Deuterono-
mista se busca describir esta tierra por frases relativas: "La tierra Entre la tierra de Israel y
que Yavé conjuramento dio a sus padres" (Dt 1,8; 35; 8,1; Jos aquellos dos grandes siste-
21,43; Jer 32,22). mas fluviales no hay contacto
directo. En dirección al norte
Del periodo romano proviene la designación, actualmente más se interpone entre la tierra de
usada, en la investigación bíblica: Palestina. Inicialmente este tér- Israel y el Eufrates una re-
mino, se refería solamente a la tierra de los filisteos, siendo, gión que llamamos "Siria",
posteriormente, aplicada también para toda la región. que siendo parte de aquella
estrecha franja de tierra fértil
; ^^
entre el mar y el desierto, re-
Me parece que la designación "tierra de Israel" —aunque presenta u n a continuación
de uso muy reducido— es más armoniosa. Primero, por- de la tierra de Israel. En di-
que ésta surgió en el contexto de la historia del pueblo en rección al sur y al este, se in-
cuestión, lo que no se puede decir ni del término Canaán terpone la península del Si-
(pre-vetero-testamentario) ni del término Palestina (posl naí, con su desierto que, en el
velero-1estamentario). Segundo, porque ésta se refiere, mundo antiguo, casi solo per-
originalmente, a una región montañosa y no es, como Ca- mitía una unión entre la tie-
naán o Palestina, extensión de una designación de plani- rra de Israel y el Delta del Ni-
cies para el resto, lo a través de la franja del li-
v / toral.

b. Límites de La tierra de Israel es, par-


la tierra de Israel te de las tierras cultivables
que, al norte y noreste, cir-
En dirección oeste-este la tierra de Israel está limitada por el cundan el desierto de Arabia. Egipto está separado de este conjun-
mar Mediterráneo y el desierto de Arabia. Es parte de aquella es- to geográfico por los desiertos de la península del Sinaí. Estos li-
trecha franja litoral, en la cual la vegetación depende, de las llu- mitan la tierra de Israel al sur. Al norte, las montañas del Líbano
vias traídas desde el mar. Esta franja litoral fértil, comprende más y Anti-Líbano desempeñan este papel (Núm 31,1-12; Ez 47,15.20).
o menos 120 km de ancho. Parte de ella es la tierra de Israel; apre- Con sus 240 km de Berseba a Dan y sus 120 km en la dirección
tada entre el mar y el desierto. este-oeste la tierra de Israel ocupa un territorio pequeño.

En dirección sur-norte la tierra de Israel se sitúa entre dos c. Los accidentes geográficos
grandes sistemas fluviales, el Nilo en Egipto y el Eufrates y Tigris
en Mesopotamia. J u n t o a estos ríos caudalosos, la vegetación es Los accidentes geográficos importantes de la tierra de Israel,
exhuberante. Sus valles pudieron alimentar a un gran número de corren en dirección norte-sur: franja del litoral, regiones montaño-
pobladores. Constituyeron la base material para estados o impe- sas de Cis y TransJordania y depresión del Río Jordán.
rios. Se dice, por ejemplo, que Egipto es ¡un regalo del Nilo!; y la
tierra entre el Eufrates y el Tigris se le llama Mesopotamia ("entre

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Sierra de Efraín, en cierto modo se bifurca. Su continuación al no-
Este conjunto de la fran-
roeste es el Monte Carmelo (528 m) y, al noreste, el Monte Gelboé
ja del litoral, depresión del
(487 m).
Jordán, sierras de Cis y
TransJordania, rodeadas de
Al sur, encontramos la Sierra de Judá, en general, más eleva-
valles y planicies, hace que la
da que la Sierra de Efraín, estando el límite entre ambas a la altu-
tierra de Israel sea, acciden-
ra de Jerusalén. La altura máxima de la sierra de Judá se encuen-
tada, diversificada, segmen-
tra en las proximidades de Hebrón, (1028 m).
tada, con pasajes bruscos en-
tre los diferentes paisajes,
Estas sierras de Cisjordania, son el escenario de la historia de
principalmente porque el te-
Israel. La región montañosa de TransJordania, es semejante a Cis-
rritorio, es de pequeña exten-
jordania; ambas están separadas por la depresión del Jordán. Las
sión: el Río Jordán está a me-
montañas de TransJordania son la extensión del Monte Hermón,
nos de 100 km de las playas
alcanzando 1250 m al sudeste del lago de Galilea y 808 m en el
mediterráneas y la distancia
monte Nebo (Dt 34,1), en las proximidades del Mar Muerto.
entre Dan y Berseba —que en
el Antiguo Testamento son lo-
Las regiones de Basa y de Galaad, son los sectores más men-
calidades limítrofes (Jue
cionados de TransJordania en el Antiguo Testamento: Basa, es la
20,1; 1 Sam 3,20)— solamen-
región montañosa y muy fértil, al este del lago de Kinéret; original-
te completa 240 km. Las fre-
mente Guilead/Galaad, tal vez solo se refiere a la región de la ciu-
cuentes alteraciones de pai-
dad del mismo nombre, siendo posteriormente, generalizada para
saje, son desproporcionadas
la TransJordania. Estas montañas de TransJordania se encaminan
en relación al espacio reduci-
al este hacia el altiplano del desierto de Arabia. No obstante, aún
do. Propongo observar en la
no nos referimos a una de las características decisivas, tanto de
ruta oeste-este, en la altura
Cisjordania como de TransJordania: sus sierras están cortadas por
de Jerusalén, en u n a distan-
valles y planicies que corren en la dirección este-oeste. Estos va-
cia aproximada de 100 km:
lles son muy importantes en la historia de Israel, tanto por sus tie-
La franja del litoral, es relati-
rras fértiles, húmedas y cultivables y, porque constituían pasajes
vamente larga y de lento declive durante sus 50 km. En los próxi-
privilegiados, para quien quisiera cruzar las montañas.
mos 25 km el declive es rápido hasta llegar a los 750 m. El decli-
ve en dirección al Mar Muerto es brusco: en 25 km alcanza los 392
Los valles y planicies. La planicie más importante es la plani- m bajo el nivel del mar. Nos encontramos pues, en u n a tierra geo-
cie de Jezrael que, juntamente con la planicie de Betsán, separa gráficamente accidentada.
las sierras de Galilea de las sierras de Efraín. Por la planicie de
Jezrael se obtiene acceso a TransJordania, a través de la planicie
de Betsan y a Acó a través del río Quisón y a Dor a través de va-
lles estrechos. Existen otros valles menores entre las montañas. Así hay tres regiones básicas: (1) la franja del litoral que
Tales valles menores, se encuentran junto a Jerusalén y Samaría. es plana y fértil, sobre todo en la Sefalá, (2) los macisos
En la costa occidental de las montañas de Cisjordania se sitúan, montañosos de Galilea, Efraín y J u d á y (3) ios valles so-
entre otros, los valles de Ayalón y Sorec. En TransJordania, los va- bretodo el de Jezrael.
lles de algunos ríos desempeñan un papel destacado.

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d. Las lluvias en la zona ras alcanzan los 1000 m y dificultan las lluvias en las regiones si-
tuadas más al este, en el desierto de J u d á y en sectores de la
La vida nece- TransJordania. La sierra de Efraín, más baja, posibilita mayor ín-
sita del agua. Las dice de lluvias en la TransJordania. Más reducidas son las lluvias
personas que vi- en la depresión del Río Jordán y junto al Mar Muerto, donde se lo-
vieron y viven en calizan regiones desérticas.
la tierra de Israel
lo experimentan La Sierra de J u d á es un territorio muy importante en la histo-
de modo muy de- ria de Israel. Con una altura superior a la Sierra de Efraín, marca
cisivo, porque al- las condiciones de vida. Entre el litoral mediterráneo y las monta-
gunas de sus re- ñas en la altura de Hebrón (Belén y Jerusalén), las lluvias son con-
giones carecen de siderables; en dirección al Mar Muerto ocurre lo inverso; el declive
agua. occidental de la tierra de Judá, denominada Sefalá, forma un área
adecuada para la agricultura; en el declive oriental, denominado
La tierra de desierto de Judá, predomina la aridez.
Israel comparte el
clima sub-tropi- No solo la lluvia humedece las tierras. También el rocío tiene
cal por la cerca- un papel muy importante (Eclo 43,22), generado por el viento oes-
nía del Mediterrá- te (del mar), el rocío trae alguna humedad en el verano seco y po-
neo. El verano es sibilita alguna vegetación en regiones áridas.
seco. El invierno
es lluvioso. Se ini- El sistema fluvial de la tierra de Israel naturalmente está rela-
cia a fines de oc- cionado a las condiciones de lluvia. La mayoría de los ríos o ria-
tubre o noviem- chuelos no existen durante todo el año, o en el verano, se infiltran
bre con las prime- durante su curso, debido a la propia constitución geológica de la
ras lluvias, de las tierra. Estos lechos de ríos y corrientes que se secan en el verano
cuales depende la acostumbramos a designarlos como "vados".
siembra. El perio-
do de mayor llu- Entre estos, se encuentra el Río Quisón (al norte del monte
via es enero; en Carmelo), arroyo de Canaán (en la planicie de Sarón), el Río Ce-
esta época ocurre drón (junto a Jerusalén), el Río Besor (en el Negueb), el Río de
la floración. Las Egipto (bien al sur), en los límites de la tierra de Israel. Pocos son
últimas lluvias los ríos que, como el Jordán, conducen agua durante el año ente-
caen en marzo y ro. Los principales se encuentran en TransJordania: Zered, Arnón,
abril y son importantes para la germinación de los granos. Sin em- Jaboc, Jarmuc. Otros menores igualmente son afluentes del Jor-
bargo, la estación de las lluvias no incide de modo uniforme sobre dán. Algunos otros ríos y corrientes conducen agua durante todo
las diversas regiones. Las lluvias provienen del oeste, del Medite- el año, solo en las proximidades de su desembocadura, como es el
rráneo. La regiones montañosas funcionan como barreras natura- caso del riachuelo Quisón y de otros más en el litoral.
les. Eso vale inicialmente para las sierras de Cisjordania. Si son
muy altas, dificultan el acceso de las lluvias en dirección al este.
Se puede observar en las sierras de Galilea y de Judá, cuyas altu-

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r ~\
Por lo lanío, en la ¡ierra cíe Israel, la distribución de llu- La expresión "leche y miel", aparentemente, no quiere
vias y. en consecuencia, el agua, permite diferenciar, en describir u n ambiente paradisíaco ni idílico, sino sola-
grandes rasgos, tres regiones: estepas y desiertos, sierras mente una situación normal; "leche" presupone la crian-
y planicies. za de animales (probablemente de cabras). "Miel" lal vez
V ) ni designe a la miel silvestre, sino "dulces" preparados de
uvas, higos y otras frutas.
En torno al Mar Muerto, en el valle meridional del Río Jordán, \. J
en el declive oriental de la Sierra de J u d á y en el Negueb, predo-
minan estepas y áreas desérticas. En la tierra de Israel, se puede obtener la alimentación básica,
aunque se debe estar informado, de que el país de la Biblia, no fue
Las sierras de tierra fértil en la Cis y TransJordania, dependen nunca muy rico. Por eso no ha de ser casualidad que, en la remo-
principalmente, de las lluvias del verano. En las sierras y en las es- ta era de la Edad de Piedra, ya había gente en Israel y en el 7° y 6 o
tepas, los pozos, oasis y cisternas eran vitales en el verano, para milenio ya se construía en Jericó. No obstante, no se trata aquí de
la sobrevivencia de personas y animales. acompañar esta larga historia de la tierra de Canaán. Debemos
restringirnos al periodo israelita.
Las planicies —en el litoral o, en forma de valles, en medio de
montañas— son las áreas más beneficiadas por el suelo húmedo y
fértil, por la concentración de aguas. En este contexto, se debe re-
cordar que, debido a su constitución, las montañas son relativa- 1.2. L A TIERRA DE ISRAEL ENTRE
mente porosas, dejando filtrar el agua con rapidez hacia los valles. EGIPTO Y MESOPOTAMIA
De esta situación se origina un oasis como el de Jericó o un terre-
no semipantanoso en las proximidades de Betsán. a. Israel condicionado por
Esta división en tres regiones, toma en cuenta la acción de las su situación geográfica e histórica
personas sobre su medio ambiente. Pues, en tiempos más anti-
guos, en los cuales, a lo menos en parte, se incluye el periodo ve- La tierra de Israel por estar aprisionada por Egipto y Mesopo-
tero-testamentario, la diferencia entre planicies y montañas no pa- tamia y por ser un puente de paso entre estas dos potencias en su
rece haber sido tan marcada, ya que también las montañas esta- historia siempre cuentan Egipto y Mesopotamia. ¡Israel no puede
ban cubiertas de matorrales. La diferencia entre sierras y planicies vivir sin ellas!
no reside en la vegetación y en el clima, sino más bien, en las cir-
cunstancias socio-económicas, como ahora veremos. Por el testimonio del Antiguo Testamento, dos eventos básicos
de la historia de Israel ocurren fuera de su propia tierra: La libe-
e. Tierra que mana leche y miel ración de los esclavos hebreos, bajo el liderazgo de Moisés e n Egip-
to (Ex 1-15). Y por otro lado el exilio o destierro hacia los países
Esta es la tierra buena, tierra que fluye leche y miel (Ex 3,8; mesopotámicos.
Dt 26,9). Para ser exacto, esto no es exageración, cuando se ve
que, aunque esté circundada por estepas y desiertos poco produc- Estos eventos fundamentales de la historia de Israel, mues-
tivos al este y sur, la tierra de Israel ofrece buenas condiciones pa- tran que los propios israelitas tenían necesidad de incluir a sus
ra la sobrevivencia en las sierras, en los valles y planicies. En es- poderosos vecinos del sur (Egipto) y al norte y noreste (Mesopota-
ta tierra deben haber vivido, aproximadamente, 1'000.000 de per- mia) al hablar de su destino. La trayectoria histórica de Israel, es-
sonas, de 30 a 35 habitantes por kilómetro cuadrado. tá vinculada a la de los pueblos del Nilo y del Eufrates/Tigris. En

14 15
con el Mar Muer- Damaito
to. En la costa
marítima, las pla-
yas entre Gaza y
el Monte Carmelo,
no ofrecían las
condiciones para
construir puertos.
Los puertos que
existían al norte
del Carmelo, con
raras excepcio-
nes, estaban en
manos de los feni-
cios. Se sabe que
estos mantenían
comercio maríti-
mo con Egipto. Lo
sabemos también
de Ugarit. En la
época de Salomón
ocurrieron asaltos
en el comercio
marítimo con la
ayuda de los feni- Gaza
cios (1 Re 5,9;
parte, la misma situación geográfica, ya lo condiciona, pero lo de- 9,26-28; 10,11).
terminan mucho más, las situaciones históricas. En lo que sigue, Moabltas
intentaremos darnos cuenta, brevemente, de la vinculación de la Las rutas co-
historia de la tierra de Israel con la del mundo que lo rodea. merciales que Arabia
cruzan la Tierra
b. Las rutas comerciales de Israel son anti-
guas; se remontan a periodos pre-israelitas. Se trata básicamente
La Tierra de Israel es lugar intermedio del comercio internacio- de tres rutas:
nal. Es paso de productos, que de Egipto se dirigen a Siria y Mesopo-
tamia o viceversa. No es casualidad que el término "cananeo" origi- La ruta comercial más importante es la que sigue por la plani-
nalmente significa "comerciante" (de púrpura) (cf Os 12,8; Sof 1,11). cie del litoral. En la salida de Egipto, pasa por la costa del Medite-
rráneo. Cruza la tierra de los filisteos, por lo que es llamado Cami-
En la tierra de Israel, este comercio no se desarrolló por mar o n o de la Tierra de los Filisteos en Ex 13,18. Continúa por la plani-
río. El Río Jordán no es apto para la navegación. Lo mismo ocurre cie de Sarón rumbo al norte. En la altura de Dor se encamina, por
pequeños y apretados valles, en dirección a la Planicie de Jezrael
16 17
que es el pasaje junto al Meguido, importante en cuanto a estrate-
gia, seguido por el pasaje de Ibleán. A partir de la Planicie de Jez-
rael, el comercio podía alcanzar Damasco, y a partir de ahí, a Me-
sopotamia, a través de Betsán (al sur del Mar de Kinéret) o a tra-
vés de Azor (al norte del mismo). Esta ruta comercial por la Plani-
cie era, simultáneamente, la carretera para el deslizamiento de las V.
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tropas, en especial de los carros de combate. c -o -o
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La otra ruta comercial, muy importante para la historia de Is-


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rael, pero mucho menos significativa que la anterior, cruza las par- p
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tes más altas de las cordilleras de Cisjordania, acompaña la línea o CB


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divisoria de aguas. En cierto modo, es una ruta de desvío del ca- ¡a u —1 T3 T3
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mino de la planicie, pues, en el sur, en el Negueb, la abandona y, cd
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en el norte en el valle de Jezrael, la reencuentra. Este camino por o
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la cordillera pasa por ciudades famosas en la historia de Israel: o
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Berseba, Hebrón, Belén, Jerusalén, Guibea, Mispá, Betel, Silo, Si- c U u c
quén. Todas estas ciudades son antiguas, pre-israelitas. Los israe- f ,C -H C
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litas, agregaron algunas ciudades más, al elenco de las que ya •xp y > >-> >>
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existían, principalmente Samaría, Jue 20,31 se refiere a un cami- £3 — ra ^ C) U


no de tierra preparado de Guibea hasta Betel, J u e 21,19 de Betel X > > >
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La tercera ruta comercial, que igualmente se dirige a Damasco, i* a C c c
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CD CDc 0) cu u
pasa por las cordilleras de TransJordania. Su origen está en el Gol- •H
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fo de Acaba. Cuando Salomón edifica Ezión-Geber, busca orientar •o
esta ruta comercial para Jerusalén. ni
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Así las tres rutas eran: !;i rula litoral, la más conocida y -,-.- 3
regulada. La ruta poi la1- montañas que era más bien un g
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18
19
La historia de Israel se desarrolla a la sombra de los imperios J u d á es arrasada y Jerusalén cercada como un "pájaro enjau-
de Egipto, Asiria, Babilonia, Persia, de Grecia y de Roma. lado" en el año 701. Siria y la Tierra de Israel son integradas al po-
der asirio, al final del siglo octavo. El territorio de Israel es trans-
Influencia Ekjipcia. Durante la segunda parte del segundo mi- formado en provincia. Incluso, el propio Egipto es amenazado y en
lenio, los egipcios tuvieron la supremacía sobre la región de Siria el año 671 es conquistado. En el siglo séptimo, llega a su cumbre
y de Canaán. Ya en el inicio del segundo milenio, los egipcios tu- la expansión asiria. Al final de este siglo, también ocurre su rápi-
vieron influencia en Siria y en Canaán. Durante el Imperio Medio do declive. En el año 612 aC, la entonces capital, Nínive, es con-
(2040-1786 aC), estas regiones no estaban integradas en el domi- quistada. Los asirios son substituidos por los babilonios, en el do-
nio del estado del Nilo. Los egipcios solamente ejercían u n tipo de minio internacional.
"protectorado" sobre estas zonas.
Influencia Babilónica. También los babilonios, tienen larga his-
Influencia de los Hicsos. En el segundo cuarto del segundo mi- toria de muchos conflictos, con naciones vecinas, en especial con
lenio (de 1786 hasta 1580 aC), el propio Egipto fue dominado por los asirios. Así como se impusieron, también fueron vencidos. Ba-
los hicsos vía la lenta infiltración de poblaciones seminómadas en bilonia ya alcanzó cierto auge en la primera mitad del segundo mi-
el Delta del Nilo. Estos se adueñaron de Canaán. Los hicsos, que lenio bajo Hamurabi, el famoso legislador (1792-1750 aC). Otro
dominaban en Egipto aparentemente no constituyeron un Imperio, punto máximo de la expansión babilónica, se presenta en el siglo
o sea no subyugaron a sus compatriotas en Siria y Canaán. El do- séptimo y sexto, cuando conquistan la supremacía, como suceso-
minio de los hicsos sobre Egipto preparó el camino para el efecti- res de los asirios, en el plan internacional. En el año 605, Nabuco-
vo control egipcio sobre Canaán, pues u n a vez desbaratados los donosor, en calidad de príncipe heredero, derrota en Carquemis, a
invasores, el imperio nuevo (1580-950 aC), pasó a efectuar la inte- los egipcios, que con ocasión de la derrota del imperio asirio, ha-
gración de Siria y de Canaán a sus dominios. La formación de Is- bían conseguido hacer avanzar sus ejércitos hasta aquella locali-
rael, se da bajo las condiciones de la supremacía egipcia sobre Ca- dad, a orillas del Eufrates (cf Jer 46,2). Repeliendo el avance egip-
naán. cio, los ejércitos babilónicos pasan a imponerse en Siria e Israel, sin
que lograran conquistar el territorio de Egipto. Algunos millares de
Influencia Asiría. La historia de asirios y babilónicos —estos la población de Judá, en especial de la élite jerosolimitana son de-
más al sur, aquellos más al norte del Eufrates y Tigris— está en- portados en el año 597 y 587. En el verano del 587, Jerusalén, sus
trelazada y conocen altos y bajos, conforme las diferentes variables muros, sus palacios y su templo a Yavé son arrasados y quemados.
de la política internacional de la época. Los asirios alcanzan u n J u d á es integrado a la provincia de Samaría. Como se ve, el estilo
primer auge en su expansión bajo Tiglat-Pileser I, alrededor del de dominación de los babilonios no difiere mucho del de los asirios.
1100 aC. E n esta época alcanzan el Mar Mediterráneo, al norte de El imperio babilónico no fue de larga duración. En el 539 aC, las
Siria. Sus avances fueron marcados por la extrema crueldad. El puertas de Babel, la capital, se abrían para recibir en fiesta, un
ejército asirio parece haber sido especialista en el terror: destierro, nuevo ejército victorioso: los persas, bajo la dirección de Ciro.
masacre, destrucción. Otro momento importante de la expansión
asiria, se d a en el noveno siglo, cuando además de volver al Mar Influencia Persa. El origen de los persas está en las montañas,
Mediterráneo, amenazan a los árameos (Damasco). El punto máxi- al este de Mesopotamia. En una rápida ascensión, Ciro, uno de los
mo del Imperio Asirio se presenta a partir de mediados del octavo soberanos persas, expande el dominio de los ejércitos persas, so-
siglo, bajo Tiglat-Pileser III (745-727 aC). Damasco es conquistado bre medos (553), libios (546) y babilonios (539). Su sucesor, Cam-
el año 732, los sectores del norte del estado de Israel son anexa- bieses, también vence e integra, en 525, el territorio egipcio al po-
dos en el a ñ o 732, la capital de Israel (Samaría) es destruida en el der persa, constituyendo así el gran imperio persa, que mantuvo
año 722. el control sobre el oriente hasta 330 aC. J u d á formaba parte del
muy bien organizado sistema de provincias. Inicialmente era par-

20 21
te de la provincia de Samaria, posteriormente pasó a formar una
provincia persa. La política de dominio de los persas se valía de
Por lo tanto, constatamos que la Tierra de Israel tiene la
métodos diferentes de los de Asiría y de los babilonios. Aquellos
función de un puente. La posición geográfica que la Tierra
pretendían estabilizar su dominio, a través del terror y de la depor-
de Israel ocupa dentro del "creciente fértil", entre las ver-
tación; los otros, por el refuerzo a las culturas locales, en especial
tientes fluviales del Eufrates/Tigris y Mío, ya la caracteri-
por la valorización de las religiones de los pueblos dominados. En
zan como argolla de unión, como lugar estratégico ¡zona
los moldes de esta política, los persas restauraron muchos locales disputada! que los imperios buscaban controlar. La histo-
de culto y reintrodujeron divinidades perseguidas. La restauración ria de la Tierra de Israel desempeñó este papel, porque en
de Jerusalén, en 515 aC, se muestra en este contexto. esta región pasaban las rutas comerciales que unían Me-
sopotamia o Asia Menor con Egipto. Tanto en el Nilo como
Influencia Griega. Los persas dominaban Israel desde el orien- en los ríos mesopotámicos, se desarrollaron imperios muy
te. Sus sucesores en el control sobre la Tierra de Israel, provienen interesados en el control del puente. Por consiguiente, la
del occidente. A partir de la derrota, impuesta a los persas, por el historia de Israel está bajo el constante impacto y la de-
ejército de los Macedonios, en el 333, Siria, Israel, Mesopotamia y pendencia de grandes potencias de la época: egipcios, hic-
Egipto van siendo integrados al señorío macedónico y a la cultura sos, asirios, babilonios, persas, griegos y romanos. ¡La
helénica. El gran imperio conquistado por Alejandro, El Grande, es historia de Israel cuenta, la trayectoria de un pueblo de-
subdividido, después de su muerte, entre algunos de sus genera- pendiente!
les. En esta ocasión, la tierra de Israel es asignada a Ptolomeo, que
se adueñó de Egipto (Alejandría). Los Ptolomeos la gobiernan has-
ta 198 aC. No obstante, Israel también estaba en la mira de Seleu-
co y de sus sucesores, a los cuales les correspondió Asia Menor y
Siria. En 198 aC los seléucidas, arrebatan la Tierra de Israel a los
Ptolomeos. Durante los próximos 70 años, la comunidad judaica
tendrá estos nuevos señores. Justamente, en el conflicto con los
Seléucidas, en especial con Antíoco IV Epífanes, nace el movimien-
to de resistencia de los Macabeos que, en un desarrollo posterior
redundará, bajo los Hasmoneos, en una breve restauración de un
gobierno autónomo en Judá, en las décadas que le antecedieron a
la invasión romana de Israel.

Influencia Romana. A partir del 63 aC los romanos integran la


Tierra de Israel en su sistema de provincias. Judea, era parte de
la provincia de Siria. No faltaron movimientos de resistencia a los
romanos. En este contexto, la ciudad de Jerusalén y su templo
acabaron siendo destruidos. También hay que acordarse que la
cruz, impuesta a Jesús de Nazaret, es una pena romana.

22
CAPITULO 2

Caimán el final del


s, XIII y el surgimiento
da Isnml

2.1. ¿ C Ó M O SURGE ISRAEL?

a pregunta por el origen y formación de Israel, es una de


LA¿las cuestiones más complejas y polémicas. Hay distintas
teorías con resultados significativamente divergentes. La pre-
sente exposición no pretende haber encontrado la solución.

En la medida que se quiera transformar el hexateuco (Gen


hasta Jos) en crónica histórica, parecen desaparecer los proble-
mas. Pero, en verdad, ellos solamente aparentan desaparecer,
porque la investigación bíblica de los últimos siglos, consiguió
demostrar justamente en relación al hexateuco: que s u objetivo
primario es el testimonio, no la crónica de hechos históricos;
que principalmente, los textos del hexateuco se encuentran ba-
jo el impacto de una larga tradición oral; que su redacción no
puede ser atribuida a un solo autor, sino a varios. La investiga-
ción histórica en aquella ocasión, ha reunido tantas y tamañas
evidencias, contra una redacción de los textos del hexateuco en
la época de Moisés, en el siglo XIII aC que, cada vez más, se
vuelve aconsejable una lectura crítica e histórica, sea del hexa-
teuco o sea de otros textos bíblicos.

25
to? ¿El pueblo surgió históricamente en Canaán y fue teológica-
Sin embargo, a pesar de que no se le atribuya la autoría del mente trasladado para Egipto?
hexateuco o Pentateuco a Moisés, no pasan a estar solucionadas
las cuestiones referentes a la formación de Israel. Por el contrario, ¡Israel es fruto de asentamientos migratorios! En las últimas
ahí es donde se inician. Y, de hecho, diversas son las propuestas décadas la investigación bíblica e histórica afirma que la población
para la comprensión de los orígenes de Israel: para unos, Israel se que constituyó Israel, por así decir, habría nacido en la estepa y en
constituye fuera de Canaán y conquista esta tierra en un proceso el desierto. Debido a la escasez de recursos, a la codicia de tierras
de invasión violenta. Para otros, Israel se formó en Canaán en un cultivables y a la superpoblación de la estepa, se habría estableci-
proceso lento y pacífico de inmigración y aculturación de contin- do en la tierra cultivable, dentro del ritmo de la trashumación,
gentes poblacionales seminómadas, a través del fenómeno de emi- que, en el verano, acercaba al seminómada a la tierra fértil, y en el
graciones. Para otros, Israel emergió de una crisis profunda y re- invierno, lo apartaba de ella. Esta tesis de inmigración pacífica no
volucionaria de la sociedad tributaria cananea, a través de la emi- ha logrado resistir las críticas.
gración de las poblaciones cananeas marginalizadas. En el origen
de Israel está: ¿una conquista?, ¿una inmigración?, ¿una revolu-
ción? Pues, por un lado, el seminómada, por lo general, no es en ab-
soluto un agricultor en potencia; es decir, no quiere dejar su esti-
No se trata, ahora, de querer fundamentar estas tesis. Sin em- lo de vida, y por otro lado, es poco convincente atribuir a la este-
bargo, conviene señalar, desde ya, algunas de las observaciones pa el peligro de la superpoblación, que justamente no es fenóme-
que apuntan en la dirección de las afirmaciones anteriores. no del seminomadismo, pero si de la agricultura. Si la gran mayo-
ría de la población que constituyó Israel difícilmente proviene de la
Teorías sobre el origen del pueblo de Israel estepa, entonces ¿de dónde emigró?

¡Israel nace en Egipto! El Pentateuco afirma que el origen del ¡Israel nace en Canaán! En una columna o texto egipcio del
pueblo de Israel se dio en Egipto: Ex 1,9 habla del "pueblo de los quinto año del faraón Mernepta (1224-1204 aC), es decir 1219 aC,
hijos de Israel". En el credo de Dt 26, es afirmado que en Egipto, es mencionado Israel. Este texto es discutido: ¿Israel sería aquí un
los descendientes de árameos dispuestos a morir, se volvieron un pueblo o una localidad? ¿Este Israel se localizaría en la sierra de
"gran pueblo, fuerte y numeroso" (v. 5). Muchos otros pasajes lo- Efraín o en la Planicie de Jezrael? Si el Faraón de la opresión de
calizan el surgimiento del pueblo israelita en las tierras de los fa- los israelitas en Egipto, de hecho, tiene que haber sido Ramsés II
raones (cf Ex 1,20; 3,7; 5,5). Ahí se trata de una afirmación teoló- (1290-1225 aC, cf Ex 1,11; 2,23), entonces ¿los israelitas liberados
gica de primerísima calidad: en la liberación de la opresión, los is- ya habían llegado a Canaán en 1219 aC? Como se ve, la interpre-
raelitas vieron su origen. Sin embargo, no solamente ahí hay teo- tación de la "columna-texto de Mernepta" es complejo. Aún así, lla-
logía. La vinculación del surgimiento del pueblo a la tierra del pue- ma la atención que en 1219 aC, Israel pueda ser mencionado co-
blo de Egipto también contiene un dato histórico relevante, la or- mo adversario de los egipcios en el contexto de las ciudades, como
ganización de un pueblo se da, preferencialmente, bajo las condi- Gaza, Ascalón, Guézer y Jenoa.
ciones de la tierra cultivable. Estepas y vidas seminómadas no
ofrecen las condiciones propicias, para el surgimiento de una or- / • v

ganización centralizada y estatal. La organización adecuada a la Es difícil establecer consensos en medio de tesis t a n diver-
estepa es el clan, tal vez la tribu, no el pueblo y la nación. Por lo gentes. Las tesis, que, a mi modo de ver, mejor compagi-
tanto, al afirmar el origen del pueblo de Israel en Egipto, el propio nan con los conocimientos que hoy tenemos, a partir de la
Pentateuco manifiesta tener conciencia histórica en cuanto a las apreciación histórica de los textos bíblicos, a partir de los
condiciones necesarias para el surgimiento de tal organización. resultados arqueológicos y a partir del análisis d e las con
¿Israel efectivamente se habría originado, como nación(!), en Egip-

26 27
Israel se forma en una tierra de larga historia. Su formación
ocurre al final del siglo XIII, (cf la columna de Mernepta" de 1219
diciones vigentes en el imperio egipcio de la época, son los aC) y el siglo XII. Por consiguiente los siglos que anteceden este pe-
siguientes: riodo y particularmente, los siglos en cuestión (13° y 12°) merecen
Israel surge en Canaán. especial atención. En este periodo los egipcios toman el mando de
Israel se constituye bajo las condiciones del modo de Canaán. Inicialmente queremos introducirnos al modo de dominio
producción tributario cananeo. egipcio sobre Canaán en la segunda mitad del segundo milenio.
Diversos grupos, oriundos de las afueras de Canaán.
desempeñaron un papel destacado en la formación de a. El dominio hieso, egipcio, hitita y de
Israel. los pueblos del mar en Canaán
V. : )
Por las investigaciones los hurritas-hiesos, son los primeros en
A continuación relaciono indicios provisorios que permitan eva- "internacionalizar" Canaán. Imponen su dominio sobre las ciuda-
luar, de modo introductorio, la posibilidad de afirmar el surgimien- des cananeas ya existentes y fomentan la edificación de nuevas se-
to de Israel bajo las condiciones de Canaán. Esta hipótesis orienta- des urbanas. Estos centros urbanos formaban, juntamente con los
rá la descripción que sigue. Por eso, para comprender los orígenes territorios por ellas controlados, pequeñas ciudades-estado. Este
de Israel, se hace necesario obtener una idea pormenorizada de la modelo de ciudad-estado duró hasta el final del segundo milenio.
situación de la tierra de Canaán en la segunda mitad del segundo En las ciudades, los hicsos se instalaron como casta militar domi-
milenio. nante. Igualmente subyugan Egipto y fortalecen a los Faraones
durante dos siglos, (1785-1580 aC). Estos hicsos son indo-germá-
nicos o, al menos, entre ellos se encuentran grupos con tal origen.
2.2. SITUACIÓN EN CANAÁN DURANTE EL Por eso, no es extraño que a partir del siglo 18 encontremos nom-
bres indo-germánicos en Canaán.
NUEVO IMPERIO EGIPCIO
Los hicsos instalaron su supremacía a través de nuevos arma-
mentos. Aunque el carro de guerra tirado por caballos sea anterior
a ellos, fueron ellos los que lo usaban para su dominio. A ellos
también se les puede atribuir los diferentes usos del bronce, tan-
to para la protección de las ruedas de los carros de guerra, como
para la protección del propio combatiente, a través d e corazas. Al
introducir estas nuevas modalidades, los hicsos m a r c a n profunda-
mente a la sociedad de Canaán.

Cuando los egipcios retoman la corte faraónica, p a s a n a asu-


mir la herencia de los hicsos, también en Canaán y Siria. Eso se
da en el imperio nuevo (a partir de 1580 aC).

Los primeros faraones al inicio del nuevo imperio ingresaron


por el sur de Canaán, donde pasaron a organizar u n tipo de cabe-
za de puente, para su futuro dominio. Gaza cumple l a función de
cuartel general para la expedición. A fines del siglo 1 6 , los ejérci-

29
28
los egipcios avanzan decisivamente en Canaán, en Siria, cruzando dados por Ramsés II (1290-1224) tiene lugar en 1285 aC, junto a
hasta el mismo Eufrates bajo Tutmoses I (1506-1494 aC) e ingre- Orontes en Siria. Tanto el egipcio Ramsés II, como el hitita Muwa-
sando en territorio del reino de Mitani. No obstante, tales avances tailli festejaron, la victoria, pero, aparentemente, fueron los hititas
no llegaron a estabilizar el dominio egipcio, en el territorio recorri- los que se impusieron militarmente. En todo caso, algunos años
do por Tutmoses I. La tarea de mantener el control la cumple el más tarde, surgió un tratado entre los dos imperios, según el cual,
creador del gran imperio de Egipto, Tutmoses III (1468-1436 aC). Canaán y Siria meridional permanecieron bajo el mando del Fa-
Este, en menos de 17 campañas militares, estabilizó la presencia raón, que con todo, tuvieron que realizar sucesivas campañas mi-
faraónica, englobando además de Gaza, también Meguido y Bet- litares, para tener la supremacía en la región.
sán, como bases egipcias y transformando el territorio conquista-
do en un tipo de provincias, de tal manera que la explotación de Es lo que ocurre en el periodo de Ramsés II y de su sucesor
las regiones dominadas a través de grandiosos saqueos esporádi- Mernepta (1224-1214) y de los otros mandatarios egipcios, que so-
cos, realizados por los ejércitos egipcios, aumentaba la explotación lo consiguen mantener el dominio a través de repetidas campañas
sistemática a través de los tributos. Estaban puestas las bases pa- militares. A estas se agregan, a partir de 1200, nuevas dificulta-
ra un control egipcio que, en Canaán, duraría varios siglos. En la des, porque el antiguo oriente fue barrido por la invasión de los
época de los sucesores de Tutmoses III, Amenofis II (1436-1412 pueblos del mar, de suerte que, después de esta fecha, solamente
aC) y de Tutmoses IV (1412-1402) los egipcios pierden terreno, ocurren invasiones esporádicas de los egipcios en Canaán. Una de
aunque a pesar de todo, consiguen mantener su control sobre Ca- ellas, ocurre en la época de Ramsés III (1182-1151), otra en Sisac
naán y Siria. (935-915) (cf 1 Re 14,25ss). Desde 1200, desde el inicio de la era
del hierro, los faraones perdieron el control sobre Canaán. Este es
Esta declinación de la influencia egipcia llega a su punto más el periodo en que se forma Israel.
bajo en la época de Amenofis III (1402-1364) y del famoso reforma-
dor de la religión egipcia, Amenofis IV ¡casi se desintegró!. De este Pueblos del mar —entre ellos los filisteos— inmigran desde oc-
periodo tenemos gran cantidad de correspondencia enviada por los cidente, invadiendo el Antiguo Oriente por mar y por el litoral. Su
reyes locales en Canaán, reclamando por atención de los sobera- origen puede estar al norte de Grecia. Destrozan el imperio hitita,
nos egipcios porque en su ausencia aumentaron las intrigas entre destruyen la ciudad de Ugarit y algunos de sus contingentes, se
los diversos reyes locales y porque bandas armadas, fuera del con- lanzan contra Egipto, pero pudieron ser detenidos a la entrada del
trol, estaban amenazando las ciudades y sus posesiones. Estas delta del Nilo. Sin embargo, los filisteos se apoderan de cinco ciu-
cartas, en escritura cuneiforme, encontradas en Tell-Amarna al dades, del sur de la planicie de Sarón (Gaza, Guézer, Ascalón, Gat
margen del Nilo, muestran que la desintegración de la supremacía y Asdod), y desde ahí controlan las rutas comerciales y presiones
egipcia sobre Canaán arrastraba tras de sí, la desintegración del sobre Egipto. Los pueblos de mar también se hicieron presentes al
sistema de las ciudades-estado. norte de Canaán, en la ciudad litoral de Dor y las ciudades del va-
lle de Jezrael, y hasta ingresaron en las regiones montañosas. Por
Este declive de la eficiencia faraónica en las provincias cana- tanto, por un lado los filisteos ayudaron a quebrantar, decisiva-
neas, era la oportunidad para el resurgimiento de la influencia hi- mente, el dominio egipcio sobre Canaán, pero, por otro lado, tam-
tita en el área. Desde su territorio en Asia Menor, los hititas en es- bién trataron de asumir la herencia egipcia.
ta época, ya marcaban presencia en la Siria septentrional.
Revisando la descripción hecha hasta aquí, sobre el periodo de
Al inicio del siglo 13 rejuvenece el imperio egipcio. Setos I hegemonía egipcia en Canaán podemos constar:
(1304-1290), vuelve a realizar incursiones militares en Canaán y
Siria. E n esta región, los egipcios pasaron a disputar territorio con
los hititas. El enfrentamiento entre los hititas y egipcios, coman-

30 31
r
blación de Canaán, hasta cierto punto, es mixta. El propio Antiguo
Testamento preserva el recuerdo de este conglomerado racial y
i. Los egipcios heredan de sus antecesores hiesos el sis
cultural, que se vino a construir en Canaán. Sus textos, por ejem-
tema de ciudades-estado. A través de ellos, realizan
plo, se refieren a la población nativa en los siguientes términos: "El
su dominación.
país de los cananeos, de los hititas, de los amorreos, de los pere-
ceos, de losjeveosydelosjebuseos (Ex3,8 cfv.17; Gen 13,7; Núm
2. El control varió en su eí'ieiencia. Tutinoses III (en tor- 13,29; Ez 16,3.45). Seguidamente el propio Antiguo Testamento
no de 1430), realizó el control más electivo. Al inicio no guarda un recuerdo exacto al respecto de la identidad y espe-
del siglo 14 (el periodo de Tell-Amari ¡a]. y en torno al cificación de estas designaciones.
1200 aC\ (invasión de los filisteos) Canaán fue, más o
menos, ení regada a su propio destino.
¿En qué condiciones los egipcios realizaron su dominio en esta
población básicamente semita en Canaán? No tenemos noticias de
3. El despojo de Canaán era realizado tanto a través de
que en el segundo milenio —antes o durante la supremacía egip-
grandes saqueos de guerra, como a través de tributos
cia— se haya constituido un imperio o hasta un estado más signi-
y. evidentemente, a través del control de las rulas co-
ficativo en Canaán. No encontramos nada ahí que fuese compara-
mercia'es.
ble, por ejemplo, a Ugarit. Es muy posible que la propia limitación
natural contribuyese para-ello, porque las montañas dividían la re-
4 Si las incursiones militares no hubiesen sido ins¡sien- gión en pequeñas unidades y porque faltaban condiciones para
tes y repelidas, no ¡u»b- ia sido posible mantener a Ca- puertos en el litoral. En todo caso, las poblaciones cananeas no co-
naán bajo control. Esto evidencia que en las ciudades- nocieron grandes unidades políticas. Sus unidades políticas eran
estado cananeas, la oposición y revuelta contra los fa- del tamaño de los centros urbanos y de sus alrededores más inme-
raones era latente y permanente. ES dominio faraóni- diatos. Tales ciudades-estado existían en relativa abundancia: ha-
co es acompañado por una constante resistencia ca- bía "un mosaico de principados". Cada ciudad-estado era directa-
nanea. mente dependiente de los egipcios. Por tanto, los egipcios ejercían
su hegemonía a través de las ciudades-estado, específicamente a
través de sus reyes. Estos en el tiempo de los hiesos probablemen-
En este ambiente de resistencia nace Israel. Surge en medio de
te, poseían el control autónomo en sus territorios. Pero cuando pa-
una antigua resistencia anti-faraónica. Para poder entender mejor
saron a ser sometidos por los egipcios, continuaron en su posición,
esta dinámica en la sociedad cananea, debemos detallar mejor la
solo que ahora bajo la tutela y el vasallaje. Por ejemplo: Tutmosis
propia sociedad cananea. ¿Por qué tanta resistencia contra los
III nos relata lo siguiente, con respecto a los reyes cananeos, que se
egipcios?
enfrentaron al ejército del Faraón. Después de ser vencidos, en Me-
guido, en 1468, y en seguida, debidamente saqueados, son obliga-
b. Las ciudades-estado sometidas y sometedoras
dos a jurar fidelidad al Faraón "Jamás volveremos a hacer el mal
contra... nuestro Señor" y después pueden retornar a sus sedes,
La población de Canaán en sus capas numéricamente más ex- sin embargo, bajo las nuevas condiciones de pago regular de tribu-
presivas es semita. Y en verdad, toda la región de Siria y Canaán tos, a los señores del Nilo. Uno de los dinastas locales, el de Jeru-
e s habitada por semitas, siendo semejantes los grupos culturales salén, escribe al faraón "no fueron ni mi padre ni mi madre los que
y sus lenguas. Sin embargo, en los documentos literarios de la re- me colocaron en este puesto; sino que la mano poderosa del rey-fa-
gión, aparecen muchos nombres no semitas: amorreos, huritas, raón me hizo heredar la casa de mi padre". Al hablar d e su territo-
hiesos, hititas, egipcios, filisteos, etc. Siendo tierra de paso, Ca- rio lo designan como "la tierra del rey, mi señor". Aunque delante
naán fue blanco de sucesivas inmigraciones, que integraron a la del faraón se designen de "siervos" y por el faraón son llamados co-
población nativa otros y diversos grupos humanos. Por eso, la po-
33
32
mo "hombres de...", ciertamente usaban el título de "rey", en rela- importante en el
ción a sus subditos (cf por ejemplo Jos 10). punto de unión
de las planicies
No obstante, el régimen faraónico no se limitó a exigir jura- del norte con el
mentos y tributos a las ciudades-estado. También habría reorde- valle del Jordán.
nado, en algunos casos, la distribución de las tierras, ya sea para Al norte del Lago
templos egipcios implantados en Canaán (Betsán por ejemplo) o de Kineret-Galilea
para la propia administración faraónica. Igualmente, dejó algunas próximo al Lago
tropas egipcias atrincheradas en Canaán, ciertamente en Meguido, Hule, se situaba
Betsán y en especial, en Gaza. Estas guarniciones no parecen ha- en lugar estraté-
ber sido muy fuertes, porque el control militar era ejercido más gico, la ciudad de
bien por las campañas militares regulares, que por el estaciona- Jasor. Por lo que
miento de tropas en territorio ocupado. Para el mantenimiento del podemos consta-
orden interno, los egipcios se reunían con los propios dinastas lo- tar, las ciudades
cales, los cuales, en última instancia, estaban abocados a la tarea de mayor impor-
de reprimir a la población nativa. Ciertamente decisivo para la lar- tancia para los
ga dominación, ejercida sobre Canaán y Siria, fue el establecimien- egipcios, fueron
to de la administración provincial. Canaán era administrada desde éstas, que se si-
Gaza por el intendente provincial, llamado "rabisu". t u a b a n en la ruta
comercial y mili-
c. Algunas ciudades cananeas tar, a lo largo del
litoral y en las
Hasta aquí hemos hablado genéricamente, de las ciudades-es- planicies septen-
tado cananeas, a través de las cuales los egipcios consolidaban su trionales. Llama
explotación. Pasemos a examinar con mayor atención el fenómeno la atención que
del urbanismo cananeo. Tanto las listas de ciudades vencidas por en la planicie de
los faraones en sus campañas militares, como las cartas de Tell- Sarón y entre Ga-
Amarna, nos dan una idea relativamente buena sobre el sistema za y Dor, aparen-
Otstorwdit
de ciudad-estado. No todas las ciudades mencionadas pueden ser temente, no exis-
localizadas, pero las que ya hemos fijado, nos dan un cuadro bas- tían grandes con-
tante claro. En el sur, la ciudad de Gaza tiene como ya vimos u n a centraciones ur-
función destacada como sede administrativa durante la domina- b a n a s , lo que,
ción egipcia. Siguiendo en dirección al norte, por la planicie de Sa- eventualmente, se debe a las condiciones de aquellos terrenos un
rón, vamos a encontrar a Dor, en la costa litoral y al norte del Mon- tanto pantanosos. Tal vez en compensación a la falta de centros en
t e el Carmelo, con Acó y Acsaf y diversos centros urbanos en el li- la planicie de Sarón, se encuentran algunas ciudades en la bajada
toral de Siria. E n el norte de Canaán, las ciudades más importan- del cruce de las sierras de Efraín y Judá, en la Sefalá, se trata de
t e s se encontraban en la planicie de Jezrael. Realce especial tiene Guezer y Ayalón. En las proximidades también se s i t ú a Jerusalén
l a estratégica ciudad de Meguido, en la entrada de la planicie. S u y al sur de esta, Queilá. Jerusalén es mencionada e n textos egip-
conquista es muy celebrada en textos de Tutmoses III (cf TGI p . cios, del siglo 18 y 14. No parece haber sido una ciudad muy im-
14-21). En la misma planicie se encuentra aún: Tanac e Iblean, al portante. Siquén al norte de Jerusalén, se desarrolló muy bien. Si-
sudeste de Meguido, Sunem, al este de Meguido, y Betsán ciudad quén ya es mencionada en textos en el siglo 19.

34 35
r~ •• -• ~ — • — - v
En textos egipcios, también aparecen otras ciudades-estado
que, en parte aún no fueron localizadas. De estas, las de mayor re- Estos dómenlos nos permiten una deducción fundamen-
nombre en el periodo del imperio nuevo, están situadas en las pla- tal: la distribución de las ciudades-estado en Canaán, per-
nicies; Gaza, Betsán, Jasor, Meguido. mi ien afirmar que, con certeza, el urbanismo cananeo era
una economía y una cultura de planicie. Ella no alcanza-
El Antiguo Testamento confirma este cuadro, cuando mencio- ba las montañas con la misma eficiencia, que controlaba
na las ciudades cananeas que fueron conquistadas, o que no pu- las planicies. Y aún cuando conseguía penetrar en regio-
dieron ser vencidas, antes de la constitución del reinado. Pasajes nes montañosas, sus sedes urbanas eran menos expresi-
vetero-testamentarios confirman en concordancia con textos egip- vas. En diversos sectores de las montañas, el sistema de
cios, las siguientes ciudades como posesiones cananeas: Gaza (Jos ciudades-estado no liega a penetrar. Estas áreas en gran
11,22; Dt 2,23); Dor (Jue 1,27; Jos 17,11); Acó (Jue 1,31); Megui- parte no alcanzadas por el sistema cananeo. son las sie-
do (Jue 1,27; Jos 17,11), Tanac (Jos 17,11), Ibleán (Jue 1,27; Jos rras de Galilea, de Efraín y de Judá. Ahor.-). justamente en
17,11), Betsán (Jue 1,27; Jos 17,11), Jasor (Jos 11,ls), Siquén estas áreas, surge Israel.
(Gen 34; J u e 8s), Guézer (Jue 1,28), Ayalón (Jue 1,35), Jerusalén
(Jue 1,21; 2S,6). Núm 13,28 hasta habla de "las ciudades muy
grandes y fortalecidas" de la tierra de Canaán. (Dt 1,28). El Antiguo Testamento confirma esta afirmación explícitamen-
te. Pues sus autores constatan que los israelitas, inicialmente no
pudieron conquistar los valles (Jue l,19.27ss,34; J o s 17,15s), te-
Los textos bíblicos agregan otras ciudades-estado cananeas,
niendo que permanecer en las montañas. Los valles solo pudieron
hasta ahora no mencionadas en textos egipcios, tal vez porque an-
ser conquistados cuando Israel se tornó fuerte y pudo someter a
tes del siglo 12, no tuvieron gran importancia. En las planicies del
los cananeos al trabajo forzado (Jos 17,13; J u e 1,28; 1 Re
norte se encontraba Bet-Semes, Bet-Anat (Jue 1,33), Dor (Jos
9,15.20s) en el inicio del reinado israelita. En su inicio, Israel, es
17,11), probablemente también Quietrón y Nalol (Jue 1,30). En la
pueblo de las montañas. Para poder comprender este surgimiento
planicie de Sarón está Afee, (Jue 1,31). Diversas ciudades cana-
de Israel en las sierras debemos preguntar: ¿cuáles eran las con-
neas están situadas en la región de Guézer y Jerusalén: Betel (Jue
diciones de vida de las ciudades-estado? ¿cómo funciona la pre-
1,22; Gen 12,8), Saalbín (Jos 1,35), Gabaón, Kafirá, Beriot, Qui-
sencia egipcia en el sistema de las ciudades-estado, principalmen-
riat, Yearín (Jue 9,17). Otras se localizan en el sur: Debír (Jos
te las asentadas en las montañas?
10,38s; 15,13ss), Hebrón (Núm 13,22; J u e 1,20), Gaty Asdod (Jos
11,22), y otras.
d. La
Podemos concluir que, en esta época, la tierra de Canaán es- relación
taba ocupada por u n número significativo de ciudades-estado y ciudad-
que éstas, e n su mayoría estaban localizadas en planicies, ya sea campo
del litoral mediterráneo o de las planicies del norte. También exis-
tían diversas ciudades en las montañas entre las Sierras de Efraín Algunos tex-
y de Judá, e n el sector de la tierra fértil de Sefalá. Esta región de tos bíblicos seña-
cierta concentración de ciudades-estado se situaba a la altura de lan que la vida de
Guézer y Jerusalén. las ciudades-es-
tado cananeas
era marcada, fun-
damentalmente
por dos tipos de

36 37
peón, en 'hopsi' (persona "libre" pero sin tierra, cf Ex 21,2ss), en
organización: la ciudad y sus "hijas/aldeas" (Jue 1,27; Jos 17,11; siervo, en esclavo, o como aún veremos, en hapiru. Algunos textos
Núm 21,25.32; Jos 15,45; J u e 11,26). La misma situación existía se refieren al empobrecimiento del campesinado y de su mayor de-
en el periodo pre-israelita, por ejemplo, en el periodo de las cartas
pendencia del centro urbano. Tutmoses III afirma, al final de su re-
de Tell-Amarna, Belén era u n a aldea de Jerusalén. La diferencia
entre ciudad y aldea es básica para la dinámica social de la ciu- lato sobre la conquista de Meguido en 1468 aC, que "la tierra cul-
dad-estado. tivable fue dividida en partes, calculadas por los inspectores de la
administración real, para cosechar su producción". Por lo que se
Por lo que sabemos, la ciudad no es un fenómeno nuevo, en la ve, los egipcios pasaron a una explotación más directa e incisiva
época del surgimiento de Israel. ¡Jericó ya estaba habitada, en el en el campo. Los campesinos que trabajaron en las tierras contro-
6 o milenio aC! Los hicsos habían dado fuerte impulso a la urbani- ladas por los egipcios seguramente fueron peones y/o siervos. En
zación. Los egipcios disfrutaron de estos beneficios. Tales ciudades una de las cartas de Tell-Amarna, el soberano de Meguido comu-
servían para la defensa. En general, había un doble cinturón de nica al faraón que está organizando el trabajo forzado para el cul-
protección: el muro, preferencialmente con un solo portón de en- tivo de las tierras, en las inmediaciones de la ciudad de Sunem. A
trada, y el burgo, una parte especialmente fortificada, en torno al través del trabajo forzado, los centros urbanos garantizaban mano
palacio y al templo. Este burgo abrigaba a los notables de la socie- de obra gratuita, para sus proyectos.
dad. El resto de la ciudad amurallada era ocupada por quien eje-
cutaba los servicios subalternos en palacio y templo, por militares Desgraciadamente, no-nos es posible reconstruir con exacti-
subalternos, comerciantes menores y artesanos. El tamaño de ta- tud la situación del campesinado en la era del dominio egipcio. Pe-
les ciudades no era muy significativo; Jasor 1 lOOm x 650m, Jeru- ro al menos, podemos hacernos una idea aproximada de las con-
salén 400m x lOOm, Meguido 300m x 225m, Tanac lOOm x 150m. diciones. Por un lado, la "posesión" y el control de las tierras pasa
Las aldeas no tenían muro ni burgo (centro geográfico y político), a concentrarse en las sedes, diversificando la población campesi-
motivo por el cual la arqueología no nos proporciona más datos. na. En cuanto a su condición social podían ser: "hombres libres",
Situándose alrededor de la ciudad, dentro del territorio de influen- gente "libre" sin tierra (hopsi), siervos, esclavos, hapiru, etc. Por
cia y dominado por el centro urbano. otro lado, es incrementada la explotación de la fuerza de trabajo
del campesino: saqueos regulares por parte de las incursiones
La relación entre ciudad y aldeas. Era asimétrica. E n las pala- egipcias, tributación de los productos y, principalmente, organiza-
bras de M. Weber, las villas eran "ciudades dependientes". En ellas ción sistemática de los trabajos forzados.
se concentraba el campesinado, es decir, la amplia mayoría de la ; : _ ; ; ^^
población. E s probable que este campesinado, alguna vez, se haya
compuesto básicamente de "hombres libres", esto es, de clases que Respecto a la ciudad estado de Ugaiit, R. de Vaux afirma
"poseían" u n pedazo de tierra y q u e lo trabajaban de modo relati- lo siguiente: "Aparte de las prestaciones gratuitas y del
vamente autónomo. En este caso, la dominación ciudadana era servicio militar, los subditos del rey de Ugarit cargaban,
efectuada, a través de la cobranza de tributos, a cambio de "pro- por lo menos, con otros tres tipos de impuestos: el diezmo
tección" militar concedida por la ciudad. Esta categoría de campe- sobre el grano, el aceite y el vino, un derecho de pastos so-
sinos "libres" ciertamente no llegó a ser suprimida en el periodo de bre las tierras patrimoniales, una tarifa en dinero sobre
la hegemonía egipcia. Pero, a través de saqueos, de nuevos tribu- los bienes inmuebles y sobre la* mercancías e n tránsito.
tos y por la organización más sistemática del trabajo forzado, Egip- A esto hay que añadir las contribuciones extraordinarias
to aceleró el proceso de empobrecimiento de la población campesi- y las multas que castigaban las infracciones".
na, de tal modo que surgieran nuevos segmentos sociales. Sucede
que la posesión de la tierra, pasó más y más al control directo de V . ——. '
la ciudad. Eso implicaba que el campesino no fue transformado en

38 39
e. La organización de la ciudad funcionarios. Un considerable número de funcionarios, participaba
de las gracias del mando, administrando la ciudad-estado. Había
Estamos mejor informados sobre la organización de las ciuda- también un consejo de los notables, con los cuales el soberano
des. Pues es de este sector social que provienen los textos de la compartía el ejercicio del poder. Existen textos que se refieren a ta-
época de dominio Egipcio. ¡Las ciudades dominaban el campo! En les consejos de estado, en los cuales estaban reunidas las perso-
algún pasado más remoto, la división del trabajo en aquella región, nas que concentraban la mayor parte de riqueza, es decir, básica-
propició que algunos pasasen progresivamente al control de ar- mente, latifundistas y comerciantes. La parte más significativa de
mas. Inicialmente los profesionales de las armas, cambiaban sus las tierras se encontraba en manos de la ciudad, que las hacía ren-
servicios de protección, por la producción de alimentos. Pero, la dir y producir a través de partidarios, siervos, y por el trabajo for-
fuerza de las armas y el progresivo desnivel de la distribución de zado. De esta explotación de la gente del campo provenía la mayor
riqueza de las ciudades. Otro factor de acumulación está en el co-
mercio, ya sea de los productos manufacturados, en el propio ám-
bito de la ciudad (utensilios y armamento de bronce y cerámica) o
del comercio internacional. Hay hasta quien afirma que "el princi-
rey soberano pal recurso del estado era el comercio", lo que, ciertamente, solo
vale para las ciudades situadas en lugares privilegiados, como
Ugarit, Meguido, Jasor, pero no parece valer para todas las ciuda-
des, cuya mayor fuente de riqueza estaba en las aldeas, en tribu-
tación de productos agrícolas y en régimen de trabajo forzado.
"siervos
del rey"
La dominación ciudadana era, efectivamente, asegurada por
EJERCITO una "casta" de profesionales de las armas, los mariannu, citados en
muchos textos egipcios. Son los herederos de la modernización in-
troducida por los hicsos: carro de guerra con ruedas protegidas por
"pueblo bronce (cf J u e 1,19) y tirados por caballos; coraza de bronce para
aldeas los combatientes. Estos mariannu no eran mercenarios. Cada com-
* tí\ batiente conseguía su propio armamento para sustentar carros de
guerra, coraza de bronce y los respectivos ayudantes de armas. Era
necesario formar parte de los sectores más acomodados de las ciu-
dades, en especial de los latifundistas. Por eso los mariannu son
los bienes producidos, fue posibilitando que los señores ciudada- una especie de "caballeros nobles" que forman parte de los secto-
nos se aventajaran sobre los campesinos, aumentando sus tribu- res dominantes y, simultáneamente, los defienden. El reinado, era
tos y su participación en la renta. En la época del dominio egipcio, la expresión de estos "caballeros"; el estado era su organización.
este desajuste estaba inclinada en favor de los centros urbanos.
La dominación ciudadana era, ideológicamente, asegurada por
A la cabeza de la sociedad de las ciudades-estado, se encon- el sacerdocio, los templos, la religión. Los símbolos y los ritos expli-
traba el rey, un melek, como lo designa el Antiguo Testamento (cf caban el mundo presente como mundo divino y eterno, consecuen-
Jos 11-12). Estos reyes locales ostentaban el título de 'melek' en temente inmutable. Al rey le e s t a b a asegurada u n a posición des-
relación a sus subditos. En las cartas de Tell-Amarna este título, tacada en el culto. El era el sacerdote. Además d e esta función
en general, está reservado para el faraón. Los reyes locales son simbólica e ideológica, el templo también tenía la función decisiva
hombres del faraón, pero a veces también "reyes". La monarquía en la recaudación del tributo. El estado recaudaba s u s tributos a
era hereditaria. El rey era asesorado por "siervos", es decir, altos
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través de los santuarios, ritualizando y sacrificando la entrega de ner sus intereses en Canaán. En el largo reinado de Ramsés II
tributos y diezmos en las fiestas de las cosechas. ¡El templo sede (1290-1224) hubo cierta retoma del dominio sin que nuevamente
del rito y centro tributario!. Por eso, no es por un mero entusias- se hubiese podido restaurar la eficiencia de la explotación, de los
mo religioso que los egipcios hayan mandado construir templos en días de Tutmosis III (1468-1436).
Meguido y Betsán.
Diversos motivos contribuyeron para la fragmentación de la
Por tanto, en las ciudades-estado cananeas de la planicie, el hegemonía faraónica. Por una parte dificultades internas de Egip-
conflicto social opone el campo y la ciudad, villa y burgo, campe- to no propiciaban aventuras militares externas. Por otra parte los
sinos y caballeros. La ciudad explota el sembrado y controla la tie- filisteos pasaron a ocupar Gaza (la cabeza de puente para las in-
rra. A este sistema económico lo llamamos tributarismo cananeo. cursiones en Canaán), de tal modo que los egipcios, estaban deci-
sivamente impedidos en la organización de sus invasiones en el
área. Y, en parte, las condiciones de resistencia en la propia tierra
Constatábamos, que la hegemonía egipcia, tuvo una resisten-
de Canaán, se tornaban más eficientes. Ese conjunto de nuevas
cia constante en Canaán, de modo que se hicieron necesarias su-
circunstancias —en especial la invasión de los pueblos del mar—
cesivas incursiones militares. Después de ver la organización in-
llevaron al fin de la hegemonía egipcia, en torno del 1200 aC.
terna de la ciudad-estado, podemos presumir que entre los farao-
nes egipcios y los reyes cananeos, no había ninguna contradicción
decisiva, tanto unos como otros ven al saqueo, al trabajo forzado En estas circunstancias de decadencia del poderío egipcio, las
y deportación como ejercicio normal de su régimen. ¡La opresión ciudades-estado —localizadas cercanas unas de otras por ejemplo
es la gloria de ambos! Tanac está situada a más o menos 10 kilómetros de Meguido y de
Ibleán— pasan a rivalizarse. Y aparecen como "un mosaico de
Las cartas de Tell-Amarna muestran cómo los reyes cananeos principados rivales".
estaban ansiosos por el retorno de los ejércitos egipcios de la épo-
ca. Solamente los ejércitos egipcios eran capaces de garantizar el Hasta entonces el control egipcio evitaba que u n a ciudad vi-
trono, privilegios y territorios de los reyes cananeos. Estas cartas niese a invadir el territorio de su vecino, no solo para evitar prejui-
son solamente pedidos de auxilio para la intervención egipcia: ¡en- cios a la recaudación egipcia, sino en especial para evitar que una
vía tropas! ¡envía carros de combate! Estas son las solicitudes de ciudad-estado sobreponiéndose a las demás pudiese amenazar la
los cananeos. A pesar de la explotación egipcia, los intereses de los ocupación extranjera. La política egipcia trataba de mantener, ri-
reyes cananeos, de hecho, eran garantizados por los egipcios. Por gurosamente, el status, para que las ciudades mutuamente se
eso, a pesar de las escaramuzas aisladas, la resistencia constante neutralizacen, lo que además está en el interés de los reyes de las
contra los egipcios, no provenía de la ciudad, sino del campo, en ciudades. La retirada de los egipcios, echa por tierra el equilibrio
especial de los hapiru, de los que hablaremos más adelante. de fuerzas y las ciudades pasaron a rivalizar. Sin embargo, duran-
te varios años se mantuvo una relativa situación d e igualdad de
Con esto ya está encaminada la pregunta de la situación en fuerzas entre las ciudades y ninguno de los recién —llegados pue-
Canaán, al final de la hegemonía egipcia. blos del mar— entre ellos los filisteos —fueron capaces de asumir
la sucesión de los egipcios. No obstante, alrededor del año 1000
f. Rivalidad entre las ciudades-estado aC, surgía el Estado davídico, como fuerza capaz d e integrar las
al final del siglo XIII aC ciudades cananeas y dominar a los filisteos. El Estado davídico es
sucesor de los faraones, en el contro]de Canaán, conquistando tal
Alrededor del 1200 aC cesa abruptamente, el dominio egipcio hegemonía por la victoria sobre los füisteos. Pero con esta informa-
sobre Canaán. Ya al final del siglo 14 (Amenófis III y Amenófis IV), ción, ya avanzamos en el tiempo.
los egipcios habían perdido las condiciones efectivas, para impo-
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42
^^
Retornemos al 1200. En esta época las ciudades-estado, bajo
Con la caída del dominio egipcio las ciudades-estado más
el impacto de retirada de los egipcios, tuvieron que encontrar nue-
cercanas pasaron a rivalizarse entre sí. Eso generó más
vo modo de convivir, garantizando cada cual sus fronteras, por el
tribulación e incluso destrucción de los campos cultiva-
uso de las armas. Es posible que, en esta situación de reagrupa-
don, por las batallas que se realizaban. El empobrecimien-
miento de fuerzas, algunas ciudades hayan sido saqueadas o arra-
to llegó al extremo, que hubo gente que abandonó el cam-
sadas. En esta categoría cabe la ciudad de Sunán, en la planicie
po, quedó fuera de la ley y se dedicó al asalto o tareas mer-
de Jezrael.
cenarias.
Se suma a estas rivalidades entre las ciudades-estado, una v__ ; _J
fuerza social que no estaba bajo el control, ni de egipcios ni de ciu-
En esta situación se forma Israel. El pueblo de Dios se organi-
dades, aunque durante siglos estaba inquietando a la sociedad ca-
za en medio del proceso de fragmentación del tributarismo cana-
nanea. Me refiero a los hapiru. En los textos de Tell-Amarna apa-
neo, alrededor del 1200 aC. ¿Cómo surge y qué grupos lo forma-
recen como bandos armados que saqueaban el territorio de las ron? pasamos a desarrollarlo inmediatamente.
ciudades, o se hacían contratar por una ciudad para combatir
otra. Pero realmente los hapiru estaban fuera del control de las
La hipótesis que desarrollo, es que por lo menos cuatro grupos
ciudades. El rey de Jerusalén llega a decir "El hapiru roba toda la
humano-étnicos-sociales fueron los fundantes de lo que se llamó
tierra del rey" (faraón). A partir de sus refugios, en los matorrales
Israel que serían: los hapiru, que fueron gente que empezaron a ac-
o en la estepa, hacían sus asaltos. Estos hapiru ya eran persegui- tuar fuera de la ley, varios grupos seminómadas "abrahámicos",
dos por los egipcios. En las cartas de Tell-Amarna, los reyes cana- un grupo de extrabajadores forzados, que huyeron de la vigilancia
neos se quejan, amargamente, de estos bandos armados, que ni del faraón egipcio liderados por Moisés, y por último otro grupo se-
los egipcios pudieron poner bajo control. minómada que rendía culto al Dios-Yavé, que lo denominamos
grupo sinaítico. En este capítulo y los siguientes desarrollo las ca-
Los siglos de saqueo y explotación egipcias, ya habían fomen- racterísticas de cada grupo.
tado el proceso de empobrecimiento en Canaán, pero simultánea-
mente, lo habían estabilizado, al mantener bajo control, las intri-
gas entre los reyes locales. La situación cambia alrededor del 1200
aC. Aumenta la pobreza, porque las rivalidades entre los reyes ca-
naneos, no solo aumenta la necesidad de tributación, sino tam-
bién iba dificultando el trabajo de la siembra, que al final era la
fuente de la cual se abastecían las ciudades. ¡Las riñas internas
eran decididas en los campos de cultivo! Por eso, por un lado, dis-
minuían las cosechas y por otro lado, aumentaban las necesida-
des de recaudación por parte, de la aristocracia militar ciudadana,
para poder pelear contra sus vecinos. Parece que, alrededor del
1200, el tributarismo cananeo como que se auto-destruía. Esto
implicaba que en las "hijas"/villas/aldeas, la sobrevivencia se vol-
vió insoportable, lo que hizo aumentar el número de 'hapirus'.

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CAPITULO 3

El Movimiento efe
tos Hapiru

3 . 1 . Los
CAMPESINOS
EMPOBRECI-
DOS: su OP-
CIÓN

Israel se for-
m a en las condi-
ciones vigentes en
la tierra de Ca-
n a á n , a fines del
siglo 13. La situa-
ción se caracteri-
zó por u n profun-
do empobreci-
miento de la po-
blación campesi-
n a en las villas y
e n las aldeas de
l a s ciudades-es-

47
tado. Este empobrecimiento se manifiesto de dos modos: canzadas por el fenómeno migratorio. En la fase de la hegemonía
egipcia (siglo 16 al 13), aparentemente, solo algunas bandas de
1. No pudiendo aumentar los tributos o no teniendo siquiera asaltantes sobrevivían en las regiones montañosas, porque las
qué recaudar, el Estado perfeccionó el trabajo forzado, de condiciones de vida en la planicie aún eran, relativamente* , sopor-
tal modo que el agricultor pasó a trabajar más intensa- tables y mejores, frente a los que vivían en las montañas, de asal-
mente para los señores de la ciudad. tos y de contratos circunstanciales, para alguna aventura militar.
En la fase de decadencia de la hegemonía egipcia (al final del siglo
2. No pudiendo pagar sus tributos y sus deudas, el campesi- 13) las condiciones eran otras.
no fue presionado hasta convertirse en esclavo, es decir, se
vendió a sí mismo y a su familia para pagar las deudas de Antes de caracterizar estas nuevas condiciones para los cam-
tributos y préstamos. pesinos emigrantes, alrededor del 1200, debemos tomar conciencia
del siguiente hecho: en aquella época, las regiones montañosas,
Al mismo tiempo que la ausencia de los egipcios aceleraba el ciertamente, estaban cubiertas de matorrales. Al oeste de Jerusa-
empobrecimiento del campesino, por los motivos ya expuestos, el lén, se sitúa la localidad de Quiryat-Yearim, que significa "ciudad
debilitamiento de las ciudades, debido a las riñas internas, abre de las matas", lo que muestra
nuevas oportunidades para la resistencia, porque, durante el siglo que en aquella región del sur
13, disminuía gradualmente el control sobre la población. Aún así, de las Sierra de Efraín había
no parece que hayan existido condiciones favorables para el derro- una gran vegetación. También
camiento de las ciudades-estado. En casos aislados, eso puede ha- una serie de otros textos se
ber ocurrido (cf Jue 1,22-26). Pero los campesinos, efectivamente, refiere a la vegetación en la
no consiguieron reunir fuerzas para un derribo más amplio de las Sierra de Efraín: Jos
ciudades, porque la desigualdad de armas era realmente evidente. 17,15.18; J u e 9,48ss; 2 Re
Ante el carro de guerra y la coraza el campesino no tenía salida. 2,24; Is 10,18ss. Tales pasa-
Quedaba otra posibilidad: la retirada ¡el éxodo! Quien no estuvie- jes no dejan duda de que, en
se dispuesto a soportar las condiciones de trabajo forzado o ven- tiempos remotos, las monta-
derse como esclavo, trataba de huir y de emigrar del territorio de ñas estaban cubiertas de gran
la ciudad-estado. vegetación, lo que no se da en
la actualidad.
Y, de hecho, había espacio para donde huir. Las ciudades-es-
tado se restringían a las planicies y a un pequeño sector de la Se- Por tanto, las nuevas
falá. Las montañas no estaban bajo el control de la "aristocracia" condiciones del siglo 13, faci-
militar urbana, porque su arma temida —el carro de guerra— era litaron la retirada de los cam-
eficaz en la planicie, pero completamente ineficiente en la monta- pesinos empobrecidos para
ña. La retirada se realizaba, pues, para las montañas, principal- las montañas y lugares inex-
mente de las Sierras de Galilea y de Efraín, parcialmente también plorados de gran vegetación.
de la Sierra de Judá. El número de emigrantes debe
haber sido significativo. No te-
En parte, este proceso de fuga de la planicie, ya se venía rea- nemos pruebas directas para
lizando en el transcurso de todo el dominio egipcio, esto es, desde esta afirmación, lo que es
el siglo 16. No se trata, entonces, de una repentina novedad al fi- comprensible, ya que no era
del interés egipcio, narrar la
nal del siglo 13. La novedad de esta época, son las dimensiones al-

48 49
historia del pueblo sufrido, sin embargo, podemos deducirlo de la Egipto. En el Antiguo Testamento, la palabra "Hebreo" usada rei-
crisis en que estaba sumergido el tributarismo cananeo, a fines del teradamente en los textos sobre la opresión en Egipto (Ex 1,16 y
siglo 13. El gran número de campesinos fugitivos permitía, que se otros) y en el conflicto con los filisteos (1 Sam 4,6.9), efectivamen-
venciera al matorral, para luego ver su tierra transformada en te, debe ser identificada con hapiru. Por lo tanto, los hapiru están
sembríos. extendidos en todo el Antiguo Oriente. Este hecho lleva a creer
que, no puede tratarse de una sola raza. Hapiru no es una carac-
Para esta tarea, los emigrantes se valían de la novedad mate- terización étnica. "No puede tratarse, en absoluto, del nombre de
rial que se introducía al final del siglo 13: el hierro. La técnica para un pueblo, ni tampoco de la existencia de un pueblo de hebreos,
la obtención del hierro, se debe a los hititas (aproximadamente en dado que los nombres propios, mencionados de estos "hebreos",
el siglo 14); ellos difundieron en el Oriente Antiguo. Sabemos que son de origen muy diverso. Era más bien, un término especial, que
en el siglo 12 se conocía el hierro en Meguido y que los filisteos denotaba un estado jurídico-social dado, y es ésta la aplicación
cumplieron un papel destacado en la difusión y uso del hierro (cf 1 que le dan en algunos casos, los libros de la ley, del Antiguo Tes-
Sam 13,19-22). Se sabe también que un grupo de herreros itine- tamento (Ex 21,2; Dt 15,12). En los países desarrollados del Anti-
rantes, como los quenitas, eran igualmente hábiles en el trabajo guo Oriente las personas o grupos de personas con derechos limi-
con este nuevo metal (Gen 4,22; cf J u e 5,24), no obstante no debe- tados y escasos recursos económicos, reciben el nombre de "he-
mos condicionar demasiado la difusión del hierro en los filisteos o breos" prestan servicios cuando y donde son requeridos. No perte-
cananeos. Es probable, que los campesinos emigrantes ya se hayan necían o quizás dejaron de pertenecer a las distintas clases de po-
valido del hierro para quitar las malezas de las montañas. También blación, establecida desde antes en el país, sino que representa-
la nueva técnica de revestir cisternas con una masa a base de cal, ban elementos nómadas: intranquilos, sin arraigo y sin tierra. Son
debe haber sido usada, porque permitía establecerse en regiones "el proletariado del Antiguo Oriente, dependiente, sin ningún pri-
montañosas, en donde no había pozos. Como se ve, nuevas condi- vilegio y llenos de ímpetu rebelde".
ciones muy objetivas propiciaban la vida en las montañas.
¿De dónde provienen estos hapiru que bien pueden aparecer
^^
como mercenarios, como trabajadores forzados, o como bandas de
Así. los campesinos que cada vez se iban empobreciendo, asaltantes? ¿De dónde proviene esta gente que, bajo condiciones
tenían una doble opción: realizar trabajos forzados e irse especiales, puede transformarse en campesinado liberado? El ori-
convirtiendo poco a poco en esclavos o emprender la reti- gen hapiru está en la planicie. Se trata del campesinado, al cual se
rada a las montañas ¡hacer u n éxodo! fuera del alcance de le ha expropiado la tierra en la planicie y, su mano de obra ha si-
los reyes. Esta opción la pudieron realizar gracias a la do tan explotada, que es forzado a buscar su sobrevivencia, al
aplicación del hierro en la agricultura. margen de las sociedades tributarias en especial en las montañas.
V : ; ) Israel es una parte, de este fenómeno hapiru, tan difundido en
el Antiguo Oriente. Los propios textos bíblicos tratan de evidenciar
esta proximidad, entre israelitas y hebreos, por ejemplo en los tex-
tos referentes a la opresión en Egipto (Ex 1,15-16; 2,6.7.13; 3,18;
3.2. Los HAPIRU 5,3; 7,16; 9,1.13; 10,3). Lo especifico de Israel, e n medio del movi-
miento hapiru, de todo el Antiguo Oriente, consiste en que Israel
El fenómeno de los campesinos cananeos, que emigran y hu- no permaneció ni dentro del ámbito de las ciudades, ni se convir-
yen del tributarismo de la planicie, se asemeja al de los hapiru. A tió en un bando armado o en u n grupo de mercenarios. Israel hu-
éstos, los encontramos en documentos de Mesopotamia, de Asia yó del tributarismo y, en un espacio hasta entonces no ocupado en
Menor (hititas), de Ugarit, de Canaán (cartas de Tell-Amarna) y de las montañas, constituyó una organización propia. Israel es 'hapi-

50 51
ru' sedentarizado en las montañas de Canaán. Por lo tanto, si bien mente es compuesto de "hombre" y "asalariar" (cf Gen 30,18;
Israel fue una parte de los hapiru, tuvo también su trayectoria his- 49,14). Isacar es, entonces, "el hombre asalariado", "jornalero". Lo
tórica específica. sorprendente es que hasta tenemos un texto egipcio que es capaz
de dar una luz sobre la historia de este Isacar. En el territorio que
¿Cómo los 'hapiru' israelitas van forjando su historia? ¿Cómo posteriormente, es atribuido a Isacar se encuentra la localidad de
se va constituyendo Israel? No me parece que se pueda dar una Sunén (cf Jos 19,18), en las laderas del Hermón. A través de tex-
respuesta uniforme para esta pregunta. En las diversas regiones tos egipcios sabemos algo de la historia de esta localidad. En la
de la tierra de Canaán, la formación de Israel debe haber sido di- época inicial de la dominación egipcia era una ciudad-estado,
ferente. Los textos bíblicos aún permiten que podamos tener algu- mencionada en listas de Tutmoses III (1468-1436). Posteriormen-
nas escenas de la gradual organización de los grupos que van te fue destruida por la dinastía Sique, durante sus saqueos en la
constituyendo el pueblo de Israel. región, al final del siglo 15. La ciudad no fue reconstruida. Su te-
rritorio permaneció bajo la administración directa de los egipcios,
^^ que, sin embargo, para efectuarla, dependía de otros reyes cana-
Los hapiru, campesinos que emprendieron la retirada de neos. De esa realidad contamos con una carta del rey de Meguido
las ciudades, luego de permanecer al margen de la ley se al soberano egipcio, aproximadamente en 1360 aC. En esta corres-
hacían mercenarios o sobrevivían de otras formas. En el pondencia, el rey de Meguido comunica que él está mandando a
caso de Israel "sus abuelos" eligieron algo nuevo, ir a te- labrar en Sunén, a través del reclutamiento de hombres para tra-
rritorios de montaña, a iniciar una nueva vida, fuera del bajo forzado en Jafiá, una localidad de las regiones más bajas de
alcance de los reyes. la Sierra de Galilea. Por lo que se ve, el rey de Meguido está cum-
pliendo órdenes de los egipcios, más aún porque se queja de los
\ / soberanos vecinos que no proceden como él.

Existen dos coincidencias entre esta noticia sobre Sunén y la


3.3. GRUPOS ALTERNATIVOS EN
historia de Isacar:
LAS CIUDADES-ESTADO: EL CASO DE ISACAR
Primero, Sunén pertenece al territorio de la tribu que posterior-
Existen indicios significativos de que, en medio de los propios mente se llamará Isacar.
territorios de las ciudades-estado, fueron surgiendo grupos, que
ensayaban una solidaridad nueva y, forjaban una identidad que Segundo, en el Gen 49,15 es dicho de Isacar: prestó "trabajo
los uniera. servil" ("trabajo forzado de esclavo"). El mismo término "trabajo
forzado" es usado en la carta del rey de Meguido. Es bastante ló-
Me refiero inicialmente, a lo que conocemos de aquella organi- gico establecer u n a continuidad histórica entre los "trabajadores
zación que, posteriormente, pasa a ser conocida como tribu de Isa- forzados" de la carta del rey de Meguido y el "hombre asalariado"
car. Debemos buscar el grupo que así se designa, en el norte, en que es Isacar. Aún más cuando los hombres para trabajos forza-
la. parte sureste de la Sierra de Galilea y en parte de la planicie de dos traídos desde Jafiá para S u n é n fueron asentados en territorio
Jezrael (cf Jos 19,17-23). De este Isacar es el dicho de Gen que, por estar bajo administración egipcia, acabó siendo una re-
49,14ss: "asno fuerte" que "bajó su hombro para cargar y se volvió gión controlada. En consecuencia, había espacio p a r a que los "tra-
un trabajador forzado". Se debe deducir de ahí, que Isacar fue el bajadores forzados" de Jafiá se fueran instalando y organizando,
esclavo de las ciudades-estado cananeas; sirvió de trabajador for- aunque, inicialmente, tuviesen q u e corresponder a las exigencias
zado, de "burro de carga" dentro del tributarismo cananeo. Ade- ya sea de comisarios egipcios o del rey de Meguido, lo que le cos-
más el propio nombre de este grupo ya lo dice: Isacar probable- tó los versos irónicos de Gen 49.14ss.
53
52
3.4. ¡SURGE ISRAEL!
Pienso que podemos considerar a Isacar como una especie
de ejemplo, que nos permitirá concluir: En este contexto cabe también la mención de Israel en la "co-
lumna-escrito de Mernepta". En sus listas de gente vencida, el fa-
1. Esta tribu surgió en Canaán, bajo las condiciones del raón Mernepta (1224-1214) también se refiere a Israel, en el quin-
tributarismo vigente. ¡No proviene de las estepas! to año de su gobierno (esto es: 1220):

2. Esta tribu sigue u n lento proceso de surgimiento, cu- "Los príncipes están postrados y dicen paz
yos inicios se dan en el siglo 14. La tribu de Isacar — entre los Nueve Arcos, ni ano levanta la cabeza.
constituida en el siglo 12 y 11— es la fase final de es- Desolación para Tehenu (Libia), el Hattu (hitita) está en paz.
te proceso de independización de campesinos cana- Canaán, con todo lo que tiene de malo, Jue capturado.
neos. Ascalón fue deportado, nos apoderamos de Guézer.
Yenoán se hizo como si no fuera nada.
3. Las primeras organizaciones de campesinos deben ha- Israel fue devastado, ya no tiene simiente.
ber surgido en espacios no controlados, en medio de El Huru se convirtió para Egipto en una viuda.
la propia planicie. La rebelión efectiva contra los seño- Todos los países, en su totalidad están apaciguados,
res de las ciudades, como la que se refleja en J u e 5, se todo el que era turbulento fue atado".
da relativamente Larde, en el siglo 12 y 11. La integra-
ción cíe las ciudades-estado de la planicie en un único La interpretación del pasaje referente a Israel es discutida.
organismo político solo es efectuada en el estado daví- Aún así se puede llegar a alguna conclusión:
dico.
v ___. ; ) Más o menos alrededor del año 1220 aC existe un gran Israel
en Canaán. Por eso, es evidente que ya antes de esta fecha, se de-
Algunas otras tribus eventualmente pasaron por una trayecto- be haber formado y existido Israel. Esta organización ciertamente
ria semejante a la de Isacar. Por ejemplo: Zabulón (Gen 49,13; Dt aún no conoce a Yavé, ya que su elemento teofórico es "El". Ade-
33,18ss), Aser (Jue 5,17), Dan (Jue 5,17). Están vinculados con más, este Israel, aparentemente no conocía la tradición del éxodo.
servicios portuarios. En los textos citados no se afirma explícita- Primeramente, porque en general se piensa, que el culto a Yavé es-
mente que estas tribus fueran sometidas a trabajo servil, como lo tá en estrecha unión con el éxodo y, por otra, porque habría poco
observamos en relación a Isacar. Sin embargo, en la medida que espacio para que el grupo del éxodo, salido de Egipto probable-
vivían en las regiones portuarias (Dor, Acó, Sidón, cf Gen 49,13), mente bajo Ramsés II (1290-1224), antecesor de Mernepta, ya se
solamente podían pertenecer a los sectores dependientes de la po- hubiera instalado en Canaán.
blación. Serían una especie de trabajadores portuarios asalaria-
dos o esclavizados. Y de hecho, en J u e 5,17 se lee que Dan "per- Además de eso, se observa cierta lógica en la enumeración del
manece temporalmente" junto a los puertos. En este caso, los in- texto egipcio. Al final y al inicio se encuentra u n a generalización.
tegrantes de la tribu de Dan deben haber sido remadores en los La lista es encabezada por los enemigos mayores y más distantes:
barcos cananeos. Es probable que también otras tribus se hayan libios e hititas. Se sigue una afirmación general sobre Canaán que,
constituido, en Canaán, a partir de grupos sociales que, en medio después del listado de ciudades, e s nuevamente retomada, valién-
de la sociedad tributaria cananea y como contingentes hapiru, van dose ahí los autores de otra designación para Canaán: Huru. El
disputando algunos espacios de autonomía. listado va de sur a norte, aparentemente acompañando la ruta co-
mercial litoral rumbo al lago de Kinéret: Ascalón (al sur), Guézer (a

54 55
surgimiento y no parece que Jue 5 sea una poesía unitaria. Por
la altura de Jerusalén), y Yenoán (probablemente en las inmedia- eso, no podemos discutir aquí estas cuestiones difíciles. Aún así,
ciones del Lago de Kinéret o Galilea). se puede afirmar que esta batalla se dio en el transcurso del siglo
12, cuando los israelitas ya pasaban a ocupar las montañas (el lu-
Al final de este listado de ciudades, se dice que "Israel fue de- gar de reunión es el Monte Tabor, J u e 4,12); Débora es de las mon-
vastado, ya no tiene simiente". Este Israel muy probablemente de- tañas de Efraín (Jue 4,5), cuando aún no pensaban conquistar las
signa personas, no una localidad (aunque hasta este dato sea dis- ciudades fortificadas. ¡En ningún momento el objetivo de la guerra
cutible). Lo más evidente es, que este Israel se encuentra en algún es el derrocamiento de las ciudades! Débora y Barac no tenían en
lugar de las planicies del norte. Hay quien piensa que se debe bus- vista la conquista, pero sí la sobrevivencia del campesinado en la
car este Israel en la Sierra de Efraín, lo que no se une a la lógica de
planicie. Estaban enjuego el derecho de acceso a las carreteras de
la lista.
la planicie (Jue 5,6) y el acceso a algunas áreas cultivables, parti-
-. cularmente junto a las riberas (¿por eso el combate se da en Qui-
Pienso que la propuesta de localizar este Israel, en las re- són?). La conquista de tales espacios para la sobrevivencia del
giones planas del norte, gana algún apoyo, a partir de otra campesinado, en medio del tributarismo de la planicie, parece ha-
observación: la palabra "Israel" está compuesta del imper- ber sido la cuestión en disputa. En este sentido, la batalla de Qui-
fecto "Ysra" y del elemento teofórico "el": "dios". Ysra es un són se encuadra muy bien, dentro del desarrollo de los siglos an-
imperfecto que ha de significar "luchar". Por consiguiente, teriores al 1200, cuando el-campesinado cananeo luchaba por su
el nombre Israel significa "dios luchará/peleará". Esto es, sobrevivencia en medio de las planicies fértiles del norte.
¡Israel surgió en el campo de batalla!

¿Quién sería este Israel que lucha para sobrevivir? Me pa- 3.5. GRUPOS EN LAS PLANICIES Y EN
rece que son sectores del campesinado cananeo, que se-
fli eron organizando en la planicie!!);, en medio de las bre- LAS MONTAÑAS
chas del tributarismo de las ciudades-estado y que. al fi-
nal del siglo 13, ya tiene alguna importancia para los egip- En las planicies germinaba la resistencia. Sectores del campe-
cios, a tal punto de ser citada en la i lista de regiones, con- sinado conquistaban espacios limitados, más significativos. El
quistadas por un faraón. ' grupo que se denominaba Israel era uno de ellos. Ya en el siglo 13
aC, todos los colonos lograban sobrevivir, en medio de las brechas
v ; i .—, ) de las ciudades-estado, en su fase de decadencia. Sin embargo, es-
tos sectores más organizados y combativos de la planicie no logra-
Tanto la trayectoria histórica de Isacar como el "Israel" de la ban resultados más duraderos. No eran capaces de imponerse fi-
columna de Mernepta nos indican que, el primer contingente cam- nalmente, sobre los carros de guerra, aunque ocasionalmente,
pesino que, buscó articularse contra el tributarismo cananeo, lo junto a Quisón, lograsen una victoria. Pero, a largo plazo, conti-
hizo en medio de las planicies del Norte. Esto corresponde a las nuaban imponiéndose los egipcios y los reyes cananeos, por ellos
condiciones del siglo 13 y 12, cuando las montañas aún permane- mantenidos. Estos supieron imponerse y decir: "Israel fue devas-
cían cubiertas de vegetación y que solamente eran capaces de aco- tado, ya no tiene simiente". En resumen, junto al Quisón, Débora
ger provisionalmente a pequeños grupos hapiru-salteadores. Pien- y los suyos obtuvieron una espectacular victoria, pero ésta no al-
so que en esta situación, en parte, aún tienen lugar J u e 4-5. La teró la situación.
evaluación histórica de estos dos capítulos es compleja. Uno rela-
ta la confrontación entre israelitas y cananeos en prosa (Jue 4), y En estas circunstancias, las montañas posibilitaron algo ver-
otro en poesía (Jue 5). Los capítulos tienen un complejo proceso de daderamente nuevo a partir del final del siglo 13. El asentamiento

56 57
Para los campesinos que emigraban para las montañas, estas
gradual de campesinos, can- se volvieron tan importantes, que los nuevos conglomerados socia-
sados del tributarismo cana- les que se iban formando, en el caso de los clanes y, posteriormen-
neo de las planicies. Aporte te, las tribus, fueron colocando sus nombres a las montañas en que
significativo fue la aplicación encontraban refugio. Los que ingresaron a las montañas del sur,
del hierro en la agricultura y llamadas Sierra de Judá, pasaron a llamarse "hijos de Judá". Los
el uso de cal en la construc- que emigraron para la región montañosa de Canaán central, lla-
ción de cisternas en las mon- mada Sierra de Efraín, adoptaron el nombre de aquella área, de-
tañas. signándose como "hijos de Efraín". Los de la Sierra de Neftalí, co-
mo "hijos de Neftalí", los que, en la perspectiva del norte, vivían en
Sin embargo, este proceso el sur pasaron a llamarse Benjamín, esto es, "hijos del sur". Las
de asentamiento, en nuevas localidades y las regiones, iban colocando a los nuevos habitantes
áreas, no se da sin modelo. sus nombres y atributos, lo que evidencia que, los nuevos agrupa-
Durante el segundo milenio mientos sociales, solamente se fueron constituyendo en las pro-
habían surgido, aquí y allá, pias montañas. En otros casos, también algún ancestro (Manases,
algunas pequeñas ciudades Maquir, Zabulón, Rubén), alguna condición especial de vida (Isa-
en las montañas: Hebrón, car = "hombre asalariado")., alguna divinidad (Isra-el "dios pelea-
Queilá, Jerusalén, Betel, Si- rá", Aser - femenino de Asera?) contribuía con su nombre a la de-
quén. Por lo que sabemos de signación del nuevo grupo en formación. ¡Muchos grupos se orga-
los textos egipcios, uno de los nizaron!.
soberanos de Siquén inclusi-
ve, alcanzó a expandir su área
Además de los mencionados anteriormente, habría que men-
de influencia hasta la planicie cionar también: Caleb, Otniel, Simeón, Levi, José, Gad, quenitas,
de Jezrael, donde fue capaz jeramelitas. Unos son agrupamientos mayores, otros tal vez clanes
de destruir la ciudad de Su- ampliados. No todos surgieron en el mismo periodo. Representan
nén. Sin embargo, esta em- fases diferentes. Por ejemplo, el grupo designado como Rubén ha
bestida del rey de Siquén con- de ser muy antiguo, ya que tiende a desaparecer en los textos. Más
tra la planicie, justamente adelante, debemos retornar a este fenómeno. Por ahora, es sufi-
también muestra que, en el siglo 15 y 14, lo decisivo no era el con- ciente si percibimos algo de la complejidad de la organización so-
trol de algún lugar de las montañas, sino el dominio de la planicie. cial que surge en las montañas, tomando conciencia de que bue-
Con excepción de este episodio del rey de Siquén, que embiste con- na parte de sus nombres provienen de las localidades hacia don-
tra localidades de la planicie, la importancia de las ciudades en las de emigraron y en donde se asentaron.
montañas era diminuta, durante el periodo de Tell-Amarna (en el
siglo 15). Las ciudades-estado de la planicie, igualmente, tenían En la montaña se da un fenómeno diferente al de la planicie.
una influencia insignificante en las montañas. Por lo tanto, había Allá, las ciudades fortificadas permanecieron inaccesibles. Eso
espacio para campesinos emigrantes de la planicie. también vale para las montañas (Hebrón, Jerusalén). Pero, en ge-
neral, las pequeñas ciudades de las montañas e r a n más bien vul-
Ya en el periodo de Tell-Amarna (siglo 15) bandos de 'hapiru' nerables. De este modo, algunos pequeños centros urbanos, gra-
sobrevivían en las montañas. Inquietaban al rey de Jerusalén. Es- dualmente, fueron siendo incorporados y otros edificados. En el
tos campesinos, que hicieron de las armas y de los asaltos su pro- periodo de Tell-Amarna, la localidad de Belén, era u n a "hija"-aldea
fesión, fueron los primeros en explorar los valles y montañas inha- de Jerusalén. Esta aldea, rápidamente, se tornó u n pequeño cen-
bitadas hasta entonces.
59
58
tro articulador para los habitantes en la Sierra de Judá. Betel fue CAPITULO 4
ocupada por la traición de uno de sus habitantes (Jue 1,22-26).
También Siquén no tardó en influenciar a los campesinos emi-
grantes. El grupo más combativo, parece haber sido el de Benja-
mín. Aunque las narrativas de Jos 1-9 tengan fuerte acento etio-
lógico, ellas nos dan una idea de cómo un grupo de agricultores,
pasó a asumir el control sobre una determinada área. En las mon-
tañas, ¡la emigración va adquiriendo dimensiones de revuelta!
ios Grupos
El fenómeno de la incorporación de las montañas y de áreas
AbmMmiem
abandonadas de la tierra de Canaán en el proceso social, en ver-
dad no es un fenómeno único en el siglo 12. Encontramos parale-
los en la historia de Israel. Macabeos y Zelotes vinieron a construir
movimientos comparables, cuyos reductos se situaban entre las
montañas. No obstante, no necesitamos recurrir a épocas tan dis-
tantes del siglo 12 para hacer comparaciones. Al final del siglo 11
nos encontramos con u n fenómeno semejante. En este periodo Introducción
ocurre, como veremos, una situación de empobrecimiento de los
colonos. Sin embargo, en esta época las montañas están tomadas. Los grupos
Los empobrecidos son forzados a buscar nuevos refugios. ¿Dónde? abrahámicos per-
En la estepa. Tanto los hombres (Jue 11,3), que se unieron a Jef- tenecen a los pri-
té en el Desierto de Tobe (en TransJordania), como los 400 hom- meros que, al co-
bres "en aprietos", "endeudados" y "amargados de espíritu", que se rrer del segundo
reunieron en torno a David en el Desierto de J u d á (1 Sam 22,2), milenio, resistie-
eran campesinos empobrecidos. La diferencia de estos emigrantes ron al tributaris-
al final del siglo 11 con la de los emigrantes del siglo 13/12, está mo cananeo.
en que para los primeros había tierra cultivable, y para los segun-
dos solamente estepa. Pero el fenómeno social es parecido ¡ambos En las tradi-
tienen su origen en la agricultura, no en la estepa! ciones de la Sa-
. g r a d a Escritura,
la estepa es un
La resistencia campesina surgió en las planicies, pero no lugar importante.
tenían allernativas, luego de alguna revuelta volvían a Eso es extraño,
caer en manos de los rehenes. Las momañas surgieron co- porque, de las es-
mo alternativa, fueron a ellas y poco a poco se familiariza- tepas no proviene
ron y ganaron identidad: se llamaron "hijos de Efrain", "hi- u n a fuerza econó-
jos de...", etc. mica significativa.
Quien vive en las
estepas cana-
n e a s , apenas tie-

60 61
ne para alimentarse a sí mismo, la situación no da para constituir patriarcas, se encuentran tan solo en uno de los sectores de la Tie-
ejércitos y centros de poder estatal. Pero a pesar de su relativa in- rra de Canaán. Todas ellas pertenecen al cinturón de estepas que
significancia económica, justamente la estepa adquiere en la Biblia circundan las tierras cultivables, en especial en el Negueb, en el
u n puesto significativo. La Escritura mira la historia bajo una de- Desierto de Judá y en el Valle de Jordán. Ninguna de las localida-
terminada óptica en la cual las cosas débiles son significativas. El des mencionadas se sitúa en la región de bosques propiamente tal,
desierto es significativo, porque lo importante en la Biblia son los sino exclusivamente en los sectores entre bosques (terreno de gran
débiles. vegetación) y estepas. Ninguna está situada en las planicies fértiles
del litoral y de Jezrael. Por lo tanto, las historias de Gen 12ss no
¡La estepa es el escenario de Ex 16 hasta Dt 34!, ¡es la mayor hablan de las andanzas de los patriarcas en todo el territorio de Ca-
parte del Pentateuco! Una de las fiestas populares más significati- naán, sino solamente en las estepas.
vas del pueblo de Israel, es la Pascua, que en su origen y durante
muchos siglos, fue un rito de los pastores de las estepas. Hay pro- De este dato elemental se debe deducir lo siguiente, en cuan-
fetas que llegan a anunciar un retorno a las estepas (Os 2,16). Y, to a la época de los patriarcas: cuando vivieron en la tierra de Ca-
en el inicio del Evangelio de Marcos, la simbología del desierto es naán, las planicies aún se encontraban bajo el control de los ca-
determinante; de allá viene Jesús.

Las historias de Abrahán, Isaac y Jacob que se desenvuelven 1


I • Abel-Meíolí flio Ktni \
en la estepa, (esto no se da en la historia de José, que, por este y /
/
llanura pe
, Samaría
.Tirjá
"
o tttSís da Galaad
otros motivos, es un injerto en la historia de Jacob), son las que / Sacón .. tf , Sucot
f
. Maranaym
/ Siqutn. ¿ Penual
mejor describen la vida del semi-nómada. Con esto no estoy que-
riendo decir que los textos en cuestión sean reportajes históricos. IS AEL
Adán
¡Por el contrario! Exactamente las narraciones de Gen 12ss llegan Ja,./ •"« " .S»o V
j Tlmna Saraj, 1
• Yaiar
a nosotros a través de un largo y lento proceso de surgimiento. Bdlorón da gel(| \ Rabal
arnba y dt aDajo, . ^»» \
Fueron trasmitidas por muchos recuentos. Aún así, los actuales Ay
'
textos, que representan las diversas etapas finales de la gradual /
/c„™
G o . z . r . So
, c
"
G
" " « ' M i " ?G '
G u i b . i "«oa •
^ . Sitlm
,Jaaeon
elaboración y fijación, tienen enclavados en sí las marcas de la vi- /Ecron. _ . . Mttón . . A n «(ol •>•"?=

da en las estepas. / Quiryat-Ytarim- Jaruaalán / ^

Asdod. Libo* •*«•« . ..B.,é„ ¿fn


FILISTEA . M*ou,<'» Desierto / •» sai (
Vaile ce ' * * • * » <*' - , " o a ' ¡Mar oe . Atirot
*^ Aicalon • e¡j • Adulan • - r , ™ , ( Arica»
4 . 1 . Los LUGARES DEL ESCENARIO u ,
M a r , M
. u k
'Quaili
' B.l.ur (
) / , Quiryatayim
Laquia* ntbron* l i • Dibon
/ • Aroar
Iniciemos, constatando los lugares del escenario, lo que nos Gala- Eglón Ehgadí./ 1

permite tres deducciones importantes: y


/ S¡e.la9.
Maort
JU¿A
S
\ AJ
I

MOAS
Gutrar •
Primero: No son muchos los lugares que aparecen en las histo- Ara<f i (
BtrjaBa. f \
rias de los patriarcas: Siquén, Dotan, Betel, Ay, Sucot, Penuel, Ei- , Jorma ) ^ . Ar
ra de Atade (=Abelmizraim), Belén, Hebrón (Manré), Sur, Ber-Lajai-
Roi Cades, Berede, Gerar, Berseba, Migdal, Sodoma y Gomorra, •a/ 1 í
Zoar. Especial relevancia recibe Hebrón, Ber-Lajai-Roi, Berseba, Si- ¡¡esteno del
quén y Betel. Estas localidades, mencionadas en las historias de los Negueo

62 63
naneos y los bosques aún no habían sido transformados en tierras 4.2. Los PATRIARCAS
cultivables; esto es, los patriarcas son anteriores al siglo 12. PERSONAJES HISTÓRICOS
Segundo: Continuando la observación a las localidades fre-
cuentadas por los patriarcas, llama la atención que hay una dife- Positivamente se debe afirmar, antes que todo, que los patriar-
rencia significativa entre la ubicación de las tradiciones de Abrahán cas, efectivamente, son personajes históricos. Hubo quien lo nega-
e Isaac y las de Jacob. Las tradiciones de Abrahán e Isaac se de- ra. Lo que contribuyó, para que se volviera a afirmar la historicidad
senvuelven, en general, en el sur, en el Negueb, y las de Jacob en de los patriarcas, fue el descubrimiento de los nombres de los pa-
Palestina Central de la Cis y de la TransJordania. Para Jacob son triarcas en textos extra bíblicos. El nombre "Abrahán" significa "el
determinantes las localidades de Betel y Siquén, en Cisjordania, y Padre (divino) es elevado/exaltado". El nombre "Jacob" debe ser la
Penuel, en TransJordania. Abrahán circula preferentemente en abreviación de un nombre con elemento teofórico "dios protege" (o
torno de Hebrón y Berseba, Isaac en Gerar. La proximidad geográ- "dios ciertamente protegerá"). El nombre "Isaac", para lo cual has-
fica de las tradiciones de Abrahán e Isaac probablemente explica ta ahora no existen paralelos del Antiguo Oriente, probablemente
por qué la tradición de Isaac es tan pequeña, dando la impresión también contenía el elemento teofórico: "dios quiera reír/sonreír".
de que es absorbida por Abrahán. La historicidad de estos patriarcas no solo es confirmada por estos
nombres. Todo un conjunto de datos lleva a esta deducción. Por eso
Por lo tanto, los patriarcas no solo actúan en el cinturón de las hoy podemos aseverar que-los nombres de los patriarcas son, com-
estepas —localizado entre la zona de vegetación y del desierto— si- probadamente en el caso de Abrahán y Jacob, nombres comun-
no también se hallan localizados en regiones diferentes: Abrahá- mente atribuidos a personas, durante el segundo milenio.
n/Isaac al sur, Jacob al centro. Los patriarcas no vivieron en el
norte. ¿En qué contexto social vivían tales personas? Negativamente
se puede decir que los patriarcas no viven en las ciudades. Lot se
Tercero: Aunque de modo general, la localización de los pa- integra a la población ciudadana (Gen 18-19), pero eso se da por
triarcas esté lo suficientemente caracterizada, si apuntamos hacia azar. José pasa la vida ciudadana en Egipto, pero, en verdad, este
el cinturón de las estepas, hay que agregar una perspectiva más. José ya es un personaje del tiempo de los reyes, y no de la época
Al menos en Gen 13 aparece la diferencia entre montañas y plani- patriarcal.
cies. La planicie es la campiña de Jordania, aquel Oasis que se for-
ma en el valle de Jordán al pie de las montañas de Efraín. Mien- a. Estepas en confrontación con la ciudad
tras Lot opta por la tierra buena y bien regada en la llanura del
Jordán, yendo a convivir en las proximidades de la ciudad, confor- Los patriarcas no son ciudadanos. Igualmente, no se encuen-
me al capítulo 19, dentro de la propia ciudad, Abrahán permanece tran entre los campesinos. Esto se puede decir con certeza, porque
en las montañas, a distancia del centro urbano. Gen 13 exalta la los patriarcas no aparecen en los lugares típicos de las ciudades y
postura de Abrahán y critica la de Lot. de la agricultura en Canaán, esto es, en las planicies.

Pero esta última temática nos hace preguntar directamente por Ellos ocupan los espacios entre los territorios de las ciudades-
los espacios sociales e históricos ocupados por los patriarcas. estado. Gen 12,8 y 13,3, por ejemplo, son típicos p a r a su localiza-
ción: entre Betel y Hai. Los patriarcas circulan, p o r así decir, en
las periferias de las ciudades y de sus territorios. Llegan hasta los
robles de Moré, en las proximidades de Siquén (12,6); hasta el ro-
bledal de Manré, en las proximidades de Hebrón (13,18; 18,1). Al-
gunos episodios de su vida se desenvuelven en oasis, situados en-

64 65
tre las ciudades (16,14); allí residen (25,11). Sus sepulturas se en- la estepa no es apropiada para rebaño de bueyes y porque es po-
cuentran fuera del ámbito de las ciudades (23,19; 25,9). co probable contar con la domesticación de camellos en la era de
los patriarcas ¡Pasan necesidad! Las historias de Abrahán, nos
La ciudad es vista, básicamente, de modo negativo. Cuando presentan sin embargo, como poseedor de bueyes, camellos y, en
los patriarcas entran en contacto con la población ciudadana, en fin, de muchas riquezas. Los cap. 12-13 hasta insisten en esta te-
especial con sus soberanos, son amenazados. mática: 12,5-6; 13,2.5s. Esta idea no proviene de los tiempos pa-
triarcales, más bien representa la relectura hecha en el periodo de
En las ciudades, las mujeres corren el peligro de ser integra- la monarquía, en el cual los antepasados, tienden a asemejarse a
das en el harén real (20,lss; 26,lss, cf 12,10-20). los reyes; Abrahán pasa a prefigurar a los generosos. Los patriar-
cas históricos, no pasaron de ser pastores de ovejas, de vida dura.
En la ciudad ni siquiera se respeta el derecho del huésped, y Se puede constatar lo acertado de esta tesis en otros trazos de las
menos se respeta a las mujeres (13,13; 18,34). condiciones de vida de los padres.

En su ámbito ocurren guerras y secuestros de personas Los padres no vivieron en casas. No fueron sedentarios. Son
(14,lss, 12ss). nómadas, o mejor, semi-nómadas. Diversos verbos y sustantivos
indican, de modo contundente su nomadismo: viven en "tiendas de
Las ciudades de Sodoma y Gomorra son destruidas por Dios campaña" (13,5; 18,lss; 24,67; 25,27; 31,33) y "arman tiendas"
(18s). (12,8; 13,12.18; 26,25). El verbo usado para señalar "partir"/ "se-
guir" originalmente significa "arrancar" (las estacas que sostienen
Los soberanos de las ciudades, hasta amenazan controlar los las tiendas) (cf 12,9; 13,11; 20,1; 33,12). Los padres no se vuelven
pozos del oasis (21,25ss; 26,20ss). sedentarios en Canaán, permanecen como "extranjeros" (19,9;
20,1; 21,23.34; 23,4). Todos estos indicios no dejan duda en cuan-
Los moradores de la ciudad no son confiables (Gn 34). to a la vida semi-nómada de los personajes de Gen 12ss.

En las historias de Jacob (caps. 27ss), la crítica a la ciudad no Están marcados por la situación climática. Estos pastores son
es tan elaborada como en el caso de las historias de Abrahán e nómadas, justamente debido a las condiciones climáticas, en la
Isaac. Esta diferente crítica a la ciudad ciertamente proviene del tierra de Canaán. Nos encontramos en un área de clima medite-
hecho de que los patriarcas pertenecen a aquellos sectores, que no rráneo, esto es, el periodo de lluvias coincide con el invierno y, el
son ni de los grupos propiamente ciudadanos ni de los grupos de extrema escasez de lluvias, con el verano. La vida pastoril en las
campesinos e n las aldeas, directamente dependientes de las ciu- estepas, es marcada por este ritmo de invierno y verano, lluvia y
dades. sequía. Durante el periodo de lluvias, hay pasto y agua en gran
cantidad en el cinturón de las estepas, y también hasta en las pe-
b. Estilo de vida riferias de los Desiertos de Judá y de Negueb. E n esta época del
año, las migraciones pueden distanciarse de las tierras cultiva-
¿De qué viven los patriarcas? Esta pregunta, el faraón la diri- bles. Pero ya en el verano el proceso es inverso. Pasto y agua exi-
ge a los hermanos de J o s é al ingresar a Egipto. En respuesta los gen una aproximación de los pastores de la tierra cultivable y de
hijos de J a c o b se identifican como "pastores de ganado pequeño" los pozos. Este continuo proceso migratorio, que transcurre en los
(ovejas y cabras) (47,3). Podemos afirmar que la crianza de "gana- periodos de lluvia y de sequía, lo llamamos trashumante. Lo tras-
do pequeño" fue la actividad básica de los patriarcas, porque, fi- humante está en la base de las migraciones de los patriarcas, por
nalmente, las estepas, por ellos habitadas solo daban para eso. las regiones estepareas de la tierra de Canaán, a u n q u e no encon-
Ellos no son criadores de "ganado grande", ni de camellos, porque tremos referencias explícitas a periodos de lluvia o sequía, como

66 67
Betel, Hebrón, y Berseba en las historias de los patriarcas corres-
causas para los procesos migratorios. Estos son ocasionados en ponda al último capítulo de transmisión de las tradiciones. Siquén,
los textos, principalmente, por intrigas en la familia (13,lss; 27ss), Betel Hebrón y Berseba fueron centros políticos y religiosos impor-
por desavenencias entre personas (12,20; 13,lss) y por periodos tantes en la historia de las tribus de J u d á y José y de los estados
de hambre. El hambre, como causa de migración, se diferencia de de J u d á e Israel. Hebrón fue la primera capital de J u d á (2 Sam 2-
los cambios causados por otros factores. Para solucionar las difi- 4) y hasta del reinado davídico sobre J u d á e Israel (2 Sam 5). Si-
cultades, en periodos de sequía prolongada, y de falta de alimen- quén desempeñó un papel decisivo en la época de las tribus (Jos
tos, no basta recurrir a las migraciones usuales. Se hace necesa-
24). Betel fue el centro del culto más importante en Israel (1 Re
rio recorrer trayectos mayores que los que se vence en la trashu-
12); Jacob pasa a ser prototipo de Israel (Gen 35,9ss; Os 12, etc).
mancia. El hambre lleva a Abrahán a Egipto (12,10), Isaac a Gerar
Estos centros tuvieron la capacidad de observar tradiciones y,
(26.1), Jacob a Egipto (41,53ss; 43,1; 47,4; Dt 26,5). Designamos
eventualmente, de transferirlas, por ejemplo, El Santuario de Be-
tales dislocamientos a través de grandes distancias, transmigra-
ciones, cuyo origen no está en la trashumancia, pero sí en los fla- tel proviene de la era patriarcal; es posible que algunas de las his-
gelos climáticos o catástrofes políticas. Tanto el pasaje de los pa- torias de la tradición pre-patriarcal de Betel hayan sido transferi-
triarcas para Egipto como la venida de Abrahán de Mesopotamia das a Jacob (28,10ss? 35.1ss?).
para Canaán (cf 11.30), caben en los fenómenos de la transmigra-
ción. Hecha esta observación crítica, pasan a ganar mayor valor his-
tórico aquellos lugares relativamente apartados de los centros ur-
.^^ banos, entre bosques y estepa. Los oasis de Ber-lajai-roi y Berse-
ba pasan a obtener, a la luz de esta reflexión, mayor probabilidad
Abrahán, Isaac y Jacob viven en las estepas, entre la re- de ser escenario histórico de las andanzas de los padres. Parece
gión de los bosques y del desierto del centro (Jacob) y del muy posible que, originalmente, las historias de Jacob estuviesen
sur (Abrahán e Isaac) de la tierra de Canaán. localizadas en TransJordania (Sucot, Penuel, Manaim, Eira de Ata-
de), emigrando posteriormente para Cisjordania (Betel), cuando se
Viven como pastores de ovejas, es decir, como semi-nóma- articularon las tribus y el estado de Israel.
das en la periferia de las ciudades-estado. No son ni ciu-
dadanos de los centros urbanos ni campesinos de las al-
No obstante, lo más importante en esta reflexión es que ella
deas.
nos permite identificar como bastante originales, justamente aque-
llas historias que no son localizadas. Son diversas las narrativas
Su ritmo de vida e s marcado tanto por la trashumancia
que no tienen localización o la tienen de manera bastante genéri-
anual como por la transmigración ocasional.
ca: 12,10ss; 15; 17; 21,lss; 8ss; 22; 24,lss; 25,19ss; 27,lss; 34;
V__ / 37ss. No todas estas historias son necesariamente antiguas. Sin
embargo, ellas corresponden bastante bien al semi-nomadismo,
c. Conclusiones históricas
cuya vida, en gran medida, se desarrolla en lugares anónimos. Es
posible que u n a serie de otras historias de Gen 12ss solo, poste-
A la luz de estas constataciones se puede agregar una obser-
vación más. Anteriormente constatábamos que las localidades riormente, hayan sido atribuidas a algunos de los lugares conoci-
más citadas en las historias, eran aquellas que se encuentran de- dos. En este sentido, es hasta cierto punto, comprensible, que al-
marcadas p o r las aguas y en el límite entre el bosque y el desierto gunos estudiosos han llegado a afirmar que los patriarcas no ha-
(Siquén, Betel, Hebrón y Berseba)y que los padres, en general, cir- brían sido personajes históricos. Si bien esta tesis no es sustenta-
culan en l o s alrededores de estos centros. Pienso que, ahora, se ble, el hecho es que, partes significativas de las historias de los pa-
hace viable intentar u n a evaluación histórica de dicho fenómeno. triarcas, originalmente se desarrollaban en una parte de las loca-
Es muy posible que la valorización de localidades como Siquén, lidades nómadas de la tierra de Canaán. Estos pastores semi-nó-

69
68
madas, cogieron s u s experiencias en sus tiendas, en lugares des- mo "tierra de los hebreos" (40,15, cf 39,14.17; 41,12; 43,32) y que
conocidos, fuera del ámbito de los lugares importantes y del tiem- Abrahán es denominado como "el hebreo" (14,13)? Se podría tra-
po históricamente delimitado. Luego, no solamente no conocemos tar ahí de alguna reminiscencia histórica que recuerda la vincula-
con exactitud la época de los patriarcas, sino también en buena ción entre los 'hapiru' y los patriarcas.
medida desconocemos los lugares de sus aventuras. También es
difícil determinar inequívocamente el origen de los patriarcas. Por eso, si bien se reconoce la semejanza entre patriarcas y ha-
piru cananeos, hay que percibir también, que los textos bíblicos in-
sisten en afirmar que Abrahán, Isaac y Jacobo no son de Canaán,
pero llegan a ella. Especialmente, de Abrahán y de Jacob, se dice
4.3. ORIGEN PLURAL DE que ingresaron en Canaán por la transmigración. Jacob es relacio-
LOS PATRIARCAS nado con los árameos, cuyos territorios se sitúan al norte y este de
Siria. En Dt 26,5 Jacob (?) es designado como "arameo", su suegro
En general se piensa que para definir el origen de los patriar- es "el arameo" (Gen 31,20.24); lo mismo vale para Isaac (25,20;
cas bastaría discutir el origen de Abrahán, ya que los demás, co- 28,5). Abrahán sería originario de Jarán (11,31; 12,4s; 27,43;
mo su hijo y su nieto, por sí solos pasarían a estar definidos. Mas, 28,10; 29,4), en uno de los afluentes del Eufrates superior. En al-
con buenas razones, se afirma hoy, en general, que las genealogías gunos pasajes, Abrahán es presentado como proveniente de Ur de
representan el proceso final en la unión de las tradiciones. Las ge- los Caldeos, una antigua ciudad, situada en el valle del Eufrates.
nealogías tienden a ser etiológicas, es decir, explican una situación Pero esta procedencia de la familia abrahámica no deja de ser pro-
presente, a través de la composición de u n árbol genealógico. Es- blemática, no solo por ser mencionada en 11,28.31 y 15,7, sino
to también valdría para la genealogía de Abrahán, Isaac y Jacob. principalmente, porque el texto de la Septuaginta solo habla de la
Originalmente, representan personajes aislados. Hay quien afirma tierra de los Caldeos. Sea como fuere, lo importante es que Abrahán
que Jacob sería el más antiguo. Por lo tanto, la definición del ori- (como Jacob Dt 26,5) aparece en Canaán dentro del proceso de
gen de Abrahán no equivale a la definición del origen de los demás transmigración. Este dato ciertamente no puede ser negado.
patriarcas.
Vimos que diversos textos relacionan a los padres con los ára-
En general, se decía en la historiografía de Israel, que los agri- meos. Históricamente este dato es problemático, porque existen
cultores provienen del seminomadismo, que los campesinos eran serios indicios de que solo a partir del siglo 12, esto es, después de
pastores sedentarizados. Este proceso puede ocurrir. Pero no ne- la época de los patriarcas, localidades como Harán o Paran o Na-
cesariamente es regla general. Frecuentemente, los pastores tie- rim, mencionadas como lugares de origen de los antepasados, pa-
nen su origen entre los campesinos (Gen 4). Se piensa, hoy, que el saron a ser árameos. En este caso, la vinculación de los patriarcas
semi-nomadismo en Canaán proviene del campesinado. Semi-nó- con los árameos sería un anacronismo que se explicaría de la si-
madas son los que se evadieron de las ciudades-estado, del límite guiente manera: La tradición preservaba la información de que los
entre bosque y estepa (Gaza, Gerar, Hebrón, Jerusalén, Siquén) y antepasados emigraban a las tierras distantes del Eufrates supe-
que, por circunstancias especiales, no se volvieron asaltantes, si- rior. Aquellas regiones vinieron a ser ocupadas por árameos. Los
no pastores de ovejas, aprovechándose de las estepas, donde no narradores y escritores pasaron a identificar, a posteriori, a los
los alcanzaban ni las armas ni el fisco de las ciudades-estado. Pas- propios antepasados como árameos.
tores son, entonces, contingentes emigrados de las ciudades-esta-
do. Son parte del fenómeno de los hapiru, aunque su estilo de vi- Por lo visto, no son muchas las informaciones históricas que
da sea a la inversa de los hapiru-salteadores, conocidos en las car- hablan respecto al origen de los patriarcas.
tas de Tell-Amarna. Los patriarcas son uno de los sectores hapiru
de Canaán. ¿Sería tal vez que José designa la Tierra de Canaán co-

70 71
O b t e n e m o s d a t o s m á s precisos al p r e g u n t a r n o s por la organi-
Las historias de Gen 12ss privilegian cuestiones de la familia:
zación social vigente en las narraciones patriarcales.
nacimiento, vida y muerte. Las diversas relaciones y los problemas
. familiares son tematizados: relación marido-esposa ( A b r a h á n / S a -
ra, Isaac/Rebeca, J a c o b / R a q u e l ) , relación entre las e s p o s a s , en la
Así, tradicionalmenle se afirma la eonlinuidad histérico- poligamia patriarcal (Sara-Hagar, Lía-Raquel), relación mujer-hijo
familiar entre Abraiián, Isaac y J a c o b , sin embargo, his- (Sara, Rebeca y Raquel son estériles d u r a n t e cierto periodo de s u s
tóricamente parece q u e fueron clanes diversos, que emi- vidas), relación entre h e r m a n o s (Jacob-Esaú, J o s é - h e r m a n o s ) , re-
graron de c i u d a d e s - e s t a d o y se volvieron p a s t o r e s ¡haptru! lación entre parientes próximos (Abrahán-Lot, Ismael-Isaac), rela-
"fuera de la ley". Cada u n o tenía s u s historias particula- ción entre suegro y yerno (Laban-Jacob). T o d a s e s t a s t e m á t i c a s
res, pero luego de u n largo proceso de contar y recontar son, estrictamente, familiares. Tensiones e intrigas, a m o r y t e r n u -
se fueron uniendo en u n a sola tradición. Se h e r m a n a r o n . r a varían en el escenario, ¡hay u n capítulo dedicado a u n casa-
miento! (Gen 24). A s u modo, Gen 12ss son p r o f u n d a m e n t e h u m a -
^_ . — • J
nos.

4.4. ORGANIZACIÓN SOCIAL:


LA FAMILIA

La organización social enfocada en las historias de Gen 12-50,


e s t á c e n t r a d a tanto en la familia como en el clan. Las referencias FAMILIA CON
a las t r i b u s y al Estado son evidentemente posteriores: los doce hi- AUTONOMÍA
j o s de J a c o b , p r e s u p o n e n el sistema de las t r i b u s del periodo de
los j u e c e s y del Estado; la trayectoria de J o s é ya c u e n t a con el Es-
tado davídico. Las n a r r a t i v a s m á s antiguas en Gen 12ss no inclu-
yen ni a la tribu ni al Estado. El Estado es u n a realidad excluida
y m a n t e n i d a a distancia. Una d e las evidencias de q u e los patriar-
c a s no e s t á n incorporados a la organización de la tribu o el Esta- SOCIAL ECONÓMICA JURÍDICA RELIGIOSA
do, reside e n el hecho d e que e s t a s historias conocen m u c h a s de-
savenencias y tensiones, pero desconocen la guerra. La g u e r r a in-
dicada en el cap. 14 se desarrolla entre reyes; la intervención de
A b r a h á n no provoca guerra, s i n o solamente liberación.

La institución b á s i c a de los patriarcas, es la familia o el clan.


E s t a familia, no aparece como eslabón de u n conjunto social m a - En s u s diversas manifestaciones y expresiones, la familia pa-
yor, s e a él u n a tribu o el E s t a d o . La familia patriarcal aparece, co- triarcal es auto-suficiente, s o b e r a n a y a u t á r q u i c a :
mo organización social autosuficiente y a u t á r q u i c a . Los lazos que
m a n t i e n e n con otros g r u p o s familiares no solo n o interfieren en el La familia de estos pastores s e m i - n ó m a d a s es, económicamen-
propio grupo, sino que a d e m á s , existe la idea del matrimonio, y la te, autosuficiente. S u s necesidades de cereales, s o n s u p l i d a s por
preservación de las respectivas familias. p e q u e ñ a s plantaciones o por t r u e q u e con los c a m p e s i n o s de las al-
deas. En todo caso, los p a s t o r e s esquivan los t r i b u t o s , en el que
reside u n motivo m á s para s u vida n ó m a d a . El p a s t o r e o es reali-

72 73
zado por los propios componentes del clan, por los hijos (27; 29ss;
34,5; 37; Ex 3,1) o por las propias hijas (29,9; Ex 2,16). El pasto- significativa entre las condiciones cíe vida de la mujer y del
reo raramente habrá de ser efectuado por trabajadores asalariados niño entre los círculos abrahámicos y las ciudades-estado;
(cf 29) o por esclavos (cf 13,7; 26,19s; 25,32). La esclavitud era re- en las ciudades, los niños eran sacrificados. Entre los se-
ducida, pero ciertamente también existía en el contexto de la fami- mi-nómadas, el niño es la gran esperanza de sobreviven-
lia patriarcal (16,lss; 24,2ss). cia. El sacrifico del niño fue superado desde u n comienzo.
En las ciudades la mujer se destina al harén (12,10ss;
La familia también es jurídicamente autónoma. Prescinde de la 20,lss; 26,lss). Entre los semi-nómadas la mujer llega a
jurisprudencia, en el portón de las ciudades. Cuando lo utiliza, en- desempeñar un papel de relativa autonomía, como pode-
tonces lo hace porque allá se reúnen los ciudadanos de una ciu- mos ver en Sara (18) y Rebeca (27).
dad cananea (23,10.18; 34,20). El resto de las cuestiones legales
son decididas en el ámbito de la propia familia, por el patriarca,
cuando el caso involucraba a personas de su competencia (13) o
por la mujer cuando la causa era de su competencia (16, lss; 4.5. LA CUESTIÓN RELIGIOSA
21,8ss).
La religión de los patriarcas tiene peculiaridades que no per-
La familia igualmente era religiosamente autárquica. Ella no miten identificarla, con la religión que prevalecía en Israel, organi-
dependía de los santuarios en las ciudades-estado. Sus lugares re- zado como conjunto de tribus o como Estado. Los propios textos
ferenciales para la práctica religiosa estaban fuera de las ciudades bíblicos marcan esta diferencia e insisten en establecerla.
(Manré, Berseba). Prescindían de construcciones, siéndoles sufi-
ciente árboles (robledales de Manré y Moré) y columnas (Betel). No a. Análisis de Ex 3 y 6
hay sacerdotes especialistas; el propio patriarca hace las veces de
sacerdote, valiéndose para ello de los instrumentos caseros Podemos leerlo en Ex 6 (un texto del siglo 6) y compararlo con
(17,23ss; 22,lss). Si bien las historias de los patriarcas conocían Ex 3 (un texto del siglo 8). En el texto más antiguo, Ex 3, "el Dios
el lugar santo, aún desconocen el intermediario, instrumento, ca- de tu padre, el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac y el Dios de Ja-
sa y periodo santos. Desconocen el templo, sacerdote y fiesta, aun- cob" (v. 6) no es inmediatamente idéntico a Yavé, porque, para sa-
que sabe de su existencia en el ámbito de las ciudades-estado ber que el Dios de Abrahán, Isaac y Jacob es Yavé, Moisés tiene
(14,18ss). Sus ritos más significativos son aquellos que están diri- que preguntar, expresamente, por el nombre de quien se le está
gidos a la propia familia: circuncisión (17; 21,4) y, ciertamente, la manifestando (v. 13). Por tanto, en Ex 3 la auto-presentación de
Pascua (Ex 11-12). A continuación retomaremos la cuestión reli- Dios como "el Dios de tu padre, el Dios de Abrahán, el Dios de
giosa. Pasemos por el momento, a hacer una breve evaluación. Isaac y el dios de Jacob" no es idéntica a la auto-presentación de
este Dios como Yavé. En Ex 6 (un texto m á s reciente), esta no-
^
identidad entre "Dios de Abrahán" y Yavé es, expresamente, afir-
La familia patriarcal, esbozada en Gen 12ss, no fue la so- mada: "Yo soy Yavé. Aparecía ante Abrahán, Isaac y Jacob, como
ciedad ideal. Pero sí, alternativa a las ciudades-estado que el Dios Todopoderoso; pero por el nombre, Yavé, no fui reconoci-
la circundaban. Primero: Cuando había hambre, todos los do". De ahí se debe deducir que, cuando en Gen 12ss se mencio-
integrantes de la familia eran igualmente afectados por la na a Yavé, estamos delante de u n a inclusión posterior. Histórica-
escasez. ¡La miseria y el hambre no estaba reservada solo mente, los patriarcas no conocieron el culto a Yavé. La religión de
para algunos! (cf 47,13-26) ¡También el patriarca era al- los patriarcas no es yavista. Esta información histórica no es
canzado por la escasez! Segundo: Existe una diferencia transmitida por los propios textos bíblicos. Curiosamente los tex-

75
74
b. Características de la religión patriarcal
tos más recientes (Ex 6!) no lo certifican de modo más claro. Sin
embargo, la constatación de que la religión patriarcal no es yavis-
Primero: La expresión "Dios de todos /vuestros padres" es pos-
ta, no sólo se basa en Ex 3 y 6, sino en las propias caracteristicas terior a la formulación "Dios de Abrahán, Dios de Isaac, Dios de
de la religión patriarcal, como la podemos deducir en Gen 12ss. Jacob". Aquella es el resumen de esta, suponiendo y simplificán-
dola.
Ex 1 ss se refiere de un modo peculiar a la religión de los an-
tepasados. Lo percibimos observando los nombres de Dios. En el
Segundo: La repetición de la palabra "Dios" en la expresión
v. 6 tenemos una serie de atributos: Dios de tu padre, Dios de
"Dios de Abrahán, Dios de Isaac, Dios de Jacob" podría parecer re-
Abrahán, Dios de Isaac, Dios de Jacob.
dundancia innecesaria. ¿Por qué no se simplifica tal expresión, di-
ciendo simplemente 'Dios de Abrahán, Isaac y Jacob' y, por qué se
Cuatro personas diferentes (padre, Abrahán, Isaac y Jacob) dice "Dios de vuestros padres", cuando se abrevia? Se podría atri-
son relacionadas con Dios. Aparentemente son cuatro experien- buir la expresión "Dios de Abrahán, Dios de Isaac, Dios de Jacob"
cias diferentes de Dios. Son, por así decir, cuatro Dioses. En el v. al estilo constantemente repetitivo del hebreo. Pero, esta explica-
13, estas cuatro experiencias son resumidas en la expresión: Dios ción tiende a no ser suficiente, porque también en otros textos se
de vuestros padres. insiste en relacionar "Dios" al nombre del patriarca. Puede obser-
varse en la oración de Jacob en Gen 32.10: Dios de mi padre
Los padres son Abrahán, Isaac y Jacob. El "Dios de tu Padre", Abrahán y Dios de mi padre Isaac, Yavé.
esto es, el Dios del padre de Moisés podría estar incluido entre los
"padres", pero es posible que no sea así (cf v. 15). En Gen 31,53 en el contexto de un acuerdo entre Jacob y La-
bán se habla de Dios de Abrahán y Dios de Nacor.
En los w . 13-14, el Dios de vuestros padres es identificado co- El primero está relacionado a Jacob (nieto de Abrahán) y el se-
mo Yavé. En los w . 15-16, este proceso de identificación y explica- gundo a Labán (hijo de Nacor). (La expresión "Dios del padre de
ción llega a un resumen. Yavé, Dios de vuestros padres, Dios de ellos" es un complemento).
Abrahán, Dios de Isaac, Dios de Jacob. Finalmente, en el v. 18 la
identificación del Dios es aumentada con un nuevo elemento, en el También en Ex 3,6 puede haber u n a referencia a algún otro
cual —a mi modo de ver— culmina la teologización de Ex 3: Yavé, "Dios de...". Se trataría del "Dios de tu padre" que encabeza la enu-
Dios de los hebreos. meración de aquel versículo El "Dios de tu padre" sería el Dios del
_ padre de Moisés. Por eso, ningún otro texto habla de un tal "Dios
de...".
Ex 3 nos presenta una condensación ele un largo proceso 1
histérico-teológico de la fe yavísta. Este capítulo muestra Ahora, si existían diversos "Dios de...", se comienza a tornar
que la fe yavista pasó por diferentes periodos de surgi- muy posible que la expresión "Dios de Abrahán, Dios de Isaac,
miento, con añadiduras, complementaciones y explicacio- Dios de Jacob" no provienen del estilo hebraico. Sucede que, ori-
nes. De ahí no solamente deducimos que la religión pa- ginalmente, "Dios de Abrahán", "Dios de Isaac" y "Dios de Jacob"
triarcal es anterior a la fe yavista, habiendo sido posterior- eran entidades religiosas diferentes, cada cual vinculada a uno de
mente integrada en ella, sino que también podemos indi- los patriarcas y a sus grupos. En algunos salmos hasta se obser-
car algunas de las características de la religión patriarcal. va que estamos delante de grupos religiosos originalmente inde-
v. ) pendientes: El Sal 47,10 (=47,9) solamente se refiere al "Dios de
Abrahán"; los Sal 20,2 (=20,1); 24,6; 46,8 (=46,7), etc solamente
7?
76
de un largo proceso de unificación de tradiciones. Intento descri-
hablan del "Dios de Jacob". Esta posibilidad de estar delante de bir, ahora, el desarrollo del proceso.
entidades religiosas diversas adquiere el grado de probabilidad si
agregamos una nueva observación: En el inicio nos encontramos con diversas (tres, si solamente
contamos con Abrahán, Isaac y Jacob) experiencias de personas
Tercero: En Ex 6,3 es atribuido un título especial al Dios que con "Dios", en épocas y lugares diferentes. Los descendientes de
se manifestó a Abrahán, Isaac y Jacob: "Dios Todopoderoso". Es estas personas (Abrahán, Isaac y Jacob) preservan la identidad re-
sabido que Ex 6 representa el periodo reciente (siglo 6 aC). Por eso, ligiosa de sus padres. Pasaron a hablar de:
es comprensible que el presente título sea relacionado a las expe-
riencias religiosas de los tres patriarcas. Lo mismo ocurre en otros Dios de Abrahán, tu padre (26,24; 28,13; 32,10)
textos que, en la era exílica, acostumbran relacionar a "Dios Todo- Dios de Abrahán (31,42.53)
poderoso" genéricamente a la era patriarcal. Inclusive es posible, Dios de Isaac (28,13)
que este epíteto sea pre-yavista y eventualmente (Gen 48,3!) rela- Dios mío/tuyo/vuestro padre (31,5.29.42; 46,3; 50,17)
cionado a alguno de los patriarcas. Dios mío/su padre Isaac (32,10; 46,1; 49,25)
Dios mío señor Abrahán (24,2.27.42.48).
La cuestión es si, además de títulos que dicen respecto al con-
junto de los antepasados y sus experiencias religiosas, existen Estos pasan a ser los. primeros periodos de preservación y
nombres o títulos diferentes para cada uno de los "Dios de..." de transmisión de los eventos. Inicialmente, se decía: "Dios de mi pa-
los patriarcas. Cada "Dios de..." ¿tendría u n a teología específica? dre" (49,25).
¡Este es el caso! El "Dios de Isaac" se titula como 'Temor de Isaac"
(Gen 31,42.53) y el "Dios de Jacob de "Poderoso/Fuerte de Jacob" Más tarde, cuando tal definición podría ser poco específica, se
(Gen 49,24; Is 49,26; 60,16; Sal 132,2.5, cf Is 1,24). Por tanto, en agregaba el nombre del antepasado "Dios de mi padre Abrahán" o,
el caso de dos patriarcas (Isaac y Jacob) conocemos los títulos que simplemente, "Dios de Abrahán". Simultáneamente se agrega la
corresponden a los respectivos "Dios de...". Los mismos no valen característica de tal experiencia, definiendo mejor el modo de ac-
para Abrahán. Las tradiciones posteriores (del siglo 6) agregan el ción de Dios: 'Temor de Isaac", "Fuerte de Jacob".
título "Dios Todopoderoso" al "Dios de Abrahán" (cf 17,1; 48,3).
Un nuevo periodo surge, cuando las diferentes tradiciones,
oriundas de diversos lugares (Jacob de Palestina central; Abrahán
Estos títulos califican cada una de las experiencias teoló- e Isaac del sur), se juntan. Se pasa, entonces, a hablar de "Dios de
gicas de modo diferenciado, permitiéndonos afirmar, en Abrahán y el Temor de Isaac" (31,42), de "el Dios de mi padre
consecuencia, que efectivamente, se debe distinguir entre Abrahán y el Dios de mi padre Isaac" (32,10), de "el Dios de
"Dios de Abrahán", "Dios de Isaac" y "Dios de Jacob", por- Abrahán y el Dios de Nacor" (31,53), de "el Dios de Abrahán, tu pa-
que se trata de tres "Dios de...", de tres diferentes expe- dre, el Dios de Isaac" (28,13), etc. En estas uniones ocurren algu-
riencias y comunidades religiosas. nas situaciones inadecuadas que justamente denuncian el proce-
I , , . so de unión entre sí: En 31,42, Jacob habla de "Dios de mi padre"
como si fuera el Dios de Abrahán, cuando, en verdad, debería re-
ferirse al "Dios de Isaac". En 28,13, el atributo "tu padre", debería
c. Proceso de unificación de referirse al "Dios de Isaac" y no al "Dios de Abrahán". En Ex 3,6,
tradiciones religiosas diferentes se habla de un "Dios de tu padre" que en los versículos siguientes
no es retomado. En Ex 3,6.15s; 4,5 tenemos la síntesis final: "Dios
El análisis de la religión d e los patriarcas, a partir de Ex 3 y 6, de Abrahán, Dios de Isaac, Dios de Jacob". Es probable que este
indica que aquellos pasajes constituyen la síntesis final después
79
78
proceso de unificación definitiva de las diferentes tradiciones sola-
mente haya ocurrido, cuando el Dios de los padres pasó a ser iden- cada con atributos de las relaciones inter-personales. Por tanto,
las más antiguas experiencias con Dios califican su aproximación
tificado como Yavé, esto explicaría el por qué solamente un texto
a las personas con dimensiones personales. La experiencia con el
tan teológico como Ex 3s contiene la síntesis definitiva del Dios de
Dios personal, en verdad, está en el inicio de la historia de la reve-
los padres. Es evidente que la reconstrucción que acabamos de es- lación.
bozar tan solo permanece como u n a probabilidad histórica.
Un Dios dinámico. Los atributos del "Dios de..." en segundo lu-
d. Características teológicas del gar, también nos presenta la divinidad en su dinámica. El "Temor
Dios de los patriarcas de Isaac" y el "Fuerte de Jacob" califican a este Dios de los padres
con categorías de acción e intervención, no de estática y de distan-
Intentamos deducir algo respecto de la historia de la religión de cia. También este trazo, básico en toda religión bíblica, no sola-
los patriarcas, recorriendo los nombres y títulos de Dios. Con esto mente le fue atribuido en tiempos posteriores, sino también se en-
aún no hacemos justicia histórica al asunto en estudio, como lue- cuentra en las calificaciones teológicas más antiguas y rudimenta-
go veremos. Aún así, para el análisis rias. En este contexto, vale recordar que el nombre Israel "Dios lu-
anteriormente hecho, pode- chará" contiene el mismo tipo de teología. No por casualidad Israel
mos percibir que para la ha de haber sido identificado como Jacob (cf 32,22ss). Muchas ve-
historia de la religión ces se ha intentado afirmar .cierta ingenuidad personalista para las
patriarcal justamente más antiguas articulaciones teológicas de las historias de los pa-
el nombre de Dios triarcas. Esta concepción aparentemente no hace justicia al Dios
tiene relevancia. de los padres, donde una teología personal ya va de la mano con
¡Expliquémoslo! una teología de acción histórica.

Un Dios per- Un Dios familiar. Veíamos anteriormente que la experiencia so-


sonal. Es decisi- cial de los patriarcas está determinada por familia y por migración.
vo, primero, que La religión patriarcal está directamente relacionada a estos dos
la característica factores. Se trata de una religión familiar de gente semi-nómada.
más importante Esto no se puede deducir de los nombres y títulos de Dios, pero sí
de "Dios de..." es de las narraciones como un todo.
s u vinculación a
las personas. El Se habla de Dios en relación a las realidades familiares y de
"Dios de..." no está grupos. No se habla de Dios en relación a las necesidades del Es-
vinculado a lugar algu- tado o de la tribu. Por eso, las narraciones de los padres no tema-
no de la naturaleza o de tizan a Dios ni como promotor de guerras ni como creador del
la política, a árboles, piedras mundo /universo. Estas dos realidades son enfocadas en Gen 14,
o templo. Su identidad reside en lo que viene a ser uno de los motivos para considerarlo como re-
su relacionamiento directo e inmediato con personas. El Dios de ciente. La preocupación teológica de las capas antiguas de las na-
los padres es Dios personal. Si nuestra interpretación de los nom- rraciones gira en torno a las prioridades del grupo:
bres de Abrahán e Isaac estuviera correcta: "el padre (divino) es
elevado" (Abrahán), "Dios quiera sonreír" (Isaac), entonces estos Dios está correlacionado a los eventos constitutivos del grupo
hasta contendrían algo de la sorprendente teología de la era pa- familiar, y del clan. Nacimiento y preservación del niño son tema-
triarcal: Dios es tan personal, que su proximidad puede ser califi- tizados en varias narraciones (16; 18; 21; 22; 25,19ss). La historia

80 81
de Abrahán tiene en este asunto, su tema e hilo conductor (11,30). como lo muestran los caps. 13; 37ss. Además de eso, el pastor no
en este contexto, hasta es incluida, en el siglo 6, la circuncisión es campesino porque no puede, sino porque, efectivamente, no
(17). quiere. Para el semi-nómada, la vida sedentaria es un retroceso.
Cuando las promesas de tierra cultivable y la gran descendencia
Finalmente, en este contexto también tiene sentido, que la sugieren lo contrario, demuestran haber sido pensadas y formula-
muerte es un asunto muy prominente (23; 25; 49s). Si, ¡la muerte das por gente sedentaria.
también figura en Gen 12-50! En estos aspectos y en otros deta-
lles, se hace evidente cómo la religión de los patriarcas es experi- Un culto particular. El culto de los padres asume características
mentada, también por las generaciones que trasmitieron y origina- peculiares, que lo diferencian del culto celebrado en otros momen-
ron estas historias, como religión de la parentela. tos de la historia de Israel. Las celebraciones no están vinculadas a
un lugar sagrado específico, a mediadores sacerdotales especializa-
Un Dios peregrino. Simultáneamente, el Dios de los padres es- dos, a días santos pre-establecidos, a instrumentos sagrados. Les
tá correlacionado al grupo migrante de pastores semi-nómadas. faltan todas las características de un culto de la sociedad mayor,
Dios es quien protege, para que las personas sedientas encuentren del Estado. Los ritos relevantes son aquellos relacionados a la vida
agua (16; 21,8ss), para que los hambrientos encuentren pan (26; familiar: nacimiento, casamiento, desmamar, muerte. Los coleccio-
37ss). Dios bendice para que el rebaño se reproduzca (29-33, cf nadores posteriores además agregan, en el siglo 6, la circuncisión
12,5.16; 13,2). Es Dios quien protege en el camino (26,3.24; 28,15; (17; 21,4), que, por ser un rito familiar, acertadamente es incluido
46,3), esto es, él acompaña al grupo. El Dios que va junto, que per- en el cuadro religioso. También el rito de la Pascua, relacionado por
manece ligado al grupo, que está donde están los suyos, es una de la tradición al Éxodo, de hecho, pertenece a los ritos pastoriles y,
las principales características de la religión de los padres. En ver- posiblemente, fue practicado por los patriarcas.
dad, sin este concepto del Dios peregrino, ya presente en el origen
de la fe israelita, la historia teológica del pueblo de Dios no es com- Ai culto patriarcal pertenece el altar. Desempeña un papel des-
prensible. Si Dios, desde el inicio, estuviese sujeto a un lugar, su tacado en las narraciones. Son muchas las noticias de edificación
existencia estaría concluida en 587 aC, cuando el templo salomó- de altares: 12,7.8; 13,4.18; 22,9; 26,25; 33,20; 35,1.5.7. El altar
nico, la casa de Dios, fue destruida por ejércitos enemigos. El Dios aparece en el contexto de un alto en el camino. Forma parte del ri-
que acompaña, simultáneamente está al frente. El prevé el nuevo tual de llegada de los emigrantes. Es provisorio. Indica un lugar
lugar de pastoreo y de sobrevivencia. En la base de 12,1-3, en sagrado para el momento. Cuando se da la partida, el altar pierde
2 6 , l s s y en 46,lss, encontramos orientaciones, respecto de nue- su función (cf Ex 20,25). En la trashumancia, el altar ocupa la
vos lugares para pastar y sobrevivir. Promesa de pasto y orienta- función, que la promesa tiene en la transmigración. Función se-
ción en cuanto a la dirección de cómo encontrarlo, es un elemen- mejante a los altares, tienen las columnas de piedras, levantadas
to teológico constitutivo para la experiencia religiosa del seminó- en cierto lugar. Mientras el altar se destina al rito, la columna re-
mada, aunque en los actuales textos de Gen 12ss, esté poco pre- gistra la memoria, y marca el acontecimiento de algo especial, en
sente. Para esto hay motivos plausibles. cierto lugar (28,18ss; 31,13.45ss; 35,14.20). En las historias de
los padres, las columnas son mantenidas como expresión religio-
Un Dios de la promesa. Sucede que, en los actuales textos, la sa legítima (35,20!). Lo mismo ocurre con los terafines en Gen
promesa de pastoreo fue reinterpretada y sustituida por promesas 31,19ss. Se trata aquí de dioses caseros.
de tierra cultivable y gran descendencia (12,1-3,7; 15). No obstan-
te, estas promesas, que constituyen el centro de Gen 12-50 en su Un Dios inmediador. El culto patriarcal no conoce un sacerdo-
formulación actual, son posteriores y fueron formuladas con la vi- te, un especialista de lo religioso. (14,18 es posterior y, además de
sión de gente sedentaria, y bajo la experiencia del Estado. Gran eso, habla de un sacerdote de una ciudad-estado). Las funciones
descendencia y tierra cultivable imposibilitan la vida semi-nómada, sacerdotales son realizadas por los miembros de la familia: por el

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patriarca (17,23; 18,22ss; 21,4; 22), por mujeres (31,19ss, cf Ex Este encabezamiento afirma lo siguiente sobre la vida y la re-
4,24). La falta de una intermediación rígida entre personas y Dios ligión patriarcal: los padres eran semi-nómadas marcados tanto
probablemente explica también, la gran relevancia del sueño en por la transmigración (Jarán-Canaán) como por la trashumancia
las historias (20,3.6; 28,10ss; 31,10ss.24; 37ss). Este momento constante (Siquén, Betel, Ay, Negueb). Su religión es simultánea-
retorna, con énfasis, en las visiones proféticas. mente marcada por la palabra (promesa) como por el rito (altares).
La promesa prevalece sobre los altares.
Posteriormente... con rasgos sedentarios. La religión patriarcal
también asume, en las actuales narrativas, ciertos caracteres de la Segundo: Se acostumbra dar la impresión, de que la historia
religión de sedentarios. Podernos observarlo en la valorización que de los semi-nómadas, sería nada más que prehistoria para Israel.
reciben, los robledales de Manré en las historias de Abrahán Esto es completamente erróneo. La historia de los semi-nómadas
(13,18; 18,1; 23,17.19; 25,9; 49,30; 50,13) y en la importancia continúa, durante la era de las tribus y de los estados. Aún hoy,
atribuida a Betel (12,8; 13,3s; 28; 35). Betel/"la casa de él" tal vez la historia de los semi-nómadas continúa. Ella es una historia pa-
ya era un centro de culto cananeo en la época de los patriarcas. ralela a la historia de los estados, que se fueron formando en la
En todo caso, se transformó en el lugar sagrado de mayor impor- Tierra de Canaán. En ciertos momentos, los semi-nómadas mar-
tancia, en el Estado de Israel. La vinculación de historias de los caron su presencia. En el periodo de dominación de Canaán por
padres a centros de peregrinación, debe haber sido un proceso se- los egipcios y por las ciudades-estado, los semi-nómadas repre-
cundario, ocurrido en el transcurso de la formación de Israel. sentaron sectores que, decididamente, resistieron la dominación.
Por eso la Escritura los privilegia, viendo en ellos a los padres del
; ^^ pueblo. Pero esto no significa que, después del surgimiento del
Así, en la experiencia del Dios de los patriarcas encontra- pueblo de Israel, hubiese cesado la existencia y la influencia de los
mos unas nueve características: un dios personal, dinámi- sectores semi-nómadas. Los semi-nómadas están presentes en to-
da la historia de Israel. Justamente por eso Gen 12ss fueron tan-
co, familiar, peregrino ¡camina con ellos!, u n dios de la
tas veces releídos. Las diversas relecturas, que la vida de los pa-
promesa, con u n culto particular y con ritos que se reali-
triarcas sufrió dentro de la propia Biblia, no se deben solamente a
zan en la casa o en el altar, sin mediadores especializados.
intereses literarios. Tales relecturas se imponían, porque los gru-
Solamente al final vamos encontrando unos rasgos de se-
pos abrahámicos continuaban influenciando en Israel. Uno de los
den tarización. momentos de cierta aparición de los grupos abrahámicos y reto-
v —J mada de su influencia fue el periodo de exilio. Ez 33.24 es una
muestra de la relevancia de los grupos y de las tradiciones semi-
nómadas en Israel, durante el exilio. Este renacimiento de las tra-
diciones y de los grupos abrahámicos en el exilio, explica por qué
4.6. A TÍTULO DE CONCLUSIÓN Gen 12ss tienen una relectura exílica tan explícita.

Para la historia de los grupos abrahámicos quisiera apuntar


dos factores.

Primero: Gen 12,1-9 tiene, junto con 11,27-32, la función de


presentar, en el inicio, una introducción que tiene en vista carac-
terizar —para los tiempos del reinado— la vida y la fe de los pa-
dres. Estamos habituados a reducir esta introducción a los
w . 1-3, lo que no está bien.

84 85
CAPITULO 5

Eí 6rtqM> Mosaico

Introducción

El Antiguo
Testamento atri-
buye, al evento li-
bertador de la sa-
lida de Egipto, un
papel fundamen-
tal para la exis-
tencia del pueblo
de Dios. En la
síntesis de la fe
israelita, el Éxodo
ocupa u n lugar
privilegiado (Dt
6,20-24; 26,5-
10). En la libera-
ción nace el pue-
blo. En muchos
otros pasajes ve-
tero-testamenta-
rios, el Éxodo de-
sempeña un pa-
pel relevante.

87
Abrahán desciende a Egipto y de allá retorna (Gen 12ss), reco- Por ahora enfocaremos las dos últimas informaciones.
rriendo la trayectoria decisiva de sus descendientes (cf Gen
15,12ss). Los mandamientos son, programáticamente introduci- La noticia más antigua referente al lugar solamente habla del
dos, por el Dios libertador de Egipto (Ex 20,2). La entrada a Pales- mar. No especifica cuál sería este mar. Esto implica que es muy di-
tina ocurre tal como la salida de Egipto: se abren las aguas del fícil localizar, exactamente, el acontecimiento de la salida, aún
Jordán (Jos 3). La tradición liberadora es tan decisiva, que Jero- más, cuando otros textos solamente mencionan el mar como esce-
boán I busca colocarlo bajo control, al intentar crear la ilusión de nario: cap. 14 y 15. Algunos textos —aparentemente los más re-
que los becerros de oro, serían símbolos adecuados para el evento cientes— buscan ser más específicos, refiriéndose al "Mar Rojo" o
del Éxodo (1 Re 12,25ss). Diversos profetas ponen énfasis en la mejor "Mar de Junco" (13,18; 15,4.22; Dt 11,4; Jos 2,10; 4,23;
tradición del Éxodo: podemos constatarlo, por ejemplo, en Oseas 24,6; Sal 106,7.9.22; 136,13.15; Ne 9,9). Sin embargo, esta espe-
(11,1), en Jeremías (2,6), en Deutero-lsaías (55,12). Los salmos es- cificación poco ayuda a localizar efectivamente el evento, por que,
tán marcados por la tradición liberadora (Sal 136). Hasta Jesús hi- cuando el Antiguo Testamento fija el Mar Rojo, lo identifica con el
zo la trayectoria de su pueblo al descender a Egipto y de allá re- Golfo de Acaba (cf Dt 1,40; 1 Re 9,26), donde ciertamente, no se
gresar (Mt 2). Esta verificación breve y parcial de la presencia ca- sitúa el lugar de la salida.
lificada de la tradición del Éxodo en la Escritura, evidencia que es-
tamos delante de un paradigma teológico para la fe israelita. Es ta- En Ex 14,2.9, encontramos una localización exacta de los
rea de la teología bíblica "meditarlo de día y de noche" (cf Sal 1,2). eventos del mar: "en frente de Piajirot, entre Migdal y el Mar delan-
Ahora, nuestra tarea es la verificación histórica de este evento. te de Baalsefom". En general se pretende comparar esta descrip-
ción con el escrito sacerdotal del siglo 6, motivo por el cual poco
valor histórico se le podía atribuir. No obstante, si la información
de 14,2.9 fuera históricamente confiable, entonces obtendríamos
5.1. INFORMACIONES HISTÓRICAS EN una localización muy exacta. Estaríamos en las proximidades del
LOS TEXTOS BÍBLICOS Mar Mediterráneo, en las inmediaciones del Lago Sirbonico, al es-
te del Delta del Nilo, por donde pasa el camino de la tierra de los
filisteos. Esta localización genera las condiciones propicias, para
Al investigar los textos en busca de las informaciones más an-
comprender históricamente, lo que sucedió con ocasión de la sali-
tiguas e históricas referente a los acontecimientos en Egipto, con-
da. Sucede que poseemos relatos de historiadores antiguos, que
viene partir de la formulación que es considerada la más antigua.
describen las peculiaridades de la región del Lago Sirbonico. La ca-
racterizan como terreno pantanoso, donde no se puede "ni andar
a. La formulación histórica más antigua ni nadar", donde ya muchos se "hundieron con ejércitos enteros,
por haber perdido el camino correcto" y donde las olas del mar re-
Ex 15,21b es considerada la formulación más antigua, refe- pentinamente invaden la tierra. Tales descripciones de antiguos
rente a los eventos en Egipto: "Cantad a Yavé pues se cubrió de historiadores y viajeros se aproximan, de modo sorprendente, a los
gloria arrojando en el mar caballo y carro". relatos bíblicos.
Este breve cántico de alabanza no es una crónica histórica. Su
intención es alabar el testimonio de Yavé. De este testimonio pode- Por tanto, la noticia más antigua sobre la salida no fija el lugar
del evento; tan solo habla genéricamente del "mar". Anotaciones
mos deducir tres informaciones históricas:
más recientes se refieren al Mar de J u n c o s / M a r Rojo, lo que no
ayuda a su ubicación porque estos son identificados con el Golfo de
1. El Dios del Éxodo es Yavé.
Acaba. Aunque las noticias que nos sitúan en el Lago Sirbonico
2. El hecho fue militar "precipitó a su caballo y a su jinete...".
sean recientes, parecen contener una localización más exacta.
3. El lugar fue el mar.
89
88
¿Qué sucedió junto al "mar"? Nuevamente las informaciones 1224) haya construido en este lugar, pero no se podría decir con
más antiguas son muy resumidas. En 15,1.21 se habla de "arro- toda certeza, ya que es difícil localizar a Pitón.
jar en el mar; 14,27b y Sal 136,15, de "hundir". Tradiciones más
recientes pintan cuadros detallados. Para unos, un viento fuerte Mejor informados estamos sobre Ramsés, también menciona-
secó una parte del mar que, al cambiar de rumbo, destruyó a los da en Ex 12,37 y mantenida como lugar de vida de los israelitas
egipcios, que habían sido alborotados por Yavé (14,21.24.25b.27b (Gen 47,11). El nombre completo de Ramsés es "casa de Ramsés,
tradición yavista del siglo 10). Para otros, las ruedas quedaron in- amado por Amón, grande en fuerza y victoria". Para este lugar del
movilizadas (14,25 tradición elohísta del siglo 8). Para otros, el mar Delta, Ramsés II trasladará su residencia, para facilitar el acceso
se abrió en medio, dando paso a los israelitas (14,15-18.22-23.26- a Canaán y Siria, como ya lo habían hecho los hicsos, algunos si-
27a.28-29 escrito sacerdotal del siglo 6). Como se ve, los detalles glos antes. Probablemente se trataba de una residencia espaciosa,
presentan escenarios visiblemente diferentes, porque la tradición con un diámetro de 20 km. Esta nueva residencia de Ramsés II
más antigua no especificaba detalles del acontecimiento; solamen- perdió importancia bajo sus sucesores, lo que es un indicio eviden-
te hablaba de "arrojar y hundir". te de que la alusión a la ciudad de Ramsés y, probablemente, de
Pitón, en Ex 1,11, no puede ser atribuida a una tradición poste-
En todo caso, estaban involucrados carros de guerra egipcios rior, mas debe corresponder a una reminiscencia histórica. En es-
(así debe ser interpretado 15,21 a la luz de 14,16ss; 15,4). Es ló- tas ciudades, los israelitas edificaron "silos".
gico que no "todo el ejército egipcio" (14,4.9) esta involucrado. Se
trataba de un pequeño contingente (los 600 carros de guerra de Ya que la ciudad de Ramsés está vinculada a Ramsés II, pode-
14,7 ciertamente ya son una exageración) que, evidentemente, no mos deducir una fecha, aproximada, de los eventos de opresión y
estaba bajo el comando del faraón. Carros de guerra son, en el se- salida. En los relatos de Ex 1-15 solamente se usa el título del so-
gundo milenio, el arma de guerra más eficiente, también para el berano egipcio. El nombre del faraón de la opresión no fue preser-
control de carreteras (cf J u e 4,3). En Egipto los carros son ocupa- vado por la tradición bíblica. A partir de la mención de la ciudad
dos, en combates, por dos personas: un combatiente y u n conduc- de Ramsés, en Ex 1,11b, podemos suponer que los episodios del
tor. En Canaán y en Mesopotamia los ocupantes eran tres: u n Éxodo, ocurrieron en el periodo de Ramsés II (1290-1224). En gene-
combatiente, un escudero y u n conductor, esto es en 14,7, donde ral se piensa en la segunda mitad del siglo 13. Eso sería confirma-
el texto hebraico habla de tres ocupantes por carro, el modelo ca- do por los textos del Éxodo, si pudiésemos atribuir valor histórico
naneo es transferido a Egipto. Cuando las traducciones hablan de a 2,23, un texto del siglo 6. Ahí se presupone que el faraón de la
caballeros, no debemos pensar en soldados montados a caballo, opresión (caps. 1-2) no es el mismo faraón que el de la salida (caps.
sino en ocupantes de carros de guerra. 3-15); el primero sería Ramsés II (1290-1224) y el segundo Mer-
nepta (1224-1214). Sin embargo, el dato de los textos bíblicos, de
que diversos faraones estuvieron envueltos con el grupo israelita,
b. Lugar y fecha de los eventos de opresión y salida no está comprobado históricamente.
Sabemos, donde ocurrieron los episodios decisivos de la sali-
da. También podemos afirmar con certeza, donde sucedieron las c. Situación de los "hebreos" en Egipto
escenas de opresión. En Ex 1,11b, obtenemos informaciones que,
difícilmente, pueden haber sido agregadas posteriormente: ahí son Las personas involucradas en el éxodo actuaron en el sector
mencionadas las ciudades de Pitón y Ramsés. Ambas se sitúan en de las construcciones. Este dato sobrepasa a los textos. En Ex
el sector oriental del Delta del Nilo, en la región de Gosén, donde, 1,14, se lee que los israelitas también habrían actuado en "el cam-
conforme Gen 45,10; 46,28s,34; Ex 8,18; 9,26, etc, habitaban los po", en plantíos o cosechas. Pero, por un lado, esta información es-
israelitas. Pitón es "casa/templo del dios Atom". Tal vez sea idén- tá aislada en el conjunto de los textos y, por otro lado, ella fue for-
tico a Sucot (cf Ex 12,37; 13,20). Es posible que Ramsés II (1290- mulada en el siglo 6, correspondiendo, eventualmente, antes a la

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situación de los deportados en Babilonia que a la de los israelitas "Entrega la ración de cereales a las personas del ejército y a
en Egipto. Por eso, se puede decir que los textos concuerdan en los hebreos que transportan piedra para el gran portal de... Ram-
describir a los israelitas como trabajadores forzados en las cons- sés Mianum".
trucciones faraónicas. Se les ordena "construir" (Ex 1,11) y "hacer
ladrillos" (Ex 1,14;5). Son "oprimidos" (Ex 1,1 ls; 3,7; Dt 26,6-7), De otros textos, sabemos que en las expediciones militares
"esclavizados" (Ex l,13s; 2,23; 5,9; Dt 6,21; 26,6), "tiranizados" eran traídos hebreos/hapirus para Egipto: Amenófis II (final del si-
(Ex l,13s), "sobrecargados" (Ex 6,6s), "amargados en su vida" (Ex glo 15) trajo 3600 como prisioneros. Tales textos no se refieren a
1,14). Realizan "trabajos forzados" (Ex 1,11), son "cargadores" (Ex los "hebreos" de los textos bíblicos, pero en ellos muestran que, en
l,11.6,6s); trabajan bajo la vigilancia de jefes (Ex 1,11) y capata- Egipto del siglo 13, el término "hebreo" no solo era conocido, in-
ces (Ex 5). Por eso, "gimen" y "gritan" (Ex 2,23s; 3,7-9; 6,5; Dt clusive era utilizado para referirse a trabajadores muy semejantes
26,7). En Ex 1,1-14 hay un verdadero catálogo de la opresión fa- a los que son enfocados por los textos bíblicos.
raónica. Lo que ahí se sintetiza, en la opinión de los textos, es el . ^^
telón de fondo para los capítulos que siguen. No se puede decir que
los detalles de la opresión sean históricos. Pues, justamente el co- En lugar de llamar a los personajes de Ex lss "israelitas",
lorido de la tiranía faraónica se asemeja a la tiranía salomónica; en como lo hace ¡a tradición posterior y como hasta aquí tam-
buena medida la terminología usada para describir la opresión sa- bién hacíamos, podemos llamarlos hebreos lidcrados por
lomónica es usada para la opresión faraónica. De ahí se debe de- Moisés, que es históricamente más adecuado.
ducir que los pormenores de la situación de los israelitas en Egip- ^ , )
to no necesariamente son históricos. A pesar de eso, se tiene por
seguro que los israelitas fueron reclutados por las fuerzas milita- d. El nombre Moisés nos remite a Egipto
res faraónicas para el trabajo forzado. Este dato recibe una com-
probación importante desde otro ángulo: "Moisés" es la forma abreviada de un nombre con elemento
teofórico, presente en nombre como Tut-moses, Ram-sés, Har-mo-
En Egipto, los israelitas con mucha frecuencia son llamados ses. El verbo egipcio 'msj ' significa "dar a luz", "parir", "concebir".
"hebreos" (Ex l,15s.l9; 2,6s.ll.l3). Se habla hasta del "Dios de Estos nombres expresan, pues, que el nacimiento de la criatura
los hebreos" (Ex 3,18; 5,3; 7,16; 9,1.13; 10,3). El uso más frecuen- está relacionado a la divinidad: "el dios... dio a luz" o "el dios... na-
te del término "hebreo", se da en el contexto de la esclavitud egip- ció". El nombre de Moisés fue formulado en este esquema egipcio,
cia. Ya vimos esto diciendo: el término "hebreo", está vinculado a habiendo sido posteriormente abreviado. Sabemos de otros textos,
los hapiru. Hebreo no designa una raza, sino aquellos sectores so- que en Egipto los inmigrantes recibían nombres egipcios, siendo
ciales que, en el tributarismo de la época, habían sido explotados, así, el nombre egipcio de Moisés no significa que su origen también
expropiados y marginados. Los textos bíblicos que hablan de los lo sea. El Antiguo Testamento ya desconoce este origen del nom-
israelitas en Egipto confirman este cuadro, aún más cuando en Ex bre, sustituyéndolo, un tanto deformadamente, en Ex 2,10, por
12,38, sorprendentemente, dice que el grupo mosaico salió de una explicación a nivel de etimología popular. Ahora, al estar con-
Egipto en la compañía de "una mezcla de gente". Sí, los hebreos, firmado el origen egipcio, del nombre de Moisés, este personaje pa-
concretamente, eran "una mezcla de gente". La expresión "hebreo" sa a estar inseparablemente vinculado a los eventos en Egipto. Ló-
gico, esto aún no significa que todo lo que se ha contado de Moi-
está exactamente en los textos del éxodo. Y, además de este, hay
sés, tiene carácter histórico. Al final, la figura de Moisés fue cata-
u n argumento decisivo:
lizando, alrededor de sí, las más diferentes funciones: profeta, sa-
bio, mago, legislador, intérprete de la ley, líder, pastor, etc. Hay ahí
La arqueología nos propicia textos egipcios que se refieren a
una eficacia casi sobrehumana. E n este gran abanico de tradicio-
los "hebreos"! En una carta d e l periodo de Ramsés II ¡el faraón de
nes que, en el correr del tiempo, se fueron agrupando a su alrede-
la opresión! leemos:

92 93
dor, la más original es la de líder, en la salida de Egipto. Original- blar teológico, socialmente ubicado. Es doloroso y conflictivo hacer-
mente Moisés fue un líder liberador. lo, pero ¿cómo evitarlo si queremos hablar de Yavé?

Por lo tanto, podemos afirmar que históricamente, es consta- La cualidad teológica del yavismo del éxodo, es de caracterís-
table que Moisés está inseparablemente ligado al éxodo. A partir ticas radicales y decisivas para el Antiguo Testamento. Pero esto
de ahí, se sitúa la pregunta por la tradición teológica del éxodo, por no significa que Yavé, históricamente, esté vinculado al éxodo. Al
el nombre del Dios, que se reveló en la liberación de Egipto. reivindicar el éxodo para Yavé, el Antiguo Testamento puede estar
realizando una relectura teológica posterior, si bien la relectura es
e. El Dios del éxodo realizada con inusual consecuencia, de tal manera que, realmen-
te, la amplia mayoría de los textos vetero-testamentarios estén ba-
La tradición vetero-testamentaria afirma, de modo muy cate- jo el impacto de la vinculación de Yavé al éxodo. Sin embargo, exis-
górico, que Yavé es el Dios del éxodo. Encontramos esta afirmación ten una serie de indicios históricos que no se ajustan a tal relec-
en los textos más antiguos: en Ex 15,21b la derrota de los milita- tura teológica.
res egipcios es celebrada como obra de Yavé: "Cantad a Yavé, pues
él ciertamente es muy glorioso...". También en los credos históri- Los primeros capítulos del éxodo afirman que los hebreos de
cos de Dt 6,20-23 y 26,5-10, el Dios actuante en Egipto es Yavé. Egipto no conocían a Yavé. En Ex 1-2 Yavé no aparece. Recién en
Lo mismo encontramos en el encabezamiento de los mandamien- Ex 3 es introducido. Este dato llama la atención, porque, no se
tos: "Yo soy Yavé, tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de justifica en el curso de los relatos bíblicos, que desde Génesis ha-
la casa de la servidumbre" (Ex 20,2). Podemos decir genéricamen- blen de Yavé. Si en Ex 1-2 se afirma que Yavé no era conocido en
te que, para los textos de Ex 1-15 y para el Antiguo Testamento en Egipto, entonces eso ha de corresponder a alguna reminiscencia
general, Yavé es el Dios del éxodo. histórica.

Este es u n dato teológico elemental para la teología yavista, de- Se agrega a este dato inicial, el hecho de que Yavé, concreta-
sarrollada por el Antiguo Testamento. De la vinculación de Yavé con mente no se hizo conocido en Egipto. No se revela en el lugar de
el éxodo, se deriva u n hablar de Dios que, simultáneamente, es di- los episodios. (Ex 6 ya habla de una auto-presentación de Yavé en
námico, histórico y socialmente localizado. La expresión máxima de Egipto. Sin embargo, este texto es reciente. Es de la época del exi-
esta teología se encuentra en aquella "definición" de Yavé, extrema- lio). Yavé se manifiesta a Moisés en la "tierra de Madián" (2,15),
damente concentrada y condensada de Ex 3,14: "yo soy el que soy", "detrás del desierto" (3,1), en el "Monte de Dios: Horeb". Para co-
esto es, "yo actúo como aquel que actúa", "yo existo como aquel que nocer a Yavé, Moisés como que necesita peregrinar para Madián,
existe". No se habla adecuadamente de la teología yavista, si des- para Horeb, para Sinaí. Con esto está afirmado categóricamente
cribimos a Yavé de modo estático, como un ser distante e inerte, en que, para la tradición, Yavé es Dios de la región de Madián, no de
relación a su pueblo. La teología yavista, necesariamente, viene a Egipto. La fuga y peregrinación de Moisés a aquella región preten-
ser histórica, narrando y testimoniando las acciones de Dios en me- de vincular el éxodo a Moisés, esto es, la fuga de Moisés hacia los
dio de su pueblo. Para hablar d e Yavé, será preciso hablar de la his- madianitas es nada más que el puente que une dos bloques de tra-
toria, en especial de los conflictos de la historia. La historia de Ya- dición, originalmente independientes. Yavé secundariamente es in-
vé con s u pueblo, no se da junto a los conflictos que se dan en el troducido en Egipto.
mundo, s e da en medio de estos conflictos. En ellos, Yavé habla, a
partir de u n determinado sector y lugar. El no habla superficial- Si esta tesis fuera correcta, entonces debería ser posible iden-
mente de la historia, sino d e s d e dentro de los conflictos de la his- tificar —de algún modo— al Dios conocido por los hebreos. Que
toria, desde los hebreos esclavizados. En consecuencia, u n a teolo- pensamos es posible hacerlo. Al referirse al Dios que actúa por los
gía del Yavé dinámico e histórico, no tendrá cómo huir de un ha- hebreos, los textos se refieren al "Dios de los hebreos" (3,18; 5,3;

94 95
, . ^^
7,16; 9,1.13; 10,3). Esta expresión es típica de la tradición del éxo- Así el Dios del éxodo se identificaría con Elohim y no con
do. Ella no aparece en otros pasajes. De este modo, la divinidad Yavé. Relacionar Yavé-Exodo sería una relee tura posterior
conocida de los hebreos, es un "Elohim". Pienso que hasta pode- de carácter teológico.
mos dar un paso más. Al presentarse a Moisés, Yavé se identifica
V : : : _ •
como el "Dios de Abrahán, Dios de Isaac y Dios de Jacob". En es-
te contexto (Ex 3) también se habla del "Dios de tu padre" (esto es, f. Los hechos en Egipto
del padre de Moisés). Este "Dios de tu padre" es un 'Elohim pater-
no, a semejanza del "Dios de..." de los patriarcas. Las pruebas pa- Los textos bíblicos tienen una alegría muy grande, al temati-
ra la sustentación de esta hipótesis histórica no son muchas. Sin zar la entrada y salida de los hebreos en Egipto. A partir de Gen
embargo, existen considerables indicios que permiten afirmar que 37, el descenso a Egipto es el asunto de los textos de Génesis; en
el Dios del éxodo, fue un Dios paterno, identificado por la tradición verdad, en Gen 12, lOss ya estamos ante la pregunta. La salida es-
como Dios de los hebreos. tá enfocada desde Ex 3 y principalmente a partir de Ex 7. La ma-
yor parte de los textos están canalizados para la entrada o salida,
Existe una evidencia más —casi no considerada— para la sus- en que, ciertamente, se refleja el hecho de que para los israelitas
tentación de la tesis, de que el yavismo corresponde a una relectu- era más fácil transmitir tales experiencias. A pesar de eso, justa-
ra posterior de la tradición del éxodo. Me refiero a J u e 5. Se trata mente esta gran cantidad de material literario, carece de elemen-
de un texto del siglo 12, tal vez el texto escrito más antiguo. En es- tos efectivamente históricos. Predomina lo novelístico ("Novela de
te capítulo, Yavé aún no es presentado como Dios del éxodo, a pe- José"); se resaltan milagros y señales, tampoco falta la magia (cf
sar de que, por el contexto histórico de luchas, eso casi se impo-
por ejemplo Ex 4).
ne. En Jue 5, Yavé es presentado con los matices de una divinidad
de la naturaleza, cuya intervención en el mundo histórico se da
por los fenómenos naturales (v. 20s). A mi modo de ver J u e 5 es ¿Qué habría de histórico en las narrativas sobre la entrada y
uno de los testimonios más evidentes, de que no solamente el éxo- salida de los hebreos en Egipto?
do es una incorporación posterior en el yavismo, sino que también
el propio culto a Yavé, solo gradualmente, bajo las condiciones pe- Los textos afirman que la entrada de "israelitas"/hebreos en
culiares en la Tierra de Canaán, fue asumiendo matices más his- Egipto no se debe a la trashumancia, sino a la transmigración
tóricos. (Gen 12,10; 26,1-5; 37ss). Dt 26,5 afirma resumidamente, que los
antepasados que descendieron a Egipto eran "errantes" y "dis-
Por tanto, es históricamente probable que el Dios del éxodo, no puestos a perecer". La ida a Egipto era una cuestión de sobrevi-
haya sido conocido bajo el nombre de Yavé. vencia.

Esta tesis abre perspectivas nuevas e inusitadas para la eva- Hoy, felizmente, estamos en situación de conocer escenas y
luación teológica del éxodo. Posteriormente, Israel testimonia que textos, que reflejan este descenso de semi-nómadas a Egipto. Las
en el éxodo comienza la historia del pueblo (Ex 1,7) y la historia de figuras egipcias que representan la entrada de pastores al Delta
la fe yavista (caps. 3-4) es u n a opción de testimonio que dignifica son elocuentes:
el éxodo sobremanera. ¡Justamente por eso el Antiguo Testamen-
to está centrado en el éxodo! El éxodo egipcio fue mucho más in- Los textos egipcios igualmente son explícitos en cuanto a este
significante que la relectura que de él se hace. Podremos observar- asunto. Un funcionario aduanero relata, alrededor del año 1200, a
lo, cuando ahora evaluemos, históricamente, la entrada y salida de sus superiores algo que recuerda el escenario de la familia de Ja-
hebreos en Egipto. cob en Gen 46s:

96 97
"Completamos el paso de las tribus de Edom, por la fortaleza ciones. En este
de Mernepta, para los pantanos de Pitom de Mernepta, a fin de contexto, también
salvarlos a ellos y a sus rebaños a través de la buena voluntad del los pastores semi-
faraón, el buen sol de una vida larga...". nómadas fueron
reclutados, para
Un alto funcionario egipcio relata, al huir precipitadamente de el trabajo forzado.
Egipto:
Aquí cabe
"Me animé y me levanté al oír el berrinche de rebaños y al ver una reflexión es-
a los beduinos. Uno de sus jefes, que otrora estuvo en Egipto, me clarecedora. En el
reconoció. Me dio agua y cocinó leche para mí...". tributarismo, el
Estado no es es-
Existen otros textos de funcionarios de frontera, los cuales, en truc turalmente
forma de diario, registran los acontecimientos de la frontera. Sa- esclavizador. Por
bemos que los egipcios mantenían constantemente guarnecida y el contrario, él
controlada la entrada al Delta, por un conjunto de fortificaciones, mantiene áreas
ciertamente porque eran frecuentes las incursiones de beduinos de autonomía pa-
"errantes" y "dispuestos a perecer" en la búsqueda de pastos férti- ra sus campesi-
les del Río Nilo. nos y pastores,
pues la explota-
Textos y figuras anteriormente mencionadas, sugieren afirmar ción no se da,
que los egipcios mantenían severo control sobre la llegada de se- propiamente, so-
mi-nómadas, cuya estadía en Egipto era aceptada bajo tributo y bre la mano de
tan solo temporal, extensiva al periodo de sequía y flagelo, en las obra, sino sobre
regiones de la estepa. la tributación del
producto. Sin em-
Semitas y pastores no solo ingresaban pacíficamente y por ne- bargo, para sus
cesidad al país del Nilo. Tenemos diversas noticias que se refieren grandes construc-
a semi-nómadas, como parte de los contingentes de prisioneros de ciones, el Estado
guerra, por ejemplo al lado de los hebreos. Un texto habla del justamente nece-
agrupamiento de 15.020 beduinos en campaña militar. sita transgredir
las "reglas nor-
En esta situación en que, por un lado, los pastores solicitan in- males" de explotación. Carente de grandes contingentes de escla-
greso al Delta por absoluta necesidad, volviéndose ahí dependien- vos —como más tarde vamos a encontrarlos, entre griegos y roma-
tes de la voluntad de los funcionarios del Estado faraónico, en que, nos— el Estado tendrá que recurrir al trabajo forzado, esto es, al
por otro lado, grandes contingentes de semi-nómadas eran aprisio- reclutamiento excepcional y temporal de campesinos y pastores
nados en la guerra y en los saqueos y luego deportados para Egip- para la edificación de monumentos faraónicos. Este reclutamiento
to, es fácil imaginar que, bajo circunstancias especiales, tales in- se constituye en el foco de discordia y resistencia, como lo eviden-
migrantes temporales eran requeridos para las obras y construc- cian innumerables revueltas de pastores y campesinos en el trans-
ciones del Estado. Bajo Ramsés se daba tal situación. El traslado curso del 2 o y I o milenio aC. El éxodo es uno de estos focos de con-
de la capital para el Delta, exigía mano de obra para las construc- flicto, entre el Estado faraónico que recluta pastores (o campesinos

98 99
cf Ex 1,14) que resisten. Con esto también queda aclarado que los
Si entendemos el éxodo como una huida, se hace también com-
"hebreos" de Egipto no son esclavos de Estado, sino trabajadores prensible por qué el milagro del mar se dio probablemente junto al
forzados reclutados para cierta tarea: la construcción de los silos Lago Sirbónico, bastante distante de la Tierra de Gosen. Acontece
de Pitón y Ramsés. La imposición de esta tarea, a decir verdad, na- que, en la altura del Lago Sirbónico, el Camino de la Tierra de los
da excepcional en un Estado tributario, provoca una fuerte reac- Filisteos pasa junto a la costa mediterránea. Ahora, al huir, los he-
ción. Por lo tanto, los eventos del éxodo no fueron desencadena- breos deben haber acompañado el Camino de la Tierra de los Fi-
dos, por algún acto poco común y descomunal del estado, sino por listeos, esquivando siempre a los guardias egipcios. Pero, junto al
su práctica habitual y diaria, como la edificación de obras monu- Lago se hace difícil pasar desapercibido ante los puestos de con-
mentales y nuevas capitales. trol. Los hebreos vienen a ser perseguidos. En este contexto se dio
el milagro del mar. En él estaba envuelto un pequeño contingente
¿Cómo se dio la salida? Los textos afirman que la salida es de los guardias de la frontera.
obra exclusiva de Yavé. En eso hay inmensa riqueza teológica. Pe-
ro ésta no invalida la pregunta histórica: debemos intentar descri- La interpretación de la salida como fuga, ciertamente se con-
bir como se dieron los eventos entre los propios hebreos. Por lo que tradice con los números presentados por los textos bíblicos. Si de
observamos en los textos, hubo una organización de los involucra- hecho salieron 600 mil hombres, "sin contar mujeres y niños"
dos en la salida. En ella, mujeres (1,15ss; 2, lss) y ancianos (5, lss) (12,37) y "la mezcla de gente" (12,38), entonces no hay como hablar
desempeñaron papeles relevantes, juntamente con el liderazgo de de fuga. La cuestión es si este número —¡que excede la población
Moisés. Hubo avances y retrocesos (2, lss; 5, lss). Fueron estable- de los posteriores estados de Israel y Judá!— puede ser tomado en
cidos objetivos más inmediatos (una fiesta en el desierto) y a largo sentido histórico. La intención de estos números, es la de afianzar
plazo (tierra). Se dieron los fenómenos normales en una organiza- que el pueblo de Israel (1,7) surgió en Egipto. Este es un postulado
ción de resistencia, en medio de situaciones de recrudecimiento de teológico, de profundo significado, pero no me parece probable con-
los poderes opresores. Por fin, la salida se dio como fuga, ocasio- siderarlo como histórico. En términos históricos, no debemos pen-
nada por las crisis del régimen faraónico al final del siglo 12 —en sar en mucho más que una centena de hebreos fugitivos. Los que
dificultades internas y bajo la amenaza externa de los filisteos— y, asumieron el riesgo de la fuga no habrán excedido a una pequeña
eventualmente, bajo las circunstancias especiales de alguna peste minoría, insignificante en cantidad, pero decisiva en calidad. Den-
y/o súbita mortandad infantil (cf Ex 12,29ss?). tro de Egipto no debió ser importante, porque el hecho no está re-
gistrado en ningún documento egipcio ¡fue muy pequeño como he-
cho! pero grande para la fe ¡Dios los liberó de Egipto!
Algunas pequeñas observaciones de los textos aún nos pre-
sentan la salida como fuga: la prisa de la fiesta de Pascua (12, lss,
v. 11!), el saqueo a las egipcias (3,22; 12,35s), la salida como expul- En este contexto, también cabe u n a breve nota sobre la dura-
sión de parte de los egipcios (12,29ss). En 14,5 menciona expresa- ción de la permanencia en Egipto. Es interesante que los textos bí-
blicos, concretamente nos dan varias respuestas a este respecto.
mente la huida de los hebreos. Esta parece ser la tradición más
Ex 12,40 habla de 430 años (cf Gen 15,23 400 años!). Gen 15,16
antigua sobre el evento de la salida. Lógico, los textos también pre- solo presupone tres generaciones en Egipto. En Ex 1 aparente-
sentan la salida en otros términos. Más frecuente es la afirmación mente solo una generación separa a los hijos de José del inicio de
de que para salir era necesaria la licencia del faraón. Esta es la la opresión, pero a partir de los w . 7 y 12, evidentemente, son pre-
premisa del escenario de los milagros y de las señales, en cuyo supuestas diversas generaciones. Ex 6,13ss menciona cuatro ge-
contexto la salida como fuga no tendría sentido. neraciones entre Jacob y Moisés. Históricamente la permanencia
en Egipto "indudablemente no debió de ser muy prolongada". Es
La salida como fuga corresponderá a la historia, la salida co- posible que, simultáneamente, todos estos datos bíblicos tengan
mo autorización corresponderá al testimonio teológico. algún sentido, pues, a mi modo de ver, deberíamos dejar de presu-

101
100
poner que los hebreos que ingresaron en conjunto también se des-
bandaron en grupo por las obras faraónicas. Esta premisa no es
históricamente necesaria. Más probable me parece ser que, el re-
clutamiento para la ejecución de la misma obra, es lo que da uni-
dad a los hebreos. Los que huyen no son parientes, sino víctimas Dc( ¡amos, al inicio, que son pocas las informaciones his-
de una misma situación de opresión. Unos posiblemente ya esta- tóricas que los textos bíblicos nos presentan respecto del
ban más tiempo en Egipto, otros eran recién llegados; unos eran éxodo, primero, porque el interés teológico-querigmático
pastores "libres" y otros, esclavos deportados de guerra. Su desti- por este evento es acentuado y, segundo, porque los tex-
no común fue marcado por la opresión del trabajo forzado en los tos fueron transmitidos a mucha distancia del lugar de los
silos del faraón. En la resistencia contra esta obra, se forjó su uni- acontecimientos. Aún así algunos aspectos históricos im-
dad. La fuga, es un marco inicial decisivo en su vida común. portantes pudieron ser reconstruidos:

Lógico, también conviene contar con una duración muy larga El evento liberador decisivo se dio junto al mar, ciertamen-
en Egipto (430/400 años por ejemplo). Pues, los que se fugaron te en el Lago Sirbónico.
aún estaban conscientes de las posibilidades de una vida mejor
fuera del territorio del Estado faraónico. ¿El objetivo elemental era Desde tiempos remotos, pastores semi-nómadas ingresa-
una "tierra que fluye leche y miel" (3,8) o un retorno a la vida en ban en la región del Delta y hebreos eran traídos como pri-
las estepas? La reivindicación por una fiesta en el desierto (3,18) sioneros de guerra a Egipto.
indica en dirección de retomar la vida semi-nómada. No obstante,
por un lado, la fiesta tiende a ser un argumento forjado para con- Los involucrados en los episodios fueron hebreos, sectores
vencer al faraón (luego: no debe ser evaluado históricamente), por marginados de la sociedad egipcia, gente reclutada para el
otro lado, la fiesta parece querer unir éxodo y Sinaí (3,12!). Por eso, trabajo forzado.
se puede decir que históricamente viene a ser rriás probable que
los semi-nómadas que, de algún modo, se habían vuelto sedenta- Los hebreos fueron trabajadores forzados en la construc-
rios en tierra cultivable, fueran en busca de una tierra semejante ción de los silos de Pitón y Ramsés, obras de interés del
para su sobrevivencia. Supongo, por lo tanto, que los hebreos, des- Estado.
pués de su fuga y su milagrosa liberación junto al mar, trataron de
seguir el camino más corto que conduce del Delta a la tierra de Ca- Opresión y liberación ocurrieron al final del siglo 13, en el
naán, esto es, el Camino de la Tierra de los Filisteos. A alguna dis- periodo de Ramsés II.
tancia de este Camino, guarnecido por los egipcios, debieron se- El nombre de Moisés es egipcio y está inseparablemente li-
guir tal vez a través de Cades, rumbo a la Tierra de Canaán, don- gado a los eventos de la salida.
de deben haberse juntado a los campesinos cananeos que, alrede-
dor de 1200, comenzaron a ocupar la región de los bosques. Es La salida se dio en forma de fuga, envolviendo u n peque-
muy probable que el grupo de los hebreos, venidos de Egipto, se ño grupo de hebreos.
sedentarizaron en Palestina Central (en Efraín), porque la tradi-
ción del éxodo es sabido fue cultivada en el norte (Oseas, Jeremías, Yavé no era conocido de los hebreos en Egipto. Su Dios es
1 Re 12,28). el "Dios de los hebreos", una divinidad con las caracterís-
ticas de un dios paterno.

102
Elias y Oseas. La teología del éxodo fue pensada en el movimiento
5.2. GRUPOS QUE profético.
TRANSMITIERON EL ÉXODO
En el cap. 6 estamos delante de los exiliados en Babilonia. Ahí
A través de los textos bíblicos, no llegaron a nosotros muchas la gente esclavizada se remonta a sus antepasados, esclavos en
informaciones históricas respecto a la salida. La gran mayoría de Egipto. Cabe preguntar si el cap. 6 no es igualmente de sectores
los datos antiguos fueron olvidados por la propia tradición y su proféticos. ¿Ex 6 no tiene alguna semejanza con Ezequiel?
testimonio. Por ser preservados distantes de los eventos, no tuvie-
ron condiciones favorables para una reminiscencia más exacta, La vinculación de la salida con el rito pastoril de la pascua
respecto de lo ocurrido con sus antepasados, de modo que no su- muestra, que el éxodo era transmitido entre pastores seminóma-
pieron informar sobre el nombre del faraón de la opresión y ni su- das. La pascua, es sabido, recién fue puesta bajo el control del cul-
pieron decir el nombre del mar, en que se dio el milagro liberador to centralizado, en el período de Josías, al final del siglo 7 (2 Re
decisivo. 23). Hasta entonces era una fiesta popular, familiar, pastoril. A ella
estaba vinculado el éxodo. Otros factores, además de la tradición
Si bien nos faltan datos históricos, concernientes a los even- del éxodo, deben haber sido forjados entre seminómadas: la cir-
tos, podemos deducir, con mucha evidencia, cuáles fueron los cír- cuncisión de Gerson (4,24-26), la salida como el objetivo de la fies-
culos que preservaron la tradición del éxodo. La investigación bíbli- ta en el desierto (3,18; 5,3), -la estadía de Moisés entre los madia-
ca aún no tematizó esta cuestión. Por esto, ella es provisoria, y se- nitas (2,15ss; ¿los pastores habrían sido los primeros en vincular
rá capaz de lanzar luces significativas, sobre el propio sentido del a Yavé con el éxodo?)
éxodo, en el transcurso de su transmisión. El estudio sobre los
grupos que transmitieron el éxodo, aún está por realizarse. Me res- El cap. 5 (cf l,8ss) es tradición de trabajadores forzados. Tan-
trinjo, ahora, a algunas pistas, desistiendo de comprobaciones de- to en el cap. 1 como en el cap. 5 tenemos el lenguaje de la era sa-
talladas: lomónica.

La así llamada "guerra santa" es un lugar privilegiado para la ¿En qué contexto caben los caps. 7-12? El ciclo de los mila-
transmisión del evento libertador del éxodo. El cántico de Miriam gros no parece ser sacerdotal. Tal vez fuese levítico-profético. Esta
(15,20s) debe haber sido repetido en este contexto, al retornar los cuestión aún está por ser estudiada.
hombres de las batallas (cf 1 Sam 18,7; 21,11; 29.5). El relato de
la salida (13-14) está formulado dentro de los patrones de relatos Los credos de Dt 6,20-23 y 26,5-10 fueron formulados en la
de "guerra santa" (cf J u e 4). También el episodio de las parteras familia campesina.
hebreas (1,15ss) está situado en el contexto de la resistencia ar-
mada. La "guerra santa" es u n a institución del campesinado.
Es sorprendente que podamos identificar tan claramente
Elementos decisivos de la tradición del éxodo, son transmiti- los círculos sociales que preservaron la tradición liberado-
dos por mujeres. El relato sobre las parteras (l,15ss), sobre el na- ra. El éxodo es tradición popular, poco ligada al templo y
cimiento de Moisés (2, lss) y el cántico de Miriam (15,20s) son tex- muy vinculada a los campesinos y pastores.
tos de mujeres. Esto evidencia, que el éxodo tiene su lugar viven- ^ s
cial en la familia.

Los caps. 3-4 un texto de los círculos proféticos, tal vez sean los
profetas del norte que tuvieron sus representantes mayores en

104 105
5.3. LA CENTRALIDAD DEL ÉXODO gría. ¡Aquellos hebreos, bajo Moisés, habían conseguido librarse de
los terribles egipcios! Además, algo semejante había pasado con
En el conjunto de las tradiciones vetero-testamentarias, el toda la población de las montañas de Samaría, alrededor del año
éxodo vino a ocupar un lugar central; se volvió la tradición teoló- 1200. Eran forajidos de las planicies, donde el sistema tributario
gica elemental. La razón reside en la propia teología, pues el éxo- de las ciudades-estado, por siglos controladas por los egipcios,
do testimonia al Yavé liberador, a aquel Dios que trasciende las perdía en eficacia. Los moradores de la montaña eran emigrantes.
condiciones posibles e irrumpe en la historia, abriendo posibilida- Habían experimentado su éxodo al desbandarse ante sus señores
des de vida a situaciones sin futuro. Por tanto, el Dios de los he- en la planicie, a semejanza de los hebreos que venían del Delta. Un
breos se vuelve central, por su propio actuar inusitado y no sola- destino semejante hacía que hebreos liderados por Moisés y cana-
mente debido al testimonio humano. neos fugitivos de las planicies se fuesen compactando, identifican-
do y solidarizando, haciendo que el pasado de unos fuese el pasa-
Aún así, debemos preguntarnos si es posible identificar razo- do de otros.
nes históricas, para que el Antiguo Testamento privilegie al éxodo
en Egipto sobre otras experiencias, como la de J u e 5 o del propio Prevaleció el pasado glorioso del grupo mosaico por sobre el
Sinaí. Pienso que, al menos fragmentariamente, podemos identifi- éxodo de tantos y tantos otros grupos cananeos, porque solamen-
car un motivo que hace históricamente comprensible —aunque no te el grupo venido del Delta, vio al faraón "cara a cara" y estuvo en
lo explique— las razones que privilegiaron el éxodo. el centro del poder, en la construcción de la nueva capital del Del-
ta, esto es, Ramsés. Ningún otro grupo había enfrentado al enemi-
go común en su propia casa y en el centro de su poder. La expe-
En la segunda mitad del segundo milenio, Egipto es hegemó-
riencia del grupo mosaico era la más calificada, porque represen-
nico en la Tierra de Canaán, en especial en las planicies. Los ca-
taba la única que venció a los martirizadores seculares, de la Tie-
naneos no solo oían hablar de los egipcios; sabían de las fuerzas
rra de Canaán ¡vencieron al faraón en su propia casa!
de ocupación y de algunos templos egipcios en tierras cananeas.
Las ciudades-estado vivían en dependencia constante, de "los fa- ^^
vores" del ejército egipcio, debían el pago anual de pesados tribu-
tos, desde luego los tributos eran extraídos de los campesinos que El éxodo del grupo mosaico, fue capaz de absorver a los
demás éxodos, por haber visto la derrota del faraón en ca-
con su sudor no solo sustentaban al grupo que mandaba en las
sa lesa es su grandeza! Por ello pasó a ser el eje central de
ciudades, sino también a los egipcios. Si no se pagaban los tribu-
toda su teología.
tos, los soldados del faraón se encargaban de recaudarlos por la
fuerza de l a s armas, arrasando las siembras, saqueando las cose- v )
chas, deportando a las personas. Y hasta en tiempos de "paz", la
población cananea era deportada para Egipto. Por ejemplo, alrede-
dor del 140O, el faraón Amenofis III mandó a buscar a 40 jóvenes
cananeas "muy lindas... sin defecto", afirmando al dinasta de Gué-
zer que " s u s (del faraón) tropas, sus carros y caballos iban muy
bien", es decir, si el pedido le fuese negado, iría a buscar a las jó-
venes en la próxima incursión militar. Por tanto, en la tierra de Ca-
naán todos sabían qué era Egipto.

Por eso, no es casual que las aventuras de los hebreos emi-


grantes y libres junto al mar son contadas con entusiasmo y ale-

106 107
CAPITULO 6

El Gmpo Sinaítico

Introducción

En los oríge-
nes de Israel cada
EGIPTO grupo aportó con
algo de sus cos-
tumbres y expe-
riencias de histo-
rias particulares,
que poco a poco
se fueron recon-
tando como u n a
sola historia. El
nombre de Dios
es la contribución
peculiar del grupo
sinaítico. De él,
Israel hereda el
culto a Yavé.

109
es, en el siglo 6 o . Del mismo periodo también, son las instruccio-
6.1. LA TRADICIÓN DEL SINAÍ nes sobre la construcción del tabernáculo en Ex 25ss. Si continuá-
semos el análisis del material literario, agrupado en torno al Sinaí,
a. Repaso por sus textos verificaríamos que, la amplia mayoría de las veces, estamos delan-
te de textos muy recientes, esto es, el Sinaí es el gran tema de la
Para el Pentateuco, los casi dos años de campamento, junto al era exílica y post-exílica. En consecuencia, nos da una impresión
Sinaí (cf Ex 19,1 y Núm 10,11) constituyen un momento muy im- de aquellos periodos, pero poco o nada dice sobre los tiempos an-
portante. Los eventos en el Sinaí no llegan a ser independientes de tiguos del siglo 13 respecto del cual pretende hablar. También los
los episodios liberadores ocurridos en Egipto, como se ve en Ex textos más antiguos, coleccionados en el corpus sinaítico, como el
19,1 y 20,2, por ejemplo. Aún así se observa, en gran cantidad de Código de la Alianza en Ex 20-23 o los Mandamientos en Ex 20, a
material literario reunido en torno al Sinaí, cuan decisivo vino a decir verdad, casi nada dice sobe los eventos en el Sinaí. Por eso,
tornarse este evento del Sinaí. En el Sinaí se desarrollan no solo nuevamente necesitamos de un análisis crítico de la cualidad his-
Ex 19 hasta Núm 10, esto es, 59 capítulos, se suman también Dt tórica de los textos, para llegar a afirmaciones históricas proba-
1-33 que son presentados como recapitulación de lo que Yavé di- bles. La tarea es compleja y no puede ser analizada en este libro.
jera en el Horeb (Sinaí) (cf Dt l,5s; 5,2). Por tanto, ¡la mitad del Aquí, simplemente usaré las conclusiones de la investigación.
Pentateuco acontece en el Sinaí! En general, este material, reunido
en torno al Sinaí, son instrucciones, "leyes" como acostumbramos b. Vinculación entre éxodo y Sinaí
a decir. Por esto, no es casual que el Pentateuco pasará a ser de-
signado como 'Tora". Para los redactores del Pentateuco los even- Fruto de la tradición, es la estrecha vinculación entre el éxodo
tos en el Sinaí fueron significativos. y el Sinaí. Quien salió de Egipto acampó en el Sinaí (Ex 19,1). En
general, la tradición del éxodo da sentido a la del Sinaí como se ve
Se puede decir, que la tradición del Sinaí es la tradición mar- en Ex 20,2 o en Dt 6,20-23. Sin embargo, a veces, la tradición del
cada por el culto. No siempre se hablaba de los eventos del Sinaí, Sinaí también llega a anteponerse al éxodo. Es lo que ocurre en Ex
dentro del culto, no obstante, en general, este es el caso. Los tex- 3, cuando el libertador es llamado junto al Sinaí; Moisés es agen-
tos del Sinaí hablan del lugar sagrado, del tiempo sagrado, de las te de culto en el Sinaí.
palabras sagradas, en fin del culto. En el Sinaí se funda el culto.
Los textos coleccionados en la gran perícopa del Sinaí, concreta- Es evidente que los textos más antiguos, aún no conocen la
mente, surgieron en el ámbito del culto; eso, por ejemplo, vale pa- vinculación de las dos tradiciones. Me refiero particularmente a
ra el Código de la Alianza (Ex 20-23), escrito en los santuarios pre- los credos históricos de Dt 6 y 26. En ambos también existen for-
estatales; vale para Ex 25ss formulados en vista de la reconstruc- mulaciones recientes. Por ejemplo, en Dt 26 se perciben formula-
ción del templo post-exílico en Jerusalén. Sí, para el templo de Je- ciones de la escuela deuteronomista ("vino a ser u n a nación gran-
rusalén la tradición del Sinaí fue decisiva. Tal vez se pueda decir de, fuerte y numerosa" v. 5) de la era exílica. Pero, esto no signifi-
que el éxodo representa al pueblo campesino (Dt 26!) y el Sinaí re- ca que el credo como tal sea tardío. Por el contrario, su formula-
presenta al sacerdocio de la ciudad. ción en Dt 6,20-23 y su difusión en el AT muestran que el credo
histórico se remonta a los primeros periodos de la historia israeli-
Este cúmulo de textos en torno del Sinaí, es fruto de la tradi- ta. Justamente entonces, se vuelve realmente significativo, que el
ción. Ocurrió en un proceso gradual. Sin querer agotar el asunto, Sinaí no esté incluido entre los eventos salvadores y fundadores.
señalamos, por ejemplo, que el Libro del Deuteronomio fue formu- De esto se deduce que, para el creyente israelita, el éxodo expre-
lado dentro de la escuela deuteronómica y deuteronomista cuyos saba de modo más elemental su identidad de fe y que la unión en-
inicios deben ser buscados al final del siglo 8. La Ley de Santifica- tre éxodo y Sinaí es u n fenómeno de la tradición, de relecturas uni-
ción de Lev 17-26, aparentemente, fue formulada en el exilio, esto ficadoras posteriores. Para el análisis del Sinaí esta tesis es de

111
110
tificación más exacta del lugar del monte. Nos aproximamos a una iniciado la sacralización de aquellos montes al sur de la Penínsu-
mayor especificación, cuando constatamos que en Jue 5,4 la pre- la. No obstante, ninguna tradición anterior a aquellos nabateos co-
sencia de Yavé en el monte, es relacionada con el viento (1 Re noce lugares santos en el área.
19,11), con el fuego (Ex 3,lss) con el humo (Ex 19,18). Es evidente ^^
que en el último caso se trataba de un fenómeno volcánico. Si hu-
biera alguna veracidad histórica en la identificación del Sinaí con Podemos decir que el Monte Sinaí no se encuentra en Ca-
naán, sino más al sur. Probablemente no debemos buscar-
erupciones volcánicas, entonces el Sinaí no puede estar situado en
lo al sur de la Península del Sinaí (tradición cristiana), si-
la Península del Sinaí, donde no existían volcanes en la época vete-
no en Edom (Seir/Madian) al sur del Mar Muerto. ¡No sa-
ro-testamentaria, creo debe ser ubicada en la región oeste del Gol-
bemos con exactitud dónde se localiza este Monte!
fo de Acaba, en la Península de Arabia, donde existían volcanes. ¿O
la referencia a tales fenómenos volcánicos solamente serían este- \ ; ; /
reotipos de teofanía? (cf Sal 104,32; 144,5).

Otra peculiaridad que nos ayuda a localizar el Sinaí está en que 6.3. YAVÉ, D I O S DEL SINAÍ
diversos textos relacionan el Sinaí con Madián. En Ex 3,10 el Mon-
te de Dios, el Horeb, se encuentra en la tierra de Madián (cf 2,15s). a. El culto a Yavé
También en Ex 18, lss hay gran proximidad entre el Monte de Dios ¿A quién se rendía culto en el Monte Sinaí? Nuevamente debe
y la Tierra de Madián. Aunque sea difícil localizar exactamente el ser resaltado el hecho, de que es difícil determinar los aspectos
territorio ocupado por los madianitas, ya que era u n grupo nóma- más antiguos del culto practicado en el Sinaí, pues los textos ve-
da presente en muchos lugares (cf Jue 6, lss; Gen 37,28), debe ser tero-testamentarios —que prácticamente son las únicas fuentes—
identificado en alguna área al sur del Mar Muerto —tal vez entre el nos presentan el culto del Sinaí, en la visión de las celebraciones
Mar Muerto y el Golfo de Acaba, al este del Golfo— como territorio y de los contenidos que tuvo durante la historia. El Antiguo Testa-
típico de los madianitas. Eso correspondería muy bien al cuadro mento habla de u n culto en el Sinaí, como lo fueron experimentan-
anterior que ya se delineaba en cuanto al escenario del Sinaí. Los do las generaciones de varios siglos posteriores. En fin, solo cono-
madianitas pueden ser localizados más o menos en el mismo terri- cemos el culto en el Sinaí, a partir de la relevancia que vino a te-
torio de los edomitas, por ser anteriores a estos. ner en la tradición que constituyó. Siendo así, se hace difícil re-
constituir los elementos más antiguos y rudimentarios que confi-
Por existir argumentos considerables, que ayudan a ubicar el guraban aquel culto. A pesar de eso, el propio Antiguo Testamen-
Sinaí en algún lugar al sur y sudeste del Mar Muerto, se hace in- to nos da algunas pistas preciosas, referente al culto practicado en
necesario pretender fijar el Monte Sinaí en el sur de la Península tiempos antiguos, y prácticamente olvidados, ya que el culto del
del Sinaí, donde vulgarmente se prefiere localizarlo. En la Penín- Sinaí, descrito en la Biblia, refleja usos religiosos del primero y no
sula, son señalados tres diferentes Montes como el Sinaí: Monte de del segundo milenio.
Moisés, 2244 m, Monte Catarina, 2602 m y Monte Serbal, 2052 m,
esto es, ni siquiera en la Península existe una localización exacta
Su lugar de culto es el Monte Sinaí. Allí, se celebra el culto a Ya-
para el Sinaí. Pero ¡conocemos el origen de la tradición que busca- vé. Esta afirmación es evidente. Basta ir a 1 Re 19 para encontrar
ba el Sinaí al sur de la Península! Ella proviene de eremitas cris- a Yavé, el Dios de Elias. El va al sur, al desierto, a lo largo de Ber-
tianos del siglo 4 dC, que en busca de refugio para el ejercicio de seba, en un camino de cuarenta días, hasta llegar al Horeb, el
su vida espiritual, vinieron a refugiarse en los lugares despoblados Monte de Dios, donde recibe la palabra divina. La vinculación en-
y montañosos de la Península. Al identificar aquellos lugares como tre Yavé y Sinaí es antigua y tan estrecha que el Sinaí llega a ex-
escenario de Ex 19ss, los monjes pudieron recorrer las tradiciones plicar o hasta identificar a Yavé. Es lo que se observa en J u e 5,5 y
religiosas de los nabateos, que hace algunos siglos antes habían

114 115
Sal 68,9. Se considera J u e 5,5 como una formulación muy anti- 4,18s; 18,1; Núm 10,29), además de eso es sacerdote. En la cele-
gua. El Dios del Sinaí, es decir Yavé es por excelencia, un Dios cu- bración de Ex 18,lss, realizada en el Monte de Dios, esto es, a mi
yas primeras percepciones fueron realizadas en conexión con el Si- parecer, en el Sinaí, el sacerdote Jetro en verdad asume las fun-
naí. 1 Re 19 y J u e 5,5 solamente son dos ejemplos. Muchos otros ciones más relevantes (v. 12!). En el texto, Jetro se convierte a Ya-
existen para evidenciar que el Dios del Sinaí es Yavé. Por lo tanto, vé (v. lOs), sin embargo, eso permanece en tensión, tanto con el
Yavé no es una divinidad cananea. Estas son llamadas como El, v. 12 (Jetro sacrifica), y en especial, con Ex 3,lss (Moisés conoce a
Baal, Asera, Astarte, etc. Yavé en tierras madianitas).

Yavé difiere de los dioses cananeos por el hecho de tener su Tercero: En Gen 4 nos encontramos con dos pistas en cuanto
origen fuera de la tierra de Canaán. Su culto es extra-cananeo. En al origen del culto a Yavé; ambas dan a entender que el culto a Ya-
otro aspecto bastante externo, Yavé se distingue de las divinidades vé es pre y extra-israelita. Enós, hijo de Set, comienza a invocar a
Yavé (v. 26). El culto a Yavé sería, entonces, anterior a los patriar-
cananeas.
cas, lo que estaría en tensión con Ex 3 y 6. Pero el culto a Yavé
mencionado en el v. 26, podría no ser una referencia explícita a un
Su nombre indica acción. Las divinidades cananeas son desig-
culto particular, sino en general, una anotación al respecto del ini-
nadas por sustantivos, particularmente por nombres: El, Baal, etc.
cio de la religión como tal. En todo caso, Gen 4,26 postula la an-
Definitivamente, Yavé no es un nombre propio. Es una afirmación
tigüedad del culto a Yavé. En el mismo capítulo se habla de una
respecto de la divinidad. Significa "él actúa/es/acontece". Este Ya-
señal especial, que Caín recibió de parte de Yavé (v. 15). Si Caín es
vé, se torna comprensible y experimentable en su actuar en la his-
prototipo de los quenitas (y me parece que esta posibilidad es muy
toria. "La realidad de este Dios es... su acción". En este sentido no
real), entonces Gen 4 se refiere a algo especial que identifica a los
pretende esconder el nombre de Yavé, sino afirmar que su nombre
quenitas y los vincula a Yavé. Este dato gana en importancia,
está en su actuar entre las personas, en su acontecer histórico.
cuando se ve que, en algunos textos, el suegro de Moisés es cata-
Concretamente, no conocemos el nombre de Yavé. Conocemos sus
logado como quenita (Jue 1,16; 4,11); que tales quenitas, en par-
atributos históricos. Con el transcurrir del tiempo, se olvidó que la
te, eran aliados de los israelitas (Jue 5.24ss; 1 Sam 15,5s; 30,29)
palabra Yavé no es un nombre, sino una forma verbal que señala
y que, conforme a 1 Cro 2,55, los recabitas —dedicados adorado-
un accionar.
res de Yavé (Jer 35; 2 Re 10,15-17)— son tenidos como quenitas.
Aunque los detalles sean discutibles, estas correlaciones condu-
Su origen es pre y extra israelita. Este culto al Yavé del Sinaí — cen, en su conjunto, a que se articule la hipótesis, de que el culto
al sur del Mar Muerto— probablemente es anterior a las experien- a Yavé es anterior a los israelitas; seguramente no fueron los pri-
cias que con él hicieran los primeros grupos, que posteriormente meros adoradores de este Dios. Esta posibilidad, ahora, también
se agregaron a Israel, así como es originario de grupos que no for- parece ser dada en textos egipcios.
maron parte de Israel, es decir, el culto a Yavé es pre y extra israe-
lita. Diversos indicios señalan en esta dirección.
Cuarto: En un texto egipcio se menciona, alrededor del año
Primero: El culto a Yavé proviene de una región al sur del Mar 1400, la "tierra de los beduinos de Yavé". También otros textos
Muerto, que fue habitada por los edomitas a partir del siglo 13/12 egipcios se refieren a estos beduinos. Un texto, de aproximada-
y anteriormente por los madianitas. El Antiguo Testamento locali- mente el año 1200 aC, alude a los "beduinos de Edom", otros a los
za la manifestación de Yavé explícitamente en la Tierra de Madián beduinos de Seir". Sí, un texto egipcio llega a mencionar, lado a la-
(cf E x 3 , l s s ) . do, la "tierra de los beduinos de Yavé" y la "tierra de los beduinos
de Seir. Estos textos continúan siendo discutidos, sin embargo los
Segundo: Entre Moisés y los madianitas existen estrechas li- especialistas entienden que es muy probable que estos textos egip-
gaduras. El madianita Jetro e s suegro de Moisés {Ex 2,16; 3,1; cios posibiliten confirmar y afirmar dos cosas: que el culto a Yavé

116 117
proviene de la región de Edom/Seir y que el culto a Yavé es ante- porque, eventualmente, está presupuesto en los textos egipcios, a
rior a los israelitas. los cuales anteriormente ya nos referimos. En verdad, cuando los
textos egipcios hablan de la "tierra de los beduinos de Yavé" no es-
b. Características tán identificando a "Yavé" como u n a divinidad. "Yavé" también
del culto de Yavé puede ser un lugar. Tal vez hasta sea las dos cosas simultánea-
mente: localidad y divinidad. En este sentido, los textos egipcios
Efectuadas estas constata- confirmarían, de modo muy contundente, que Yavé, en sus prime-
ciones respecto a Yavé, a ros tiempos, era percibido como Dios de una localidad.
quien era rendido culto en el
Sinaí, y establecidas ciertas Se expresa por fenómenos de la naturaleza. Al estar vinculado
hipótesis viables al respecto a un lugar, lo divino requiere que, el creyente peregrine a u n sitio
de los primeros adoradores de específico, donde se da la manifestación, la teofanía. La teofanía de
Yavé, podemos buscar y des- Yavé está relacionada a fenómenos de la naturaleza, como le certi-
cribir el contenido de este cul- fican diversos textos. Algunos nos hablan de relámpagos, truenos,
to. ¿Cuáles son las característi- viento y lluvia. En ellos, Yavé aparece como divinidad de fenóme-
cas del culto a Yavé en aquellos nos climáticos, como también lo era el baal cananeo. Es probable
tiempos antiguos? que estas características solo fueran atribuidas a Yavé en la tierra
cultivable. Otros textos relacionan a Yavé con fenómenos volcáni-
Tienen un lugar de culto. El culto a Yavé se cos (humo, fuego, horno, temblor de tierra). Estos, eventualmente,
realiza, inicialmente, en un determinado lugar. Se peregrina para fueron los fenómenos originales, que acompañaban la teofanía de
adorar a este Dios. Yavé se distingue, entonces, del culto del Dios Yavé. Inicialmente, la presencia de Yavé no parece haber sido per-
de los padres. El Dios paterno conmemora una divinidad acompa- cibida por el habla, sino por la agitación de la naturaleza. Por eso,
ñante, Yavé conmemora un Dios local. No es Dios que viene. La no ha de ser casual, que el antiguo texto de J u e 5, diga bastante
gente va a cierta localidad para encontrarse con Dios. El lugar de sobre el actuar de Yavé, y nada sobre su palabra. Por cierto que los
la celebración es un monte. Yavé es una divinidad de la montaña. actuales textos vetero-testamentarios relacionan a Yavé, preferen-
No necesitamos agregar pruebas a esta constatación. Los datos cialmente con la palabra; sin embargo, la teofanía (y la epifanía)
que arriba mencionamos respecto a la relación entre Sinaí y Yavé permanecen siendo vehículos marcantes de la manifestación de
ya lo evidencian suficientemente. Además de eso, es evidente que Yavé, como por ejemplo podemos leer 1 Re 19, en Is 6 o en Hageo.
el culto a Yavé, como culto local de un accidente geográfico, deja Pero, el culto a Yavé no llegó a nosotros, ni porque era un culto lo-
huella en l a Biblia. Cuando Salomón edifica el templo de J e r u s a - cal ni porque era acompañado por teofanías. Decisivo fue otro fac-
lén en Sión, en la parte más elevada de la ciudad, en cierto modo tor, que diferenciaba a Yavé de otras experiencias religiosas. Yavé
"transfiere" para allá el Monte Sinaí. Isaías dice que Sión es la mo- no admite otros dioses.
rada de Yavé. Otros profetas contestaron esta teología. J e s ú s radi-
calizó la imposibilidad de fijar a Yavé en un lugar. No obstante Yavé es Dios único, cuidadoso, celoso. Por no admitir a otros
nuestras iglesias actuales continúan celebrando, implícitamente, dioses, no admitía la imagen de sí mismo. Por ser único no puede
al "Yavé de la montaña", la dignidad consagrada en un lugar es- ser representado! Ni el dios cananeo ni el Dios paterno de los pa-
pecífico. triarcas presentaba esta característica. El culto celebraba a un
Dios supremo, en medio de otros dioses. El Dios de los padres era
Esta antigua relación de Vivé con el monte, tal vez puede ser único en su respectivo clan; en otra familia podía haber otro Dios
vista como una d e las características más originales del yavismo, paterno (Gen 31,53!). Yavé no admitía otros dioses; el sincretismo
no solo porque E x 3; 19ss; 1 Pe 19 así lo presentan, sino t a m b i é n de un panteón divino, era inaccesible en el yavismo. Este tono po-

118 119
lémico, inherente al culto a Yavé, no se encuentra en otro lugar del
antiguo oriente, aunque acá y allá hubo alguna tendencia mono-
teísta. Para la unicidad de Yavé y su irrepresentabilidad no hay Asi, en posible —si bien hasta ahora no plenamente pro-
analogía. Constituye lo específico del Antiguo Testamento. El de- bado— que el cuito a Yavé, celebrado en el Sinaí. sea pre
cálogo, es encabezado por esta característica (Ex 20,2-6); el Códi- y extra israelita, tal vez de origen madianita-quenita. Cu-
go de la Alianza del siglo 11 tiene su centro en la polémica a los yas características es: tener al Monte como lugar de culto,
ídolos (Ex 20,22-26; 22,17-19; 23,13ss); en J u e 5,8 la pregunta ya su teofanía se expresa en fenómenos naturales y se perci-
está presente. Justamente, el último texto nos permite afirmar be como vin Dios único. Sin embargo, el culto a Yavé fue
que, desde su origen sinaítico, Yavé es un Dios celoso, intransigen- "trasladado" al monte Sión, al templo de Jerusalén.
te con otros dioses. Sería una tarea importante investigar el pasa- V , )
do histórico monolátrico. Pienso que, por ahora, podemos presu-
poner que su origen está en el Sinaí.
6.4. C Ó M O LLEGÓ EL CULTO D E
c. La centralidad del culto a Yavé en Israel YAVÉ A CANAÁN

El culto a Yavé, referido en los actuales textos vetero-testa- No es fácil reconstruir históricamente, la introducción del cul-
mentarios, lejanamente puede ser restringido a estas pocas carac- to a Yavé en Canaán. La tradición se refiere a una entrada de gru-
terísticas antiguas, que podemos verificar. En los textos actuales, pos beduinos en Canaán, a través del Río Jordán, venidos del es-
el culto a Yavé, ya ocupa un lugar central y único. Para el yavismo te, de Transjordania (cf Núm 21ss; J o s Iss). Este habría sido el ca-
converge todo lo que teológicamente puede ser dicho. El culto a Ya- mino de los grupos seminómadas que, desde el sur del Mar Muer-
vé comenzó en el inicio de los tiempos, con Enós (Gen 4,26). Yavé to, buscaron acceso a la tierra de Canaán.
es el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob. El es el
Dios de los hebreos en Egipto. Es el Dios que decreta la alianza, Es presupuesto en el Libro de Josué que el culto a Yavé fue in-
prometiendo y exigiendo el cumplimiento de sus decretos. Es el corporado al mundo de la Tierra de Israel a través de la región cen-
Dios de la palabra profética, etc. En fin, todo lo que es dicho de la tral, cuyas narraciones se desarrollan en territorio benjaminita. El
acción divina, es dicho de Yavé. No obstante, los mismos textos "congreso" de Siquén (Jos 24), igualmente en Canaán central, de-
aún preservan la memoria histórica, más o menos explícita, de que sempeñó un papel decisivo en la instalación del culto a Yavé.
hubo tiempos, en que el nombre de Yavé no era conocido o en que,
preferencialmente, se manifestaba en un lugar. Pero, esta memo- No es fácil delinear motivos, que hicieran a los grupos bedui-
ria histórica perdió sus contornos genuinos y exactos, de tal modo nos del sur del Mar Muerto, procurar el acceso a las estepas y/o a
que ni en los días del Antiguo Testamento, se tiene conciencia en los bosques de la Tierra de Canaán. No obstante, algunas reflexio-
cuanto al lugar preciso del Sinaí. Para el israelita, Yavé pasó a ser nes pueden ayudar a fundamentar los motivos por los cuales el
su Dios en la Tierra de Canaán. Los orígenes remotos, pre-israeli- culto a Yavé entró a Canaán.
tas y extra-israelitas, fueron siendo "sepultados" por el testimonio,
que abarca la presencia actuante de Yavé, desde los tiempos más Por ser clanes seminómadas. Precisamente, la pasada de semi-
nómadas del área del sur del Mar Muerto para Palestina central,
remotos. Para Israel dejó de existir otro Dios. Su lugar preferencial no implica cambios profundos en los hábitos pastoriles. Tierra
de actuación, vino a ser la Tierra de Israel, para allá Yavé fue "tras- propicia para la crianza de ganado pequeño, se encuentra tanto al
ladado" (Jue 5), allá pasó a residir. En este contexto se volvió par- sur del Mar Muerto como en el cinturón de estepas en torno de es-
ticularmente evidente que Yavé era Dios del "actuar". te Mar, sea al este (Transjordania) o al oeste (Cisjordania). Por lo
tanto, a través del ritmo regular de la trashumancia, "beduinos de

121
120
Seir" podían alcanzar regiones más septentrionales, llegando a in- 03
gresar a Canaán. J u e 6-8 narran tales avances de la población del 0' d o o 8 * y o
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sur (los madianitas) en tierras del norte. -*- 03 0) <A
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Por una reestructuración social. Debemos tener en mente, que y L<
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en los siglos XIII/XII se organizaba al sur del Mar Muerto el reina- !-i
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do de los edomitas, mucho antes de la formación del reinado israe- 'O y g y C 2 «i 03
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lita (cf Gen 36,3 lss). (Es posible que también los moabitas y amo- (flS^E m S
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nitas hubiesen organizado sus reinados en los siglos XIII/XII). Po-
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demos presuponer que la creación del estado edomita (¿amonita?, o -
¿moabita?) trajo consigo una reestructuración de sectores de la O ri M M n tí ^-

población de la región. Especialmente, ios pastores, deben haber « 03 a v +J 03


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buscado nuevos pastos, en donde pudieran esquivar a la tributa- ht u •• tí h
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ción. En las montañas y en las estepas de la Tierra de Canaán aún
se ofrecían espacios para pastores semi-nómadas. A través de es- fe
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te proceso migratorio, beduinos de la región de Edom habrían al- (L> O


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en tiempos remotos, era explorado. Se agrega a esto, dos elemen- u +J 1H H y U 'a tí ' y os
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anteriormente, que los quenitas aparentemente estaban vincula- os
dos al origen del culto yavista. Por otro lado, un grabado egipcio y „
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del siglo 19 aC incluye, entre los utensilios traídos por beduinos, tí F. -wy cd C
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la región de Seir, les estaba dado el acceso a los metales. ¿No se- 3 T3 tí CO CO EL) EL,CO "tí
ría posible que beduinos del sur (¿quenitas?) hubiesen ingresado
en las sierras cananeas como especialistas en metales? Junto con
ellos ¿se habría expandido la adoración de s u Dios Yavé, un Dios
de "humo", "horno" y "fuego"? o 8
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y
Así, e s posible que un grupo de seminómadas ¿quenitas? ve- C5 T3 03
nidos del sur del War Muerto adoradores de Yavé hacia el siglo XIII & u 03
O tí
se hayan reubicado en la zona central de Israel. E 5 CO

123
122
• CONCLUSIÓN • BIBLIOGRAFÍA

Esta visión histórica que fuimos elaborando, a partir del cono- NOTII, Martin. El mundo del Antiguo Testamento, Ediciones
cimiento de la situación geográfica y social de la tierra de Canaán, Cristiandad, Madrid 1976.
durante la dominación egipcia y del conocimiento de los diferentes
grupos humanos étnico-culturales-sociales existentes en aquella RAD, Gerhard Von. Te.ología del Antiguo Testamento, Vol 1,
época en Canaán, no coinciden totalmente con la visión del Anti- Ediciones Sigúeme, Salamanca 1986.
guo Testamento, pues la intención del escritor no fue darnos una
crónica histórica de lo sucedido, sino un testimonio de fe, a partir VAUX, Roland de. Historia de Israel, Herder, Madrid 1975.
de una reconstrucción de los hechos, desde una experiencia unifi-
cada y unificadora del pueblo de Israel, que sin borrar completa- HERRMAN, Siegfried. Historia de Israel en la época del Anti-
mente a sus variados actores, los absorvió en un solo relato. guo Testamento, 1979.

Por eso, nuestra hipótesis buscó ir más allá del testimonio de GOTTWALD, Norman K. Las tribus de Yavé, Seminario Teoló-
fe, y a partir de los textos y d e otras fuentes reconstruir un posi- gico Presbiteriano, Barranquilla 1992.
ble origen del pueblo de Israel. Asi podemos concluir diciendo que:
(1) el pueblo de Israel surgió en Canaán, en un momento de des- WESTERMANN, Claus Génesis, Ediciones Piemme, Piemme
composición político-militar que vivió esa tierra, cuando los egip- 1989.
cios al final del siglo XIII perdieron su control. Y (2) que en esas
circunstancias aparecieron nuevos actores al interior de la misma E. Jenni/C. Westermann. Diccionario Teológico Manual del
geografía cananea ¡campesinos sin tierra! ¡gente fuera de la ley! Antiguo Testamento, Tomo I-II, Ediciones Cristiandad,
que buscaron nuevas alternativas de organización político socia- Madrid 1978.
les, ya no en las planicies sino en las montañas. Alternativa a la
que se fueron sumando otros grupos venidos desde fuera ¡migran-
tes, pastores seminómadas, esclavos liberados!, que juntos y en
un paulatino intercambio fueron configurando u n a novedad lla-
mada Israel.

125
124
• ÍNDICE

Introducción 3

CAPITULO 1
EL LUGAR DE LOS ACONTECIMIENTOS

1.1. La tierra de Israel 5


a. El n o m b r e del lugar 5
b. Límites de la tierra de Israel 6
c. Los accidentes geográficos 7
d. Las lluvias en la zona 12
e. Tierra q u e m a n a leche y miel 14
1.2. La tierra de Israel entre Egipto y Mesopotamia . . 15
a. Israel condicionado por
s u situación geográfica e histórica 15
b. Las r u t a s comerciales 16
c. Los imperios dentro de
la historia d e Israel 19

CAPITULO 2
CANAÁN AL FINAL DEL SIGLO XIII Y í
EL SURGIMIENTO DE ISRAEL

2.1. ¿Cómo surge Israel? 25


Teorías sobre el origen del pueblo de Israel . . . .26
2.2. Situación en C a n a á n d u r a n t e
el nuevo Imperio Egipcio .28
CAPITULO 5
a. El dominio hicso, egipcio, hitita y de EL GRUPO MOSAICO
los pueblos del m a r en C a n a á n 29
b. Las ciudades-estado
sometidas y sometedoras 32 5.1. Informaciones históricas en los textos bíblicos . .88
c. Algunas ciudades c a n a n e a s 34 a. La formulación histórica m á s antigua . . . .88
d. La relación c i u d a d - c a m p o 37 b. Lugar y fecha de los eventos
e. La organización de la ciudad 40 de opresión y salida 90
f. Rivalidad entre las c i u d a d e s - e s t a d o al c. Situación de los "hebreos" en Egipto 91
final del siglo XIII aC 42 d. El n o m b r e Moisés n o s remite a Egipto . . .93
e. El Dios del éxodo 94
CAPITULO 3 f. Los h e c h o s en Egipto 97
EL MOVIMIENTO DE LOS HAPIRU 5.2. G r u p o s q u e t r a n s m i t i e r o n el éxodo 104
5.3. La centralidad del éxodo 106
3.1. Los c a m p e s i n o s empobrecidos: s u opción 47
3.2. Los h a p i r u 50 CAPITULO 6
3.3. G r u p o s alternativos en las ciudades-estado: EL GRUPO SINAÍTICO
el caso de Isacar 52
3.4. ¡Surge Israel! 55
3.5. G r u p o s e n las planicies y en las m o n t a ñ a s . . . .57 6.1. La tradición del Sinaí 110
a. Respaso por s u s textos 110
CAPITULO 4 b. Vinculación entre éxodo y Sinaí 111
LOS GRUPOS ABRAHAMICOS 6.2. Ubicación del Sinaí 112
a. Variedad de n o m b r e s 112
4.1. Los lugares del escenario 62 b. Localización 112
4.2. Los p a t r i a r c a s personajes históricos 65 6.3. Yavé, Dios del Sinaí 115
a. E s t e p a s en confrontación con la c i u d a d . .65 a. El culto a Yavé 115
b. Estilo de vida 66 b. Características del culto de Yavé 118
c. Conclusiones históricas 68 c. La centralidad del culto a Yavé en Israel .120
4.3. Origen plural de los p a t r i a r c a s 70 6.4. Cómo llegó el culto de Yavé a C a n a á n 121
4.4. Organización social: la familia 72
4.5. La cuestión religiosa 75 • Síntesis de los g r u p o s f u n d a n t e s de Israel . . . .123
a. Análisis de Ex 3 y 6 75 • Conclusión 124
b. Características de la religión patriarcal . . .77 Bibliografía 125
c. Proceso de unificación • índice
de tradiciones religiosas diferentes 78
d. Características teológicas del Dios de
los patriarcas 80
4.6. A título d e c o n c l u s i ó n 84

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