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El maíz y las sopas en la cocina mexicana

Recetas de comidas mexicanas


Según una leyenda maya, el hombre fue creado a partir de una espiga de maíz. Puede ser, porque
en este país existe, efectivamente, una estrecha relación entre el maíz y el hombre.

El maíz protagoniza las tortillas más tradicionales y resulta imprescindible en los tamales, terreno
en el que la cocina de Chiapas tiene mucho que decir. Aquí suelen prepararlos con pollo, canela y
azafrán, dándoles forma alargada, o redonda si están hechos con carne de cerdo y verduras.El
maíz aporta uno de los mayores manjares de la despensa mexicana: el cuitlacoche, también
conocido como tizón del maíz, un hongo de color negro que se desarrolla en las espigas.

La tortilla, de maíz o de trigo, lo es todo en la cocina mexicana: pan, plato y cuchara. Y, por si fuera
poco, es la base de la dieta del mexicano medio. Lo admite todo, se cubre con lo que se quiera, se
enrolla sobre si misma, se tuesta, se fríe... Pueden llamarse tortillas, tortitas, tacos, tostadas,
gorditas, panuchos, enchiladas, flautas...

Las sopas hicieron acto de presencia con la llegada de los franceses, pero echaron solidas raíces.
Como muestra, valgan el caldo de pollo, la contundente sopa de menudo (desayuno de tripas de
vacuno para días de “cruda”), la popularísima sopa de tortilla o la sofisticada sopa de cuitlacoche.
La sopa de pan (pan viejo, hortalizas y banana) es patrimonio de la cocina de Chiapas, como la de
lima (pollo, verduras y jugo de lima) lo es de la del Yucatán.Y, por supuesto, el pozole blanco de
Jalisco (maíz con carnes de cerdo), o el pozole verde de Guerrero (toma el color de los chiles
frescos, los tomates verdes y las semillas de calabaza).

Y el mole: sopa, guiso y salsa, como si el término fuera capaz de englobarlo todo. Similar a un
pozole es el mole poblano. En Oaxaca, el mole se convierte en salsa. Estamos en la tierra de los
siete moles: el coloradito (con chiles, tomates, nueces, semillas de calabaza, ajonjolí...), el verde
(con tomates verdes), el amarillo..., y así hasta llegar al mole negro, preparado con chocolate.

Los cultivos son abundantes en estados como Sinaloa (tomate, arroz, caña de azúcar, frutas
tropicales...), Aguascalientes (perales, paltas, maíz...), Veracruz, Tabasco o Morelos, donde el clima
subtropical favorece todo tipo de frutas y hortalizas.

Las zonas mas fértiles proporcionan el tomate, el pequeño tomate verde, la calabaza, de la que se
utiliza carne, semillas (molidas ofrecen un apreciado condimento) y su flor, considerada un bocado
exquisito, o los nopales (higuera chumba), que proporcionan los nopalitos (ramas carnosas de la
planta) y la tuna (el higo chumbo). Y sobre todo el chile o, mejor dicho, la inmensa variedad de
chiles que puebla la cocina mexicana.
Los aromas del cilantro, el epazote, el chicote o la hierba santa flotan sobre los fogones
mexicanos. Sin olvidar el orégano, inexcusable en la cocina de Guerrero, o la mejorana. Los frijoles
constituyen otro punto de unión entre todas las cocinas del país.

Recetas de comidas mexicanas

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