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Estética y Teoría de la Imagen

“Kids Return: El retorno de Kitano”

Nicolás Alvarado Orejarena


Cod. 860876
20 de Agosto del 2010

Takeshi Kitano se accidenta en una motocicleta en Agosto de 1994, sufre numerosas lesiones
que lo dejan al borde de la muerte y le paralizan un lado del cuerpo. Años más tarde, después
de haber rodado Kids Return (1996) y la que es considerada como su obra maestra Hana-Bi
(1997), Kitano confiesa que el presunto accidente se trataba realmente de un intento de
suicidio.

De esta manera, es posible afirmar que Kids Return abre una nueva etapa en el estilo artístico y
cinematográfico de Kitano. Se trata de una filme intimista y meditativo, en el cual Kitano no
solo reproduce su autentica y polémica forma de expresar la violencia, o su humor crudo y
nihilista, sino que detiene la cámara frente a los dos protagonistas, examinándolos,
reflexionando sobre estos y utilizándolos como una metáfora de toda una generación que
reniega de su pasado (tendencia juvenil bien marcada en el Japón de los años 90).

Masaru y Shinji han dejado de creer en la escuela, y en lo que su generación anterior trata de
dictarles como el orden de la vida. No, ellos se pasan el tiempo buscando problema de bar en
bar, gastándose el dinero que roban de los menores, y buscando un sentido a sus vidas que ni
la escuela ni sus generaciones anteriores les pudieron dar. El filme avanza y ambos personajes
elijen un camino, respectivamente: Shinji como boxeador semi-profesional y Masaru como
aspirante a yakuza.

El largometraje avanza, cuidando meticulosamente su estética urbana, donde abundan los


largos planos cargados de una tensión exacerbada tan propia de Kitano. Poco a poco se vuelve
un film melancólico, bastante personal, y logra calar hasta las fibras más sensibles de los
espectadores, que estando al otro lado del mundo, logran comprender e identificarse con
todas las situaciones por las que pasan los protagonistas.

Finalmente tanto Shinji, como Masaru fracasan, y más allá del fracaso y de cómo se llego a
éste, la película se concentra en comunicar la superación, nostálgica, eso sí, de ambos fracasos.
Y de una manera genial instaura el típico y por qué no decirlo, romántico slogan que consiste
en el último plano de la película decir “Hasta ahora estamos empezando”.

Y es verdad, la vida hasta ahora empieza y Kitano seguramente pudo vivir esta sensación en
carne viva, al sobrevivir en su intento por quitarse la vida. En vez de volver a reincidir en lo
mismo o volverse un don nadie, Kitano, afronta su fracaso y lo supera, y le comunica a todo su
público, por medio de Kids Return que hasta ahora estaba empezando. Y es cierto, se
avecinaba una época dorada para Kitano con su éxito en Hana-Bi (1997), en Dolls (2002) y la
inolvidable Zatoichi (2003).

Cada mañana es un nuevo renacer y cada noche una última muerte.

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