1. El más importante: no dejar que la timidez nos haga perder oportunidades
de conocer gente y de relacionarnos con otras personas. Hay que buscar ocasiones para exponernos ante los demás y tolerar cualquier grado de ansiedad social que podemos experimentar. 2. Trazarnos algún plan para superar nuestros temores, afrontando las situaciones que tememos, comenzando por las menos complicadas y terminando con las más difíciles. 3. Recordar que las sensaciones fisiológicas experimentadas (ansiedad) no son dañinas: podemos tolerarlas. 4. Tener muy claro que los miedos sociales NO SON MIEDOS REALES. 5. Cuando padezcamos algún temor social, intentaremos "descubrir" que mensaje o autodiálogo hay implicado (¡siempre hay alguno!), aprovechando para debatir su autenticidad. P.ej. "Si me pongo colorado, ellas no querrán hablar conmigo". 6. No hay que huir. Si esperamos lo suficiente, el temor desaparecerá. 7. Respirar despacio y aprovechar si nos es posible para realizar algún tipo de estrategia de relajación sencilla. 8. Durante un encuentro interpersonal, dejemos de orientar nuestra atención hacia lo que los demás piensan de nosotros o hacia nuestras propias sensaciones corporales. Centrarla en nuestro discurso, los mensajes del otro/a o bien utilicemos de forma provisional la distracción (¡pero haciendo regresar pronto nuestros pensamientos a la interacción social!). 9. Puede ser útil emplear eventualmente la "parada de pensamiento". Consiste en cortar de raíz el flujo de consciencia (si está dominado por pensamientos negativos) con una orden mental interna y enérgica de parada, stop, bloqueo, etc. de la corriente de pensamientos. 10. Nuestra actuación en público suele ser mejor de lo que inicialmente pensamos al respecto. Es un buen ejercicio grabarnos en video en situaciones de interacción social y comprobar que no lo hacemos tan mal como creemos y que tampoco se nota tanto que estamos "nerviosos". 11. El sonrojo, temblores, el nerviosismo, pueden aparecer eventualmente. En tal caso, convendría no prestarles atención especial o incluso reirnos de nosotros mismos para desdramatizar un poco la situación.