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Premio Nacional de Crítica

200 años de historia por 2000 pesos

a.p.

Ensayo largo

1
“Ustedes los hombres de acción tienen que hacer algo, no pueden no hacerlo, o se

revientan. Aunque sepan que no sirve para nada lo que hacen. Simón Bolívar decía: “aré

en el mar y edifiqué en el viento”. Eso le pasaba, no por culpa del mar y el viento, sino

por haber arado y haber edificado. Y lo sabía, pero no podía no hacerlo porque

físicamente no podía estarse quieto”

Antonio Caballero-Sin Remedio

2
La celebración del bicentenario es una buena oportunidad para reflexionar, pero lo

es aún más para mercadear. Se habla del producto de la independencia, pero no se señala

que el hecho histórico es en sí un producto que se comercializa, es una marca. Con el

pretexto de celebración, olvidando el de reflexión, muchas son las empresas que usan el

evento para comercializar y publicitar sus productos. Se vende también como lugar común

en los discursos políticos para generar emoción. Se le proporciona un uso mediático para

forjar patriotismo y para identificar a una colectividad con algunos ideales. Es usado de

igual forma para intentar explicar hechos actuales, y tejer relaciones entre “héroes y

villanos” de principios del siglo XIX y “héroes y villanos” actuales. Por otro lado, también

ha sido útil para vender memoria, o indagar sobre ella, a través de exposiciones de arte.

Unas persiguieron el protagonismo en el oportunismo, y otras buscaron explicar el proceso

de emancipación desde distintas causas, aspectos y resultados. En este texto se expondrán

algunos ejemplos de usos y desusos del bicentenario en estos tres planos (mercado, político

y artístico).

En primer lugar es necesario anotar que el uso del bicentenario en la publicidad no

tiene un interés histórico de entender o explicar un problema, simplemente se aprovecha de

un patriotismo mediático para vender. Es cierto, nadie compra una gaseosa, unas papas,

unos dulces o una cerveza para entender el proceso de la independencia. La publicidad es

emocional, no racional, por eso no importa la cantidad de confusiones históricas que

suscitan los publicistas. Entre más grande la bandera colombiana, entre más claro el logo

del bicentenario, y entre más palabras como: patria,colombiano, tierra, o celebra, más

llamativa será la publicidad. Por fortuna, nadie comercializó manillas del bicentenario

(hasta ahora).

3
Todo esto se encuentra enmarcado dentro de un concepto similar al de “país

marca” que ha puesto en marcha Colombia es Pasión. En el sitio web de ésta se explica la

importancia de convertir a Colombia en una marca como estrategia para contrarrestar los

aspectos negativos que suscita el país “Porque las percepciones “no siempre coinciden

con la realidad y cambiarlas es muy difícil”1. Para los directivos que impulsan esta

campaña la realidad del país ha cambiado en los últimos años, pero su reconocimiento

negativo no. Explican además que como consecuencia de esa “imagen falsa” el país

pierde “millones de dólares por concepto de turismo, inversión extranjera y

exportaciones”2. Se explica que en los últimos años estos sectores han crecido, pero que lo

harían de una forma más eficiente si se cambia la violencia que Colombia proyecta al

mundo. Luego de esto se señala: “Por eso nace “Colombia es Pasión”, una estrategia

dedicada a cambiar la manera como el mundo nos ve, y de igual forma ayudar a mejorar

el reconocimiento de Colombia en el mundo. Buscamos transformar los paradigmas que

existen del país tanto en el interior como en el exterior, con el propósito de que se nos

valore por lo que realmente somos”3. Por último, se cita a David Lightle, experto en

imagen corporativa y de país marca, para reforzar las ideas anteriores: “Las marcas de los

países son un campo naciente en la intersección del mercadeo, la diplomacia pública, las

relaciones internacionales y la estrategia política”4. No obstante, parece que los “expertos

creativos” no tienen un diccionario en la sala de juntas pues usan en el slogan la palabra

pasión. Esta, según la Real Academia de la Lengua, significa: acción de padecer, lo

1
COLOMBIA ES PASIÓN. [Consultado el 5 de agosto de 2010]. Disponible en
<http://www.colombiaespasion.com/es/colombia-es-pasion/ipor-que-es-importante-una-marca-pais>
2
Ibid.
3
Ibid.
4
Ibid.

4
contrario a la acción, estado pasivo en el sujeto, perturbación o afecto desordenado del

ánimo, tristeza, depresión, abatimiento ,desconsuelo, inclinación o preferencia muy vivas

de alguien a otra persona o un apetito o acción vehemente a algo. Es evidente que el

mensaje que buscan proyectar no está acorde con la palabra. Sin embargo, ésta última es

convertida en imagen y su contenido es vaciado al lado de un logo de un corazón y un lema

sonoro; por eso es que parece no importar.

Un ejemplo de país marca, patriotismo mediático y desviaciones históricas con el

fin de celebrar y vender fue el llamado “El Bicentenario de la W”, promovido, por

supuesto, por la emisora mencionada y Colombia es Pasión. Esta celebración buscaba

“recrear” la plaza central de Santa Fe de 1810, pero con tiendas y productos actuales. En la

sala de prensa del país marca se encuentra lo siguiente: “Colombia es Pasión y La W Radio

participan de las actividades conmemorativas del Bicentenario de Independencia

recreando un espacio lúdico donde los Bogotanos se trasportarán a una calle de 1810 para

revivir momentos históricos que marcaron la independencia. (…) En la plazoleta exterior

del centro comercial los personajes y próceres de la época recibirán a los asistentes para

que divisen la fachada de un cafetín, un banco, un teatro y una tienda que representan la

plaza central de un pueblo de hace 200 años. (…) así mismo los personajes y próceres

lucirán el logo de Colombia es Pasión”. Es curioso que se disfrace el mercadeo mediante la

palabra lúdico, que hace referencia al juego, y que se señale que el espectador revivirá

momentos históricos que marcaron la independencia cuando el lugar se encontraba saturado

de publicidad de El Éxito, Texaco, Mc Café, Ron Santafé, Hernán Trujillo y Samsung entre

otros. Todo el montaje era un eufemismo publicitario. La tienda de Llorente era una

estación de Texaco, la Catedral era la estación de la W, el establo era el parqueadero de una

5
camioneta Subaru, el mono de la pila era un reloj Glauser, el mercado era El Éxito y el

teatro era un televisor Samsung. En el sitio se recreaban escenas “cotidianas”, y los actores

personificaban la anécdota del florero tal como es mencionada de forma superficial en

textos escolares. El transeúnte podía observar y seguir su camino contento con tanto

derroche de creatividad, en donde primaba el ingenio de vender y publicitar, mientras que

el interés histórico era nulo. Es cierto, nadie compra un televisor buscando aprender cómo

era un teatro en 1810, o en cuestionar siquiera su existencia. El problema es la forma como

se ha trasmitido la historia, de una forma aburrida y mecánica que no genera interés alguno

y que sólo puede despertar simpatía con celebraciones efímeras como el bicentenario. En el

lugar los anacronismos y los lugares comunes no importaban, pues lo significativo era

promover unos productos y un logo.

6
El historiador Renán Silva Olarte escribió un texto llamado “Del anacronismo en

Historia y en Ciencias Sociales”, en donde explica el problema de trasladar, modificar y

confundir hechos históricos y sociales. Sin embargo, explica que el anacronismo ha sido

usado de forma consciente con fines humorísticos, tal como Miguel de Cervantes en el

Quijote y Charles Chaplin en Tiempos Modernos; por lo tanto, una dislocación histórica

puede ser provechosa “como un recurso literario”5. No obstante, el autor explica que hay

libros sobre historia colombiana que son “manuales de humor”6 que no suscitan risa sino

enojo; entre estos documentos abundan las novelas históricas, que según él, son

confundidas por el lector como las “obras de historia”7. Sobre éstas Olarte señala: “no

dudan en trasladar al pasado las sensibilidades del presente, a través de un tratamiento del

lenguaje que, se supone, está destinado a “reflejar la época”, por medio de la introducción

de vocablos y frases y la creación de “contextos” pintorescos derivados de una idea

ingenua acerca de lo que constituye la trama histórica de la acción humana en el marco de

sociedades que, siempre se olvida, eran radicalmente diferentes de las nuestras”8.Es

entonces que el ejemplo de anacronismos puede ampliarse con la idea de mercadeo y el

caso de El Bicentenario de la W, donde se intentaba reflejar una época que era

radicalmente diferente por medio de productos y una escenografía pintoresca.

En el editorial de El Espectador del día 20 de julio se señaló de forma acertada lo

siguiente: “En Colombia llevamos dos siglos de olvido que han persistido en fomentar

5
SILVA OLARTE, Renán. Del anacronismo en Historia y en Ciencias Sociales. En: Historia Crítica.Edición
Especial. Revista del Departamento de Historia de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de los
Andes. Noviembre 2009. Pg. 281
6
Ibid.
7
Ibid.
8
Ibíd.

7
formas de violencia mientras sonreímos”9. Pero esta celebración demostró que seguimos

sonriendo mientras obviamos la violencia. El bicentenario era el pretexto perfecto para

entender la violencia de la sociedad colombiana, que trasciende más de 200 años, pero se

perdió por la necesidad de vender orgullo patrio. La publicidad, en este evento

conmemorativo, es clave para entender cómo se fomentan unos asuntos y se obvian otros

mientras se sonríe. El anacronismo, en este caso, no es un “recurso literario” con fin

humorístico. Este tipo de eventos genera una decadencia de la risa, puesto que limita con lo

patético y lo absurdo por el descuido y el desinterés. Pero la simpatía que se pretende

generar es usada para legitimar un presente, hay un uso “político del pasado”10 y un

provecho económico.

Existe una diferencia principal entre el significado de un comercial y una

propaganda. El primero se refiere a un anuncio que publicita a una marca, mientras que el

segundo busca propagar doctrinas. Tanto la publicidad de Colombia es Pasión como la que

se generó alrededor del bicentenario logran unir estos dos conceptos, pues venden un

producto a través de la doctrina del patriotismo. Se hace énfasis en la celebración del

bicentenario, específicamente en el 20 de julio de 2010, sin importar las incoherencias que

venden y promueven. El consumidor, por su parte, no se detiene a reflexionar, sólo

consume. Los mensajes publicitarios son aceptados, han entrado a distintos niveles de la

sociedad, “Comunicación socialmente legítima, la publicidad accede a la consagración

artística, entra en los museos, se organizan exposiciones y se venden tarjetas postales. Es

9
EDITORIAL EL ESPECTADOR. En: El Espectador: (20, jul,. 2010): Opinión, pg. 32
10
SILVA OLARTE, Renán, Op. cit,.pg. 284

8
el fin de la época del reclamo, ¡viva la publicidad! 11. Es entonces que ésta es aceptada, y

es evidente que gracias al mercadeo muchas actividades entorno al bicentenario fueron

posibles. Las empresas que publicitan el evento lo hacen por ganancia y marcar más pauta,

y también por el interés de patrocinar actividades que necesitan recursos. Que se haga o no

publicidad no es tema de debate, el asunto es cómo se lleva a cabo y su objetivo. Por

ejemplo, algunas propagandas-comerciales que buscaban generar sonrisa y patriotismo se

perdieron en algún punto para entrar en terrenos que señalan y hablan sobre la violencia. Es

posible asegurar que esta pérdida del objetivo no es decisión de los creativos, sino que se

presenta por su poco conocimiento del tema.

Un ejemplo claro de las inconsistencias sobre hechos históricos en la

comercialización de un producto, que permite señalar formas de violencia, es la publicidad

de la cerveza Águila, cuando se refiere a los hechos ocurridos en 1810. En una propaganda-

comercial que incita al espectador a tomar cerveza para celebrar el bicentenario dicen los

narradores lo siguiente: “Este año celebramos una fiesta de cumpleaños. La más grande de

todas con millones de invitados. Habrá guitarras, harpas y acordeones, más todos

nuestros tambores. Y para todos, la bebida que nos trae a la memoria que no se cumplen

todos los días dos siglos de historia. Doscientos años de alegría. Así que une tu voz con la

suya, con la mía y canta fuerte y feliz: Feliz cumpleaños Colombia, feliz cumpleaños a ti.

Celebra con águila el cumpleaños doscientos de Colombia”. Es claro que los “creativos”

se dejaron llevar por la emoción de tomar cerveza, es evidente que esta bebida no ayuda a

traer a la memoria que doscientos años no se cumplen todos los días. En primer lugar

11
LIPOVETSKY, Gilles. El imperio de lo efímero. Barcelona: Anagrama, 1990. Pg.209

9
porque Colombia no “cumple doscientos años de historia”, y segundo porque, con

seguridad, no han sido doscientos años de alegría.

En el 20 de julio de 1810 se promovió en Santa Fe, mediante la mentira y la

picardía, la creación de una junta que en un principio no buscaba del todo la libertad; por el

contrario proclamaba fidelidad al rey y autonomía administrativa12. Es importante señalar

que hubo cuatro grandes hechos que posibilitaron algún pensamiento independentista en

Hispanoamérica: la declaración de independencia de los Estados Unidos (1776), la

Revolución Francesa (1789), la independencia de Haití (1804), y la invasión de Napoleón

Bonaparte a España y el encarcelamiento de el Rey Fernando VII (1808) –no es casualidad

que los movimientos independistas a lo largo de Hispanoamérica detonaran en 1810-. Por

lo tanto, el rompimiento de un florero el 20 de julio de 1810 en la esquina de la plaza mayor

de Santa fe no fue la causa de la independencia, ni el momento en que se creó un Estado.

Aunque si fue uno de los elementos que posibilitó años después de creación de una nación

independiente. De igual manera no se puede hablar de Colombia desde ese momento, pues

cada provincia empezó a proclamar su libertad, tanto de la metrópoli como del poder

central de Santa Fe. Ciudades como Pamplona y Socorro formaron juntas independientes

anteriores de la de Santa Fe, el 4 de julio de 1810 y el 10 de julio de 1810 respectivamente,

desconocidas por la estructura centralista de la historia en Colombia. La importancia de la

creación de la junta de Santa Fe fue su carácter de capital del virreinato, lugar donde

habitaba el virrey. El 20 de julio desató la primera guerra interna entre centralistas y

federalistas, que es más conocida bajo el eufemismo de “Patria Boba”. Empezó una pugna

12
CHUST, Manuel. 1808: La eclosión juntera en el mundo hispano. México D.F.: Fondo de cultura
económica, 2007

10
regional donde cada provincia funcionaba como ciudad estado. No fue el nacimiento de

Colombia, que constitucionalmente se engendró en el congreso de Angostura de 1819, y

por supuesto, no fue un comienzo alegre; pues en un inicio se creó la Gran Colombia que

poco después se fragmentó.

En otra cuña los “creativos” insisten en dejarse llevar por los efectos de la cerveza:

“Los colombianos siempre celebramos, con el sabor de nuestra gente y nuestros amigos.

Con el sabor de nuestra música. Con el sabor de nuestra familia. Y con el mismo sabor,

porque en doscientos años de Colombia, han cambiado muchas cosas, pero nuestro sabor

es el de siempre. Celebra el bicentenario de Colombia. Águila, sin igual y siempre igual”.

En este punto no cometen solamente un error respecto a la historia de Colombia, sino

también con la historia misma de la empresa, pues Bavaria tiene 121 años, o 121 años

haciendo amigos (como lo dice su eslogan). Muchas cosas han cambiado desde los

comienzos de la gesta independista, entre ellas la llegada de la cerveza y su lucha por el

monopolio de la industria licorera contra la chicha, “el veneno criollo”. En el libro La

ciudad en cuarentena. Chicha, patología social y profilaxis, Óscar Iván Calvo Isaza y

Marta Saade Granados investigan la historia de la bebida fermentada, y escriben un

capítulo destinado a la “lucha” entre estas dos bebidas. Según los autores del libro la

“batalla final” entre estas dos se presentó entre 1930 y 1958, durante la consolidación de la

industria colombiana. Los dirigentes de aquella época veían en la producción de la chicha

un problema higiénico, pero la bebida fermentada era útil para recaudo de impuestos. Sin

embargo, Bavaria tuvo un gran crecimiento nacional, tanto en su producción como

distribución, “dio pasos firmes hacia la monopolización de la producción, (…) Se trataba,

para entonces, de una empresa que contaba con el apoyo de capitales y tecnologías

11
extranjeros, y que utilizaba diariamente la publicidad masiva como aliciente para las

ventas (…) el reemplazo de la chicha por la cerveza haría parte de un proceso general en

la sociedad capitalista.”13. Por lo tanto, bajo el discurso de modernidad el gobierno señaló

a la chicha, y otras bebidas fermentadas, como licores que causaban atraso y violencia para

adelantar un cambio económico y cultural mediante la desinformación y el miedo. Esto se

puede evidenciar con las pancartas que hacían alusión al crimen y a la chicha; y hay que

anotar que las imágenes hacían referencia a personas con rasgos y características de afro

descendientes.

Imágenes tomadas de La Ciudad en Cuarentena, 1948

13
CALVO ISAZA, Oscar y SAADE GRANADOS, Marta. La ciudad en cuarentena: Chicha, patología social
y profilaxis. Bogotá: Ministerio de Cultura, 2002. Pg 317

12
Es difícil saber si el sabor de las cervezas de Bavaria ha cambiado en el tiempo,

habría que estudiar la fórmula y su producción, o encontrar un cerveza sin destapar de hace

121 años. Pero una cosa si es cierta, la cerveza cambió el sabor que consumía una sociedad

por fines económicos mediante la competencia y la presión cultural. Por otro lado, esta

propaganda-comercial también es un ejemplo de cómo la sonoridad de una frase hace que

su contenido sea vaciado, tal como “Colombia es Pasión”. Es posible observar que el lema

“sin igual y siempre igual” va en contra de una idea de avance y desarrollo.

En otra propaganda-comercial de El Ejército Colombiano se hace alusión a la

Batalla de Boyacá del 7 de agosto de 1819. En esta se “recrea” y “representa” una idea de

persistencia y heroísmo por la lucha de la libertad y la soberanía. La producción

cinematográfica resume la dificultad de la batalla entre criollos y peninsulares en tres

minutos. En el punto clímax, donde todo se veía perdido ante la presión del ejército

español, se muestra la angustia de un hombre de ruana cuando le dice a unos personajes que

se encuentran a su lado: “Esta duro ¿no?” A continuación se revela la identidad de sus

compañeros, unos soldados de 2010, y uno responde con tono heroico: “¡Pero se puede!”

Luego se levanta el hombre de ruana y machete liderando un ejército de fuerzas especiales,

campesinos y helicópteros mientras una voz en off dice: ´Pueden haber cambiado los

tiempos, pero el objetivo de nuestros héroes sigue siendo el mismo, luchar por la libertad,

la soberanía y la seguridad de Colombia. Los héroes en Colombia si existen”.

En este punto es evidente que la fecha del 20 de julio no importa, pues se mezcla, o

se reemplaza por el 7 de agosto. En Colombia tenemos “dos días de independencia”, y por

el afán de una celebración no se entiende que el bicentenario de la independencia no es

cosa de una fecha, sino es más cercano a una década. El 20 de Julio de 1810 fue el primer

13
levantamiento civil en Santa Fe, mientras que el 7 de agosto de 1819 fue un logro militar;

que aunque no fue una derrota absoluta del ejército español si quebrantó el dominio de la

metrópoli, puesto permitió a Bolívar tomarse Bogotá.

Esto también crea un conflicto de intereses históricos ¿Cuándo fue entonces la

verdadera independencia? Es difícil de establecer una verdad absoluta, pero el afán de

encerrar y reducir todo a una fecha puede producir algunas consideraciones como ¿un

cumpleaños se celebra el día del nacimiento o el día en que los progenitores procrearon?

¿Se celebra la noche de gestación o nueve meses después? ¿En el grito de independencia o

nueve años después?

La publicidad del ejercito busca hacer énfasis en el sacrificio. El televidente puede

sentir orgullo al verlo y tener la capacidad de diferenciar a “los buenos” de “los malos”.

Esto funciona muy bien para el patriotismo mediático, pues puede suscitar frases como “es

que somos más los buenos que los malos”. Sin embargo, hay un segundo en el video en que

la línea entre la figura del héroe y el villano se desdibuja, hay un elemento que denota la

crueldad del proceso de independencia. En una escena el ejército independista alza

banderas con franjas amarillas, azules y rojas, y una bandera roja, con un cuadrado negro

dentro de un rombo blanco. Esta última es la bandera de la guerra a muerte, que

representaba, como lo evidencia su nombre, una guerra a muerte contra los ibéricos y

canarios. Simón Bolívar decretó esta guerra el 15 de junio de 1813 para diferenciar de una

forma drástica su ejército del ejército español. No había piedad contra el adversario ni

contra los prisioneros para generar temor en la población; con esto se buscaba más apoyo

mediante el miedo. En la proclama de la guerra a muerte se enfatizaba lo siguiente: “A

pesar de nuestros justos resentimientos contra los inícuos españoles, nuestro magnánimo

14
corazón se digna, aún, abrirles por última vez una vía a la conciliación y a la amistad;

todavía se les invita a vivir pacíficamente entre nosotros, si detestando sus crímenes, y

convirtiéndose en buena fe, cooperan con nosotros a la destrucción del gobierno intruso de

España, (…) Todo español que no conspire contra la tiranía a favor de la justa causa, por

los medios más activos y eficaces, será tenido por enemigo, castigado como traidor a la

patria, y en consecuencia, irremisiblemente pasado por las armas.(….) A vosotros,

Americanos, a quienes el error y la perfidia os ha extraviado de las sendas de la justicia,

sabed que vuestros hermanos os perdonan y lamentan sinceramente vuestros descarríos

(…)14 El tono de la proclama era redentor y paternalista, perdonaba el pecado sólo al

“reivindicarse” por la lucha de la libertad, pero castigaba a muerte a quien no se sometía a

lo que los próceres entendían e indicaban como “justa causa”. La proclama obligaba a la

población a tomar partido por la fuerza; o se era simpatizante de la causa o se era traidor, o

se es partidario o se es terrorista, o “está conmigo o está contra mí”.

14
BLANCO-FOMBONA, R. Bolívar y la Guerra a Muerte: época de Boves, 1813-1814.Caracas: Impresores
Unidos, 1942. Pg. 15

15
Era tanto el terror que causaba esta guerra sin cuartel que el Rey Fernando VII

mintió al ejército de la expedición de Morillo de 1815 (en la reconquista) sobre el destino

de su viaje hacia América. Se explicó a los soldados que serian llevados al Rio de la Plata

(Argentina y Uruguay) donde la situación militar se podía controlar con más facilidad. Sin

embargo, en el trascurso del viaje se les confesó que el destino era Venezuela, “donde la

guerra se hacía sin cuartel y con salvaje ferocidad”15. Con esto Bolívar buscó

internacionalizar la guerra para que no fuera vista como una guerra interna de colonias,

quiso crear impacto en Europa para generar simpatías y reconocimiento; y la actitud de

Fernando VII evidencia la efectividad del decreto.

De igual manera, en la propaganda-comercial se mezclan dos tipos de conflictos,

aunque en ambos los guerrilleros sean el tema principal. Las guerras de independencia,

lideradas por Bolívar, eran vistas por las autoridades españolas como guerra de guerrillas.

El libertador era considerado como un villano, su cabeza tenía precio y la prensa española

lanzaba duras críticas a su gesta. Es factible que el anterior hecho cause ira en algún lector,

y mucho más en uno apasionado por Colombia. Bolívar era considerado un traidor y un

guerrillero16 por la prensa española de la época, pero eso no significa que fuera igual a los

guerrilleros colombianos de hoy en día (aunque estos últimos usen su figura e imagen). Sin

embargo, esta imagen que construye la prensa ibérica de Bolívar comienza en 1814 y

termina en 1820, el año en que Fernando VII volvió al trono luego de la invasión

napoleónica y el año en que el Rey firma la constitución de Riego que dio limites al

15
Ibid. Pg. 256
16
FILIPPI, Alberto. Bolívar y Europa: en las crónicas, el pensamiento político y la historiografía. Caracas:
Ediciones de la Presidencia de la República, 1986. Pg. 59

16
absolutismo. Es claro entonces que la monarquía manipulaba la prensa para generar

resentimiento, odios y rechazos en la población.

No todos los gestores de la independencia pertenecían al establecimiento español,

algunos pocos sí. Ellos se estaban levantando contra el poder institucional de la corona con

consignas de libertad e igualdad. Hoy los guerrilleros atacan al Estado colombiano con el

errado pretexto de las mismas consignas, pero con métodos y recursos completamente

distintos. De cierta manera la producción cinematográfica de la propaganda-comercial

enfatiza que los hombres que lucharon en la gesta de la independencia fueron héroes por

los fines que buscaban para tumbar un establecimiento, mientras que los soldados de hoy

son héroes por defender al establecimiento en una guerra interna. A propósito sobre este

asunto Rodolfo Arango, columnista de El Espectador, hizo la siguiente pregunta al analizar

la anterior propaganda-comercial: ¿Qué pensarán los miles de militares y policías con

míseras pensiones o que cargan a cuestas la invalidez generada por la guerra cuando

observan cómo su institución es instrumentalizada por el Gobierno para mantenerse en el

poder?17Es entonces que la publicidad de productos no es la única que aprovecha hechos

históricos para vender. En la política también se desfasa a la historia. Son varios e

incontables estos ejemplos, y hay algunos que llaman la atención por su cercanía con la

celebración del bicentenario.

En una entrevista realizada por El Espectador a Marta Lucia Ramírez, ex ministra

de defensa, publicada el 7 de marzo de 2009, se hace alusión a un evento histórico. La

entrevista se tituló: “Santos trató de hacer una noche septembrina” cuando se especulaba

17
ARANGO, Rodolfo. El abuso de los símbolos nacionales. [Consultado el 1 de agosto de 2010]. Disponible
en <http://www.elespectador.com/columna-205281-el-abuso-de-los-simbolos-nacionales>

17
sobre una “pugna” por el mando de las fuerzas militares entre el ex Presidente Uribe y el

Presidente Santos. En la entrevista se le sugiere a Ramírez lo siguiente: “Algunos

apocalípticos llegaron a insinuar un cuasi golpe de Estado...” ante lo cual respondió:

“Santos trató de hacer una noche septembrina, pero el Presidente no se salió por la

ventana sino que cogió el toro por los cuernos. Hablar de golpe de Estado en Colombia no

corresponde a nuestra tradición.”Es posible analizar la respuesta desde distintos aspectos.

En primer lugar ¿a qué se refiere con “nuestra tradición”? Señala que el Presidente Santos

intentó llevar a cabo una noche Septembrina, que básicamente fue un golpe de Estado

fallido, pero luego señala que en “nuestra tradición” no corresponde a hablar de golpe de

Estado. La primera confusión es evidente.

Para seguir ampliando este ejemplo es pertinente dilucidar qué fue la noche

septembrina, entender sus razones y causas, para concluir que tan errada es la analogía, o

para comprender cómo el apunte es certero para tejer relaciones. La noche septembrina se

refiere al atentado que idearon algunos personajes, entre ellos el vicepresidente Francisco

de Paula Santander, para asesinar a Simón Bolívar el 25 de septiembre de 1828. Cuenta la

anécdota que Manuela Sáenz alertó a Bolívar del atentado cuando éste se encontraba

tomando un baño. Bolívar se vistió y quiso enfrentar a los conspiradores, pero fue Sáenz la

que vio en ese acto un esfuerzo de heroísmo torpe pues su muerte era segura. Ante esto el

presidente decidió saltar por una ventana del Palacio San Carlos (hoy en día la cancillería)

y escapar. Manuela Sáenz entretuvo a los conspiradores dando así tiempo al El Libertador

para esconderse debajo de un puente del rio San Agustín, mientras que sus amigos y

edecanes de confianza retomaron el orden. Luego de la recuperación de la calma de la

noche septembrina Bolívar llamó a Manuela Sáenz “La Libertadora del Libertador” y los

18
malévolos conspiradores fueron fusilados. El gran Libertador se salvó. Fin. No obstante,

este hecho que pasó a ser una anécdota y un mito es más complicado.

El atentado tiene un trasfondo político interesante, y algo desconocido. Luego da la

fundación de Bolivia, y de la instalación de su constitución, muchas cosas empeoraron para

Bolívar desde 1825. Los conflictos entre los centralistas y federalistas se agudizaron, hasta

el punto que Bolívar rompió relaciones con el vicepresidente Santander, y la disolución de

la Gran Colombia se veía en el panorama. Bolívar quiso instaurar en la Gran Colombia la

constitución que habían elaborado él y sus seguidores en Bolivia, pero esta no fue vista con

buenos ojos, puesto que fue acuñada como una constitución monárquica (por todos los

beneficios que le otorgaba al poder ejecutivo). No obstante, Bolívar presionó para que se

convocara una convención constitucional que cambiara la Constitución de Cúcuta de 1821,

buscando evitar la previsible fragmentación de la Gran Colombia. El congreso colombiano

aprobó dicho acuerdo en la Ciudad de Ocaña entre marzo y junio de 1828. En este punto la

rivalidad entre santanderistas (federalistas) y bolivarianos (centralistas) era profunda.

Hay un elemento de esa convención que llama la atención: la reforma a la

constitución. Los seguidores de Bolívar promovían un periodo presidencial de ocho años,

con posibilidad de reelección, “pero sin insistir en la presidencia vitalicia de Bolívar”18.

Los seguidores de Santander buscaban, por su parte, un periodo de cuatro años sin

reelección. Las pugnas entre estos bandos no se pudieron resarcir, los bolivarianos

abandonaron la convención, y en cabeza de Rafael Urdaneta los bolivarianos proclamaron a

Simón Bolívar dictador de Colombia en Junio. Para esto Bolívar contó con el apoyo de los

18
PALACIOS, Marco y SAFFORD, Frank. Colombia: País fragmentado, sociedad dividida, su historia.
Bogotá: Norma, 2002. Pg. 259

19
militares, y buscó de forma frenética el apoyo del clero al favorecerlos con la legislación

(aunque años atrás tuviera varios problemas con la iglesia durante el proceso de

independencia, hasta el punto de haber sido excomulgado). Empezó entonces una

persecución abierta entre los partidarios de cada bando, con un Bolívar “Dictador

Libertador”19 bajo el pretexto de la unión hasta enero de 1830 cuando se convocaría otra

convención para redactar otra constitución.

En una dictadura no hay vicepresidencia, por lo tanto Bolívar quería enviar a

Santander como embajador de Colombia ante los Estados Unidos. Sin embargo, los

seguidores de Santander ya estaban maquinando una forma de frenar el poder de Bolívar,

para luego proclamar a Santander como jefe constitucional20. Algunos historiadores señalan

que Santander fue informado del plan, que lo acepto pero sugirió que la conspiración se

llevara a cabo cuando él se encontrara en Estados Unidos, para así no levantar tanta

sospecha. No obstante, los hechos fueron adelantados y Santander aún se encontraba en

Santa Fe. El objetivo de la noche septembrina era asesinar a Bolívar, aunque, como señala

Frank Safford, la idea en un principio era arrestarlo; pero ésta cambió con el trascurrir de

los hechos. Dentro de las varias curiosidades históricas que se pueden encontrar sobre este

hecho, se puede destacar que uno de los conspiradores era el poeta Luis Vargas Tejada,

quien recitó la siguiente estrofa en la misma noche antes de la conspiración:

“Si a Bolívar la letra con que empieza

y aquella con que acaba le quitamos,

19
Ibid. Pg.260
20
Ibid. Pg.262

20
OLIVA, de la paz símbolo, hallamos.

esto quiere decir que la cabeza

al Tirano y los pies cortar debemos

si es que una paz durable apetecemos.”21

Ahora bien, luego de este recuento sobre la noche septembrina se puede establecer

la viabilidad de la analogía de Ramírez. En primer lugar, no pudo haber sido una “noche

septembrina” la situación entre Uribe y Santos, aunque se buscara en el momento una

reforma constitucional como en el caso Bolívar- Santander. El ex presidente Uribe estaba

en busca de una modificación a la constitución para aprobar la segunda reelección, y Juan

Manuel Santos lo apoyaba (hasta tal punto que era la ficha presidencial del continuismo de

Uribe si la reforma no era aprobada por el congreso). La reforma no se aprobó, Uribe no

pudo constitucionalmente ser por tercera vez el “presidente libertador” y Santos fue

elegido presidente por el partido de la U. Por otro lado, es poco probable que Santos

recitara una estrofa antes de una posible conspiración (o golpe de Estado) contra Uribe, ni

muchos menos contra el ex presidente Samper, como se le acusó durante la álgida campaña

presidencial del 2010. Por último, es difícil imaginar a doña Lina alertando a Uribe sobre

un atentado mientras él se bañaba. Que lo obligara a saltar por una ventana del Palacio de

Nariño con pocas ropas para buscar esconderse en un caño, mientras que ella distraía a los

conspiradores, o como lo sugiere Ramírez, a Santos específicamente. Es complicado

21
MOLANO DAZA, Lucas. Apuntes Históricos. Cali: Imprenta Departamental; 1971. Pg. 105

21
conjeturar, pero se podría pensar que Uribe hubiera dicho antes de saltar: “si lo veo le doy

en la cara marica”.

Hay otra entrevista donde se hace una analogía más directa con el ex presidente

Uribe y el proceso de independencia. El 25 de febrero de 2010 se publicó una entrevista en

El Espectador a Gabriel Silva bajo el siguiente título:“La Seguridad Democrática fue la

segunda independencia” ,Gabriel Silva asegura que los logros de este gobierno en

seguridad pasarán a la historia. Se le preguntó al ex ministro de defensa en esta entrevista

lo siguiente: ¿Cómo hacer para bajar la sensación de inseguridad en las ciudades?, y él

respondió: “Lo que pasa es que para la gente ya es indiferente el tema de la seguridad

nacional. Llegará el momento en que los colombianos entiendan que los logros contra las

Farc fueron algo histórico y borren de sus mentes el horror. Casi que entiendan que la

seguridad democrática fue la segunda independencia” Comparar los logros de la

seguridad democrática, en todos sus aspectos, y la independencia permite hacer una

analogía entre los terrores, masacres y crímenes que se cometieron en ambas, y no sólo

desde el jolgorio e inmediatez de una celebración; sólo basta recordar la proclamación de la

guerra a muerte o los falsos positivos, y la presión social que ejercen y ejercían los distintos

bandos en la población para obligarla a tomar posición y bando . Pero no se hace, pues se

apela al anacronismo para legitimar el presente.

En este punto es preciso traer a colación el texto de Renán Silva para profundizar

sobre el anterior caso. El autor cita a Habermas para señalar “los usos políticos del pasado

o usos públicos de la historia”22 , y esto es algo que sucede alrededor de la celebración del

22
SILVA OLARTE, Renán, Op. cit,.pg.284

22
bicentenario. Existe una “demanda de pasado”23 que se modifica para que concuerde con

los intereses del presente; el pasado se manipula para reforzar algunas ideas o

comportamientos como el patriotismo y la nacionalidad. La historia de la independencia en

Colombia es confusa, por lo tanto con una coherencia objetiva no se lograría “una imagen

gratificante, idílica y no problemática”24 de nuestro pasado. Es entonces que algunos

aspectos o hechos se magnifican, otros se acentúan y otros son simplemente ignorados.

Esto es claro con el ejemplo de la propaganda-comercial de El Ejército Colombiano. De

igual manera, la gran mayoría de elementos que hacen parte de la celebración del

bicentenario modifican el pasado para el beneficio de un producto, una marca o un

discurso para generar sentimiento de pertenencia y nacionalismo, pero no hay que olvidar

que “la sangre y el fuego, no el derecho y la cultura, han sido las fuerzas forjadoras de la

nacionalidad”25

Por otra lado, no muy lejano al anterior, la celebración de la independencia es el

pretexto perfecto para que algunos establezcan relaciones entre próceres y políticos

actuales. Uno de los más llamativos es la analogía que se plantea entre Bolívar y Uribe.

Hay una imagen concreta que hace énfasis en esto: una pancarta que se agradece al general

Uribe por salvar la patria –en ésta el ex presidente se sonríe y está vestido con la casaca

militar de Bolívar-. Finalmente la cabeza del tirano fue cortada para reemplazarla con la del

“nuevo libertador”

Pero no importa que descabecen a Bolívar en un retrato, pues es el personaje con

más iconografía de la época de la independencia. Al detallar las pinturas de Bolívar se


23
Ibid. pg. 285
24
Ibid.
25
ARANGO, Rodolfo. Una cuestión estructural. [Consultado el 19 de agosto de 2010]. Disponible en
<http://www.elespectador.com/columna-219786-una-cuestion-estructural>

23
puede observar que existen muchos bolívares, pues dependiendo del pintor la fisionomía

del prócer varía. Unos lo pintaron con facciones definidas, otros con rasgos más toscos,

otros con tez más oscura y otros con menos pelo. Bolívar tiene en las representaciones

distintas cabezas, pero su uniforme militar es una constante. Su casaca roja y azul, sus

medallas, su faja roja, y sus charreteras doradas con tres estrellas se mantienen en los

retratos, su cabeza es la que se inserta en ese cuerpo. Ahora Bolívar tiene un nuevo rostro

en el mismo cuerpo, el de Uribe.

Portada periódico El Tiempo 5 de julio de 2010

24
El “vero icono de Bolívar”26 es incierto. No todos los pintores de la época retrataron

a Simón Bolívar del natural, por lo tanto se remitieron a copiar otros cuadros o a modificar

cuadros viejos para hacerlos pasar como El Libertador (aprovechando la imagen positiva

del prócer). Un claro ejemplo de esto es el retrato de Bolívar a los 29 años que se encuentra

en la Casa Museo Quinta de Bolívar. Alberto Boulton, estudioso de los retratos de Bolívar,

afirma que esta pintura es extraña y única pues representa

a Bolívar en 1812, años antes de que su imagen se

popularizara. Explica que fue en 1819 cuando se empezó

a retratar a Bolívar con rigor, por lo tanto, las pinturas

anteriores son escazas. Boulton concluye que el retratado

en este caso es El Libertador por un análisis que hace

sobre los rangos militares, a pesar que la fisionomía del

personaje diste mucho de otras representaciones. El

investigador señala la diferencia en los rasgos físicos está presente porque el rostro de

Bolívar aún no se había desarrollado: “Es indiscutiblemente Bolívar. Todas las facciones,

que luego estallaron con precisión, estaban germinando ahí con calor y fuerza.”27

No obstante, para Enrique Uribe-White, investigador de la iconografía de Bolívar, el

personaje representado no es Bolívar. Él refuta la tesis de Boulton, y explica que el cuadro

fue retocado en años posteriores a su realización en la nariz y en el rango militar. Explica

Uribe-White que el personaje puede ser en realidad O’Leary, un edecán de Bolívar, por

tener más rasgos sajones que españoles, pero que este personaje fue modificado para que

pasara como El Libertador. Uribe-White señala que los pintores de esa época se

26
Beatriz González
27
URIBE WHITE, Enrique. Iconografía del Libertador. Bogotá: Lerner. 1967. Pg. 29

25
aprovechaban oportunamente de la imagen de Bolívar para vender más cuadros, “no fue

ajeno a los retratistas de ese tiempo, urgidos por retratos del héroe para colocar en

cabildos y llevar en procesiones”28 que retocaran pinturas de otros personajes para

convertirlos en próceres.

El oportunismo también se puede ejemplificar con algunas exposiciones que se

plantearon en torno a la celebración del bicentenario. Algunas instituciones se involucraron

porque no podrían no hacerlo, aunque probablemente sospecharan lo inútil de sus

intenciones. Un ejemplo de esto fue la exposición Confluencias, dos siglos de Modernidad

en la Colección BBVA que se expuso en el Museo de Arte Moderno de Bogotá entre el 19

de marzo y el 23 de mayo de 2010. Ésta fue una muestra itinerante que comenzó en México

en el Museo Nacional de Bellas Artes, pasó por Colombia y terminó en el Museo Nacional

de Bellas Artes de Chile. La exposición buscaba integrarse en estos tres países, “En el

marco de la conmemoración del año del Bicentenario de la Independencia, la entidad

bancaria BBVA trajo a Colombia 60 obras de artistas de los últimos dos siglos de España

y América."29(esta misma información también se podía encontrar en sitios web de México

y Chile, lo único que cambiaba era el nombre del país). Es importante que los bancos

tengan su colección privada de arte, ya sea como una inversión, y que la divulguen como en

este caso, pero el pretexto de hacerlo bajo el bicentenario es forzar un discurso. En Bogotá

los pendones que publicitaban la exposición preguntaban ¿sabes quién vino a celebrar el

bicentenario? Y salía alguna pintura de la exposición y los respectivos logos de

patrocinadores y organizadores (BBVA, MAMBO y BICENTENARIO).


28
Ibid. Pg. 30
29
BICENTENARIO DE LA INDEPENDENCIA DE COLOMBIA 1810-2010. [Consultado el 6 de agosto de
2010]. Disponible en <http://www.bicentenario.gov.co/index.php/informacion/actualidad/confluencias-dos-
siglos-de-modernidad-en-la-coleccion-bbva.html>

26
Ahora bien, para profundizar sobre la exposición es posible comenzar con el texto

que señalaba lo siguiente: “La historia de la modernidad artística se ha contado como un

desarrollo lineal donde movimientos y corrientes se suceden anulando inexorablemente

todo lo anterior. Este modelo historiográfico descuida la variedad geográfica, las

coordenadas culturales e históricas propias de los distintos focos donde se ha desarrollado

la modernidad. Esta exposición propone una lectura nueva articulada por medio de

capítulos que discurren en función de las obras mismas”30. Sin embargo, el curador Tomás

Llorens no logró lo anterior en la exposición, pues estaba organizada por los siguientes

capítulos lineales:

1. La imaginación romántica.

2. El entresiglo XIX/XX. Entre el naturalismo y simbolismo

3. La primera mitad del siglo XX. Vanguardia y tradición moderna

4. La segunda mitad del siglo XX. La condición de la imagen.

En el mismo texto se explicaba que la muestra “propone una reflexión sobre los

últimos doscientos años del arte en España y Latinoamérica (…) El arte asume en esta

época una conciencia del tiempo histórico y un deseo de participar del presente que

llamamos modernidad.”31 Esta conjetura es confusa, pues Llorens señala que el arte de otra

época buscaba participar de un presente que hoy se llama modernidad ¿pero cómo algo del

pasado quiere o puede tener conciencia histórica de un tiempo que no es el suyo sino del

futuro? La frase como tal suena bien, es pomposa, intenta demostrar conocimiento pero su

contenido es impreciso (tal como Colombia es Pasión o Sin igual y siempre igual). La

30
MUSEO DE ARTE MODERNO DE BOGOTÁ. CONFLUENCIAS: dos siglos de modernidad en la
colección BBVA. Catálogo de exposición, 2010
31
Ibid.

27
modernidad es un concepto tan moldeable y tan extenso que casi cualquier hecho o cosa

puede ser modificada pare entrar dentro de sus límites.

Por otro lado, en el aparte de La imaginación romántica se destaca en el texto lo

siguiente: “En un marco histórico de grandes cambios políticos y sociales desencadenados

por la desaparición de relaciones coloniales y la formación de naciones, el romanticismo

fue la primera manifestación del espíritu moderno. En el arte, la clave esencial del cambio

fue la sustitución de la noción clásica de mimesis por la imaginación”32 Esta idea vuelve y

traiciona al mismo Llorrens, pues él explicaba anteriormente que un modelo historiográfico

lineal descuida la variedad geográfica, las coordenadas culturales e históricas, pero él cae

en lo mismo. Al intentar abarcar un campo tan grande, como el español y el

latinoamericano, el curador se olvida de las especificidades de la transición de un sistema

colonial a uno republicano, como en el caso colombiano, en donde hubo muchas

continuidades, rupturas y combinaciones. Por lo tanto, no es del todo correcto afirmar que

el romanticismo fue la primera manifestación del espíritu moderno entre la transición de la

colonia a la nación. El proceso del arte de la colonia a la república es más complejo y no se

puede reducir a un único movimiento, pues se continúo con el mismo sistema religioso

pero con distintos personajes. Es decir, se pasó de pintar al santo para pintar al prócer, y el

mártir religioso paso a ser el mártir de la independencia. Esta idea de sacrificó por la

independencia está más cercana entonces a una representación neoclásica que a una

romántica, pues la exigencia del momento no permitía sustituir la mimesis por la

imaginación. Se necesitaba representar al prócer, era necesario construir la imagen ideal del

héroe, por ende no había lugar para tanta imaginación.

32
Ibid.

28
El hecho que en la colección de la BBVA se encuentre un retrato de Bolívar no es

un pretexto para acompañar “la celebración”. Realmente no había mucha relación entre la

curaduría y el bicentenario, más allá de abarcar obras hechas a lo largo de 200 años. Era un

uso del pasado para insertarse de manera forzosa en un discurso. Había unas obras

interesantes, a pesar del montaje descuidado, pero es una exposición que puede ser montada

en cualquier lugar en cualquier momento sin necesidad de un grito de independencia.

No obstante, algunas exposiciones si tuvieron rigor y marcaron la diferencia por

reflexionar y no solamente celebrar. Un ejemplo es: Palabras que nos cambiaron: Leguaje

y poder en la independencia que se expone en la Biblioteca Luis Ángel Arango desde el 20

de abril hasta el 24 de septiembre. Esta muestra curada por Margarita Garrido aborda el

tema de la independencia desde la circulación de un “conjunto de ideas y un lenguaje con

el que la posibilidad de un orden social distinto al colonial se instaló en el imaginario

social.”33 Abordar el tema del bicentenario desde este punto es interesante, pues como

señala Ángela Pérez en la presentación del catálogo de la exposición, la lucha por la

libertad no fue sólo a través de batallas sino a través del lenguaje pues conceptos nuevos

como ciudadano, soberanía, congreso y constitución empezaron a circular.

La muestra está situada en un lugar de paso en la sede de la biblioteca en Bogotá,

pero la forma en que se exhibe está bien resuelta, el montaje es cuidadoso en no interrumpir

abruptamente el flujo de lectores; es una exposición que puede atrapar a cualquier

desprevenido. Hay algunos libros dentro de unos escaparates y varios pendones con algunas

frases claves e ilustraciones que explican la forma en que los nuevos términos y conceptos

33
GARRIDO, Margarita. Palabras que nos cambiaron: Lenguaje y poder en la independencia. Bogotá: Banco
de la República, 2010. Pg. 8

29
fueron empleados. Sin embargo, es una exposición que demanda mucho interés del

espectador, quien debe entregarse a una soledad demasiado ruidosa. El libro se vuelve un

objeto curioso por haber pertenecido a algún personaje reconocido. Ya no sirve para leerlo,

sino sólo para observarlo. Jorge Luis Borges hizo una reflexión sobre este aspecto de los

libros en una conferencia que tituló “El Enigma de la Poesía” cuando expuso lo siguiente:

“Hablando del obispo Berkeley (…) , me acuerdo de que escribió que el sabor de la

manzana no está en la manzana misma -la manzana no posee el sabor en sí misma- ni en la

boca del que se la come. Exige un contacto entre ambas. Lo mismo pasa con un libro o una

colección de libros, con una biblioteca. Pues ¿qué es un libro en sí mismo? Un libro es un

objeto físico en un mundo de objetos físicos. Es un conjunto de símbolos muertos. Y

entonces llega el lector adecuado, y las palabras –o, mejor, la poesía que ocultan las

palabras, pues las palabras solas son meros símbolos- surgen a la vida, y asistimos a una

resurrección del mundo.”34 Los libros expuestos no pueden ser leídos, pero “renacen” por

la disposición de la exhibición y por el contacto con el espectador. Es entonces, que la

exposición en sí es el contacto entre el objeto-libro y el público, pues es a través de ésta que

se explica el sentido de los símbolos.

Esta muestra también sirve para reflexionar sobre cómo el contenido de algunas

palabras han cambiado o se han modificado hasta el presente, por ejemplo con la trillada

palabra patria. En el catálogo de la exposición se trascribe la definición que dio el

Diccionario de Autoridades de 1737 a esta palabra: El lugar, Cuidad o País en que se ha

nacido”35. Hoy la Real Academia de la Lengua la define así: Tierra natal o adoptiva

34
BORGES, Jorge Luis. Arte Poética. Segunda edición. Barcelona: Crítica, 2001. Pg. 17
35
GARRIDO. , Op. cit,.pg.125

30
ordenada como nación, a la que se siente ligado el ser humano por vínculos jurídicos,

históricos y afectivos. Esta palabra entonces mantiene un lugar de referencia, en el primero

de nacimiento, mientras que en el segundo puede ser adoptivo. De esta palabra nace otra

nombrada con excesos durante el bicentenario: patriotismo. En la exposición hay un cartel

que evidencia un hecho curioso sobre esta. Jorge Tadeo Lozano escribió en 1814 un

diccionario satírico en donde se explicaba esta palabra de la siguiente forma:

PATRIOTISMO (verdadero) ¡quan dulce y honroso es morir por la patria! ¡ Quan

vergonzoso y detestable es ser su sanguijuela!

PATRIOTISMO (falso) Botica vacía, que cada uno llena con el licor que le parece

mas á propocito para embriagar a los demás, y aprovechar su demencia en fines por lo

general no piadoso. Sirve de base para fabricar facciones.

En la celebración del bicentenario se optó por el significado falso de patriotismo

escrito por Tadeo Lozano, pues es una botica vacía que cada uno llena con el licor que le

parece mas é propocito para embriagar a los demás, como se señalo en los casos de

Colombia es Pasión, la W, Bavaria, El Ejército Colombiano, y los otros ejemplos

expuestos.

Otra exposición que posibilita la reflexión, y que abraca el proceso de

independencia de una forma más amplia es “La historia de un grito: 200 años de ser

colombianos” que se exhibe en el Museo Nacional de Colombia desde el 3 de julio hasta el

10 de octubre del 2010. En el sitio web del museo se hace una breve descripción de la

muestra temporal, y desde ahí se evidencia la diferencia y distanciamiento del

31
oportunismo: “El Ministerio de Cultura, a través del Museo Nacional de Colombia,

conmemora el Bicentenario de la Independencia de Colombia con la exposición temporal

Las historias de un grito”36. Ésta exposición conmemora, mientras que Confluencias se

encontraba dentro del marco de la conmemoración.

El guión del Museo Nacional es amplio, va desde el árbol de la libertad hasta la

participación popular femenina, pasando por imágenes de la libertad, soberanía y

territorialidad, los héroes sin rostro, mujeres políticas, la mujer hoy y la monumentalización

del pasado, entre otros aspectos. Esta exposición, que ocupa tres salas del museo, explica el

proceso de independencia desde sus antecedentes y amplía la reflexión hasta nuestros días.

Por ejemplo, en el punto ¿los héroes nacen o se hacen? se hace referencia a la participación

de niños en el ejercito patriota y se señala que José María Espinosa, “la figura central del

arte del siglo XIX en Colombia”37 se alistó a los 14 años. En la cronología que escribe

Beatriz González sobre la vida de Espinosa se cita al mismo pintor para hacer referencia

sobre este hecho: “Me sucedió a mí lo que a otros jóvenes de mi tiempo, que, de la

curiosidad pasamos al entusiasmo, y de meros espectadores nos convertimos en soldados.

Sin saber cómo, fui enrolado en las filas de los patriotas, que engrosaban por instantes, y

me hallé formando en la plaza mayor con mi lanza al hombro”38. De igual modo, se hace

referencia al alistamiento de menores de edad por parte de la guerrilla colombiana actual

con un plotter de una noticia del periódico El Tiempo titulada: Condena de ONU a

36
MUSEO NACIONAL DE COLOMBIA. Las Historias de un Grito: 200 años de ser colombianos.
[Consultado el 1 de agosto de 2010]. Disponible en
<http://www.museonacional.gov.co/sites/bicentenario_site/>

37
GONZÁLEZ, Beatriz. José María Espinosa: Abanderado del arte y de la patria. Bogotá: Museo Nacional de
Colombia, 1994.pg. 7
38
Ibid. pg. 11

32
reclutamiento de menores de las Farc y el ELN. Se explica que en el proceso de

independencia la patria, la palabra que mantenía relación con lugar, era vista como la madre

y los ciudadanos como sus hijos. Por lo tanto, un ciudadano notable era quien luchaba por

la libertad, y el papel de los jóvenes y niños que participaron se exaltó. Sin embargo, se

explica que el concepto de niñez ha cambiado con el tiempo, ahora la ley prohíbe (en

teoría) que los menores de edad participen en un conflicto armado. Es anacrónico juzgar

esa época bajo el concepto que se tiene de niñez en el presente, pero es importante saber lo

que sucedía para entender las continuidades, rupturas y combinaciones en la historia de

Colombia. Esta exposición contiene más reflexiones de este tipo y es una lástima que sea

temporal, y que no exista el espacio para que estas indagaciones perduren y sean

permanentes; más allá de una celebración.

La entrada a un museo en Bogotá cuesta para un estudiante aproximadamente 2000

pesos, salvo los que tienen entrada gratuita como la Biblioteca Luis Ángel Arango y Museo

Nacional (que tiene entrada sin costo hasta el 31 de diciembre de 2010). El 20 de julio

algunos vendedores ambulantes ofrecían un panfleto y un DVD del bicentenario llamado

“así nación nuestra patria…” con la siguiente consigna: 200 años de historia por 2000 pesos

pesos. Este producto explica algunos datos de forma superficial y tiene unos videos

“piratas” grabados al azar, sin ningún orden, ninguno se relaciona con el anterior. La frase

de adquirir 200 años de historia por 2000 pesos era falsa, pero la forma en que se

promocionaba y la manera en que está hecho el producto si condensan, de cierto modo, a la

cultura colombiana, la del rebusque, de vender algo diferente a lo prometido, del desorden

y en la no importancia del resultado. No fueron solamente las empresas, los políticos, o los

museos que se sumaron a la celebración promoviendo un producto o un discurso errado,

33
sucedió también en las calles. Son más de 200 años de confusión, de extrañeza, pero

algunas veces en la mentira se encuentran indicios de verdad. Bolívar dijo alguna vez que

la única cosa que se podría hacer en América es emigrar, las propagandas de Colombia es

Pasión terminan con la siguiente frase: el riesgo es que te quieras quedar.

34
Lecturas:

ARANGO, Rodolfo. El abuso de los símbolos nacionales. [Consultado el 1 de agosto de

2010]. Disponible en <http://www.elespectador.com/columna-205281-el-abuso-de-los-

simbolos-nacionales>

________ Una cuestión estructural. [Consultado el 19 de agosto de 2010]. Disponible en

< http://www.elespectador.com/columna-219786-una-cuestion-estructural>

BICENTENARIO DE LA INDEPENDENCIA DE COLOMBIA 1810-2010. [Consultado

el 6 de agosto de 2010]. Disponible en

<http://www.bicentenario.gov.co/index.php/informacion/actualidad/confluencias-dos-

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BLANCO-FOMBONA, R. Bolívar y la Guerra a Muerte: época de Boves, 1813-

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35
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Anfictiónicas, 2000
36
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Crítica.Edición Especial. Revista del Departamento de Historia de la Facultad de Ciencias

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URIBE WHITE, Enrique. Iconografía del Libertador. Bogotá: Lerner. 1967.

37

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