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Actualmente, muchas personas que no tienen interés en curar han aprendido, a través de la práctica, cómo
callar la parte externa o consciente de la mente y reducirla a un nivel meditativo en el que puede hacerse
contacto con la mente interna. La meditación es ciertamente una manera excelente de obtener esto, pero
aprender a practicarla con éxito toma tiempo, normalmente más de lo que los estudiantes están dispuestos a
dedicarle. Por tanto, se buscó y encontró otro método más rápido que consiste en distraer el consciente
dándole diariamente una tarea ordinaria que hacer.Este es un procedimiento que muchos han encontrado
efectivo. Hay muchos otros, pero se sugiere que para empezar, ensaye este "teléfono mental".
El sistema del teléfono mental fue concebido y experimentado por Ben Bibb para ayudar a sus alumnos a
llegar a la parte interior de la mente de la persona que iban a curar. Es en realidad muy sencillo. Todo lo
que requiere es imaginación y un poco de concentración. Algunos logran un contacto satisfactorio en su
primer intento; a otros les toma un poco más de tiempo. Como cualquier otra cosa que vale la pena
aprender, requiere alguna práctica-pero no demasiada-, ni siquiera la práctica es necesaria para aprender a
tocar aún el instrumento musical más sencillo; es más como un método de ensayo y error, algo así como
aprender a andar en bicicleta. Una vez que adquiere el hábito, puede volverse diestro en un corto tiempo.
Antes de intentar un contacto de teléfono mental, o un contacto mental por cualquier otro método, deben
cumplirse las tres siguientes condiciones.
REQUISITOS BASICOS
1) Realmente querer hacer un contacto de mente a mente. Si no lo desea, no lo intente. Como podrá
imaginar, una actitud mental negativa solo puede conducir al fracaso.
2) Debe haber una persona determinada con la cual quiera hacer contacto. Esta persona no necesita ser un
conocido o amigo; esa persona ni siquiera necesita ser su conocida. Pero usted debe saber el nombre, la
edad, el sexo y la dirección o ubicación de la persona cierta (no imaginaria) con la que intente tener
contacto.
3) Esta persona debe tener una enfermedad o una lesión que usted desee curar. Su contacto mental debe
tener un propósito,una intención de hacer el bien o ayudar a esa persona. No tiene caso que se intente hacer
un contacto solamente para decir hola o para hacer la prueba. Su mente interior verá esto como frívolo y se
rehusará a cooperar.
COMO PRACTICAR
Consiga en una papelería un paquete de tarjetas de ocho por trece centímetros. Pida a sus familiares y
amigos los nombres de personas que podrían necesitar ayuda. No importa que sea por el resultado de un
accidente reciente o una enfermedad larga. ponga cada nombre en una tarjeta separada junto con la
dirección (o ubicación general) del enfermo, su edad aproximada y el problema que requiere corrección.De
veinte a veinticinco nombres deben ser suficientes. Después trabaje con cada uno de estos nombres
rotándolos hasta que empiece a tener buenos contactos. Usted aprenderá practicando. En una semana o dos
cuando más, empezará a tener una respuesta de la parte interior de la mente de una de las personas con las
que está tratando de hacer contacto. Frecuentemente le dará la bienvenida a su ayuda y sugerencias.
Algunas serán apáticas; con éstas tendrá que usar su ingenio para obtener su interés. Rara vez obtendrá un
franco rechazo.
En tales casos hay casi siempre una razón emocional involucrada. Si así es, busque alguna clave emocional
que los guíe hacia una solución. He aquí un ejemplo.
UN PROBLEMA RARO
Una señora S. tiene tres pequeñas hijas. Cuando tenían seis, cuatro y dos años respectivamente, su madre
llamó desde Chicago, donde vivían, y pidió ayuda para la segunda hija, Juanita, de cuatro años de edad.
Más o menos una vez cada dos o tres días tenía convulsiones. Gritaba y,alternativamente, se ponía rígida y
temblaba sin control. Entre un ataque y otro parecía ser normal. El pediatra confirmó esto y dijo que no
sabía qué hacer para ayudarla. Tomé la responsabilidad del caso y, cuando hice contacto mental con la
pequeña Juanita, me sorprendí al oír su respuesta en una voz fastidiada y de adulto diciendo, "Déjenme en
paz, yo sé lo que estoy haciendo". Al principio estaba perplejo, pero después comprendí.
Como era la niña de en medio, ni la mayor ni la menor, se sintió relegada y estaba empleando
inconscientemente estos berrinches para llamar la atención. Expliqué a la mamá mi interpretación de la
situación y le sugerí que le hiciera a la pequeña Juanita manifestaciones especiales de cariño por algún
tiempo. La señora S. así lo hizo. Aparentemente esto era todo lo que se necesitaba, pues los paroxismos
terminaron y no han vuelto a aparecer.
*Volviendo a sus tarjetas con nombres, algunas de estas serán de gente conocida y otras de personas de las
que nunca ha oido hablar y no sabe nada de ellas. No hay necesidad de hablar con ninguna acerca de lo que
está haciendo o tratando de hacer.En la mayoría de los casos es mejor que no lo haga. Como está iniciando
el aprendizaje por este camino y no ha adquirido aún la confianza que viene de lograr éxitos repetidos, se
crea un aumento de consciencia propia por parte del sujeto acompañado por el escepticismo normal, que
bloquearán decididamente sus esfuerzos de hacer contacto con la mente interna de aquella persona.
Siga con las tarjetas en rotación y haga un intento de hacer contacto con cuatro o cinco nombres por lo
menos una vez al día. Emplee unos cinco minutos en cada nombre. Empiece imaginándose que está
hablando por teléfono con la persona con quien desea estar en contacto. Recuerde que las cosas que
imagina, tienen su propia realidad. No es una realidad tridimensional que se pueda percibir por sus cinco
sentidos y, por lo tanto, puede ser rechazada como no existente por la mente consciente.
La mente interna, sin embargo, ve y acepta su creación imaginaria por el tipo de realidad que es y, lo que es
importante aquí, lo mismo hará la mente interna de la persona que esté tratando de curar.
PRIMEROS CONTACTOS
Una vez que haya hecho su llamada telefónica, imagínese que alguien contesta. Cuando lo haga, aun
cuando no entienda lo que dice, diga su nombre, diga que un curador y pregunte si necesita ayuda. Diga:
"creo que su cuerpo puede estar sufriendo. ¿Le gustaría que tratara de curarlo?
Si en su imaginación recibe una respuesta, cualquier respuesta salvo un franco "NO", entonces pregunte:
"'¿Quisiera indicarme la parte de su cuerpo que necesita atención poniendo su mano sobre ella?
Si en la imaginación ve una mano moverse hacia una parte en particular, sabrá que ha hecho contacto. No
ponga esto en duda, acéptelo como un hecho.
Es importante encontrar la causa de la molestia. Puede determinar exactamente qué está mal preguntándolo
a la subconsciencia del sujeto, y también examinando el cuerpo etéreo del paciente.No se atenga a la forma
como el problema haya sido diagnosticado por los hospitales y doctores. Muy a menudo tienen razón, pero
algunas veces su juicio puede estar equivocado. Usted puede obtener información exacta de primera mano
solamente viendo a la persona que sufre, como se explicará más adelante.
Esté seguro de examinar completamente al sujeto y pídale al subconsciente que le señale el área donde está
el problema. Entonces sabrá qué debe hacerse para efectuar la curación.
Siéntese comodamente en un sillón, respire con fuerza tres o cuatro veces y,cuando esté completamente
relajado, déjese sumergir en una especie de sueño diurno en el cual se encuentre parado junto a la persona
que requiere ayuda. Por supuesto esto es puramente imaginario y su consciente, que lo considera solo como
un sueño diurno,generalmente no interferirá. Una vez que haya creado esta imagen mental y se vea parado
junto a la persona que va a ser curada, tómese algún tiempo para observar al paciente y algo de sus
alrededores. De esta manera sutil puede transportarse de lo imaginario a lo real.
OLVIDESE DE USTED
En ambos métodos anteriores y, desde luego, en todos los contactos mentales, cualquier consciencia de sí
mismo de su parte romperá el contacto, por tanto, olvídese de sí mismo. Piense solamente en la persona
que quiere ayudar y cómo podrá proveer la ayuda necesaria. Cualquier clase de retroceso para ver cómo
está trabajando y aun acomodar su silla o cruzar las piernas evitará el contacto. Su propósito es emplear su
mente interior para hacer contacto con la mente interior de la persona que va a ser curada y, aun la menor
desviación de ese propósito, tenderá a romper el contacto. Una buena concentración es, por lo tanto,
necesaria. Podrá ser difícil al principio, conservar un estado de sueño diurno, pero después de algunos
contactos exitosos quedará tan absorto en lo que estáhaciendo y la reacción que obtiene de la persona que
estáayudando que ya no tendrá que preocuparse por la intrusión de su mente consciente.
La descripción llena de calor del primer contacto de mente a mente de la señora Whitten le ayudará a
entender algunas de sus propias experiencias.
Aquí tenemos otro reporte, hecho por una exitosa curadora graduada, el de la señora Joyce Dix, de West
Palm Beach, Florida.
- Primero veo el aura de la persona. Esto me da una medida para comparar todas las observaciones
subsecuentes. En seguida trato de conocer el "sentimiento" de la estructura de la mente de la persona
¿Quiere ser curada? ¿Tiene mala salud? ¿Será cooperativa? Todo esto lo hago antes de hacer alguna
pregunta. Basada entonces en las impresiones así obtenidas, procedo a buscar la enfermedad y cómo puede
ser curada. La señora Dix menciona aquí el aura del sujeto. Las auras serán explicadas en un capítulo
posterior, así como un método para interpretar la información que ellas nos proporcionan. Antes de ir ahora
a las instrucciones para curar, debe saber algo acerca de la mente humana. Usted puede convertirse en un
curador perfectamente competente sin esta información específica, por lo que puede, si lo desea, pasar por
alto esta parte, e ir directamente al encabezado "Cómo Curar". Si desea, sin embargo, comprender cómo
trabaja la mente, lea esta sección antes de ir más adelante.
1. El consciente
2. La mente interna o subconsciente
3. La mente superior, algunas veces llamada alma
Ya que es importante para usted entender cómo funciona cada una, se describen aquí de la manera
siguiente:
El consciente es el único del que la mayoría de las personas están enteradas. Es totalmente dependiente del
cerebro, que es nuestro contacto con el mundo físico a través de los sentidos de la vista, oído, tacto, gusto y
olfato. Estos sentidos registran las impresiones que reciben de los estímulos físicos del exterior y después
los mandan al cerebro, el cual los registra y luego los traduce a su vez al consciente. Estas impresiones se
graban también permanentemente en la mente interior, sin que la mente consciente esté enterada de ello.
Estamos todos inclinados al error, perfectamente natural, de suponer que el consciente es la mente, y por lo
tanto el yo completo. No es así. No hay duda de que controla, la vida y la mayoría de las acciones
voluntarias. Como los estímulos a nuestros cinco sentidos exteriores son tan poderosos, y a menudo tan
llamativos, tenemos la tendencia a ignorar nuestros otros sentidos, nuestras otras fuentes de información.
Un eminente psiquiatra, el doctor Lindsay Jacob, dice que tenemos por lo menos treinta sentidos y cita
como ejemplo, el sentido del equilibrio, el sentido de agotamiento físico y emocional, el sentido de fatiga
muscular y muchos más. Todos estos sentidos mandan información a la mente interna así como a su
contraparte consciente, pero a menudo el consciente no la toma en cuenta. Otra debilidad del consciente es
que trabaja enteramente a través del cerebro, y si este órgano tiene alguna lesión y está inhibido en
cualquier forma,el funcionamiento del consciente se deteriora igualmente. Se insiste en estas limitaciones
del consciente para que pueda darse cuenta de la parte tan importante que en la vida humana tiene el
subconsciente.
El subconsciente tiene igual importancia que el consciente y, en muchos sentidos, es más poderoso, por lo
que es necesario que conozca y comprenda algunas de sus funciones. La fuerza subconsciente puede hacer
cosas asombrosas, muchas de ellas imposibles desde el punto de vista consciente. Construyó el cuerpo
humano, su cuerpo, de una sola célula. Comparado con esto, el curar una herida o corregir un mal
funcionamiento del cuerpo es una tarea relativamente insignificante. ¿Puede imaginar que su mente
consciente, su sentido actual de conocimiento, realice tal milagro? La fuerza subconsciente no solo hizo su
cuerpo, sino que lo mantiene funcionando veinticuatro horas al día.
¿Tiene idea de cuán formidable trabajo es éste? ¿Puede imaginarse tan solo tratando de mantener los
latidos de su corazón por medio de impulsos conscientes? No viviría más de cinco minutos. No cometa el
error de considerar los latidos de su corazón como "automáticos". Solo a su mente consciente le parece ser
así. Todas las funciones de su cuerpo, incluyendo la respiración, la digestión, la eliminación, etcétera, están
dirigidas inteligente y continuamente, pero ya que esta actividad está por debajo del conocimiento de la
mente consciente, deseche por completo la idea de la función, como "automática". No hay nada erróneo
con esto. De hecho, esta es la manera como debe ser para darle al consciente y a su herramienta, el cerebro,
una oportunidad para desarrollarse. Este proceso de desarrollo tiene todavía un largo camino que recorrer,
como lo indica el hecho de que usemos, en promedio, menos del diez por ciento de la capacidad de nuestro
cerebro. Cuando hacemos a un lado a la mente interior, descuidamos un instrumento muy poderoso que
está ahí para nuestro uso, con solo que tratemos de utilizarlo. En primer lugar, podemos usarlo para
curarnos y curar a los demás. El propósito de este curso es enseñarle como.
Cuando inició su existencia, su mente interior fue programada para crear un cierto tipo de cuerpo y
conservarlo funcionando fluidamente, o tan fluidamente como su consciente y sus emociones lo
permitieran. La mente interior no razona, ni hace juicios, ni toma decisiones, sino que, generalmente,
acepta incondicionalmente las actitudes adoptadas por su naturaleza consciente. Puede ser alcanzada, sin
embargo, y seguirá generalmente sugestiones constructivas. Es esta buena voluntad para aceptar las
instrucciones lo que empleamos para curar.
En la mente superior o alma es en donde el "Yo", el "Self" real, reside normalmente. Esta parte es la más
poderosa y, cuando se le requiere, puede manejar la materia física y los acontecimientos tan fácilmente
como sus manos pueden modelar la arcilla húmeda. En la presente etapa del desarrollo humano promedio,
y esto se aplica a la mayoría de nosotros, permanece distante de manera que el consciente, por medio de
ensayos y repetidos errores, puede conocer la verdadera naturaleza de la energía y cómo utilizarla mejor.
Solo en raras ocasiones nos acercamos al alma en nuestro trabajo curativo. Aprenderá, a medida que
adelantemos, cuándo y cómo hacerlo.
COMO CURAR
Es necesario darse cuenta de que usted mismo, como todos los demás, tiene estas tres entidades mentales
en funcionamiento. Como hemos dicho, pocas personas tienen conocimiento de algo más de que lo que su
consciente les muestra. Para trabajar con nuestros métodos curativos, deberá aprender a distinguir la mente
interior del consciente, y estar capacitado para hacer contacto con estas entidades. Porque es la fuerza
subconsciente del paciente la que , en la mayoría de los casos, realiza la curación.
También le comunicará a usted, el curador, la naturaleza exacta y la ubicación de la lesión o el mal
funcionamiento, de manera que se pueda hacer una apreciación precisa.
Los métodos para hacer este contacto y obtener la información necesaria han sido descritos con
anterioridad en este capítulo.
Ahora estudiaremos las diversas técnicas curativas que pueden emplearse en la Curación Televisual.
He aquí un breve resumen del método usado con más frecuencia:
1. Póngase en contacto con la mente interior del paciente y observe la verdadera naturaleza de la lesión o el
mal funcionamiento.
2. Utilice imágenes mentales para mostrarle a la mente interior del paciente cómo corregir esto.
3. Proporcione energía curativa e instruya a la mente interior del paciente sobre cómo obtener la energía
necesaria para realizar y mantener la curación.
4. Vea al paciente perfectamente curado después rompa el contacto suavemente y no piense más en ello por
el momento, aun cuando el tratamiento se pueda repetir más tarde.
Hemos visto cómo hacer contacto con la mente del paciente y conocer de esta manera la verdadera
naturaleza de la enfermedad y su causa. Ahora, ya con esta información, proceda al paso 2, o sea
la técnica televisual curativa . Como se dará cuenta, el nombre de televisual es muy adecuado, como lo es
también el descriptivo nombre de telepic.
El contacto de mente a mente es la forma más antigua de comunicación entre los seres humanos.
Existió mucho tiempo antes de la aparición del lenguaje y, es un medio de transferir impresiones.
Inicialmente eran solo sensaciones pero en nuestros agitados días, las imágenes muestran las impresiones
mucho más claramente que las sensaciones, y aún más que las palabras. Las palabras especialmente no son
dignas de confianza porque ellas, también, son símbolos y a menudo no significan lo mismo para cada
persona. Por el contrario, una imagen que se muestra claramente es inequívoca.
La técnica de mandar una imagen de una mente a otra se llama método televisual o telepic.
La imaginación es muy poderosa y tiene muchas mayores capacidades de las que nosotros, como raza,
hemos concebido, y mucho menos reconocido. No estoy hablando de la fantasía, que no es más que un
flojo tejido de la imaginación, sino del duro proceso creativo de la imaginación.
Debe saber que cada gran invención humana, cada descubrimiento de la ciencia, cada gran creación del
hombre, primero existió en la imaginación de alguien como una idea. Cada paso hacia adelante de la raza
humana se inició con la imaginación de una o más personas.
Estos hechos por sí solos deben darle un concepto del poder de la imaginación. Lo que se sugiere aquí es
que le dé a su imaginación el respeto debido y luego aprenda a emplearla con utilidad, en lugar de no
tomarla en cuenta como hacen muchas personas. Si empieza imaginándose que está haciendo contacto con
el paciente, lo hará en realidad, si persevera. Si durante ese contacto le hace ciertas sugestiones a la mente
interior del paciente, las comprenderá y generalmente las pondrá en práctica como usted le indicó.
Recuerde, el consciente siempre piensa y se comunica por medio de palabras, pero la mente interior emplea
impresiones, generalmente imágenes.
En la mayoría de los casos esta indicación corroborará el diagnóstico de los doctores que lo han atendido o,
si la persona no ha sido tratada por un médico, probablemente indicará el lugar donde tiene molestias. Si su
observación difiere del diagnóstico del médico, de cualquier manera guarde sus impresiones para usted
mismo. No debe nunca, bajo ninguna circunstancia, anunciar que ha diagnosticado tal o cual condición.
Sus observaciones son puramente mentales y son solamente para ayudarlo en curaciones mentales.
Nunca se ponga en oposición a la profesión médica, aun cuando pueda estar convencido de que está en lo
correcto y que el diagnóstico médico está equivocado. Decirlo tan abiertamente sería pura vanidad de su
parte. Seguramente que su ego no necesita esa clase de apoyo. Cure a la persona si puede y no diga nada.
1. No es necesario tocar a una persona a quien se le ha pedido que cure. En nuestro trabajo mental esto no
es necesario, pero cuando tal contacto parezca aconsejable, use ligeramente las puntas de los dedos: !No dé
masaje!
2. Nunca le diga al paciente, o a alguien más, lo que usted cree que es la causa de la molestia, si está fuera
contraria al diagnósitco médico. Guarde sus observaciones solo para usted, y úselas solamente como una
guía de sus propios esfuerzos curativos.
3. Nunca prescriba ejercicios o masajes y nunca recomiende medicamentos de alguna clase, internos o
externos. Recuerde que usted cura Mentalmente.
4. Si creyera que cierto tratamiento físico no recomendado por el médico pudiera acelerar la recuperación,
haga que el paciente le pregunte a éste si, en su opinión, podría ayudar. Por ejemplo, quizá un masaje
externo dado con aceite de ricino caliente pueda servir como remedio para dolores artríticos. Por lo
general, la contestación del médico será "Yo no sé, pero si quiere intentarlo, hágalo. No puede hacerle
daño"; también podría decir: "Por ningún motivo", en ese caso, no lo vuelva a mencionar.
Tenga siempre en mente los consejos precedentes. Recuerde que no está en competencia con la profesión
médica, y cualquier intento, de su parte en ese sentido, vendrá más del deseo de acrecentar su ego que de
ayudar al paciente. Coopere con los médicos y refuerce sus esfuerzos de cualquier manera que pueda. Los
conocimientos de ellos y su experiencia son mayores que los nuestros; tratan y ayudan a curar a millones
de personas al año. Usted aprenderá que nuestro trabajo ocasionalmente da resultado con personas que no
han respondido a tratamientos médicos; algunas veces son descritas como incurables, fatales, etcétera.
Entonces nuestro trabajo consiste en presentarle visualmente a la mente interior del paciente una técnica de
reparación que puede emplear para liberar su cuerpo del recalcitrante crecimiento de la lesión o la
enfermedad.
Si tiene éxito en donde los procedimientos médicos habituales aparentemente fallaron, quede agradecido de
este privilegio. Bajo ninguna circunstancia haga comparaciones. No pasará mucho tiempo antes de que la
profesión médica incluya nuestros métodos mentales curativos junto con los actuales tratamientos químicos
y de cirugía. Mientras tanto, haga lo que pueda para ayudar a los demás. Encontrará, estoy seguro, que la
mayoría de sus tratamientos serán para enfermedades relativamente menores como inflamaciones de
garganta, codo de tenista, un diente cariado, y otras por el estilo. Cuando sus amigos y parientes sepan que
puede ayudarlos, ellos probablemente lo buscarán antes de pensar en ir a ver a un doctor.
Eso está muy bien. Es bueno para usted, y si los ayuda a robustecer su salud, es bueno para ellos, también.
Usted podría visualizar un tubo con una substancia espesa de color café, y consistencia de miel que escurre
a través del mismo. Para muchos esto indicaría diabetes, pero otra persona podría ver, para la misma
enfermedad, manchas blancas en la sangre, que simbolizan cristales de azúcar. Por supuesto, a medida que
proceda a manejar veinte o treinta casos podrá ver una imágen del paciente cuyas acciones transmitirán
más claramente cuál es el problema. La mayoría de los curadores obtienen impresiones simbólicas antes de
que alcancen una buena visión mental. Esto se debe a su propio consciente, que está inclinado a resistir lo
que considera como una intrusión de la mente interior dentro de su propio dominio. En cierta forma, es
necesario que la mente interior sea cauta al presentar información obtenida mediante un contacto mental. Si
el consciente considera estas impresiones solo como un sueño diurno, las dejará pasar. Más adelante,
cuando tenga más confianza y mayor control, estas sutilezas no serán ya necesarias.
Ya que todos somos un individuo diferente, debe esperar que la mayoría de las impresiones simbólicas que
recibe serán definitivamente solo las suyas. No deseche ninguna impresión. Trate de comprender lo que su
mente interior está tratando de transmitirle al consciente. En este trabajo debe aprender a confiar en su
imaginación. Algunas veces obtendrá un retrato mental del paciente tal como él o ella aparecen
físicamente. Más, a menudo, sin embargo, su impresión será del funcionamiento interior físico y etéreo del
organismo del paciente. Debemos trabajar con lo que obtengamos. Esto no es fantasía, como dos o tres
curaciones exitosas pronto lo demostrarán. Solo retenga el juicio sobre su impresión. Déle una buena
oportunidad y se sorprenderá de lo rápido que obtendrá resultados tangibles. Cuando tenga un retrato
mental de la apariencia física del paciente, por lo general es mejor empezar con una conversación mental.
Puede dar su nombre, decir que quiere ayudar y cortésmente preguntar si el paciente quisiera recibir su
ayuda. Si la respuesta es afirmativa, entonces diga: "¿Dónde está su mal? Enséñemelo apuntando su
ubicación". La indicación que resulte, si está de acuerdo con el diagnóstico que los doctores han
hecho,debe guiarlo desde ese punto en adelante. A menudo, sin embargo, tendrá solo una impresión del
cuerpo etéreo o de energía del paciente.
En una persona normal saludable, este cuerpo de energía es brillante y centelleante, por lo que, si observa
un área oscura o turgida sabrá que ese es el lugar donde reside el problema. Algunas veces el cuerpo etéreo
tendrá uno o más huecos. Esto normalmente indica que existe una malignidad en esos lugares.
Con el fin de que pueda tener una idea general del nombre y ubicación de los varios órganos del cuerpo
humano, aparecen aquí algunas ilustraciones que muestran la estructura ósea y los órganos principales.
Debe estudiarlos.
El calmarla le daría solo descanso temporal y su dolor de cabeza volvería la siguiente vez que su marido
"se enojara (reventara de ira)". Después de un momento de duda se me ocurrió una solución: aislarla de los
estímulos emocionales indeseables. Le enseñé a fortalecer su aura aumentando su reserva de energía
psíquica, a constituir un muro de resistencia. El método consistía en verse a sí misma rodeada de una nube
rosa cuyo perímetro exterior sería suficientemente fuerte para impedir la intrusión de la violencia
emocional no deseada: como si estuviera dentro de un gran huevo rosa. Le enseñé a que creara esto ella
misma una vez al día. Cuando le pregunté cómo se sentía, algunas semanas más tarde, me dijo: " Oh, bien
gracias. Ya no tengo dolores de cabeza, cuando el viejo revienta, solamente me relajo y dejo correr su enojo
sin tocarme, como el agua se resbala por el lomo de un pato".
Se sugiere, por lo tanto, que además de la técnica del teléfono, también repita el ejercicio para alcanzar el
nivel de meditación. Para practicar podría reunir veinte o treinta nombres de personas que no conoce, y que
necesitan ayuda, y tratar de hacer contacto con ellas. No se le deberá decir en qué consiste su problema.
Esto usted lo deberá encontrar por medio de los contactos mentales.
Escriba lo que averigue en una tarjeta con el nombre de la persona y luego trate de comprobar la exactitud
de su apreciación. Nos damos cuenta de que algunos estudiantes encuentran dificultad para poner su
consciencia activa en el nivel de meditación, el llamado nivel Alfa. Como usted sabe, hay diferentes
métodos: Lo que una persona encuentra fácil no lo resultará para otra. Pero antes de ir más lejos con
instrucciones curativas, describiré otras técnicas de meditación.
Si lo que ha estado haciendo durante una o dos semanas no le ha dado resultados satisfactorios, pruebe uno
de estos métodos. Déles una oportunidad; no es fácil poner en quietud el consciente. Se requiere práctica, y
algunos deben esforzarse más tiempo que otros antes de tener éxito.
Otro curador con éxito sugiere que al principio el estudiante dedique por lo menos quince minutos diarios
para desarrollar un contacto con la mente interna. Dice que es mejor sentarse derecho en una silla donde no
vaya a ser molestado y, con los ojos cerrados, proceder a relajarse completamente. Además de relajar
conscientemente sus músculos, uno por uno si fuere necesario, debe hacer varias aspiraciones profundas
exhalando cada una muy lentamente. Después, cuando se haya relajado, pida a Dios o al Cosmos que le
ayude a alcanzar a la persona que va a ser curada. Continúa diciendo: este afinamiento es una cosa sutil que
no se puede describir fácilmente con palabras. Es como estar semiconsciente, a medio camino entre la
vigilia y el sueño.
Otro curador aconseja al estudiante sentarse tranquilo y equilibrado evitando tanto la rigidez como la
postura demasiado floja. Cada músculo debe estar conscientemente relajado, especialmente los músculos
del cuello, el maxilar y hasta las cejas. "Cuando el cuerpo esté relajado", dice, "ponga atención a la mente".
Suavemente traslade el centro de su atención de la parte de afuera hacia la parte interna de su cabeza. Si sus
pensamientos se dispersan, como es probable que ocurra, atráigalos cuidadosa y suavemente, no en forma
abrupta. "Algunas veces ayuda enfocar los pensamientos en equis abstracción elevada, como la sabiduría,
la belleza, la bondad, o la gratitud por alguna ayuda extraordinaria que se haya recibido. De esta manera se
eleva la consciencia de las cosas que están a nuestro alrededor hacia el cielo azul".
Notará que los métodos recomendados para sus alumnos por estos tres diferentes y muy famosos curadores
son todos semejantes. Son veredas que conducen al mismo hermoso jardín de la armonía con el yo interior.
Ensáyelos todos y seleccione uno de ellos, o cualquier otro método, y practíquelo diario hasta que tenga
éxito. Esto no debe tomar mucho tiempo. Algunos alcanzan la buena armonía en una semana; otros en dos
o tres semanas, dependiendo de qué tanto se dedican a lograrlo.
No hay nada que haya enseñado Ben Bibb que usted no pueda lograr si al menos lo intenta. Cientos lo han
hecho, ¿por qué usted iba a ser diferente?
En los capítulos siguientes se analizarán varias dificultades, enfermedades y otros problemas humanos, y se
describirán sus tratamientos, cada uno por separado. Sin embargo, es básico para tener éxito con este
método la capacidad de conseguir que su propia mente interior haga contacto con la mente interior de la
persona que requiere ayuda y, entonces, enseñar con imágenes mentales lo que debe hacerse.
Este es el secreto. ! Que el éxito corone sus esfuerzos !
Cortadas o rasgaduras en la piel, contusiones superficiales o internas y fracturas de huesos son las lesiones
más comunes en los accidentes. Además del daño que pueda haberse causado, hay siempre dolor, por lo
que, al discutir los mejores métodos de curar estas lesiones accidentales, consideraremos primero que nada
el dolor y cómo aliviarlo. Dolor. Es obvio que la mejor manera de librarse del dolor es encontrar y
eliminar su causa. A menudo puede hacer esto bastante aprisa, como en el caso de heridas en la piel.
Algunas lesiones, como fracturas, requieren más tiempo, de dos a cuatro días, dependiendo de la
complejidad de la fractura y de la cantidad de energía vital que la mente interior de la víctima es capaz de
dedicar al problema. En estos casos, el dolor continúa a menos que se actúe de inmediato para disminuirlo
o quitarlo enteramente.
En general, el mejor procedimiento, después de hacer contacto con la mente interior de la víctima, es
instruirla para que se ponga en calma y tranquilice los nervios agitados. Como ya se ha dicho, esto se hace
por medio de la visualización. Hay muchas maneras de hacerlo. Conforme prosiga este trabajo y gane
experiencia, encontrará la técnica que le acomode mejor. Aquí, por ejemplo, se dan algunos de los métodos
que se usan con éxito por estudiantes como usted. Si alguno de ellos se ajusta más a su manera de pensar,
no lo piense, úselo para sus curaciones psíquicas.
En una ocasión me di cuenta de que podía aliviar la molestia de una severa y persistente tos. Una noche,
cuando, estaba por salir de casa, mi hija de diez años de edad se quejó de tos. Le di una pastilla y la metí en
la cama antes de salir a las 7:30 p.m. Cuando regresé a medianoche, encontré que la niña no había podido
dormir. Su tos había empeorado progresivamente y era tan violenta que había tenido náuseas y vómito. La
coloqué boca abajo en su cama y puse la mano derecha en la parte trasera de su cuello, tocando con los
dedos el área del cráneo; después hice fluir la poderosa energía azul-blanca a través de mis brazos hacia el
área cubierta por mi mano. Después de haber hecho esto, tosió solamente una vez y, después de cinco
minutos, estaba profundamente dormida. Durmió todo el resto de la noche y despertó sintiéndose radiante y
fresca y muy aliviada.
De los ejemplos dados, podrá ver que estos dos curadores emplean energía curativa blanca para reducir el
dolor. Cuando la persona lesionada está presente, esta energía puede ser transmitida al área afectada a
través de las manos del curador. He aquí lo que debe hacer: aspire profundamente, detenga el aire durante
un momento y después déjelo salir lentamente. Repita esto tres o cuatro veces y, a medida que lo vaya
haciendo, visualice mentalmente la energía psíquica acumulada alrededor de su cabeza y hombros en forma
de una brillante nube blanca. Empezará a sentir una sensación de hormigueo. Cuando note esto, mande la
energía hacia fuera, visualizando que fluye de la nube blanca a través de sus hombros, por sus brazos, y
fuera de sus manos en forma de un chorro blanco y brillante sobre y dentro del lugar donde el dolor está
localizado.
Todos los casos anteriores implican un contacto físico o un acercamiento. Algunas personas se sienten más
confiadas del éxito cuando pueden ver y tocar a la persona que tiene el dolor. Sin embargo, la mayoría de
los curadores trabajan en forma igualmente efectiva a distancia, ayudando algunas veces a una persona que
nunca han visto y que quizá nunca vean de carne y hueso.
Mi hermana, Joyce Boden, tiene 29 años y vive en Fairless Hills, Pa. Desde hacia algunos años había
tenido lo que ella llama una "rodilla de Joe Namath". Ocasionalmente la rodilla se le sale fuera de la
articulación, siempre inesperadamente y, con frecuencia, en los lugares más inoportunos. El dolor y la
molestia generalmente le duran más o menos seis semanas. Usa un soporte en la rodilla pero, como trabaja
en un salón de belleza y tiene que pasar muchas horas de pie, no le ha dado muy buen resultado.
Después de que aprendí los secretos de curación de Ben Bibb y logré algunas curaciones, me habló un día
muy molesta y me pidió que la ayudara. Se le había zafado la rodilla ese día y tenía tanto dolor que no
podía ponerse de pie, mucho menos hacer ningún trabajo, por lo que me puse en acción inmediatamente.
Primero, puse mentalmente bolsas de hielo en su rodilla para aliviar el dolor y reducir la hinchazón.
Después, traté su cuerpo etéreo inundando todas las zonas rojas (dolorosas) con energía curativa blanca.
Después, procedí a aceitar todos los huesos de su rodilla usando aceite de oliva y miel.
Pasé luego a los ligamentos, cartílagos y músculos, los reforcé usando tiras angostas de hule que amarré en
su lugar. Finalmente, envolví la rodilla (todo mentalmente), con cinta porosa para darle soporte hasta que
su mente interior completara el trabajo de reparación. Me dijo después que el dolor se le había quitado
como una hora después de que había hablado conmigo por teléfono, y dos días después pudo regresar al
trabajo.
El siguiente caso es sencillo pero, precisamente por ello le ayudará a comprender qué fácil de emplear es
realmente el método curativo de Ben Bibb. Se refiere a una señora, un ama de casa y madre que cura a su
pequeño hijo, y no lo considera extraordinario en ningún sentido.
Es la señora Frances Miller de Plainfield, Connecticut. He aquí su informe:
Una mañana di pequeños golpes en el hombro de mi hijo Timoteo, que tiene 6 años, para despertarlo y le
dije que era hora de levantarse. Se sentó y columpió los pies a un lado de la cama, pero cuando se paró y
apoyó el peso de su cuerpo sobre los pies soltó un grito de dolor y se arrojó de nuevo en la cama.
Examiné sus pies: en el tobillo izquierdo parecía como si alguien le hubiera puesto una pelota de golf abajo
de la piel. Lo llevé a la sala y lo puse en el diván, donde tomó jugo de naranja mientras yo preparaba el
desayuno. Pasó más o menos media hora antes de que le examinara el pie, no había cambio. Si alguno se
presentó fue que la hinchazón era más oscura y más grande. Por lo que fui a mi cuarto y me concentré
mientras mentalmente examinaba su pie y la parte de abajo de la pierna derecha. Unas líneas negras corrían
hacia abajo de la pierna, hasta el tobillo, mientras que el área de éste parecía estar llena de fluido. Procedí a
expulsarlo mentalmente con las manos y luego raspé todas las líneas negras. Después, bañé toda el área,
primero con energía exterminadora del dolor y, luego, con energía curativa. El procedimiento completo
requirió menos de cinco minutos. Me levanté y fui a la cocina para quitar el café de la lumbre. Luego
examiné el pie de Tim y encontré que la hinchazón del tobillo se había reducido a la mitad del tamaño de
como estaba. Cinco minutos después había vuelto a la normalidad. Le pedí a Tim que se parara pero
todavía se sentía temeroso por el dolor experimentado anteriormente. Sin embargo, después de rogarle un
poco, se levantó y se apoyó en el pie. !Qué sorpresa! No había dolor. Era digna de verse la felicidad de su
cara mientras se pavoneaba por el cuarto.
Se sugirieron dos opciones. Una era la cirugía para quitar el calcio; la segunda, era la tracción. El
tratamiento de tracción consiste en poner la cabeza en un arnés que, por medio de un sistema de poleas y
un peso de 5 kg, tiende a separar la cabeza del cuerpo y, por tanto, a aliviar la presión en la espina y los
nervios que entran en la base del cráneo. Este tratamiento de tracción fue seleccionado como el menor de
dos males ya que en el último de los casos la cirugía podría siempre realizarse.Durante todo un año, Ted
estuvo en tracción dos horas diarias. No tuvo molestias o dolores de cabeza y pensó que se había curado.
Empezó a dejar de aplicarse el tratamiento durante un día, luego dos, sin que tuviera complicaciones, pero
cuando se atrevió a dejar de aplicárselo durante dos semanas, los dolores de cabeza volvieron
inmediatamente. Pareció entonces que la cirugía era necesaria, pero por el obvio riesgo que implicaba, lo
seguimos dejando pendiente. Fue más o menos en este Tiempo cuando supe de Ben Bibb y lo fui a ver para
recibir instrucciones. Asistí a las conferencias y participé en numerosas discusiones. A la larga llegué a
tener éxito al efectuar varias curaciones; fue entonces cuando decidí tratar de curar a mi esposo.
Le di cuatro tratamientos con intervalos de dos días. En cada uno seguí en el mismo procedimiento.
Primero, lo rodeé con una aura azul para calmar sus nervios y mitigar el dolor; después, mentalmente
realicé una operación para quitar el calcio limando delicadamente los depósitos de calcio con un papel
abrasivo semejante a las limas de uñas de las manicuristas. A continuación, le apliqué aceite lubricante
entre la superficie de las vértebras para facilitar un movimiento suave y fácil. Después de cada operación,
cubrí la columna vertebral con un aura de energía blanca seguida por el flujo de energía curativa dorada.
Para asegurar la continuación del efecto energetizante, ordené al subconsciente de Ted que periódicamente
reaplicara estas energías hasta la siguiente operación. Después de la cuarta operación mental, Ted dijo que
se sentía bien, por lo que suspendí el tratamiento. Ahora han pasado más de dos años sin recurrencia de los
dolores de cabeza. Aparentemente está curado. Estoy feliz de haber sido el instrumento para ayudar a mi
esposo pero no me atribuyo el éxito. Es la mano de Dios; yo soy solamente un canal a través del cual El ha
realizado un milagro. Usted, también, puede hacer lo mismo. El estudio, la confianza y la persistencia son
la base.
¿Puede imaginarse a un campeón de tenis preocupándose por su saque, o a un buen jugador de golf
preocupándose por sus drives? Ambos saben que van a hacerlo bien. Así debe pensar usted. Si sigue los
métodos que se describen en el capítulo anterior muy pronto estará curado con éxito a tres o cuatro
personas al día. Este es el fundamento de la confianza. No se preocupe, todo resultará muy fácil.
CORTADAS Y QUEMADURAS
Las lesiones más comunes que se sufren en los accidentes son las cortadas y quemaduras. Estas se curan de
diferentes maneras, según la naturaleza de la herida y su conocimiento y experiencia. Estaría bien al llegar
a este punto regresar al capítulo I y leer otra vez las instrucciones de Ben Bibb sobre los métodos que se
emplean para hacer contacto con el subconsciente de la persona lesionada. Una vez que se ha establecido
este contacto, debe emplear la técnica visual y mandarle al subconsciente de esa persona, por medio de
imágenes mentales, indicaciones breves en las que se describa el mejor método de curar que se le ocurra.
Utilice las descripciones más sencillas para transmitir la idea. Si el sangrado es excesivo, rellene la herida
con algodón para reducir el flujo de sangre mientras sella las arterias lesionadas y otros vasos sanguíneos.
Si hay pedazos de vidrio o fragmentos de metal en la herida, sáquelos con los dedos y póngalos en una
bolsa pequeña, la cual destruirá más tarde. Todo esto tiene lugar solamente en su mente, pero el
subconsciente de la persona lesionada lo aceptará como sugestiones y luego efectuará la curación a su
modo y con sus propios métodos.
Este es el informe de Margaret Bibb acerca de la participación que tuvo en esta curación.
En la mañana del 3 de abril, recibí una llamada telefónica de un joven que dijo que su hermana, June
Amlin, había tenido una seria caída y estaba en el Bethesda Memorial Hospital en Boynton Beach. Le dije
que trataría de ayudara. Cuando hice un contacto mental, vi que estaba sangrando mucho por la nariz y la
boca. Vi también que el tabique de la nariz y otro hueso nasal estaban rotos y una parte de hueso había
entrado al cerebro. Tres vaso sanguíneos en la nariz y dos en la garganta estaban rotos, lo que causaba la
hemorragia. Después de volver a colocar los huesos en su lugar, sellé los vasos sanguíneos nasales con tiras
de algodon. El sangrado de la garganta era tan abundante que usé una toalla sanitaria para contenerlo.
Antes de que rompiera el contacto, vi que tenía infección intestinal, la cual quité "peinando" el área con
algo de energía psíquica. Tiempo después, la señora Amlin llamó por teléfono para agradecer a la señora
Bibb la maravillosa ayuda que había prestado en su caso. Dijo que su cara no mostraba indicios de que
tuviera rota la nariz y que no había sufrido molestias estomacales desde hacía cuatro meses. Dijo que podía
respirar bien y no se había presentado ninguna otra hemorragia. Dijo que podía usarse su nombre y que
gustosamente confirmaría lo anterior en caso de que alguien quisiera investigar el caso.
Todas las personas de la vida real citadas en este libro han dado permiso para que se utilicen sus nombres y
experiencias. En los pocos casos en los cuales se negó este permiso, el nombre de la persona se ha
sustituido por una X o alguna otra letra del alfabeto. En otras palabras, no se han usado en ningún momento
nombres ficticios, como Juan Pérez o Pedro Martínez. Todos los nombres que aparecen en estas páginas
son verdaderos.