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INTRODUCCIÓN
σ(−)
N
N
σ
A
Para flexión:
M =Dxz=Zxz
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σ(−) D
M
Z
σ(+)
M⋅ y
σ :=
J
También se podían combinar ambos esfuerzos con lo cual la fórmula resulta:
N M⋅ y
σ := +
A J
Ahora bien ara dimensionar una sección se obtenían, para tipo y calidad de de
material, tensiones admisibles que surgían de tomar las tensiones de rotura
(o de fluencia en el caso del acero) del material divido por un coeficiente de
seguridad. Las secciones o tipo de perfiles se buscaban de forma tal que las
tensiones máximas no excedieran estos valores admisibles.
σrot
σadm :=
ν
Finalmente se comparaban las tensiones con respecto a esta tensión admisible
y se consideraba aceptable si las tensiones máximas no superaban este valor
admisible.
σ σadm
Como el hormigón no cumple con las propiedades requeridas para este cálculo
(no es homogéneo, no admite tracciones) no es posible determinar la aptitud de
las secciones para soportar los esfuerzos de esta manera. Inicialmente se
intentó trabajar con método análogos pero posteriormente se comenzaron a
diseñar métodos de cálculo nuevos que desarrollaremos párrafos adelante.
Pero antes de encarar este método de cálculo será necesario reseñar las
propiedades de cada uno de los materiales constituyentes del hormigón
armado.
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HORMIGÓN
Como ya hemos anticipado hay una propiedad que diferencia al hormigón del
acero y de la madera. Esta propiedad se llama isotropía. El hormigón como la
mayoría de los materiales cerámicos, tienen una considerable resistencia a la
compresión, sin embargo, posee una muy baja resistencia a la tracción.
Pero existe otro reparo para considerar la pequeña resistencia a la tracción del
hormigón y se refiere a que ésta desaparece por completo al aparecer la
primera fisura. En efecto, al producirse la primera fisura, el hormigón pierde
continuidad y todo incremento de carga sólo ampliará el ancho de la fisura con
lo que el material pierde toda capacidad de absorber tracciones. Ahora bien la
aparición de la primera fisura no sólo puede deberse a que se superó el valor
de la resistencia a la tracción del material sino que pueden aparecer fisuras por
contracciones de fragüe, deficiencias constructivas, acciones térmicas, etc.
Por estas razones, las normas de cálculo no admiten el trabajo a tracción del
hormigón desde el punto de vista de la resistencia mecánica. Por ello a partir
de este momento vamos a adoptar como hipótesis que el hormigón trabaja
sólo a compresión.
¿Por qué ocurre esto? Las investigaciones han demostrado que, cuando el
hormigón se encuentra sometido a esfuerzos de flexión, existe una
colaboración de las fibras contiguas al extremo que pueden superar la tensión
a la cual trabaja el hormigón.
El valor máximo que aparece β’r (resistencia de cálculo del hormigón) está
relacionado con la resistencia característica cilíndrica σ’bk que se obtiene
de ensayos de rotura por compresión de probetas cilíndricas de hormigón
procedimiento que se ha explicado en profundidad en la clase de Tecnología
del Hormigón. Aquí diremos que la resistencia característica es el valor de
resistencia que se espera que sea superado por el 95% de las probetas que
ensayen sobre ese hormigón.
Sin embargo, hay una característica de la rotura del hormigón que es también
característica de los materiales cerámicos. Al llegar a una deformación del 2%o
en compresión el hormigón o al 3,5%o en flexión el hormigón literalmente
estalla de manera abrupta, sin grandes deformaciones. Este tipo de rotura
típica del hormigón simple se la llama rotura frágil y es un hecho sumamente
peligroso porque significa que las roturas en el hormigón “no avisan”.
Por otra parte, hemos definido que el hormigón rompe frágilmente al alcanzar
una deformación del 2%o a compresión, y del 3.5%o cuando se encuentra
sometido a esfuerzos de flexión. Es decir, cuando hablamos de rotura en el
hormigón, no hablamos de tensiones admisibles sino de deformaciones
límites. Aquí ya hay una diferencia importante respecto de lo visto en el
curso anterior.
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ACERO
El acero para hormigón armado está compuesto por barras de sección circular,
por lo general con una conformación superficial que quedan inmersas en el
hormigón en forma fluida durante el colado y posteriormente quedan atrapadas
en el hormigón luego del fragüe.
Los primeros aceros para hormigón consistían en forma de barras lisas, pero
posteriormente, al desarrollarse aceros de mayor resistencia se le incluyeron
nervuras y aletas para mejorar su adherencia con el hormigón.
Aceros Tipo I: Son aceros de baja resistencia σfl = 2.200 Kg/cm². Se entrega
bajo la forma de barras lisas. Hoy día se encuentra en desuso en nuestro
medio para el hormigón armado aunque no para las estructuras metálicas que
siguen utilizan barras lisas de forma circular.
Aceros Tipo III: Son aceros de mayor resistencia σfl = 4.200 Kg/cm². Pueden
ser de dureza natural o mecánica. Se entrega bajo la forma de barras
aleteadas o aleteadas-nervuradas con nervios y aletas.
También en este caso la normas han definido un diagrama simplificado con una
zona lineal y otra horizontal como se aprecia en el diagrama siguiente.
…
Dado que el valor del coeficiente de elasticidad (E) es igual para aceros de
diferentes resistencias, la deformación específica a la cual el acero ingresa en
el período de fluencia es diferente. En el caso del acero Tipo I la deformación
específica es de 1.05 %o (uno coma cero cinco por mil) en tanto que en el
acero Tipo III es del 2 %o (dos por mil).
En este punto también nos encontramos con una diferencia sustancial respecto
de lo desarrollado en el curso anterior. El acero en hormigón armado se
considera que puede tener deformaciones máximas del orden del 5 %o (cinco
por mil) con lo cual está trabajando en dentro del sector horizontal del diagrama
y no dentro del rango de tensiones elásticas, característico de la curva
inclinada, como ocurría en el caso del cálculo por tensiones admisibles.
Por eso en primer lugar vamos a definir qué se entiende por estado límite
“rotura”. Y en realidad tendríamos que hablar de roturas más que de rotura. En
efecto, el hormigón armado no presenta una única forma de rotura.
tengamos presente que para deformaciones superiores al 2%o del acero nos
encontramos en la zona de fluencia del hormigón.
Por supuesto que es mucho más peligrosa la rotura frágil que la rotura dúctil.
Por eso, la norma castiga a la sección con un coeficiente de seguridad mucho
mayor a la primera que a la segunda rotura.
3. Existe perfecta adherencia entre hormigón y acero. Eso significa que donde
se alojan las armaduras las deformaciones específicas de ambos materiales
son iguales.
Como veremos existen infinitas condiciones para que una sección de hormigón
armado se encuentre en “estado de rotura”. Para ello debe ocurrir que, o bien,
el acero se encuentre con una deformación del 5 %o, o bien el hormigón se
encuentre con una deformación del 3,5 %o si existe flexión dominante o se
reduzcan hasta el 2 %o si existe compresión dominante. De hecho, hay un sólo
caso donde se producen dos de las posibilidades.
Estado I
Estado II
Estado III
MU = Mn
MU = ν Mg+p
Mg+p= Db . z = Ze . z
DOMINIOS
Dominio 1
Dominio 2
Dominio 3
Dominio 4
Dominio 5
MÉTODO DE CÁLCULO
El término Kh surge del parámetro que se obtiene para determinar cuáles las
correspondientes deformaciones últimas del hormigón y del acero para ese
caso en particular.
x = kx h
z = kz h
Aquí también hay que ser riguroso con las unidades ya que
la altura tiene que estar, esta vez en metros, y el momento
en tonelámetros.
Como se puede advertir para este método se utiliza una tabla distinta para
cada calidad de hormigón y de acero.
Una cuantía es una relación entre acero y geometría pero existen dos tipos de
cuantías: las mecánicas y las geométricas. Las primeras no sólo dependen de
la geometría sino también de la calidad del hormigón y del acero. Las segundas
permiten obtener el valor de las secciones de armadura de acero necesarias
para garantizar la seguridad de la sección. Si dividimos la cuantía mecánica por
βs/βr obtenemos la cuantía geométrica y las armaduras fácilmente.
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Un detalle a tomar en cuenta es que estas tablas también brindan valores para
los casos de flexión compuesta, pero para las compresiones, debe ser con gran
excentricidad, es decir momentos muy preponderantes, ya que para los casos
de compresión centrada o con flexocompresión donde toda la sección está
comprimida, es preciso disponer armaduras dobles, tema que se desarrollará al
abordarse el tema de elementos comprimidos.
¿Por qué entonces existen dos métodos? Porque las normas en general tienen
criterios conservadores. Con métodos anteriores se obtenía un parámetro
similar al kh y se buscó un método que no generara inquietud entre los
estructuralistas. Pero evidentemente es más cómodo el método ms.
¿Qué hacer si superamos este límite? Existen dos caminos. Una posibilidad es
aumentar las dimensiones de la sección, en particular la altura que se eleva al
cuadrado y tiene mayor incidencia en la reducción.
En realidad, esta última opción debe aplicarse una vez que se verificó la
imposibilidad de aumentar la altura ya que no sólo hay que agregar armadura
comprimida, también hay un aumento importante de las armaduras
traccionadas.
Finalmente este también se resuelve por tablas. Sólo que aquí, además de la
armadura traccionada, taimen hay que calcular la armadura comprimida. Otro
dato que es relevante, es el recubrimiento de las armaduras comprimidas. Este
valor se da en proporción de la altura.