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U.·.T.·.O.·.A.·.A.·.G.·.I.·.

T.·.V.·.P.·.M.·.
HH.·.MM.·.SS.·.TT.·.

“Origen, Evolución y Significado del Escocismo”.

Desde que el hombre es hombre, en la búsqueda de su justificación trascendente, se ha


formulado las preguntas “¿Quién soy? ¿De dónde vengo?, ¿A dónde voy?”. La sentencia
délfica “Conócete a ti mismo” es tan esencial a la Mas.·. que indagar acerca del origen,
evolución y significado del escocismo como desarrollo del grado de M.·. y perfeccionamiento
del Hombre que contiene, es sencillamente natural.

No obstante, la complejidad histórica y la reserva -cuando no la desinformación- que signan


a la Mas.·. hace que un abordaje del tema que aspire a cierta justeza requiera de ingentes
esfuerzos para mantener un criterio ordenado y sintético.

Para ello, primero es necesario precisar qué es el Escocismo, y aunque sobran hipótesis de
trabajo para definirlo a partir de supuestos orígenes geográficos, históricos y religiosos;
analizarlo desde la perspectiva actual -que tiene la chance de ser retrospectiva- nos permite
ser pragmáticos, asumiendo que el término refiere -según criterios- bien a la totalidad, bien a
parte de los grados que componen los RR.·. de la Mas.·. Moderna.

Ésta, como orden iniciática, esotérica y filosófica que es, va develando sus enseñanzas a
través de alegorías, estudios e iniciaciones ordenadas en un sistema armónico de grados
que con sus correspondientes liturgias conforman un “Rito”, es decir, un conjunto de reglas y
un ceremonial característico esencial a su doctrina, con el que se comunican los aspectos
formales y las instrucciones de los grados. Las características que hacen a un Rito Mas.·.
son el ordenamiento y la ornamentación del Templo; la Iniciación, y los contenidos y formas
del ritual, que va más allá de la sola liturgia para ser a la vez continente y contenido, hilo
conductor y marco, definiendo lo que es y lo que no es, separando lo “regular” de lo
“irregular”.

El origen del Escocismo está entonces ligado a la creación de su Rito, más allá de sus
antecedentes, cuyo estudio aporta a la comprensión de la inquietud más que a la precisión
histórica.

De lo que podríamos llamar la Prehistoria de la Masonería, ese período previo a la fundación


de la Gran Logia de Londres y Westminster en 1717 que marca un antes y un después,
muchas son las fuentes que aportan su caudal y entre ellas cabe diferenciar dos tipos:

1) los que aportan a su estructura funcional, y


2) a los que se refiere en función de sus contenidos.

Respecto de los primeros, la incorporación de MM.·AA.·. a las LL.·. OO.·. a partir de la


desaceleración del impulso constructor de la Edad Media que se da precozmente en
Escocia prestará el simbolismo inicial a la incipiente Mas.·.Especulativa en un proceso que
se acelerará entre 1717 y 1740, reconociendo como hitos la reunión en la Taberna de la Oca
y la Parrilla como origen, y la consolidación de la Mas.·.Moderna con la institución del grado
de M.·. como culminación.
El grado de M.·. inspirado en las LL.·. OO.·. escocesas e incorporado en 1738, fue creado en
1725 junto con la leyenda de Hiram y, por ser la base de todo desarrollo ulterior, hay quien
sostiene que constituye el primero de los grados superiores.

Su importancia radica en que –discurso de Ramsay mediante- establece el punto de


inflexión en que la Francmasonería se diferencia de la Mas.·.Op.·. ampliando su simbolismo
a distintas tradiciones esotérico-iniciáticas y filosóficas de la humanidad.

Tras ello, por causas entre las que se citan desde aspiraciones y vanidades de la nobleza
francesa aficionada a los títulos, hasta razones de orden político/religioso como el exilio de
los estuardistas en Francia, la Bula “In eminentis” de 1738, o el aumento de la cantidad de
MM.·.AA.·. en desmedro de su calidad; se buscó un más profundo desarrollo del grado y de
los aspectos filosófico/esotéricos en él contenidos, que se argüía no podían ser tratados en
las LL.·. comunes.

La diversificación ritual fue consecuencia inevitable de estos desarrollos que -aún


manteniendo la unidad de los tres primeros grados- no guardaban entre ellos uniformidad,
ordenación ni nomenclatura, originando distintos sistemas que coexistirían más o menos
caóticamente.

El Capítulo de Clermont duró sólo 4 años, pero importa porque en 1758 dio lugar al Consejo
de Emperadores de Oriente y de Occidente que, fundado con la denominación de Sublime
Logia Escocesa, armonizó el Rito de Perfección o de Heredom de 25 grados incorporando
influencias gnósticas y místicas antiguas -incluyendo las templarias, rosacrucianas y
egipcias- marcando el esoterismo de la Orden y siendo base del REAA, cuya consolidación
se da a lo largo del siglo XVIII en Francia completándose en América para ser devuelto a
Europa y al resto del orbe.

El rol protagónico de HH.·. como Etienne Morin, Delahoghe, Grass Tilly y Dalcho entre otros,
así como la Circular de Dos Hemisferios, la institución de los SS.·.CC.·. de Charleston en
1801, y sucesivos; las GG.·.CC.·., falsamente atribuidas a Federico II de Prusia que
constituyen en Orden y le dan el nombre al R.·.E.·.A.·.A.·. de 33 GG.·. trayendo orden al
caos al establecer un sistema único, y –sobre todo- a través de la expresión “33º y último”
que fija el “poder supremo y conservador” de la Orden son factores que si bien constituyen
verdaderos hitos en el avatar histórico, revisten carácter anecdótico y en todo caso,
susceptible de revisión; ya que como la propia Circular Dos Hemisferios dice, “Mucho de la
Historia de la Masonería en las tempranas edades está tan mezclada con la fábula y
envuelta en la herrumbre del tiempo, que poca satisfacción puede obtenerse de ella”; de
modo que en busca del Origen optemos por el camino que comienza en el “Conócete a ti
mismo”.

La necesidad de conocer y conocerse es inmanente a la condición del Hombre y previa a


toda escuela, a toda filosofía e incluso a todo conocimiento. Está en el Hombre. Está en su
Ser. Las escuelas iniciáticas, esotéricas y filosóficas de la antigüedad son intentos por
aproximarse a esa sabiduría, y la Mas.·., al proponerse como su heredera busca instituirse
en custodia de ellas, rescatándolas para el iniciado como método de aprendizaje y camino
de transformación. El escocismo es ese tramo del camino en el que el paisaje cambiará más
por dentro que por fuera, y lo que cambie por fuera debiera ser reflejo y consecuencia del
previo cambio interior.
La nueva búsqueda de la Luz -esta vez en el centro de su propio santuario- que representan
los AA.·.GG.·. y a donde se llega “perdido entre la escuadra y el compás”, armado apenas
de una vela, pero “manifestando la voluntad inquebrantable de encontrar la Luz y la Verdad”,
ofrece ya fuertes indicios acerca del significado y objetivo del Escocismo: Conocerse a sí
mismo.

Sin embargo, el alcance de esta frase merece ser revisado en búsqueda de su real
significado.

Originalmente inscrita en la puerta del Templo de Apolo, importa el concepto de que la


verdadera sabiduría equivale al conocimiento interior, mientras que el filosófico es sólo
preliminar y funcional a éste. Medio pero no fin. “Amor por”, pero no Sabiduría en sí. Al decir
de Guenón, “la Phylo Sophía no podría constituir la sabiduría misma, así como los medios
no constituyen el fin”.

De igual modo, la enseñanza exotérica no puede sustituir a la esotérica, ni proporcionar


igual sabiduría, ni abrevar en iguales métodos. Mientras que la filosofía se dirige a la razón,
la “preparación interior” a la que alude Guenón como característica de los Altos Grados
Pitagóricos, es de carácter secreto, reservada a los iniciados y se dirige al alma; y si utiliza
la palabra, lo hace como símbolo para fijar la contemplación interior.

Aceptar esto significa que ninguna enseñanza exotérica puede proporcionar conocimiento
real, sino –cuando más- provocar movilización íntima. Vuelve a decirnos Guenón: “…la
enseñanza que no despierta en quien la recibe una resonancia personal no puede procurar
ninguna clase de conocimiento.” De aquí que los "misterios" (palabra cuya etimología refiere
a “silencio total”), no pueden enseñarse, sino sólo ser aprendidos a través de la
comprensión personal.

Por ello entendemos que el origen del Escocismo se encuentra en el hombre mismo como
inquietud previa a toda tradición. Como sistema masónico tiene como propósito la evolución
del maestro por las resonancias internas de las sucesivas iniciaciones y de la instrucción
que ofrece cada grado, porque considera que la iniciación no busca la mera ilustración sino
la transformación del hombre.

La doctrina –tal como rezan las GG.·.CC.·. y establece el Ritual- se comunica a los MM.·. en
treinta y tres grados, divididos en Clases que evocan diferentes tradiciones cuyo acervo el
M.·. podrá recoger.

La primera es el Simbolismo, que agrupa los tres primeros grados y está regido por la Gran
Logia.

Los treinta grados siguientes, agrupados en tres grandes divisiones que reciben el nombre
de Mas.·. Capitular o Roja, Filosofica o Negra y Administrativa o Blanca, constituyen el
Escocismo propiamente dicho, bajo la autoridad del Supremo Consejo, en nuestro oriente
desde la celebración del “Pacto de Familia”.

El Masón deberá recorrer sus grados sin olvidar jamás que el objetivo no es sólo el de la
superación personal, sino el de mejorar la condición de la hermandad que debería constituir
la humanidad toda.
Finalmente, el deber de preservar, aumentar y transmitir el conocimiento recibido de
generaciones anteriores hacia las siguientes de acuerdo a las leyes del G.·.A.·.D.·.U.·. que
asume el escocismo tiene que ver con su autoimpuesta misión de “arca”. De no menor
importancia es la asunción de nuevas responsabilidades que impone, comenzando por las
recogidas en el texto del ritual al decir, “…patrocinados por HH.·. convencidos que se trata
de iniciados y que su ingreso será provechoso”; y la más estricta discreción que reclama,
que coincide con el silencio propio de los misterios y marca con su sello y signo, ya que de
ella depende la evolución de cada quien y el futuro de la orden toda; pues como dice el
ritual: “…Desdichados quienes asumen cargas y deberes que no pueden soportar”.

Es todo T.·.V.·.P.·.M.·.

2004, Eduardo Portela, G.·.4º, Valle de Montevideo, Octubre 15 de 2009, E.·.V.·.

Fuentes: Manual del Grado 4º. Masonería Práctica, Humberto Camejo Arias; Discursos
De Andrew M. Ramsay; Bula In Eminentis, El Escocismo Como Clave Interpretativa De La
Francmasonería Moderna José María Ripoll Rodríguez; Rene Guenón - Los Altos Grados
Masónicos / Conócete a ti mismo.

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