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TEORIAS DE LA PENA
1- INTRODUCCION:
El Estado como sociedad política formada por ciudadanos libres tiene diversas funciones y
gran mayoría acepta que el Estado fue creado con el fin primario de garantizar la
Todas las teorías del Estado modernas comparten la idea de que el Estado debe tener un
fundamento ético en el que el respeto por la dignidad del ser humano sea la premisa
fundamental.
Con esta lógica es que debe analizarse el objetivo estatal que seguramente genera más
mismo fundamento ético el que nos deber servir de parámetro para estudiar la que sin lugar
a dudas sea la mayor y más importante herramienta del Estado que influye en la vida de las
personas: el ejercicio del poder punitivo del Estado, del ius puniendi, la facultad de imponer
penas.
De los fines del Estado pueden surgir algunas pautas para explicar cuándo se debe imponer
una pena, pero no necesariamente por ese camino se puede llegar a la conclusión del porqué
Las teorías de la pena buscan fundamentar el ejercicio del poder punitivo, establecer
justificaciones para someter a una persona a la más intensa reacción que puede provenir del
contestar el interrogante de cual son las razones para poner en funcionamiento el poder
punitivo2
1
A modo meramente ejemplificativo, véase la teoría contractualista elaborada por Jean-Jaques Rousseau en “El
Contrato Social”, Libro I, Cap VI Del Pacto Social, Buenos Aires, 2001, Ed: El Ateneo : “Encontrar una forma de
asociación que defienda y proteja con toda la fuerza común a la persona y los bienes de cada asociado”
2
Ferrajoli, Luigi, “Derecho y Razón” 9a Ed, Madrid, 2009, Editorial Trotta, Cap 5.
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Ignacio Bollier
Todas las teorías de la pena, pero especialmente las de raíz preventiva, parecen tener
problemas para legitimarse como adecuadas cuando analizamos la realidad social en la que
actúan. Cada oportunidad que un reincidente vuelve a cometer un delito parece ser no sólo
ser enunciado por las teorías de la pena y el ser cotidiano parece agrandarse cuando estos
sucesos ocurren.
Transversalmente a esta dicotomía entre el ser y el deber ser existe otro error metodológico,
subestimado en muchas ocasiones, que consiste en no poder elaborar una respuesta diversa
para dos preguntas que son distintas: ¿Qué es la pena? y ¿Para que sirve la pena? O sea, la
Pareciera ser que el primer interrogante es respondido adecuadamente por las teorías
absolutas, más que por las prevencionistas: la pena es un mal que se le hace sufrir a aquel
que haya violado una norma jurídica. Hagamos el esfuerzo de despojar hipotéticamente a la
pena de aquellos elementos que la hacen aceptable a la luz de los derechos fundamentales
del hombre (debido proceso previo, intervención de los órganos habilitados por el Estado
para imponerla, etc.) ¿Cual es entonces la esencia del acto de imposición de la pena de
prisión? Muy claro: se sustrae a un hombre de su hogar, del contacto permanente con sus
destinado a tal efecto y se lo mantiene allí vigilado durante un tiempo más o menos
coactivamente. Lo mismo ocurre con las restantes penas previstas en nuestra legislación. La
multa es la privación por la fuerza de parte del patrimonio del condenado (Art 21CP) La
2
Ignacio Bollier
Basta con esto para considerar que la reacción punitiva estatal es un mal que se le hace
también las consecuencias desastrosas que genera la pena aún cuando ésta ya haya sido
las penurias que genera a los familiares mas cercanos del delincuente: igual o peor
No cabe ninguna duda de que la pena es un mal. Partiendo de esa base se puede entrar en la
si ella puede ser utilizada con otros objetivos diversos. Esta es la disyuntiva que esta en tela
de juicio cuando se plantea la segunda pregunta ¿Por qué penar? (fin de la pena)
La necesidad de diferenciar entre esencia y fin de la pena es útil para salvar las distancias
que hay entre el ser y el deber ser, entre el fin y la aplicación en la realidad de las penas. Si
apreciamos esta distinción el estudio se hace más sencillo y la cuestión pasa a otro plano: no
ya si la pena es algo positivo o negativo, sino si puede aprovecharse como medio para
Las llamadas teorías absolutas son todas aquellas de raíz retribucionista que conciben a la
pena como un fin en si mismo, justificable por su valor axiológico intrínseco. Adoptan su
sustento teórico a partir de la obra del idealismo alemán cuyos máximos exponentes fueron
Kant y Hegel. Una primera noción de retribución se encuentra plasmada en las leyes del
Talion del Código de Hammurabi y, posteriormente, en los relatos bíblicos del Éxodo y el
Deuteronomio.
Para las teorías absolutas la pena nunca debe tener fines utilitaristas ni ser usada como
medio para obtener determinados resultados, aun cuando estos resultados sean beneficiosos
para el sujeto que sufre la pena. En este sentido, desechan toda clase de paternalismo o
3
Zaffaroni, Eugenio Raúl, Manual de Derecho Penal, 2 Edición, Ediar, Buenos Aires, 2007
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Ignacio Bollier
injerencia del Estado para modificar las causas o las motivaciones que pudieron llevar a la
intimidación colectiva.
Por el contrario, las teorías relativas tienen como base una concepción utilitarista y
justifican la imposición de una pena como un medio para la prevención de futuros delitos o
prevención general y la teoría de la prevención especial, ambas con sus variantes positivas y
negativas.
La teoría de la prevención especial tiene como un primer exponente lejano a Platón, quien
evocando a Protágoras dice: “Ningún hombre sensato castiga porque se ha pecado, sino para
que no se peque…”4 Su formulación moderna comienza con la obra de Franz v. Liszt a fines
v. Feuerbach a principios del siglo XIX y hoy en día encuentra su principal sustento en un
amenaza penal puede ser utilizado como una herramienta adecuada para combatir la
inseguridad ciudadana.
tales objetivos, la prevención está por el contrario condicionada por su adecuación al fin
trazados.
4
Platón, Las Leyes, cit. por Roxin Derecho Penal. Parte General T1. Fundamentos. La Estructura del Delito, Pág. 85,
Ed Civitas
5
Séneca, De la cólera, Alianza, Madrid, 1986, p.63.
4
Ignacio Bollier
4- TEORIA DE LA RETRIBUCIÓN.
culpabilidad del autor por el hecho disvalioso. Esta influida por un afán de recobrar el
estado anterior al quebrantamiento de la norma. Busca, por sobre todas las cosas asegurar el
Es tal vez la teoría que mas ha arraigado internamente en el sentimiento del ciudadano
común. La gran mayoría de los afectados por un delito, especialmente cuando este tiene
cierta magnitud, y aun la opinión pública en general reaccionan frente al hecho reclamando
“justicia”, “que el culpable pague por lo que hizo”, “que no quede impune”.
Kant y Hegel fueron los dos filósofos jurídicos que mas trabajaron para elaborar una teoría
de las sanciones penales que tuvieran base retribucionista. Ambos partían del principio de
que es contrario a la dignidad del hombre utilizarlo como medio para lograr un fin social o
posibilitaba la realización del valor justicia, sin el cual “ya no tiene valor que los hombres
vivan sobre la tierra”6 Era tan vital asegurar que cada individuo reciba su castigo que la
pena debía ejecutarse aun cuando la sociedad decidiera disolverse: “debería ser previamente
ejecutado el ultimo asesino que se encuentra en prisión, para que cada cual sufra lo que sus
hechos merecen y la culpa de la sangre no pese sobre el pueblo que no ha exigido ese
castigo”
Hegel, por su parte llega a conclusiones similares partiendo del supuesto de que el delito es
la negación de la norma estatuida para velar por la convivencia pacifica y el respeto mutuo
retribuye con pena es la negación de la negación de la norma. Penar al que haya violado la
6
Kant, Immanuel, Fundamentación de la Metafísica de las Costumbres, Ariel
5
Ignacio Bollier
La teoría de la retribución tiene un mérito indudable que radica en que puede ser
eficientemente utilizada como límite al poder punitivo. Permite tener una pauta de medición
de la pena que no estará vinculada por ninguna característica personal del autor, sino que
será relevante el grado de culpabilidad y la magnitud del injusto causado. Se acaba con la
desproporcionadas o que no guarden relación con la culpabilidad del autor. Se logra cierta
objeciones constitucionales.
Dependiendo de los cometidos que aceptemos como propios del Derecho Penal podremos
sostener o no una finalidad retributiva en la pena. Roxin, por ejemplo, parte de una noción
de Derecho Penal que se debe encargar de “la protección subsidiaria de bienes jurídicos”8.
Ese es su cometido y su razón de ser. Por lo tanto, no puede adherir completamente a las
teorías absolutas de la pena ya que para el cumplimiento del cometido del Derecho Penal no
se puede servirse de la aplicación de una pena que prescinda de todos los fines sociales. La
idea de retribución conlleva la necesidad de aplicar una sanción siempre que se configure la
culpabilidad del sujeto, aun cuando la pena no sea necesaria para proteger bienes jurídicos.
En esos casos, seguir una concepción del Derecho Penal como la de Roxin debe llevarnos a
la conclusión de que la pena no es indispensable a pesar de que exista una culpabilidad para
retribuir.
Por el contrario, si se adopta una concepción del Derecho Penal como limite o
racionalización del poder punitivo, entonces no hay mayores problemas para aceptar como
que haya que retribuir. El Estado tendrá la potestad de penar a un ciudadano en razón de su
7
Righi, Esteban, Derecho Penal. Parte General, 1ª ed. Buenos Aires, Abeledo Perrot, 2010, Págs. 28 y ss.
8
Roxin, Claus, Derecho Penal. Parte General T1, 1ª ed, Madrid, Civitas, 2008, Págs. 51 y ss.
6
Ignacio Bollier
Tal vez el talón de Aquiles de la teoría de la retribución sea la obligación de reconocer que
presente y que no es empíricamente comprobable. Para que haya una culpabilidad que
posibilite la retribución debe presumirse que existe en el hombre el libre albedrío necesario
para fundamentar el juicio de reproche. Vg.: Pudiendo motivarse conforme a la norma, llevó
a cabo el comportamiento contrario. Esto requiere tomar postura sobre uno de los temas que
mas estudiados por las disciplinas sociales y que es objeto de ardientes polémicas: la
este objeción no permite invalidar por si sola la teoría de la retribución. Por el contrario, si
creemos que las acciones de los hombres se encuentran esencialmente determinadas por el
destino u otras fuerzas metafísicas, entonces la retribución por la culpabilidad del sujeto
Se podría sostener que son términos equivalentes, pero con la expiación se refiere a menudo
conciencia de las faltas que ha cometido, asimila su culpabilidad, se purifica y recobra por
Sonia el crimen que había realizado y le preguntó que podía hacer para repararlo, ella, quien
era una mujer humilde y religiosa le contestó: “Ve ahora a la próxima esquina, arrodíllate y
7
Ignacio Bollier
besa la tierra que has mancillado. Después inclínate a derecha e izquierda, ante cada uno
que pase, y di en voz alta: “¡Soy un asesino!” Entonces Dios te devolverá la vida”9
Si bien todo este tipo de aceptación intima de la culpabilidad es deseable no puede por si
sola justificar la pena retributiva, pues una vivencia expiatoria de este tipo, que en la
realidad se da muy pocas veces y no siempre transciende del fuero interno del individuo, “es
retribución, tanto como protección de la dignidad del hombre, como limite a la fuerza
punitiva del Estado. Es seguramente la única teoría que sobrevive al escrutinio del ser
cotidiano, paradójicamente tal vez por no contar con otro fin diverso al de la mera
imposición de un mal. Sus criticas pasan por una concepción del Derecho Penal y ciertos
Al delincuente habitual, que es todo aquel que no puede ser resocializado deberá ser
realización del hecho para que se activen sus frenos inhibitorios. Y para aquel que incurrió
en un delito y puede ser recuperado, la pena debe servir para ese fin: la reeducación del
delincuente.
9
Dostoievski, Fedor, Crimen y Castigo, Ediciones Libertador, Pág. 369 y ss.
10
Roxin, Claus, Derecho Penal. Parte General T1, 1ª ed, Madrid, Civitas, 2008, Pág. 81.
11
El instituto de la reclusión por tiempo indeterminado como pena accesoria frente a la múltiple reincidencia
legislado en el Art. 52 CP es un claro ejemplo de la influencia de esta teoría en el legislador, y su reciente declaración
de inconstitucionalidad en el precedente “Gramajo” CSJN G. 560. XL - “Gramajo, Marcelo Eduardo s/ robo en grado
de tentativa - habla a las claras de la dificultad de aceptarla a la luz de las modernas garantías constitucionales
8
Ignacio Bollier
artículo primero toma partido por una noción preventiva especial en lo que respecta a la
ejecución de la pena que puede usarse igualmente para fundamentar su imposición “La
ejecución de la pena privativa de la libertad en todas sus modalidades, tiene por finalidad de
Roxin sostiene que el éxito de la teoría de la prevención especial radica en que cumple
extraordinariamente bien con el cometido del Derecho Penal, en cuanto protege al individuo
cualquier otra doctrina las exigencias del principio del estado social, evitando la esterilidad
La teoría tiene enormes problemas que a mi juicio la hacen inviables para justificar la pena.
En primer lugar cabe considerar cual es el derecho que tiene el Estado de reeducar o de
reformar a los ciudadanos adultos y libres que deciden realizar un delito. No desconozco
que existen ciertos factores externos al sujeto que bien pueden explicar un comportamiento
influenciada por razones de control social y extra penales13 Pero lo cierto es que la decisión
de cometer o no un delito es siempre intima, propia y personal del sujeto. Y si creemos que
el hombre es libre para elegir entre determinarse a realizar el comportamiento prescripto por
la norma o no hacerlo (por supuesto, siempre que el sujeto tenga capacidad de culpabilidad)
Estado paternalista que se sienta legitimado para modificar por la fuerza manifestaciones
12
Roxin, Claus, Derecho Penal. Parte General T1, 1ª ed, Madrid, Civitas, 2008, Pág. 87. Siempre teniendo presente
la posición del autor acerca de los fines del Derecho Penal que, como ya fue expuesto, puede o no compartirse.
13
Christie, Nils, Una sensata cantidad de delito, 1ª ed, Buenos Aires, Editores del Puerto, 2008
9
Ignacio Bollier
Otro gran defecto es que no proporciona una medida para la pena tal como lo hace la teoría
injusto causado. Permite las penas por tiempo indeterminado, tal como se legisla en el Art.
52 CP.
tratamiento resocializador cuando alguien apareciese como un sujeto que entraña un grave
hecho punible. Esto no es ni más ni menos que la justificación del estado peligroso15, que no
Una cuestión que la teoría de la prevención especial deja sin resolver es que hacer en
aquellos casos en los que el autor de un delito no necesita ser resocializado. Piénsese por
ejemplo en los delincuentes de cuello blanco o de aquellos criminales que han obrado en
una situación única e irrepetible y que una vez que han concluido con su plan delictivo
regresan a sus hogares y se reinsertan a la sociedad como un ciudadano más (los integrantes
necesidad de imponer pena en estos casos y que los hechos cometidos deben ser impunes.
Lo cierto es que en estos casos parece prevalecer el criterio retributivo (“que paguen por lo
que han hecho”) o de la prevención general (“que se los castigue para que sirva de ejemplo
a la comunidad”)
14
Mill, John Stuart, Sobre la libertad, Alianza, Madrid, 1981, p 66. “sobre si mismo, sobre su mente, el
individuo es soberano”
15
Righi, Esteban, Derecho Penal. Parte General, 1ª ed. Buenos Aires, Abeledo Perrot, 2010, Pág. 34.
10
Ignacio Bollier
Por ultimo, cabe puntualizar el estrepitoso fracaso que ha sufrido en todas partes del mundo
propias de nuestro sistema carcelario no hacen más que agravar tal contradicción. La
cantidad de presos sin condena (mas del doble que los condenados según las estimaciones
prisiones, el alojamiento en lugares no aptos para la detención17 son todos fenómenos que
La prisión es una institución que deteriora, porque hace retroceder al preso a estados ya
(horario para dormir, para comer, para asearse) conllevando patologías regresivas. Además,
Todo este desarrollo tiene como objetivo poder afirmar que la prisión tiene la particularidad
penados. La prisión, en fin, es, sin lugar a dudas, un factor criminógeno antes que
resocializador.
tener algún fin resocializador. Antes bien, todo lo contrario, agrava y fomenta el drama de la
persona que delinque y el problema de la sociedad que lo sufre. Por lo tanto, la teoría de la
16
Informe anual del Servicio Penitenciario Federal, Ministerio de Justicia, Año 2007.
17
Ver Casos “Penitenciaria de Mendoza” dictada por la CIDH el 14/12/2004 y “Verbitsky, Horacio s/
habeas corpus” resuelto por la CSJN el 3/5/2005
18
Zaffaroni, Eugenio Raúl, Manual de Derecho Penal, 2a Edición, Ediar, Buenos Aires, 2007, Págs. 18 y ss.
11
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La teoría de la prevención general comparte con el resto de las teorías utilitaristas la idea de
la pena como un beneficio o como un medio para lograr un fin deseable a la persona del
puede describir con el concepto de la intimidación destinada a aquellos que corren el peligro
estabilidad del orden social y recobrando la plena vigencia de la norma. La pena tendrá la
Feuerbach, quien concebía a la pena como una amenaza formulada en la ley dirigida al
pena es evitar futuros delitos actuando sobre todos aquellos que aun no delinquido para que
encontrar en la manera como se ejecutaban las penas en el siglo XVIII y XIX. Foucault en
muerte, Damiens, quien fue objeto de terribles atrocidades antes de morir, todo esto a la
vista de todos los ciudadanos que lo desearan, ya que el “espectáculo” fue realizado en la
plaza publica durante un día de descanso19. El suplicio tenia por objetivo no ya redimir al
19
Foucault, Michel, Vigilar y Castigar. El nacimiento de la prisión, 1ª ed., 5ª reimp. Buenos Aires, Siglo XXI
Editores, 2006
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condenado por medio del dolor sino, por el contrario, actuar sobre las conciencias de los
espectadores de forma que estos pudieran ajustar sus comportamientos para evitar sufrir el
mismo dolor que sufría Damiens, cumpliendo con las normas impuestas.
plano de la ejecución de la pena, ya que de la capacidad que tenga el Estado para ejecutar la
sobre la comunidad.
demostrar a ciencia cierta y con datos irreprochables cual es el efecto preventivo que la pena
tiene sobre la sociedad y el supuesto efecto estabilizador sobre el orden jurídico. Se sostiene
que cada vez que alguien comete un delito, la prevención general ha fallado. Pero también
se puede decir que todo sujeto que se abstuvo de realizar una conducta punible es una
prueba a favor del éxito de la prevención general. Ambos criterios son, ciertamente,
indemostrables. La verdad es que si optamos por tomar como valido este efecto preventivo,
las consecuencias son poco alentadoras. Cada delito cometido muestra que el culpable no
fue lo suficientemente intimidado por la conminación penal. Entonces, para que surta ese
efecto, hay que aumentar la pena hasta el punto en que o todos los delincuentes reciben la
circular que provoca el incremento de las penas hasta el infinito: “En la lógica de la
prevención general, hay un trágico punto de llegada: la pena de muerte para todos los
delitos”20
v. Feuerbach quien formuló por primera vez el principio de legalidad nullum crimen sine
20
Bettiol, Guiseppe, Diritto Penale, cit. por Ferrajoli, Luigi, Derecho y Razón 9a ed., Madrid, 2009,
Editorial Trotta, Cap 5, Págs. 279 y ss.
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lege. Esto es lógico que fuera así, ya que la amenaza de pena solo puede ser eficaz si el
Como el objetivo excede la persona del condenado, la gravedad del delito no importa tanto
Por otro lado se puede discutir la eficacia que tiene la amenaza de sanción penal en el
momento en que una persona se decide a cometer un delito. Muchas veces una persona
aquí la teoría de la prevención general parece fallar. Solo una parte de las personas que
cometen delitos lo hacen con tanto cálculo como para que les pueda afectar una
intimidación y aun en esos casos la intimidación de una pena no es tan relevante como la
ampliamente entre los ciudadanos comunes, difundida por los medios de comunicación e
implementada por algunos operadores del sistema. La realidad es que un aumento de penas
no genera una disminución de la criminalidad de una sociedad determinada sino que, por el
y de la ejecución de las penas. Ya Cesare Beccaria en pleno siglo XVIII refutaba estas
ideas: “uno de los mayores frenos de los delitos no es la crueldad de las penas, sino su
21
Righi, Esteban, Derecho Penal. Parte General, 1ª ed. Buenos Aires, Abeledo Perrot, 2010, Pág. 31.
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infalibilidad. La certeza de un castigo, aunque este sea moderado, hará siempre mayor
impresión que el temor a otro mas terrible pero unido a la esperanza de la impunidad”22
Tal vez esto sea lapidario para las teorías preventivas: la pena no aleja al hombre del delito
ni lo disuade de su realización.
7- TEORIAS DE LA UNION
pena, haciendo un esfuerzo para articular entre si las diversas teorías en pugna. Intentan
configurar un sistema que, sin perder su rigor teórico, recoja los efectos más positivos de
En algunos casos se sostiene que cada concepción debe tener influencia diversa según el
Al momento de la sanción de una norma penal que incrimina una conducta como delictiva,
herramienta de la coerción penal como una amenaza hacia toda la sociedad para que tal
conducta o agravar un tipo penal por sucesos que tienen un altísimo impacto social y la
reacción es legislar ampliando el poder punitivo. Paradójicamente, por imperio del principio
pena tiene una mayor preponderancia la teoría retributiva. Las decisiones acerca de la
suspenso deben ser tomadas a la luz de la gravedad del hecho cometido y la culpabilidad del
22
Beccaria, Cesare De los Delitos y de las Penas, 1ª ed., Buenos Aires, Libertador, 2005
15
Ignacio Bollier
plano.
Por ultimo, durante la ejecución de la pena, el acento debe ponerse en lograr los fines
reinserción del condenado en la sociedad. Corren para esta teoría de la unión las mismas
Dependiendo de la especial concepción que se tenga sobre la esencia y el fin del Derecho
Penal, podemos encontrar que las teorías de la unión privilegian una finalidad preventiva o
Por ejemplo, la particular teoría unificadora preventiva de Roxin pone su énfasis en sostener
tampoco a usar la teoría de la prevención general como limite mínimo para imponer una
pena, bajo el cual ya no se justifica la sanción porque no basta con que sólo cumpla una
8- CONCLUSIONES
que desde el surgimiento de la moderna dogmática penal hasta nuestros días, numerosos
constituye sin lugar a dudas el máximo poder del estado sobre los ciudadanos: el poder
Todas las teorías cargan en su historia con el peso de haber servido de legitimación a
prácticas aberrantes, especialmente por los regimenes totalitarios del siglo XX. La
23
Roxin, Claus, Derecho Penal. Parte General T1, 1ª ed., Madrid, Civitas, 2008, Pág. 103 y ss.
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intolerable. Utilizar el cuerpo del delincuente como escarmiento hacia terceros; pretender
hasta sus rasgos fisonómicos) para que no reincida en delitos tipificados por decisión de un
grupo político que bien puede ser mayoritario, pero que nunca puede desconocer derechos
individuales, son solo algunos de los males que el mundo ha conocido, justificados o
Ahora bien, no todo el panorama es negro. Si entendemos que la teoría, sea cual fuera, es
una herramienta para construir y legitimar prácticas sociales, para explicarlas y reformar
estas prácticas en la medida de lo posible, entonces tal vez podemos comenzar a encontrarle
Nuestras decisiones en este plano necesariamente están vinculadas con nuestra concepción
acerca de cual debe ser la función del Estado y sus cometidos en materia de ejercicio del
poder punitivo. Una sociedad que crea que la seguridad individual es el valor por excelencia
y que todo se le permite al Estado para lograrlo se inclinará por las teorías preventivas
aplicación misma de la pena. Por el contrario, si sostenemos que existen otros valores
adicionales que deben contemplarse; que si bien la seguridad de las personas es importante
de todos los ciudadanos, entonces podremos logar consensos en pos de una justificación de
la pena que comprenda todos los fines retributivos y prevencionistas expuestos y que,
17