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Autor(es): Jim Sims, Michael Treacy,
Pida a los altos ejecutivos que recorten costos en 10% y sabrán exactamente qué hacer;
pídales aumentar el crecimiento en 10% y se bloquearán, asumiendo que el crecimiento es
algo que realmente no pueden infl uenciar.
Pero los ejecutivos pueden controlar el crecimiento de sus empresas si tienen mejor
información acerca de dónde provienen los resultados. En vez de clasifi car las ventas por
mercados geográfi cos, unidades de negocios o líneas de productos, deberían ordenarlas de
una manera que revele qué partes de la estrategia fueron responsables de cada parte de los
ingresos. Este artículo presenta una herramienta que hace justamente eso: el estado de
fuentes de ingresos (SRS, por sus siglas en inglés).
Mediante cálculos sencillos con datos obtenidos del balance general, y estimaciones sobre
las tasas de crecimiento del sector y de deserción de clientes, el SRS permite a los
ejecutivos clasifi car sus ingresos según cinco fuentes de crecimiento: ventas continuas a
clientes establecidos (retención de la base); ventas ganadas a la competencia (aumento de
participació n); ventas que simplemente llegaron porque el mercado se está expandiendo
(posicionamiento de mercado); ventas producto de incursiones a mercados adyacentes, y
ventas por nuevas lí neas de negocios.
Una vez realizada esta clasifi cación, los ingresos se pueden ver como el crecimiento de
circunstancias manejables. Comparar las fuentes de ingresos a lo largo de las unidades de
negocios también puede arrojar percepciones nuevas y profundas, las que pueden sugerir
maneras inteligentes de cambiar de estrategia o fi jar una meta más ambiciosa.
Cientos de empresas están encaramadas sobre un enorme potencial que no pueden ver y,
por ende, no pueden aprovechar. El SRS los puede dotar de visión y, más importante aún,
de entendimiento.
¿Cómo se rompe este círculo vicioso? Generando una mejor información acerca de sus
inversiones en intangibles y dando a conocer al mercado de capitales al menos una parte
de esos datos.
Obtener esa información no es fácil. No existen mercados que generen precios visibles
para el capital intelectual, las marcas o el capital humano, y así asistan a los inversionistas
en valorar de manera correcta las empresas intensivas en intangibles. Y las actuales
prácticas contables juntan los fondos gastados en intangibles con los gastos generales. Así,
ni los inversionistas ni los ejecutivos saben cuánto se está invirtiendo en estos activos, ni
cuánto sería el retorno de esas inversiones.
Las empresas debieran separar los montos gastados en intangibles y revelarlos al mercado.
Es más, los ejecutivos deben comenzar a pensar en los intangibles no como costos, sino
como activos, de manera de reconocerlos como inversiones cuyos retornos se pueden
identificar y monitorear.
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¿Tomar el dinero o huir?
Autor(es): John W. Mullins,
En apariencia, el plan de negocios de Petrolink tiene cara de ganador. Actualmente, la
empresa energética rusa Gazprom opera y es dueña del único gasoducto disponible para
los operadores del recién desarrollado campo de gas Helmark en el Mar Báltico. Esto le da
Gazprom acceso a información sobre la productividad de contratos individuales y, por lo
tanto, una ventaja en la negociación de nuevos contratos. Los fundadores de Petrolink
creen que la empresa que abra un nuevo gasoducto debiera encontrar clientes ansiosos
entre los muchos productores independientes del campo de gas. El equipo de Petrolink ha
tenido conversaciones con dos posibles inversionistas. Tras seis semanas de due diligence,
London Development Partners –una importante y conocida fi rma de capital de riesgo sin
experiencia en el negocio del gas– ofrece una primera ronda de inversiones relativamente
pequeñas, sin compromisos tangibles frente a futuras rondas. El paquete está lejos de lo
que había esperado el equipo. La empresa polaca de capital de riesgo BRX Capital a penas
lleva cinco años en el negocio, pero ya ha invertido en la industria petrolera y de gas de
Europa Oriental. BRX no sólo concuerda con la estructura de capital que propone
Petrolink, sino también está de acuerdo en fi nanciar las dos primeras rondas. Uno de los
objetivos principales de Petrolink ha sido asegurarse de que ningún inversionista tenga
demasiada influencia, de manera que el acuerdo propuesta por BRX le viene bien. Pero
ahora que hay un cheque de €4 millones sobre la mesa, parece haber un aparente quiebre
de confi anza por parte de la empresa polaca. Los fundadores de Petrolink descubren que
una provisión, concordada entre ambas partes, respecto de disolución patrimonial ha sido
cambiada. ¿Deberían tomar el dinero de BRX o ir a otro lado? Comentan este caso fi
cticio: George Brenkert de Georgetown University; Sonia Lo de Chalsys Partners; William
Sahlman de Harvard Business School, y Charalambos Vlachoutsicos asesor de 7L Capital
Partners Emerging Europe.