Tres principios caracterizan a la pedagogía nueva: el tomar en consideración la
realidad infantil, la organización de una vida social en el seno de la vida
escolar. El conjunto de estos rasgos constituyen un momento fundamental en la comprensión de la pedagogía contemporánea.
El primer rasgo que considera la realidad infantil. Es la importancia dada a la
infancia como elemento de la educación, de ahí la valoración del infante mismo pero también la consideración de sus facultades.
La educación nueva da prioridad a la libertad individual, formadora de la
persona social. Mientras que la pedagogía tradicional hace el retrato de un niño dominado por sus deseos, su sensibilidad y además lo concibe como el objeto de una enseñanza en la cual el maestro es el agente. La pedagogía nueva hace del niño un individuo espontaneo y creativo. Para la pedagogía tradicional el adulto debe guiar al niño, es decir, imponerle las reglas y presentarle los modelos ideales que formaran su razón y su personalidad. La pedagogía tradicional desvaloriza al niño y valoriza al adulto. La educación nueva pone en cuestión la razón pedagógica de la dirección y del control se pasa a la libertad y a la iniciativa.