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El nacimiento de la psicología experimental, tuvo lugar ante el afán de encontrar una medición para los
fenómenos psicológicos. Inicialmente se enfatizó en la sensación en relación con el estímulo; es decir, cómo
el mundo físico afecta el cuerpo. A partir de investigaciones fisiológicas e integrando la física, la química y la
matemática, Gustav Theodor Fechner (1801-1887) dirige sus investigaciones hacia la definición de las
regularidades entre la calidad e intensidad del estímulo, su relación con la manera en que el sujeto percibe el
estímulo intentando buscar un umbral absoluto, y la diferencia mínima perceptible o cambio mínimo de
Pero las investigaciones de Fechner no se habrían podido llevar a cabo sin la influencia de Ernst Heinrich
Weber (1795-1878) anatomista y fisiólogo alemán quien, antes de Fechner, se habría dedicado al estudio de
los sentidos, especialmente del tacto, a partir de lo cual plantea que para que un estímulo pueda reconocerse y
diferenciarse de otro, se debe incrementar en una proporción constante (1834), es decir “no percibimos la
diferencia entre objetos, sino la razón de esta diferencia a la magnitud de los objetos comparados”. Al
observar la distinción entre objetos, no percibimos las diferencias absolutas sino las relativas (Sahakian, W.S.,
1970); la cantidad de cambio que se requiere en un estímulo para detectarlo como diferente es proporcional a
la magnitud absoluta del estimulo ( ………EL MAN QUE ESCRIBIÓ EL CAPITULO QUE TENIAMOS
Dónde se evidencia que la percepción de un estímulo con respecto a su proporción original, no es una función
lineal, es decir, no es necesaria siempre la misma cantidad para determinar la diferencia entre dos estímulos.
En este caso se toma una constante K igual a 0,2 propuesta por Weber para la percepción en la diferencia de
MÉTODO
El experimento a realizar, como hemos dicho, se hará con el fin de exponer la Ley de Weber. Así,
encontrando la diferencia apenas perceptible (DAP); la descripción del experimento va de la siguiente forma:
Sujetos:
Sujeto 1: Mujer de 24 años, salud estable, condiciones físicas favorables, en el rango de lo normal, es diestra.
Sujeto 2: Hombre de 23 años, salud estable, condiciones físicas favorables, en el rango de lo normal, es zurdo.
Instrumentos y materiales:
Se utilizaron monedas de 200 pesos colombianos, de un peso de 7 gramos cada moneda; dos libros de texto,
ambos iguales, cuyo peso era de 758 gramos cada uno y dos sobres tamaño carta.
Procedimiento:
El experimento se realizó en la cafetería del edificio de Aulas de Ciencias Humanas, en un horario de poca
comenzó colocando una moneda en el primer sobre marcado con la letra “A”; y dos monedas en el segundo
sobre con la letra “B”. Teniendo en cuenta que los sujetos no escucharan ni vieran en cuál de los sobres estaba
tal o cual cantidad de monedas; a continuación se procedió a presentar el primer sobre al 1, pidiendo que al
Estando sentado, el sujeto 1 utilizó el brazo izquierdo estirado completamente y respondió acertadamente,
como era de esperarse y pudo decir con precisión qué sobre era el más pesado. En seguida se presentaron los
sobres, primero uno y luego otro al sujeto 2, quien previamente había observado la situación del sujeto 1, y
utilizando el brazo derecho, con el brazo no completamente estirado como el sujeto 1, sino apoyando el codo
Se tomó nota de los resultados (incluidos en la tabla 1) y se procedió con la siguiente fase del experimento. A
continuación sin que los sujetos se percataran de lo que se estaba haciendo, los experimentadores intercalaron
los pesos en los sobres con la proporción 1:2, se repitió el procedimiento preguntando de la misma forma:
“¿cuál es el más pesado?” teniendo en cuenta que utilizaran el mismo brazo, y de la misma forma a como lo
habían hecho en la primera parte del experimento, pero ahora sin que el sujeto 2 observara lo que pasaba ni
las respuestas del sujeto 1. Al encontrar su dificultad para responder cual de los libros era más pesado, se
procedió a aumentar la cantidad de monedas en la misma proporción, hasta encontrar un punto en el que
resultase claro decir qué libro parecía más pesado. El experimento terminó presentando en un sobre 8
monedas, y en el otro 16 monedas pues ya era posible decir con facilidad cuál resultaba más pesado, hallando
Resultados:
Sujetos S1 vs. S2 L1 vs. L2 L2 vs. L4 L4 vs. L8 L8 vs. L16 L16 vs. L32
1 + + + + + o
2 + - - + + o
Tabla 1. Experimento de percepción de diferencias en el peso, con proporción de 1:2
Notas:
1. S = sobre; L = Libro; los números indican la cantidad de monedas que se colocaron en cada
situación.
2. ( + ) = cuándo el sujeto logra discriminar el objeto más pesado; ( - ) = cuándo el sujeto No logra la
En un primer momento, utilizando únicamente los sobres con la proporción 1:2, como se esperaba, los
sujetos pudieron discriminar efectivamente los pesos, pues la diferencia entre 14 gramos y 7 gramos es fácil
de percibir. Pero en el segundo momento al incluir un peso mayor, es decir, el del libro (758 gramos), la
diferencia resulta mucho más difícil de percibir; aunque como observamos en la tabla, el sujeto 1 respondió
de manera correcta, los experimentadores notaron que a ambos sujetos les resultaba muy difícil encontrar la
diferencia, pero dada la pregunta “¿cuál es más pesado?” era necesario que respondieran por uno de los dos
libros como el más pesado; y entonces, pudo atribuirse el acierto del primer sujeto a un efecto del azar,
mientras que el segundo sujeto no acertó en la diferenciación, por lo que se puede decir que efectivamente no
es posible discriminar los pesos, con una variable tan pequeña de 2:1.
En el tercer momento, duplicando la cantidad de monedas en los sobres, encontramos la misma dificultad para
encontrar la diferencia, el primer sujeto nuevamente acertó y el segundo sujeto una vez más falló. Se planteó
que la diferencia apenas perceptible aún no se había logrado y se prosiguió con el cuarto momento duplicando
nuevamente el número de monedas en el cual se observó que cuando los sujetos respondían la pregunta, les
era mucho más fácil decir cuál era el que les parecía más pesado, y como los resultados lo muestran los dos
sujetos respondieron correctamente en dicha oportunidad. Para estar más seguros de si se había alcanzado la
diferencia apenas perceptible, se volvió a realizar con el mismo número de monedas, y efectivamente a los
sujetos les parecía más fácil reconocer cuál era el libro más pesado. Se creyó pertinente hacerlo con el doble
de monedas para corroborar la conclusión que ya se había alcanzado la DAP, y efectivamente, respondieron
de forma acertada, y se decidió omitir un aumento en el peso, pues era irrelevante. Cabe resaltar que la
Encontramos que la DAP sería la proporción 4:8 lo cual, con la formula de la Ley de Weber, sería explicado
de la siguiente manera:
Discusión: