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Capítulo 1.
La cobertura del conflicto armado y la percepción del pueblo estadounidense.
Los medios de comunicación que se dedican a cubrir los conflictos fueron cambiando
(cine informativo en la Primera Guerra Mundial, radio en la Segunda Guerra Mundial,
televisión e internet en las guerras actuales) pero la relación entre la comunicación y
el conflicto siempre se mantuvo igual. La guerra psicológica (la comunicación masiva
en tiempo de guerra) y la guerra en sí están tan ligados que no se puede concebir una
sin la otra.
Luego del atentado del once de septiembre de 2001, los periodistas se llenaron de un
patriotismo incondicional. Los que buscaban explicaciones más profundas a los
atentados y los que ponían en tela de juicio cualquier acción política de los Estados
Unidos fueron considerados anti-americanos y partidarios del terrorismo. La premisa
era estricta: O estabas con el gobierno o estabas contra él. Cualquier periodista o
intelectual que siquiera cuestionara la política estadounidense -como ocurrió con
Noam Chomsky- era satanizado e incluso insultado por los medios.
La guerra de Irak fue vendida como la guerra mejor contada de la historia, pero esta
afirmación difiere mucho de la realidad. El gobierno estadounidense trataba de
fomentar el patriotismo para que el pueblo esté más abierto a recibir la propaganda de
su propio gobierno. El caso más saltante de censura y desinformación fue el de las
armas de destrucción masiva que poseía Saddam Hussein. La búsqueda de estas
supuestas armas fue lo que desató la guerra, ocultándose el verdadero interés
económico, y al nunca ser encontradas no se volvió a tocar el tema y pasaron al
olvido. Éste era un tema tabú que la prensa no debía tocar. Los medios se limitaban a
avivar el patriotismo casi dogmático.
Lo que los pobladores estadounidenses saben sobre la guerra depende del medio que
emplean para recibir la información. Aquí salta el principal problema: la prensa
televisiva vs. la prensa escrita.
Durante la Guerra del Golfo, la CNN había sufrido la acusación de traición sólo por
publicar una respuesta de Saddam Hussein ante un ataque norteamericano, por lo
tanto en esta nueva guerra se cuidó mucho de siempre fomentar el patriotismo, e
incluso añadió al equipo de análisis a un grupo de oficiales militares.
La NBC despidió al periodista Jon Alpert sólo por entregar a la cadena información
que no le convenía al gobierno –información que no fue publicada- y durante todo el
conflicto se mantuvieron firmes en su posición de no permitir que sus reporteros
“transmitan ninguna información que pueda ayudar al enemigo” (Schechter 2003:
254).
Fue similar el tratamiento de las noticias por parte de Fox News, ABC y los demás
noticieros. Incluso algunos noticieros, como Dateline, 20/20 y 60 Minutes, que son
los programas televisivos con más audiencia en los Estados Unidos, se centraban más
en presentar historias conmovedoras de héroes en vez de relatar los hechos de la
guerra que se estaba llevando a cabo.
Sin embargo, los medios escritos no fueron del todo imparciales. Si analizamos la
narrativa empleada por las revistas estadounidenses más importantes (Time y
Newsweek) después de los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 y antes
del inicio de la guerra con Irak, vemos que ésta trata de concientizar al pueblo
estadounidense de que la guerra es buena y que debe llevarse a cabo por miedo a
ataques posteriores.
Es más que evidente que las opiniones no aparecen por arte de magia. La opinión
pública no es la excepción, necesita de todo un proceso para que se forme, y el
principal agente de este proceso es la comunicación política.
La explicación de esta teoría se basa en que estos medios pueden llegar de manera tan
efectiva a la concepción de los individuos porque lo hacen formar parte de algo, de un
grupo, de una comunidad, que es la audiencia. Los medios de comunicación en masa
le dan al espectador lo que necesita: “le dicen al hombre masa quién es (le prestan una
identidad), qué quiere ser (le dan aspiraciones), cómo lograrlo (le dan una técnica), y
cómo puede sentir que es así, incluso cuando no lo es (le dan un escape)” (D’Adamo
2007: 31). De esta manera, “los receptores se consideran iguales, semejantes o con un
mismo peso” (D’Adamo 2007: 31).
Las masas aceptan lo que los medios de comunicación les entregan y, de acuerdo a la
percepción que se forman respecto a eso, formarán una opinión pública. “No es la
realidad lo que importa sino la percepción de la realidad” (Glynn 2004: 211).
Los medios son el vehículo para la mayor parte de la discusión que se lleva a cabo en
los asuntos públicos. Las autoridades se comunican con el pueblo a través de ellos.
Cuando se quiere anunciar algo importante, se hace siempre a través de una
conferencia de prensa. En las conversaciones privadas, donde la prensa nada tiene que
ver, las opiniones de las partes de esta conversación estarán siempre influenciadas por
los medios que han consumido antes de la misma.
Se trata, entonces, de tratar de llegar a los sentimientos del pueblo, de buscar su apoyo
incondicional y así formar una opinión pública favorable al gobierno.
BIBLIOGRAFÍA (en orden alfabético)
GLYNN, Carol J. et al: Public Opinion. Estados Unidos: Westview Press, 2004.
HANLEY, Delinda: Two Wars in Iraq: One for U.S. Audiences, The Other for the
Arabic-Speaking World. Washington Report on Middle East Affairs. Mayo 2003.
Páginas 6-7. Consulta: 11 de setiembre de 2010.
https://www.wrmea.com/component/content/article/250-2003-may/4610-two-wars-in-
iraq-one-for-us-audiences-the-other-for-teh-arabic-speaking-world.html
NOHRSTEDT, Stig A.; OTTOSEN, Rune (editores): U.S. and the Others. Global
Media Images on “The War on Terror”. Suecia: Nordicom, 2004.
OTTOSEN, Rune: Media and War Reporting: Public Relations vs. Journalism. Oslo:
International Peace Research Institute, 1992.
OTTOSEN, Rune: The Gulf War with the Media as Hostage. Oslo: International
Peace Research Institute, 1991.
REICH, Robert B.: The Power of Public Ideas. Estados Unidos: Harvard University
Press, 1990.
SEIB, Philip: The Global Journalist. News and Conscience in a World of Conflict.
Maryland: Rowman & Littlefield Publishers, 2002.
SHAH, Anup: War, Propaganda and the Media. Actualizada: 31 de marzo de 2005.
Consulta: 11 de setiembre de 2010.
http://www.globalissues.org/article/157/war-propaganda-and-the-media
Todo el libro El libro trata sobre cómo se utilizó la prensa como propaganda
durante la guerra de EE.UU. e Irak. Se habla mayormente sobre la
propaganda y la desinformación.
Los capítulos 2, 3 y 4 tratan específicamente sobre la propaganda.
El capítulo 8 se centra en el caso de la televisión.
El capítulo 9 trata sobre el caso del cine, que aunque no es
exactamente el tema a tratar, se podría incluir como caso de apoyo.
El capítulo 10 trata sobre los mitos que se manejaban en torno al
conflicto armado.
El capítulo 5 habla sobre el caso histórico de los noventas.
Los capítulos 1, 6 y 7 tienen apoyo teórico sobre la guerra y la
propaganda.