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N° 372

Miércoles, 10 de noviembre de 2010

Zapatero se lava las manos en el


conflicto del Sahara
El gobierno socialista habría sabido del ataque con antelación y no hizo
nada.
Fuentes diplomáticas afirman que el ministro de Asuntos Exteriores de
Marruecos se lo anunció a Trinidad Jiménez, a la que visitó la semana pasada.
El ministro Jáuregui aseguró en el Congreso que el gobierno no sabía nada.

El gobierno socialista manifiesta de nuevo su incompetencia para


manejar las crisis internacionales.
El ministro de Presidencia reconoce, pasado ya un día del comienzo del
conflicto, que el gobierno “no sabe bien qué ha ocurrido”.
Mientras estalla un conflicto a las puertas de nuestras fronteras, la ministra
de Exteriores permanece en Bolivia, visitando a un socio “estratégico”, como
Morales.

España tiene una responsabilidad moral con respecto al Sahara por lo


que el Gobierno no debe preocuparse sino ocuparse.
El gobierno español debe trabajar para que fructifiquen las conversaciones
que se están llevando a cabo en Nueva York.
Zapatero no puede mirar a otro lado cuando se violan los derechos humanos

En 2004 Zapatero presumió de que lograría una solución al conflicto del


Sahara en seis meses. En 2010 Zapatero está desaparecido.
En su primera visita a Marruecos, el 24 de abril de 2004, Zapatero se mostró
convencido de que "se pueden armonizar los derechos de las partes mediante
el diálogo y llegar a un gran acuerdo" en el plazo de seis meses.

La política exterior de Zapatero condena a España a la debilidad


internacional
El gobierno socialista defiende los derechos humanos donde no están en
peligro y se esconde cuando se ponen en cuestión.
Zapatero cambió unilateralmente la tradicional postura de “neutralidad activa”
sobre el conflicto del Sahara, mantenida por España desde 1977 como parte
del consenso de la Transición.
Desde el pasado fin de semana, Rabat ha expulsado a tres parlamentarios
autonómicos y a un eurodiputado español sin que Jiménez reaccione.
El gobierno de Zapatero permanece callado ante la censura informativa
impuesta por las autoridades marroquíes a un grupo de periodistas españoles,
impidiéndoles viajar a El Aaiún.

El Grupo parlamentario Popular pide a la ministra Jiménez que explique


en el Congreso la tibia e ineficaz reacción del Gobierno socialista

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